parsifal - Teatro Real

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Temporada 2012-2013
PARSIFAL
Páginas 2-3 Ficha artística
Páginas 4-5 Argumento
Página 6 Parsifal, Hans Jürgen Syberberg
Páginas 7-9 Entrevista con Thomas Hengelbrock
Páginas 10-11 Entrevista con Angela Denoke
Páginas 12-13 Entrevista con Matthias Goerne
Páginas 14-17 Biografías
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Temporada 2012-2013
PARSIFAL
Richard Wagner (1813-1883)
Festival escénico sacro
Libreto del compositor,
basado en el poema épico medieval Parzival de
Wolfram von Eschenbach
Ópera en versión de concierto
con instrumentos originales reconstruidos
Director musical
Asistente del director musical
Director del coro
Director de los solistas del
coro de niños de la Academia
de coro de Dortmund
Iluminador
Thomas Hengelbrock
Peter Tilling
Detlef Bratschke
Jost Salm
Oliver Lorenz
Reparto
Amfortas Matthias Goerne
Titurel Victor von Halem
Gurnemanz Kwangchul Youn
Klingsor Johannes Martin Kränzle
Kundry Angela Denoke
Parsifal Simon O’Neill
Dos caballeros del Grial
Primer y segundo escudero
Tercer y cuarto escudero
Seis muchachas flor
Una voz
Hermann Oswald, Marek Rzepka
Solistas del coro de niños de la
Academia de coro de Dortmund
Virgil Hartinger, Manuel Warwitz
Katja Stuber, Gunta Gelgote,
Antonia Bourvé, Tanya Aspelmeier,
Heike Heilmann, Marion Eckstein
Marion Eckstein
Pequeños Cantores de la JORCAM
Balthasar-Neumann-Chor
Balthasar-Neumann-Ensemble
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Temporada 2012-2013
Colabora:
Una producción en cooperación con
el Konzerthaus Dortmund y la Philarmonie Essen
Duración aproximada
Acto I: 1 hora y 35 min.
Pausa de 25 min.
Acto II: 1 hora y 5 min.
Pausa de 25 min.
Acto III: 1 hora y 10 min.
Fechas
29, 31 de enero
2 de febrero
19.00 horas
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Temporada 2012-2013
ARGUMENTO
Acto I
En un bosque cercano al castillo de Montsalvat, Gurnemanz, caballero de la orden del Santo Grial, despierta a dos jóvenes
escuderos para preparar el baño de Amfortas, el guardián del Grial, quien sufre de una herida incurable. Kundry, una
mujer de edad indefinida y múltiples personalidades, llega precipitadamente con un bálsamo para Amfortas. Este entra
acompañado de su séquito, acepta el bálsamo y se sumerge en el baño. Mientras Gurnemanz se lamenta por la herida de
Amfortas, los presentes le piden que cuente la historia del hechicero Klingsor, que intentó unirse a la hermandad de
caballeros pero fue repudiado por su lascivia. Resuelto a ser admitido, decidió castrarse a sí mismo, pero fue rechazado de
nuevo. Convertido en un enemigo implacable, Klingsor utilizó a una hermosa mujer para seducir a Amfortas: mientras el
rey yacía entre sus brazos, Klingsor le arrebató la lanza sagrada –la que atravesó el costado de Cristo– y lo hirió. La herida
sólo podrá ser curada por un inocente que alcance la sabiduría a través de la compasión. Un cisne cae entonces al suelo,
atravesado por una flecha. Los caballeros detienen a un joven, Parsifal, a quien Gurnemaz reprocha su acto. Kundry cuenta
que su padre, Gamuret, murió en combate y que su madre, Herzeleide, que la crió en el bosque, ha muerto también.
Mientras los caballeros transportan a Amfortas al castillo, Gurnemanz acompaña a Parsifal, preguntándose si será este
quien cumpla la profecía.
En la noble Sala del Grial, Amfortas y sus caballeros se disponen a conmemorar la Última Cena. La voz de su padre, el
anciano Titurel, le conmina a descubrir la sagrada vasija, pero Amfortas vacila porque su padecimiento aumenta en
presencia de la sangre de Cristo. Finalmente Titurel ordena a los escuderos que descubran el cáliz, que desprende un
resplandor que llena la sala. Mientras se ofrece el pan y el vino, un coro invisible canta desde arriba. Parsifal muestra su
incomprensión, aunque se cubre el corazón cuando ve gritar a Amfortas. Furioso, Gurnemanz lo expulsa de la sala.
Acto II
Viendo a Parsifal acercarse, Klingsor convoca en su castillo a su esclava Kundry para que seduzca al intruso. Con la lanza de
Amfortas en su poder, busca hacerse con el Grial destruyendo a Parsifal, en quien reconoce al salvador de la orden.
Kundry, deseando la redención, protesta en vano.
En el jardín mágico de Klingsor, las muchachas flor intentan cautivar a Parsifal, pero desaparecen cuando Kundry se
presenta y trata de seducirle con el recuerdo de su madre. Cuando Kundry se dispone a besarle, el joven retrocede,
comprendiendo al fin el misterio de la herida de Amfortas y su propia misión. Kundry intenta conquistarle a través de la
compasión y le cuenta los padecimientos que ha sufrido desde que se rió ante Cristo crucificado, pero es rechazada de
nuevo. Maldiciendo a Parsifal a errar sin esperanza en busca de Montsalvat, llama a Klingsor para que arroje la lanza
contra él. El joven la atrapa en el aire y hace con ella la señal de la cruz; el castillo de Klingsor se derrumba.
