El envejecimiento como proceso complejo "¿Son de Tranqueras?" La pregunta ¿Son de Tranqueras? tiene un existente casi circular y de repetición durante todo el documental, marca un eje de significación subjetiva sustancial. Da un punto de referencia territorial desde donde el habitante de Rivera intenta ubicar y referenciar a quien llega y lo sitúa de acuerdo a distancias físicas y culturales. Con esto se marca un orden espacial distinto entre los personajes, los visitantes y los espectadores. Mientras los espectadores entienden el universo en el que viven como un lugar de distancias mínimas, el audiovisual lentamente despliega, a partir de la forma en que los personajes se presentan, un mundo de ubicación geográfica inaccesible e inmenso. Es así que el documental presenta, desde espacios geográficos particulares, distintos procesos de envejecimiento, al tiempo que muestra tres dimensiones muy importantes para la Dirección Nacional de Políticas Sociales como son las ideas de: proceso, complejidad e importancia de la ubicación geográfica Con esto se quiere decir que el envejecimiento como concepto es construido en un tiempo determinado a partir de pautas culturales determinadas desde una impronta espacial para cada caso particular Desde esta perspectiva el territorio está básicamente ligado a como se definen los medios a partir de los cuales un colectivo construye su existencia, a la manera de estar en el mundo y de cómo se asientan las relaciones comprometidas para conformar una asociación social y cultural que define a las personas. Los acuerdos y las estructuras de poder producen diferencias radicales entre un espacio y otro, por lo cual cada territorio presenta dinámicas muy diferentes a partir de las cuales se establecen acuerdos colectivos y prácticas sociales-comunitarias que construyen los soportes de vida material y simbólica. El territorio debe ser entendido como un sistema vivo que porta identidad y un proyecto común y exclusivo para cada colectivo. La subjetividad se construye de acuerdo al territorio que se habita y por ende el envejecimiento adquiere componentes con diferencias sustanciales. Esto que parece evidente, sin embargo no lo es tanto, la sociedad no permite ver estas nociones y sumerge la vejez en categorías generales y abstractas, cada vez más alejadas de aquellos elementos singulares que permiten visualizar el envejecimiento con una perspectiva más real y no desde estereotipos generales. Es necesario entender el envejecimiento desde una lógica diversa, que permita materializar la densidad histórica, territorial y cultural que presenta. Solo a través de rescatar una comprensión plural del proceso de envejecer y reconstruir las raíces de identidades locales, es posible desmontar el pensamiento que legitima formas únicas de envejecer y no permite comprender y resolver los problemas diversos que se presentan. Por el contrario cuando se toma una dimensión compleja y ubicada geográficamente respecto al envejecimiento se logra acceder al encuentro de personas que organizan cotidianamente sistemas de vida particulares y únicos. El territorio se transforma en un elemento central del documental. Define posibilidades materiales y simbólicas de pasaje, permite a los personajes construirse y sostenerse subjetivamente. Hacer visible estos contenidos ubica el desafío político de construir sociedades más sustentables y equitativas a partir de entender, por un lado las limitaciones y carencias de un territorio pero también las posibilidades, diversidades y sinergias culturales que presenta. No se puede seguir sosteniendo un modelo único de vida y por ende un modelo único de envejecer ya que esto genera una privatización radical de vidas y contextos y presenta la construcción de una imagen deformada respecto al envejecimiento, fundada en un pensamiento unitario que busca acomodar la diversidad a una universalidad prejuiciosa y estereotipada, sostenida a partir de la construcción de imaginarios a la medida de una sola idea. El cambio de perspectivas se convierte para las instituciones del Estado en un desafío ineludible, para esto es necesario tener presente el envejecimiento desde una dimensión compleja, que requiere tomar en cuenta conflictos y contradicciones articuladas entre los distintos actores involucrados y mostrar la pluralidad y multiplicidad de formas de envejecer que existen en Uruguay. El documental introduce directamente al espectador en la idea de lugar, abre una perspectiva del envejecimiento ligado a un espacio social donde los actores involucrados están revestidos de identidad, movilizan proyectos, acciones y estrategias de vida en un territorio que se transforma como centro de significado propio y de vinculación emocional. Lo conocido, lo desconocido, el desarraigo, la idiosincrasia, son elementos que tangencial o centralmente aparecen. Se ven personas que reflexionan y ubican su envejecimiento en un contexto temporal, geográfico y relacional, a partir de nociones de pasado, tradiciones, estructuras productivas, patrimonio cultural, recursos materiales y fundamentalmente a partir de una noción de futuro.