Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Cartas al Director 13. Xue FS, He N, Liu JH, Liao X, Xu XZ, Zhang YM. More maneuvers to facilitate endotracheal intubation using the Airtraq laryngoscope in children with difÞcult airways. Paediatr Anaesth. 2009;19:916-8. 14. Ortiz Cortés JM, Touma Fernández AG, Caballero Aceituno MJ. Laringoscopio Airtraq como alternativa al Þbroscopio para la intubación traqueal en el paciente despierto. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2009;56:575-7. 165 A. Martín Iglesias*, M.B. Perdomo Perdomo, M.A. Díaz Fuentes y A. Sancho de Ávila Departamento de Anestesiología y Reanimación, Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, Santa Cruz de Tenerife, España * Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (A. Martín Iglesias). Dudas y diÞcultades observadas al seguir las “Recomendaciones de prevención y tratamiento de las naúseas y vómitos postoperatorios y/o asociados a las infusiones de opioides” Doubts and Difficulties Observed on Following the “Recommendations for the Prevention and Treatment of Postoperative Nausea and Vomiting Associated With Opioid Infusions” Sr. Director: Hemos leído la revisión “Recomendaciones de prevención y tratamiento de las naúseas y vómitos postoperatorios”, elaborada por Gómez-Arnau et al1 y publicada en el número de octubre de 2010 de REVISTA ESPAÑOLA DE ANESTESIOLOGÍA Y REANIMACIÓN, y nos ha parecido enormemente útil en nuestro trabajo habitual diario. Estamos de acuerdo con Jalota et al2 en que estas guías “juegan un papel importante como compendio de información y además los clínicos pueden emplear el documento para comparar la diversidad de antieméticos disponibles y usar su juicio clínico para tomar la mejor decisión de cara a su paciente concreto”. Por ello, hemos decidido seguir las recomendaciones publicadas en esta guía, con el objetivo de evaluar si aplicando estas medidas se disminuye la incidencia de náuseas y vómitos postoperatorios (NVPO), y poder comparar la eÞcacia de los antieméticos administrados. Hasta ahora, hemos recogido pocos casos y no tenemos una muestra de pacientes suÞciente para poder obtener resultados estadísticamente signiÞcativos, pero al intentar aplicar las recomendaciones publicadas en la guía, nos hemos encontrado con una serie de dudas y diÞcultades que quisiéramos exponer aquí y nos gustaría que el grupo de expertos que ha elaborado esta guía nos ayudase a resolver. Actualmente, la tendencia aceptada es identiÞcar el riesgo basal de NVPO y, según su estratiÞcación, adoptar medidas de reducción del riesgo y aplicar la proÞlaxis farmacológica1. La recomendación 1 de la guía dice: “La evaluación preanestésica debe estimar en todos los pacientes la posibilidad de presentar NVPO. La escala de Apfel et al permite una valoración y estratiÞcación rápidas en el adulto”1. Nosotros, por lo tanto, hemos intentado aplicar la escala de Apfel en los pacientes a los que se va a intervenir quirúrgicamente, y hemos observado que resulta objetivo y Þable evaluar los factores de riesgo: sexo femenino, no fumador e historia de NVPO o cinetosis; sin embargo, el uso postoperatorio de opioides no resulta fácil de identiÞcar desde el preoperatorio y su aplicación es subjetiva y diÞere entre los clínicos, aunque se apliquen protocolos para tratamiento de dolor agudo postoperatorio según cirugía, ya que en ocasiones es necesario administrar opioides de rescate según necesidades del paciente. En pacientes con riesgo moderado o alto de NVPO, se recomienda aplicar un abordaje multimodal, utilizando por un lado técnicas perioperatorias y anestésicas que reduzcan el riesgo basal y, por otro, proÞlaxis farmacológica. Según la tabla 3 de la guía “ProÞlaxis de las naúseas y vómitos postoperatorios en función del nivel de riesgo”, en pacientes con riesgo muy bajo o bajo (0-1 puntos de Apfel) si se trata de cirugía de mayor riesgo emético, en pacientes con riesgo moderado (2 puntos de Apfel) y en pacientes con riesgo alto o muy alto (3-4 puntos de Apfel) hay que aplicar las medidas generales. Pese a no ser factor independiente de riesgo, la mayoría de los autores consideran el tipo de cirugía en la indicación de la proÞlaxis. Según esta guía, se consideran cirugía con mayor riesgo emético: laparoscópica, laparotomía, mama, estrabismo, plástica, maxilofacial, ginecológica, abdominal, neurológica, oftalmológica, de tiroides y urológica1. Sin embargo, nos ha llamado la atención que no se incluye como cirugía de alto riesgo emético la cirugía otorrinolaríngea, que sí está incluida como cirugía de alto riesgo emético en otras muchas publicaciones, con el mismo nivel de evidencia que las aquí citadas3-5. Esta misma tabla 3 de la guía especiÞca que, en pacientes con riesgo muy bajo o bajo (0-1 puntos de Apfel), si se trata de cirugía de mayor riesgo emético, hay que aplicar las medidas generales, en pacientes con riesgo moderado (2 puntos de Apfel) siempre hay que aplicar las medidas generales y en pacientes con riesgo alto o muy alto (3-4 puntos de Apfel) siempre hay que aplicar las medidas generales más una anestesia totalmente endovenosa (TIVA). Estas medidas generales incluyen: anestesia regional en vez de general; propofol en la inducción y el mantenimiento; evitar el óxido nitroso y los agentes halogenados; disminuir el uso perioperatorio de opiáceos; evitar dosis altas de neostigmina (> 2,5 mg), e hiperhidratación (> 20 ml/kg/h), así como otras medidas de evidencia cuestionable1. Esto da lugar a confusión, puesto que si se aplican las medidas generales descritas, se debe utilizar el propofol en la inducción y el mantenimiento y evitar los halogenados, lo que supondría Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 166 Cartas al Director 2. Jalota L, Apfel CC. Importance of the Spanish Expert Guidelines for the prevention and treatment of postoperative nausea and vomiting. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2010;57:467-72. 3. Gan TJ, Meyer T, Apfel CC, Chung F, Davis PJ, Eubanks S, et al. Consensus Guidelines for Managing Postoperative Nausea and Vomiting. Anesth Analg. 2003;97:62-71. 4. Habib AS, Gan TJ. Evidence-based management of postoperative nausea and vomiting: a review. Can J Anesth. 2004;51:326-41. 5. Bel I, Gambús P. EstratiÞcación del riesgo, proÞlaxis y tratamiento de las náuseas y vómitos postoperatorios. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2006;53:301-11. 6. Rodrigo Casanova MP, García Peña JM, Lomillos Rafols V, De Luis Cabezón N, Aguilera Celorrio L. Fluidoterapia perioperatoria. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2010;57:575-85. 7. Vives Santacana M, Jimeno García P, Romano García J, Dufur Mendívil M. Comentarios al artículo “Recomendaciones de prevención y tratamiento de las naúseas y vómitos postoperatorios y/o asociados a las infusiones de opioides”. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2011;58:57-65. realizar una TIVA en todos los pacientes en los que se deba aplicar las medidas generales y no solamente en los de riesgo alto o muy alto. Se aconseja la hiperhidratación (> 20 ml/kg/h) como medida general para reducir la incidencia de NVPO 1, aunque esta hiperhidratación puede ser perjudicial para el paciente6. Estamos de acuerdo con Vives et al en que es posible que la àuidoterapia liberal tenga efectos generales potencialmente graves para el paciente, como eventos cardiopulmonares, y que parece más razonable en general recomendar una àuidoterapia adecuada en vez de hiperhidratación7. Nosotros hemos decidido evitar la hiperhidratación en pacientes de cirugía ambulatoria, pacientes intervenidos sin sondaje vesical y pacientes con antecedentes cardiopulmonares. Pensamos que puede resultar de gran utilidad exponer todas estas dudas y diÞcultades observadas al seguir las recomendaciones de prevención y tratamiento de las NVPO y animamos a todos los anestesiólogos a seguir estas recomendaciones. La aclaración de estas observaciones por el grupo de expertos puede ayudar a uniÞcar la forma de seguir la guía y contribuir a disminuir la incidencia de las NVPO. J. Martín Jaramago *, R. Higueras Castellanos, E. Martínez González y C. Solaz Roldán Bibliografía Servicio de Anestesiología, Reanimación y Tratamiento del Dolor, Hospital Universitario Dr. Peset, Valencia, España 1. Gómez-Arnau JI, Aguilar JL, Bovaira P, Bustos F, De Andrés J, De la Pinta J, et al. Recomendaciones de prevención y tratamiento de las náuseas y vómitos postoperatorios y/o asociados a las infusiones de opioides. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2010;57:508-24. Respuesta a los comentarios al artículo “Recomendaciones de prevención y tratamiento de las naúseas y vómitos postoperatorios y/o asociados a las infusiones de opioides” Response to Comments on the Article “Recommendations for the Prevention and Treatment of Postoperative Nausea and Vomiting Associated With Opioid Infusions” Sr. Director: Es muy satisfactorio que los autores hayan encontrado útil la aplicación de las “Recomendaciones de prevención y tratamiento de las náuseas y vómitos postoperatorios (NVPO)”1. Dicha guía fue elaborada con ese ánimo, si bien, como otras recomendaciones, proporciona un marco general sin que ello suponga su aplicación estricta en cada caso. Tal como establece el último párrafo del trabajo, según el riesgo basal, el tipo de cirugía y las condiciones individuales del paciente, la conducta intraoperatoria puede variar dentro de ese marco general. La utilización de TIVA con propofol como método de anestesia general es recomendable siempre que la preocupación por las náuseas * Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (J. Martín Jaramago). y vómitos postoperatorios sea muy importante, sea cual sea la puntuación en la escala de Apfel, pero ello no implica que en algunos casos, incluso con esa preocupación, el anestesiólogo pueda preferir una anestesia con anestésicos volátiles. Quizá el concepto más importante sea el abordaje multimodal de este problema, y no tanto cada medida de prevención tomada por sí sola. Igualmente, las escalas de predicción de riesgo son aplicables en general, pero pueden ser insuÞcientes en el caso individual. Esta es una limitación conocida de prácticamente todas las escalas. Como los autores señalan, el uso de opioides en el postoperatorio puede preverse fácilmente desde la consulta de anestesia en algunos pacientes, pero más difícilmente en otros. Las recomendaciones sólo aportan en estos casos una orientación general y una base sobre la que tomar decisiones individuales. Finalmente, la hiperhidratación se menciona en el texto, pero no es una recomendación explícita del grupo de expertos. También respecto al tipo de cirugía, la guía menciona algunas como de alto riesgo emético, pero no las concreta en ninguna de las recomendaciones. Actualmente, el tipo de cirugía no se incluye como factor determinante para la conducta de prevención de las NVPO, pero esta situación quizá pueda cambiar en el futuro2,3. Los autores pueden tener razón en que la cirugía otorrinolaringológica podría ser considerada dentro del grupo de mayor riesgo emético.