Texto. Enfoque Global De La Escuela Como Marco De Aplicación De Los Programas De Resolución De Conflictos Autor. Ramón Alzate Sáez de Heredia Capítulo 1. Enfoque Global De La Escuela Como Marco De Aplicación De Los Programas De Resolución De Conflictos Las habilidades para mejorar (gestionar) conflictos son necesarias porque los conflictos son parte de la vida cotidiana. Los conflictos pueden ser tan simples como un malentendido entre amigos o tan complejos como la violencia en el hogar. Podemos tratar la mayoría de los conflictos a medida que surgen, antes de que desemboquen en algo más complejo o violento. Desafortunadamente, la mayoría de niños, jóvenes y adultos carecen de las habilidades necesarias para resolver de forma constructiva los conflictos. Como ya he dicho en otro lugar (Alzate, 1997, 1998), la escuela tiene una responsabilidad importante a la hora de dirigir el proceso de socialización de los estudiantes, y por ello debería afrontar el déficit mencionado, poniendo en práctica programas de Educación Emocional, de entrenamiento en Resolución de Conflictos, etcétera. Para nosotros, en consecuencia, el papel de la escuela en la formación de un individuo y una sociedad más pacíficos parece evidente. Redundando en esta idea, permítaseme realizar dos citas. La primera, del secretario general de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, y la segunda, de la propia constitución de la UNESCO. Mayor Zaragoza dice así: "Tenemos también que desarmar la historia. Enseñamos a nuestros hijos la historia del poder. No la del saber. La de la guerra, no la de la cultura. Historia jalonada de acontecimientos bélicos, con el fragor de las armas como única banda sonora. Tenemos, pues, que cambiar. Sí, tenemos que aprender a pagar el precio de la paz, como hemos tenido que pagar el precio de la guerra. Sería necesario establecer nueve prioridades". La segunda cita, perteneciente a la constitución de la UNESCO afirma que "puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz" (Alzate, 1998). Intentando el establecimiento de estas nuevas prioridades, a partir del trabajo de Resolución de Conflictos, creemos en un nuevo modelo educativo que incluya el aprendizaje social y emocional desde una perspectiva multicultural (Lantieri y Patti, 1996). En este modelo, las escuelas ayudan a los niños y jóvenes a convertirse en individuos humanitarios que participan como ciudadanos en un proceso democrático dentro de una comunidad plural. Este nuevo modelo educativo que propugna el aprendizaje social y emocional en las escuelas entra en colisión con una situación educativa tradicional que, a pesar de las diferentes reformas, se caracteriza, en mayor o menor medida, tal y como lo hemos reflejado en otra ocasión (Alzate, 1997), por los siguientes rasgos (Harris, 1990): posesión de la verdad por parte de los adultos, competición, pasividad, impotencia y uso de la fuerza. Por el contrario, los principios básicos del nuevo modelo educativo y de la pedagogía pacífica van dirigidos a eliminar la violencia de la educación tradicional y, en consecuencia, ponen en crisis los principios establecidos, proponiendo un sistema basado en los siguientes puestos (Harris, 1990; Alzate, 1997, 1998): el uso del diálogo, el aprendizaje cooperativo, la solución de problemas y la afirmación del estudiante. Antes de comenzar, una precisión importante: hay malentendido generalizado entre los programas de prevención de violencia y los programas de Resolución de Conflictos (RC), tanto entre el UNTREF VIRTUAL | 1 Texto. Enfoque Global De La Escuela Como Marco De Aplicación De Los Programas De Resolución De Conflictos Autor. Ramón Alzate Sáez de Heredia público en general como entre los profesionales en ejercicio. Esta confusión lleva a que, en muchas ocasiones, se usen indistintamente ambos términos, o bien se solucione el problema definiendo los programas como programas de Resolución de Conflictos/prevención de la violencia. Profundicemos este punto. Si bien es cierto que ambas perspectivas comparten el objetivo de ayudar a la gente a enfocar violencia y el conflicto como algo aprendido, y que las soluciones alternativas no violentas son tanto preferibles como posibles, hay diferencias claras entre ambos enfoques (Cohen, Davis y Aboelata, 1998). En primer lugar, los programas de prevención de la violencia son de alcance más limitado dado que la Resolución de Conflictos está preocupada por temas más allá de la violencia. El alcance de la Resolución de Conflictos incluye, además, una variedad de conflictos que tienen pocas probabilidades de terminar en violencia: por ejemplo, muchos tipos de disputas de negocios o vecinales. Según Cohen, Davies y Aboelata (1998), podríamos pensar la relación de ambas perspectivas en términos de un diagrama de Venn, en el que hay áreas de intersección y espacios propios. El interés mutuo sería la prevención de conflictos violentos. En segundo lugar, los profesionales dentro del enfoque de los programas de prevención de la violencia dirían que, de modo general, la prevención tiende a ser más sistémica que la Resolución de Conflictos si se presta más atención, por ejemplo, a la historia y al entorno. Desde la perspectiva de los profesionales de la prevención de la violencia, ésta se centraría más en las circunstancias conducentes y en lo que rodea al suceso como clave para su estrategia global, mientras que la Resolución de Conflictos tiende a centrarse, principalmente, en el suceso mismo (conflicto). Cuando se afronta un episodio (conflicto), la Resolución de Conflictos tienda a centrarse, fundamentalmente, en hallar alternativas para resolverlo y restablecer la relación, mientras que la prevención de la violencia enfatiza no sólo las partes implicadas en el conflicto sino también los aspectos del entorno que rodea al acontecimiento, incluyendo, por ejemplo, la influencia de los espectadores, la disponibilidad de armas, etc., que reducen o incrementan el potencial dañino. Sin embargo, tal como nosotros lo vemos, parte de estas afirmaciones ya no es válida, y los