TEMA 5 LITERATURA UNIVERSAL / (TEMARIO PAEU) NARRATIVA REALISTA DEL SIGLO XIX Contexto histórico Liberada de las guerras napoleónicas, Europa vive durante el resto del XIX la expansión de la Revolución Industrial. Surgida en Inglaterra, se traduce en innovaciones tecnológicas de gran alcance, siendo la máquina de vapor la primera de ellas; en el cambio de siglo, entre 1890 y 1910, aparecen, por ejemplo, el automóvil, el cine, la aviación, etc. El comercio marítimo se fortalece con la multiplicación de los barcos de vapor y con la apertura de los canales transoceánicos. Nace una nueva clase de hombres de negocios, los empresarios capitalistas, que piden el ahorro de particulares para desarrollar sus empresas. Se crean entonces las sociedades anónimas, divididas en acciones que, a veces, se pueden comprar y vender en la bolsa. Para hacer frente a sus competidores, los empresarios se esfuerzan por fabricar sus productos con el mínimo coste, pagando salarios de miseria y buscando otras formas de aumentar la productividad. Se desarrolla, entonces, una nueva clase social, los obreros de fábrica. Algunos miembros de la burguesía intelectual son sensibles a las condiciones de la clase obrera, como Karl Marx, que desarrolla una teoría bien argumentada, la “lucha de clases”, para justificar el combate de los obreros o “proletarios” contra los capitalistas. No solo la población europea se duplica en menos de un siglo, sino que, además, decenas de millones de europeos emigran a América u Oceanía para escapar de la miseria y la opresión política, y poder rehacer sus vidas en países en expansión. La instrucción se desarrolla, y a finales de siglo la mayor parte de la población está alfabetizada. La narrativa realista del XIX La corriente literaria del Realismo se desarrolla en Europa en la segunda mitad del XIX, en especial en Francia e Inglaterra. Los escritores realistas se proponen retratar la realidad objetivamente basándose en una observación que les permita describir con minuciosidad y exactitud personajes y ambientes. Se documentan tomando notas de la realidad o mediante libros, evitan idealizar lo que ven, sin importarles lo sórdido o repugnante que resulte. Cronológicamente coincide en parte con el Romanticismo, pero se opone a esta corriente: rechaza la exaltación de los sentimientos, el alejamiento de sus argumentos en lugares y tiempos remotos y la actitud melancólica o apasionada de los románticos. Pero también discrepa del Clasicismo, no pretende imitarlo, sino que es la naturaleza la fuente de su inspiración, la realidad misma. La literatura realista recoge las doctrinas filosóficas, políticas y científicas del momento: el positivismo de Comte, basado en la investigación de los hechos observables y mensurables es el sistema filosófico dominante; investigaciones como las de Darwin sobre la teoría de la evolución o las de Mendel sobre las leyes de la herencia apuntalan también entre los escritores una visión optimista sobre el poder de la investigación y el análisis en los comportamientos de la propia sociedad y el individuo. Claude Bernard, otro científico muy de moda, introductor del método científico, aceptó el determinismo como certeza de que cada fenómeno está determinado por las condiciones materiales y una serie de leyes fijas. Las características del realismo podrían resumirse de la siguiente manera: Tiempo y espacio: se suele narrar hechos contemporáneos, que constituyen un fondo histórico real para los hechos ficticios –pero verosímiles- con los que se encuentran comprometidos los personajes novelescos. El ambiente social resulta de capital importancia entre los realistas para entender al individuo, sin llegar a ser deterministas. Así pues, abundan descripciones minuciosas que sirven para crear un ambiente determinado. Por otro lado, habiendo una gran diversidad de ambientes, predominan los espacios urbanos. 