Gernika

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«Gernika»
ara cuando se estrene el segundo largometraje de Koldo
Serra, habrá pasado una década desde que debutara con “El
bosque de sombras” (2006), ópera prima para la que contó
con un lujoso reparto internacional encabezado por Gary
Oldman, Paddy Considine y Virginie Ledoyen. En todo ese tiempo
ha ido intentando poner en pie una serie de proyectos, que por una
u otra razón no se han materializado, hasta que por fin ha podido
hacer suyo uno que en principio era de encargo. Los productores
de “Grand Piano” (2013) querían repetir con el director Eugenio
Mira en otra película rodada en inglés, pero este no podía por problemas de fechas, así que les pasó el teléfono de Koldo Serra, porque
buscaban un director que ya tuviera experiencia en trabajar con
intérpretes extranjeros. Y es así como llega “Gernika” a sus manos,
que era una idea que habían escrito unos productores malagueños
en colaboración con un guionista neoyorquino. Era cuestión del
destino que la película acabase siendo dirigida por un cineasta vizcaino.
Koldo Serra se convirtió en un prometedor joven realizador gracias a los cortometrajes “Amor de madre” (1999) y “El tren de la
bruja” (2003). A pesar de que parecía llamado a dedicarse al género
fantástico, con su primer largometraje “El bosque de sombras”,
P
La jovencísima Irene Escolar, en medio de una de las secuencias del
bombardeo de Gernika recreado en la película de Koldo Serra.
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dicha tendencia ya se vio matizada con influencias del survival,
tanto de John Boorman como de Sam Packinpah y Walter Hill. Pero
es difícil seguir una línea estilística cuando falta continuidad y
Koldo Serra fue consolidando su carrera profesional en otros medios.
Ha hecho publicidad y también videoclips para artistas como Estopa, Antonio Orozco y Doctor Deseo; pero sobre todo ha trabajado
en televisión, en las series “Comisario” (2007), “Gominolas” (2007),
“Es bello vivir” (2008), “Karabudjan” (2010), “La fuga” (2012) y “El
don de Alba” (2013).
Con “Gernika”, Koldo Serra se enfrenta gustoso al desafío que supone hacer una película de corte más clásico, puesto que se trata de
un romance de ambiente bélico a la manera de “El paciente inglés”
o “Expiación”, aunque el trasfondo es el del mundo periodístico, recuperado en su faceta más aventurera, con los influyentes nombres
históricos de Ernest Hemingway, Robert Capa o George Steer a modo
de inspiración. Sin embargo, parece ser que se establece cierto paralelismo con el fenómeno mediático actual, habida cuenta de que
en los preámbulos de la Segunda Guerra Mundial puede encontrarse
el desarrollo de un tipo de prensa dispuesta a convertir la contienda
en un espectáculo noticiable.
Uno de esos periodistas que forma parte ya del negocio en ciernes,
aunque empezó siendo un defensor de las
causas perdidas, es el protagonista destacado en Bilbo en la primavera de 1937. Será
una editora de la oficina de prensa republicana la que despertará su idealismo dormido con duras críticas, y así surge el emparejamiento estelar entre James D’Arcy y
María Valverde, secundados por Jake Davenport, Barbara Goenaga, Ingrid García-Jonsson, Burn Gorman, Joaquim Assboëck, Irene
Escolar, Jon Ariño, Marcus Oberhauser,
Elena Irureta, Víctor Clavijo y Julián Villagrán.
El presupuesto con el que se ha contado
es de seis millones de euros, que se antoja
escaso para una película de época de corte
épico, si bien “Gernika” tiene asegurada la
distribución internacional a través de Sony.
De esta forma, las localizaciones de Euskal
Herria darán la vuelta al mundo, descubriendo escenarios inéditos como el aeródromo abandonado de Dima. Eso sí, las escenas del bombardeo hubo que rodarlas en
un pueblo abandonado de Aragón, donde
se pudo recrear el panorama de devastación
que siguió al efecto causado por las bombas
de la Legión Cóndor entre la indefensa población civil. Aquella tragedia ya tenía su
cuadro y ahora va a tener su película.
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