programas de prevención de la violencia no son más sistémicos que los de Resolución de Conflictos, vistos desde la perspectiva de la escuela pacífica o de los enfoques de los programas escolares globales, como veremos más adelante. Por otra parte, es bien cierto que la mayor parte de los programas de RC, aunque no lo hagan explícito, comparten la creencia de que las habilidades, los comportamientos y las creencias que se aprenderá a través del entrenamiento y las aplicaciones en Resolución de Conflictos servirán como una concha protectora y proactiva contra la violencia futura. Sin embargo, y aunque el campo de la Resolución de Conflictos ofrece una serie de prácticas que pueden jugar un importante papel en la prevención de la violencia juvenil, se necesitan otras estrategias relacionadas provenientes de muchas disciplinas. Las habilidades de Resolución de Conflictos no son suficientes. Se necesitan enfoques de amplio espectro que abarquen muchas variables, para afrontar con garantía un desarrollo positivo de los niños y jóvenes hacia orientaciones positivas de las relaciones interpersonales y la prevención de la violencia. Podemos describir este enfoque tal como lo hace el programa de la California Wellness Foundation, una institución dirigida a subvencionar proyectos de UNTREF VIRTUAL | 2 Texto. Enfoque Global De La Escuela Como Marco De Aplicación De Los Programas De Resolución De Conflictos Autor. Ramón Alzate Sáez de Heredia prevención de la violencia en California: "No hay una simple causa de la violencia. El problema es resultado de la interrelación compleja de un sistema social opresivo, el medio cultural y el comportamiento individual. Las estrategias efectivas [...] deben capacitar a la gente para intervenir y detener el comportamiento violento. Debido a que la violencia afecta a todos, las estrategias para prevenirla deben ser tan inclusivas como sea posible" (1993). Como deduce de la cita anterior, la mayoría de las iniciativas colocan las habilidades de Resolución de Conflictos en un lugar prominente y como un componente necesario de los diseños (Sherman, 1994). A la luz de lo que hemos venido diciendo, no somos tan ingenuos como para creer que los currículos de Resolución de Conflictos y los programas de mediación entre iguales resuelvan por sí mismos toda la problemática relacionada con la violencia, agresividad y conducta competitiva, pero sí creemos firmemente que cualquier intento serio de afrontar esta problemática tiene que contar con ellos como parte integrante fundamental. La comisión de Violencia y Juventud de la American Psychological Association (APA) (1993) dice que: "Concluimos rotundamente, sobre la base de la investigación psicológica de la violencia, que la violencia no es un acontecimiento aleatorio, incontrolable e inevitable [...] Hay una arrolladora evidencia de que podamos intervenir efectivamente en la vida de los jóvenes para reducir y prevenir su implicación en la violencia [...] La educación en Resolución de Conflictos es fundamental para prevenir la violencia entre los jóvenes". Entre las recomendaciones de la APA para afrontar el tema de la violencia juvenil, aunque no se mencionan explícitamente los programas de Resolución de Conflictos, se sugiere que dichos programas son componentes integrales de cualquier intento serio de afrontar la violencia juvenil. Veamos alguna de estas recomendaciones. 1. Intervenciones en la primera infancia dirigidas hacia los padres. 2. Intervenciones basadas en la escuela para ayudar a la escuela a ofrecer un entorno sano, y programas efectivos para prevenir la violencia. 3. Incrementar la conciencia de la diversidad cultural y compromiso de los miembros de la comunidad en la planificación, implementación y evaluación de las intervenciones. 4. Programas educativos para reducir el prejuicio y la hostilidad, que son factores que llevan a comportamientos de odio y a la violencia contra grupos sociales. Breve Historia De La Resolución De Conflictos En La Escuela La historia de la Resolución de Conflictos en el ámbito escolar es relativamente corta, sus raíces se remontan a no más de tres décadas, aunque la forma en la que hoy conocemos este campo es más reciente; hecho muy notable dado el crecimiento que se ha producido en los últimos años. En general, los programas de RC en la escuela han evolucionado a partir de cuatro fuentes genéricas: los investigadores en el campo de la Resolución de Conflictos; grupos comprometidos con la no violencia, como la iglesia cuáquera; oponentes a la guerra nuclear; Educators for Social Responsibility (ESR), y abogados. UNTREF VIRTUAL | 3 Texto. Enfoque Global De La Escuela Como Marco De Aplicación De Los Programas De Resolución De Conflictos Autor. Ramón Alzate Sáez de Heredia Generalizando, los programas de RC en la escuela, tal como los conocemos en la actualidad, tienen sus orígenes fuera del campo de la educación. En la década del '70 (Cohen, 1995), la administración del presidente Jimmy Carter impulsó la creación de los primeros centros de justicia vecinal. El objetivo de dichos centros, pronto conocidos como "programas de mediación comunitaria", era ofrecer una alternativa a los juzgados, que permitiera a los ciudadanos reunirse y solucionar sus disputas. El éxito de estos primeros programas de mediación fue impresionante, y se extendió a lo largo de todos los Estados Unidos y, más tarde, por todo el mundo. A principios de la década del '80, algunos programas de mediación comunitaria intentaron replicar el éxito obtenido en la comunidad en la escuela, enseñando a los estudiantes a mediar en los conflictos de sus compañeros. Como ilustración de este proceso, podemos citar el caso del Community Boards of San Francisco Conflict Managers Program. En 1976, Ray Shonholtz, abogado procesal, respondió a la llamada del presidente Carter para la constitución de centros de justicia vecinal, creando el Community Boards of San Francisco Conflict Managers Program que, según la propia definición, es "un programa de conciliación basado en a vecindario, el cual entrena a los miembros de la comunidad sobre solución de conflictos y las actividades relacionadas con ésta. Junto con el apego del personal, estos voluntarios entrenados les brindan a sus vecindarios un foro informal, de fácil comprensión y libre de costos, para la solución de una amplia variedad de problemas y discusiones" (Amsler e Iverson, 1997). Inicialmente, los mediadores enseñaban habilidades de Resolución de Conflicto en los vecindarios. Posteriormente, como veremos luego, introdujeron programas de mediación entre compañeros en los colegios de la ciudad y, más tarde, currículos de Resolución de Conflictos, también en los centros escolares. Esta transferencia de la comunidad a la escuela se realizó sobre cuatro supuestos (Cohen, 1995). 