1 Empresa del protagonista: las características de la empresa del protagonista son indicativas de los valores prevalentes de la sociedad donde aquella se lleva a cabo, en la que imperan el individualismo y la competitividad de la mentalidad burguesa. Personajes: los personajes suelen ser presentados tanto desde el punto de vista físico como psicológico y moral. Y tanto en su medio social como en su fuero interno. Los personajes realistas tienen un carácter individual y un valor o significado social, ya que expresan rasgos propios de su clase o grupo social. Narrador: omnisciente, conocedor de todos los hechos, internos y externos a los personajes. Suele construir el relato de acuerdo con una causalidad temporal lógica. Intenta evitar cualquier tipo de emoción o compasión hacia los personajes que él mismo inventa. Lenguaje: considerado como medio destinado a describir los acontecimientos, las acciones y los caracteres. Lenguaje utilitario, de significación concreta y unívoca, que evita las ambigüedades y el simbolismo. Pretende reproducir los aspectos particulares del habla de cada personaje como vulgarismos, regionalismos, errores de pronunciación. Ritmo lento en la narración: la preparación de las acciones ocupa a veces más espacio que las propias acciones. El Naturalismo. Surge como evolución del realismo, no como oposición a éste, y lo hace en Francia, en buena parte por obra del escritor Emile Zola. El realismo partía de la observación de la realidad y la reflejaba de forma casi fotográfica; el Naturalismo va más allá: recoge las miserias humanas (locos, alcoholizados, enfermos) y los instintos más primarios para ofrecernos la imagen de unos seres reducidos y limitados por una sociedad injusta en la que viven. El afán de denuncia contra la sociedad de su tiempo se percibe a través de los personajes embrutecidos que crea la sociedad. El objetivismo naturalista se convierte a veces en literatura de tesis: observa con desencanto su tiempo y denuncia una sociedad corrompida, atacando a menudo instituciones tradicionales como el ejército y la iglesia. Estos son sus elementos característicos: -la novela tiene carácter doctrinal, pretende enseñar más que entretener. La novela naturalista sigue de cerca las tesis darwinianas de la selección natural, que presenta como indiscutibles. La literatura puede contener experimentos y diagnósticos. -la gran importancia de la descripción; el arte se concibe como una especie de fotografía. -el pesimismo y el interés por los elementos patológicos o mórbidos. Preferencia por presentar a las clases sociales más bajas o marginadas y a tipos sociales poco convencionales. -la elevación a categoría de las leyes hereditarias, y la negación de los elementos espirituales de la naturaleza humana, que en realidad están sometidos a fuerzas determinadas del mundo material. -la negación de los principios morales o sociales y la apología del instinto. -la ausencia de lirismo en el lenguaje; imitación de la lengua popular y hablada, a veces con un estilo voluntariamente poco cuidado. 5.1. Francia. Sthendal, Flaubert, Zola. Sthendal (1783-1842). Sus dos grandes novelas son Rojo y Negro (1830) y La cartuja de Parma (1840). Uno de los elementos originales de este autor radica en la forma narrativa: el lector sigue la historia a través de los ojos del héroe, que transforma la realidad en materia subjetiva. Gracias al uso del yo y del monólogo, el lector sigue los movimientos del pensamiento y los sentimientos de los personajes, sus dudas y su visión del mundo. Así pues, el narrador desaparece y no surge la sensación de que conduce o controla la situación. Flaubert (1821-1880). Publicó en 1856 Madame Bovary, su obra más conocida, que causó gran escándalo y le reportó un proceso por inmoralidad, cargo del que fue absuelto. La novela está formada por 35 capítulos y se presenta como una sucesión de cuadros que describen los momentos de una vida. Más que una narración lineal, los capítulos se presentan como unidades enteras, vinculadas sutilmente entre ellas. Como relato de un adulterio banal, esta novela es el relato de la insatisfacción y de la frustración nacidas del deseo no realizado y del aburrimiento. Madame Bovary es un Quijote femenino, perturbada por lecturas de un tiempo pasado que ella idealiza, lecturas que en vez de ennoblecerla, como a don Quijote, la llevan a comportamientos absurdos y cursis. El ambiente en que vive Emma es mediocre; sus sueños siempre chocan con la realidad. La 2 originalidad del autor se basa en que los personajes, los lugares y las acciones parecen tener existencia autónoma, y da la impresión de que el narrador no los domina totalmente. Por