un viaje a los años 50: la ruta obrera

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UN VIAJE A LOS AÑOS 50: LA RUTA OBRERA
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UN VIAJE A LOS AÑOS 50: LA RUTA OBRERA
ENTIDAD
RESPONSABLE
LENBUR Fundazioa
Dirección:
OFICINA DE TURISMO
DE LA COMARCA UROLA GARAIA
Parque Mirandaola,
Barrio Telleriarte s/n
20230 LEGAZPI (GIPUZKOA)
Tfno.: 943 730 428
Fax: 943 733 163
Correo electrónico:
[email protected]
Web: www.lenbur.com
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UN VIAJE A LOS AÑOS 50: LA RUTA OBRERA
DESCRIPCIÓN
El hierro forma parte de la historia
de Legazpi, localidad rodeada de
un sugerente y verde paisaje que
tiene como fondo el mítico Aizkorri.
La milenaria cultura del hierro
iniciada por los ferrones ha tenido
y tiene su continuación en Legazpi
durante los siglos XX y XXI.
Un día en los años 50, La Ruta
Obrera en Legazpi te ofrece la
posibilidad de hacer un viaje en el
tiempo y de adentrarte en el mundo
de las familias obreras de los años
50, recorriendo más de 15 lugares
-incluyendo el propio municipio de
Legazpi- ligados a la industrialización
como el economato, el dispensario
médico, la pensión para los obreros,
etc… Además, podrás ver in situ la
recreación de la vivienda obrera, del
aula y de la capilla, donde conocerás
Fábrica
el ámbito familiar, educativo y
religioso de aquella época gracias a
avanzados sistemas audiovisuales.
Para visitar los 15 puntos de la
Ruta Obrera se necesitan
aproximadamente 2 horas. La
visita a la , la y el del Colegio del
Buen Pastor, dura 1 hora
aproximadamente incluyendo el
audiovisual y dependiendo del
número de visitantes.
QUÉ VISITAR
Puntos de interés
Azpiko-Etxea: Las diferentes
etapas de la historia del hierro se
manifiestan en la propia historia de
Legazpi. Elemento fundamental en
la formación moderna de nuestro
pueblo, la localidad contaba hacia
el siglo XV con más de 20 ferrerías
de agua que convivían con la
actividad agrícola y pastoril. Hacia
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el siglo XVIII, estas ferrerías
experimentan una profunda crisis
debido a su falta de adaptación a
los nuevos tiempos y un siglo
después se aprovecha la misma
fuerza motriz del agua y se reutiliza
la maquinaria anterior para producir
otros materiales como el cemento,
las tejas y el papel. Sirva como
ejemplo Azpiko-Etxea, fábrica de
manufacturas de papel que
contribuirá a impulsar el primer
proceso hacia la industrialización.
Villa de Etxeberria: Nacido en
1882, Patricio Echeverría decidió
abandonar la industria papelera
familiar para recuperar la tradición
del hierro. En 1908 abrió, junto con
otros tres socios, un taller dedicado
a la producción de herramientas
destinadas a todo tipo de oficios.
En 1919 se disolvió esta sociedad,
quedando Patricio Echeverría a
Aula colegio
cargo de la fábrica. De los 12
trabajadores con que contaba en
1908, pasó a 523 en 1931, para
seguir aumentando en las siguientes
décadas hasta alcanzar los 3.400 a
finales de los setenta, absorbiendo
el 85% de la población activa de
Legazpi y gran parte de la mano
de obra de los pueblos de alrededor.
Economato: La creación de
economatos laborales durante la
época franquista tenía un carácter
obligatorio. Legazpi no fue diferente
a otras zonas industriales y en 1939
Patricio Echeverría abrió el
economato, situado inicialmente
dentro de la fábrica y posteriormente
trasladado a este edificio. Las
mujeres, administradoras de la
economía familiar, debían aguantar
largas horas de espera para poder
adquirir alimentos de primera
necesidad a precios más asequibles.
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Cada familia era propietaria de una
cartilla donde se racionaban y
contabilizaban los productos.
Etxe-Alai: Esta primera casa
obrera, denominada Etxe-Alai, se
levanta en 1922-1923 frente a la
fábrica, característica común de
esta época, debido a los problemas
del transporte. Las casas
construidas por el patrono se
convierten para la mayoría en la
única posibilidad de acceder a una
vivienda, ya que no pueden pensar
en comprar un inmueble y el
alquiler de estas viviendas sí es
asequible. Además la empresa se
asegura de esta forma una plantilla
fija de trabajadores.
Patricio Etxeberria S.A.:
Dedicada a la fabricación de
herramientas para todo tipo de
oficios, en un principio utilizaba
acero proveniente de Altos Hornos
de Vizcaya. Posteriormente, hacia
1931 comenzó a producir su propio
acero y laminación por lo que se
convirtió en un fabricante integral
de herramientas, desde la fundición
de la materia prima hasta la
producción de la herramienta con
todos sus componentes. Su interior
era como una gran ciudad, con
calles por donde transcurría un
tren, el servicio interno de
autobuses y el ir y venir de
trabajadores en sus bicicletas
amarillas con un distintivo de la
fábrica. Bellota es la marca por
excelencia de esta empresa.
a los obreros de la empresa. Aquí
los trabajadores, generalmente
solteros, disponían de habitaciones
individuales, baños, servicio de
comedor y de lavandería.