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Temporada 2012-2013
Acto III
Gurnemanz, ahora un viejo eremita, encuentra a la arrepentida Kundry desvanecida junto a un matorral. Mientras la
reanima, un caballero con armadura se aproxima. Gurnemanz reconoce a Parsifal y la lanza. El caballero relata los años
que ha pasado buscando el camino de regreso. Gurnemanz le quita la armadura y Kundry le lava los pies, secándolos con
su cabello. En compensación, él la bautiza y loa la belleza de los campos primaverales. Unas campanas distantes anuncian
el funeral de Titurel y los tres se encaminan hacia el castillo. La mesa de la Comunión ha desparecido de la Sala del Grial.
Incapaz ya de descubrir el cáliz, Amfortas ruega a los caballeros que le den muerte para acabar con su agonía. Pero Parsifal
le toca con la lanza y su herida sana. Alzando el cáliz, acepta el homenaje de los caballeros como nuevo guardián del Grial.
Kundry, liberada por fin de su maldición, cae muerta.
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Temporada 2012-2013
PARSIFAL
El Parsifal de Richard Wagner es su testamento. Una gran visión redentora de saber que nace del delirio y la locura
aparece al final de su vida y además se utilizó después. La mujer como enemiga y culpable y como símbolo del eterno
judío. Como aventura de la historia y vida real, que consigue resistir.
Algo escatológico, no hay que pasar por alto la balanza del final de los tiempos sobre culpa y expiación. Insignias utópicas
de luz y santas y últimas cosas se nos aparecen en la búsqueda del Grial a través de la cultura europea. Esto es más de lo
que pueden ofrecer Tristan und Isolde, el Anillo o Lohengrin y Tannhäuser. En Israel está prohibido todo Richard Wagner, a
pesar de que Tannhäuser fue elegido el himno nacional secreto de la fiesta fundacional del sionismo por los padres de
Israel (Theodor Herzl describió cómo, en los momentos de mayor apuro, recurría una y otra vez a las óperas de Richard
Wagner durante la tarea fundacional de Israel en París; también fue de este Parsifal del que Hitler afirmó que lo
convertiría en una religión, que había elegido para la fiesta de consagración de la victoria cuando la guerra mundial
felizmente finalizara. Y fue Parsifal la que Nietzsche, con cierta razón, eligió para sus más demoledores ataques; este
Parsifal que debía permanecer en Bayreuth, sin excluir incluso las representaciones especiales para el rey Luis II de
Baviera, lo que equivalía a la prohibición de representarla, a excepción de los iniciados de la casa.
Viéndose a sí mismo como un mundo que debía ser liberado con esta historia y esta música, Wagner creó su propia obra
de autoliberación, de modo que con Parsifal y su interpretación o realización es Richard Wagner el que se convierte en
sujeto de discusión y con él todos aquellos que se atreven a organizarlo y a mirarlo y a escucharlo o leerlo. Nosotros
mismos estamos también ante juicio en tan serio juego, que nos es sagrado cuando se trata de la esencia, del arte y de la
vida, que es lo que el Grial siempre significa. Se trata del cielo y de la tierra, de lo bueno y lo malo, del Juicio Final como
representación, lo cual no deja de entrañar sus peligros.
Hans Jürgen Syberberg
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Temporada 2012-2013
Entrevista con Thomas Hengelbrock
«Tiene una sonoridad misteriosa»
Polifacético, innovador y audaz, pero también riguroso, Thomas Hengelbrock, el director de orquesta que tomará la
batuta en breve para dirigir un Parsifal con instrumentos de la época de Wagner, desvela las novedades sonoras que
semejante experiencia puede entrañar para el auditorio.
Thomas Hengelbrock ha investigado y se ha remontado al año de 1880 para intentar reconstruir la sonoridad de la
orquesta que dirigió el propio Wagner en el estreno de Parsifal en Bayreuth, pocos meses antes de morir. “Intentamos
reconstruir la situación más o menos de la época del estreno en Bayreuth. El sonido será significativamente diferente en
muchos instrumentos de viento, por ejemplo en su timbre. Pero también en los de cuerda, porque toda la sección tocan
con cuerdas de tripa y solo introducen ocasionalmente el vibrato, al uso de aquella época”, explica el director musical de la
orquesta de la emisora NDR de Hamburgo. Un proyecto muy atractivo para él y que, dado que la entrevista se celebra un
par de meses antes del estreno, todavía se encuentra en fase de elaboración, sobre todo en lo que respecta a la
construcción de algunos instrumentos de la época. “Lo emocionante de este proyecto, también personalmente para mí, es
que no puedo describir con exactitud cómo sonará el conjunto, pues algunos instrumentos todavía no sabemos cómo van
a sonar, aunque contamos con la descripción de la época. Sobre ello hay interesantes cartas de Wagner, que era un
músico muy avanzado también en lo concerniente a la preocupación por los nuevos instrumentos, y que hizo construir él
mismo algunos, como por ejemplo la tuba Wagner o la viola de Ritter”. El director, al que acompañarán el BalthasarNeumann-Chor y Ensemble, fundados por él, señala también que “en lo concerniente a este tema, Wagner, junto con
Berlioz un par de años antes, era sin duda el compositor más avanzado, lo que le distingue mucho de Verdi”.