1. El conflicto es una parte de la vida que puede usarse como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal por parte de los estudiantes. 2. Ya que el conflicto es inevitable, el aprendizaje de las habilidades de resolver conflictos es tan "educativo" y esencial para el éxito a largo plazo de los jóvenes como el aprendizaje de la geometría y de la historia. 3. En la mayoría de las ocasiones, los estudiantes pueden resolver sus conflictos con la ayuda de otros estudiantes, de manera, por lo menos, tan adecuada como con la ayuda de los adultos. 4. Animar a los estudiantes en disputa a resolver las causas del conflicto que en un momento determinado los enfrenta, de manera colaborativa, es, por lo general, un método más efectivo de prevenir futuros conflictos (y desarrollar la responsabilidad estudiantil) que administrar castigos por las acciones pasadas. Siguiendo básicamente estos principios, aunque adaptándose al progresivo crecimiento y desarrollo del área, se ha generado un buen número de programas, de los cuales, los de mayor prestigio y en torno a los cuales se han desarrollado muchos de los programas existentes, son los siguientes. 1. Children's Creative Response to Conflict Program En primer lugar, habría que mencionar a los cuáqueros que son reconocidos como los primeros en UNTREF VIRTUAL | 4 Texto. Enfoque Global De La Escuela Como Marco De Aplicación De Los Programas De Resolución De Conflictos Autor. Ramón Alzate Sáez de Heredia introducir los programas de RC en las escuelas de los Estados Unidos. Su experiencia comenzó en 1972 en la ciudad de Nueva York, en donde ofrecían entrenamiento no violento a los niños. Sus esfuerzos se concretaron en el programa Children's Creative Response to Conflict (CCRC). Los objetivos generales de dicho programa, reformulados con posterioridad (Roderick, 1988), son los siguientes: a) desarrollar una comunidad en la que los niños deseen y sean capaces de una comunicación abierta; b) ayudar a los niños a desarrollar una mejor comprensión de la naturaleza de los sentimientos, capacidades y fortaleza humanas; c) ayudar a los niños a compartir sus sentimientos y ser conscientes de sus propias cualidades; d) ayudar a carda niño a desarrollar autoconfianza en sus propias habilidades, y e) a pensar creativamente sobre los problemas y comenzar a prevenir y solucionar los conflictos. 2. Conflict Resolution Resources for School and Youth Este es, quizás, el programa más famoso de Resolución de Conflictos de todos los Estados Unidos, junto con el Resolving Conflict Creatively Program, fundado en 1982 por lo que ahora es el Community Board Program de la ciudad de San Francisco (CaIifornia), y que es fruto de los esfuerzos de colaboración entre los centros de mediación comunitaria y los sistemas escolares (Davis, 1986). Este programa es el inspirador de gran parte de las aplicaciones de la Resolución de Conflictos en la escuela, tanto dentro como fuera de los Estados Unidos. Estos programas van dirigidos a todos los niveles educativos, desde el preescolar hasta los niveles preuniversitarios; y han servido, además, de modelo para aplicar iniciativas de mediación en la educación superior (actualmente existe un movimiento de difusión de la mediación en todos los niveles de la enseñanza). Básicamente, el Community Board Program ha desarrollado tanto currículos de Resolución de Conflictos adaptados a las distintas edades, como programas muy detallados de implementación y formación de "managers de conflicto" en las escuelas. Finalmente, me gustaría resaltar que estos programas consideran las habilidades para manejar los conflictos como parte esencial de una sociedad democrática. 3. Teaching Students to Be Peacemakers Program Otro de los primeros programas de RC y mediación entre compañeros es el Teaching Students to Be Peacemakers, desarrollado en 1972 en la Universidad de Minnesota. David Johnson y otros investigadores trasladaron la teoría de Resolución de Conflictos y los resultados de la investigación en dicho terreno a un conjunto de procedimientos o técnicas prácticas. Uno de los objetivos fundamentales de este programa es crear una relación positiva entre los estudiantes. Este programa es parte de un enfoque más amplio que usa el contexto cooperativo y la controversia académica para entrenar a todos los estudiantes a negociar sus conflictos y mediar en los conflictos de sus compañeros. 4. Educators for Social Responsibility Algo similar, en la misma línea, se produjo en 1981 cuando un grupo de padres y profesores que pretendían prevenir el riesgo de una guerra nuclear a través de la educación fundaron el ESR (Educators for Social Responsibility), que desde entonces han dedicado una parte muy importante UNTREF VIRTUAL | 5 Texto. Enfoque Global De La Escuela Como Marco De Aplicación De Los Programas De Resolución De Conflictos Autor. Ramón Alzate Sáez de Heredia de sus esfuerzos a ofrecer y promover el entrenamiento de muchos profesores en las técnicas de Resolución de Conflictos. Otro ejemplo de lo que hemos hablado en los apartados anteriores, colaboración entre grupos comunitarios y escolares, se produjo precisamente con el ESR, y dio lugar al siguiente programa. 