Pensión de Sta. Cruz: En la
década de los 60 continúan los
problemas de alojamiento. No todos
los obreros podían acceder al
alquiler de viviendas y en 1968 se
construye esta pensión destinada
La vivienda: En este edificio del
barrio de San Inazio,
concretamente en el número 5,
encontramos la recreación de una
vivienda de 1950 a través de la
cual se puede conocer el modo de
Los barrios obreros: En apenas
dos décadas, de los años 20 a los
40, la población de Legazpi
aumenta en un 48,31%,
convirtiéndose la vivienda en un
problema de primer orden. En
1941, Patricio Echeverría proyecta
San Ignacio, el primer barrio
obrero cuyos inquilinos iniciales
fueron en su mayoría de
procedencia Navarra y alavesa.
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vida de aquellos años. La vida
familiar transcurría en la casa,
donde la mujer cumplía un papel
fundamental. Buena administradora
de los recursos, ella era la
responsable principal de la
educación de los hijos, así como de
la provisión de alimentos para la
familia y del mantenimiento de la
vivienda. En definitiva, las decisiones
últimas acerca de los diversos
aspectos que influían en la vida
familiar correspondían a la mujer.
El colegio Sta. Teresa de Jesús:
El ámbito educativo también es
cubierto por la empresa de Patricio
Echeverría. En 1969, 26 años
después de abrir el colegio de los
chicos, se construye el Colegio Santa
Teresa de Jesús, católico y privado
para las hijas de los obreros. Tras
la insistencia de las familias por fin
se creó un centro para la formación
Vivienda obrera
de las niñas tal y como había
sucedido mucho antes con los niños.
La casa del capellán: Patricio
Echeverría, así como su esposa,
eran dos personas de arraigadas
creencias religiosas. Éste a su vez
era el responsable de la educación
religiosa de los chicos del Colegio
del Buen Pastor, donde diariamente
celebraba misa y confesaba.
Transmitió la moral y los valores
religiosos a generaciones de chicos
durante esta época. El capellán
vivió en esta casa mandada
construir por Patricio Echeverría en
1947, hasta su fallecimiento el 6
de enero de 1977.
El dispensario: El dispensario es
el primer servicio de carácter social
construido por Patricio Echeverría.
En 1933 se proyecta como centro
benéfico y privado, bajo la
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denominación de Hogar de la Santa
Cruz y regido por las hermanas
Mercedarias de la Caridad. Se utilizó
como hospital militar en la época
de la guerra, y en 1955 se amplió
y creó un dispensario médico
antituberculoso y para las
enfermedades del tórax. En el
dispensario se les realizaban
chequeos anuales a los obreros y
a sus familiares.
La hospedería: Patricio Echeverría
S.A. va ampliando con el tiempo
sus relaciones comerciales en todo
el mundo. Hacia los años 40
procede a la apertura de la fábrica
de limas en Idiazabal. Más tarde
abren plantas en Venezuela,
Colombia, México... Y esto conlleva
la afluencia progresiva de visitas
de empresa. Con el fin de dar
respuesta adecuada a las personas
que visitan la fábrica, Patricio
Barrios obreros
Echeverría construye este edificio
de estilo neovasco, con terreno y
jardín privado. Este hotel
"particular" de la empresa está
situado en el centro del universo
de Patricio Echeverría. Desde aquí
el visitante puede observar el resto
de servicios creados por él, como
el dispensario, a la izquierda; los
barrios, detrás; la fábrica, delante,
y el colegio de los chicos, a la
derecha. En la actualidad sigue en
funcionamiento.
La capilla: La Iglesia fue en cierta
medida impulsora de la vida social.
El poco tiempo libre del que disponía
el trabajador de la época lo
empleaba entre otras cosas en
asistir a misa con su familia y así
poder reunirse con sus amistades.
Esta capilla, construida en los años
40, ha sido uno de los principales
puntos de encuentro de los vecinos
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de la localidad durante décadas.
También acudían a ella casi a diario
los hijos de los trabajadores. Antes
de comenzar las clases en el vecino
colegio de La Salle, escuchaban
misa y confesaban sus "pecados",
aunque, muy de vez en cuando la
capilla se convertía en lugar de
celebración de juegos, pequeñas
fiestas y sesiones de cine tan
ansiadas por los estudiantes.
El colegio del Buen Pastor: Este
centro se construye ante la falta
de espacios destinados a la
educación y ante el incremento de
la población infantil en la localidad.
Debido al interés mostrado por los
Padres de Familia, el Ayuntamiento
cede los terrenos a Patricio
Echeverría a condición de que
construya este centro de
enseñanza, de carácter privado y
católico. El Colegio del Buen Pastor,
conocido por los legazpiarras como
el colegio de los chicos, fue
inaugurado en 1943 para los hijos
varones de los obreros de la
empresa. La orden de los hermanos
de La Salle dirigía el centro. La
rigidez, disciplina y religiosidad eran
los valores principales de la
educación en aquel tiempo. Así,
por ejemplo, los chicos recibían
periódicamente unos vales en
función de diversos aspectos como
la puntualidad, el comportamiento,
la aptitud para el estudio, el
rendimiento… Se impartían
asignaturas relacionadas con
urbanidad, religión, catecismo,
historia sagrada, matemáticas,
gramática…
RECORRIDO
Legazpi, casco urbano.
RECOMENDACIONES
Reservar con antelación la visita
guiada para poder visitar por el
interior 3 de los 14 puntos de la
ruta: la vivienda obrera, el aula y
la capilla.
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