Nuevos instrumentos antiguos
La gran renovación de la orquesta, acercándola a las actuales, se produce en el siglo XIX sobre todo con Berlioz y Wagner,
como ha señalado este reconocido innovador que recientemente cosechó un gran éxito al dirigir Tannhäuser en el Festival
de Bayreuth. Y describe los nuevos instrumentos antiguos que se incorporarán a la orquesta: “El corno inglés de Wagner,
un instrumento que en el registro más bajo es más sonoro y establece una relación con las octavas más bajas, en este caso
con el fagot. Se diseñó siguiendo las ideas de Wagner, pero lamentablemente no se pudo fabricar en su época. Nosotros lo
hemos encargado especialmente para nuestras representaciones, nuestro tono y nuestros músicos. También vamos a
tocar el antiguo oboe alemán, que se parece un poco al actual oboe vienés con los agujeros un poco más anchos, con un
timbre más cálido y oscuro, que no es tan gangoso como el de los instrumentos franceses que son los que más se tocan
actualmente”. La incorporación de estos instrumentos modificará el sonido de la orquesta.
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Temporada 2012-2013
“Naturalmente, el balance entre los distintos instrumentos se desplaza notablemente. Esa es la experiencia que tuvimos
con Rigoletto y Falstaff por lo menos. Los instrumentos de viento metal son claramente menos sonoros en comparación a
los instrumentos modernos, y el conjunto de madera suena más colorido y, si los escuchamos con los oídos actuales,
también un poco más anticuado. Suena todo todavía a algo artesanal, a madera, a boj.” En el entusiasmo de su expresión
uno cree escuchar ya esos nuevos sonidos, al tiempo que el aroma de boj se esparce en el ambiente. Estos nuevos
instrumentos cambian la sonoridad de la orquesta, sin embargo los cantantes requieren las mismas cualidades que
siempre han sido imprescindibles para enfrentarse a una obra de Wagner, y que Hengelbrock define hasta el detalle: “Los
papeles son tan exigentes, aunque solo sea por el tiempo que los cantantes tienen que cantar, que no podemos recurrir a
las llamadas voces de música antigua”. Y tampoco estaría en el espíritu de Wagner, según él: ”Hemos buscado cantantes
inteligentes y expresivos en el canto, la voz tiene que ser capaz de modular. Lo que no me gustan son los cantantes que
solo saben cantar por encima del fortissimo, pues en Parsifal hay que saber interpretar los tonos intermedios, eso es muy
importante”. Y si exige rigor en el canto, también lo hace en la declamación pues “el texto debe ser comprensible. Quiero
recordar que a menudo cuando ensayaba, Wagner, durante las tres primeras semanas, no dejaba cantar ni una nota a sus
cantantes. Solo les hacía declamar el texto: ¡durante tres semanas! Como un buen actor, el cantante debe haber
interiorizado el texto antes de declamarlo o cantarlo.”
Una ópera misteriosa
La elección de Parsifal para llevar a cabo este experimento se debe a la particular fascinación que ejerce sobre un director
habituado a transitar por todas las épocas y repertorios, no en vano fue director musical de la Volksoper de Viena, fundó el
Festival de Feldkirch y ha descubierto al público rarezas como Il Giustino de Legrenzi o ha puesto en escena Il re pastore de
Mozart en el Festival de Salzburgo. “De todas las óperas de Wagner esta es la que tiene una sonoridad más misteriosa para
mí. Lo que resulta sorprendente en Parsifal y me conmueve cada vez hasta dejarme estupefacto es esa indescriptible
magia tímbrica, cuando el sonido se convierte en sustancia compositiva. Es decir que la configuración sonora es
inseparable de la sustancia compositiva. En otras obras se puede decir: esta es la estructura, esto es la composición, esto
es el contrapunto, estos son los fugati”, explica. Todo esto puedo hacerlo audible en diversas instrumentaciones, y
semejante música no suele resistirse a adaptaciones instrumentales. ¡Con Parsifal es diferente! Yo creo que hay mucho de
su espíritu metafísico en la sonoridad.” Los sonidos de Parsifal han cautivado a muchos artistas y compositores, porque
parece que detrás de su sonoridad habita un enigma también: “En esta obra nos encontramos con una mezcla de colores
de los instrumentos totalmente nueva, pero también con una renuncia al gran virtuosismo. Eso resulta muy llamativo
frente a las inmensas dificultades técnicas de interpretación a las que nos enfrentamos en parte de Götterdämmerung o
de Die Walküre, y por supuesto en las más tempranas óperas románticas. Son óperas técnicamente muy exigentes. Las
cosas, para emplear una expresión de Richard Strauss, se elaboran bien, se trabajan bien, se ornamentan bien. En Parsifal
lo ornamental desaparece, el sonido mismo se convierte en sustancia. No es un ‘añadido’ sino la auténtica esencia”.
