16 NEGOCIOS ANÁLISIS INTERNACIONALES IPE Instituto Peruano de Economía en lugar de fortalecerlo, como se esperaba. La enorme protección otorgaba a la industria un bloqueo artificial a la competencia que resultó en una industria ineficiente e incapaz de exportar, así como en una reducción del PBI manufacturero de 34% entre 1987 y 1990. Para inicios de los 90, la protección a la industria nacional había agravado una crisis que produjo una situación de alto nivel de subdesarrollo e incrementó el subempleo y la informalidad. El necesario programa de estabilización que se aplicó entonces empeoró inicialmente la situación. Por si fuera poco, la apertura comercial descubrió la casi nula competitividad de la industria peruana como efecto de la prolongada protección. Las exportaciones manufactureras se redujeron debido al incremento de costos de los productos peruanos por el atraso cambiario. PERO LA EXPERIENCIA VALIÓ LA PENA La experiencia del modelo ISI nos dejó grandes lecciones que la teoría económica respalda. En primer lugar, el Estado no debe intervenir en la economía, pues solo genera distorsiones en los mercados. Asimismo, como propusiera Adam Smith, para asignar de manera eficiente los escasos recursos se debe tener en cuenta las ventajas comparativas de un país. En otras palabras, uno debe producir aquello en lo que tiene ventajas porque así maximizará la obtención de beneficios. Sin embargo, existen ciertos países que, al contar con la ventaja de tener grandes reservas de recursos naturales, dependen del sector primario. Esto los hace vulnerables a las reducciones del stock de recursos no renovables, a choques de precios internacionales (por desequilibrios en el mercado Despegue de la MANUFACTURA E l sector manufacturero se ha convertido en uno de los ejes de la economía debido a las altas tasas de crecimiento que presenta hoy. Durante el 2005, este sector experimentó una expansión de 6.5%, resultado con el cual se extiende a seis años de crecimiento continuo, con un ritmo que viene fortaleciéndose. Esto confirma que la desindustrialización fue solo un mito. La liberalización comercial de la década pasada nos fortaleció, pues permitió que la industria se reconvierta, concentrándose en los sectores en los que tenemos ventajas comparativas. Lo importante es que la industria manufacturera en el Perú de hoy es más fuerte, porque está menos protegida y es más competitiva. Eso beneficia al consumidor. NO TODO FUE COLOR DE ROSA Si bien el desenvolvimiento de la actividad manufacturera es hoy positivo, en años pasados atravesó por serios problemas, pues carecía de competitividad y terminaba significando una gran carga para el Estado. Esto se debió al modelo aplicado: el mundialmente famoso e igualmente ineficaz modelo de industrialización por sustitución de importaciones (ISI). Este, en la década de los 70, debilitó el sector manufacturero y factores geopolíticos) y a ser sustituidos por proveedores menos costosos. Por ello, la clave para competir en los mercados es añadir valor agregado en la producción. De esa manera se genera la diferencia entre competidores. Es gracias a los procesos industriales que se añade valor agregado a los productos. El sector manufacturero, por naturaleza, es una actividad productiva que no solo genera valor agregado, empleo y condiciones fundamentales para el desarrollo económico, sino que también crea encadenamientos productivos hacia atrás y hacia delante y brinda sostenibilidad a las áreas donde se ubican. Ello debido a que las inversiones no se pueden mover fácilmente a otras actividades, siendo trascendental su contribución a la economía. EL DESPEGUE DE LA MANUFACTURA Una vez estabilizada la economía peruana, las oportunidades de crecimiento se hicieron tangibles. Se produjo una reconversión de la industria de acuerdo con las ventajas comparativas, generando un lento pero seguro despegue en el crecimiento de los distintos sectores, que mejoró la economía, el nivel de empleo y el ingreso. La inversión extranjera logró modernizar la industria manufacturera gracias a la nueva tecnología y procesos productivos. Como resultado, el PBI manufacturero creció 36% entre 1992 y 1997. Sin embargo, el sector primario siguió presentando mayores tasas de crecimiento que la actividad manufacturera, debido al dinamismo que cobraron las exportaciones de productos agrícolas y de minerales, el incremento de