otro lado, mediante el personaje de Emma Bovary, Flaubert rompe todas las convenciones morales y literarias de la burguesía del siglo XIX, quizá porque nunca antes nadie había presentado un prototipo de heroína de ficción rebelde y tan poco resignada al destino. Émile Zola (1840-1902). Teórico del Naturalismo, que se manifiesta claramente en 1867 con la publicación de Teresa Raquin, para la que se inspira en los análisis casi médicos de los hermanos Goncourt y en las teorías de Taine sobre la influencia del medio. Después llegó un proyecto ambicioso, Los Rougon-Macquart, proyecto literario sobre “la historia natural y social de una familia bajo el Segundo Imperio”, y que comprenderá, al final, veinte volúmenes hasta 1893. Proyecto de novela experimental que tratará de analizar los efectos que las pasiones humanas producen sobre el medio y las circunstancias. Zola fue muy criticado por los conservadores y burgueses por su apología de las clases bajas. A su vez, también recibió ataques desde el ámbito progresista, que le reprochaba su determinismo social y su visión fatalista de la condición obrera. 5.2. El realismo ruso: Dostoyeski y Tolstoi. La literatura rusa de la segunda mitad del siglo XIX es realista, a pesar de que el contexto social y político del país presenta unas estructuras de tipo feudal que poco hacían intuir la revolución comunista que surgirá en el siglo XX. La novela rusa insiste en la descripción de los paisajes naturales, los rasgos físicos de los personajes, los atavíos, lo que le dota de un ritmo lento a la narración. El argumento resulta a veces anecdótico, como la acción, que avanza lentamente. Presenta un fuerte sentimiento de piedad hacia los miserables y, aún siendo realista, el enfoque de los autores rusos trata también de buscar en la obra el significado profundo o espiritual de la vida, con una gran carga de preocupación moral y filosófica, lo que le confiere una densidad especial. Dostoyeski. Entre sus obras mencionamos Pobres gentes, El jugador, El idiota, Los hermanos Karamazov y la más importante de ellas, Crimen y castigo (1867). En esta novela, el autor narra la la tormenta interior del protagonista que, autor de un crimen cometido con fría indiferencia, sufre terribles remordimientos y acaba, influido por ideas cristianas, acusándose a la policía. Dostoyeski trata de mostrar que la violencia, incluso si procede del deseo de hacer el bien, es naturalmente inhumana y que cualquier crimen, con independencia de sus motivos, es una violación de las normas éticas. En Los hermanos Karamazov rescata la figura de su padre, tirano y alcohólico, para recrear una trama en la que priman las preocupaciones de su juventud: el bien y el mal, el concepto de libertad y moral, y la salvación del pecado mediante el sufrimiento. Tolstoi (1828-1910). Sus dos obras más importantes son Guerra y paz y Ana Karenina. Ésta última, a pesar de parecer una simple historia sentimental con final trágico, no se puede obviar la voluntad moralizadora del autor, que critica la hipocresía dominante en la aristocracia de la época. La obra puede entenderse como una parábola sobre la dificultad de ser honesto cuando el resto de la sociedad se ha instalado en la hipocresía. Tolstoi es un autor racionalista y materialista, de un vitalismo esperanzado y una moral optimista, que cree en la transformación del hombre gracias a la bondad natural, la que lo conducirá a abandonar la felicidad ilusoria y a buscar una forma de vida más ajustada a la naturaleza. 5.3. Inglaterra: Dickens. Hay que destacar como rasgos característicos de la narrativa de Dickens su penetrante caracterización de personajes y ambientes de la época; la idealización, la ternura y el sentimentalismo lleno de bondad al que somete sus historias. Este sentimentalismo contrasta con la dureza de las situaciones que presenta, de forma que se puede concebir como una manera amable de denunciar una sociedad desigual y creadora de pobreza. Entre sus obras más importantes están Oliver Twist, David Copperfield y Grandes esperanzas. La primera narra la historia de un niño huérfano que pasa por infinitas penurias hasta que al final se ve realizado como persona. Se presenta una panorámica completa de la sociedad victoriana y una 3 oposición muy clara entre el