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Temporada 2012-2013
Esa sencillez en la composición, que manifiesta la capacidad para llegar a lo sustancial a través de una gran depuración
puede interpretarse como un retroceso en lo armónico, pero para Thomas Hengelbrock es una prueba de sabiduría y
compara al último Wagner con el último Mozart: “Piense en la obra tardía de Mozart. Ahí también lo encuentra, que en lo
armónico es de nuevo completamente sencillo, ese increíble Do Mayor por ejemplo al final de Così fan tutte. Ahí cabría
decir: se trata de un retroceso frente al tratamiento orquestal indómito, colorido, del todo precursor del Romanticismo
que supone Idomeneo. Por otra parte, precisamente debido a esta sencillez penetra en el núcleo de exposiciones a las que
antes no había llegado nunca. Y algo parecido ocurre con Wagner: Parsifal es pura magia, y tal vez sea la obra que menos
se puede explicar. He oído muchas interpretaciones, pero siempre permanece del todo misteriosa. Y con nuestra
interpretación tampoco debemos provocar la sensación de que vayamos a arrancar demasiados velos. No se trata, para
nosotros, de desvelar Parsifal, sino todo lo contrario. A partir de mi experiencia con los instrumentos del siglo XIX, creo
que algunas cosas incluso pueden resultar aún más mágicas”. Para este intérprete, conocido ya por el público madrileño
tras ponerse al frente de la orquesta titular del Teatro Real para dirigir Iphigénie en Tauride y La clemenza di Tito, algo en
Parsifal, que ataña al tempo, que establece las mayores diferencias con respecto a cualquier obra maestra, que es
resistente frente a cualquier intento de forzar el tempo. La obra es inmune a los intérpretes. Tiene una fuerza mágica,
también metafísica, que no se puede describir.
Abrirse a la experiencia
Enfrentarse a Parsifal, el legado musical, espiritual y vital de Wagner, que durante treinta años no pudo salir de Bayreuth,
el templo de su interpretación, requiere del público una actitud abierta a nuevas experiencias de investigación sonora para
escuchar esta nueva propuesta de Thomas Hengelbrock. Un camino que ya investigó en su ejecución del Rigoletto y el
Falstaff de Verdi, también con una orquesta histórica. De esa experiencia, el director alemán extrae la conclusión de que
vale la pena seguir avanzando en ese camino, dejando las puertas abiertas para dejarse sorprender. “Valoro mucho la
apertura de este proceso y no quiero formular resultados. Me parece que empezar formulando la meta se corresponde a
un concepto muy estrecho del arte. Eso lo he aprendido de los buenos directores de teatro: vamos a ver una producción y
naturalmente tenemos ideas concretas, pero entonces llegan los actores, los cantantes y los músicos, y nos vamos de
viaje. Eso es el arte, ahí surgen procesos de enriquecimiento mutuo, que ahora todavía no nos atrevemos a soñar”.
Revista del Real
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Temporada 2012-2013
Entrevista con Angela Denoke
«Kundry es un blanco móvil»
En esta ocasión será Kundry, un papel de extrema dificultad musical y dramática. Una nueva forma de disfrutar de Angela
Denoke, una cantante inolvidable en numerosos papeles no solo del repertorio operístico alemán, sino también de óperas
checas y rusas del siglo XX.
En España la hemos visto como María en Wozzeck, en el papel de Emilia Marty en El caso Makropulos de Janáček, y en un
programa de canciones de cabaret de Hollywood y la República de Weimar. Tuvimos oportunidad de entrevistarla durante
la gira de Wozzeck en versión de concierto por Estados Unidos bajo la dirección de Esa-Pekka Salonen.
[Revista del Real] Usted ya ha interpretado el papel de Kundry en Parsifal, concretamente para Daniel Barenboim en la
Berlin Staatsoper, y otras dos veces en Viena en los últimos cuatro años, así como en Múnich, París y, más recientemente,
en Hamburgo. ¿Qué le interesa en esta ópera, y más concretamente en el papel de Kundry?
[Angela Denoke] Ante todo me intriga la complejidad del personaje. Desde luego, desde el punto de vista musical el papel
es un tremendo desafío, que además encierra muchas opciones, por lo que cada producción exige tomar nuevas
decisiones. Ese es el motivo principal por el que siempre estoy deseando tomar parte en una nueva producción de Parsifal.
[RR] ¿Cómo ve usted el personaje de Kundry? En los actos individuales, pasa de ser una mujer tentadora a convertirse en
una mujer suplicante, arrepentida…
[AD] ¡Existen tantas posibilidades distintas a la hora de interpretar el personaje de Kundry! Yo la veo como una mujer real
y al mismo tiempo como una “visión”. Tanto por lo que sufre, como también por cómo funciona en la ópera, es decir como
una proyección de todos los personajes masculinos. Es algo difícil de describir porque no se puede reducir a un único
aspecto de su personaje. ¡Esta Kundry es un blanco en perpetuo movimiento!
[RR] Entre otros papeles de Wagner, también ha cantado usted el de Elisabeth en Tannhäuser (y más recientemente, ha
interpretado los papeles de Elisabeth y de Venus en la Ópera de Hamburgo), y Sieglinde (Die Walküre) ha estado en su
repertorio durante cierto tiempo. Según parece, dudó usted si aceptar cantar el papel de Sieglinde.
[AD] Pensé que era demasiado pronto para mí, y por eso dije que no. ¡Los cantantes tienen que cuidar de su salud vocal!
