Cash Luna - Recobra tus sueños

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Cash Luna
sueños
-
Recobra
tus
Soñar es fácil, pero alcanzarlos
requiere esfuerzo. Lucha por lograr
todo lo que has soñado.
Es muy común abandonar y desechar nuestros sueños. Trabajar
por alcanzarlos demanda constancia y dedicación. Compartiré
cuatro consejos que te ayudarán a lograrlo.
Primer consejo: libérate del cautiverio
El Salmo 126:1-2 dice: Cuando Jehová hiciere volver la
cautividad de Sión, Seremos como los que sueñan. Entonces
nuestra boca se llenará de risa, Y nuestra lengua de alabanza;
Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho
Jehová con éstos.
El Señor nos ha liberado del cautiverio del pecado para que
podamos soñar. Es justo que le alabemos y demos gracias por el
precio que pagó por nuestra libertad. En cautiverio no se
puede soñar. Incluso los animales cambian de comportamiento
cuando son cautivos. Las orcas en cautiverio son incapaces de
mantener su aleta dorsal erguida. Es una manifestación de su
tristeza y humillación.
Eres tan libre en Cristo Jesús como los sueños que tengas. Si
ya eres libre, demuéstralo soñando y luchando por alcanzar tus
anhelos.
Soñar nos mantiene alertas, ilusionados, activa
nuestra fe, nos impulsa a trabajar y esforzarnos. Cuando eres
esclavo de algún vicio, del sexo ilícito, el soborno, estafa o
corrupción, los sueños se convierten en pesadillas. Satanás
quiere esclavizarte para que no
soñar es porque eres libre por la
liberas de un hábito nocivo y
Jesucristo como tu Salvador, la
hacer grandes cosas te renueva y
entusiasta, llena de proyectos y
Justamente eso me sucedió el día
Señor.
sueñes. Sabe que si puedes
sangre de Cristo. Cuando te
declaras a nuestro Señor
fe de ser alguien y poder
te convierte en una persona
deseosa de hablar con Dios.
que le entregué mi vida al
Los sueños están directamente relacionados con la mente y el
corazón de cada persona. Si eres avaro y egoísta, difícilmente
tendrás un sueño generoso. Pero si tienes buenas intenciones
y tus sueños se relacionan con el beneficio de muchos, éstos
se adhieren a tu corazón y tu mente, entonces tienes más
posibilidades de alcanzarlos. Si sueñas con ser doctor y
sanar a las personas, ten por seguro que todo obrará a bien.
Serás más exigente y soñarás con un hospital para niños con
cáncer. Los buenos sueños se amplían y fructifican. Por eso es
importante que cuides tu corazón y expandas tu mente. Cuídate
de ti mismo y de tus debilidades porque así cuidas tus sueños.
Dios hace cosas maravillosas con aquellos que tienen buenos
sueños. Él hará algo grande si tu sueño es grande, pero
primero debes ser libre. Tus logros serán tan grandes como los
sueños que te atrevas a cultivar. Un día fuimos con unos
amigos a la construcción del nuevo templo. Todos imaginábamos
lo que habría en el lugar donde estábamos. Uno decía: “en
esta silla donde me sentaré”, otro decía: “allá tengo mi
parqueo reservado”, yo también les compartía: “justo aquí
están las gigantescas pantallas que permitirán a todos
aprovechar la Palabra”. No hemos soñado con vigas, concreto y
cemento. Hemos soñado con un albergue para miles de personas
que conocerán al Señor. El edificio es sólo un recurso, el
sueño es alcanzar a todos los que imaginamos lavados con la
sangre del Cordero y bautizados en el Espíritu Santo.
Seguramente lo veremos realizado, así como soñamos y
alcanzamos a cada uno de quienes hoy integran Casa de Dios.
Segundo consejo: Prepárate
Mateo 13:19 advierte: Cuando alguno oye la palabra del reino
y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue
sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al
camino.
Los sueños son como una semilla. La parábola del sembrador se
aplica a toda siembra, sin importar cuál sea. Puede ser
Palabra, cariño, conocimiento o actitudes. La segunda cosa
que amenaza un sueño y que le impide fructificar es la falta
de conocimiento. Si deseas ayudar a las personas enfermas,
entonces debes estudiar medicina, además de orar a Dios y
pedir el don de sanidad del Espíritu Santo. Si quieres ser
jugador profesional de la liga de fútbol de Europa, debes
cuidar tu cuerpo, estudiar en la academia deportiva,
entrenarte y aprender.
Se nota cuando las personas se
preparan para alcanzar sus sueños, así como también es
evidente cuando alguien quiere alcanzar algo, pero no sabe lo
que está haciendo ni cómo lograrlo.
Un sueño se ve truncado por ignorancia. Es verdad que tampoco
podemos ser omniscientes y saber todo, así que con humildad,
busca a quienes puedan ayudarte y complementar tus
conocimientos. Atraer a las personas ideales a tu equipo de
trabajo también es una decisión inteligente para lograr todo
cuanto te propongas. No lo olvides, para alcanzar tus sueños
aprende, estudia y prepárate.
No es lo mismo querer que en el país haya justicia, que
prepararse como abogado y llegar a la Corte Suprema y
contribuir con ese sueño. Yo estaba ilusionado con predicar
la Palabra. Estudié y llevé un curso sobre cómo hablar en
público. Pero en ese curso enseñaban cosas que incluso
violaban los principios de valores bíblicos. Entonces me
arrodillé ante el Señor y le pedí ayuda. Le dije: “quiero
aprender, dame tu Palabra”. Así que comencé a escribir mis
prédicas. Al principio decía más gloria a Dios, amén y aleluya
que mensaje. Entonces tuve que esforzarme para eliminar todo
lo innecesario y finalmente desarrollé mi propia enseñanza
sobre cómo hablar en público, basada en los principios del
Señor.