5. Resolving Conflict Creatively Program (RCCP) Este es un buen ejemplo de un programa basado en el desarrollo de un currículo de Resolución de Conflictos. El RCCP es fruto de un esfuerzo colaborativo entre el New York City's Board of Education y el grupo ESR. Este programa comenzó en 1985 con 18 maestros en tres escuelas diferentes. Actualmente comprende a más de 1000 profesores y 30.000 estudiantes en cien escuelas, tanto elementales como secundarias, como de educación especial. Los objetivos fundamentales del programa incluyen: a) mostrar a los jóvenes alternativas no violentas para enfrentarse con los conflictos; b) enseñar a los niños diferentes habilidades que les permitan llevar a cabo alternativas no violentas a los conflictos reales de sus propias vidas; c) incrementar el entendimiento y valoración de la propia cultura y de las culturas diferentes a las del propio estudiante; d) mostrar a los niños que pueden jugar un gran papel a la hora de crear un mundo más pacífico (Metis Associates, 1990). En 1987, se añadió un componente de mediación al programa, pero sólo para algunas de las escuelas que ya contaban con más de un año de experiencia y disponían de un grupo estable de profesores que utilizaban regularmente el programa curricular de Resolución de Conflictos. 6. Conflict Resolution Education Network Finalmente, la Resolución de Conflictos en el ámbito escolar, y concretamente la mediación, vio reconocida su importancia como campo de estudio e intervención con la fundación, en 1984, de la NAME (National Association for Mediation in Education), cuando un grupo de educadores, activistas y mediadores comunitarios decidieron juntar sus experiencias respecto de los programas de RC escolares. Cuando la NAME vio la luz, existían escasamente seis programas de RC en la escuela en todos los Estados Unidos; en la actualidad son más de doscientos. En 1995, la NAME se fusionó con el NIDR (National Institute for Dispute Resolution) y se convirtió en lo que hoy se denomina CREnet (Conflict Resolution Education Network), que redefine los objetivos de la anterior organización, más allá de la mediación en la escuela, definiendo de manera más amplia la resolución de conflictos escolar. Para terminar, me gustaría citar, aunque sólo sea enumerándolos, otros prestigiosos programas actualmente en funcionamiento. Entre ellos se encuentran los programas del Estado de Hawaii (tienen lugar en Hawaii, Maui, Oahu), comenzados por Mel Ezer de la Universidad de Hawaii, en 1981, y son por ello algunos de los más antiguos. El programa desarrollado en Nuevo México por el famoso New Mexico Center for Dispute Resolution (NMCDR), denominado Mediation in the School Program (MISP). Y, por último, el programa desarrollado por la National Association for Mediation in Education, en la Universidad de Amherst, Massachusetts, denominado Mediation Project. UNTREF VIRTUAL | 6 Texto. Enfoque Global De La Escuela Como Marco De Aplicación De Los Programas De Resolución De Conflictos Autor. Ramón Alzate Sáez de Heredia Posteriormente, la corriente de Resolución de Conflictos en la escuela se ha ido extendiendo por todo el mundo. Hay experiencias, ya bastante maduras, en el Ulster (donde la Universidad del Ulster, junto con el Quaker Peace Education Project, ha desarrollado un programa para las escuelas primarias), en Nueva Zelanda (en 1987 se inició el primer programa en el Hagley High School), Canadá (cuyos primeros proyectos comenzaron en la primavera de 1988 de manera aislada, pero en donde, de un modo sin precedentes, en febrero de 1993, el ministro de Educación de Ontario indicó que los estudiantes deberán desear y ser capaces de resolver los conflictos en cooperación y de una manera no violenta" para el final de los grados 3, 6 y 9 equivalentes a nuestros cursos de EGB), y más recientemente comienza el interés en Polonia, Alemania, Sudáfrica, Argentina, España, etcétera. Descripción De Los Programas De Resolución De Conflictos En La Escuela Centrándonos en el objetivo de este escrito, cabe decir que los programas de RC en el ámbito escolar se pueden clasificar de distintas maneras, Bodine y Crawford (1998), por ejemplo, distinguen cuatro tipos de enfoques fundamentales en la práctica de la Resolución de Conflictos en la escuela: enfoque curricular, programas de mediación, el aula pacífica y la escuela pacífica. Programas curriculares Podríamos definir los programas curriculares como un conjunto de actividades instruccionales con metas y objetivos diseñados para producir cambios en el conocimiento, las actitudes y los comportamientos del estudiante relacionados con su comprensión del conflicto, sus actitudes hacia la resolución de los conflictos interpersonales y la habilidad para usar la comunicación y las destrezas de solución de problemas de forma constructiva, que lleva a soluciones (resultados) pacíficos, equitativos y cooperativos (Sweeney y Carruthers, 1996). Como comentaremos posteriormente, un currículo de Resolución de Conflictos debería cubrir tanto los aspectos teóricos como los prácticos. Al revisar los programas de RC, se hace evidente que hay muchas similitudes y muchos temas en común en todos los currículos. Veamos algunos de estos temas recurrentes (Carruthers, Carruthers, Day-Vines, Bostick y Watson, 1996). Un tema que aparece en todos los currículos se refiere a la comprensión del conflicto. Se puede decir que es la parte más teórica del conflicto. Por lo general, se define el conflicto como una parte natural de la vida humana y del crecimiento, cuyos resultados pueden ser positivos o negativos. La responsabilidad de que suceda una cosa u otra no depende tanto del conflicto en si mismo, sino del modo que tenemos de afrontarlo; un manejo constructivo del conflicto puede producir muchos beneficios. Como hemos comentado en otra ocasión (Alzate, 1997), "El conflicto [...] evita los estancamientos, estimula el interés y la curiosidad, es la raíz del cambio personal y social, y ayuda a establecer las identidades tanto personales como grupales. Asimismo, en un plano más concreto relacionado con nuestro propósito (la introducción de un currículo de Resolución de Conflictos en el ámbito escolar), el