campo y la ciudad; mientras que el campo representa la alegría y el bienestar, la ciudad, Londres, simboliza la delincuencia, la pobreza el crimen o la marginación. David Copperfield empieza con una pesimista descripción de la situación de los niños en el país y, especialmente, en los internados. Luego describe el ascenso de un joven que, trabajando y estudiando, mantiene a su tía y termina convirtiéndose en escritor. Grandes esperanzas cuenta la historia de Pip; huérfano desde niño, es educado por su hermana y parece empujado a una existencia oscura. Pero un día conoce a la extraña Miss Havisham, que vive recluida en su casa en compañía de su hija adoptiva, Estella, cuya fría belleza exalta y desespera a Pip al mismo tiempo. Esta novela puede considerarse una obra de iniciación, de descubrimiento de la existencia. Otros autores británicos de relevancia son las hermanas Brontë: Emily (Cumbres borrascosas), Charlotte (Jane Eyre) y Anne. También mencionamos a Henry James, de origen norteamericano. 5.4. Norteamérica: Edgar Allan Poe. Estados Unidos en el XIX era un país de naturaleza, con las ciudades aún con poco peso y donde la industria, a pesar de su rápido crecimiento, no había destruido el hábitat natural, concebido como espacio donde se podía enraizar la identidad nacional. De esta forma, la novela se desarrolló menos que en Europa. Cuando finalmente aparece la novela por influencia europea, es menos social que en Europa y se muestra más preocupada por las preguntas transcendentales que por el análisis de la realidad presente. Poe (1809-1849). Su contribución más importante a la literatura son los relatos cortos de tipología diversa. Dotado de gran inteligencia e imaginación, es un maestro en el campo del misterio, así como en la recreación de atmósferas de terror. En lo técnico, su dominio del ritmo narrativo no tiene comparación. El cuento de terror fue un género que adoptó para satisfacer los gustos del público y donde sobresale. Sus temas recurrentes tienen que ver con la muerte, incluyendo sus manifestaciones físicas, los efectos de la descomposición de cadáveres (La verdad sobre el caso del señor Valdemar), la reanimación de cadáveres ( Conversaciones con una momia, La caída de la casa Usher); pero también con la culpa y la autopunición (William Wilson, El corazón delator, El gato negro), la influencia del alcohol y del opio (El gato negro, La caída de la casa Usher), el poder de la voluntad (Morella), la claustrofobia (El barril de amontillado, El entierro prematuro). Muchas de estas obras se han encuadrado dentro del llamado romanticismo oscuro, movimiento que surgió como reacción al trascendentalismo de la época. Fue precursor e iniciador de los relatos de detectives o policiacos, cuentos analíticos y de raciocinio que de forma meticulosa resuelven problemas e interrogantes de gran complejidad (El escarabajo de oro, Los crímenes de la calle Morgue, La carta robada). Dio asimismo un giro original al emergente género de la ciencia ficción, respondiendo así a los recientes avances científicos y tecnológicos (El camelo del globo, Manuscrito encontrado en una botella). También escribió muchos relatos de humor y sátira en torno a costumbres y el conformismo ideológico de sus propios lectores. Por último, están sus relatos de corte poético y metafísico, muchos de ellos auténticos poemas en prosa: El coloquio de Monos y Una, El alce, La isla del hada, Silencio, etc. Es autor de unas única novela corta, Las aventuras de Arthur Gordon Pym, relato de aventuras marineras de tipo histórico con abundancia de detalles macabros y un desenlace indescifrable. LECTURA 3. CUENTOS, de EDGAR ALLAN POE El escarabajo de oro, Los crímenes de la calle Morgue, El retrato oval, William Wilson 1. Los crímenes de la Rue Morgue. Cuentos de carácter analítico y detectivesco como éste o El escarabajo de oro influyeron directamente en autores posteriores como Arthur Conan Doyle, cuyo Sherlock Holmes está inspirado directamente en el Auguste Dupin de Poe. Se trata del primer relato detectivesco escrito por Poe y, en él, sigue la estructura tradicional de la novela de misterio, en donde el discurso final aclara todos los interrogantes del caso. (Señas de identidad de muchos 4 relatos de Poe presentes en este relato son: la