Entonces, en la producción de Stuttgart, Katarina Dalayman tuvo que cancelar, de manera que acepté salir, y estuvo bien,
ahora Sieglinde es una incorporación importante a mi repertorio de Wagner.
[RR] En abril de este año canceló usted su participación el Festival de Bayreuth del año que viene, en el papel de
Brünnhilde.
[AD] No es una decisión que haya tomado a la ligera. He estudiado las tres partes, sobre todo durante los primeros meses
de 2012. Puedo cantar ese papel, pero mi voz no es lo bastante dramática para él, y no puedo hacer tres partes en 5 días.
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Temporada 2012-2013
El papel está al límite de mi voz, es decir que me llega justo para cantarlo, pero no es saludable para mí. Además, en ese
papel mi voz tiene un poco más de vibrato del que yo quisiera, y me preocupaba que después de hacerlo ya no pudiera
cantar otros papeles, papeles que todavía quería hacer. Renunciar a Brünnhilde fue una decisión difícil, y todavía me
entristece un poco, pero al final fue la decisión acertada. Sin embargo, el papel no me asusta. ¡Quizá algún día cante una
sola parte! ¡Y sigo queriendo hacer Isolde –un papel que las sopranos alemanas no quieren interpretar!
[RR] Destaca usted por sus capacidades interpretativas. ¿Actuar es importante para usted, lo ha estudiado?
[AD] Sí, por supuesto que he estudiado interpretación, pero además he tenido la suerte de trabajar con buenos directores
(Johannes Schaaf, Hans Neufenfels, Christoph Loy, Christopher Marthaler, David Pountney, David McVicar y otros, gracias
a lo cual también he aprendido ‘en el tajo’. ¡A menudo es la mejor manera! Y siempre he querido crear cada papel que
canto.
Romanticismo
[RR] Gérard Mortier, el Director Artístico del Teatro Real, la ha vuelto a contratar para la producción de Parsifal en Madrid.
[AD] Tengo muchos motivos para estar agradecida a Gérard Mortier, y uno de ellos, y no precisamente de los menores,
son las producciones tan interesantes que me ha ofrecido a lo largo de los años en Salzburgo, París y Madrid. En 1998,
cuando era director del Festival de Salzburgo, me propuso el papel de Katia, en Katia Kabanova de Janáček, en la
producción de Christopher Marthaler. ¡Fue una verdadera revelación! Mortier tiene instinto –simplemente tuvo la
corazonada de que yo retrataría a Katia justo como él quería verla. Siempre está dispuesto a arriesgarse con cantantes
como yo, que estamos continuamente a la busca de algo nuevo. Hay varios papeles que, sin su aliento, yo no habría
descubierto por mi cuenta. Solo por esa razón, considero que es uno de los directores de ópera más importantes de su
generación.
[RR] ¡De hecho, conoció usted a su esposo, el tenor Americano David Kuebler, precisamente en esa producción de Katia!
[AD] “¡Sí, 1998 fue un año importante! En esa producción, David, cantó el papel de mi amante Boris; en uno de los
ensayos, cuando estábamos en escena, nos miramos el uno al otro y pasó algo –nos enamoramos. ¡De hecho, está todo
grabado –existe un DVD de la producción, así que puede usted verlo en nuestros ojos!
[RR] ¿En qué otras producciones de Wagner la veremos?
[AD] De enero a abril de 2013 estaremos todos bajo el signo de Parsifal, por así decirlo, ya que, después de Madrid,
cantaré el papel de Kundry también en Zúrich y en Viena. Y en mayo de 2013 saldré en Rienzi en Roma.
Mirka Zemanová
Revista del Real
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Temporada 2012-2013
Entrevista con Matthias Goerne
«Amo los personajes que sufren interiormente»
Tras su arrollador éxito con Des Knaben Wunderhorn de Mahler en la segunda de Las noches del Real, el barítono alemán
Matthias Goerne regresa para encarnar por primera vez al atormentado Amfortas en el Parsifal de Wagner que Thomas
Hengelbrock dirigirá con instrumenots originales de la época del compositor.
[Revista del Real] ¿Cómo contempla el personaje de Amfortas?
[Matthias Goerne] Ante todo, la obra me interesa musicalmente, y he de decir que es el personaje que más cercano me
resulta, porque sus sufrimientos son totalmente humanos. Es la figura más humana de la ópera, y su música también lo
refleja. No se parece nada, por ejemplo, a los extensos monólogos de Gurnemanz. Y su canto tiene también muy poco que
ver con el del mismo Parsifal o el de Kundry. Parsifal es, por otra parte, la partitura más perfecta e intensa de Wagner,
donde refleja toda su sabiduría compositiva en su más absoluta madurez.
[RR] Es uno de los primeros papeles wagnerianos que aborda, y también uno de los más dramáticos, después de Wolfram
en Tannhäuser o Kurwenal en Tristán e Isolda, que son más líricos.
