Elecciones y brotes de independencia en Cataluña

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Periódico ­– Nº 195 – Universidad Nacional de Colombia
Política
& Sociedad
diciembre 2015 | 2
Elecciones y brotes de
independencia en Cataluña
Ainhoa Uribe Otalora, profesora titular de Ciencia Política de la Universidad ceu San Pablo (España). Grupo Educativo ceu
Victorias ajustadas del Partido
Popular (pp) y el Partido Socialista
Obrero Español (psoe) evidenciarían la ruptura del bipartidismo en
España, y los obligaría a pactar con
nuevas fuerzas políticas para gobernar. Aunque el multipartidismo
modificará el panorama político, no
quiere decir que el país vaya a sufrir daños en cuanto a su identidad
nacional.
se avecinan tiempos de cambio en España por
diversos motivos. El primero y fundamental son las
elecciones generales que tendrán lugar el próximo
20 de diciembre. Del resultado de las urnas saldrá
un nuevo gobierno que tendrá que enfrentarse a
múltiples retos, entre ellos recuperar la ilusión de
los españoles y defender la unidad nacional.
En Europa, el desencanto con las instituciones ha
hecho que cada vez cobre más fuerza el populismo,
ya sea de derechas o de izquierdas. Esta desafección
ha generado cambios en el espectro político; por
ejemplo, en España es noticia la irrupción de partidos moderados, como Ciudadanos (fundado en
2006 en Barcelona y presidido por Albert Rivera),
o Podemos (creado en 2014, con Pablo Iglesias a la
cabeza), catalogado como de extrema izquierda.
La nación ibérica es una de las pocas en Europa
donde, pese a padecer una crisis económica y altas
tasas de inmigración, combinadas con un descontento geneLa extrema derecha pareralizado de la población con las
élites y el sistema político, el
ce no tener, al menos por
populismo no se caracteriza por
ahora, éxito electoral en
ser de extrema derecha, sino de
España. Sin embargo, el
izquierdas. Una de las claves de
esta situación puede residir en
populismo de izquierdas ha
la cultura política de los españoencontrado un espacio elecles, en la que la moderación es
toral en dónde moverse.
la pauta característica desde la
Transición (período transcurrido
entre el final de la dictadura y la
aprobación de la Constitución en 1978).
Por consiguiente, la extrema derecha parece no
tener éxito electoral en España. Sin embargo, el
populismo de izquierdas ha encontrado un espacio electoral en dónde moverse. Tal fue el caso de
Podemos, que en 2014 obtuvo más de un millón de
votos en las elecciones europeas con apenas unos
meses de vida. Con todo, es un partido que presenta
propuestas excesivamente revolucionarias para la
cultura política de los españoles, de modo que el
fenómeno se desinfla en las encuestas más recientes.
la prudencia de rajoy
A este panorama electoral se suma el desafío
catalán, uno de los fenómenos más graves a los
que se enfrenta el país, más que
el desempleo o el desencanto
de los ciudadanos, porque va
camino de romper la tradición
de un Estado con más de 500
años de historia.
Tanto el derecho internacional como el derecho de la Unión
Europea habilitan al gobierno
para defender la integridad territorial. Igualmente, la Constitución reconoce la soberanía
nacional, la unidad de España
y le permite incluso –en virtud
del Artículo 155– suspender la
autonomía de Cataluña, como
consecuencia de la declaración
unilateral de independencia
aprobada por el Parlamento
catalán.
Hasta el momento, para frenar este fenómeno, el Gobierno
se ha centrado en confiar en
el cumplimiento de la ley y en
poner en manos de los jueces
del Tribunal Constitucional la
paralización de un proceso de
secesión, todas medidas positivas que se deben acompañar de una respuesta firme y
consensuada con el conjunto
de los partidos políticos nacionales. Sin embargo, estos no
parecen estar a la altura de las
circunstancias al velar por el
corto plazo y por la inmediatez
de las elecciones generales. Por
ejemplo, algunos hablan de la
necesidad de un diálogo con
Cataluña, pero olvidan que éste
empieza cuando ambas partes
quieren buscar una solución y
están dispuestas a ceder algo.
