En las preliminares del debate de la Ley de Medios

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En las preliminares del
debate de la Ley de Medios
La controversia era previsible y está comenzando a tomar cuerpo. Para un análisis
productivo de la ley resulta necesario discutir sobre sus contenidos específicos y
abstenerse de prejuicios.
E
ntre comentarios
elogiosos de quienes la
promueven, reproches
de la oposición reclamando que debió someterse a un proceso previo de
discusión y búsqueda de consensos, opiniones de los especialistas y respuestas de expectativas
diversas, el Ejecutivo remite al
Parlamento más de 180 artículos
de regulación para los servicios de
comunicación audiovisual.
Primeras escaramuzas
Los críticos dicen que es una
regulación demasiado abarcativa,
compleja y hasta confusa, que se
debate entre la garantía de la libertad de expresión y la vocación
controladora del Estado. Que es
innecesaria o que maneja conceptos superados por la realidad de
los medios modernos. Y no han
faltado quienes se preguntan
sobre la constitucionalidad de
algunas de sus soluciones.
Desde la otra vereda se destaca su valor como instrumento
de garantía de los principios de
libre expresión, pluralidad, debate
democrático y participación, promoción de la producción cultural
e identidad nacionales, no discriminación y apoyo a la integración
social, principios todos recogidos
en el artículo 6º del proyecto.
No resulta ajeno a esta controversia, el clima regional previo, resultante de leyes de medios sancionadas en Argentina,
Bolivia, Ecuador, Nicaragua
o Venezuela, de tono predominantemente controlador y
restrictivo, aunque se reconoce
que no es ese el talante en el caso
uruguayo.
Cristina Vázquez
[email protected]
Lo que dice EL PROYECTO audiovisual públicos y comunitarios, chos Humanos y Defensoría del
En tal contexto y a pocos días de la
remisión del proyecto por el Poder
Ejecutivo, no parece conveniente
anticipar opiniones definitivas o
excesivamente valorativas, y en cambio puede resultar útil intentar una
descripción sintética de lo más destacable de la regulación proyectada.
El articulado se distribuye en trece
Títulos. En el primero se define el
objeto y ámbito de aplicación (dejando fuera entre otros los servicios que
utilicen como plataforma Internet,
infracciones y sanciones, costo de
licencias (estableciendo un canon
nuevo) y precio por uso del espectro.
Con la declarada intención de prevenir monopolios y oligopolios, se
establecen limitaciones a la titularidad de servicios de radio y televisión,
así como incompatibilidades para la
propiedad de servicios de comunicación audiovisual.
También se definen medidas para
promover la producción audiovisual
nacional.
“Dado que los principios contenidos en la regulación
tienen el grado de indeterminación que es propio de conceptos abstractos, resultan particularmente relevantes y
dignas de atención las potestades que se le asignan.”
los servicios de telecomunicaciones
y comercio electrónico y la prensa
escrita). En el segundo se incluyen
los principios de la regulación ya
mencionados, y en los dos últimos se
dispone sobre la transición, la derogación de normas incompatibles y el
dictado de normativa reglamentaria.
Los nueve Títulos restantes efectúan desarrollos sobre los derechos
de los prestadores (libertad de expresión e información, prohibición
de censura previa, independencia y
libertad editorial) y de las personas
en general (también libertad de
expresión e información, transparencia, derechos de las minorías, de
periodistas y otros trabajadores de
los servicios de comunicación audiovisual, y derecho de acceso a eventos
de interés general), diseño institucional, normas técnicas de operación y funcionamiento, requisitos y
procedimientos para la obtención de
licencias, servicios de comunicación
Principales novedades
institucionales
Se delimitan las competencias del
Poder Ejecutivo (como diseñador de
las políticas) y de la URSEC (como
órgano asesor, regulador y controlador en relación con el uso del
espectro radioeléctrico y el funcionamiento de los servicios de comunicación audiovisual en sus aspectos
tecnológicos). Y se crean el Consejo
de Comunicación Audiovisual y la
Comisión Honoraria Asesora de
Servicios de Comunicación Audiovisual (en la órbita administrativa
del mencionado Consejo, con una
integración representativa de los
diversos intereses involucrados).
También se crea la figura del Ombudsman de los Servicios de Comunicación Audiovisual, responsable
de defender y promover los derechos
de las personas alcanzadas por la
ley. Sus atribuciones se encargan
a la Institución Nacional de Dere-
Pueblo.
Y se instituye el Sistema Nacional de Radio y Televisión Público
del Uruguay, como persona pública no estatal, para administrar,
dirigir y operar los servicios de
radiodifusión de radio y de televisión públicos.
La concreción
de lo abstracto
Dado que los principios contenidos en la regulación tienen el
grado de indeterminación que es
propio de conceptos abstractos,
resultan particularmente relevantes y dignas de atención las
potestades que se le asignan. El
Consejo recibe el cometido de
monitorear las políticas y gestión de los medios, así como el
de elaborar los reglamentos y
pliegos que regirán los llamados
a interesados en prestar servicios
de comunicación audiovisual y
realizar los llamados públicos a
interesados en obtener una licencia y concesión de uso.
Se crea como órgano desconcentrado del Poder Ejecutivo,
en el ámbito de la Comisión de
Planeamiento y Presupuesto. Su
Comisión Directiva se integra
con cinco miembros, tres de los
cuales (incluido el Presidente)
son designados por el Presidente de la República en Consejo
de Ministros, previa venia del
Senado. Los dos restantes son
delegados del Ministerio de Industria, Energía y Minería y del
Ministerio de Educación y Cultura, respectivamente. n
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