juzgar con perspectiva de género - Suprema Corte de Justicia de la

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PALABRAS PARA LA SRA. MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO
JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO
INSTITUTO DE LA JUDICATURA FEDERAL
ACAPULCO, GUERRERO
9 DE MAYO DE 2014
1
• Buenos días tengan todas y todos ustedes.
• Es para mí un placer disertar en este espacio sobre un
tema que, por mandato constitucional, estamos
obligadas todas las personas que impartimos justicia:
juzgar con perspectiva de género.
• Con ese propósito, en la primera parte de mi
exposición haré referencia a dos tesis aprobadas por
la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, el 26 de febrero del presente año, y que
versan sobre la obligación que tenemos de juzgar con
perspectiva de género con el fin de propiciar la
igualdad entre hombres y mujeres.
2
• En la segunda parte de mi exposición, quisiera
abordar con ustedes los conceptos y la metodología
que propone el Protocolo para Juzgar con Perspectiva
de Género, publicado por la Suprema Corte en agosto
del año 2013.
• Tanto las tesis como el Protocolo, se fundamentan en
el principio de igualdad y en el mandato de no
discriminación, tal como han sido consagrados en
nuestro
texto
constitucional
y
en
los
tratados
internacionales más importantes en materia de
derechos humanos de las mujeres: la Convención
para
la
eliminación
discriminación
contra
de
todas
las
formas
la
mujer
(CEDAW)
y
de
la
Convención para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra la mujer (Belém do Pará).
3
• Las
tesis
afirman
categóricamente
que,
para
garantizar el acceso igualitario a la justicia, los
órganos jurisdiccionales deben impartir justicia con
perspectiva de género.
• Pero ¿qué significa impartir justicia con perspectiva de
género?
• Respondo a dicha pregunta en los términos de las
tesis:
• Juzgar con perspectiva de género, implica detectar y
eliminar las barreras y obstáculos que discriminan a
las personas por su condición de sexo o género.
4
• Exige considerar las situaciones de desventaja por el
hecho de ser hombre o mujer en determinado
contexto, y cuestionar los estereotipos respecto a las
funciones sociales determinadas de cada uno.
• También requiere que jueces y juezas, estén atentos
a toda situación de violencia, discriminación o
vulnerabilidad por razones de género y que se
aseguren de que estas situaciones no determinen un
menor acceso a la justicia.
• Ahora
bien,
¿cómo
podemos
cumplir,
como
juzgadores y juzgadoras, con estas funciones en
términos de argumentación jurídica?
5
• Es en este punto que el Protocolo para Juzgar con
Perspectiva de Género -al igual que sus homólogos
sobre protección de niños, niñas y adolescentes,
personas indígenas, personas migrantes y sujetas de
protección internacional y personas con discapacidadse vuelve un instrumento fundamental en el quehacer
jurisdiccional.
• El Protocolo se ofrece como una guía de apoyo u
orientación
para
que
quienes
imparten
justicia,
conozcan tanto los criterios normativos aplicables en
materia de igualdad de género, como la metodología
de análisis de caso que facilita su implementación en
la solución de una litis.
6
• Este instrumento contiene seis apartados. Abordaré
sólo algunos de ellos.
• En primera instancia vale la pena señalar que el
Protocolo no es una norma o un instrumento de
aplicación
obligatoria,
sino
una
herramienta
metodológica.
• También es importante precisar que aun cuando el
documento per se no es vinculante, los criterios y
disposiciones jurídicas que cita el Protocolo, sí tienen
ese carácter para los órganos jurisdiccionales.
• Tal es el caso de las sentencias emitidas por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, que de
acuerdo a la resolución de la Contradicción de Tesis
7
23-2011, son vinculantes para las y los jueces
mexicanos, siempre que favorezcan en mayor medida
a la persona.
• Otro ejemplo de disposiciones obligatorias a las que
refiere el Protocolo, es el derecho a la igualdad entre
hombres y mujeres, la cual es una norma erga omnes.
• El Protocolo plantea la pregunta de ¿por qué y cómo
se juzga con perspectiva de género?
• Para juzgar con perspectiva de género, es necesario
comprender ciertos conceptos.
8
• Por ejemplo, el derecho a la igualdad en todas sus
dimensiones y el mandato de no discriminación; la
definición sobre los estereotipos de género y su
relación con la noción de las categorías sospechosas;
así como la perspectiva de análisis que busca
identificar y evaluar el impacto de género en el
derecho.
