Un joven “rebelde y comprometido”

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24 POLICIALES
La Plata, martes 18 de mayo de 1999
Caso Miguel Bru
17ª Jornada Sentencia
LA VIDA DEL ESTUDIANTE
Un joven “rebelde y comprometido”
Los amigos, compañeros, profesores y familiares, recuerdan a Miguel desde su infancia. Juntos, reconstruyen su
personalidad. Cuentan que era revoltoso, le gustaba viajar, adoraba el rock and roll y odiaba la injusticia social
“Era una persona que se
indignaba ante cualquier forma de
injusticia. No sólo las injusticias de
las instituciones de seguridad,
como la policía. Rebelde pero
respetuoso, si lo avasallaban o lo
trataban con algún tipo de abuso se
defendía. Y mucho se defendía”.
(Carolina Villanueva, novia de
Miguel en el momento de su
desaparición).
“Un alumno que casi siempre
llegaba tarde. Como de costumbre
sus perros lo acompañaban hasta la
facultad y se sentaban debajo del
banco a esperarlo. Era un tipo
común, si bien no era una luz, participaba activamente de las clases si
el tema le interesaba... un alumno
original...”. (Miguel Mendoza
Padilla, profesor de la cátedra de
sociología de Periodismo).
“Era un buen chico, inteligente
pero revoltoso. Muy inquieto, tenía
mucha facilidad para aprender y
cuando se ponía a estudiar tenía
una facilidad tremenda. Cuando sus
hermanos eran chiquitos él era el
responsable de cuidarlos y atender
la casa, así que fue creciendo con
mucho compañerismo. Era un
muchacho al que le gustaba dialogar, que se aprovechaba mucho de
los hermanos, les decía que le
rasquen la espalda. También los
peleaba mucho, se aprovechaba de
ser el mayor...” (Su madre, Rosa
Schoenfeld de Bru)
“Miguel era un tipo muy comprometido... nosotros compartimos
con él cursadas. Nunca te dejaba
afuera de nada, si te podía ayudar lo
hacía. Por supuesto que se agarraba
calenturas como cualquiera, era un
tipo muy calentón, pero a la hora
de elegir nos quedamos con tipos
como él...” (Amigos y compañeros
de Miguel)
Profesores, amigos, compañeros,
novia, madre. Los dueños de las
palabras pintan de cuerpo entero la
personalidad del estudiante desaparecido casi seis años atrás. En un
sinfín de charlas, anécdotas y
Miguel Bru cursaba tercer año de periodismo, hacía changas para poder estudiar y cantaba en una banda de rock
Chempes 69, la pasión por el rock and roll
La música fue otro de los
estandartes levantados por
Miguel. Con el ímpetu propio de
la adolescencia fundó, junto con
sus amigos, “Chempes 69”, la
banda de rock and roll en la que
cantaba. Recuerdos, como cuando
se presentó en la casa de
sus padres para homenajear a
su hermano Guillermo en su
comentarios, todos y cada uno de
los que alguna vez estuvieron cerca
de Miguel, reconstruyeron el perfil
de un compañero, un amigo, un
hijo, un joven estudiante, el primer
desaparecido en democracia.
Miguel nació en Pigüé, el 16 de
julio de 1970. Allí vivió hasta
cumplir su primer año, después,
ante la carencia de trabajo, la familia se trasladó a Carhué, donde permaneció otro año. Esta vida nóma-
cumpleaños, quedaron grabados
en la memoria de todos los
presentes aquella noche.
“Primero comimos, éramos
unos cuantos; él lo homenajeaba a
su hermano viniendo a tocar con
su banda, entonces terminamos
de comer y prepararon todo en el
rincón para tocar. Estábamos
parados con mi marido en la
puerta del pasillo esperando qué
iban a hacer. Empezaron a tocar y
levantaba las piernas para acá,
para allá, tenía unas bermudas
grandes. Nos había causado tanta
gracia, porque siempre me quedó
esa imagen, gritaba porque no
tenía voz, pero tenía que tapar el
ruido de lata de la batería”, contó
sonriente Rosa.
de marcó un aspecto en su vida. La
vuelta de aquí para allá realizada
por Néstor y Rosa, sus padres, terminó finalmente en nuestra ciudad,
en el año 1972; “...tiramos la moneda. Teníamos la posibilidad de ir a
Punta Alta o La Plata... y bueno,
Rosa eligió La Plata y nos vinimos
para acá”, recuerda Néstor Bru.
Instalados ya en Berisso, Miguel
inició la escuela. Cuatro años y
medio más tarde nació su primer
hermano, Guillermo. Rosa recuerda
que Miguel estaba muy celoso, que
se lo notaba un poco triste por la
llegada del “intruso”.
Con espíritu nómade
Siempre con la fama bien
ganada de niño revoltoso e
inteligente, cursó sus primeros
años en una escuela berissense.
