El Plantío International School Urbanización El Plantío – C/233, núm. 36 La Cañada 46182 Paterna (Valencia) – España Tel. 96 132 14 10 – Fax 96 132 18 41 [email protected] Departamento de Orientación PUNTOS FUERTES Y DÉBILES EN LOS NIÑOS DE 5 AÑOS A la edad de 5 años el niño está más calmado, pues éste es un año de afianzamiento. Es un tiempo en que no son ni muy pequeños ni muy grandes y necesitan que se les trate con mucho tacto. Es una edad en la que a la mayor parte de ellos se les cae su primer diente, y es un acontecimiento que marca el fin de un período y el comienzo de otro. El año que va del quinto al sexto cumpleaños es de muchísima actividad, pues el niño desarrolla nuevas técnicas de conocimiento con las que aprende palabras nuevas y cosas del mundo y se hace más consciente de que existe un mundo exterior fuera de la familia. Para el niño de 5 años trabajar es jugar y jugar es trabajar. A esa edad jugar es una manera de vivir y es también una necesidad. Los niños llevan a sus juegos los acontecimientos de la vida diaria junto con las historias y los cuentos que han oído. A esta edad el niño distingue mejor lo que es la vida real de lo que es el mundo de mentirijillas. Mediante el juego, los niños: *Se divierten. *Conocen y controlan sus emociones. *Se sitúan al borde entre lo interno y externo, entre la fantasía y la realidad. A esta edad los niños disfrutan jugando, pero suelen necesitar todavía tener cerca de ellos a algún adulto de su confianza. Necesitan también a esta edad saber “quién manda en cada sitio” y también van queriendo experimentar qué se siente con eso de ser uno mismo quien manda. Con ello va el deseo de tener más poder sobre los demás y al mismo tiempo, la necesidad de controlar mejor sus propios sentimientos. A esta edad los niños expresan la ambición de ser mayores y hacen comparaciones con niños más pequeños y mayores que ellos. A medida que van adquiriendo mayores habilidades físicas los niños van teniendo más confianza en sí mismos. A los niños de 5 años les gusta trepar, correr, saltar, brincar e ir a la pata coja y también columpiarse, es muy conveniente llevarlos al parque o a jugar al aire libre en el campo, hay que facilitarles el que tengan y usen la bici, el patinete, triciclo, tobogán... Se meten a propósito en cosas cada vez más difíciles para que aumente la emoción. Este placer que sienten les acerca a “sentirse grandes”. Por ello, en estas situaciones es importante que les advirtamos que deben ir con cuidado y despacio, pero no debemos prohibirles que las vivan ni asustarles. En sus juegos los niños suelen reflejar la preocupación por los conceptos de “pequeño” y “grande”, quién es el más poderoso, el más fuerte. El niño necesita hacerse una idea de cuánta fuerza tiene de verdad y de hasta qué extremo puede llegar a enfadarse. Hasta esta edad los niños han jugado con animales, pero ahora se interesan por los animales de verdad y les gusta observarlos, así como las láminas y las historias que hablan de ellos y les agrada tener animales en casa y jugar con ellos. Es importante que visitemos con ellos el zoo y les contemos cómo son en realidad y no poniéndoles más fiereza. Es alrededor de esta edad de 5 años cuando los niños empiezan a ser capaces de jugar unos con otros. Aprenden a llevarse bien con los demás, descubren lo que se sentiría siendo otra persona, se inician en aprender y apreciar las virtudes del dar y del tomar. La escuela es para el niño de 5 años un lugar donde tienen oportunidad de ejercitar su imaginación jugando, donde la profesora les recibe de forma familiar y eso le infunde la confianza y la tranquilidad de que se encuentran en un lugar seguro y un espacio donde van a hacer cosas en común. Tanto en el cole como en casa dan mucha importancia a las reglas. Esto es porque necesitan ayuda y seguridad para salir de la angustia que les produce toda situación nueva y las reglas a seguir se la proporcionan. A la edad de los 5 años las amistades de los niños suelen ser pasajeras, pues no han desarrollado todavía suficiente capacidad de negociación y de compromiso. A esta edad los niños y las niñas juegan juntos, lo cual dejará de darse un par de años después. A grandes rasgos, las niñas suelen tener uno o dos amigos/as mientras que los niños varones suelen tener un mayor número de amistades, aunque sean superficiales. A los 5 