Las aventuras y desventuras del gusano Rigoberto Había una vez un gusano llamado Rigoberto que vivía en un agujero con su familia al pie del árbol más grande del bosque. El gusano, que siempre había estado bajo tierra, sintió curiosidad por lo que pudiera haber en el exterior. Un día decidió hacer un viaje por la superficie para ver lo que había más allá de su casa. Rigoberto, extrañado, asomó la cabeza por el pequeño agujero y dijo: -Qué bonito es el bosque, hasta ahora solo conocía por historias que me contaron mis abuelos Salió del agujero y empezó a arrastrarse por el bosque, sorprendido y contento. Se arrastró unos centímetros hasta que se encontró con un caracol comiendo hierba. El gusano, asustado, preguntó: -¿Quién eres tú? -Soy un caracol -contestó Entonces Rigoberto le contó que estaba haciendo un viaje por el bosque, el caracol, al que le gustó la idea, decidió ir con él. -Cerca de aquí hay un arroyo, si quieres podemos visitarlo -dijo el caracol -¿Qué es un arroyo? -preguntó el gusano con curiosidad -Dentro de unas horas lo sabrás -contestó Pasaron dos horas hasta que llegaron a un claro del bosque, donde estaba el arroyo, rodeado de juncos y hierbas altas. Rigoberto preguntó: -¿Qué son esas plantas tan altas? -Juncos -contestó el caracol Se asomaron detrás de la vegetación y vieron una pequeña corriente de agua que discurría entre las piedras y se ensanchaba a medida que se iba alejando. -Es impresionante, me encanta el arroyo -dijo el gusano maravillado -Lo sé -contestó el caracol que llevaba semanas frecuentándolo -Entonces... ¿Cuándo vamos a atravesarlo? -preguntó Rigoberto -¿Atravesarlo?, creí que solo querías llegar hasta aquí para verlo -respondió el caracol De repente, escucharon un sonido extraño que procedía de los juncos , las plantas se agitaron y de dentro salió una enorme rana , que dijo: -Yo puedo ayudarte a cruzar el arroyo -¡Gracias! -contestó el gusano felizmente -Pero ¿Cómo? -preguntó -Súbete a mi espalda y yo lo saltaré -contestó la rana El gusano se despidió de su buen amigo el caracol y subió a la espalda de la rana, quién pegó un enorme salto hasta el otro lado del arroyo. Ya en el otro lado la rana le explicó que debía quedarse en el arroyo, porque necesitaba humedad para poder sobrevivir, así que se despidió y él solo reanudó la marcha. Se arrastró hasta que anocheció y , cansado , se cobijó en unos arbustos , donde se quedó profundamente dormido. Por la mañana, se despertó y escuchó un ruido. Asustado, salió de los matorrales y vio un conejo que saltaba alegremente. El conejo le miró y preguntó: -¿Qué haces aquí? -Hago un viaje por el bosque -contestó Rigoberto -Entonces tienes que ver los prados -¿Qué es un prado? -preguntó -Es como el bosque, pero sin árboles -contestó -Súbete a mi espalda y te llevare allí enseguida -propuso el conejo El gusano aceptó su propuesta y se subió al animal, que fue saltando y corriendo a la velocidad del rayo entre los árboles del enorme bosque. Rápidamente el conejo llegó a una enorme extensión de hierba cubierta de coloridas flores, a Rigoberto le pareció el lugar más precioso del mundo entero. -Gracias por traerme -contestó Mientras observaba el lugar, el gusano miró al cielo y se dio cuenta de que un animal caía en picado hacia él, como si quisiera aplastarlo. -¿Qué es eso? -preguntó Rigoberto asustado -Es un pájaro, escóndete, creo que quiere comerte -le dijo el conejo El gusano hizo un agujero en la tierra y se introdujo dentro , de manera que el pájaro se quedó atónito , por que el gusano parecía haberse esfumado , así que , muy disgustado , el pájaro se marchó volando. -¡Qué suerte tengo de ser gusano! -dijo Rigoberto feliz El gusano, que aún seguía asustado dentro del agujero, sin saber si el pájaro se había ido ya , recordó algo muy importante que olvidó antes de salir de viaje: -¿Cómo volveré a mi casa? -dijo desesperado Salió del agujero preocupado, pensando en cómo podría volver, pero tuvo la suerte de que una mariposa, que estaba posada en una flor, le escuchara desde el agujero: -¿Quieres que te lleve yo?-le preguntó la mariposa Rigoberto, contentísimo por la ayuda que le había ofrecido, aceptó, entonces se despidió del conejo y la mariposa se lo llevó volando muy alto. Atravesaron el enorme prado, después llegaron al bosque y sobrevolaron el arroyo. La mariposa, que no sabía donde vivía el gusano, le preguntó, y el gusano le contestó que en el árbol más grande del bosque. No les resultó nada difícil encontrarlo, porque su copa sobresalía más que las de los otros árboles. Llegaron a casa de Rigoberto y la mariposa decidió quedarse a vivir en una rama, así podría visitar a su amigo cuándo quisiese, después, el gusano y la mariposa se despidieron. Cuándo el Rigoberto llegó a casa con su familia les contó sus emocionantes aventuras y desventuras con mucho entusiasmo, y la familia decidió que algún día saldrían a visitar el bosque, el arroyo, el prado... Y, pensando en su impresionante viaje se dio cuenta de que sin los amigos que hizo, su aventura jamás hubiese sido posible. De repente, escucharon un graznido proveniente del árbol, pero solo Rigoberto lo reconoció: -¿Qué es eso?-preguntó su madre -Pájaros, me han seguido -contestó Rigoberto CONTINUARÁ... Datos del Autor Hugo Torres León C/ Picos de Urbión en Aldeamayor golf Telf: 656188402 [email protected] Me gusta leer y salir con mis amigos Curso:1º A de la ESO Edad:13