Allí hizo los primeros amigos,
muchos de los cuales, hoy,
siguen de cerca el juicio por
la desaparición y muerte
del estudiante.
Después nació Diana, una de sus
hermanas. “El adoraba a su hermano Guillermo. Cuando nació
Diana parecía que venía a romper
todo su panorama. Diana es más
morocha que los hermanos y él le
decía ‘negra’, como con desprecio”,
recuerda Rosa. Comenta que cuando tuvo a su primer hija estuvo
internada, bastante mal, que estaban solos en la ciudad, no tenían a
nadie, y era Miguel el que tenía que
ayudar, cuidar los hermanos, hacer
los mandados.
Lo mismo cuando nacieron las
mellizas, las que completaron la
familia. Fue el hermano mayor,
Miguel, quien les enseñó a caminar,
comenta Néstor, al tiempo que
recuerda “...él también era el
responsable de cuidar a sus
hermanos y atender en la casa,
así que fue creciendo con mucho
compañerismo”.
Años más tarde comenzó sus
estudios secundarios en el Normal
3 de La Plata. Pero lo expulsaron de
la escuela por tirarle un borrador a
una compañera. Esto colmó los
nervios de su papá, quien, cansado
de las fechorías, lo expulsó de su
casa. “Era necesario darle una
lección”, relata Rosa.
Así recomenzó, por motus propio, su camino nómade. Hizo escala
en Pigüé, Bariloche y Neuquén.
Trabajó en cada lugar buscando un
sitio para quedarse, aunque según
cuentan sus amigos, siempre
supieron que volvería. Los primeros
meses del ‘88 lo encontraron nuevamente en la ciudad de las diagonales. A su regreso, persuadido por
las palabras de su madre, terminó
los estudios secundarios en el
Benito Lynch.
En el ‘90, cuando ingresó en la
facultad de Periodismo, donde cursaría los primeros tres años de la
carrera, hasta su desaparición del
17 de agosto de 1993.
El juicio de los testigos con miedo
Carlos Acuña tenía miedo de declarar
“Nosotros somos la justicia. Tu hermano va
a salir en libertad y lo vamos a matar en un enfrentamiento”. Esa frase la repitió Silvia Acuña,
dijo que esa fue la amenaza concreta de tres
hombres que la raptaron. Su hermano, Carlos
Alberto Acuña, durante el juicio le dijo al fiscal
Vogliolo que tenía miedo de declarar. Relató
que desde que contó algunas cosas que vio en
la comisaría Novena, fue golpeado varias
veces. Por eso, ahora fue retirado del Módulo
32 de Florencio Varela y trasladado a una casa
particular donde lo controlan satelitalmente
mediante una tobillera electrónica.
Los puntos oscuros del caso fueron muchos, desde el comienzo. Por ejemplo, Horacio Suazo, un joven que estaba detenido en
agosto de 1993, murió en un confuso enfrentamiento con la Policía. Su hermanastra
Celia Giménez declaró que él le había contado
cómo habían matado a Bru en la Novena; luego a ella intentaron atropellarla con un auto.
Otro preso también declaró que lo persiguen por haber declarado contra los policías.
Jorge Ruarte, “El Chavo”, presentó cuatro
denuncias por amenazas y hostigamientos. La
última fue cuatro días antes del juicio: dijo
que salió de la casa y lo balearon.
Durante el juicio oral y público, muchos
hombres que estuvieron detenidos en la
Novena dijeron que tenían miedo de declarar.
Por eso, las fotos de algunos no fueron difundidas por expreso pedido del Tribunal. La fiscalía de cámaras propuso que sean incorporados al sistema de testigos protegidos de la
Procuración de la Corte; pero allí no está
establecido que los presos puedan ser refugia-
dos. Por lo tanto, hasta ahora, sólo se dispusieron algunos traslados a otras unidades
carcelarias o el arresto domiciliario con
control satelital.
El clima de tensión en las audiencias fue
una constante. Algunos vecinos de la Novena
declararon casi temblando. Y hubo funcionarios policiales que se mostraron nerviosos.
Dos hermanas de apellido Martínez,
durante el juicio, se desdijeron de su primera
declaración, en la que habían señalado que
dos policías de Berisso habían facilitado el
ocultamiento del cadáver de Bru. Cuando el
fiscal les preguntó si estaban nerviosas, una
de ellas respondió: “¿Y qué le parece?”. La
frase resumió el sentimiento de muchos de
los que se sentaron frente al Tribunal para
contar lo que sabían.
POLICIALES
La Plata, martes 18 de mayo de 1999
Caso Miguel Bru
17ª Jornada Sentencia
• SUBCOMISARIO WALTER ABRIGO
• Prisión perpetua
Era el Jefe del Servicio de Calle de la
Novena. Acusado de participar en las torturas que provocaron la muerte de Bru; y de
aplicar tormentos a otros detenidos.