años el niño no ha llegado todavía a la etapa de jugar a juegos organizados en los que hay que seguir reglas. Prefieren representar papeles inspirados en programas de televisión o dibujos o jugarán a “mamás y papás” o “las escuelas”. Tales juegos reflejan la preocupación del niño por las relaciones entre personas en las diversas circunstancias. A esta edad están descubriendo el grupo y empiezan a darse cuenta de las diferentes formas de hablar. Oyen a otro niño usar expresiones tales como “Es guay” o “Chuli”, se sienten atraídos por ellas y empiezan a repetirlas hasta el aburrimiento. En la escuela los niños están aprendiendo habilidades nuevas, desarrollando su capacidad de pensar, ejercitando la creatividad, la iniciativa y la capacidad de cooperar, logros que más tarde serán muy valiosos para alcanzar un buen nivel social, emocional e intelectual. Los factores que afectan al desarrollo intelectual del niño son tanto la habilidad innata como la estimulación que reciba y recoja el niño del ambiente. Los dos interactúan entre sí. Y así, como no tienen todos la misma capacidad de aprender, tampoco tienen todos el mismo ritmo de aprendizaje. A esta edad casi todos los niños sienten gran curiosidad por todo lo que les rodea. Esto supone una gran ventaja en el proceso de aprendizaje, ya que para aprender no es suficiente con tener la capacidad sino que hay que tener la voluntad de querer saber. La escuela estimula ese espíritu, pero los padres debéis ayudarles a que mantengan ese interés por las cosas novedosas y por su aprendizaje explicándoles cuando lo piden y contándoles cosas de forma divertida. A esta edad ya han hecho el intento de escribir su nombre, aspecto muy importante porque en cierto modo representa la identidad de la persona. A partir de ese momento muchos niños se interesan por la escritura, sobre todo por escribir sus nombres y los de sus amigos y hermanos. No es infrecuente que escriban de derecha a izquierda, además de saltarse letras o escribirlas del revés o mezclarlas en cualquier orden. Estas cosas son normales si no permanecen en el tiempo. A casi todos los niños de 5 años les gusta “leer”, lo cual la mayoría de las veces consiste en mirar las láminas de un libro. Es importante estimularles el interés por la lectura y leerles en voz alta, así le descubriremos los secretos que están ocultos en los libros. Entre los 5 y los 6 años muchos niños empiezan a interesarse no solamente en las láminas y en el propio libro sino también en las palabras mismas. Encuentran palabras por todas partes: en las tiendas, en los carteles por la calle... Ayudémosles a buscarlas e identificarlas. El aprendizaje de la lectura está en relación con el desarrollo del lenguaje, por lo que el niño que tarda en hablar también suele tardar en empezar a leer. Es importante que dialoguemos con ellos en los momentos y sitios más triviales: mientras los bañamos, en el coche, preparando la cena... Respecto a los números, el niño de 5 años no tiene bien desarrollada la habilidad de pensar en abstracto, por lo que la “idea de número” puede ser difícil de comprender. También es muy difícil que comprenda el lenguaje matemático de adicción y sustracción, pues no se han hecho todavía del todo a la idea de que un objeto que se quita de la vista sigue sin embargo existiendo. Con la ayuda de un adulto, pueden verbalizar su pensamiento y empiezan a ser capaces de describir con palabras la pena y otros sentimientos semejantes. Cuando el niño de esta edad comienza a mostrar un mayor interés por el mundo fuera del hogar puede ser ya acertado animarlo a asistir a actividades de tiempo libre: judo, danza, música… ¿CÓMO PUEDO AYUDAR A MI HIJO A ESTA EDAD? Reconócele sus esfuerzos y cosas bien hechas. Ayúdale a desarrollar sus responsabilidades a través de algún pequeño encargo familiar. Dale razones que pueda entender. Razónale lo que está bien y mal y por qué. Explícale cómo se portan los buenos compañeros. Enséñale sencillas reglas de urbanidad y buen comportamiento. Manifiéstale de forma positiva y en los momentos adecuados que vosotros sois la autoridad. Anímale a practicar algunos deportes que mejoren su coordinación. Léele cuentos y que él te los cuente. Alábale cuando dice la verdad. Refuérzale los hábitos de orden, especialmente con sus juguetes y habitación. Habla mucho con él y sobre todo escúchale (dialogad).