precios internacionales de los metales y la mayor producción de hidrocarburos en nuestro país. La situación se prolongó hasta inicios de la presente década. En el 2001, mientras el sector primario creció en 4%, la manufactura apenas lo hizo en 1%. A partir de allí, la tendencia comenzó a cambiar lentamente. A pesar de mantenerse los precios altos de los minerales, en los últimos tres años el comportamiento descrito se ha revertido, pues el sector manufacturero presentó mayores tasas de crecimiento. Esto se explica principalmente por los acuerdos comerciales firmados por el país y los que se encuentran en negociación, que permiten el acceso a nuevos y grandes mercados llenos de oportunidades de crecimiento. Acuerdos que tienen por finalidad facilitar el ingreso de productos con valor agregado a nuevos mercados. Entre Singapur, China y México1 , por ejemplo, hay un número de consumidores potenciales equivalente a 50 veces la población del Perú. Entre el 2002 y el 2005, el PBI manufacturero creció en 18%, mientras que el sector primario lo hizo en 14%. Esto se debe principalmente al comportamiento del sector fabril no primario (en julio de este año creció en 8.3%, mientras que el primario cayó en 5.53%, comparado con el mismo mes del año previo), explicado por el significativo crecimien- Fuente: INEI. Fuente: INEI. guir creciendo gracias a la inversión privada2, la estabilidad macroeconómica y las positivas proyecciones de crecimiento que le brinda la coyuntura actual. La búsqueda de la ampliación de mercados recién está madurando para las empresas peruanas. Las exportaciones de la rama textil pueden continuar creciendo debido a su alta competitividad en los mercados internacionales y a las negociaciones comerciales que nos están abriendo las puertas a nuevos mercados. Sin embargo, la competitividad actual de nuestra industria manufacturera no es suficiente para insertarse al mercado confirma bondades de la apertura to de la producción de bienes de consumo (los productos farmacéuticos botánicos, por ejemplo, crecieron en 127.7% en julio del presente año y la rama de jabones, detergentes, productos de limpieza y tocador en 40.3%, respecto al mismo mes del año anterior). También la exportación de productos textiles registró un crecimiento de 34% entre enero y julio del 2006, gracias a la inversión en nuevos productos y la búsqueda de nuevos nichos de mercado. Pero a pesar de estos resultados, aún hay quienes quieren volver a las antiguas prácticas de llevársela sin mucho esfuerzo y para eso solicitan salvaguardias, sobretasas, franjas de precios y otras barreras paraarancelarias al comercio. ¿Es que luego de las experiencias pasadas no se comprende que la protección no es una solución? No podemos volver a encarecer artificialmente los precios de los productos de aquellas industrias en las que no somos competitivos. Eso únicamente perpetúa la ineficiencia y perjudica al consumidor. El gran crecimiento de las exportaciones de textiles y confecciones, por ejemplo, es una señal de que existe un mercado rentable más allá del interno, y el éxito en este dependerá de qué tan competitiva logre ser nuestra industria. El sector manufacturero peruano tiene potencial para se- mundial. El país debe realizar una serie de reformas para promover el aumento continuo de la competitividad de nuestra industria. De nada sirve producir a bajos costos si los sobrecostos tributarios hacen que el producto final sea relativamente caro. Igualmente es inútil reducir los costos marginales de producción si la escasa infraestructura de transportes incrementa considerablemente los costos logísticos y, con ello, el precio del producto final. Saludamos las medidas destinadas a promover aún más la competitividad de la industria, pero sin regresar a esquemas proteccionistas del pasado que no nos llevaron a ningún lado. La anunciada reducción de aranceles a los bienes de capital e insumos es positiva siempre y cuando se haga sin ningún tipo de discriminación. Ello fomenta la inversión y permite ampliar la capacidad productiva, incrementar la productividad y la tecnología, reducir costos y mejorar la calidad y la competitividad. Los beneficiados serán aquellos por los que siempre debimos preocuparnos: los consumidores. 1 2 Países con los cuales el Perú se encuentra negociando acuerdos comerciales. La inversión privada creció 16% en el segundo trimestre del 2006.