1 - Escuela Sabática

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Jonathan Gallagher
III Trimestre de 2011
“La adoración”
Lección 12
17 de Septiembre de 2011
La adoración en la iglesia primitiva
Dr. Jonathan Gallagher
Textos bíblicos:
Hechos 1:1–11; 2:14–41; 17:15–34; 18:1–16; 1 Corintios 13.
Citas
 La forma de adoración más elevada es la adoración de un servicio cristiano generoso. La forma más grande de alabanza es el sonido de los pies consagrados a la
búsqueda de los perdidos y los desamparados. Billy Graham
 En muchas iglesias el arte de la adoración ha disminuido notablemente. La así denominada hora de culto se ha convertido en un momento en que las mentes y las
emociones son anestesiadas y se vuelven neutrales. Por la costumbre, las obligaciones de la iglesia, el afecto por el ministro, la presión del grupo, la unión familiar, el patriotismo, o la expectativa de la comunidad, las personas se hunden en sus bancos
habituales. Leslie Flynn
 Sólo cuando los hombres empiezan a adorar, empiezan a crecer. Calvin Coolidge
 La adoración es el acto más elevado del que una persona es capaz. No solo nos lleva
más allá de nuestros seres finitos para afirmar la divina profundidad del misterio y la
santidad que hay en el Dios viviente y eterno, sino que también nos abre al nivel más
profundo de nuestro ser hacia un acto que nos une de una manera más realista con
nuestros semejantes. Samuel H. Miller
 Busco una verdad más profunda, pero no creo que tenga que ir a una casa designada para la adoración para encontrarla. Ted Lange
 Un hombre no puede disminuir la gloria de Dios cuando se niega a adorarlo así como
un lunático no puede ocultar el sol al garabatear la palabra “oscuridad” en las paredes
de su celda. C. S. Lewis
 Una vida auténtica es la forma más personal de adoración. La vida diaria se ha convertido en mi oración. Sarah Ban Breathnach
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Para debatir
¿Qué ocurrió cuando adoraba la iglesia primitiva? ¿En qué se diferencia su experiencia
de la nuestra? ¿Cómo se relación la adoración con el sentido de misión? ¿Cuáles son
las buenas nuevas que se supone que debemos estar compartiendo? Aunque nuestra situación sea diferente a la de la iglesia primitiva en lo que se refiere a tiempo y espacio,
¿qué podemos aprender de ellos?
Resumen bíblico
Hechos 1:1–11 registra la ascensión de Jesús y que los discípulos se quedaron allí mirando hacia el cielo. Esto era adoración, si así quisiéramos pensarlo… Pero los “hombres
de blanco” les dijeron que Jesús regresaría, y por implicación, ¡había mucho trabajo que
hacer!
Luego leemos el discurso de Pedro en Hechos 2:14–41, compartiendo las gloriosas buenas nuevas.
Pablo presenta su discurso en Atenas, hablando sobre el “Dios desconocido” (Hechos
17:15–34). El impacto del evangelio queda demostrado en Hechos 18:1–16 con el anuncio de Pablo de que ahora iría a los gentiles.
El “capítulo del amor” en 1 Corintios 13 nos explica el fundamento de la iglesia Cristiana
y cómo debía funcionar.
Comentario
Cuando leemos los textos bíblicos, ¡no pareciera que la iglesia primitiva se había sentado a conformar un “comité de adoración”! ¡Ellos simplemente adoraban! Esa es quizá la
lección más importante aquí, que la adoración debiera ser real y espontánea, que debe
surgir de una experiencia personal con Dios.
El enfoque en esos días era hacer que muchos escucharan las buenas nuevas. Las
buenas nuevas del Señor resucitado, del autor de nuestra salvación. Esto se oponía a
las demás ideas acerca de “dios” en esa época, ya que tanto la mitología griega como la
mitología romana representaba a los “dioses” como seres “sobrehumanos” con vicios y
perversiones mayores aún…
El asunto subyacente en todo esto era que Dios no es el tipo de persona que Satanás ha
querido mostrar, el conflicto central en la gran controversia. Como consecuencia, Dios
era considerado con tanta claridad, y es este reconocimiento de Dios como é les que nos
lleva a una alabanza y adoración espontánea.
El deleite evidente de la iglesia primitiva en las buenas nuevas los hacía estar dispuestos
a morir por sus creencias, ¡porque Dios significaba para ellos mucho más que cualquier
cosa! La ayuda mutua, los grupos de oración en las casas, y el verdadero amor que
compartía, todo ello era una consecuencia de su dependencia en la bondad de Dios.
Ellos encarnaban el tipo de amor del cual habló Pablo: “El amor es paciente y bondadoso; no es envidioso ni jactancioso, no se envanece; no hace nada impropio; no es egoísta ni se irrita; no es rencoroso; no se alegra de la injusticia, sino que se une a la alegría
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de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta...” (1 Corintios
13:4-7).
La iglesia primitiva tenía una experiencia de comunión maravillosa que ejemplificaba la
pureza en las relaciones interpersonales. Nosotros estamos llamados a ser amables y
compasivos los unos con los otros. ¿Es acaso cuestión de guardar un mandamiento—de
hacerlo porque Dios nos pide que lo hagamos—o más bien es cuestión de compartir la
naturaleza misma del carácter de Dios? Sólo a medida que descubrimos que el camino
de Dios es el único que hay, que lo correcto es lo correcto y que tiene gran sentido, que
amamos para amar de verdad, sólo entonces podremos seguir realmente este mandamiento.
¿Puedes imaginarte cómo sería vivir en una comunidad como esa? Preocuparnos principalmente por los demás, ser altruistas, estar en un grupo comprometido con el verdadero
Dios, eso sería una continua experiencia de adoración.
Comentarios de Elena G. de White
 “Cristo está presente en toda asamblea de la iglesia. Conoce a todos los que están
relacionados con su servicio y a aquellos cuyo corazón puede llenar de aceite santo
que lo impartan a otros. Son muy preciosos para Cristo los que realizan fielmente su
obra en nuestro mundo y, representando en palabra y obra el carácter de Dios, cumplen el propósito del Señor para con ellos. Cristo se deleita en ellos como un hombre
se deleita en un jardín bien cuidado y en la fragancia de las flores que ha plantado”
[La maravillosa gracia, p. 95].
 “’Sólo a Jesús’. En estas palabras se halla el secreto de la vida y el poder que señaló
la historia de la iglesia primitiva. Cuando los discípulos oyeron por primera vez las palabras de Cristo, sintieron su necesidad de él. Le buscaron, le hallaron, y le siguieron.
Estuvieron con él en el templo, a la mesa, en la ladera de la montaña, en el campo.
Eran como alumnos con un maestro, y recibían diariamente de él lecciones de verdad
eterna” [Los hechos de los apóstoles, p. 53].
“Cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre la iglesia primitiva, los hermanos se
amaban unos a otros. Los cristianos primitivos eran pocos en número, y no tenían riquezas ni honores; sin embargo, ejercieron una poderosa influencia. La luz del mundo resplandecía por medio de ellos” [Testimonios para la iglesia, tomo 5, p 222].
Dr. Jonathan Gallagher
Traducción: Shelly Barrios De Ávila ©
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