presencia de elementos macabros y sádicos, el uso de expresiones en otras lenguas para caracterizar a personajes y aumentar el realismo de lo narrado; el gusto por la presencia de elementos sobrenaturales, irracionales o inexplicables que, sin embargo, merced al racionamiento analítico del protagonista o el narrador, acaban siendo explicados de forma racional). El narrador del relato se solapa con el propio autor, como es corriente en Poe (con el que parece compartir, en muchos de estos relatos, aspectos del carácter como cierto dandismo, cosmopolitismo, aire melancólico….). A su vez, en muchos relatos, el narrador es testigo de los sucesos que va a narrar, otorgándoles así al la verosimilitud de los hechos realmente ocurridos. Dupin es un elegante pero arruinado caballero francés, con el que el narrador, en un encuentro casual en una biblioteca, decide compartir casa en alquiler. Los gustos y la cercanía espiritual de ambos, les hace trabar fuerte amistad. Dupin es una personalidad extraña, extravagante, dotado de una sorprende capacidad de observación que no tardará pronto en mostrar a su amigo. Ambos viven entregados a los libros, a sus propios escritos y a la vida nocturna y retirada, solo de noche salen (observar el espíritu bohemio y maldito, propio de la época, caracterizador del artista decimonónico). Un espantoso crimen sufrido por una mujer y su hija en una miserable calle parisina atrae la atención de ambos personajes, y Dupin consigue permiso del prefecto de policía para acudir unas horas después (la escena del crimen todavía intacta, incluso los cuerpos) al lugar de los hechos y observarlo todo. Ambos caballeros visitan el lugar. Después, ya en casa, Dupin le pone al corriente a su amigo de sus análisis y deducciones: parece tenerlo todo casi aclarado. Pone en evidencia ante su amigo la poca perspicacia policial, en vía muerta ante los aspectos incomprensibles o paradójicos del crimen: falta de evidencia de robo como móvil, la brutalidad y gratuidad del asesino al ensañarse con las víctimas; además no hay explicación aparentemente racional sobre la vía de huída del asesino o asesinos, ya que las ventanas del cuarto piso donde se produjeron los hechos están cerradas por dentro con un resorte y claveteadas con gruesas puntas. Por lo demás, la agilidad y vigor para acceder a la vivienda por esas ventanas de la parte trasera del edificio, así como para escapar por ellas, se salen de lo normal. Otros datos del horrendo crimen son también inexplicables para el cuerpo de policía. Pero Dupin ha descubierto pistas en las habitaciones que le llevan a concluir que sí entraron y escaparon por una de las ventanas, supuestamente bloqueadas; que uno de los dos asesinos que, según los vecinos, dieron voces entremezcladas con los chillidos de horror de las víctimas, era marinero (cinta para el pelo engrasada con pez…) y que el otro, no era un humano, sino un orangután de la India oriental (restos de pelo rojizo, fuerza para encajonar a una de las víctimas dentro del hueco de la chimenea, dimensiones de las huellas de dedos en forma de moratones sobre el cuello de una de las víctimas, tan grandes que no podrían pertenecer a un hombre, etc.). Dupin ha puesto un anuncio-señuelo citando al dueño de un orangután que ha sido encontrado en un parque parisino. Espera que el dueño, al que considera inocente de los crímenes, se presente esa misma noche en casa de ambos amigos y todo quede desvelado. Por si acaso, se ha provisto de dos pistolas, una de las cuales entrega al narrador, para que haga uso de ella en caso necesario. En efecto, un marinero acude a la casa y, tras agradecer a Dupin que haya encontrado a su orangután (capturado en Borneo en el último viaje que hizo) pide que le exija una cantidad por la manutención y guarda del animal. Entonces Dupin muestra sus cartas exigiendo como única recompensa a sus desvelos que les cuente cuanto sepa de los crímenes de la noche pasada. El marinero se derrumba y confiesa los hechos, corroborando punto por punto las deducciones de Dupin; a saber: el animal había escapado y en su huída accedió al domicilio de las infortunadas, donde, excitado por los gritos de ambas, se enfureció y acabó matándolas, ante la mirada estupefacta de su dueño que, desde la ventana, contemplaba horrorizado el cuadro. Luego, el orangután volvió a escapar sin que el marinero, temeroso de que lo incriminaran, tratara de buscarlo. 