Navidad - A 2013-14 La Navidad, ¡qué misterio! Acción Católica General ● ● Alfonso XI, 4 5º 28014 Madrid www.accioncatolicageneral.es [email protected] CELEBRACIÓN DE LA MISA DEL GALLO EN LA NOCHE BUENA HOMILÍA DEL PAPA BENEDICTO XVI Sábado 24 de diciembre de 2010 Queridos hermanos y hermanas: "Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy". La Iglesia comienza la liturgia del Noche Santa con estas palabras del Salmo segundo. Ella sabe que estas palabras pertenecían originariamente al rito de la coronación de los reyes de Israel. El rey, que de por sí es un ser humano como los demás hombres, se convierte en "hijo de Dios" mediante la llamada y la toma de posesión de su cargo: es una especie de adopción por parte de Dios, un acto de decisión, por el que confiere a ese hombre una nueva existencia, lo atrae en su propio ser. La lectura tomada del profeta Isaías, que acabamos de escuchar, presenta de manera todavía más clara el mismo proceso en una situación de turbación y amenaza para Israel: "Un hijo se nos ha dado: lleva sobre sus hombros el principado" (9,5). La toma de posesión de la función de rey es como un nuevo nacimiento. Precisamente como recién nacido por decisión personal de Dios, como niño procedente de Dios, el rey constituye una esperanza. El futuro recae sobre sus hombros. Él es el portador de la promesa de paz. En la noche de Belén, esta palabra profética se ha hecho realidad de un modo que habría sido todavía inimaginable en tiempos de Isaías. Sí, ahora es realmente un niño el que lleva sobre sus hombros el poder. En Él aparece la nueva realeza que Dios establece en el mundo. Este niño ha nacido realmente de Dios. Es la Palabra eterna de Dios, que une la humanidad y la divinidad. Para este niño valen los títulos de dignidad que el cántico de coronación de Isaías le atribuye: Consejero admirable, Dios poderoso, Padre por siempre, Príncipe de la paz (9,5). Sí, este rey no necesita consejeros provenientes de los sabios del mundo. Él lleva en sí mismo la sabiduría y el consejo de Dios. Precisamente en la debilidad como niño Él es el Dios fuerte, y nos muestra así, frente a los poderes presuntuosos del mundo, la fortaleza propia de Dios. A decir verdad, las palabras del rito de coronación en Israel eran siempre sólo ritos de esperanza, que preveían a lo lejos un futuro que sería otorgado por Dios. Ninguno de los reyes saludados de este modo se correspondía con lo sublime de dichas palabras. En ellos, todas las palabras sobre la filiación de Dios, sobre su designación como heredero de las naciones, sobre el dominio de las tierras lejanas (Sal 2,8), quedaron sólo como referencia a un futuro; casi como carteles que señalan la esperanza, indicaciones que guían hacia un futuro, que en aquel entonces era todavía inconcebi- ble. Por eso, el cumplimiento de la palabra que da comienzo en la noche de Belén es a la vez inmensamente más grande y -desde el punto de vista del mundo- más humilde que lo que la palabra profética permitía intuir. Es más grande, porque este niño es realmente Hijo de Dios, verdaderamente "Dios de Dios, Luz de Luz, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre". Ha quedado superada la distancia infinita entre Dios y el hombre. Dios no solamente se ha inclinado hacia abajo, como dicen los Salmos; Él ha "descendido" realmente, ha entrado en el mundo, haciéndose uno de nosotros para atraernos a todos a sí. Este niño es verdaderamente el Emmanuel, el Dios-con-nosotros. Su reino se extiende realmente hasta los confines de la tierra. En la magnitud universal de la santa Eucaristía, Él ha hecho surgir realmente islas de paz. En cualquier lugar que se celebra hay una isla de paz, de esa paz que es propia de Dios. Este niño ha encendido en los hombres la luz de la bondad y les ha dado la fuerza de resistir a la tiranía del poder. Él construye su reino desde dentro, partiendo del corazón, en cada generación. Pero también es cierto que no se ha roto la "vara del opresor". También hoy siguen marchando con estruendo las botas de los soldados y todavía hoy, una y otra vez, queda la "túnica empapada de sangre" (Is 9,3s). Así, forma parte de esta noche la alegría por la cercanía de Dios. Damos gracias porque el Dios niño se pone en nuestras manos, mendiga, por decirlo así, nuestro amor, infunde su paz en nuestro corazón. Esta alegría, sin embargo, es también una oración: Señor, cumple por entero tu promesa. Quiebra las varas de los opresores. Quema las botas resonantes. Haz que termine el tiempo de las túnicas ensangrentadas. Cumple la promesa: "La paz no tendrá fin" (Is 9,6). Te damos gracias por tu bondad, pero también te pedimos: Muestra tu poder. Erige en el mundo el dominio de tu verdad, de tu amor; el "reino de justicia, de amor y de paz". "María dio a la luz a su hijo primogénito" (Lc 2,7). San Lucas describe con esta frase, sin énfasis alguno, el gran acontecimiento que habían vislumbrado con antelación las palabras proféticas en la historia de Israel. Designa al niño como "primogénito". En el lenguaje que se había ido formando en la Sagrada Escritura de la Antigua Alianza, "primogénito" no significa el primero de otros hijos. "Primogénito" es un título de honor, independientemente de que después sigan o no otros hermanos y hermanas. Así, en el Libro del Éxodo (Ex 4,22), Dios llama a Israel "mi hijo primogénito", expresando de este modo su elección, su dignidad única, el amor particular de Dios Padre. La Iglesia naciente sabía que esta palabra había recibido una nueva profundidad en Jesús; que en Él se resumen las promesas hechas a Israel. Así, la Carta a los Hebreos llama a Jesús simplemente "el primogénito", para identificarlo como el Hijo que Dios envía al mundo después de los preparativos en el Antiguo Testamento( cf. Hb 1,5-7). ●2● El primogénito pertenece de modo particular a Dios, y por eso -como en muchas religiones- debía ser entregado de manera especial a Dios y ser rescatado mediante un sacrificio sustitutivo, como relata san Lucas en el episodio de la presentación de Jesús en templo. El primogénito pertenece a Dios de modo particular; está destinado al sacrificio, por decirlo así. El destino del primogénito se cumple de modo único en el sacrificio de Jesús en la cruz. Él ofrece en sí mismo la humanidad a Dios, y une al hombre y a Dios de tal modo que Dios sea todo en todos. San Pablo ha ampliado y profundizado la idea de Jesús como primogénito en las Cartas a los Colosenses y a los Efesios: Jesús, nos dicen estas Cartas, es el Primogénito de la creación: el verdadero arquetipo del hombre, según el cual Dios ha formado la criatura hombre. El hombre puede ser imagen de Dios, porque Jesús es Dios y Hombre, la verdadera imagen de Dios y el Hombre. Él es el primogénito de los muertos, nos dicen además estas Cartas. En la Resurrección, Él ha desfondado el muro de la muerte para todos nosotros. Ha abierto al hombre la dimensión de la vida eterna en la comunión con Dios. Finalmente, se nos dice: Él es el primogénito de muchos hermanos. Sí, con todo, Él es ahora el primero de más hermanos, es decir, el primero que inaugura para nosotros el estar en comunión con Dios. Crea la verdadera hermandad: no la hermandad deteriorada por el pecado, la de Caín y Abel, de Rómulo y Remo, sino la hermandad nueva en la que somos de la misma familia de Dios. Esta nueva familia de Dios comienza en el momento en el que María envuelve en pañales al "primogénito" y lo acuesta en el pesebre. Pidámosle: Señor Jesús, tú que has querido nacer como el primero de muchos hermanos, danos la verdadera hermandad. Ayúdanos para que nos parezcamos a ti. Ayúdanos a reconocer tu rostro en el otro que me necesita, en los que sufren o están desamparados, en todos los hombres, y a vivir junto a ti como hermanos y hermanas, para convertirnos en una familia, tu familia. El Evangelio de Navidad nos relata al final que una multitud de ángeles del ejército celestial alababa a Dios diciendo: "Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que Dios ama" (Lc 2,14). La Iglesia ha amplificado en el Gloria esta alabanza, que los ángeles entonaron ante el acontecimiento de la Noche Santa, haciéndola un himno de alegría sobre la gloria de Dios. "Por tu gloria inmensa, te damos gracias". Te damos gracias por la belleza, por la grandeza, por tu bondad, que en esta noche se nos manifiestan. La aparición de la belleza, de lo hermoso, nos hace alegres sin tener que preguntarnos por su utilidad. La gloria de Dios, de la que proviene toda belleza, hace saltar en nosotros el asombro y la alegría. Quien vislumbra a Dios siente alegría, y en esta noche vemos algo de su luz. Pero el mensaje de los ángeles en la Noche Santa habla tam- bién de los hombres: "Paz a los hombres que Dios ama". La traducción latina de estas palabras, que usamos en la liturgia y que se remonta a Jerónimo, suena de otra manera: "Paz a los hombres de buena voluntad". La expresión "hombres de buena voluntad" ha entrado en el vocabulario de la Iglesia de un modo particular precisamente en los últimos decenios. Pero, ¿cuál es la traducción correcta? Debemos leer ambos textos juntos; sólo así entenderemos la palabra de los ángeles del modo justo. Sería equivocada una interpretación que reconociera solamente el obrar exclusivo de Dios, como si Él no hubiera llamado al hombre a una libre respuesta de amor. Pero sería también errónea una interpretación moralizadora, según la cual, por decirlo así, el hombre podría con su buena voluntad redimirse a sí mismo. Ambas cosas van juntas: gracia y libertad; el amor de Dios, que nos precede, y sin el cual no podríamos amarlo, y nuestra respuesta, que Él espera y que incluso nos ruega en el nacimiento de su Hijo. El entramado de gracia y libertad, de llamada y respuesta, no lo podemos dividir en partes separadas una de otra. Las dos están indisolublemente entretejidas entre sí. Así, esta palabra es promesa y llamada a la vez. Dios nos ha precedido con el don de su Hijo. Una y otra vez, nos precede de manera inesperada. No deja de buscarnos, de levantarnos cada vez que lo necesitamos. No abandona a la oveja extraviada en el desierto en que se ha perdido. Dios no se deja confundir por nuestro pecado. Él siempre vuelve a comenzar con nosotros. No obstante, espera que amemos con Él. Él nos ama para que nosotros podamos convertirnos en personas que aman junto con Él y así haya paz en la tierra. Lucas no dice que los ángeles cantaran. Él escribe muy sobriamente: el ejército celestial alababa a Dios diciendo: "Gloria a Dios en el cielo... " (Lc 2,13s). Pero los hombres siempre han sabido que el hablar de los ángeles es diferente al de los hombres; que precisamente esta noche del mensaje gozoso ha sido un canto en el que ha brillado la gloria sublime de Dios. Por eso, este canto de los ángeles ha sido percibido desde el principio como música que viene de Dios, más aún, como invitación a unirse al canto, a la alegría del corazón por ser amados por Dios. Cantare amantis est, dice san Agustín: cantar es propio de quien ama. Así, a lo largo de los siglos, el canto de los ángeles se ha convertido siempre en un nuevo canto de amor y alegría, un canto de los que aman. En esta hora, nosotros nos asociamos llenos de gratitud a este cantar de todos los siglos, que une cielo y tierra, ángeles y hombres. Sí, te damos gracias por tu gloria inmensa. Te damos gracias por tu amor. Haz que seamos cada vez más personas que aman contigo y, por tanto, personas de paz. Amén. © Copyright 2010 - Libreria Editrice Vaticana ●3● 24 de diciembre - Misa del Gallo ● ● ● Isaías 9, 1-3.5-6 ● “Un hijo se nos ha dado” Salmo 95 ● ”Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor ” Tito 2, 11-14 ● “Ha aparecido la gracia de Dios a todos los hombres” ● Lucas 2, 1-14 ● “Hoy os ha nacido un Salvador” ● Ruego/rogamos para pedir el don del contemplar el Evangelio y poder conocer y estimar a Jesús y, así poder seguirlo mejor. ● Apunto algunos hechos vividos esta semana que ha acabado. ● Leo/leemos el texto. ● Después contemplo y subrayo. Lucas 2, 1-14 1 Por aquellos días salió un decreto de César Augusto para que se empadronara todo el mundo. 