conflicto ayuda a aprender nuevos y mejores modos de responder a los problemas, a construir relaciones mejores y más duraderas, a conocernos mejor a nosotros UNTREF VIRTUAL | 7 Texto. Enfoque Global De La Escuela Como Marco De Aplicación De Los Programas De Resolución De Conflictos Autor. Ramón Alzate Sáez de Heredia mismos y a los demás". Sin embargo, no nos engañemos, un tratamiento destructivo del conflicto, por desgracia circunstancia muy habitual, puede llevar a la incomprensión, el odio, la pérdida de la amistad, la agresión y la violencia. Si el conflicto es natural y la aparición de consecuencias negativas y positivas depende de su manejo constructivo o destructivo, se sigue que otro tema importante en el currículo de Resolución de Conflictos es el análisis del proceso constructivo de resolver conflictos. Este grupo de temas tiene tanto aspectos teóricos como prácticos. Algunos de los aspectos teóricos se refieren al análisis de las características del conflicto, tales como el número de disputantes implicados, los valores que mantienen las partes, la historia del conflicto, etc., que definen su naturaleza, así como la discusión de diferentes formas de resolver conflictos, tales como la discusión, peleas, guerra, negociación, mediación, etc. Los aspectos prácticos del currículo permiten que el estudiante vaya adquiriendo experiencia y vaya practicando las habilidades de Resolución de Conflictos, tales como la negociación y la mediación. Finalmente, la mayor parte de los currículos enseña una variedad de habilidades intra e interpersonales. Algunas de las habilidades que se trabajan son el reconocimiento, la expresión y el respeto de las emociones, el control de la impulsividad, el maneja de la ira y el enfado, habilidades para alcanzar perspectiva ante el problema, la escucha activa, comunicación eficaz y las técnicas de solución de problemas. Estas lecciones tienen muchas aplicaciones prácticas, y las experiencias estructuradas a través de juegos de rol y conflictos simulados ofrecidos por el currículo dan a los estudiantes oportunidad para integrar los aspectos teóricos y prácticos del currículo. Programas de mediación entre compañeros Por su parte, podríamos definir la mediación entre compañeros como un tipo de programa que usa los servicios de un estudiante imparcial no implicado en el conflicto (mediador) para ayudar a los estudiantes que tienen el conflicto (disputantes), para alcanzar una solución pacífica, equitativa y cooperativa, una solución que es lograda por los propios disputantes. Los programas de mediación en las escuelas ofrecen servicio de mediación para resolver las disputas existentes entre los estudiantes, entre estudiantes y adultos, y entre adultos. El mediador puede ser un adulto (profesor, director u otro adulto) que, una vez entrenado, ayuda a los estudiantes y adultos a resolver sus disputas: por ejemplo, problemas laborales entre los profesores, problemas disciplinarios en colisión con las familias, etc. En un gran número de ocasiones, el papel del mediador lo adopta un estudiante, que ayuda a resolver algunas de las disputas que surgen entre sus compañeros: por ejemplo, celos, rumores, malos entendidos, acoso, victimización, amenazas, peleas, robos, etc. Y, finalmente, se pueden utilizar estudiantes y adultos (en general, profesores), para que conjuntamente actúen como co-mediadores para resolver las disputas que se dan entre estudiantes y profesores: por ejemplo, enfrentamientos en clase, cuestiones acerca de respeto, problemas de comportamiento y otros problemas que dañan la relación profesor-estudiante. UNTREF VIRTUAL | 8 Texto. Enfoque Global De La Escuela Como Marco De Aplicación De Los Programas De Resolución De Conflictos Autor. Ramón Alzate Sáez de Heredia Enfoque del aula pacífica El enfoque del aula pacífica (Kreidler, 1984, 1990, 1994) es una metodología de aula global que integra la Resolución de Conflictos; (habilidades, principios, alguno de los procedimientos de solución de problemas de la Resolución de Conflictos) en el currículo académico central y en las estrategias de manejo y relación de la clase, incluyendo, además, una metodología pedagógica de aprendizaje cooperativo y controversia académica (Johnson y Johnson, 1992, 1995). En general las aulas pacíficas se inician profesor por profesor, y constituyen los ladrillos para la construcción de la escuela pacífica (Bodine y Crawford, 1998). En relación con la integración del currículo, esto implica, en primer lugar, la enseñanza de las habilidades y los conceptos necesarios para resolver conflictos constructivamente, y la infusión de los principios de Resolución de Conflictos en las áreas académicas centrales. Es importante resaltar la importancia del concepto de infusión frente al de integración en relación con la Resolución de Conflictos en cualquiera de los enfoques que estamos tratando (Compton, 1998). La integración se usa para describir estrategias que permiten relacionar distintas áreas académicas (los contenidos de las disciplinas) con el objetivo de ayudar a los estudiantes a realizar conexiones entre las distintas disciplinas. La infusión es un término paraguas que lo usamos para describir el aprendizaje y modelado de los conceptos y habilidades de resolución de conflictos a través del aula y de la cultura escolar global. Los profesores que integran el currículo contribuyen a la creación del aula pacífica creando entornos que apoyan la Resolución de Conflictos y el comportamiento prosocial. Kreidler (1990) define un aula pacífica como aquella que surge de la sinergia de cinco principios. Cooperación: los niños aprenden a trabajar juntos, y a confiar, ayudar y compartir con los demás. Comunicación: los niños aprenden a observar cuidadosamente, a comunicarse con precisión y a escuchar sensiblemente. Aprecio por la diversidad: aprenden a respetar y apreciar las diferencias entre las personas y entender el prejuicio y cómo funciona éste. Expresión positiva de las emociones: los niños aprenden a expresar sus sentimientos, especialmente la ira-enfado