UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y ESTADISTICA ESCUELA DE CONTABILIDAD DEPARTAMENTO DE CONTABILIDAD CÁTEDRAS DE: INFORMACIÓN PARA LA GESTIÓN INFORMACIÓN PARA LA COMPETITIVIDAD CUADRO DE MANDO INTEGRAL Y MAPA ESTRATÉGICO Material confeccionado por: Profesora Marisa A. Casari AÑO 2012 Cuadro de Mando Integral (CMI) y Mapas Estratégicos ¿Por qué los indicadores financieros ya no alcanzan? Según un informe de la Revista Fortune nueve (9) de cada diez (10) estrategias aprobadas por la Dirección de una Organización nunca llegan a implementarse operativamente. ¿Por qué? 1) Porque la misma no se comunica a todo el personal. 2) Porque no están alineadas con los objetivos personales de quienes las tienen que aplicar. 3) Porque no se vincula la estrategia con los objetivos a largo plazo de la empresa. 4) Porque no se identifican indicadores de desvíos o aciertos (falta control de gestión). 5) Porque no se definen los factores claves del éxito. 6) Porque no se evalúan a priori las competencias del personal responsable de la ejecución del plan. Hoy en día contar solamente con indicadores financieros no alcanza porque no son suficientes para medir si se están logrando o no ventajas competitivas, las cuales provienen de: crear valor para los clientes, crear valor del capital intelectual, calidad de servicio, calidad de procesos, tecnología e innovación. Los indicadores financieros son necesarios, pero sin embargo son insuficientes. En las empresas existe un capital intangible, que es necesario medir y que tiene tanto o más valor que el activo inmovilizado, este capital intangible es el capital intelectual que aporta el personal de su empresa, el capital que aportan los clientes a su empresa, el capital de la información y el capital organizacional. En la actualidad, una de las claves para lograr el éxito se encuentra en ampliar las perspectivas del negocio, logrando la identificación de “indicadores del futuro” que le permitan evaluar los resultados de la gestión en relación con sus “activos intangibles”, a partir de medir los inductores de la actuación, que son los que hacen posible conocer anticipadamente si se está yendo por el camino correcto hacia el logro de los resultados que se planificaron en el diseño de la estrategia. Por supuesto que nadie discute que conocer a la empresa en el plano financiero es muy útil, pero no tiene sentido si no se llega a comprender el porqué o la razón de ser de esos resultados tanto positivos como negativos. Por lo tanto para una adecuada gestión debemos buscar el equilibrio entre la gestión financiera con el capital intangible de la empresa Gerenciar una empresa prestando sólo atención a indicadores financieros, como se dijo, ya no es posible, pues los mismos solo informan “lo que ya pasó”, y no proporcionan ninguna base para medir y gestionar el valor creado, aumentando, por ejemplo, las capacidades de los activos intangibles de una empresa. Hoy se necesita mucho más, esos indicadores no nos dicen nada, por ejemplo, acerca del grado de “satisfacción del cliente” o de la “calidad de productos y servicios” o del “clima laboral”, en conclusión se necesitan nuevas formas de medir el desempeño organizacional. Robert Kaplan y David Norton en su libro “Balanced Scorecard” (Cuadro de Mando Integral), recomienda a las empresas que sigan manteniendo sus indicadores financieros, para poder apreciar los resultados de las acciones realizadas previamente, pero recomiendan que los mismos sean equilibrados con “indicadores no financieros” en tres perspectivas adicionales: “Clientes”, “Procesos Internos” y “Crecimiento y Aprendizaje”. Según los autores, el armado del Cuadro de Mando contribuyó al logro de la implementación de nuevas estrategias y hacer su seguimiento, ya que habían observado dentro de las organizaciones un problema frecuente dentro de los ejecutivos de empresas: la incapacidad para ejecutar con éxito sus nuevas estrategias. Se hablaba dentro de las mismas de Misión, Visión, Estrategia pero no se llegaba a comprender su significado, no se llegaba a lograr éxito con su implementación, no existía una alineación de las mismas. La implementación de una estrategia no es un modelo matemático que solo integra fórmulas que se cumplen maravillosamente, por el contrario para implementarla se necesita el apoyo de la alta gerencia y de todos los ejecutivos trabajando en equipo, con todo su personal, si ellos no se involucran, la estrategia difícilmente será cumplida. Por ello si queremos lograr su cumplimiento y tener éxito debemos: o o o Compartir conocimiento: que la misión, la visión, los valores y la estrategia de la compañía sea conocidas y comprendidas por todo el personal. Tener un feedback estratégico: cada uno tiene que estar informado