Crisis en el sistema nacional de salud

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9 de noviembre de 2015
Crisis en el sistema nacional de salud
Como resultado de las múltiples supervisiones y monitoreos realizados por la
institución del Procurador de los Derechos Humanos, se ha determinado que el
sistema nacional de salud enfrenta la peor crisis documentada hasta el día de hoy.
La misma ha golpeado profundamente a los tres niveles de atención; sin embargo,
se resalta la gravedad en el área hospitalaria:
Derivado de lo anterior se evidencian como hallazgos relevantes los siguientes:
Recurso Humano:
Déficit de personal médico y de enfermería, al extremo que los médicos atienden un
promedio de 15 a 30 pacientes diarios en las áreas de consulta externa, y luego
también a los pacientes en el área de encamamiento. Para los turnos solamente
queda de 1 a 2 médicos para las áreas de emergencias y pisos, lo que satura los
servicios y genera largas horas de espera.
El personal de enfermería cumple las funciones, además, de secretaría y en sus turnos
están a cargo de 20 a 40 pacientes.
También hay déficit de personal en las áreas de laboratorio, rayos X, mantenimiento,
lavandería, cocina, etc.
El Ministerio de Finanzas ha trasladado, de enero a septiembre, al Ministerio de Salud
Pública y Asistencia Social (MSPAS) Q. 4,548.00 millones de quetzales; sin embargo,
la red hospitalaria y el sistema de salud de Guatemala se encuentran desfinanciados.
Financiero:
Los 44 hospitales están operando con el mismo presupuesto de 2014, lo que ha
generado un profundo déficit presupuestario. Esto además ha provocado la mayor
deuda a los proveedores alcanzada hasta hoy, quienes se niegan a seguir
despachando, lo cual tiene como consecuencia que se deje de abastecer los
alimentos para los pacientes ingresados a los hospitales.
Medicamentos y material médico quirúrgico:
Lo anterior ha traído como consecuencia los niveles más bajos de
desabastecimiento de medicamentos y material médico quirúrgico en toda la
historia del tercer nivel de atención, llegando al extremo que los pacientes deben
comprar hasta los medicamentos y materiales más elementales: gasas, jeringas,
angiocath, algodón, agujas, pañales, hilos, ropa estéril para cirugías, sondas, etc.
Incluso deben llevar ropa de cama y de uso personal para el paciente, ya que en
algunos hospitales no se cuenta ni siquiera con sábanas.
Laboratorio:
Desabastecimiento constante de materiales y reactivos, llegando a los extremos de
no contar con guantes, jeringas, tubos para extracción de sangre, etc. Es decir se
han dejado de realizar incluso los exámenes de laboratorio más básicos (como
glucosa) por la falta de reactivos. Sumado a esto los aparatos están deteriorados y
sin el mantenimiento adecuado.
Banco de Sangre:
Hay desabastecimiento debido a que la mayoría de empresas no están entregando
reactivos por la deuda que se arrastra desde 2014. Se ha llegado a documentar
incluso la falta de bolsas para extracción de sangre.
Emergencia:
Faltan los insumos más básicos como: guantes, jeringas, agujas, hilos, angiocath #
24, sellos de heparina, tubos orotraqueales 6, 7.5, 3.5. En cuanto a papelería, faltan
hojas de evolución, órdenes médicas, hojas de nota de enfermería, recetarios, hojas
de control de temperatura, de ingesta y excreta. En equipo faltan monitores,
esfigmomanómetros, pesas, estetoscopios, laringoscopios, etc.
Respecto de los medicamentos, estos son algunos indispensables: Epamín, digoxina,
gluconato de calcio, morfina, polimixina, ácido valpróico, factor VIII,
hidroclorotiazida, lidocaína, metronidazol, sulfato ferroso, salbutamol aerosol,
ciprofloxacina.
Lavanderías
Lavadoras y secadoras sin funcionar. Se continúa sin que se le dé el mantenimiento
al equipo, lo que hace que constantemente el mismo deje de funcionar y hay
desabastecimiento de insumos como cloro, desangrador, etc.
Cocina