[MG] Wolfram sí, pero Kurwenal no tanto, es más bien un barítono de carácter. En Wolfram, por ejemplo, me falta la
dimensión desesperada de Amfortas, aunque a cambio tiene la maravillosa canción a la estrella de la noche. He cantado
en concierto los monólogos de Hans Sachs en Los Maestros Cantores, y voy a incorporar a Wotan, primeramente la escena
final de La Walkyria con Christoph Eschenbach (junto con el monólogo del Holandés) y luego en escena con Jaap van
Zweden, director titular de la Filarmónica de Hong-Kong, que quiere contar conmigo para un gran proyecto del Anillo. Casi
todos los papeles wagnerianos están escritos en una tesitura muy grave. Aunque con el Ensemble Balthasar Neumann
seguro que se consigue un sonido muy diferente, menos metálico y agresivo. Es la mejor orquesta de este género que
tenemos actualmente en Alemania.
[RR]¿Qué ventajas e inconvenientes tiene una versión de concierto?
[MG] La ventaja fundamental es que te permite concentrarte con mucha mayor fuerza en la música y su relación con el
texto. Parsifal es una obra cuya acción es muy estática en su mayor parte, y es dificilísima de montar de modo plenamente
convincente. Como espectador, he asistido a varias representaciones, y reconozco que la que más me impactó fue la que
dirigió Valery Gergiev en el Festival de Salzburgo en memoria de Sir Georg Solti. Otra obra que funciona perfectamente en
concierto es El castillo de Barba Azul de Bartók, que acabo de cantar en París con Christoph von Dohnányi, porque tiene
una acción interior.
[RR] Hablando de Barba Azul, le gustan los papeles con un fuerte trasfondo psicológico, como Cardillac de Hindemith y por
supuesto Wozzeck de Berg.
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Temporada 2012-2013
[MG] No me interesan las óperas escritas simplemente para entretener al público. Me gustan los personajes que sufren
interiormente, como el protagonista de Matthias der Maler, también de Hindemith, el personaje más difícil que he
cantado hasta la fecha, y que acabo de encarnar en la Bastilla. Al fin y al cabo, tampoco vivimos en unos tiempos fáciles, y
yo soy una persona a la que le afectan los problemas de hoy. Aunque disfruto igualmente con el Papageno de Die
Zauberflöte, una ópera que, a pesar de las apariencias, tiene un enorme trasfondo filosófico, con su dicotomía entre lo
masculino y femenino, lo terrenal y lo espiritual...
[RR] Le interesa especialmente la estética del fin del siglo XIX y principios del XX.
[MG] En esa época está siempre presente, especialmente en la cultura alemana (literatura, pintura…), ese aspecto trágico
reflejado de una manera muy artística. Compositores como Alban Berg consiguen llegar hasta lo más hondo del individuo,
creando unos personajes enormemente vivos. Y la poesía de esa época es maravillosa, tremendamente expresiva y
turbadora.
[RR]¿Cómo suele estudiar los personajes? ¿De manera diferente a un Lied?
[MG] Suelo partir siempre de la relación entre la música y el texto, que es el que te suele indicar la manera en que tienes
que frasear cada pasaje, ya sea una cantata de Bach o un personaje de ópera. Y, evidentemente, yo soy la misma persona.
[RR] Tuvo usted bastante relación con el tristemente desaparecido Hans Werner Henze.
[MG] He cantado El joven Lord, con libreto de Ingeborg Bachmann, de la que era tan amigo, así como la Elegía para
jóvenes amantes. Y, sobre todo, tuve mayor contacto con él a propósito de L’upupa, que estrené en Salzburgo y en
Madrid. En toda su obra se aprecia esa pasión que sentía por Italia y el Mediterráneo. Sabía escribir muy bien para la voz,
de una manera muy fluida. Es, sin duda, uno de los grandes compositores del siglo XX. Y amaba muchísimo la vida, como
yo.
Rafael Banús
Revista del Real
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Temporada 2012-2013
BIOGRAFÍAS
Thomas Hengelbrock
Director musical
En la década pasada, este director musical de polifacética personalidad (investigador, promotor cultural, director de
escena) atrajo la atención internacional con sus redescubrimientos musicales. En 2011 ha sido nombrado director musical
de la NDR de Hamburgo. Fue director artístico de la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen (1995-98) y director musical
de la Volksoper de Viena (2000-03). En 2001 fundó el Festival de Feldkirch, del cual fue director artístico hasta 2006.
También ha sido fundador y director del coro y conjunto Balthasar-Neumann. Además de su actividad en el área de
conciertos, su repertorio abarca todo el espectro operístico: desde rarezas como Il Giustino de Legrenzi, hasta Il prigioniero
de Dallapiccola y West Side Story de Bernstein, sin pasar por alto obras como Il barbiere di Siviglia (Festival de BadenBaden), Der Freischütz (Festival de Lucerna) e Idomeneo, Die Zauberflöte y Orpheus et Euridice de Gluck (Opéra national de
Paris). Ha colaborado estrechamente con los creadores escénicos Philippe Arlaud, Achim Freyer, Pina Bausch y Luc Bondy,
entre otros, además de realizar sus propias puestas en escena en el Festival de Salzburgo (Il re pastore) y el Festival de
Feldkirch (Don Giovanni). Recientemente ha dirigido Tannhäuser en el Festival de Bayreuth y Orpheus et Euridice en Nueva
York. En el Real dirigió Iphigénie en Tauride y La clemenza di Tito.