• En cuanto al primer concepto la pregunta obligada
es: ¿qué entendemos por IGUALDAD?, o bien,
¿qué hemos considerado hasta ahora como
elementos integrantes de este concepto?
• La igualdad es una condición de vida que indica la
situación en que se está respecto de otra persona.
9
• Evaluar la condición de igualdad, por lo tanto, exige
comparar dos o más situaciones entre sí.
• También hay que tomar en cuenta que los términos
diferencia y desigualdad, que se vinculan con este
concepto, no son sinónimos: las diferencias son
características que forman parte de la identidad de la
persona, todas y todos somos diferentes por razones
de
sexo,
género,
opiniones,
edad,
creencias,
costumbres, lenguas, características físicas, etcétera;
las desigualdades, por su parte, se refieren tanto a
las condiciones materiales que rodean a la persona
como a las valoraciones que se hacen respecto de
aquellas diferencias y que colocan en desventaja a las
personas entre sí.
10
• Por ejemplo: una diferencia por razones de género es
la asignación de tareas del hogar que tradicionalmente
han asumido las mujeres. Se considera que el trabajo
del hogar y las actividades de cuidado no aportan
valor o ganancias, y que no se necesita ningún tipo de
preparación
para
hacerlo
porque
la
mujer
“naturalmente” lo sabe hacer. Esto ha generado
desigualdad en el tratamiento jurídico que se da a las
trabajadoras del hogar; en consecuencia también se
trata de forma desigual a quienes realizan cada una
de estas funciones.
• ¿Qué hacer entonces para garantizar la igualdad en
este tipo de casos?
11
• Lo
primero
es
reconocer
las
diferencias;
posteriormente habrá que analizar cuál es el valor que
se ha asignado a cada una de ellas y evaluar si esto
generó desigualdad. Tal vez sea necesario proponer
una nueva “valoración” de las diferencias e incluso
compensar las situaciones de desventaja en que cada
justiciable se encuentra.
• Tal como se expone en el Protocolo, las condiciones
materiales y la valoración de las diferencias -en
sentido positivo o negativo-, toman forma en las leyes,
el contexto material y la dinámica social; y es toda
esta estructura la que debe analizar la o el juzgador
para determinar si una persona está en una condición
de igualdad o desigualdad respecto de otras.
12
• Debe comprenderse muy bien que el objetivo no es
“igualar las diferencias”, sino valorar y reconocer las
mismas a partir de una lectura de la situación
particular de la persona y del contexto en el cual está.
• Esto es lo que permite que la autoridad concluya si
existe
una
situación
que
esté
generando
discriminación y que deba ser combatida.
• La DISCRIMINACIÓN es el segundo concepto al
cual se refiere el Protocolo.
• Consiste en un tratamiento que distingue, excluye o
restringe, injustificadamente, el goce o ejercicio de
derechos a una persona.
13
• Hay tres elementos que deben precisarse a partir de
esta noción:
• Primero, la distinción entre trato igual y trato desigual,
pues esto depende de la situación en que se
encuentran las personas identificadas en un conflicto.
• Precisamente, para garantizar la igualdad sería
absurdo tratar del mismo modo a personas que están
en diferente situación, por ejemplo: a una mujer de 30
años que a una de adolescente de 15 años.
• Segundo, tener en cuenta que un trato discriminatorio
se puede dar por vía directa o indirecta;
14
• Pensemos por ejemplo en una norma cuyo contenido
es neutral: como podría ser el caso de aquella que
exige la presentación de acta de nacimiento para
recibir atención médica, ¿qué sucede en este caso
con las mujeres que migran ilegalmente y que no
tienen a la mano ese documento?, la norma tiene un
efecto discriminatorio por vía indirecta.
• Tercero, la objetividad y razonabilidad de un trato
diferenciado. Para determinar estos dos aspectos, es
decir, justificar en qué casos sí es factible dar un trato
diferenciado, debe hacerse un análisis de las
categorías bajo las cuales se están valorando los
hechos y el contexto de las personas, evitando incurrir
en estereotipos.
15
• Habrá objetividad en un trato cuando éste se tome de
acuerdo a criterios libres de estereotipos. Del mismo
modo, el trato será razonable siempre que exista
proporción entre el fin que se pretende lograr y la
medida tomada.