Este no es el caso, pues para las
élites catalanas que han abierto
el proceso, no hay marcha atrás.
Además, hace años que Cataluña incumple las sentencias
del Tribunal Constitucional y
del Tribunal Supremo, no ondea
la bandera española en buena
parte de los ayuntamientos y
los niños tienen dificultades
para estudiar en castellano; es
decir, estamos ante un proceso
independentista, donde el nacionalismo ha ido preparando,
poco a poco, el terreno para la
secesión.
Ante las presiones catalanas,
los gobiernos españoles han
optado por la “tercera vía”, esto
es, la permanente y constante
negociación por la cesión y la
transferencia de competencias
a las comunidades autónomas
que más reclamaban (Cataluña
y País Vasco). Tal es el caso
del actual gobierno de Mariano
Rajoy, quien ha confiado en el
Tribunal Constitucional para suspender la declaración de independencia, aunque el Ejecutivo
cuenta con más herramientas para frenar este
proceso.
La prudencia del presidente Rajoy es buena a
la hora de responder al problema catalán, pero
también lo son la precaución y la prevención ya
que, por ejemplo, si a una persona le avisan con
tiempo que la van a robar en su casa, ¿no sería
lógico intentar poner remedio? De no hacerlo,
seríamos cómplices e ingenuos si pensamos que,
como los ladrones saben que irán a la cárcel si
nos roban, entonces no nos robarán.
Que el derecho no faculte a invocar la separación no significa que uno no pueda reclamarla. Por consiguiente, el gobierno español debe
mantener una actitud de firmeza, ya que de lo
contrario la situación irá empeorando porque
no tendrá marcha atrás (y si la tiene, las medidas por adoptar serán muy serias). Recuérdese,
además, que no se trata de imponer a la fuerza
un españolismo en Cataluña, puesto que la libertad de pensamiento y expresión es un valor
indiscutible.
Pero tanto las encuestas como los resultados
de las elecciones autonómicas de 2015 en Cataluña demuestran que el secesionismo no es mayoritario.
Con las elecciones geneLa población está dividida y
rales a la vista, el problemás de la mitad de los catama de Cataluña resulta
lanes desea seguir formando
parte de España, prueba de
más difícil de afrontar. Es
ello es el partido Ciudadanos,
necesaria la adopción de
que reclama más que nunca
reivindicar la posibilidad de
medidas firmes y consencompaginar la doble condisuadas a favor de la unidad
ción de ser catalán y español
nacional.
al mismo tiempo.
Con las elecciones generales a la vista, el problema
de Cataluña resulta más difícil de afrontar. Es
necesaria la adopción de medidas firmes y consensuadas a favor de la unidad nacional. Pero los
partidos que compiten por el poder no pueden
dar íntegramente la razón al Gobierno por el
simple hecho de exhibir un factor diferenciador
en la campaña electoral.
Las encuestas dificultan más aún la toma de
decisiones: unas dan la victoria al pp, pero con
una mayoría muy ajustada. Otras creen que el
psoe ganará, también con dificultad. En lo que
todas coinciden es que el bipartidismo se rompe
en España, el partido Ciudadanos será la tercera
fuerza política, y Podemos, la cuarta.
Finalmente, existe cerca de un 25 % de españoles que aún no tiene decidido su voto, por tanto,
esto se convierte en la clave en que reposará la
victoria de los partidos tradicionales; ambos
deberán entrar en negociaciones y pactos con
otras fuerzas políticas para arañar escaños que
les permitan gobernar. El multipartidismo va a
cambiar el panorama español, pero ese cambio
no puede significar dejar de defender España
y lo español.
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