2. El escarabajo de oro Como en el anterior, el narrador se dispone a contar unos hechos ocurridos hace tiempo (reales por tanto) en los que él participó como testigo. De nuevo, el protagonista es un amigo del narrador, que lo visita con frecuencia en una isla desierta cercana a Charleston donde se ha retirado del mundo, acompañado únicamente de un viejo negro, Júpiter, antiguo sirviente de la familia pero manumitido por su dueño, y que, sin embargo, se niega a abandonarlo. EL hombre, William Legrand, es un carácter solitario y algo desequilibrado, huraño pero de inteligencia superior, con frecuentes cambios de humor, etc. Los hechos comienzan una tarde fría de octubre en que lo visita y Legrand le informa de que ha encontrado una especie de escarabajo dorado, con tres manchas oscuras en su cuerpo, pero que no se lo puede enseñar porque se lo ha dejado a un conocido, que espera que lo analice. Legrand le hace un boceto del animal (disfruta con la entomología, la caza y la pesca) y el narrador cree ver una calavera. Legrand se irrita por la observación, pero se guarda el dibujo y pasan la tarde juntos; ya de noche el visitante se va. 5 Un mes después recibe en la ciudad la visita de Júpiter, muy preocupado por el extraño comportamiento de su amo, que, sin que nada haya ocurrido, se muestra huraño, esquivo y ausente. Para Júpiter tal conducta se debe al escarabajo que habían encontrado un mes antes y que ahora tienen en la choza. El escarabajo lo había picado y para el criado negro esa es la causa de que su amo sueñe con oro y tenga ese extraño comportamiento; trae consigo una nota del amo en que este encarece al narrador a visitarle inmediatamente para contarle cosas del bicho. Una vez allí, el narrador advierte que su amigo parece pensar lo mismo que el siervo, es decir, que, de alguna mágica manera, el escarabajo es de oro o le proporcionará tanta fortuna que volverá a ser un hombre rico. Hasta aquí, ya son varias las alusiones y comentarios del narrador a lo inquietante y maligno de todo el asunto, cuando, verdaderamente, aún no hay motivos evidentes para pensar así. Pues bien, convencido de que Legrand está enfermo, le ruega se eche en cama hasta que él mismo vuelva con un médico, pero Legrand se niega a ello aduciendo que su conducta se debe a la emoción que le embarga por lo que ha descubierto sobre el escarabajo. Le pide que les acompañe a él y a su siervo a una expedición donde podrá comprobar si sus suposiciones son ciertas o falsas, después de la cual hará lo que su amigo le diga. El narrador acepta a regañadientes y salen esa misma tarde hacia tierra firme y durante unas horas caminan cerca del mar hasta internarse en un paraje inquietante, un bosque enmarañado donde sobresale un tulipanero o magnolio gigantesco de hermosas flores, frente al que se detienen. Legrand hace subir a Júpiter más y más, hasta que tienen que comunicarse a voces pues han dejado de verse. A la altura de la séptima rama, treinta o cuarenta metros sobre el suelo, Júpiter avanza hacia su extremo, donde se encuentra la calavera de un hombre fijada a la madera con una punta. Legrand le hace pasar el escarabajo, que llevaba prendido de una larga cuerda, por el ojo izquierdo de la calavera y cuando lo ha hecho, le pide que lo suelte. Inmediatamente, allí donde ha caído el escarbajo dorado, Legrand clava una estaca, saca una cinta métrica y con ella traza una línea recta desde el tronco del árbol, pasando por la estaca y añadiendo quince metros más, lugar donde clava una segunda estaca, centro de un círculo de un metro y medio de diámetro que empiezan a cavar en cuanto el viejo sirviente desciende. El sol se pone y la noche llega mientras cavan. Transcurridas varias horas sin hallar nada, Legrand amplía un poco más el diámetro del círculo pero con los mismos resultados. Aliviado por ello, el narrador cree que es hora de irse a casa y así parece que lo hacen, pero a los pocos pasos del regreso, Legrand se apercibe de algo y pregunta a su criado dónde está su ojo izquierdo. Cuando éste se señala el derecho, el amo descubre el error de cálculo y mide tres pulgadas a la izquierda de la primera