Evolución y distribución de la población. (Santillana 162-165; Anaya 270-271 y 292). Historia y evolución de la población. En relación con los antiguos habitantes de la Península Ibérica se han aventurado hipótesis demográficas sobre épocas precensales que son muy difíciles de demostrar pero que dan una idea de la evolución de la población con numerosos altibajos hasta el siglo XVIII sin crecer demasiado. Desde entonces la población creció mucho y de manera imparable hasta nuestros días. Así, podemos distinguir varias etapas: 1. Prehistoria: a. Se calcula que a finales del Paleolítico existía una población estancada en torno a 30.000 individuos b. Durante el Neolítico y la Edad de los Metales se produjo una explosión demográfica como consecuencia del descubrimiento de la agricultura y de la ganadería a lo que se sumó la llegada de otros pueblos tanto mediterráneos (fenicios, griegos, cartagineses) como indoeuropeos (celtas…) 2. Al final de la época romana se calcula que la población habría crecido hasta alcanzar la cifra de 4.000.000 con una densidad de 8 habitantes por kilómetro cuadrado, lo que supondría una décima parte de nuestra población actual. 3. Durante la ocupación germánica (visigodos…) entraron unas 200.000 personas. Además la población creció hasta 4,5 millones de habitantes pero descendió poco después por las epidemias de peste y los enfrentamientos bélicos, quedando al final del período con la misma cifra que al principio. 4. La Edad Media fue una época convulsa: a. Se produjo la conquista musulmana (no debieron ser más de 60.000) que dominaron casi toda la Península. La mayor parte de sus habitantes se convirtieron al islamismo. La población musulmana experimentó un crecimiento notable. b. En el norte quedó un núcleo reducido de cristianos (se calcula que unos 500.000) que iniciaron el proceso denominado de Reconquista que llevó aparejada la repoblación y el crecimiento demográfico cristiano. c. Podríamos diferenciar varias épocas demográficas: En el período 750-1100 habría unos 4.000.000 de habitantes, siendo el norte el espacio más poblado. Sin embargo, el hambre, las guerras y las migraciones evitaron el crecimiento. Durante los siglos XII y XIII la población aumenta hasta los 5,5 millones. Es la época de la Plena Edad Media, el resurgimiento de las ciudades, la burguesía y el comercio. Entre los siglos XIV y XV la población disminuye por la crisis bajomedieval (peste negra, guerras civiles y de religión, hambre) y la expulsión de los judíos. Se calcula que alrededor de 1492 la población debió de ser de unos 5.000.000 de habitantes, 6.000.000 si se incluye Portugal. 5. Durante la Edad Moderna aumentó la población española aunque continuó con altibajos: a. El siglo XVI es de prosperidad económica, por el descubrimiento de América y el aumento de los intercambios comerciales con Europa. A finales de siglo hay en España unos 7.000.000 de habitantes. Se comienzan a elaborar los primeros vecindarios (relaciones de vecinos con mero carácter de control fiscal) b. En el siglo XVII la población decrece, al ritmo de la crisis económica y del hambre, la guerra, la peste y la baja nupcialidad. c. En el siglo XVIII tenemos una mayor información debido a que se hicieron varios recuentos de población no oficiales que no son del todo fiables: El primero fue el Vecindario de Campoflorido, entre 1712 y 1717 que estimaba la población española en unos 7.500.000 de personas. En la segunda mitad del siglo se comienzan a hacer censos individuales, o de almas, en lugar de vecinos, de escasa fiabilidad y que indican incremento de población: 1. El Censo del Catastro del Marqués de la Ensenada (1752): 9.400.000 2. El censo de Aranda (1768): 9.159.999 3. El censo de Floridablanca (1787): 10.268.110 6. En el siglo XIX existen varios recuentos oficiosos y defectuosos pero desde mediados otros más fiables: a. Un censo ejecutado por orden de Godoy en 1797, y publicado en 1801, indicaba una población de 10.541.221 habitantes. b. Entre 1822 y 1850 se produjeron varios recuentos de población (estimaciones, imputaciones y censos por inscripción diaria) en los que existen datos contradictorios. c. El censo de 1857 es el primer censo moderno de la historia de España que contabilizó 15.464.340. A partir de ahí la población subió como demuestran otros censos de la segunda mitad del XIX. d. Durante el siglo XIX, por tanto, se aprecian estas características: La población crece aunque más lentamente que en los restantes países industriales europeos. Elevadas natalidad y mortalidad. Alta emigración sobre todo a América. 