2 Éste es el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. 3 Todos iban a empadronarse, cada uno a su ciudad. 4 También José, por ser descendiente de David, fue desde la ciudad de Nazaret de Galilea a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, 5 para empadronarse con María, su mujer, que estaba encinta. 6 Mientras estaban allí se cumplió el tiempo del parto, 7 y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre, porque no encontraron sitio en la posada. 8 Había en la misma región unos pastores acampados al raso, guardando por turno sus rebaños. 9 Se les presentó el ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos se asustaron. 10 El ángel les dijo: «No tengáis miedo, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo. 11 En la ciudad de David hoy os ha nacido un salvador, el mesías, el Señor. 12 Esto os servirá de señal: Encontraréis un niño envuelto en pañales acostado en un pesebre». 13 Y en seguida se unió al ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: 14 «Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres que él ama». El estudio del la Palabra de Dios nos conduce al conocimiento, al encuentro personal con Jesucristo, de manera que nos permite entrar en una relación dialogal con Jesús. Esta experiencia de encuentro es además el alma de la misión. El Espíritu a través del estudio del Evangelio nos conduce, como a Jesús en la sinagoga de Nazaret, a ir a los pobres para abrazar su vida y anunciarles la Buena Nueva del Evangelio. La meta es poder decir como S. Pablo en su carta a los Gálatas: “Ya no soy yo quien vivo es Cristo quien vive en mi”. ● Si nos detenemos en el aspecto de esperanza del texto podríamos mirar ante el Señor: ¿De qué se ha de liberar nuestro mundo? ¿De que nos hemos de liberar? ¿Qué quiere decirme el Señor cuando me habla de estar despiertos? ¿Qué quiere decirme cuando me pide que permanezca en pie ante el Hijo del Hombre? ¿Lo hago alguna vez? ● Le pido al Señor lo que me está diciendo: “fuerza para escapar de todo lo que está por venir.” ● Llamadas. Oro a partir de todo lo que he contemplado. ●4● Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador NOTAS PARA SITUAR ESTE EVANGELIO ● El evangelista sitúa a Jesús dentro de la historia humana y nos habla de un censo, de unas personas, de unos lugares y de unas circunstancias que rodearon el nacimiento de Jesús. José y María están de viaje, fuera de casa cumpliendo con unas obligaciones civiles, como todo ciudadano del imperio. Señor Jesús, hoy te contemplo como uno de esos niños pequeños, recién nacidos, con sus ojos cerrados y un poquito de pelo en la cabeza, con muy poco peso, envuelto en unas telas blancas que abultan más que todo tu cuerpo, ● Jesús, el Hijo de Dios, el Señor de los señores viene al mundo en un ambiente de pobreza, rodeado de acunado en brazos de tu madre, María. pocas cosas pero de un gran amor de María y José. María con sumo cariño y delicadeza acoge entre sus brazos al que llevó nueve meses en su seno. Aquellos brazos mismos brazos serán, más tarde, los que lo recibirán al bajarlo de la cruz. ● Dios, por medio del ángel entra en escena y pone letra a la música, nos muestra lo que está sucediendo: “Y un ángel del Señor se les presentó: la gloria del Señor los envolvió de claridad y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: No temáis os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.” ● La presencia de Jesús en el mundo es la Buena Noticia para la humanidad. Toda su persona: sus actos y sus palabras serán Buena Noticia y sus seguidores continuamos anunciando la Buena Noticia. ● El que nace, el Niño que está en brazos de su madre o recostado en el pesebre es el Salvador, el Mesías, el Señor. Jesús vino al mundo para salvar, así lo vivieron los primeros cristianos y así se expresó Jesús a lo largo de su vida pública. No ha venido para amedrentar, ni para fastidiar a nadie, sino que ha venido para darnos la dignidad de hijos de Dios. Ha venido para darnos la vida de Dios. Ha venido para plantar cara al pecado y a la muerte. Ha venido para darnos la auténtica felicidad. ● Jesús es acompañado por los ángeles, por Dios y por los pastores, por gentes humildes que en aquella época eran poco valorados. A esos pastores, a las personas que serán sus primeros compañeros el ángel les da una señal para que lo reconozcan: el pesebre. Todo un símbolo, como la cruz. En ambos estuvo el Salvador. Los dos nos muestran sufrimiento, pobreza, desprendimiento, debilidad. Y nosotros, como contrapunto, buscamos tanto la seguridad. Todo un camino para sus seguidores. ¿No nos está diciendo el relato que Dios se encuentra en la debilidad? ¿Dónde buscamos nosotros la presencia de Dios? Los pastores creen en el mensaje de los ángeles, van al encuentro del Niño y se convierten en sus mensajeros. ● En Navidad no podemos olvidar ni a María ni a José, ambos están presentes y participan directamente en tan gran acontecimiento, especialmente María, que junto con Jesús es la gran protagonista. El plan de Dios, escondido a lo largo de los siglos, da un gran salto y se hace presente en la historia de la humanidad A ella la veo contenta, satisfecha teniendo entre sus manos ese gran tesoro que eres Tú. A ella la veo que está enseñándonos, ofreciéndonos a su Hijo que eres Tú, Jesús. Ella nos lo muestra y nos lo da. No se lo guarda sino que lo comparte. Gracias María por tu disponibilidad. Viniste al mundo, Señor Jesús, y lo hiciste desde el principio hasta el fin como uno más de nosotros. No tomaste tu venida como un juego, como un espectáculo sino que te hiciste totalmente como nosotros, menos en el pecado. Tú el Salvador, el Mesías, el Señor… tomas el camino estrecho de la humildad y del servicio. ¡Qué lección más grande para todos nosotros! ¡Cuánto, Señor Jesús, nos cuesta entrar por tus caminos! Y en lo pequeño, en ese niño recién nacido está el futuro de la humanidad, la salvación del género humano, la Gran Buena Noticia. Yo quedo prendado de tanto misterio y te doy gracias por hacer las cosas a tu manera Que nosotros sepamos hacer nuestras cosas a tu manera, a la manera de hacer de Dios. Señor Jesús, ya desde el principio te escoge Dios Padre los pequeños, los marginados... representados en aquellos pastores. Una vez más he de decirte, Señor Jesús, que no dejas de desconcertarnos. Nosotros, seguramente, lo hubiéramos puesto en algo deslumbrante, luminoso, rico… y Tú, Padre bueno, por medio de los ángeles, les dices a los pastores que el signo de Dios es la debilidad “envuelto en unos pañales… recostado en un pesebre”. ●5● Gracias, Señor Jesús por haber nacido, por la manera como lo hiciste y por el fin con que viniste. 25 de diciembre - Misa de Navidad ● ● Isaías 52, 7-10 ● “Verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios” Salmo 97 ● ”Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios” ● Hebreos 1, 1-6 ● “Dios nos ha hablado por el Hijo” ● Jn 1, 1-18 ● “La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros” ● Ruego/rogamos para pedir el don del contemplar el Evangelio y poder conocer y estimar a Jesús y, así poder seguirlo mejor. ● Apunto algunos hechos vividos esta semana que ha acabado. ● Leo/leemos el texto. ● Después contemplo y subrayo. Jn 1, 1-18 1 En el principio existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. 2 Él estaba en el principio con Dios. 3 Todo fue hecho por él y sin él nada se hizo. 4 Cuanto ha sido hecho en él es vida, y la vida es la luz de los hombres;5 la luz luce en las tinieblas y las tinieblas no la sofocaron. 6 Hubo un hombre enviado por Dios, de nombre Juan. 7 Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por él. 8 No era él la luz, sino testigo de la luz. 9 Existía la luz verdadera, que con su venida a este mundo ilumina a todo hombre. 10 Estaba en el mundo; el mundo fue hecho por él, y el mundo no lo conoció. 11 Vino a los suyos, y los suyos no lo recibieron. 12 A todos los que lo reciben, a los que creen en su nombre, les da el ser hijos de Dios; 13 él, que no nació ni de sangre ni de carne, ni por deseo de hombre sino de Dios. 14 Y aquel que es la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y nosotros vimos su gloria, gloria cual de unigénito venido del Padre, / lleno de gracia y de verdad. 15 Juan daba testimonio de él y proclamaba: «Éste es del que yo dije: El que viene detrás de mí ha sido antepuesto a mí, porque era antes que yo». 16 De su plenitud, en efecto, todos nosotros hemos recibido, y gracia sobre gracia. 17 Porque la ley fue dada por Moisés, pero la gracia y la fidelidad / vinieron por Cristo Jesús. 