estaca, vuelve a desenrollar la cinta métrica y a contar quince metros hasta clavar una segunda estaca, bastante alejada de la segunda estaca anterior. A la luz de las linternas vuelven a cavar, pero ahora el narrador no sólo no está contrariado y molesto con la locura de su amigo, sino que empieza a sentir una rara emoción. Poco después desentierran dos esqueletos enteros, con botones metálicos, tela podrida y muy cerca un cofre de buen tamaño que consiguen abrir fácilmente por disponer de dos cerrojos corredizos. Dentro les esperaba una montaña de monedas de oro y joyas que embargaron de emoción al narrador y a Júpiter, no así a Legrand. El peso del cofre era tal que apenas conseguían moverlo. Sacan la mayor parte del tesoro fuera del cofre y se llevan el cofre agarrando las anillas de las que disponía para su transporte. Llegan a la choza y tras descansar un momento, regresan a la fosa provistos de tres fuertes sacos, reparten el tesoro equitativamente en los sacos y vuelven con ellos a la isla. Tras descansar unas pocas horas, se levantan a la salida del sol y hacen inventario del tesoro: monedas de oro de diferentes nacionalidades, piedras preciosas, joyas , relojes, adornos varios. Un botín de un valor astronómico que no acaban de creer que sea suyo. Entonces Legrand, como en el relato anterior, pasa a dar cuenta del proceso mental que le llevó del escarabajo al tesoro, es decir, a explicar los pasos que le llevaron a deducir dónde estaba el tesoro, como Dupin explicó el proceder de los asesinos y su verdadera naturaleza. Esta es la línea de los hechos: en la costa frente a la isla, legrand y Júpiter descubren vivo al escarabajo; ante la mordedura que sufre Legrand al recogerlo, le pide a su criado que sea él quien lo haga; este recoge, semienterrado en la arena, lo que a los dos le pareció un papel, pero que en realidad era un trozo de pergamino; además Legrand descubrió restos del casco de un barco bastante carcomidos, pero entonces nada le hizo atar cabo alguno. Cuando Legrand quiere dibujarle a su amigo cómo es el escarabajo que había encontrado pero que en ese momento estaba en poder del capitán, al no encontrar papel en el escritorio, busca en su pantalón y encuentra el papel con que Júpiter había cogido al escarabajo. El papel estaba limpio en ese momento. Pero, cuando el narrador recoge el papel para contemplar el dibujo, se encontraba muy cerca del fuego pues estaba aterido de frío; además el Terranova de Legrand le daba lametones por un lado y el narrador tuvo que alejar el papel que sostenía de la boca del perro, cosa que hizo que lo acercara aún más al fuego. Debió de ser entonces cuando la calavera se hizo visible, como ocurre con esos pergaminos y vitelas impregnados de una composición química que mantiene lo escrito o dibujado invisible salvo que se le acerce un foco de calor. Tras la partida del narrador, Legrand pudo constatar que la calavera prácticamente coincidía en su silueta con la forma del escarabajo pintado por él mismo en el envés. Entonces comenzó a trenzar los hechos hasta entonces sueltos. Acercó al fuego de nuevo el pergamino y descubrió en el lado opuesto al de la 6 calavera la silueta de un cabrito, kid en inglés, y supuso que hacía referencia al famoso pirata inglés Kid, de quien se decía que había enterrado un tesoro que seguía sin salir a la luz. Entre ambos dibujos logró encontrar con una ingeniosa solución (calentando el pergamino en una sartén al fuego) el texto cifrado de lo que ya sospechaba que se trataba d e un mapa del tesoro. Lenguaje de números, puntos, comas y otros signos que pronto descodificó a base de establecer el número de apariciones de los diferentes números y signos en consonancia con la frecuencia de apariciones de las diferentes letras en lengua inglesa, pues supuso que la traducción debería ser al inglés. En efecto, con un poco de paciencia consigue desvelar el lenguaje y obtiene un mensaje harto indeterminado que comenzaba así: “Un buen cristal en la posada del obispo en la silla del diablo…” Acabó deduciendo las coordenadas del lugar y el procedimiento para establecer el punto exacto donde se escondía el tesoro, como en efecto, los tres hombres pudieron comprobar. La obcecación de Legrand por el escarabajo y por hacerlo introducir por el ojo de