• Ahora bien, la única forma de no incurrir en juzgar
a partir de ESTEREOTIPOS DE GÉNERO, es
comprender a qué nos estamos refiriendo con este
concepto.
• Estereotipar es una forma de ordenar las ideas sobre
el mundo, es por así decirlo, la manera en que nuestro
pensamiento construye su propia explicación respecto
al entorno.
16
• Nuestro
pensamiento
estereotípico
clasifica
la
información en grandes grupos casi de manera
inmediata e imperceptible; advierte las diferencias y
semejanzas y establece un orden y una valoración.
• Sin
embargo,
en
el
ámbito
del
derecho,
los
estereotipos son problemáticos porque, a partir de sus
clasificaciones, se pueden adjudicar consecuencias
jurídicas
discriminatorias,
-ya
sea
la
limitación,
restricción o exclusión en el ejercicio de un derecho, la
imposición de una carga, o la marginación de la
persona-, por no adecuarse al modelo esperado.
• Por ejemplo: supongamos que una mujer con
discapacidad visual no puede asumir la función de
cuidado de un niño o niña, porque asociamos
17
mentalmente
la
idea
de
discapacidad
con
imposibilidad de hacer cosa. Esta valoración a priori,
es una manifestación estereotípica.
• Teniendo esto en cuenta, el primer paso para detectar
la presencia de “estereotipos” es estar conscientes de
que nuestros pensamientos siempre tienden a atribuir
cualidades y funciones sociales a las personas de
forma automática, y que esto, sin duda, impacta
nuestras decisiones.
• ¿Cómo podemos detectarlos?
• Observemos
las
preguntas
de
la
portada
del
Protocolo. Dice: ¿Qué ves?
18
• El cuestionamiento no dice ¿qué es la persona de la
imagen? Sino qué es lo que cada quien ve en esa
imagen, es decir, qué representación tenemos de la
persona.
La
mayoría
de
nosotros
asocia
características físicas con roles o funciones. La
respuesta
ideal
o
libre
de
estereotipos
sería
nuestro
propio
sencillamente: veo una persona.
• Esta
postura
crítica
sobre
razonamiento es lo que nos permitirá sospechar de las
categorías con las que tradicionalmente encasillamos
y asignamos tareas o funciones a las personas.
• En un caso práctico, lo que debemos preguntarnos es,
¿qué veo en los hechos respecto de las personas
involucradas?, ¿estoy atribuyendo características a
19
una y otra parte, con base en el grupo sexual en el
cual les he identificado a priori?
• El Protocolo nos hace más sencillo comprender cómo
es que llegamos a atribuir comportamientos a las
personas como si fueran naturales. Por ejemplo: el
decir que todas las mujeres tienen un instinto materno
que
las
hace
preferir
su
hogar
al
desarrollo
profesional.
• Como
se
encuentran
darán
cuenta,
presentes
en
estas
categorías
nuestro
se
pensamiento
cotidiano, por esa razón las encontramos en todos los
productos que derivan de aquel: el contenido de las
leyes, los argumentos, los comportamientos, los actos
de autoridad y, más aún, las sentencias.
20
• Una
vez
comprendidas
las
definiciones
de
igualdad, discriminación y estereotipos, abordaré
el concepto de PERSPECTIVA DE GÉNERO.
• El problema de la desigualdad entre hombres y
mujeres deriva de la histórica asignación de roles
sociales construida en función de una condición
biológica como es el sexo.
• Tenemos entonces dos conceptos: sexo y género.
• El sexo designa características biológicas de los
cuerpos, mientras que el género es el conjunto de
características, actitudes y roles socio-culturales
asignados a las personas en virtud de su sexo.
21
• Dicho de otra forma, en tanto la biología determina,
hasta cierto punto, los atributos sexuales; lo cultural, como lo es el género-, al ser una cuestión construida
socialmente, es modificable.
• Esta distinción permite revelar cómo la sociedad -y
desde luego el derecho-, adjudica a las personas
ciertas características sociales y de comportamiento a
partir de la dualidad de los cuerpos.
• Nuestro pensamiento estereotípico se estructura en
torno a esos dualismos: racional-irracional, buenomalo, pensamiento-sentimiento, razón-emoción.
22
• Y no sólo eso, a esos dualismos los jerarquizamos
valorativamente. De ese modo, la mitad de las
categorías se consideran masculinas y la otra mitad,
femeninas, privilegiando al primer grupo en detrimento
del otro.
