Los movimientos migratorios (II) I. Migraciones políticas modernas Éstas alcanzan su mayor protagonismo en el siglo XX. En Europa las guerras balcánicas de 191112 afectaron a búlgaros, turcos y griegos, la revolución bolchevique de 1917 provocó la salida de 1,5 millones de rusos hacia Europa Occidental, el Extremo Oriente o EE.UU.; la paz tras la I Guerra Mundial supuso amplios movimientos de refugiados, el nazismo hasta 1939 obligó a la expatriación de 400.000 personas (especialmente judíos); la guerra civil española hace salir a cerca de medio millón de republicanos hacia Francia , también hacia Méjico, Argentina, etc. La II Guerra Mundial y los acuerdos de paz posteriores llevaron al extremo las migraciones políticas, sólo de 1941 a 1943 –según Dollot- la guerra desplazó a 23 millones de personas; en Asia desplazó a 42 millones de personas en su mayoría chinos. La derrota y partición de Alemania generó en los diez años siguientes a la paz 18 millones de refugiados en Alemania Federal, procedentes en su mayor parte de la Alemania Oriental (el telón de acero y la muralla de Berlín detuvieron el éxodo); las modificaciones fronterizas en la Europa centro-oriental suscitaron el desarraigo de 46 millones de personas. Posteriormente las sublevaciones húngara (1956), checa (1968) y polaca (1981) contra el comunismo moscovita han provocado más éxodos políticos. II. Migraciones económicas modernas Terminada la II Guerra Mundial, la etapa de reconstrucción post-bélica en Europa Occidental consiguió crear el número de puestos de trabajo suficiente como para absorber los excedentes de refugiados del Este, haciendo innecesaria una reanudación masiva de las migraciones transoceánicas. Tras el Plan Marshall y la creación del Mercado Común Europeo el inusitado desarrollo industrial de la Europa Occidental suscitó en los años sesenta nuevos puesto de trabajo, que fueron cubiertos por dos millones y medio de emigrantes de los países mediterráneos europeos y del norte de África; la crisis energética de 1973 afectó de modo especial a los países europeo-occidentales deteniendo la ola migratoria de los países mediterráneos. Junto a la migración económica europea hay que considerar otras intracontinentales, como la que en América lleva hacia EE.UU a canadienses, mejicanos y sudamericanos, o la que atrajo hacia Argentina a los países vecinos en los años de prosperidad. También los países más prósperos en África tales como Sudáfrica, Rodesia o Ghana, han atraído emigrantes de las tierras vecinas. En las migraciones intercontinentales de la postguerra pesan los antiguos lazos coloniales en ambas direcciones. Así en el seno del extinto Imperio británico se dan migraciones hacia Gran Bretaña desde muchos países de la Commonwealth, y desde ésta hacia las excolonias más desarrolladas (EE.UU., Australia, Canadá y Sudáfrica). También se han dado migraciones de complementariedad entre Francia y sus excolonias del Magreb, así como de España y Latinoamérica. Fuente: http://lageografiayelbicentenario.blogspot.com.es Fuente : http://lageografiayelbicentenario.blogspot.com.es III. Las teorización del fenómeno migratorio La preocupación por establecer generalizaciones y modelos a partir de los cuales elaborar interpretaciones, relaciones y predicciones ha llevado a cuantificar las migraciones mediante tasas que permitan las comparaciones de “universos” estadísticos diferentes. 1. Las tasas migratorias Las tasas de emigración anual se definen por el número de emigrantes o inmigrantes habidos en un año por cada mil habitantes de la población de salida o acogida (región, nación…); para calcularla se toma la población de mitad del año. La diferencia entre ambas tasas aporta el saldo migratorio. 2. Las leyes de Ravenstein A finales del siglo XIX, cuando Europa estaba conociendo simultáneamente y sucesivamente el “boom” de las migraciones ultramarinas y del éxodo rural, Ravenstein estableció una serie de generalizaciones referentes a la distancia, las personas y a las causas y procesos migratorios: La distancia: el número de emigrantes disminuye con la distancia y éstos se sienten más atraídos por las ciudades de mayor desarrollo económico, de modo que los centros de inmigración atraen en función inversa de la distancia al lugar de procedencia y en función directa del desarrollo demográfico y económico del punto de atracción. Caracteres de los inmigrantes: emigran más los campesinos que los ciudadanos y las mujeres que los hombres (al menos en cortas distancias). La causa fundamental de las migraciones es económica. El desarrollo industrial, comercial y de los transportes intensifica el proceso migratorio difundiéndose la atracción de una ciudad desde el área de influencia inmediata a lugares cada vez más lejanos y desarrollados. Los vacíos de la emigración en estos lugares son cubiertos por emigrantes provenientes de áreas más retrasadas; además hay corrientes compensatorias entre los lugares de procedencia y