18 A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo único, que está en el Padre, nos lo ha dado a conocer. Si el Verbo de Dios vino al mundo por obra del Espíritu Santo… nosotros no podremos conocer a Jesucristo y menos aún imitarlo sino es por obra de ese mismo Espíritu Santo. Conscientes de ello pidamos a Dios Padre que su Espíritu nos ilumine para conocer a su Hijo Jesucristo. ● Somos conscientes que la Palabra, el Verbo se hizo presente entre nosotros y esa Palabra es la que escuchamos, esa Palabra es la vida del mundo. Con gran respeto acerquémonos a la Palabra para que ella ilumine nuestra existencia y ponga luz en nuestro mundo. ¿Qué es lo que Dios me está diciendo por medio de esta Palabra de hoy? ● Contemplo el misterio del nacimiento del Hijo de Dios y de María y le pido a Dios que me ayude a comprender la trascendencia de este momento para la humanidad, para los grupos y comunidades y para cada persona. ¿Qué es la Navidad en mi entrono? ¿Qué es la Navidad para mí? ● Le doy gracias a Dios Padre por aquella Navidad y por todas las navidades. ● Le pido al Señor que la Navidad sea para mí un punto central de mi vida. ● Llamadas. ●6● Oro lo contemplado. NOTAS PARA SITUAR ESTE EVANGELIO La Palabra se hizo carne y acampó ente nosotros ● Nos encontramos ante un texto denso y bello. Padre bueno ¡Qué ocurrencia has tenido: mandar a tu Hijo al mundo para ser luz del mundo, para salvarnos, para darnos tu misma vida, para hacer de todas las personas una única familia! ● Es un antiguo himno que San Juan ha recuperado para ponerlo al comienzo de su Evangelio, como síntesis de lo que fue la vida del Hijo de Dios en nuestro mundo. ● Es una prolongada meditación de lo que supuso la venida del Hijo de Dios al mundo. ● Dios no es un Dios lejano que se desinteresa de los humanos, al contrario es un Dios que pretende comunicarse con las personas para mostrarnos el camino de la vida, para darnos vida, su misma vida. ● El relato empieza con la fuerza de aquella palabra del relato de la creación capaz de dar origen a todo lo que existe. ● En el texto de Juan aparecen unas expresiones que se repiten: La Palabra, luz, testigo, mundo, casa, carne, acampar, venir, conocer… cada una de ellas son utilizadas por el evangelista o por el que compuso este himno para tratar de mostrarnos el misterio de la Encarnación, de la venida del Hijo de Dios al mundo que era su casa para salvar el mundo, para encauzar los asuntos de este mundo y de la humanidad. ● El Hijo de Dios vino, es el gran misterio de estos días y vino por amor. Tanto Dios amó al mundo que quiso compartir su existencia entre nosotros, ¿pero cómo vino y cómo fue recibido? ● Vino en la humildad, en la sencillez y en la pobreza. No podemos olvidarlo para imitarlo. ● La recepción no fue la adecuada, más bien se le cerraron las puertas. Y a cuantos lo recibieron les da potestad de ser hijos de Dios, les hace partícipes de lo que Él es. ● Todavía aquí aparece el testimonio de Juan sobre Jesús: el que existía antes que él y que pasa delante de él. ● San Juan al Hijo de Dios lo denomina “La Palabra” “el Verbo”. El Hijo de Dios es la expresión de la comunicación de Dios. ● El Dios que recordamos estos días en su nacimiento vino para comunicarse, para hablarnos. Él es la verdadera palabra de vida para todo ser humano. ● En este mundo en el que hay tantas palabras y tantos sonidos su Palabra, la del Verbo, no puede ser una más. Ha de ocupar un espacio importante. ● Gracias Padre bueno por venir y quedarte. ● Gracias porque has querido comunicarte con nosotros por medio de tu Hijo. ¡Qué maravilla! Dios ha venido a esta tierra nuestra, nos ha visitado y se ha quedado. Y ha venido para colmarnos de bienes: nos diste la inteligencia y nos hiciste semejantes a Ti, capaces de estimar y de transformar nuestro mundo y ahora el vaso se ha llenado hasta desbordarlo: has querido introducirnos en tu propio ser. Para ello mandaste a tu Hijo que es el Verbo, la Palabra. Él es tu presencia entre nosotros. Él nos muestra tu ser y lo que Tú esperas de nosotros. Él es fiel reflejo tuyo. Él es el prototipo para todo ser humano. Nuestro mundo ya jamás estará en la oscuridad porque tiene a tu Hijo. Gracias Padre bueno. Ese Hijo tuyo que nos dices es la Palabra, el Verbo. Él nos comunica tu pensamiento, lo que Tú Padre, el Hijo y el Espíritu sois en si y para el mundo. Él nos transmite todo lo que Tú esperas de nosotros. No hay pues mejor palabra que “La Palabra”. ¡Señor! que sepamos escucharla y ponerla en práctica. Asimismo te pido Señor que sepa acoger la palabra de mis hermanos que me hablan y que sepa con mis palabras transmitir “La Palabra” para darla a conocer. Por otra parte “La Palabra”, “El Verbo” ha entrado en nuestro mundo vestido de humildad, de pobreza y de servicio y desde un principio se rodeó de los sencillos. Esa es la forma de hacer las cosas Dios Padre bueno. Haz Padre bueno que, como Tú hiciste, sepamos revestirnos de humildad y de sencillez para que “La Palabra” resuene con más fuerza en nuestro mundo. Perdón porque, a veces, no sabemos apreciar “La Palabra”. Perdón porque recubrimos tu presencia con colorines que ocultan lo fundamental: el amor inmenso que hay detrás de tu presencia entre nosotros. ●7● VER - JUZGAR – ACTUAR l” a ñ e s a “L VER: A veces, cuando vamos a realizar una compra, damos una cantidad a cuenta como “señal”. Esta cantidad viene a ser un adelanto del precio total, y al entregarla estamos mostrando nuestro interés por el artículo en cuestión, manifestamos que deseamos adquirirlo, y queremos que nos lo reserven, para que nadie nos lo quite. JUZGAR: E l domingo pasado estuvimos hablando acerca de las señales de Dios, y que debemos aprender a distinguir. Y hoy, en este día de Navidad, estamos celebrando la gran Señal que Dios-Padre nos entrega como muestra de su interés por nosotros, como muestra de su deseo de que nos reservemos para Él, porque no quiere que nadie nos arrebate de su mano: Dios-Padre nos entrega su Hijo, el Salvador, el Mesías, el Señor. Hoy conviene contemplar especialmente la Palabra de Dios, para darnos cuenta de que, al igual que una señal es una cantidad pequeña como un anticipo del total, el Hijo de Dios no viene a nosotros ya adulto y “completo”; la Señal de Dios que es el Mesías es que un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Una Señal que no es deslumbrante y triunfal, sino pequeña, humilde; más aún, es una señal, incluso pobre: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Un Niño que, al llegar a la madurez, nos otorgará la plenitud de la salvación entregándose totalmente por nosotros para rescatarnos de la impiedad y para prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras. Hoy celebramos que esta Señal de Dios es la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo, porque en Él se ha iniciado el Reino de Dios, porque con el nacimiento de este Niño, el pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande. Hoy celebramos el comienzo de nuestra salvación, porque en la medida que aceptemos la Señal de Dios, que acojamos al Dios que viene a nosotros como Niño y lo dejemos crecer en nuestro interior, Él irá enseñándonos a renunciar desde ahora a la impiedad y a los deseos mundanos y a llevar desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa. Este estilo de vida, que es el de Jesús, será el que irá socavando las estructuras de pecado y de muerte que aplastan al ser humano, porque actuando al estilo de Jesús, se quebrarán la vara del opresor y el yugo de su carga, el bastón de su hombro. Por Él, con Él y en Él, iremos haciendo cada vez más presente el Reino de Dios, con una paz sin límites, para sostenerlo y consolidarlo con la justicia y el derecho. ACTUAR: C ontemplemos hoy al Niño-Dios, la gran Señal que Dios-Padre entrega a la Humanidad como prueba de su amor inmenso y como anticipo de la salvación. Aceptemos la Señal, acojámosla, adorémoslo como lo adoraron los pastores, y ofrezcámosle como ellos un presente. Pero no pensemos en algo material; pensemos qué “señal” vamos a entregar nosotros a este Niño, como prueba de nuestro interés por Jesús y su Reino; pensemos qué podemos ofrecer y cómo lo vamos a ofrecer, para mostrarle con nuestro estilo de vida que deseamos seguirle, y que no queremos que nadie nos lo pueda arrebatar. Cada uno, según nuestras circunstancias y posibilidades, debemos concretar en hechos esa vida sobria, honrada y religiosa que el Dios hecho Niño nos ha enseñado a llevar; cada uno descubriremos qué “varas opresoras” y qué “yugos” podemos ayudar a quebrantar con nuestro compromiso evangelizador, humanizador y transformador. Y mientras aguardamos la dicha nuestro, Jesucristo, que brote de Navidad, la alabanza más sincera Dios en el cielo, y en la tierra, paz que esperamos, la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro corazón agradecido, hoy y durante todo este tiempo de por la gran Señal, por el gran don que hemos recibido: Gloria a a los hombres que Dios ama. ●8● La Sangrada Familia ● Eclesiástico 3, 2-6.12-14 ● “El que teme al Señor honra a sus padres” ● Salmo 127 ● ”Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos” ● Colosenses 3, 12-21 ● “La vida de familia vivida en el Señor” ● Mateo 2, 13-15.19-23 ● “Coge al niños y a su madre y huye a Egipto” ● Ruego/rogamos para pedir el don del contemplar el Evangelio y poder conocer y estimar a Jesús y, así poder seguirlo mejor. ● Apunto algunos hechos vividos esta semana que ha acabado. ● Leo/leemos el texto. ● Después contemplo y subrayo. Mateo 2, 13-15.19-23 13 Tan pronto como se marcharon, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y estáte allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». 14 Él se levantó, tomó al niño y a su madre de noche, se fue a Egipto 15 y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo». 19 Al morir Herodes, un ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto 20 y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño». 21 Él se levantó, tomó al niño y a su madre y se fue a la tierra de Israel. 22 Pero, al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea. 23 Y fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo que habían anunciado los profetas, que sería nazareno. Para Santa Teresa la humildad está muy ligada a la oración. Ella dice: Siempre humildad delante… más es menester entendamos cómo ha de ser siempre esta humildad, porque creo el demonio hace mucho daño para no ir adelante gente que tienen oración… “ pero les falta humildad”. “ El verdadero humilde ha de ir contento por el camino que le llevare Dios”. No podemos olvidar del gran protagonismo que tiene Dios. ● Contemplo los avatares de la Sagrada Familia. Es poco lo que sabemos de ella pero no fue una vida fácil y siempre buscando la voluntad de Dios. ¿Cómo ando de disponibilidad a la voluntad de Dios? ¿Busco la voluntad de Dios para mi vida? ● Llamadas. Oro con lo que he contemplado y descubierto. ●9● NOTAS PARA SITUAR ESTE EVANGELIO ● En este episodio, leyenda, historia y teología, como dicen algunos comentarios, se dan la mano. ● Herodes era un hombre cruel y su maldad afectó al recién nacido y a su familia. ● Habiéndose enterado por los magos del nacimiento de Jesús, decide acabar con Él y promueve la muerte de los inocentes. ● Jesús, como nuevo Moisés, es salvado de las manos de un tirano, de Herodes. Su familia ha de huir y refugiarse en Egipto para salvar sus vidas. Ellos fueron emigrantes como tanta gente que por unas razones u otras lo ha sido y lo es a lo largo de la historia. ● Una experiencia, una vivencia más de la vida de Jesús. El Hijo de Dios y de María, fue tan igual a nosotros… compartió experiencias muy duras como muchas personas de este mundo. ● María y José salvaron la vida de Jesús. ● La Sagrada Familia, como toda familia humana, comparte las penas y las alegrías. No lo tuvieron nada fácil. Pocas cosas se nos dicen de esta familia de Nazaret, quisiéramos más datos. No los tenemos aunque muchos nos los podemos imaginar. Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto En este día recordamos la Sagrada Familia (José, Jesús y María): la familia ideal. Tú, Señor Jesús tuviste una familia como nosotros. La familia actualmente es la institución más valorada. ¡Cuánto bien hacen las buenas familias! La familia, podríamos decir, hacen a las personas. Aunque no es una regla general, siempre hay excepciones, en la vida se notan los miembros de unas buenas familias. De la familia recibimos tantas cosas. Son las familias los primeros maestros, los médicos, los educadores, los que nos dan cuanto necesitamos para vivir. Gracias, Señor por nuestras familias; Las familias por el bien de sus hijos ¡cuánto hacen! José y María salvaron la vida de Jesús que estaba en peligro. Y para ello huyen a Egipto. ¡Qué no hacen las familias por sus hijos! ● A veces los padres no lo tienen fácil. El cuidado de la familia, la unión entre todos sus miembros, el alimento, la vivienda, la educación es obra de todos los días y a veces precisa mucha dedicación, entrega, tiempo, unión, dedicación. Señor Jesús, desde el comienzo de tu vida en este mundo aparece en tu vida el enemigo, el que te quiere eliminar. ● De nuevo aparece la intervención del mensajero de Dios que advierte a José del peligro que corren. Desde el comienzo de tu vida Tú y los tuyos saben de sufrimientos. De pequeño, por Herodes, y de mayor, por tantas personas que querían eliminarte y te ponían trabas hasta que consiguieron clavarte en una cruz. ● El ángel le da unas órdenes precisas y él cumple a rajatabla: “se levantó, cogió al niño y a su madre, y se fueron a Egipto”. ● Y con los mismos términos el ángel se dirige a José tras la muerte de Herodes para decirle que puede regresar. Ahora también hay familias que se lo pasan mal, muy mal. Familias que han dejado sus países buscando un porvenir mejor para los suyos, familias que han dejado sus hogares, sus raíces… todo por los suyos. Hay también familias que no tienen trabajo y malviven para levantar cabeza, para poder ofrecer a los suyos algo de comida. ● José es un fiel cumplidor de las órdenes de Dios. ● José, María y Jesús están bajo la protección de la mano de Dios. ● Desde niño Jesús, el Hijo de Dios, ya es rechazado, perseguido por algunos, cumpliéndose así lo que dice el evangelista: “vino a los suyos y los suyos no lo recibieron”. Así en el comienzo de su vida ya aparece a lo lejos el misterio de la cruz. La espada de dolor. ● Siendo Jesús el Hijo de Dios, está a la merced de los caprichos, de la maldad de los seres humanos. ● Jesús y su familia experimentaron en carne propia las dificultades de la vida, la complejidad de las relaciones humanas. ● A final del texto Mateo aprovecha el relato para decirnos que a causa de instalarse su familia en Nazaret, Jesús se llamará Nazareno. Señor Jesús, acuérdate de tantas familias que en el mundo sufren porque la vida se les ha hecho muy dura. Perdón por todos los pecados que se cometen dentro de las familias. Perdón por la violencia doméstica, por toda clase de abuso que tiene lugar en el interior de las familias. ● En el letrero de la cruz quedó constancia de que aquel a quien crucificaron provenía de Nazaret. ● 10 ● Ayudas a nuestras familias a que sepan ser como Tú esperas de ellas. Señor que las familias sean Iglesias domésticas. VER - JUZGAR – ACTUAR das” a r g a s “ s Familia VER: A primeros de noviembre se hizo público un documento de trabajo, como preparación al Sínodo de los Obispos que tendrá como tema: LOS DESAFÍOS PASTORALES SOBRE LA FAMILIA EN EL CONTEXTO DE LA EVANGELIZACIÓN, para anunciar y vivir de manera creíble el Evangelio de la familia y para buscar líneas operativas para la pastoral de la persona humana y de la familia. En dicho documento se indican algunos de los problemas y situaciones nuevas que afectan a las familias, y por ello la necesidad de una reflexión y actuación por parte de toda la Iglesia. JUZGAR: C omo señala el documento, la buena noticia del amor divino ha de ser proclamada a cuantos viven esta fundamental experiencia humana personal, de vida matrimonial y de comunión abierta al don de los hijos, que es la comunidad familiar. La doctrina de la fe sobre el matrimonio ha de ser presentada de manera comunicativa y eficaz, para que sea capaz de alcanzar los corazones y de transformarlos según la voluntad de Dios manifestada en Jesucristo. Y la mejor forma de ofrecer esta doctrina es con un modelo, el que nos ofrece la Sagrada Familia. El nombre de esta fiesta también es indicativo: la familia es “sagrada”, es decir, “digna de veneración por su carácter divino o por estar relacionado con la divinidad”, según la definición del diccionario. Por eso, aunque los miembros de una familia se enfrenten a dificultades internas y externas, no por eso deja de ser una realidad “sagrada”, y la Palabra de Dios nos ilumina para que continúe siéndolo. Así, para que las relaciones entre padres e hijos no se conviertan en fuente permanente de conflictos, la 1ª lectura propone “honrar al padre, respetar a la madre”. Incluso aborda el tema del cuidado de los ancianos, pidiendo a los hijos que “no lo abandone mientras viva” y que “aunque flaquee su mente, tenga indulgencia”. Por lo que respecta a las relaciones entre los esposos, para que no sean un choque de egoísmos, en vez de romper la relación a las primeras de cambio, la 2ª lectura propone adoptar “el uniforme de la misericordia, bondad, humildad, dulzura, comprensión…” Indica expresamente el perdón cuando alguno tenga quejas contra otro. Y lo más importante: por encima de todo esto el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. De esta forma la relación familiar no estará fundada sobre el dominio y la opresión, sino sobre el amor mutuo que lleva a la entrega total. Y cuando, por distintas circunstancias, la vida de familia aparece como una “carga”, en el Evangelio encontramos el testimonio de José. Por dos veces, forzado por las circunstancias, recibe el encargo del Señor: Levántate, coge al niño y a su madre y huye… vuelve a Israel… Al aceptar ser el padre terrenal de Jesús, como vimos el último domingo de Adviento, José asumió su plena responsabilidad, en toda circunstancia, le cueste lo que le cueste, dándonos un ejemplo de lo que significa ser padre o madre, que no sólo consiste en “tener hijos”, sino en aceptar las responsabilidades por y con amor. ACTUAR: L a Sagrada Familia de Nazaret se nos ofrece hoy desde la fe como modelo para que también nuestras familias sean “sagradas”. Contemplando a la Sagrada Familia, reflexionemos: ¿Qué tipo de personas deseamos en nuestras familias y en nuestra sociedad? Y para que surjan esas personas, ¿qué tipo de relaciones en el ámbito familiar estamos apoyando y fomentando, qué modelos ofrecemos? Frente a los problemas y desafíos a los que se enfrenta, nosotros afirmamos que la familia es una realidad sagrada, y debemos esforzarnos, individualmente y como Iglesia, en cuidarla, ofreciendo la luz de la fe, como indica el documento de trabajo del Sínodo: En el tiempo que estamos viviendo, la evidente crisis social y espiritual llega a ser un desafío pastoral, que interpela la misión evangelizadora de la Iglesia para la familia, núcleo vital de la sociedad y de la comunidad eclesial, puesto que, como dice el Papa Francisco en Lumen fidei (53): El primer ámbito que la fe ilumina en la ciudad de los hombres es la familia (…) hombre y mujer pueden prometerse amor mutuo con un gesto que compromete toda la vida y que recuerda tantos rasgos de la fe. Prometer un amor para siempre es posible cuando se descubre un plan que sobrepasa los propios proyectos, que nos sostiene y nos permite entregar totalmente nuestro futuro a la persona amada. ● 11 ● 1 de enero - Santa María Madre de Dios ● Números 6, 22-27 ● “Invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré” ● ● Salmo 66 ● ”El Señor tenga piedad y nos bendiga” Gálatas 4, 4-7 ● “Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer” ● Lucas 2, 16-21 ● “Encontraron a María y a José, y al niño. A los ocho días le pusieron por nombre Jesús” ● Ruego/rogamos para pedir el don del contemplar el Evangelio y poder conocer y estimar a Jesús y, así poder seguirlo mejor. ● Apunto algunos hechos vividos esta semana que ha acabado. ● Leo/leemos el texto. ● Después contemplo y subrayo. Lc 2, 16-21 16 Fueron deprisa, y encontraron a María, a José y al niño acostado en el pesebre. 17 Al verlo, manifestaron lo que les habían dicho acerca del niño. 18 Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores. 19 María, por su parte, guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20 Los pastores volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían visto y oído. Todo tal y como se les había dicho. 