• Por ejemplo, se asume que la biología de las mujeres
determina que sean aptas para el cuidado de
personas enfermas en casa, o de niñas y niños, todas
labores del ámbito privado. Además, también se
imponen que sigan ciertos cánones sexuales y de
vestimenta,
así
como
de
comportamiento,
por
ejemplo, que sean maternales, sensibles, delicadas,
superficiales y dramáticas.
23
• Por el contrario, cuando se trata de hombres, se cree
que su ámbito de desarrollo debe ser el público, y se
les fomenta un mayor grado de autonomía e
independencia, se destaca que pueden y deben hacer
uso de la fuerza física que tienen para “proteger”,
“defenderse” o imponer sus decisiones pues ellos son
los proveedores. Se les da libertad sexual y se hace
poco énfasis en su vestimenta o la forma de su
cuerpo.
• Estas
opiniones
percepción
y
creencias
estereotípica,
y
se
por
basan
tanto
en
la
falsa
y
discriminadora, de que por naturaleza, las mujeres
son "más sensibles y emocionales" y los hombres son
por el contrario “insensibles y racionales”.
24
• Cuando estos puntos de vista se socializan y se
insertan en el pensamiento colectivo, influyen en la
forma en que se regula jurídicamente la conducta
humana y el ejercicio de poder.
• La perspectiva de género pretende acabar con esa
falsa dicotomía que no considera las capacidades y
cualidades individuales de cada ser humano.
• En tanto que hablamos de una perspectiva, también
nos referimos a un punto de vista o a la postura que
se adopta para analizar un problema.
• Por esa razón, el Protocolo señala que la perspectiva
de género implica lo siguiente:
25
• Conocer y aplicar un método de análisis que visibilice
la asignación social diferenciada de roles y tareas en
virtud del sexo.
• Identificar cómo esto se traduce en diferencias que
son evaluadas de manera diferente, dando origen a
desigualdad en oportunidades y ejercicio de derechos.
• Evidenciar
las
relaciones
asimétricas
de
poder
originadas con base en estas diferencias.
• Hacerse cargo de la vinculación que existe entre las
cuestiones de género, la raza, la religión, la edad y las
creencias políticas.
26
• Preguntar por los impactos diferenciados de las leyes
y políticas públicas basadas en estas asignaciones,
diferencias y relaciones de poder.
• Determinar en qué casos un trato diferenciado es
arbitrario y en qué casos necesario.
• Una vez que he precisado la parte conceptual, me
referiré al método para juzgar con perspectiva de
género; es decir, a los ELEMENTOS QUE SON
NECESARIOS PARA APLICAR ESTE ENFOQUE EN
LA RESOLUCIÓN DE UN CASO.
• Reitero que juzgar con perspectiva de género es un
mandato constitucional y convencional dirigido a
27
quienes imparten justicia en todos los ámbitos y
materias, como explican las tesis citadas.
• Este
mandato
proteger
y
consiste
garantizar,
universalidad,
en
promover,
bajo
interdependencia,
los
respetar,
principios
indivisibilidad
de
y
progresividad; el derecho a la igualdad y a la no
discriminación.
• Ahora bien, lo que determina cuándo se debe aplicar
esta perspectiva es la existencia de relaciones
asimétricas de poder o de contextos de desigualdad
estructural que se basan en el sexo o el género, por lo
que no se aplica sólo en los casos relacionados con
las mujeres.
28
• La perspectiva de género permea todo el proceso de
impartición de justicia, desde el análisis de los hechos
hasta la elaboración de la sentencia.
• El Protocolo resume este proceso en cinco pasos y
brinda algunas preguntas que debemos hacernos para
implementar la perspectiva de género:
1. CUESTIONES PREVIAS AL PROCESO: Se refiere
a si es necesario dictar medidas urgentes como las
“órdenes de protección” y si la propia admisibilidad
de un asunto requiere de un análisis de género.
2. DETERMINACIÓN
DE
LOS
HECHOS
E
INTERPRETACIÓN DE LA PRUEBA:
29
• En esta fase se debe hacer un análisis específico del
contexto de las personas involucradas en el conflicto y
del entorno en el que tuvieron lugar los hechos.
• Detenernos en estos dos elementos nos ayuda a
evaluar si alguna de las partes en conflicto pertenece
a
un
grupo
tradicionalmente
discriminado
o
desaventajado.