Peter Tilling
Asistente del director musical
Nació en Maguncia y estudió en la Universidad de Música de Mannheim. Ha sido asistente de Franz Welser-Möst, lngo
Metzmacher, Sylvain Cambreling, Thomas Adès y Nikolaus Harnoncourt. Trabajó en el Badisches Staatstheater de
Karlsruhe y, posteriormente, ha sido director en el Teatro de St. Gallen (Suiza). También ha dirigido en la Opernhaus de
Zúrich, la Staatsoper de Stuttgart y en el Theater an der Wien, entre otros escenarios. Ha sido invitado por conjuntos como
la Sinfónica de Gotemburgo, Die Gruppe für Neue Musik de Berlín y la Sinfónica de Wuppertal, y mantiene una sólida
carrera como pianista y violonchelista. El pasado verano dirigió Tannhäuser en el Festival de Bayreuth y más
recientemente Dionysos de Wolfgang Rhim en la Nederlandse Opera de Ámsterdam. En el Real ha dirigido La clemenza di
Tito y ha participado en la versión de concierto de Moses und Aron.
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Temporada 2012-2013
Matthias Goerne
Amfortas
Nació en Weimar y estudió con Hans-Joachim Beyer en Leipzig y con Elisabeth Schwarzkopf y Dietrich Fischer-Dieskau. Uno
de los cantantes más solicitados internacionalmente, es invitado habitual de los más renombrados festivales y salas de
concierto, así como de los principales escenarios de ópera, como el Covent Garden de Londres, la Opéra national de Paris,
la Staatsoper de Viena, el Metropolitan de Nueva York y el Teatro alla Scala de Milán, entre otros. Ha colaborado con los
directores, las orquestas y pianistas más prestigiosos. Su repertorio operístico incluye títulos como Parsifal, Tannhäuser,
Wozzeck, El castillo de Barbazul o Lear. Entre 2001 y 2005 fue profesor honorario en la Academia de música Robert
Schumann de Düsseldorf y desde 2001 es miembro honorario de la Royal Academy of Music de Londres. Recientemente
ha interpretado a Wolfram (Tannhäuser) en Múnich. En el Real ha cantado en L’Upupa de Henze y dos conciertos
sinfónico-vocales. (www.matthiasgoerne.com)
Victor von Halem
Titurel
Nació en Berlín, pero realizó su formación en España y Portugal. Su carrera como cantante comenzó en la Deutsche Oper
de Berlín. Su larga trayectoria como bajo está marcada por su participación en los más prestigiosos escenarios como el
Teatro alla Scala de Milán, el Carnegie Hall de Nueva York, la Opéra national de Paris, la Staatsoper de Viena y la Ópera de
San Francisco, entre otros. Además ha participado en los festivales de Bayreuth, Glyndebourne, Edimburgo y el de la Arena
de Verona, por mencionar algunos. Su repertorio incluye los personajes de Sarastro (Die Zauberflöte), Filippo II (Don
Carlo), Rocco (Fidelio), Gurnemanz (Parsifal), Osmin (Die Entführung aus dem Serail) o Ramfis (Aida), entre los más
destacados. Recientemente ha cantado L ‘amour de les trois oranges y Lulu en la Opéra national de Paris. En el Teatro Real
ha participado en Saint François d’Assise.
Kwangchul Youn
Gurnemanz
Se graduó en la universidad de su ciudad natal, Chungju (Corea del Sur). Siendo estudiante, ganó el primer premio en el
Concurso Vocal Nacional de Corea. En 1988 hizo su debut en la Ópera Estatal de Seúl como Sirieux (Fedora) y continuó sus
estudios en la Academia de Artes de Berlín. Tras ser miembro del conjunto de artistas estables de la Staatsoper de Berlín,
este bajo ha sido invitado a cantar en los escenarios de mayor prestigio, como el Teatro alla Scala de Milán, la Staatsoper
de Viena, el Metropolitan de Nueva York, el Covent Garden de Londres, la Opéra national de Paris y los festivales de
Bayreuth y Salzburgo, donde ha interpretado personajes como Gurnemanz (Parsifal), Ferrando (Il trovatore), Il
Commendatore (Don Giovanni), Ramfis (Aida), Sarastro (Die Zauberflöte), Hunding (Die Walküre), Fasolt (Das Rheingold),
Méphistophélès (Faust), Filippo (Don Carlo). Recientemente ha sido Narbal (Les troyens) en el Metropolitan. En el Real ha
cantado en Lohengrin. (www.kwangchulyoun.info)
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Temporada 2012-2013
Johannes Martin Kränzle
Klingsor
Nació en Augsburgo (Alemania) y estudió violín, composición y dirección de teatro musical. Posteriormente, estudió canto
con Martin Gründler en Fráncfort. Tras cantar en Dortmund y Hannover, ha sido miembro del conjunto de artistas estables
de la Ópera de Fráncfort desde 1998. Su trayectoria profesional le ha llevado por prestigiosos escenarios como el Teatro
alla Scala de Milán, la Staatsoper de Berlín, la Ópera de San Francisco y los festivales de Salzburgo y Glyndebourne. Su
amplio repertorio como barítono incluye personajes principales de Mozart (Don Giovanni, Die Zauberflöte, Le nozze di
Figaro, Così fan tutte) y Rossini (Il barbiere di Siviglia, La cenerentola), así como Wolfram (Tannhäuser), Beckmesser (Die
Meistersinger von Nürnberg), Alberich (Das Rheingold), Ford (Falstaff), Tomsky (La dama de picas) y Eisenstein (Die
Fledermaus). Recientemente ha sido Alberich (Siegfried) en Milán y Berlín. (www.johannesmartinkraenzle.de)
Angela Denoke
Kundry
Esta recocida soprano alemana nació en Stade, debutó en Ulm y fue contratada poco después por la Ópera de Stuttgart.