Adquirí conocimiento y entendimiento. Mi esposa es
pastora ordenada por un Instituto Bíblico, yo tengo un
Doctorado en Ministerios Pastorales, me preparé en las
escrituras para poder dirigir con autoridad. Cuando entré al
Modelo de Jesús y estudié los sistemas celulares existentes,
oré y desarrollé el que Dios nos ha dado y que ahora funciona
en muchas iglesias. Yo tenía un sueño que pudo haberse
frustrado por falta de conocimiento, pero gracias a Dios no
fue así.
Tercer consejo: No te dejes llevar por tus emociones
Mateo 13:20-21 nos dice: Y el que fue sembrado en pedregales,
éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con
gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración,
pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la
palabra, luego tropieza.
El sueño puede durar poco si nos dejamos llevar por nuestras
emociones. Incluso éstas son enemigas de la Palabra, porque la
recibes con gozo, pero cuando viene la aflicción te desanimas.
Muchos sueños corren el mismo riesgo de morir por las
emociones. Temo a las personas altamente emocionales porque
son inconstantes y no se sabe cómo reaccionarán. Los
deportistas triunfadores son aquellos que dominan sus
emociones. Hay personas que se inscriben en la universidad
muy entusiasmadas. Si quieren ser abogados, se compran un
maletín, el traje y la corbata, pero desisten a la primera
tarea que les asignan. Cuando viene la aflicción y el esfuerzo
se dan cuenta que no nacieron para esa profesión y buscan
otra. Sin embargo, lo mismo les sucederá si deciden ser
arquitectos o cualquier otra cosa, porque se dejan llevar por
sus emociones y cambian de carrera una y otra vez.
Es irónico pero el gozo no hace nada por un sueño, la
aflicción sí, porque logra asfixiarlo rápidamente. Alcanzan
sus sueños las personas libres de ataduras, que se preparan y
no se dejan dominar por sus emociones.
En ciertas
oportunidades he querido renunciar al ministerio. La presión y
el trabajo son intensos. Las críticas y mentiras que se dicen
de mi son duras. Para que te des una idea, multiplica por 2
las veces que has querido abandonar tu célula, el resultado
son las veces que he querido dedicarme a otra cosa. No somos
de acero, por su puesto que hay momentos de debilidad que nos
impulsan a dejarlo todo, pero los impulsos no deben
dominarnos. Sólo el Señor puede ayudarte. Si quieres ver
realizado tu sueño, la convicción siempre debe ser mayor que
la emoción y el sentimiento. De Jesús se dice que por el gozo
puesto delante de Él, sufrió el oprobio y que verá el fruto de
la aflicción de su alma y quedará satisfecho. Imagina que no
hubiera aguantado la aflicción, no se hubiera cumplido su
sueño de salvarnos. Demos gracias porque aguantó.
Recuerda que más de alguien depende de tus sueños. Quizá nadie
te lo diga y nunca te lo reconozcan, pero la vida y Dios
sabrán recompensarte por aguantar la aflicción que representa
luchar por los anhelos. No pares de soñar, sin importar cuánto
duela o los sacrificios que tengas que hacer, sigue adelante.
Cuarto consejo: Las mejores cosas de la vida no se adquieren
con dinero
Mateo 13:22 nos dice: El que fue sembrado entre espinos, éste
es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el
engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace
infructuosa.
El sueño se ahoga cuando nos dejamos seducir por el engaño y
riqueza. Tus sueños pueden traer riqueza, si el dinero es
producto de tu esfuerzo, no hay nada de malo. El engaño es
pensar que la riqueza te dará algo que no tiene precio.
Puedes comprar un regalo pero no una sonrisa, puedes comprar
medicina pero no vida, puedes alimentar a una familia pero no
comprar un agradecimiento. Puedes hacer una linda casa y aún
así, perder un hogar. También puedes comprar un auto nuevo a
tu hijo pero no lograr su buena conducta. El dinero no compra
la felicidad.
Muchos desean hacer el bien y además prosperar, eso es bueno,
pero no hay que dejarse llevar por el engaño de la riqueza. El
afán de la vida no debe ahogarnos.
El famoso pintor colombiano Fernando Botero, es uno de los
pocos artistas premiados en vida. Sus esculturas fueron
expuestas en los Campos Elíseos, una de las calles más famosas
del mundo, en el corazón de París. Ahora es exitoso, pero
cuenta una historia conmovedora sobre sus inicios. Mientras
esperaba que sus pinturas se vendieran, no tenía qué darle de
comer a su familia. Entonces a una sopa de tomate le ponía
unos ojos plásticos que había quitado a un muñeco. De esa
forma, cuando sus hijos
metían la cuchara en la sopa y
sacaban los ojos, se asustaban.
Este hombre literalmente
aprendió una estrategia para espantar el hambre. Persistió en
su sueño y logró alcanzar el éxito.
Otro hombre contaba: “mi padre me decía: si estudias en la
milicia llegarás a general, si estudias para sacerdote
llegarás a ser el Papa, pero yo continué pintando y soy
Picasso”. El Señor nos ha hecho libres para soñar, así que
lucha por alcanzar tus anhelos. Vale la pena hacerlo. Pídele
fortaleza y constancia para conseguir todo aquello que es
bueno para ti y tu familia.
Por: Pastor Cash Luna
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