Gabriela Universal - Santiago Borda-Malo Echeverri “Mujeres catalanas” es un poema escueto de tres cuartetos de versos asonantados en ‘a’, que pertenece también al reducido grupo de poemas entrecomillados, que a veces simulan una especie de revelación u oráculo interior: ‘Podadoras de los olivos, / y moledoras de almendrada / (...) por abrazar la marejada’... Aquí la poetisa elogia la ‘mar epitalámica’, recordando a ‘Nausicaa’, la mítica mujer que acogió a Ulises después del naufragio. Remembranzas de ‘mujeres fuertes’ como ella. “Gracias en el Mar” es un poema plasmado en estrofas de 8, 9 y 10 versos de 4, 5, 7 y 8 sílabas asonantados en ‘a’ de mar -dedicado a su gran amiga portorriqueña Margot Arce-, que nos recuerda ‘Canciones en el Mar’ y ‘La Muerte del Mar’, completando una trilogía marítima en la que cada cual resalta un matiz de este ser maravilloso: Por si nunca más yo vuelvo de la santa mar amarga (...) en el mar de los regresos, con la sal en la garganta, voy cantándote al perderme: - ¡Gracias, gracias! (...) mitad del mar yo canto (...) canto vuelta al Oeste: - ¡Gracias, gracias! Sólo el mar insondable, espejo de lo infinito, puede recoger la gratitud (en ritornelo anafórico ‘gracias, gracias’) del corazón henchido de Gabriela... Bellas aliteraciones (‘mar / amarga’) y versos oceánicos son perlas que en él pescamos: ‘En el hoyo que es sin párpado / ni pupila, de la nada’, versos que decantan su alma con salmuera escocedora. Y de nuevo el enigma : ‘vuelvas, en segunda albada’... “Vieja” es el último poema de la serie, que pone de relieve la autora en su hiper-citada Antología personal. Regresa al cuarteto de versos endecasílabos y alejandrinos con sus hemistiquios de 7 sílabas, esta vez asonantados en ‘e’. A juzgar por su trasfondo, es otro autorretrato mistraliano: Ciento veinte años tiene, ciento veinte, y está más arrugada que la Tierra. (...) Se le olvidó la muerte inolvidable (...) Diciéndole la muerte lo mismo que una patria (...) hasta que me la oiga y me la aprenda. - 270 -