socorro por un mal trago

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VIZCAYA
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SOCORRO POR UN MAL TRAGO
Las intoxicaciones etílicas son la primera causa de las asistencias m édicas
en el puesto de Cruz Roja
ÍÑIGO SALINAS/
La alegría y la euforia que inundan Bilbao
durante la Aste Nagusia tienen su lado oscuro:
los heridos y las intoxicaciones etílicas. Silvia,
Aída, Iván, Alfredo y Raúl son cinco jóvenes
voluntarios de la Cruz Roja. Trabajan de 21.00
a 9.00 horas en la Plaza Ernesto Erkoreka,
junto al Ayuntamiento. Durante estos días de
fiesta ininterrumpida la actividad sanitaria es
frenética. «De lunes a jueves vienen una
decena de intoxicados al día, sobre todo por
PRIMEROS AUXILIOS. Voluntarios de la
alcohol, aunque hay de todo», afirma Silvia.
Cruz Roja atienden a una joven. / JORDI
ALEMANY
Los fines de semana la cifra se cuadriplica »,
aseguran. «Pero también atendemos a muchos
heridos por peleas, mareos en las barracas y cortes en los pies, aunque,
afortunadamente, cada año hay menos. Cuando estábamos instalados en la Plaza
del Gas, trabajábamos diez veces más que ahora». Las lesiones oculares, aunque
parezca extraño, son muy frecuentes. «Mucha gente se acerca al puesto después
de los fuegos artificiales porque se les ha metido ceniza en los ojos ».
'El hotelito'
El momento de mayor afluencia es a las 5.00 horas. «A esa hora esto parece
Vietnam», bromean. Los heridos e intoxicados no responden a un perfil
homogéneo. «Los hay muy jóvenes, ancianos, españoles, extranjeros, hombres y
mujeres». Muchos van ellos mismos al puesto de socorro permanente de la Cruz
Roja, pero en la mayoría de las ocasiones son los ciudadanos los que avisan a los
sanitarios, «sobre todo los barrenderos».
Los voluntarios de Cruz Roja no pueden evitar una sonrisa cuando se les pregunta
por 'el hotelito'. «No es un hotel, es una sala de control de evolución», matizan. En
ese particular barracón «duermen la mona» todos aquellos que no llegan al coma
etílico pero que «no pueden ni hablar». Está dotado de colchones y mantas para
que los 'clientes' se encuentren como en su propia casa. «A las seis de la mañana
esto está a rebosar. Hay lista de espera».
La curiosa sala de control de evoluci ón es un lugar muy visitado. «Sobre todo, por
chavales j óvenes que se han pasado con el alcohol. Les suelen traer sus amigos y
luego les pasan a recoger a las ocho de la mañana, que es cuando les
despertamos ». La mayoría de los que pernoctan en 'el hotelito' se despiertan y no
saben dónde están. «Las caras de bochorno y vergüenza son un poema».
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