y la frustración, encauzándolos en formas no agresivas ni destructivas; de ese modo aprenden autocontrol. Resolución de conflictos: los niños aprenden las habilidades de responder creativamente a los conflictos en el contexto de una comunidad humanitaria y de apoyo. Además, los profesores de un aula pacífica usarían habitualmente el aprendizaje cooperativo y la controversia académica. Según Johnson y Johnson (1989, 1995), los educadores pueden crear un clima cooperativo en sus aulas estructurando la mayor parte de las situaciones de aprendizaje cooperativamente. Los estudiantes trabajan en pequeños grupos para conseguir objetivos de aprendizaje compartidos. Tienen dos responsabilidades: aprender el material asignado y asegurarse de que el resto de los miembros del grupo también lo aprenden. En relación con la controversia académica (Johnson y Johnson, 1995), los profesores pueden usar el conflicto en las lecciones académicas para promover la motivación y un mayor nivel de razonamiento, lo que en UNTREF VIRTUAL | 9 Texto. Enfoque Global De La Escuela Como Marco De Aplicación De Los Programas De Resolución De Conflictos Autor. Ramón Alzate Sáez de Heredia definitiva conduce a mejores logros académicos. Además, esta experiencia lleva a los estudiantes a experimentar consecuencias positivas del conflicto y, por lo tanto, incrementan las actitudes positivas con respecto al mismo. La controversia académica ocurre cuando se da cierta incompatibilidad entre las ideas, informaciones, conclusiones, teorías y opiniones de los estudiantes, y ambas partes buscan un acuerdo (Johnson y Johnson, 1979, 1989, 1992, 1995). Las controversias se resuelven discutiendo las ventajas y desventajas de cada discurso. El objetivo de tales discusiones es sintetizar una solución novedosa, a través del proceso creativo de resolver problemas. Enfoque de la escuela pacífica La escuela pacífica es un enfoque que integra la Resolución de Conflictos en el funcionamiento general de la escuela (Bey y Turner, 1996; Bodine y Crawford, 1998). Como ya hemos dicho antes, el aula pacífica es el ladrillo con el que se construye el edificio de la escuela pacífica. De manera resumida, diremos que en este enfoque los conceptos y habilidades de Resolución de Conflictos son aprendidos y usados por todos los miembros de la comunidad escolar. El ambiente de una escuela pacífica incorpora preocupación por los demás, honestidad, cooperación, potenciación de la diversidad, etc. En definitiva, este enfoque de escuela pacífica coincide con lo que nosotros un poco más adelante definiremos como enfoque escolar global y que incluye: ambiente de aprendizaje cooperativo, instrucción directa y práctica de las habilidades y procesos para resolver conflictos, sistemas de gestión del aula y de la escucha no coercitivos y la integración de los conceptos y habilidades de Resolución de Conflictos en el currículo académico. Resumiendo, de una manera más general, nosotros distinguimos dos tipos de aspectos a la hora de poner en marcha las prácticas y principios de la Resolución de Conflictos en la escuela (Kaufman, 1991; Stott y Monsma, 1994; Sarkis, 1994; Sweeney y Carruthers, 1996; Alzate, 1997): a) el aspecto curricular que, principalmente, persigue el aprendizaje o la mejora en la comprensión teórica del conflicto y los procedimientos de gestión del conflicto; b) el aspecto experiencial que permite a los estudiantes resolver mejor sus propias disputas permitiéndoles practicar lo que aprenden. Como consecuencia de ello, distinguimos entre programas curriculares de Resolución de Conflictos (bien sean currículos independientes o integrados en el resto de materias) y lo que algunos denominan programas de resolución de disputas, fundamentalmente, mediación entre compañeros. Un programa de RC debería afrontar ambos aspectos. "Por una parte, ofrecer a todos los participantes una comprensión teórica del conflicto y de los procedimientos para resolverlo, y por otra, la experiencia práctica necesaria para convertirse en adulto flexibles, equilibrados y efectivos" (Alzate, 1998). Aunque consideramos que el enfoque curricular cubre tanto la naturaleza teórica y práctica del conflicto y de la Resolución de Conflictos, la mayor parte de los autores está de acuerdo en mencionar la negociación y mediación entre compañeros como los dos procesos más significativos que deben integrar la parte experiencial de los programas. En general, consideramos que los programas curriculares y los programas de mediación entre compañeros están muy relacionados, y que su combinación es uno de los métodos más poderosos para ayudar a los estudiantes a resolver sus problemas interpersonales de manera productiva. UNTREF VIRTUAL | 10 Texto. Enfoque Global De La Escuela Como Marco De Aplicación De Los Programas De Resolución De Conflictos Autor. Ramón Alzate Sáez de Heredia Sin embargo, dando un paso más adelante, diremos que el fin último de los distintos intentos de enseñanza de las habilidades de Resolución de Conflictos es ayudar a las escuelas a transformar sus culturas haciendo que incluyan la búsqueda de soluciones pacíficas y cooperativas de los conflictos y disputas, solución de problemas en grupo, toma de decisiones compartidas, valoración de la diversidad, desarrollo del sentido de comunidad, etc. Tanto los programas curriculares como los de mediación son pasos importantes en la consecución de estos objetivos. Sin embargo, el progreso puede frustrarse si no impregnamos de los principios de Resolución de Conflictos y de sus habilidades todos los niveles de interacción dentro de la escuela: prácticas educativas, manejo del conflicto, proceso de toma de decisiones, etc. Por lo anteriormente dicho, en los últimos años se ha desarrollado lo que denominamos programas escolares globales de RC. Un programa escolar global, tal como el planteado y puesto en práctica en 1994 conjuntamente por San Francisco Peer Resource Programs y The Community Boards Program, constaría de los siguientes elementos (Moore, Wong y McLaughlin, 1995; Moore y Torphe, 1996). 