21 A los ocho días, cuando debían circuncidarlo, le pusieron el nombre de Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción. “Cristo, Redentor del hombre y del mundo, es el centro de la historia:”Jesucristo es el mismo, ayer y hoy…” Si nuestros pensamientos y nuestros corazones permanecen dirigidos a El en la perspectiva del segundo Milenio, que está para concluirse y que nos separa de su primera venida al mundo, por esto mismo están dirigidos al Espíritu Santo, por obra del cual ha tenido lugar la concepción humana; y se dirigen también a Aquella por la cual fue concebido y de la cual nació: la Virgen María” ( Juan Pablo II) ● Le pido a Dios Padre que con la luz del Espíritu Santo me haga descubrir lo que quiere decirme con la Palabra de hoy. Cómo los pastores ¿estoy apunto para ir en busca del Señor? ● Ellos lo encontraron con María y José. Y yo, ¿Dónde lo encuentro? ● Los pastores alaban a Dios…comparten su experiencia… ¿cuál es mi reacción? ● María conservaba… ¿qué es lo que yo conservo? ● Llamadas. Oro lo que he ido comprendiendo y lo que Dios me ha mostrado. ● 12 ● NOTAS PARA SITUAR ESTE EVANGELIO María conservaba todas estas cosas meditándolas ● Los pastores que estaban guardando sus rebaños han recibido el anuncio del ángel. ¿Qué hacen? Lo mismo que hizo María cuando el ángel le comunica que su prima Isabel está encinta. De prisa se van a ver lo que ha acontecido. María, Madre de Jesús, hoy es otro día tuyo dentro de nuestro calendario. Un día este que seguramente expresa con más justicia la raíz de tu grandeza, el papel más grande de tu vida: Tú eres la Madre de Jesús, el Redentor. ● Es la prontitud. Es la misma reacción que aparece en las primeras narraciones de vocación en las que se destaca la prontitud por dejar lo que estaban haciendo (sus redes, la pesca…) y comienzan una nueva vida (seguir a Jesús, ser pescadores de hombres). Así los apóstoles dejan sus ocupaciones y van a verificar lo que ha acontecido. Todo ello es fruto de la alegría que produce en ellos el anuncio y fruto también de la Gracia de Dios. ● Los pastores encuentran lo que se les había anunciado: María, José y el Niño, en pañales, recostado en un pesebre. Es la imagen que se ha hecho tan popular y que encontramos en todos los belenes, es la imagen central de estos días de Navidad. ¿Qué querrá decirnos con ello el evangelista? ● Es un cuadro, es una escena bonita para pintar y para representar…. pero ¿qué hay detrás de ella?: humildad, pobreza, sencillez, normalidad, vida de familia, anonadamiento, encarnación con todas sus consecuencias… amor, amor de Dios. ● Pero en este día festividad de María Madre de Dios bueno será que nos detengamos especialmente en María. Ella está junto al Niño, es la Madre. ● El evangelista se detiene en el relato que tiene como protagonistas a los pastores y a María. ● De los pastores nos dice que ellos se convirtieron en anunciadores de lo que habían visto y contemplado. Ellos comunican a los demás lo que han vivido, son testigos de las maravillas del amor de Dios. Y su admiración y entusiasmo contagia a los que les oían. ● Y María es el otro protagonista en quien se fija el evangelista al decirnos que conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón. ¿Qué nos quiere decir con ello? ● Posiblemente que ante Dios, como primera reacción o actitud, hemos de callar, adorar, agradecer como hacía María. Posiblemente esta actitud debió ser frecuente a lo largo de toda su vida. María contempla en silencio lo que acontece y trata de mirar la vida con los ojos de Dios. Estamos estos días de Navidad celebrando el nacimiento del Hijo de Dios. Él es el centro de nuestra atención. Y en estos días no podemos olvidarte porque Tú, María, eres su Madre. Gracias María por asumir ese papel y por la manera como fuiste, siendo la Madre de Dios: esta misión la llevaste con humildad y sencillez. Tú, María, fuiste la del SÍ con todas sus consecuencias Tú María, que guardabas y meditabas todas aquellas cosas que iban sucediendo en tu vida, todo lo que Dios iba haciendo, toda la vida de tu hijo Jesús. ¿Qué es lo que yo guardo y medito en mi corazón? ¿Qué es lo que me alimenta? A veces pienso que soy más dado a guardar y meditar los fracasos, los desaires, las afrentas… A veces constato que suelo guardar muchas tonterías y cosas banales, cuando no perjudiciales. ¿Por qué no guardo y medito más las obras de Dios? Porque Dios sigue haciendo maravillas en nuestro mundo. Enséñame María a guardar y meditar la obra de Dios en nuestro mundo. Enséñanos a guardar y meditar como Tú lo hacías Yo quisiera también estar a punto como los pastores para ir al encuentro de tu Hijo, al encuentro de lo que Dios está haciendo en nuestro mundo. Yo quisiera, como ellos, encontrar en la vida a tu Hijo, el gran tesoro. Y a su vez, como ellos, compartir con otros ese encuentro para que otros muchos experimenten el bien inmenso de Jesucristo. ● ¿No actuaría así especialmente en los momentos importantes de la vida de Jesús cuando la vemos al pie de la cruz o cuando contemplaría alguno de sus milagros o escucharía sus muchas palabras? ● Jesús, también, buscaba lugres solitarios para permanecer en contacto con Dios Padre, para orar, para buscar la voluntad de Dios Padre. Era su primera preocupación y ocupación. ● Al final del relato vemos que José y María hacen con su hijo lo que habitualmente hacían todos los padres, se sujetan a las costumbres del momento: lo circuncidan y le ponen el nombre de Jesús. Danos, María, muchos pastores para nuestros grupos y comunidades. Tú sabes que tenemos necesidad de ellos. Es quizás esta una de nuestras mayores necesidades Felicidades María, por ser la escogida por Dios para ser la Madre del Salvador. felicidades por tu SI. Felicidades por su tu estilo de vida. Gracias. ● 13 ● VER - JUZGAR – ACTUAR ón” i c i d n e b “Una VER: C uando escuchamos las noticias en radio o televisión, la mayor parte son acerca de sucesos negativos. Los grandes titulares, salvo pocas excepciones, resaltan lo malo, los problemas, los conflictos. También en los programas llamados de actualidad se destacan principalmente los escándalos de todo tipo. Pocas veces se oye hablar bien de alguien, de un modo desinteresado. Y lo mismo nos ocurre a nosotros, individualmente: nos resulta más fácil caer en la crítica y en el cotilleo, que en la alabanza o el reconocimiento de los méritos de otros. JUZGAR: P or eso, en este primer día del año, la Palabra de Dios nos propone una bendición. Porque “bendecir” es “decir bien” de alguien o algo, es engrandecer o ensalzar a alguien; pero además, bendecir es invocar sobre alguien o algo el favor de Dios. Por eso la primera lectura recoge una fórmula de bendición: El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz. Unas palabras que hoy debemos hacer nuestras, por una parte para sabernos y sentirnos “bendecidos”; pero a la vez, debemos hacerlas nuestras para bendecir a Dios y ser también nosotros portadores de bendición. Una bendición que no debe ser forzada, o sólo “de labios hacia afuera”, sino que debe surgir con sinceridad de nuestro corazón, como hemos escuchado en el Evangelio que les ocurrió a los pastores, que volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído, porque cuando encontraron a María y a José y al Niño acostado en el pesebre brotó de ellos la alabanza a Dios, y además contaron lo que les habían dicho de aquel niño. La actitud de los pastores es una llamada a que, en este primer día del año, contemplemos sin prisas el Misterio de la Navidad, el Misterio del Dios hecho hombre; y que hagamos como María que conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Una contemplación y meditación que nos ayudará a interiorizar y a creer lo que hemos escuchado en la 2ª lectura: que cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo… para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Contemplar al Hijo de Dios hecho hombre nos debe llevar a creer que, por Él, también “somos hijos” de Dios, que el Padre envía a nuestros corazones al Espíritu de su Hijo, que también podemos llamar a Dios: ¡Abbá! Padre, que somos herederos por voluntad de Dios de la vida plena que Él ofrece y quiere para todos sus hijos. ACTUAR: N uestro encuentro en la fe con María, José y el Niño, la meditación en nuestro corazón de todas estas cosas, es lo que hará brotar de nosotros la sincera alabanza a Dios, y lo que nos moverá a contar lo que hemos visto y oído, convirtiéndonos así en portadores de la bendición y de la paz de Dios en nuestra vida, en nuestros ambientes, en nuestro mundo tan necesitado de ellas. La contemplación del Misterio de Navidad hará que aprendamos a ver a los demás como hermanos, hijos del mismo Padre, y por tanto brotará antes la bendición que la crítica, aprenderemos a poner nuestros ojos antes en lo positivo que en lo negativo. Por eso, preguntémonos hoy: ¿sobre quién puedo pedir la bendición de Dios, quién puede necesitar más experimentar su paz? Pensemos en personas o grupos concretos y, en nuestra oración, repitamos las palabras de bendición de la 1ª lectura. Y también: ¿de qué o de quién puedo “decir bien”? Podemos pensar también en personas o grupos concretos, y decirles directamente una palabra amable, o expresar nuestro agradecimiento mediante un escrito, una tarjeta, un gesto. En este primer día del año, el Señor quiere que lo iniciemos del mejor modo: conservemos, como María, todas estas cosas meditándolas en nuestro corazón, y sabiéndonos hijos de Dios y bendecidos por Él, iniciemos el nuevo año como los pastores, dando gloria y alabanza a Dios por lo que hemos visto y oído, y siendo testigos de la Buena Noticia: que Dios ha enviado a su Hijo para que todos los que lo acojan puedan vivir ya desde ahora con la paz y libertad que vienen de Él, porque serán hijos de Dios y herederos de su gloria. ● 14 ● Segundo domingo después de Navidad ● Eclesiástico 24, 1-2.8-12 ● “La sabiduría de Dios habitó en el pueblo escogido” ● ● Salmo 147 ● ”La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros” Efesios 1, 3-6.15-18 ● “Nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos” ● Jn 1, 1-18 ● “La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros” ● Ruego/rogamos para pedir el don del contemplar el Evangelio y poder conocer y estimar a Jesús y, así poder seguirlo mejor. ● Apunto algunos hechos vividos esta semana que ha acabado. ● Leo/leemos el texto. ● Después contemplo y subrayo. Jn 1,1-18 1 En el principio existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. 2 Él estaba en el principio con Dios. 3 Todo fue hecho por él y sin él nada se hizo. 4 Cuanto ha sido hecho en él es vida, y la vida es la luz de los hombres; 5 la luz luce en las tinieblas y las tinieblas no la sofocaron. 6 Hubo un hombre enviado por Dios, de nombre Juan. 7 Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por él. 8 No era él la luz, sino testigo de la luz. 9 Existía la luz verdadera, que con su venida a este mundo ilumina a todo hombre. 10 Estaba en el mundo; el mundo fue hecho por él, y el mundo no lo conoció. 11 Vino a los suyos, y los suyos no lo recibieron. 12 A todos los que lo reciben, a los que creen en su nombre, les da el ser hijos de Dios; 13 él, que no nació ni de sangre ni de carne, ni por deseo de hombre sino de Dios. 14 Y aquel que es la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y nosotros vimos su gloria, gloria cual de unigénito venido del Padre, / lleno de gracia y de verdad. 15 Juan daba testimonio de él y proclamaba: «Éste es del que yo dije: El que viene detrás de mí ha sido antepuesto a mí, porque era antes que yo». 