destino. Un siglo después de establecidas estas leyes se pueden matizar en el sentido que: la distancia sigue pesando, pero más en función del tiempo de desplazamiento y de su coste. En los países más desarrollados las migraciones más importantes son las inter e intra-urbanas, una vez que el campo ha bajado a unos mínimos demográficos, y ya no hay un predominio de emigrantes varones. La migración en cascada de zonas subdesarrolladas a meso-desarrolladas se obvia emigrando directamente de las primeras a las últimas. Los retornos no llegan a ser compensatorios. IV. Consecuencias de las migraciones La primera consecuencia de las migraciones es la redistribución espacial de la población, de modo que a la hora de explicar el mapa de la población mundial hay que tener en cuenta los movimientos naturales junto con los migratorios; sería imposible explicar la población norteamericana desde el siglo XIX por el simple saldo vegetativo. Las migraciones son responsables también del envejecimiento de la población de los países o regiones tradicionalmente sangrados por la emigración, ya que es la población más joven y procreadora la que suele salir, con el consiguiente descenso de la natalidad y aumento de la mortalidad relativa. Por el contrario en los países o regiones inmigracionales la población se rejuvenece, la natalidad se fortalece y la esperanza de vida aumenta. En el plano económico las migraciones no suelen ser más que una solución parcial y temporal para resolver el problema de los desequilibrios socioeconómicos. El flujo migratorio se nutre principalmente de las áreas rurales y subdesarrolladas, y se dirige a aquellas que disfrutan de mayores rentas, de mejores niveles de vida y mayores posibilidades de empleos lucrativos. Las migraciones plantean un auténtico círculo vicioso de la pobreza en muchos países emigracionales: al salir de ellos población, de momento los recursos per cápita aumentan –al menos en teoría por disminución del número entre los que se reparten las rentas- pero como la gente que sale es joven y, por lo común, la más dinámica, las iniciativas se van abortando, desciende la productividad por persona ocupada, por lo que las rentas producidas se mantienen o bajan. Por otra parte las grandes ciudades de los países industrializados han experimentado, como consecuencia de la inmigración, un crecimiento desmesurado que plantea problemas de viviendas, circulación, puestos escolares, criminalidad, contaminación, etc. Pero por encima de las consecuencias puramente demográficas y económicas se encuentran los problemas sociológicos que plantea el desarraigo. En el lugar de destino los problemas de asimilación con que se encuentran no son pocos: si la emigración acaba en un país extranjero las costumbres, y sobre todo, la lengua, para una parte importante de los emigrantes, constituye un muro infranqueable. La solución más lógica, dentro de un clima de solidaridad mundial, no es que emigren a los países y regiones desarrollados los excedentes demográficos de los subdesarrollados, sino que los capitales –muchas veces acumulados en la etapa colonial a costa de los hoy subdesarrollados- se inviertan en el Tercer Mundo creando puestos de trabajo. Test 1. Cómo se denominan los movimientos migracionales que se dan entre el SE español y Argelia a partir de 1830… a) De tipo trashumante b) De tipo marítimo c) De tipo golondrina d) De tipo Cigüeña 2. Cuándo alcanzan las migraciones europeas en América su máximo desarrollo… 3. 4. 5. 6. 7. a) De 1520 a 1610 b) De 1700 a 1800 c) De 1840 a 1914 d) De 1918 a 1973 Cuál fue la primera oleada europea transoceánica… a) La británica b) La germánica c) La de Europa Oriental d) La irlandesa Qué país será el principal receptor de la emigración a finales del siglo XIX y principios del XX… a) Argentina b) Canadá c) EE.UU. d) Chile Qué acontecimiento del siglo XX supone un frenazo total para las emigraciones intercontinentales… a) La expansión del comunismo b) La II Guerra Mundial c) El auge de los totalitarismos d) La I Guerra Mundial Cuál de los siguientes factores tuvo mayor peso en la disminución de la migración intercontinental… a) Leyes de cuota de los países anglosajones b) Descenso de la presión demográfica en Europa c) Desarrollo industrial europeo d) Decaimiento de los descubrimientos mineros americanos Las migraciones de carácter político alcanzan su mayor protagonismo en… a) S. XVIII b) S. XX c) S. XVI d) S. XIX 8. Teniendo en cuenta los lazos coloniales, la emigración de Libia se dirigió a… a) España b) Italia c) Francia d) Gran Bretaña 9. Quien estableció a finales del siglo XIX las generalizaciones referentes a los procesos migratorios… a) Zipf b) Hägerstrand c) O’Kane d) Ravenstein 10. De qué fenómeno no es responsable la migración… a) La redistribución espacial de la población b) El aumento de la esperanza de vida c) El envejecimiento de la población d) La reducción de las rentas Respuestas: 1c/2c/3 c/4 c/5 b/6 a/7b/8 b/9d/10 b