1. Un programa de mediación entre compañeros que trata los conflictos entre estudiantes (dimensión horizontal), entre estudiantes y adultos (dimensión vertical), y entre adultos (dimensión horizontal). 2. Padres que aceptan el programa, usan las habilidades en casa, y dan apoyo constante a sus hijos. 3. El personal del centro escolar que acepta el programa, usa las habilidades y los principios, implementa el currículo, y dirige los conflictos hacia la mediación entre compañeros. 4. Se enseña en el aula a todos los estudiantes: resolución de conflictos, comunicación eficaz y habilidades de solución de problemas (currículo). 5. Un programa de RC para los adultos que trate los conflictos entre los profesores, entre profesores y padres, etcétera. Evaluación De La Evidencia En lo que se refiere a estudios dirigidos a evaluar la eficacia y utilidad de la aplicación de dichos programas, la revisión de la literatura nos indica que esta tarea es sólo un esfuerzo reciente, aunque ya empezamos a contar con un buen número de investigaciones bien realizadas, por ejemplo: McCormick (1988), Cameron y Dupuis (1989), Araki (1990), Steele (1991), Johnson, Johnson y Dudley (1992), Crary, (1992), Metas Associates (1992), Fuller, Kimsey y McKinney (1993), Uhlenberg, Antes y Thompson (1993), etc. Para una revisión completa de la efectividad de los diferentes Programas de RC en la escuela, el lector puede recurrir a la completa revisión realizada Johnson y Johnson (1996). Finalmente, a continuación presento los datos acerca de la efectividad de los programas de mediación entre compañeros fruto del Comprehensive Peer Mediation Evaluation Project, proyecto de investigación dirigido a analizar la eficacia de los mismos. El estudio se ha realizado durante dos años, de 1995 a 1997, y aunque el proceso de evaluación final está realizándose en esto momentos, contamos ya con un avance de los resultados (Jones, 1998a, 1998b; Jones y otros, 1997). Este proyecto investigó el impacto diferencial de dos tipos de programas: un programa de mediación entre compañeros y un programa escolar global que incluían un componente de UNTREF VIRTUAL | 11 Texto. Enfoque Global De La Escuela Como Marco De Aplicación De Los Programas De Resolución De Conflictos Autor. Ramón Alzate Sáez de Heredia mediación entre compañeros. Se intenta medir el impacto de dichos programas sobre los comportamientos y actitudes de los estudiantes ante el conflicto, el clima escolar y el uso de la mediación como proceso de resolver las disputas. Realizaron un diseño experimental 3 x 3 en el que compararon tres tipos de programas (un programa de mediación entre compañeros, un programa escolar global que incluía un componente de mediación entre compañeros y un grupo control) en tres; niveles educativos (elemental, secundaria y postobligatoria). Resumiendo, los resultados muestran que ambos modelos de programa ofrecen beneficios significativos. Los programas de mediación ofrecen mejores resultados a nivel individual, mientras que los programas globales consiguen mejores resultados en relación con el clima escolar. Respecto de las actitudes y los comportamientos ante el conflicto, encontraron (Jones, 1998a y 1998b) que: 1) los mediadores en el programa escolar global experimentaban menos conflictos tanto a nivel personal como a nivel escolar, mientras que mostraban menor tendencia a ayudar a los otros que los mediadores del programa de mediación en solitario; 2) los programas de mediación tienen mayor impacto en los valores prosociales que los programas escolares globales; 3) ninguno de los dos programas era claramente superior en términos de su influencia sobre la agresividad o los estilos de afrontamiento del conflicto; 4) los programas de mediación eran más efectivos que los programas escolares globales a la hora de incrementar la capacidad de tomar perspectiva ante el conflicto y de las habilidades de competencia en el conflicto, tanto en los mediadores como en el resto de los estudiantes. En términos del clima escolar, encontraron que: 1) los programas escolares globales tenían un efecto positivo mayor sobre el clima que los programas de mediación a nivel tanto de secundaria como de bachillerato; sin embargo, los programas de mediación eran superiores a nivel elemental; 2) ambos programas afectan las percepciones del profesorado sobre el clima escolar, aunque los programas escolares globales influían más sobre las percepciones estudiantiles del clima; 3) los aspectos del clima escolar que se veían más influenciados eran las estructuras relacionadas con tareas, la percepción de cómo eran considerados, el énfasis académico, la influencia del director y el estado de salud general de la escuela. En cualquier caso, es importante resaltar que tanto los programas de mediación como los programas escolares globales producían mejoras significativas en el clima escolar si se comparan con aquellas escuelas que no disfrutaban de ninguno de estos programas. Finalmente, en términos de utilidad, se encontró que ambos tipos de programas eran igualmente efectivos en términos de tasa de uso y tasa de acuerdo. Sin embargo, se daba ligeramente un mayor uso de la mediación tanto por parte de los estudiantes como por parte de los profesores en los programas escolares globales. Asimismo, existían diferencias en la satisfacción con el proceso de mediación. Tanto en secundaria como en bachillerato, los disputantes y mediadores se mostraban significativamente más satisfechos en los programas escolares globales que los correspondientes disputantes y mediadores en los programas de mediación. Una posible implicación de este resultado nos lleva a considerar que los programas escolares globales podrían preparar mejor a los disputantes para la mediación al ofrecer un conocimiento más amplio del proceso de la mediación y del comportamiento constructivo ante el conflicto. UNTREF VIRTUAL | 12 Texto. Enfoque Global De La Escuela Como Marco De Aplicación De Los Programas De Resolución De Conflictos Autor. Ramón Alzate Sáez de Heredia Hay muchas consideraciones que se podrían