16 De su plenitud, en efecto, todos nosotros hemos recibido, y gracia sobre gracia. 17 Porque la ley fue dada por Moisés, pero la gracia y la fidelidad / vinieron por Cristo Jesús. 18 A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo único, que está en el Padre, nos lo ha dado a conocer. Para Santa Teresa no hay más dilema que amar o no amar. No hay más primacía que la del amor. Sólo el amor tiene valor absoluto. Sólo el amor cuenta, es lo más necesario. ● Estamos contemplando la Navidad. No tiene otra explicación que el amor de Dios. ● Pongamos nuestros ojos en un pesebre, en un nacimiento. Detengámonos en sus personajes. ¿Con cuál de ellos me identifico? ● Detrás del Belén está la mano de Dios, el amor de Dios que es quien lo origina. ● Doy gracias Dios por lo que ha hecho y por la manera como lo ha hecho. ● Llamadas. Oro ante el nacimiento. ● 15 ● NOTAS PARA SITUAR ESTE EVANGELIO ● El Evangelio de Juan comienza con un solemne prólogo que es como una de las claves para entender la obra de Jesucristo. ● Comienza el texto afirmando la preexistencia del Verbo, de la Palabra que es Jesucristo, el Hijo de Dios que se Encarnó para ser Luz del mundo. En el relato también se afirma la divinidad de Jesucristo. ● La Palabra, se nos dice, es el origen, la fuente de la vida y esta vida se manifiesta como luz para la humanidad. ● A esta Luz que es Jesucristo se le oponen las tinieblas. Hay por tanto una tensión, un enfrentamiento, un gran drama: la Palabra de salvación vino al mundo, pero el mundo no la recibió, parte del mundo no quiso saber nada de esa Luz, la rechazaron. ● Ciertamente hay que poner en un lugar destacado a Juan Bautista, pero también hay que tener presente que él no es la luz, sino un testigo de la Luz, una señal que nos muestra donde está el camino de donde viene la Salvación al mundo. ● Unos se opusieron a la Luz, rechazan la Luz, pero otros, ahora y siempre, en muchos lugares del mundo la acogen y la aceptan en sus vidas dejándose iluminar por la Luz verdadera, siguiendo los pasos de Jesucristo. ● Seguramente el punto central del prólogo lo encontramos cuando se nos dice: “La Palabra se hizo carne”. Es lo que celebramos y recordamos en Navidad. A partir de entonces Dios habita entre nosotros. Nosotros en Jesús contemplamos la presencia de Dios. Él es la manifestación del ser de Dios, un Dios misericordioso un Dios que ama hasta el extremo. ● Dios en Jesús ha querido morar entre nosotros, caminar a nuestro lado porque así lo ha dispuesto, no por nuestros méritos. Es Dios quien ha tenido la iniciativa de venir y quedarse para siempre. ● Esa presencia divina ligada antes al templo ahora se ha hecho presente en Jesucristo, en Jesús contemplamos la gloria de Dios. ● Y lo ha hecho, como recordamos desde el principio de su vida, de una forma inaudita, siendo uno más entre los humanos, sin privilegios, viviendo humildemente, desde su nacimiento y rodeándose de las gentes humildes y sencillas. ● Dios nos desconcierta; sus Planes no son nuestros planes. Estamos ante un gran misterio que no tiene otra explicación que el amor. ● Nuestra Iglesia está llamada también a seguir los pasos de Jesús, a vivir entre las personas para llevar la Buena Noticia de la Salvación, del amor de Dios hecho presente en Jesús pero como lo hizo Jesús, con sus medios, no con el poder y las riquezas sino con el amor, la humildad, la austeridad, la cercanía con los que sufren. De este Jesucristo Juan da testimonio, ante él se sitúa “Este es de quien dijo: El que viene detrás de mi pasa delante de mí, porque existía antes que yo”. ● La Palabra concede una importancia especial al testimonio de Juan, sabiendo que él no es el centro, sino que este lo ocupa Jesús. Y la Palabra acampó ente nosotros y hemos contemplado su gloria Señor Jesús, antes que nada gracias por tu venida. Gracias por haber querido ser uno más de nosotros. Gracias por haber venido para hacernos hijos de Dios, miembros de la familia de Dios. Gracias porque Tú has venido para ser la Luz del mundo. Gracias porque Tú nos aportas el Proyecto de Dios Padre sobre nosotros y el mundo que Tú llamabas el Reino de Dios. Gracias por toda tu vida. Pero hoy quiero darte ante todo gracias por tu venida al mundo que es el tuyo. Hoy es Navidad, tu navidad, tu nacimiento. Después de estar los nueve meses en el vientre de María naces en nuestro mundo. ¡Qué curioso vienes a este mundo Tú que lo has hecho y ¡entras de incógnito! ¡Cuán distinto eres Tú a nuestra forma de ser que con frecuencia nos gustan los bombos y los platillos! Entras en el mundo con la pobreza debajo del brazo, de ella haces tu compañía, tu vestido a lo largo de tu estancia entre nosotros. El pesebre donde te recordamos que naciste bien podía ser uno de los símbolos más expresivos de tu vida. Y todo ello me llama poderosísimamente la atención por contraste, porque nosotros andamos afanados en rodearnos de cosas, en acumular y Tú en cambio sigues el camino contrario, Tú no haces más que desprenderte, despojarte, compartir. Quizás con esta forma de ser nos estás diciendo que lo que cuenta es Dios y las personas, que las cosa, las que sean, son siempre secundarias. Hoy, Señor Jesús, me quedo junto a tu pesebre, y contemplo a María que te mira con los ojos entreabiertos, con una sonrisa llena de satisfacción al verte cerca de ella recostado en el pesebre. Yo también veo junto a Ti al bueno de San José que tanto tuvo que ver en tu vida y en la de María. Él está en la trastienda pero haciendo su papel. Y todo esto que estoy contemplando es porque detrás está la mano de Dios: Tanto amó Dios al mundo que envió a su propio Hijo. Así lo ha querido Dios. Hoy no quiero pedirte nada, solo quiero contemplarte, estar junto a Ti cerrar los ojos y verte en mi imaginación en el portal de Belén: pequeño en brazos de María que te da calor y te amamanta. ● 16 ● ¡Que misterio más grande! …” o d a s a p n “Ya se ha VER - JUZGAR – ACTUAR VER: E stos días se oye a menudo decir: “Bueno, ya se han pasado las fiestas”. Unos lo dicen con tristeza, otros con alivio… La mirada está puesta en el día de Reyes, pero sabiendo que a partir del día siguiente ya volvemos a la normalidad. Sin embargo, aún estamos en Navidad, de hecho lo estaremos hasta el próximo domingo en que celebraremos la fiesta del Bautismo del Señor. Y además, hoy es domingo y aunque sintamos que las fiestas “ya se han pasado”, no debemos dejar que “se nos pase” este domingo. JUZGAR: domingo segundo después de Navidad, que aparece metido entre tanta fiesta, se nos inE nvitaestea seguir reflexionando acerca del misterio que encierra la Navidad. Porque nunca llegaremos a descubrir todos los bienes que Dios ha hecho llegar hasta nosotros, y no debemos dejar que “se nos pasen”, sin más. Hoy es un día para pensar y reflexionar algo más profundamente lo que hemos estado celebrando estos días. En el Evangelio hemos escuchado: La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros: Jesús, el Hijo de Dios, viene a compartir nuestra historia: emociones, relaciones familiares, amistades, vida social, trabajo, tradiciones... Él sabe todo lo que nos ocurre porque lo ha vivido en su propia carne. Jesús es la personificación plena de la Sabiduría, que encontrábamos en la primera lectura, que también arraiga en lo más profundo de nuestra vida. Jesús vino (y sigue viniendo) a revelarnos que Dios es Amor, un amor inconcebible que es capaz de llegar hasta la muerte por nosotros. Sin embargo, y esto también lo constatamos en estos días de fiestas, nos encontramos con el hecho de que Jesús, la Palabra de Dios a la Humanidad, vino a los suyos, y los suyos no la recibieron: Ésta es la gran paradoja: que Jesús viene a nosotros y no acabamos de decidirnos a recibirle en nuestra vida y seguirle, tenemos miedo de que cambie demasiadas cosas que en el fondo sabemos que no están bien. Preferimos encerrarnos en nuestras tinieblas, en la oscuridad. Tenemos la Luz al alcance de la mano y no queremos aceptarla, aunque lo estemos deseando. Y eso que a cuantos la recibieron les da poder para ser hijos de Dios, les da el poder de descubrir su presencia en los acontecimientos de su vida, ilumina esos acontecimientos para que podamos distinguir todos los colores de la vida y no vivamos de una forma monótona, en blanco y negro, con una existencia pobre y limitada, cuando podemos ensanchar nuestros horizontes. ACTUAR: S i de verdad queremos ser cristianos, si de verdad hemos celebrado la Navidad, aunque estemos al final de las fiestas no podemos decir “ya se han pasado”. Dice un refrán que “amor con amor se paga”: ante este derroche de bienes, debemos corresponder mediante la fe. Si Jesús viene a nosotros para hacernos hijos de Dios, debemos responder con fe y con amor, como verdaderos hijos suyos: amando a Dios y amando a los demás. Porque todos estos dones materiales y espirituales no nos los da Dios para que digamos: “¡Qué bien lo hemos pasado!”, sino para que los hagamos llegar a quienes no los tienen. Hay mucha gente, muy cerca de nosotros, más de lo que imaginamos, que vive en la oscuridad de la ignorancia, de la soledad, del fracaso, de la marginación, de la depresión, del paro, de la enfermedad, y necesitan luz. No una luz cualquiera, sino la verdadera luz que es Cristo. Ojalá se cumpla en nosotros el deseo de san Pablo y acojamos al Espíritu de Sabiduría y revelación para comprender cuál es la esperanza a la que Dios Padre nos llama, y de este modo nos convirtamos en buenos hilos conductores de la verdadera Luz y Vida que quiere llegar hasta nosotros. ● 17 ● 6 de enero - Epifanía del Señor ● ● Isaías 60, 1-6 ● “La gloria del Señor amanece sobre ti” Salmo 71 ● ”Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra” ● Efesios 3, 2-3a.5-6 ● “Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos de la promesa” ● Mateo 2, 1-12 ● “Venimos de Oriente a adorar al Rey” ● Ruego/rogamos para pedir el don del contemplar el Evangelio y poder conocer y estimar a Jesús y, así poder seguirlo mejor. ● Apunto algunos hechos vividos esta semana que ha acabado. ● Leo/leemos el texto. ● Después contemplo y subrayo. Mt 2, 1-12 1 Jesús nació en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes. Unos magos de oriente se presentaron en Jerusalén 2 preguntando: «¿Dónde está el que ha nacido, el rey de los judíos? Porque hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarlo». 3 Al oír esto el rey Herodes, se inquietó, y con él toda Jerusalén; 4 convocó a todos los sumos sacerdotes y a los maestros de la ley y les preguntó por el lugar de nacimiento del mesías. 