La candidatura del uribismo a la Presidencia de la República

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La candidatura del uribismo a la Presidencia
de la República
Pedro Santana Rodríguez
Presidente Corporación Viva la Ciudadanía
El sábado 26 de octubre al término de una Convención convocada a las
volandas, que modificó el acuerdo que habían realizado apenas unos días
antes en la ciudad de Rionegro, Antioquia, los tres precandidatos y el propio
Álvaro Uribe y en la cual habían acordado que el candidato del uribismo a la
Presidencia de la República sería escogido mediante una consulta popular que
se haría simultáneamente con las elecciones parlamentarias el 9 de marzo
próximo. En las encuestas previas realizadas por distintas firmas
encuestadoras el precandidato Francisco Santos encabezaba la intención de
voto en las filas uribistas. Sin embargo, por la propia decisión del expresidente
Álvaro Uribe Vélez el mecanismo fue cambiado sin que se esgrimieran las
verdaderas razones para hacerlo, las cuales siguen siendo un misterio. El
uribismo convocó una Convención con el único propósito de elegir a su
candidato resultando ganador el precandidato Oscar Iván Zuluaga que
aparentemente tenía el respaldo del propio Uribe en contra de los otros dos
precandidatos Carlos Holmes Trujillo y Francisco Santos.
Los temas programáticos ahora son cinco, a los llamados tres huevitos (1) la
Seguridad entendida como el combate sin cuartel a las guerrillas, (2) la
confianza inversionista que no es otra que lo que se hizo durante los ocho años
del gobierno de Uribe de brindar garantías sin límites a la inversión extranjera
y a los grandes conglomerados económico financieros colombianos, (3) y la
llamada cohesión social que fue una mezcla de asistencialismo de “familias en
acción” con recortes a las transferencias para la educación y la salud a
departamentos y municipios, se suma ahora (4) el Estado austero y (5) el
diálogo popular versión revisada de los llamados consejos comunitarios que
realizó durante sus ocho años de gobierno. Todo ello adobado con dos
banderas que Uribe exigió a sus tres precandidatos: el rompimiento de los
diálogos con las guerrillas de las FARC a quienes no confiere estatus político
sino que los denomina como amenaza terrorista y el desconocimiento del fallo
de la Corte Internacional de Justicia que despojó a Colombia de 76 mil
kilómetros de mar territorial en el Caribe alrededor del archipiélago de San
Andrés y Providencia. Hay que recordar que el proceso que condujo a esta
decisión fue conducido por Uribe durante sus ocho años de gobierno. Este es
el programa con el cual el expresidente Uribe quiere recuperar el poder
presidencial.
Es obvio que el descontento de Francisco Santos no se ha hecho esperar
aunque ha guardado hasta ahora silencio sobre su futuro político. Este
descontento se debe como ya se indicó a que Francisco Santos tenía en todos
los sondeos de opinión una mayoría holgada tanto sobre Oscar Iván Zuluaga
como también sobre Carlos Holmes Trujillo.
Como se ha señalado en estas mismas páginas el tema central de la campaña
política que ya se inició será el de los diálogos de Paz. Así parece haberlo
entendido finalmente tanto el gobierno como las FARC que han acelerado el
proceso de negociación y que muy seguramente este próximo lunes 4 de
noviembre anuncien al país el acuerdo sobre el punto dos de la Agenda el que
trata de las reformas políticas para que finalmente las FARC transiten de las
armas a la vida civil y a la lucha política legal.
El ingrediente nuevo a nuestro juicio en esta contienda política es que de
lograrse un acuerdo sobre las reformas políticas se habrá llegado al anhelado
punto de no retorno en la mesa, lo que quiere decir, en buen romance, que el
proceso ha dado un salto para enfrentar el tercer punto de la agenda que trata
de la dejación de armas, la reinserción de los combatientes de las FARC y su
integración a la lucha política legal. Con ello no tendrá mucho sentido que las
negociaciones se suspendan sino que deberían acelerarse para que se
aborden los restantes puntos de la Agenda que son el de los cultivos de uso
ilícito y el narcotráfico, el tema de las víctimas y finalmente los mecanismos de
refrendación de los acuerdos. Este nuevo ingrediente hará que la campaña
electoral se polarice entre dos bloques: el del uribismo que buscará la
prolongación de la guerra y la oposición a los acuerdos y un bloque formado
por dos opciones, la del presidente, Juan Manuel Santos, que de darse este
escenario seguramente anunciará el 25 de noviembre sus aspiraciones
releccionistas y el del centro izquierda que aún se debate en la incertidumbre
para lograr mecanismos que permitan la conformación de una sólida tercería
que podría pasar a la segunda vuelta si logra perfilar un mecanismo que le
permita contar con un candidato único a la Presidencia de la República.
Este escenario le permitirá al pueblo colombiano ser en últimas el que defina el
futuro de la paz o la continuidad del conflicto armado y de la guerra. Nosotros
pensamos que el pueblo colombiano rechazará mayoritariamente la guerra y
votará por la paz. Las encuestas más optimistas le dan al uribismo una
representación parlamentaria de unos 20 senadores, nosotros pensamos que si
hay un anuncio de acuerdo con las FARC, estos estimativos serán mucho
menores. Amanecerá y veremos.
Edición N° 00375 – Semana del 1º al 7 de Noviembre de 2013
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