para conocer los resultados de la estrategia que él, desde su puesto de trabajo, está ayudando a conseguir, de esta manera estará motivado para continuar alineado con la misma. Elaborar indicadores financieros y no financieros: establecer un sistema de medición estratégico que informe el grado de avance de la estrategia, si se carece de esta información sólo se podrá medir resultados finales y con esto se descarta la posibilidad de corregir sobre la marcha. ¿En que consiste el CMI? El CMI posibilita agrupar objetivos, indicadores e iniciativas estratégicas bajo cuatro perspectivas: financiera, clientes, procesos internos, crecimiento y aprendizaje. En cada una de estas perspectivas se debe definir qué es lo que se quiere lograr y cómo se va a medir. A continuación el paso siguiente es definir las metas, que nos darán las claves que determinen los cambios en la organización. Y finalmente se deberán desarrollar las iniciativas estratégicas, que son las acciones que provocarán los cambios buscados. EL CMI tiene la función primordial de traducir la visión y la estrategia de la organización, en un conjunto de indicadores que informan de la consecución de los objetivos. Es una herramienta indispensable para alinear de forma coherente a las personas con el plan estratégico, y de esta forma ayudar a conseguir los objetivos estratégicos de la organización. Se ha notado que en muchas empresas se describían las estrategias según sus planes financieros de ingresos y crecimiento de utilidades, en otras considerando sus productos o servicios, en otras por los clientes objetivo, mientras que en otras por la calidad y orientación al proceso o una perspectiva de recursos humanos o de aprendizaje, pero todas estas visiones eran unidimensionales, ya que cada directivo del área respectiva intentaba focalizarse en una visión profunda en la suya, sin tener una visión global de la empresa, o sea un enfoque completo e integrado. Como consecuencia de no tener una visión sistémica de las estrategias surgió el problema de que las mismas no podían ser comunicadas con facilidad por parte de los ejecutivos, ni entre sí, ni entre los empleados. Sin una comprensión compartida de la estrategia, los ejecutivos no podían generar alineación en torno de ella, y sin alineación no se podía implementar las nuevas estrategias para el actual entorno cambiante de competencia global, desregulación, soberanía del cliente, tecnología avanzada y ventaja competitiva, derivada de los activos intangibles, principalmente el capital humano y el de información. Muchas veces se observaba que el verdadero problema no era una mala estrategia sino una mala ejecución. Para lograr éxito en la implementación de un CMI, se deberán seguir estos cinco principios de gestión: Traducir la estrategia en términos operacionales Alinear la organización con la estrategia Convertir a la estrategia en una tarea diaria de todos Convertir a la estrategia en un proceso continuo Movilizar el cambio a través de los líderes ejecutivos Perspectivas del cuadro de mando integral: Perspectiva Financiera: La construcción del CMI (Cuadro de Mando Integral) debería comenzar por definir los objetivos financieros de cada unidad de negocio, ya que los mismos servirán de base para la elaboración de objetivos e indicadores de las demás. A simple vista parece algo sencillo, porque tradicionalmente las empresas vienen manejándose con indicadores financieros, tales como rentabilidad, solvencia, liquidez. En general el objetivo final de cualquier empresa es la maximización de las utilidades, por lo cual los objetivos financieros están relacionados con la rentabilidad, medida, por ejemplo por la ganancia operativa y el retorno sobre la inversión. No obstante se hace necesario aclarar que hay que tener en cuenta dos aspectos fundamentales a la hora de fijar objetivos financieros, ellos son: correcta adecuación de los indicadores a la unidad de negocio de que se trata: esto significa que no pueden aplicarse los mismos indicadores financieros a un laboratorio, una fábrica de productos o una oficina de ingeniería en sistemas. La situación del negocio dentro del ciclo de vida de los productos: las etapas o fases son: crecimiento, sostenimiento, cosecha, y para cada una de ellas podemos encontrar objetivos financieros distintos. La etapa de “crecimiento” es la primera y más temprana, los productos y servicios tienen un significativo potencial de crecimiento, la estrategia pasará por aplicar recursos para incrementar las ventas, que aunque tengan potencial, aun son reducidas. El costo de producción unitario es alto y algunas veces hasta el rendimiento por unidad es negativo, se requieren grandes inversiones en desarrollo, logística y publicidad, por todo ello en esta fase