Se ha llegado al extremo que solamente se están comprando los insumos del día a
día, debido a que los proveedores no abastecen. No existe apego a las dietas
establecidas por los médicos y nutricionistas. Incluso los pacientes han llegado a
comer protemás por largos períodos.
Atención a pacientes:
En promedio, para ser atendido en emergencia los pacientes esperan de 3 a 4 horas
para ser ingresados a los encamamientos; entre 8 a 14 horas para ser intervenidos
quirúrgicamente, incluso hasta dos meses. Los pacientes están adquiriendo el
material para cirugías, pagando en clínicas particulares muchos de los laboratorios
para diagnósticos, como los de imágenes (tomografías, etc.), además de adquirir la
mayoría de los medicamentos con los que son tratados en el área de
encamamiento.
Mobiliario y Equipo:
Al equipo no se le brinda mantenimiento, solo se revisa cuando falla o deja de
funcionar. La mayor parte del personal lleva su equipo médico personal
(estetoscopio, esfigmomanómetro, etc.).
Se evidenció falta de camillas por servicio, sillas de ruedas, atriles, lámparas de cuello
de ganso, termómetros, otorrinolaringoscopio, ventiladores, monitores, etc.
Hay aparatos de radiología y centrífugas que desde hace un año no han sido
reparados.
Infraestructura:
Falta de pintura, baños en mal estado, lavamanos sin funcionar, paredes con
humedad, goteras. En cuanto a insumos de limpieza, se cuenta con existencia
mínima de cloro, jabón, detergente, desinfectantes, escobas, etc. Algunos
comprados por los mismos empleados.
Debido a que el primer nivel de atención (Centros y Puestos de Salud) está
enfrentando una crisis similar, el área hospitalaria está saturada, esto además deriva
en que un gran número de pacientes que acuden a buscar solución a sus problemas
de salud deban ser referidos a los hospitales (nacionales de referencia) Roosevelt y
San Juan de Dios, los cuales están ubicados en la ciudad capital.
Todo lo anterior evidencia una violación a los derechos humanos a la vida y a la
salud, toda vez que será imposible determinar la cantidad de muertes que esta crisis
está provocando.
Lo más alarmante hasta el día de hoy es que a pesar de los constantes cambios de
autoridades (Ministros de Salud) no se visualiza ninguna mejora.
Esta crisis demuestra un débil sistema de salud que ya no responde a las necesidades
de la población, lo que hace imperativo contar con una propuesta de
reestructuración.
La problemática en el tema de salud sigue sin ser abordada en forma responsable
por el Estado de Guatemala.
Todo lo anterior, en este momento eleva el riesgo de la suspensión de los servicios de
la red hospitalaria, toda vez que el Hospital Roosevelt, único centro asistencial que
ha sostenido dicha red, ha sido afectado por la crisis, se ha saturado con la
recepción de los pacientes referidos del Hospital General San Juan de Dios y de los
hospitales del interior del país.
Con base en lo anterior, el Procurador de los Derechos Humanos insta a:
I.
La Contraloría General de Cuentas y al Ministerio Público, para que lleven
a cabo la investigación del uso de los 4,548 millones de quetzales que el
Ministerio de Finanzas Públicas trasladó al Ministerio de Salud Pública y
Asistencia Social.
II.

Exige al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social:
La implementación de acciones inmediatas dirigidas a enfrentar la crisis
(planes de acción, estrategias, etc.).

Una propuesta inmediata de reestructuración al sistema nacional de
salud.

Traslade los fondos necesarios a las unidades ejecutoras y el detalle de la
administración de todos los fondos trasladados del Ministerio de Finanzas
Públicas al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social.

El uso racional y apegado a las necesidades y a la realidad del país, del
presupuesto del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social.
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