la calavera en vez de la bala, como proponía el texto del pergamino, era fingida, buscaba escarmentar e inquietar a su amigo, que había acabado por pensar que Legrand estaba loco. Una pequeña venganza ideada por un hombre singular. (Apuntar más semejanzas con el relato anterior, además de la ya citadas de la estructura detectivesca que deja para el final la resolución de los enigmas, la personalidad extravagante pero brillante de los protagonistas, su cercanía intelectual y de carácter con el propio Poe, la presencia de lo mágico, sobrenatural, el gusto por el efectismo, la presencia de expresiones y palabras francesas, en este segundo relato, tal vez por la ascendencia gala de Legrand, que es apellido francés aunque en el cuento nada se diga de eso…). 3. William Wilson Su ambientación está inspirada en los años de formación de Poe fuera de Londres. El cuento sigue el tema del doble pero en este caso, el "doble" del protagonista no juega un papel de malvado, sino que siempre aparece cuando el William realiza una acción poco ética. Se puede apreciar que la fecha de nacimiento de William Wilson y Edgar Allan Poe coinciden, aunque se diferencian en el año. Fue publicado por vez primera por la revista Burton's Gentleman's Magazine en octubre de 1839 La historia comienza con el narrador, un hombre de ascendencia aristocrática que se llama a sí mismo William Wilson, denunciando su pasado derrochador, aunque no se siente culpable pues entiende que ningún otro hombre ha sido tentado de igual manera antes. Narra su infancia y juventud en un colegio isabelino. Relata que allí conoció a otro chico con su mismo nombre, parecido a él y nacido el mismo día, el 19 de enero, fecha de cumpleaños del propio Poe. Compite con este muchacho, pero él le supera fácilmente. Este chico, comienza a imitar la forma de vestir, la manera de andar e incluso la forma de hablar (sin embargo, tiene un defecto en el habla que solo le permite hablar susurrando) del protagonista, y llega un momento en que William descubre que éste tiene exactamente su misma cara. Al ver esto, William abandona inmediatamente la academia, sólo para descubrir que su doble se ha marchado el mismo día. William, con el tiempo estudia en Eton y Oxford, haciéndose más depravado cada vez, ganando enormes cantidades de dinero mediante engaños jugando a los naipes y seduciendo a una mujer casada. En esta etapa, su doble aparece, con la cara siempre cubierta, susurrando unas pocas palabras que alertan a otros sobre el comportamiento de William. En el último de estos incidentes, en un baile en Roma, William arrastra a su doble a una antecámara y lo apuñala. Tras la acción de William, aparece un enorme espejo en el que éste ve el rostro del fallecido, momento en el que el narrador siente que está pronunciando las palabras: «en mí existías, y en mi muerte, ve cuán profundamente te has asesinado a ti mismo». 4. El retrato oval Un hombre malherido y su criado acceden sin permiso de nadie a un castillo con apariencia de estar abandonado de forma temporal, se instalan en un cuarto de una torre aislada del castillo, amueblada con decoración antigua, tapices, trofeos heráldicos y pinturas modernas de gran estilo, con marcos dorados de gusto arabesco. A la luz de un candelabro de varios brazos el caballero observó observar detenidamente cada cuadro y, ya avanzada la noche, cambió la posición del candelabro iluminando así una parte oculta por las sombras de la columna del lecho y permitiéndole ver un cuadro oval que lo dejó atónito. Sobrepuesto y nervioso buscó, en el libro que había encontrado bajo su almohada, la historia y descripción del cuadro. El libro le reveló que la figura perteneció a una joven de rara belleza, llena de vida y alegría que se enamoró de un pintor y se casó con él. Éste, vivía por y para su arte y decidió un día retratar a su esposa. Pasaron semanas de concentración, de trabajo día y noche, en las que el pintor no se daba cuenta del desgaste de su esposa. Recibía elogios de cuantos miraban el avance del cuadro. Conforme avanzaba y más real se volvía el cuadro, más se deterioraba la salud de la esposa. Cuando finalmente lo terminó, quedó extasiado con el resultado, antes de estremecerse al levantar la vista y observar que su esposa acababa de morir. 7 8