los objetivos pasarán por el “crecimiento de las ventas en los mercados”. Un producto en etapa o fase de “sostenimiento” ha conquistado el mercado y sus costos unitarios han seguido reduciéndose, consecuentemente, se encuentra en la fase de mayor rentabilidad. Las inversiones que se realizan ya son de menor escala, por ejemplo solucionar cuellos de botella o mejora continua, se exigen rendimientos sobre el capital invertido. Las ventas se estabilizan y puede ocurrir que por acciones de la competencia por ejemplo se comience a pensar en una renovación de los productos. Los objetivos en esta fase son “mantener o incrementar la cuota de mercado y llegar a los niveles de rentabilidad esperados”. Puede ser que por las condiciones cambiantes del mercado o por saturación los productos entren en la etapa de “cosecha”, donde las ventas disminuyen pero se siguen teniendo beneficios, ya que los costos en que se invierte son mínimos con respecto a las fases anteriores (mantenimiento de máquinas y equipos). En esta etapa las empresas quieren recolectar todo lo invertido en las dos anteriores, siendo los objetivos fundamentales es esta fase los de “aumentar al máximo el retorno del cash flow y “reducir las necesidades de capital circulante”. Como se puede observar para cada etapa del ciclo de vida del producto los objetivos son distintos, no solamente en lo que se refiere al retorno sobre la inversión, sino también al cash flow, capital circulante para financiar los stocks, y la relación entre los recurso publicitarios y el incremento de las ventas. ¿Qué quieren las empresas financieramente?, sencillamente ganar más dinero, para ello hay dos caminos, o venden más (mayores ingresos) o gastan menos (menores costos), por lo tanto la actividad financiera de la empresa puede mejorarse a través de tres enfoques básicos: Incremento en los ingresos (Estrategia de Crecimiento y Diversificación): esto se consigue de dos formas: Consiguiendo nuevas fuentes de ingresos: nuevos productos, nuevas aplicaciones de los mismos, nuevos clientes, nuevos mercados, nueva estrategia de precios. Aumentando la fidelización con los clientes actuales: planes de fidelización, ventas cruzadas (Bancos que ofrecen tarjetas o préstamos a clientes con cuentas corrientes) Reduciendo los costos (Estrategia de Productividad) Para gastar menos deben aplicar alguna reducción de costos, esto es hacerse más productiva, llegar a lograr producir lo mismo con menores recursos o bien utilizando sus activos físicos y financieros con mayor eficiencia, logrando reducir el capital de trabajo y el capital fijo que poseen. Un ejemplo de ello lo constituye la implementación de un JIT (Just in Time) logrando respaldar un determinado nivel de ventas sin inventarios (o con menos), la reducción de plazos y de tiempos que propone el JIT puede lograr que se produzca más sin aumentar las inversiones en equipos y máquinas al optimizar los tiempos de uso de los mismos. También mejorar el mix de canales de ventas puede ayudar a reducir costos, al reemplazar canales existentes por otros con menores costos, como por ejemplo las compañías aéreas utilizan el check in electrónico, o poder emitir un pasaje on line, permitiendo reducir el canal de ventas, ya que la empresa aérea llega directo al cliente sin intermediarios. Utilización de los activos (Estrategias de Inversión): una mejora en la utilización de los activos provoca una mejora en la productividad. Mejorar la eficacia en la gestión de activos permite reducir el nivel de activos circulantes y fijos necesarios, siendo un indicador fundamental los ciclos de caja (flujo de fondos) que permite medir la eficiencia del capital circulante, como así también hay que poner atención a la mejor utilización en aquellos factores que denominados escasos o caros y poner foco en mejorar los procesos de inversión para obtener un retorno o recupero rápido del capital invertido. El problema de la estrategia financiera es conseguir un adecuado equilibrio entre las de Crecimiento -consideradas de largo plazo- debido a que tardan más en consolidarse, con las de Productividad (reducción de costos) más fáciles de conseguir en el corto plazo, ya que pueden llegar a tener objetivos contradictorios. Por ejemplo, la reducción del costo a corto plazo como vía de mejora en la estrategia de productividad puede provocar la eliminación de costos con impacto en los rendimientos futuros (Reducción o eliminación de costos de Investigación y Desarrollo para el desarrollo de nuevos productos o funciones) Por tal motivo hay que buscar un equilibrio entre el corto y largo plazo, ya que no hay que perder de vista que el objetivo financiero general es sostener el crecimiento de valor para los accionistas. Perspectiva Clientes: En esta