• Para identificar situaciones de discriminación por
razones de género habrá que cuestionar al menos lo
siguiente:
• ¿Entre las personas involucradas en el conflicto
subyace una relación asimétrica de poder, que se
30
fundamenta en roles o funciones sociales, atribuidas
con motivo del sexo o el género?
• ¿El comportamiento que se espera de las personas
involucradas en el caso obedece a estereotipos de
género?
• ¿La reacción que se espera de las personas
involucradas sería distinta si tuvieran un género
distinto?
3. El tercer paso es DETERMINAR EL DERECHO
APLICABLE. Para ello, nos servimos al menos de tres
elementos: el análisis del contexto; las necesidades e
intereses de las personas involucradas; y la posición
que cada una tiene respecto de la otra, que nos da
31
idea de cómo se ejerce el poder a partir de las
diferencias.
• Con estos puntos de referencia, debemos acudir en
primer lugar, al marco constitucional y convencional.
Estos
ordenamientos
nos
guían
sobre
las
disposiciones secundarias que es preciso aplicar; en
su caso también nos permiten hacer un ejercicio de
control de convencionalidad, para valorar si las
mismas cumplen con los estándares de mayor
protección de la persona o personas involucradas.
• Al referirnos al marco jurídico, también es necesario
tomar en cuenta las resoluciones de tribunales
nacionales e internacionales, especialmente los casos
en los que México ha sido condenado, porque de ahí
32
derivan obligaciones específicas que deben cumplirse
y
que
podrían
estar vinculadas con
el caso;
igualmente hay que acudir a las observaciones y
recomendaciones
elaboradas
por
los
Comités
Monitores de los tratados internacionales.
• Además, será necesario verificar si existen o no
estereotipos
de
género
o
determinaciones
discriminatorias en el contenido normativo que deban
ser
cuestionados
con
base
en
estándares
constitucionales y convencionales.
• Igualmente hay que considerar si la aplicación de las
normas seleccionadas para la solución del caso tienen
un impacto diferenciado en las personas involucradas.
33
• Algunas preguntas que pueden orientar nuestro
análisis son las siguientes:
• ¿Cuál es la norma que garantiza de mejor manera la
igualdad entre las personas involucradas?
• ¿Es necesario implementar medidas o acciones que
compensen posibles desventajas entre las partes?
• ¿Qué estrategia jurídica se requiere para contrarrestar
una norma discriminatoria directa o indirectamente?
• En su caso, ¿Qué medidas se deben aplicar para
combatir un ejercicio asimétrico de poder y la
desigualdad estructural detectada?
34
4.
Pasemos
ahora
al
cuarto
paso
de
la
implementación de la perspectiva de género, se
trata de CONSTRUIR UNA ARGUMENTACIÓN CON
ENFOQUE
DE
DERECHOS
HUMANOS
Y
DE
GÉNERO.
• En
esta
fase
debemos
constitucionales
de
vincular
igualdad,
los
principios
universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad de los
derechos humanos.
• Justificar con razonamientos y explicaciones el uso de
las normas más protectoras para la persona que se
encuentra en una situación asimétrica de poder o de
desigualdad estructural; emitiendo además, medidas
para compensar las desventajas detectadas.
35
• Asignar un sentido a las normas que sea acorde con
los nuevos paradigmas constitucionales, dejando en
desuso criterios hermenéuticos tradicionales como el
de literalidad, jerarquía y especialidad.
• Tener presente que no es viable la figura de la
analogía cuando la situación de las personas no es
realmente igual en un sentido formal, material y
estructural.
• En su caso, evidenciar y demostrar cómo y por qué la
aplicación de una norma al caso en cuestión, deviene
en
un
impacto
diferenciado
injustificado
o
discriminador.
36
• Identificar estereotipos en los hechos, en la valoración
de las pruebas, en los alegatos y pretensiones de las
partes, o en normas que podrían haber resultado
aplicables.
• Eliminar la posibilidad de revictimizar y estereotipar a
la víctima a través de los argumentos y de los puntos
resolutivos de la sentencia.
5. El quinto y último paso del método que propone
el Protocolo, consiste en determinar las FORMAS Y
MECANISMOS PARA REPARAR EL DAÑO, desde
un enfoque de género.
• Para lograrlo es preciso cuestionar si el daño causado
genera un impacto diferenciado a partir del sexo,
37
género u orientación sexual de la persona involucrada
y evaluar qué tipo de medidas de reparación pueden
hacerse cargo de tal impacto.
