entrada pública, sale el Ayuntamiento a recibir a las tropas y

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ISIDORO GO N ZA LEZ GALL EG O
entrada pública, sale el Ayuntamiento a recibir a las tropas y recorren la ciudad
en procesión cívica «entre vivas y exclamaciones de júbilo del pueblo todo».
El acto público tiene esta vez lugar al aire libre, en la Plaza de la Constitución.
El domingo siguiente, (programan los actos municipale s), se servirá una
comida extraordinaria en el Convento de Carmelitas o e n el Pa lacio
Episcopal 86 .
Los gastos de estos actos patriótico-militares son los únicos de carácter
extraordina rio que se permite el Ayuntamiento. Sólo habrá otro, de tipo
suntuario, ciertamente importante, en el que se empeña el Concejo: la
sustitución de las dos viejas mazas de plata por cuatro nuevas con los signos
constitucionales. Su labra dará origen a un larguísimo expediente. Se discutirá
ampliamente la partida a la que se aplicaría el gasto (¿ es de «obras públicas»
o es de «ornato»?). Se disc utirá si se suba sta la obra o se adjudica
directamente. Se discutirá si deben ser o no de plata. Y se discutirá el alto
presupuesto: nada menos que 10.320 rs., más que la magna obra del
empedrado de la calle Mayor. Por fin, entre protestas de los orfebre s
palentinos, las mazas se encargan a un platero de Valladolid, aunque para
abaratar el precio, se decidió utilizar la plata de los flecos y galones de las
colgaduras de damasco carmesí que adornaban la sala capitular y, por
supuesto, la plata obtenida de la fundición de las dos mazas antiguas. Al final,
como las cuatro mazas nuevas pesaban 319,5 onzas, pero había que deducir
182 onzas de las viejas y 72 obtenidas de los flecos y galones, el precio quedó
reducido a poco más de la mitad de lo previsto. Pero hubo que añadir el coste
de un a rc ón de se guridad pa ra guardarlas. Sorprendenteme nte el pago se
realizó, en su totalidad, de manera inmediata.
La ciudad vivió esos días, pese a las contingencias bélicas y pese al alto
número de presos, en paz y tranquilidad. El orden público estaba garantizado
por patrullas militares durante el día y serenos durante la noche. Los serenos
recortaban su figura por las calles, a horas nocturnas, enfundados en una
capucha unida a una larga capa todo ello de lienzo forrado de hule negro. No
obstante los días de fiesta y los domingos, en los que se permitía regresar al
cuartel más tarde, los soldados y milicianos protagonizaban alterca dos de
cuando en cuando, o recorrían las calles con gritos y canciones. Por ello, para
garantizar la tranquilidad pública durante esos días, las patrulla s
intensificaban su acción aumentando su número desde las ocho de la tarde a
las doce de la noche 87 .
Notas sobre la educación palentina en 1823
Dependiente directamente del municipio, aun cuando hay escuela s
particulares, (además del seminario, de la de los niños de Coro, o la de los
Niños de la Doctrina Cristiana), existe una escuela de Dibujo y una escuela de
niñas. Probablemente también, aunque sobre ello no hemos encontrado datos
muy concretos, una escuela de primeras letras.
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