perspectiva, los ejecutivos del área deberán definir la “propuesta de valor específica” que describa de que modo la empresa creará un valor diferenciado y sustentable para determinados “segmentos objetivos” Una estrategia debe identificar los segmentos específicos de clientes que la empresa tiene como objetivo para tener crecimiento y rentabilidad, una vez que la empresa comprende quienes son sus “clientes objetivo”, puede determinar los objetivos e indicadores de la propuesta de valor que pretende ofrecer. La “propuesta de valor” debe transmitir aquello que la empresa espera “hacer mejor o de manera diferente” que el resto de la competencia para sus clientes, describiendo la combinación única de productos, precios, servicios, relación e imagen que una empresa ofrece a los clientes que tiene como “objetivo” En ella habrá que considerar: a) Atributos del producto y/o servicios: los atributos del producto o servicio están definidos por su funcionalidad, precio y calidad. El precio es uno de los elementos más visibles en la propuesta de valor, con respecto a la calidad prácticamente ya se exige y está dejando de ser una vía para diferenciarse, hoy más que nunca se pide mayores prestaciones de los productos, reinventando los niveles de calidad y las propiedades de los productos. Algunos ejemplos de indicadores serían: Reclamos de calidad Nivel de respuesta a las quejas (%) Relación entre precio y precio de mercado. Evolución de precios Tiempo de inserción de nuevos productos al mercado b) Relación con los clientes: esto se refiere a que sensación tienen el cliente por comprar en nuestra empresa, incluyendo desde respuesta y plazos de entrega, el tiempo que el cliente dedica a la compra o el tiempo para la recepción de un pedido. La entrega del producto o servicio se está convirtiendo en un aspecto fundamental en la propuesta de valor hacia el cliente, especialmente cuando los sistemas de información están permitiendo la respuesta inmediata (on line), o la compra sin desplazarse hasta la empresa (comercio electrónico). La atención también es importante ya que los mismos son cada vez más exigentes, el trato personalizado, los tiempos de respuestas cada vez más cortos, resolución de dudas, asistencia técnica, algunos ejemplos de indicadores son: Plazo de entrega (en tiempo) Porcentaje de puntualidad de entregas Tiempo de espera de atención al público Reclamos por entrega fueras de término Entrega con faltantes Plazo medio de resolución de incidencias c) Imagen y Prestigio: aquí se tienen en cuenta los factores intangibles que hacen que un cliente se sienta atraído por una empresa determinada. A través de anuncios y de la calidad del producto o servicio las empresas generan la lealtad del cliente, más allá de los aspectos tangibles de los mismos. Las preferencias de los clientes por ciertas marcas de zapatos relojes autos son la connotación del poder de la imagen y la reputación en los segmentos de los clientes seleccionados. Ejemplos de indicadores: Presupuesto de imagen/Presupuesto total Presupuesto de Merchandising Cantidad de eventos sponsoreados de clientes objetivo Perspectiva Procesos Internos: Una vez que la organización tiene una imagen clara de los objetivos de las dos perspectivas anteriores, los objetivos de las perspectivas de Procesos Internos y de Crecimiento y Aprendizaje describirán cómo se alcanzará la estrategia. La empresa gestionará sus procesos internos y el desarrollo del capital humano, de la información y de la organización para proporcionar la propuesta de valor diferenciadora de la estrategia. Un excelente desempeño de estas dos perspectivas es el motor que mueve la estrategia. Los procesos internos cumplen con dos componentes que son fundamentales de la estrategia de una empresa: 1) producen y entregan la propuesta de valor a sus clientes y 2) mejoran los procesos y reducen los costos para el componente productividad de la perspectiva financiera. Cada empresa tiene un único conjunto de procesos para crear valor para los clientes y crear valor financiero para los accionistas. Los directivos deben definir una completa “cadena de valor de los procesos internos” que comenzará por el “proceso de innovación” (identificar necesidades de clientes actuales y futuros, desarrollando nuevas soluciones para esas necesidades), continuar a través de los “procesos operativos” (fabricando y entregando productos y servicios existentes a clientes existentes), concluyendo con el “servicio de posventa” a) Proceso de innovación: para mantener la ventaja competitiva se requiere que las empresas innoven permanentemente, creando nuevos productos, servicios y procesos, esto provocará aumento de ingresos (por nuevos productos) y aumento de la rentabilidad vía mejoramiento de la