• De igual forma, si se detectaron relaciones asimétricas
de poder y condiciones de desigualdad estructural,
¿cuáles son las medidas que la sentencia puede
adoptar
para
revertir
dichas
asimetrías
y
desigualdades?
• Verificar que la medida de reparación no se base en
una concepción estereotipada de la persona y que se
ha tomado en cuenta el parecer de la víctima.
38
• Evaluar
el
impacto
del
daño
en
los
roles
y
responsabilidades familiares, laborales y comunitarios
de la víctima y cómo podría subsanarse.
• Finalmente, debemos asegurarnos de emitir medidas
de reparación integrales, es decir, que se encarguen
de todos los daños detectados. Esto implica atender a
las afectaciones del proyecto de vida de la persona
involucrada.
• En el Protocolo también podrán encontrar una
LISTA DE VERIFICACIÓN que resume varias de las
preguntas que debemos hacernos tanto para
detectar estereotipos de género, como situaciones
discriminatorias a lo largo del proceso.
39
• Para finalizar mi participación, quiero compartir con
ustedes algunos datos sobre el impacto que ha tenido
el Protocolo para juzgar con perspectiva de género:
• Desde su publicación en agosto de 2013 y hasta el
martes 6 de mayo de este año, el Protocolo ha sido
descargado en más de 15 mil ocasiones.
• El 27% de las consultas las realizó servidores y
servidoras públicas; 20% personal jurisdiccional; otro
20% estudiantes; un 18% litigantes; y el 15% restante
por personas del ámbito académico, integrantes de la
sociedad civil y público en general.
• También es interesante saber que casi el 50% de las
personas
que
han
descargado
el
Protocolo
40
manifiestan
que
su
propósito
es
ampliar
los
conocimientos sobre la perspectiva de género;
seguido por el 21% que lo utiliza para el trabajo
jurisdiccional; y un 15% más, que lo ha consultado
para la defensa de casos.
• En el interior de la República, las entidades en donde
se ha consultado más asiduamente el Protocolo es en
el Estado de México, con 817 descargas; Jalisco, con
804; y Veracruz, con 733.
• En Guerrero, 212 personas han consultado el
Protocolo, de manera que, esta es una excelente
oportunidad para invitarles a conocerlo y aplicarlo.
41
• En
un
sentido
implementó
un
cualitativo,
la
mecanismo
de
Suprema
Corte
seguimiento
y
evaluación de sentencias en las que presumiblemente
se ha aplicado el Protocolo.
• Hasta el momento se han recibido 17 sentencias del
ámbito
federal
en
las
que
se
implementó
la
perspectiva de género. Un caso paradigmático fue el
de una sentencia de amparo, que ordenó emitir
nuevamente una resolución en contra de una mujer
condenada por homicidio calificado.
• En este asunto, la mujer sentenciada, de 18 años de
edad, fue condenada por asesinar a otra mujer, de 38
años de edad, quien presuntamente la había violado
42
sexualmente de manera sistemática, bajo amenaza de
causarle un daño a ella o a su familia.
• El Tribunal Colegiado de Circuito implementó la
perspectiva de género para indicar que se tiene una
falsa apreciación respecto a que, la violencia contra la
mujer sólo puede ser ejercida por un hombre y que
esto constituye un estereotipo de género.
• Asimismo, determinó que, en el proceso de primera
instancia y su revisión, no se valoró el hecho de que la
presunta responsable sufría violencia sistemática, ni
se
ordenaron
realizar
las
pruebas
periciales
suficientes para acreditar si ella actuó en respuesta a
esa violencia.
43
• El Tribunal Colegiado de Circuito indicó que esta
negligencia constituye una violación a las obligaciones
de México en materia de tratados y una violación al
debido proceso.
• Este es solamente un ejemplo de la aplicación de la
perspectiva de género.
• Concluyo afirmando que juzgar con perspectiva de
género
es
cuestionamos
una
labor
nuestras
compleja,
propias
por
prácticas,
cuanto
pero
también es una tarea necesaria, si queremos hacer
efectivo el derecho a la igualdad entre hombres y
mujeres.
44
• Les invito a revisar el contenido del Protocolo, a
capacitarse en su implementación y a hacer un uso
intensivo del mismo.
• Muchas gracias.
45
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