• SARGENTO PRIMERO JUSTO LOPEZ
• Prisión perpetua
• Integrante del Servicio de Calle de la
Novena. Lo acusaron de colocarle una bolsa
en la cabeza a Bru, golpearlo y provocarle
la muerte.
• COMISARIO JUAN DOMINGO OJEDA
• 2 años de prisión
• Era el titular de la Novena en 1993.
Acusado de cometer negligencias que posibilitaron las torturas y violar sus deberes
como funcionario público.
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• SUBOFICIAL RAMON CERECETTO
• 2 años de prisión
• Era el ayudante de guardia. Adulteró el
libro de guardia, donde se anota el ingreso
de detenidos. Acusado de favorecimiento
real y supresión de documento público.
El juicio más grande de la historia
Cronología
1993
n En abril, Bru denunció a Abrigo y López
por abuso de autoridad, por haber entrado sin orden de allanamiento a la casa
donde él ensayaba con sus amigos. El 17
de agosto, Bru fue visto por última vez.
1994
n Durante los dos primeros años, el juez
Amílcar Vara investigó el caso. Sus pistas
más firmes se inclinaban hacia el suicidio o un viaje al exterior. Sostenía que
al no haberse hallado el cadáver, no
podía investigarse el homicidio.
Carolina Villanueva, la novia de Miguel,
declaró que López hostigaba a Bru los días
previos a su desaparición. Los amigos y el
hermano de Bru apoyaron sus palabras.
En el libro de guardia de la Novena se borró
un nombre y se sobreescribió José Luis
Fernández. Una pericia láser arrojó que las
iniciales del nombre borrado fueron Br.
En cinco años y medio se hicieron 17
búsquedas; pero el cuerpo de Bru no apareció. La última fue hace dos semanas,
durante el juicio, en el ex frigorífico Swift.
La psicóloga Angós hizo un estudio sobre las
personalidades de Abrigo y López. Dijo que
Abrigo tiene rasgos impulsivos. En López
notó baja tolerancia a las frustraciones.
Unos diez presos declararon que los golpes en
la Novena eran habituales. También el submarino seco: la colocación de una bolsa en la
cabeza, asfixiando.
Los presos fueron a la remodelada comisaría
Novena a reconstruir el hecho. Explicaron
desde dónde vieron las torturas. La defensa
trató de probar que no vieron nada.
El inspector Suárez fue procesado por falso
testimonio. El era el oficial de servicio en la
Novena el 17 de agosto de 1993. Durante el
juicio entró en contradicciones.
Abrigo dijo que no conocía a Bru y que los
presos armaron un complot. El comisario
Ojeda afirmó que el trato a los presos era
bueno. López se declaró inocente.
El oficial Raúl Tidoni fue juzgado junto a
Abrigo, acusados de torturar a Roberto
Díaz, a quien acusaban de un crimen. Díaz,
murió el año pasado en un confuso hecho.
1995
n Matan a Horacio Suazo, quien había
estado detenido en la Novena, en un
confuso enfrentamiento con la Policía.
Su hermanastra, Celia Giménez, declaró
que le contó las torturas a Bru. López
fue detenido.
1996
n Apartado Vara, con la causa en manos
del juez Ricardo Szelagowski, fue
detenido Abrigo.
1997
n La fiscal María Scarpino pidió que López
y Abrigo sean condenados a prisión perpetua por torturas seguidas de muerte,
Ojeda a 3 años por negligencia y
Cerecetto a 2 por favorecer a los acusados adulterando un documento público.
1998
n Un jury de enjuiciamiento destituyó al
juez Vara, al detectarse irregularidades
en la investigación del Caso Bru y otras
causas. El Tribunal de Casación ordenó
que López quede en libertad, al haber
pasado más de tres años en la cárcel sin
ser juzgado.
Estadísticas
Contexto político
Apremios ilegales, torturas y malos tratos a detenidos en la Provincia
de Buenos Aires. Datos de la Procuración de la Corte Período: 1993/1998
DENUNCIAS
2889
98.2 %
Desestimadas
ó estancadas:
Juzgadas
SENTENCIAS
57
1.98 %
l El juicio se produjo seis meses antes de las elecciones presidenciales, en un momento en el que la
seguridad aparece como uno de los temas centrales en la agenda política.
l El año pasado, el Ministerio de Seguridad y
Justicia provincial difundió un primer listado de
buscados, ofreciendo recompensas a los que
aporten datos. De 13 personas buscadas, 10 eran
policías involucrados en delitos. La idea era
mostrar el saneamiento en la Policía.
l León Arslanián, el ministro de seguridad, en
1983 fue camarista en el juicio a las juntas militares. El Caso Bru fue planteado como un caso
que podría simbolizar un NUNCA MAS en la Policía
provincial.
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