5 Ellos le contestaron: En Belén de Judá, pues así está escrito por el profeta: 6 Y tú, Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel. 7 Entonces Herodes llamó en secreto a los magos y se informó cuidadosamente de ellos sobre el tiempo en que había aparecido la estrella; 8 luego los envió a Belén, y les dijo: «Id y averiguad todo lo que podáis sobre ese niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para que vaya yo también a adorarlo». 9 Ellos, después de oír al rey, se marcharon; y la estrella que habían visto en oriente iba delante de ellos, hasta que fue a posarse sobre el lugar donde estaba el niño. 10 Al ver la estrella experimentaron una grandísima alegría. 11 Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre; se pusieron de rodillas y lo adoraron; abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. 12 Luego regresaron a su país por otro camino, pues les habían dicho en sueños que no volvieran adonde estaba Herodes. Pongámonos en presencia de Dios. ● Invoquemos al Espíritu Santo para nos ilumine y nos muestre lo que Dios quiere decirnos por medio de esta palabra. ¿Qué es lo que Dios nos muestra por medio de este relato? ¿Qué es lo que las primeras comunidades cristianas quisieron transmitirnos por medio de este hecho? ¿A qué personaje de los tres que aparecen en la escena nos asemejamos nosotros: a Herodes, a los Magos o a los sacerdotes y letrados? ¿En mi vida he encontrado “estrellas” que me han llevado a Jesús? ¿Los encuentro ahora? ¿Soy yo una “estrella” para los que me rodean? ¿Nos postramos para adorar al Dios verdadero? ● Llamadas que percibimos. Concluyo hablando con el Señor dándole gracias, formulando alguna petición, contemplando la escena de la adoración de los magos. ● 18 ● NOTAS PARA SITUAR ESTE EVANGELIO ● Con los pastores, estos Magos son los primeros adoradores, del niño Dios. Vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron Herodes quería matarte; los sumos sacerdotes y los letrados conocían las Escrituras pero de poco les sirvió 1.- La de Herodes, prototipo del tirano, de la pues no llegaron a encontrarte. persona injusta. En cambio, esos personajes, los Magos, 2.- La de los sacerdotes y letrados, o sea los que viven en tierras lejanas se han puesto en camino, han buscado y te han encontrado dirigentes religiosos e intelectuales. Conocían las profecías pero están ciegos, no busNo eran ciudadanos del pueblo judío can. Ellos querían un Mesías poderoso y no y en cambio saben reconocerte son capaces de descubrirlo en la pobreza, no como el Salvador: han sabido ver la estrella. Son grandes co“cayendo de rodillas te adoraron”. ● Podemos observar tres actitudes muy diferentes en el relato: nocedores de la Palabra de Dios pero no se ponen en camino. Estos personajes nos interpelan porque nosotros también podemos ser grandes conocedores de la Palabra pero no es suficiente, hay que ponerse en camino, hay que ir al encuentro de Jesús. 3.- Los Magos son buscadores en la realidad que les rodea del sentido que explique sus vidas. Vienen de lejos. No pertenecen al pueblo judío. No conocen la historia bíblica. La fe supera las fronteras. Dios llama también por medio de signos, en este caso por medio de la estrella. Son personas abiertas que tienen un corazón dispuesto a creer. La gracia de Dios surge donde menos nos hubiésemos atrevido a esperar. Hoy también en nuestro mundo hay personas, verdaderas seguidoras de Jesús, que son como estrellas e invitan a seguir sus pasos que nos llevan a Jesucristo. Tú, Señor Jesús, eres israelita, nacido en esa tierra, perteneces a una cultura y una raza determinada pero eres el Salvador de todos, Tú eres para todos. Tú eres universal. Para ti no hay fronteras. ¿Por qué las tenemos que poner nosotros? Así quieres, Señor Jesús, que seamos tus seguidores: universales, para todos y especialmente para los pobres y los que son marginados. Por otra parte, este relato nos está diciendo que lo que cuenta no es saber sino buscar, vivir, seguirte. Los “saberes” solos no salvan, es preciso también ponerse en camino, tener fe. Haz, Señor Jesús, que sepa ponerme en camino, para encontrarte, adorarte y seguirte. Los Magos tuvieron una ayuda, la estrella. A lo mejor otros muchos también la vieron pero no supieron mirar en profundidad, habían perdido la capacidad de admirarse, de mirar con detenimiento y continuaron su vida de siempre. ● Los Magos ADORAN. El centro del relato no son los Magos sino aquel Jesús, a quien ADORAN. Los Magos en la pequeñez de aquel niño reconocen la grandeza de Dios. Con ellos estamos invitados a adorar, a reconocer la grandeza de Dios. Señor Jesús, siembra nuestro mundo de estrellas que nos guíen a Ti. ● Para ello hemos de aprender a hacer como Siembra nuestro mundo de estrellas ellos, a ver y reconocer la estrella, los signos de que alimenten la esperanza verdadera. la presencia de Dios: en la naturaleza, en los Siembra estrellas de paz, de fraternidad, de justicia, acontecimientos, en la palabra, en las personas, de amor a Dios. en las celebraciones etc. Como ellos nuestra mi- sión es ponernos en camino hasta encontrar a Seguramente, Señor Jesús, tus estrellas siempre serán Jesús, al salvador del mundo. Dios, entonces y como Tú: humildes, sencillas, serviciales, solidarias, ahora, se ha hecho cercano para que pudiésemos compasivas, entregadas, apasionadas por el Reino y encontrarlo. No es fácil en nuestro mundo, en por Dios Padre. ocasiones, tan indiferente con la fe cristiana llegar a descubrir la estrella y seguirla hasta llegar Haz, Señor Jesús, que sepamos descubrir esas estrellas que nos conducen a Ti. a Jesús que es la verdadera meta. ● Podríamos también señalar que los Magos fueron tres, para seguir la estrella de la fe es muy importante la comunidad, el grupo. ● La salvación no está en los “saberes” sino en el seguimiento, en el encuentro. Al fin y al cabo siendo hoy “los Reyes”, el protagonista no son ellos los “Reyes de Oriente” sino Tú. Porque hoy es la Epifanía, tu manifestación a todo el mundo. ● 19 ● VER - JUZGAR – ACTUAR n” ó i c a t s e f i e man d s o m a V “ VER: A menudo algún colectivo convoca una manifestación. Una manifestación es una reunión pública, generalmente al aire libre, en la cual los asistentes a ella reclaman algo, o expresan su protesta por algo, o quieren mostrar o dar a conocer a la opinión pública una realidad. Una manifestación debe convocarse con suficiente antelación, utilizando los medios informativos más adecuados, indicando quiénes la organizan, el día, el lugar, la hora de comienzo, qué objetivo se persigue con ella, qué lema en una pancarta va a utilizarse que recoja ese objetivo… Si no se cuidan estos puntos, la manifestación fracasará, o por lo menos no tendrá la suficiente repercusión social y, por tanto, no se alcanzará el objetivo buscado. JUZGAR: C elebramos hoy, la Epifanía, que significa “manifestación”, por lo que podemos decir que en este tiempo de Navidad, estamos celebrando que Dios ha organizado una manifestación. Una manifestación que había sido convocada y anunciada con mucha antelación por los profetas: sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti; como medio informativo, ha utilizado una estrella; el lugar, en Belén de Judea; el objetivo, mostrarse Él mismo en su Hijo Jesús, como el rey de los judíos que ha nacido, el Mesías que será el pastor de Israel; y los convocados son todos los pueblos, representados en unos magos de Oriente. Pero a diferencia de las manifestaciones humanas, Dios no se manifiesta con grandes pancartas, ni con griterío de altavoces; Dios se manifiesta de un modo sencillo, discreto, tanto que quienes han visto su estrella necesitan preguntar ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?; y al llegar al lugar indicado, no ven una gran multitud: Dios se manifiesta en la realidad más cotidiana: Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre… Su actitud perseverante, de búsqueda, de cuestionamiento, de discernimiento, les ha llevado a encontrar el misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu, un Misterio que, precisamente por su modo de manifestarse, por todo lo que eso significa, lleva a los Magos, y a todos los que se encuentran con Él, a una actitud de profunda adoración que brota de lo más íntimo del ser: cayendo de rodillas, lo adoraron. La grandeza de la manifestación, del Misterio se percibe precisamente en su pequeñez externa, en su pobreza y humildad, y ante ese Misterio, la primera actitud debe ser de profunda gratitud, y la siguiente actitud, conscientes de la propia pequeñez, ha de ser la adoración porque reconocemos ahí la presencia del Dios vivo, del Dios hecho hombre, del Salvador. Tras la contemplación y adoración los Magos, habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino. Contemplar la manifestación, el Misterio y adorarlo nos debe llevar a la conversión, debemos volver a nuestra vida pero ya por otros caminos, con un nuevo rumbo y con una nueva meta, porque la manifestación del misterio de Dios ha cumplido su objetivo y ese Misterio nos ha abierto la puerta de la esperanza. ACTUAR: E n este día de la Epifanía debemos sobre todo contemplar la imagen del Niño, como los Magos, y preguntarnos: ¿Sé distinguir las “estrellas” que Dios pone en mi vida, para encontrar sus manifestaciones? ¿Tengo actitud de búsqueda, pregunto, me dejo orientar? ¿Mi oración incluye la adoración del Misterio, o es más bien oración de petición? ¿Qué “regalos” le ofrezco, como muestra de que reconozco en su Misterio la presencia del Dios-con-nosotros? ¿A qué “Herodes” (comportamientos, actitudes, hábitos) no debo volver para orientar mi vida por el camino del seguimiento de Jesús? ¿Cómo voy a manifestarme como cristiano a partir de ahora, qué puedo hacer o dejar de hacer para que en la cotidianidad de mi vida se perciba la presencia de Dios? Contemplemos hoy la imagen del Niño, y con corazón agradecido adorémosle en la Eucaristía, su presencia real y continuada en nuestra vida. Él se nos manifiesta y se nos entrega en la humildad del Pan y el Vino para que, con su fuerza, seamos “magos” que indiquen a otros dónde pueden encontrar el mayor regalo: el Dios-con-nosotros que nos trae la salvación. ● 20 ● Bautismo del Señor ● Isaías 42, 1-4.6-7 ● “Mirad a mi siervo, a quien prefiero” ● ● Salmo 28 ● ”El Señor bendice a su pueblo con la paz” Hechos 10, 34-38 ● “Ungidos por Dios con la fuerza del Espíritu Santo” ● Mateo 3, 13-17 ● “Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu de Dios se posaba sobre él” ● Ruego/rogamos para pedir el don del contemplar el Evangelio y poder conocer y estimar a Jesús y, así poder seguirlo mejor. ● Apunto algunos hechos vividos esta semana que ha acabado. ● Leo/leemos el texto. ● Después contemplo y subrayo. Mateo 3, 13-17 13 Entonces Jesús fue de Galilea al Jordán para que Juan lo bautizara. 