hacer, pero me gustaría añadir que a pesar de no ser el mejor método de aplicar programas de RC, si se hacen en solitario, los datos nos indican que, en las ocasiones en que por distintas circunstancias no podamos abordar enfoques más amplios, la utilización de los programas de mediación entre compañeros se ve justificada por sus enormes repercusiones en las actitudes y los comportamientos de los estudiantes, así como en el clima escolar. Algunas Críticas No todas las opiniones sobre la efectividad de los programas de RC son unánimes. A pesar del gran número de opiniones a favor de la utilización de tales programas y de la creciente evidencia sobre su efectividad, en los últimos años han surgido algunas voces críticas. El ejemplo más sobresaliente de dichas posiciones críticas es el artículo de Daniel W. Webster (1993) titulado "The unconvincing case for school-based conflict resolution programs for adolescents". En dicho trabajo, Webster se muestra escéptico con la potencialidad de los programas de RC para reducir la violencia interpersonal y por las siguientes razones: 1) no hay evidencia de que tales programas produzcan cambios a largo plazo en el comportamiento violento o en el riesgo de victimización; en ausencia de otras intervenciones de apoyo, los currículos basados en el aula, por lo general, han fracasado a la hora de conseguir cambios comportamentales estables en relación con otros problemas sociales o sanitarios de los jóvenes; 3) las asunciones subyacentes a los programas de prevención de la violencia y de Resolución de Conflictos son cuestionables; 4) estos programas ofrecen cobertura (justificación) a los políticos, burócratas, y distrae a la sociedad de los determinantes estructurales de la violencia juvenil. Por su parte, Posner (1994) llama la atención acerca del hecho de que se realiza excesivo marketing de los programas de RC y de prevención de la violencia, y paralelamente se desarrollan pocas evaluaciones. Además, señala que la mayor parte de las evaluaciones sobre estos programas carece de tamaños adecuados de muestra, de grupos de control y de medidas objetivas de los resultados comportamentales. No es el momento de analizar estas y otras posibles críticas o preguntas sobre la efectividad de los distintos programas de RC, pero antes de terminar, quiero hacer una última pregunta: ¿Podemos esperar que los principios y prácticas aprendidos en los currículos y en los programas de RC se apliquen a entornos menos controlados? ¿Qué ocurre cuando los principios y metas de la Resolución de Conflictos no son compartidos o conocidos por suficiente gente como para asegurar su efectividad y consistencia? ¿Cómo se pueden maximizar los efectos humanizadores de la Resolución de Conflictos? Webster arguye que los practicantes deben repensar los contenidos de los programas, intensificar y ampliar las intervenciones, centrarse en entornos más amplios que la escuela, etcétera. Existe una discontinuidad de experiencia en los jóvenes entre el entorno escolar con programas de RC y el entorno exterior en el que discurre la mayor parte de su tiempo. Y aquí se plantea un problema más básico, desde mi punto de vista: ¿cómo podemos esperar que los jóvenes adhieran a los principios y comportamientos presentes en la Resolución de Conflictos, si no son compartidos por toda la comunidad escolar y familiar? UNTREF VIRTUAL | 13 Texto. Enfoque Global De La Escuela Como Marco De Aplicación De Los Programas De Resolución De Conflictos Autor. Ramón Alzate Sáez de Heredia Webster (1993) critica los programas basados en la escuela porque fracasan a la hora de situar su trabajo en la adecuada perspectiva. Según él los programas aplicados en la escuela no pueden hacer nada por sí mismos, deberían ser integrados en acciones más amplias que impliquen a las familias, los medios de comunicación y las comunidades en su totalidad. Las críticas de Webster nacen de la constatación de que si realmente queremos instaurar relaciones no violentas entre las personas, debemos ir más allá de enseñar a los niños individuales cómo sobrevivir en los entornos disfuncionales en los que estén creciendo; deberemos, también, intentar cambiar esos entornos tratando las fuerzas sociales, culturales, institucionales y físicas que están presentes. Desde luego, como fruto de lo expuesto en este capítulo, debe quedar bien claro que más que dotar a los sujetos individuales de una serie de habilidades, los programas de RC deben afrontar el entorno escolar en su totalidad y crear un clima escolar de cambio, un clima escolar de no violencia, en cuyo marco se enseñe y favorezcan los modos pacíficos de resolver los conflictos. Pero además de todo ello, es nuestro convencimiento que los beneficios de aplicar programas de RC en la escuela, se extenderán como un virus de paz a través de la sociedad en su conjunto (Crary, 1992; Gentry y Benson, 1992; Alzate, 1997). La idea es que la sociedad en su conjunto disfrutará de los beneficios resultantes del entrenamiento en Resolución de Conflictos de una parte significativa de sus miembros. Bibliografía Alzate, R. (1997): "Resolución de conflictos en la escuela” Innovación Educativa, 7, 107-122 - (1998a): "Los programas de resolución de conflictos en el ámbito escolar", Organización y Gestión Educativa, 4, 14-18. - (1998b): Análisis y resolución de conflictos: una perspectiva psicológica, Bilbao, Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco. American Psychological Association (1993): Violence and Youth, vol. 1 de "Summary Report of the Commission on Violence and Youth". Amster, T. e Iverson, R. A. (1997): Los sistemas de mediación y la sociedad civil, San Francisco, Community Boards. Araki, C. (1990): "Dispute management in the schools", Mediation Quarterly, 8, 51-62. Bey, T. M. y Turner, G. Y. (1996): Making school a place of pace. Thousand Oaks (CA), Corwin Press. Bodine, R. J. y Crawford, D. K. (1998): The Handbook of conflict resolution education, San Francisco, Jossey-Bass. Cameron, J. y Dupuis, A. 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