Ha cantado con regularidad en la Opéra nacional de Paris, la Staatsoper de Viena y la Staatsoper de Berlín, protagonizando
títulos como Katia Kabanova, Die tote Stadt, Der Rosenkavalier, Arabella, Salome, Jenůfa, Lohengrin, Wozzek, El caso
Makropulos y Fidelio, entre muchos otros. También ha sido invitada a cantar en escenarios como el Teatro alla Scala de
Milán, la Royal Opera House de Londres, el Metropolitan de Nueva York, la Bayerische Staatsoper de Múnich y el Festival
de Salzburgo. En febrero de 2009, el Gobierno austriaco le otorgó el título de Kammersängerin de la Staatsoper de Viena.
Recientemente ha cantado Tannhäuser en la Staatsoper de Hamburgo y Der Rosenkavalier en la Staatsoper de Viena. En el
Teatro Real ha participado en Wozzeck, El caso Makropulos y un recital.
Simon O’Neill
Parsifal
Este importante tenor neozelandés ha sido alumno de prestigiosos centros de enseñanza como la Escuela de Música de
Manhattan y la Escuela Juilliard de Nueva York. Es un artista habitual en los grandes escenarios internacionales como el
Teatro alla Scala de Milán, la Staatsoper de Viena, el Metropolitan de Nueva York, la Royal Opera House de Londres, la
Staatsoper de Berlín y los festivales de Bayreuth y Salzburgo, donde ha interpretado un gran número de personajes, de los
cuales podemos resaltar Siegmund (Die Walküre), Jenik (La novia vendida), Tamino (Die Zauberflöte), Florestan (Fidelio),
Sergei (Lady Macbeth de Mtsensk), Mao Tse-Tung (Nixon in China), Stolzing (Die Meistersinger von Nürnberg) y el titular de
Lohengrin. En 2005 fue galardonado con el Premio de las Artes de Nueva Zelanda. Recientemente ha sido Siegmund (Die
Walküre) y Cavaradossi (Tosca) en Múnich y Tokio respectivamente. (www.simononeill.com)
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Temporada 2012-2013
Balthasar-Neumann-Ensemble
El Balthasar-Neumann-Ensemble lo fundó Thomas Hengelbrock en 1995. Bajo su dirección artística, este conjunto de
carácter internacional ha conseguido un excelente prestigio. Su fogoso apasionamiento, la precisión y estupendo
virtuosismo son rasgos que la prensa siempre alaba sobre él y que entusiasma al público. Los proyectos abarcan obras
desde el Barroco temprano hasta la Modernidad, que, sobre una base históricamente documentada de ejecución, se
ofrecen con los instrumentos adecuados a cada ocasión. Una característica de la labor artística es la síntesis entre
repertorio y trabajos pioneros, que impregna los programas de conciertos y los proyectos operísticos por igual. El
Ensemble es invitado a los grandes escenarios y los centros culturales más importantes de Europa. Obras conocidas como
la Misa en Si menor de Bach, L’Orfeo de Monteverdi o la Misa solemnis de Beethoven brillan con ellos por la frescura de
sus interpretaciones, las óperas de Mozart, Bizet y Verdi sorprenden por la nueva configuración con el sonido original.
Durante doce años estuvo como “Ensemble in residence” en el Festival de Schwetzingen, donde presentó recuperaciones
barrocas con mucho éxito; desde 2008, el Ensemble actúa con regularidad en el Festival de Baden-Baden, recientemente
con L’elisir d’amore de Donizetti, bajo la dirección de Pablo Heras Casado. Asimismo, directores como Teodor Currentzis y
Alessandro de Marchi colaboran con él.
Balthasar-Neumann-Chor
En 1991, Thomas Hengelbrock dirigió a destacados solistas junto con el Balthasar-Neumann-Chor. Ya los primeros
conciertos fueron festejados internacionalmente como extraordinarios éxitos y, mientras tanto, se ha convertido en uno
de los “mejores coros del mundo” (revista Gramophone). La gran flexibilidad en el reparto permite abarcar un amplio
repertorio, cuyo núcleo lo constituye la música del siglo XVII al XVIII. La actividad musical se extiende desde obras sacras
como el Requiem de Antonio Lotti, pasando por la Misa en Si menor de Bach, música de coro italiana, oratorios de Händel
y Haydn hasta las obras de coro románticas y estrenos absolutos. Junto con el Balthasar-Neumann-Ensemble y Thomas
Hengelbrock se llevan a cabo óperas, programas de concierto inhabituales e innovadores proyectos semiescénicos o
músico-literarios. El Coro colabora también con directores como Ivor Bolton, René Jacobs, András Schiff y Howard Arman.
Los cantantes actúan en todas las grandes salas de conciertos de Europa y en festivales. Han realizado asimismo giras por
China, México y los Estados Unidos. Han recibido premios por varias grabaciones, el más reciente ha sido el codiciado
Premio Gramophone por su CD “Lotti-Zelenka-Bach”.
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