productividad. El proceso de innovación consta de dos pasos, el primero, una investigación de mercado, para determinar el tamaño del mismo, las preferencias de los clientes y los precios objetivos para dichos productos, el segundo paso es el verdadero proceso de diseño y desarrollo del producto/servicio, para que éste sea exitoso debe concluir con el producto con una funcionalidad deseada, atractivo para el público objetivo y que se puede producir con calidad constante a un margen de utilidad satisfactorio. b) Procesos operativos: son aquellos procesos básicos del día a día, mediante los cuales las empresas producen sus productos/servicios y los entregan a los clientes, por ejemplo una fábrica deberá: adquirir materia prima, convertirlas en productos terminados., distribuir los productos terminados a sus clientes, gestionar el riesgo. Algunos indicadores en esta etapa podrían ser: Tiempo de producción Productividad Tiempo de traslado de materiales entre plantas Paradas de planta Tiempo de procesamiento de pedidos/despachos Porcentaje de productos defectuosos Eficiencia operativa c) Procesos de servicios de posventa: este servicio incluye las garantías, reparaciones, tratamiento de los defectos y devoluciones y el procesamiento de los pagos. El trato posterior a la venta es valorado de forma muy positiva por el cliente a la hora de seguir vinculándose con la compañía. Desde el punto de vista de la empresa se sabe que es mucho menos costoso retener clientes que conseguir nuevos para reemplazar los que se van. Algunos indicadores de esta etapa son: Cumplimiento de plazo para la instalación Tiempo de respuesta en reparación Tiempo de reposición de devoluciones Valor de las devoluciones Porcentaje de casos solucionados/casos totales Perspectiva de Crecimiento y Aprendizaje: Describe los activos intangibles de una organización y su papel en la estrategia, es la base sobre la cual se sustenta todo el Cuadro de Mando Integral permitiendo conseguir los objetivos de las tres perspectivas anteriores. Siguiendo a Kaplan y Norton los organizamos en tres grupos: Capital Humano: podemos definirlo como la disponibilidad de habilidades, talentos y know-how de los empleados para llevar a cabo los procesos internos fundamentales para el éxito de la estrategia. Para el logro de sus objetivos la organización deberá retener a los empleados más productivos, esto se logra mediante la satisfacción y lealtad de los mismo. Existe un “efecto espejo” entre la satisfacción del cliente y del empleado, que determina que si los empleados se encuentra satisfechos, es posible que brinden un servicio que satisfaga a los clientes y a la inversa. La organización debe contar con indicadores que permitan alcanzar esa satisfacción y lealtad, pudiendo agruparse en tres grupos siguiendo a Kaplan y Norton: . Satisfacción del empleado: lograr su medición es de vital importancia para las empresas, siendo la técnica más utilizada la “Encuesta Periódica”, que suelen contener entre otras las siguientes cuestiones: Participación en las decisiones, Reconocimiento por la buena Labor, Recursos suficientes para realizar una buena labor, Apoyo de los directivos, Satisfacción en general con la empresa. . Retención del empleado: la retención es importante ya que las empresas invierten un capital importante en preparación y capacitación de los mismos, lo cual constituyen acciones que tienen su resultado en el largo plazo, por lo cual se espera que en algún tiempo la empresa recupere la inversión y obtenga ganancias En general el indicador para monitorear el grado de retención es el índice de rotación de personal clave. . Productividad del empleado: se está refiriendo a la relación que existe entre el resultado producido por los empleados, sobre la cantidad de horas de todos los empleados en obtenerlo. La capacitación de los empleados conduce a una reducción en el tiempo para producir una unidad, o bien la reducción del tiempo en desarrollo de productos, o en la disminución del tiempo de respuestas Capital de la información: es la materia prima para crear valor en la economía actual. Está integrado por las Bases de Datos, Sistemas de Información, Redes, etc que ponen la información a disposición e todos los empleados de la empresa Capital organizacional: el capital organizativo se define como la capacidad de la empresa para movilizar y sostener el proceso de cambio requerido para ejecutar la estrategia. En general está constituido sobre la base de cuatro elementos: . Cultura: Tener concientización e internalización de la Misión, la Visión, y los Valores que tiene la organización. . Liderazgo: disponer de líderes en todos los sectores de manera tal de movilizar al personal hacia el conocimiento y cumplimiento de la estrategia. . Alineamiento: en todos los niveles el alineamiento de objetivos e incentivos con la estrategia. Alineación de los objetivos personales de sus integrantes con los de la empresa. . Trabajo en equipo: compartir conocimientos y personas con potencial estratégico. El resultado de poder contar con empleados motivados y con poder se puede medir a través de un indicador sencillo, que es el número de “sugerencias por empleado”, y también el de “sugerencias puestas en práctica” Mapas estratégicos: Ya hemos pasado por las cuatro perspectivas del CMI para determinar los objetivos e indicadores que describen la estrategia. El Mapa Estratégico proporciona una representación visual de la estrategia, en una sola página da una representación y una visión de cómo se integran y combinan los objetivos de las cuatro perspectivas para describir la estrategia, proporcionando una manera uniforme y coherente de describir la estrategia de modo que se puedan establecer y gestionar objetivos e indicadores. Dicho en términos simples: es el eslabón que faltaba entre la formulación de la estrategia y su ejecución. Los objetivos de las cuatro perspectivas deben estar vinculados con una relación causa efecto, de manera tal que se tracen flechas relacionando un objetivo con otro. Por ejemplo enunciar una estrategia de mejorar las capacidades y habilidades de los empleados de determinados puestos de trabajo, junto con la nueva tecnología, daría lugar a una mejora de un proceso interno crítico. EL proceso mejoraría la propuesta de valor entregada a los clientes objetivo, dando lugar a una mayor satisfacción y retención de clientes, así como a más negocios con ellos. Los mejores indicadores de resultados con los clientes darían lugar a mayores ingresos y en última instancia, a un mayor valor para los accionistas. MISIÓN Por qué existimos VISIÓN Qué queremos ser VALORES Qué es importante para nosotros ESTRATEGIA Nuestro plan de juego MAPA ESTRATÉGICO Traducir la estrategia CUADRO DE MANDO INTEGRAL Medir y enfocar RESULTADOS ESTRATÉGICOS Accionistas satisfechos Clientes satisfechos Procesos eficientes y eficaces Colaboradores motivados y preparados “El escenario de las empresas ha cambiado, también sus activos. Hoy los intangibles ocupan un lugar cada vez más predominante, esto implica que se deben rever los indicadores sobre los que se basa la estrategia de negocio en las Organizaciones, gerenciar solo con indicadores financieros ya no es posible”. Conclusión: Tablero de Comando, Cuadro de Mando Integral, Mapas Estratégicos, Indicadores de Gestión, parecerían ser expresiones que se refieren a lo mismo, sinónimos que utilizamos para referirnos a una misma cosa y en el fondo cuando nombramos cualquiera de esos términos detallados anteriormente sabemos de lo que estamos hablando. Para establecer un orden, podríamos de decir que las empresas de hoy en día en su gestión arman un Cuadro de Mando Integral (CMI) en sus cuatro perspectivas, donde cada ejecutivo a cargo de ellas se encarga de definir los objetivos y planes de negocios que quieren lograr de acuerdo a la estrategia de la organización. Estos planes y objetivos deben estar vinculados con relaciones de “causa - efecto”, o sea que a medida que los ejecutivos van confeccionando la lista de objetivos en cada una de las cuatro perspectivas, se comienza a relacionar un objetivo con otro, marcando flechas de unión de unos con otros, de esta forma se aprecia como cada objetivo repercute en su misma perspectiva o en otras para ayudar a alcanzar los objetivos planteados. A este diagrama (unión con flechas) se le da el nombre de “Mapa Estratégico”. Pero como es imposible gestionar bien lo que no se mide, es menester armar un conjunto de indicadores de gestión que nos permita medir los resultados obtenidos para ver si se están cumpliendo las metas planificadas (Tablero de Comando) Como dicen Kaplan y Norton “la ejecución exitosa de una estrategia requiere de tres componentes: Resultados sobresalientes = Describir la estrategia + Gestionar la estrategia Lo que implica tener en cuenta las dos siguientes premisas: No se puede gestionar lo que no se puede medir No se puede medir lo que no se puede describir” Con la introducción del concepto de “Mapa estratégico”, la formulación anterior queda expresada de la siguiente manera: Resultados sobresalientes = Mapas estratégicos + Indicadores de CMI + Organización focalizada en la estrategia De esta manera, se utilizan los objetivos vinculados en los mapas estratégicos para describir y visualizar la estrategia global de la organización. Bibliografía consultada: Kaplan, Robert S. y Norton, David P., “Mapas Estratégicos”, Ed. Gestión 2000, Barcelona, 2004. Kaplan, Robert S. y Norton, David P., “Cómo utilizar el Cuadro de Mando Integral” (2001)