Queridos hermanos y hermanas, Es conveniente captar el sentido

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Queridos hermanos y hermanas,
Es conveniente captar el sentido optimista, alegre,
positivo, entusiasta de las lecturas de hoy. Y es que la
vida cristiana ha de estar caracterizada por estos
adjetivos: alegre, positiva, entusiasta, optimista.
Cuando el reino de Dios no está sólo cerca sino que
nosotros construimos este reino entonces vivimos esta
vida desbordante que conlleva el seguir a Cristo.
Hoy el evangelio nos habla de la misión. Vale la pena
imaginar la escena que nos presenta el evangelio:
hasta aquel momento los discípulos han seguido a
Jesús, no han intervenido, han observado, han sido unos
espectadores de la predicación de su maestro. No han
hecho ninguna acción hacia el pueblo, ni han dicho
ninguna palabra.
De golpe Jesús los envía a predicar de dos en dos, es
fácil imaginar su sorpresa, hasta su inquietud: ellos son
pescadores, gente del pueblo, sencillos, no doctos, no
sabios, no tienen poder religioso, ni económico, ni
político, son gente sencilla…. y Jesús los envía a
predicar.
Cuando decimos que la Palabra de Dios es viva,
interpeladora, luz para nuestra vida... ¿Qué queremos
decir?
Queremos decir que hoy Jesús nos envía a nosotros a
predicar. Esto es lo que está pasando en esta
eucaristía: Jesús a través de la Palabra nos envía a
nosotros a predicar la buena noticia del Evangelio.
I nosotros no podemos poner excusas... es que no sé,
es que no sé que decir, es que soy muy mayor...
Tampoco los 72 sabían. Ellos no predican
fundamentándose en su sabiduría sino en el poder de
Jesús, confían en Él. Tal y como hemos de hacer
nosotros.
Per esto Jesús les dice...: “¡Poneos en camino! No llevéis
talega, ni alforja, ni sandalias”… les hace unas
recomendaciones para que abandonen las seguridades
humanas, las visiones humanas y entren en el camino de
la confianza en Dios, el camino del abandono en manos
de Dios. Sólo necesitan (necesitamos) el poder de Dios,
Dios está con ellos (con nosotros). La regla de oro de
la evangelización es la confianza total en Dios y en su
providencia.
Los discípulos preparan el camino del Señor. Gracias a
su acción Jesús encuentra terreno preparado.
Nosotros hemos de preparar caminos para que el
Señor pueda entrar en el corazón de muchos.
El número de los 72 evoca, hace referencia, a todos
los pueblos del mundo. El mensaje de Jesucristo es
para todos, el mensaje de Jesucristo hace bien a
todos, todos lo necesitan.
También los jóvenes: En Ripollet hice el Camino de
Santiago con un grupo de adolescentes. Al final, en
Santiago hicimos una valoración del Camino. De todo el
Camino de Santiago ¿sabéis lo que más les ha
impactado? Una actividad que hicimos en Santiago:
hablar con unas monjas carmelitas de clausura. Los
muchachos quedaron impresionados por su acogida, por
su alegría, por su juventud, por como hablaban de la
plegaria, por el testimonio de cómo entraron al
convento…
Por tanto, lo que más les impresionó fue una
experiencia espiritual. Sólo Jesucristo puede llenar el
corazón del hombre.
Nos ha de preocupar que no conozcan a Cristo. Alguna
cosa falla si no sabemos transmitir toda la belleza que
hay en Cristo. No podemos quedar indiferentes delante
de tantos y tantas que no creen.
Nosotros somos fruto de 2000 años de pequeñas
fidelidades de persones anónimas que han ido
evangelizando. ¡¡Continuemos transmitiendo la fe!! Nos
hemos de acercar a los otros esperando que el otro
puede cambiar.
Evangelizamos desde la libertad, pero también desde
el firme convencimiento de que estamos ofreciendo lo
mejor. Nosotros no decimos: “he aquí una oferta más
dentro del abanico de concepciones del hombre”. No
ofrecemos una oferta más, sino la mejor y la única que
tiene capacidad de realizar al hombre auténtico.
Nosotros no hacemos propaganda. Lo que hacemos es
compartir lo que nos llena y nos da la vida.
Recuerdo una frase del que era nuestro arzobispo
Ricardo María Carles: “No os preguntéis si a la gente le
interesa o no le interesa que le habléis de Dios, los
santos tienen necesidad de hablar de lo mejor que
llevan dentro”. Pues eso: hablar de ...
Estamos llamados a compartir lo que llevamos dentro,
y debemos hacerlo con ilusión y con esperanza de que
Dios actúa a través nuestro. Sin ilusión no se puede
evangelizar. Dios confía en nosotros para cambiar el
mundo, nos ha hecho necesarios para la salvación del
mundo.
Que no es fácil, ya lo sé. Ya nos lo dice Jesús: “Mirad
que os mando como corderos en medio de lobos”. Pero
nos hace falta confiar en Él, intentarlo, probarlo...
Hace falta que en nuestra plegaria preguntemos al
Señor: ¿Señor qué misión me confías? ¿Qué quieres
que haga? ¡Ilumíname! ¡Dame fuerzas! Nos hace falta
abrirnos para que Él pueda hacer en nosotros
maravillas.
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