14 Pero Juan quería impedirlo, diciendo: «Soy yo el que necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?». 15 Jesús le respondió: «¡Déjame ahora, pues conviene que se cumpla así toda justicia!». 16 Entonces Juan accedió a ello. Una vez bautizado, Jesús salió del agua; y en esto los cielos se abrieron y vio al Espíritu de Dios descender en forma de paloma y posarse sobre él. 17 Y se oyó una voz del cielo: «Éste es mi hijo amado, mi predilecto». ● Me pongo en presencia de Dios. Imploro la ayuda del Espíritu Santo para que me haga comprender lo que Dios quiere decirme en este texto. Es el Espíritu quien me ayudará a descubrirlo. ¿Qué es lo Dios me esta diciendo en este texto? ¿Qué es lo que Dios me rebela de la persona de Jesús en este fragmento? ¿Qué es lo que las primeras comunidades querían trasmitirnos por medio de este relato? ¿Soy consciente de lo que constituye mi identidad? ¿Es motivo de satisfacción para mí? ¿Le doy gracias de ello a Dios? ●Concluyendo esta escucha de la Palabra de Dios: contemplo a Jesús junto a las personas que se acercaban a recibir el bautismo de manos de Juan, hago profesión de fe de que Jesús es el Hijo predilecto de Dios, le doy gracias de mi Bautismo, le pido por cuantos serán bautizados este año que empezamos… ● Llamadas que Dios me está haciendo. Oro con lo que he contemplado y descubierto. ● 21 ● NOTAS PARA SITUAR ESTE EVANGELIO ● Después de unos treinta años que pasó Jesús en “Este es mi Hijo, el amado mi predilecto” ● El bautismo de Juan sólo se recibía una vez en la Señor Jesús, podemos indagar y hacernos muchas preguntas sobre tu persona. Podemos formularnos toda clase de interrogantes: ¿Quién eres Tú? ¿quién eres Jesús?, Si ¿quién es Jesús? Nazaret, su vida oculta, o sea la mayor parte de su vida, se acercó al río Jordán donde Juan predicaba, bautizaba y donde en torno al Bautista se había creado un grupo de seguidores, un movimiento. vida, quien tenía que bautizarse antes manifestaba arrepentimiento de sus pecados, como condición para ser admitido en el rito de la inmersión en el agua . ● El bautismo de Juan era muestra del arrepentimien- Hoy la Palabra nos ha dado, seguramente, la mejor respuesta a esta pregunta. Tú eres el “Hijo amado de Dios”. Esa es tu auténtica identidad. Ese eres Tú: Tú eres el Hijo predilecto de Dios Padre. to y promesa del perdón de los pecados que Dios concedería en un futuro próximo, cuando la historia llegaría a su fin. El perdón de los pecados no era concedido en el momento del bautismo sino que se recibiría en el último día con la efusión del Espíritu Santo. ● Juan proclamaba la conversión ante el fin inminente. ● Los tres sinópticos narran el bautismo de Jesús de una forma muy similar y lo sitúan al inicio de la actividad pública de Jesús, como el acto inaugural en el que Jesús asume su condición y su misión mesiánica. ● Parece que Juan, durante un tiempo, fue el maestro de Jesús. Del núcleo de seguidores del Bautista, Jesús escogió algunos de sus discípulos. Pero el planteamiento y el estilo de vida de Juan y de Jesús son diferentes. ● El diálogo que aparece entre Juan y Jesús tiene como finalidad resaltar la superioridad de Jesús. Ciertamente Jesús no tenía porque recibir el bautismo de Juan; pero Jesús se hace uno más mezclado entre la gente que se acercaba a Juan, cargando sobre sus hombros nuestros pecados, el que no conocía el pecado. ● Juan concedía una gran importancia al Dios juez, que pronto juzgaría a la humanidad, mientras Jesús predicaba el Reino del Padre de la misericordia, la compasión y el perdón. Esta Buena Noticia Jesús la anunciará, la vivirá y la expresará con sus palabras y sus signos a lo largo de su vida pública. Esta Buena Noticia de Jesús no cuadraba con la mentalidad religiosa del momento y le llevará a Jesús a la cruz. Esta experiencia de Dios Padre compasivo y lleno de misericordia es la mayor y mejor herencia del cristianismo. ● Para Jesús Dios es ante todo Padre, esta convicción Fue en el río, no sabemos si por la mañana o al anochecer, en invierno o en verano poco importa. Fue en las aguas del Jordán, mezclado entre los que arrepentidos que se acercaban al Bautista, chorreando tu cuerpo de agua, rodeado de penitentes que reconocían sus pecados, formando Tú con todos ellos una comunidad…, fue entonces cuando se oyó la voz del cielo, que era la de Dios Padre. Esa voz era el acta de tu presentación al mundo: “ESTE ES MI HIJO”, decía Dios Padre. Este es tu carné de identidad, estas son tus señas. Bien seguro eres también Hijo de María. No olvidamos. Eso lo sabía todo el mundo. Pero lo que allí se oye no lo sabía nadie: ESTE ES MI HIJO, AMADO, MI PREDILECTO. Y esa fue, en gran medida, la gran Buena Noticia por la que Tú viviste y nos trajiste al mundo. Esa es la Buena Noticia que anunciaste con tus palabras y con tus hechos: Dios es Padre-Madre, tuyo y nuestro, y Tú eres el Hijo predilecto. de hijo le acompañaría a lo largo de toda su vida. Y de Dios Padre hablará en distintas ocasiones. ● El relato está descrito como teofanía, como manifestación de Dios. Dios Padre, por medio de aquella voz que se oye, nos muestra la verdadera identidad de Jesús: Jesús es el Hijo predilecto de Dios Padre. Y a partir de este momento comienza la misión de Jesús. ● El bautismo de Jesús nos recuerda nuestro propio bautismo por el que hemos sido incorporados en la familia de Dios, por el que se nos ha dado la vida de Dios. Somos hijos de Dios, he ahí también nuestra identidad. Con este motivo demos le gracias a Dios por nuestro bautismo, renovémoslo y veamos si somos consecuentes con lo que somos. ● Nuestra identidad es nuestra filiación divina, somos hijos de Dios. Lo más grande que se puede decir de nosotros: somos hijos de Dios, todos los otros títulos son insignificantes al lado de este. Ahí está una de nuestras señas de identidad que nos hacen a todos los bautizados iguales: miembros de la misma familia. Esa es, Señor Jesús, la Buena Noticia que Tú quieres que nosotros vivamos y continuemos anunciando y mostrando en toda nuestra vida allí donde nos encontremos. ¡Ayúdanos a vivirla y a trasmitirla ahora y siempre! ¡Ayúdanos a ser buenos hijos y así ser buenos hermanos! ● 22 ● VER - JUZGAR – ACTUAR d” a d i u n i t “La con VER: C on motivo de la fiesta de la Epifanía decíamos que a menudo algún colectivo convoca una manifestación. Normalmente, esa manifestación supone para los asistentes un momento impactante, les llena de ánimo y de fuerza al verse acompañados y sentirse apoyados. Pero no hay que olvidar que la manifestación tenía un objetivo: reclamar algo, o expresar una protesta por algo, o dar a conocer y concienciar a la opinión pública acerca de una realidad concreta… Por eso, el momento de la manifestación es importante, pero más importante aún es la continuidad, el “después”. Porque la experiencia de exaltación, los ánimos, se pueden ir diluyendo rápidamente cuando cada uno vuelve a su rutina diaria. Se hace necesario dar una continuidad, buscar el modo de concretar en la vida cotidiana de cada persona lo que se ha vivido en la manifestación. JUZGAR: E n esta fiesta del Bautismo del Señor, justo antes de iniciar el “tiempo ordinario”, hemos visto en el Evangelio una nueva manifestación de Dios, tras la manifestación en la fiesta de Epifanía; esta vez, en toda su plenitud: Dios se ha manifestado como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Y de nuevo hemos podido observar el modo, el estilo de Dios a la hora de manifestarse: Jesús fue desde Galilea al Jordán y se presentó Juan para que lo bautizara. Jesús no reclama privilegios sino que es Él quien acude a Juan, se pone “a la cola”, como uno más, en actitud de solicitante. El Espíritu Santo no se manifiesta de un modo espectacular, con un gran fogonazo deslumbrante, sino que bajó suavemente, como una paloma, y se posó sobre Jesús. Y el Padre no hace una gran proclama, ni un discurso elocuente; simplemente vino una voz del cielo que decía: Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Tras este momento de manifestación plena, Jesús, el Hijo amado, empieza a llevar a la práctica su misión, anunciando el Evangelio en la vida ordinaria, pero con un estilo característico, el del Siervo, que había sido predicho por Isaías: No gritará, no clamará, no voceará por las calles La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho… Jesús, al recibir voluntariamente el bautismo, nos indica cómo debemos desarrollar nuestra vida como bautizados, como seguidores suyos, cómo hacer vida el bautismo que hemos recibido, en nuestras circunstancias personales, familiares, laborales, sociales… Para ello, debemos recordar lo que hemos recibido en el Bautismo: por el sacramento del Bautismo respondemos con fe a Jesús y su evangelio; por este sacramento nos incorporamos a su Iglesia; y el Bautismo nos hace pasar de la muerte del pecado a la vida como hijos de Dios: somos también sus hijos, amados por Él. Y esa vida como hijos de Dios conlleva continuar la misión iniciada por Jesús. A nosotros el Padre también nos dice: te he llamado… te he tomado de la mano… te he formado… para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas. Dios cuenta con nosotros, con todos, para esa misión, porque Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. ACTUAR: E l Bautismo marca el inicio de la vida cristiana. Por eso debemos recordarlo y actualizarlo con frecuencia, sobre todo en momentos y circunstancias significativas. Tras estos días de Navidad, tras contemplar el Misterio del Dios hecho hombre y sus manifestaciones, el lunes volveremos al “tiempo ordinario”, a nuestra rutina diaria… pero no podemos volver como si nada hubiera ocurrido: debemos dar continuidad a lo que se nos ha manifestado. Por eso, a continuación renovaremos consciente y firmemente las promesas de nuestro Bautismo; y en nuestra oración podemos pedir al Señor que nos muestre cómo manifestarnos como seguidores suyos en los ambientes en que se desenvuelve nuestra vida “común”. Pero manifestarnos a su estilo, como Él. Para eso tenemos la Eucaristía, manifestación humilde pero total de nuestro Dios: acojámosle con agradecimiento y humildad, para que con su fuerza y su gracia, cumplamos así todo lo que Dios quiere y también pasemos por el mundo como Jesús, haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal, porque Dios está con nosotros, porque también somos hijos suyos por el Bautismo. ● 23 ●