7. Desde 1900, cuyo censo arrojaba la cifra de 18.616.630, se realizan censos cada 10 años. A lo largo del siglo XX tuvo unas tasas relativamente elevadas de crecimiento real: a. Entre 1900 y 1960 es cuando más creció, sobre todo en los años veinte. En este período pasó de 19 a 30 millones de habitantes. b. Durante el desarrollismo de la década de los sesenta y los setenta la población subió hasta alcanzar 35 millones de habitantes. c. Desde entonces se han producido vaivenes (final de emigraciones y retorno; descenso-ascenso de natalidad; inmigración…) 8. Actualmente, según el censo de 2011, España tiene 46.815.916 de habitantes. Por otro lado, el padrón de enero de 2013 estima que somos 47.059.533. Es la primera vez que desciende la población y lo hace en un -0,4% respecto al año anterior, debido fundamentalmente a la marcha de extranjeros. 9. De cara al futuro, si se mantuvieran las actuales tendencias demográficas1, la propia estructura de la población de España nos llevaría a una pérdida progresiva de habitantes en las próximas décadas. Así: a. En el año 2022 España contaría con 45,1 millones de habitantes, un 2,5% menos que en 2012. b. Y en 2052, la población de España se cifraría en 41,6 millones, un 10,0% menos que en la actualidad La distribución de la población. La población de España está muy desigualmente repartida por el el territorio nacional, debido a varios factores: 1. Físicos (altitud, el clima, la orografía…) 2. Demográficos: movimientos migratorios, estructura de la población… 3. Socioeconómicos: riqueza, desarrollo, sector de actividad Existen varias formas de analizar el reparto/distribución de la población española: 1. Análisis por población absoluta (miles/millones de habitantes) que existen en cada zona, municipio, provincia, comunidad autónoma… No permite la comparación, pero sí saber en qué lugares vive más gente. 2. Análisis de la densidad de población (hab./ km2) que es el número de habitantes por unidad de superficie, generalmente el km2. Es un método sencillo que permite la comparación entre la población de diferentes zonas. 3. Diferenciación entre población rural y urbana, tanto en hábitat (dónde viven las personas) como en poblamiento (tipo de municipio en el que se agrupa la población para vivir) Distribución de la población en términos absolutos. En el siguiente gráfico se aprecia qué comunidades autónomas españolas tienen más o menos población o menos, independientemente de la extensión de su territorio. Así hay comunidades pequeñas como Madrid que están más pobladas que otras más grandes como Castilla y León, y viceversa: Distribución de la población según la densidad La densidad de población en España ha ido aumentando paulatinamente pero esconde fuertes desequilibrios espaciales que no son de ahora sino que han existido siempre, especialmente a partir de la Edad Moderna. Veamos brevemente cual ha sido su evolución histórica: 1. En la Antigüedad la población se concentraba fundamentalmente en las costas y en los valles de los ríos interiores. 2. Desde el siglo XVI las densidades más altas se concentraban en el centro-norte peninsular. La media nacional era de 9,5 hab./ km2 en 1530. 3. A partir de la crisis económica del XVII se inició un movimiento poblacional hacia la periferia y ya en el XVIII las zonas periféricas (costas e islas) estaban más pobladas que el interior. Esta tendencia se consolidó a lo largo del siglo XIX, especialmente en la segunda mitad, cuando la densidad media era de 32,9 km2. Las zonas con densidades superiores a esa media eran: a. Madrid, por ser la capital política y financiera. b. La periferia aumentó mucho su población: poseían crecimientos vegetativos altos (Galicia, Andalucía…), eran atractivas por ser las que primero se industrializaron. 4. Durante el siglo XX se produjeron dos etapas contrarias: a. Hasta 1975 se agudizaron los contrastes anteriores, especialmente tras la Guerra Civil, como consecuencia del atractivo de las regiones industrializadas y turísticas que generaron migraciones desde provincias del interior muchas de las cuales quedaron prácticamente despobladas (Teruel, Cuenca, Soria, Ciudad Real, Badajoz… b. Desde 1975, con la crisis industrial, se experimentó un cambio de tendencia: La crisis industrial y el paro frenaron la emigración interior y las zonas industrializadas apenas crecieron (País Vasco, Cantabria…), más bien se estancaron: emigración de población joven a zonas más atractivas, descenso de la natalidad y aumento del envejecimiento. Hubo regiones que mantuvieron densidades altas, bien porque los nacimientos continuaron siendo altos (Castilla-La Mancha, Murcia, Canarias…) o bien porque continuaron su desarrollo imparable (Madrid, Cataluña, centros turísticos de la costa levantina e islas) 5. Actualmente, en enero de 2011, la densidad de población es de 93,27 hab/km² (Castilla-La Mancha: 26,62 hab/km²; Toledo: 46,02 hab/km²). En el mapa de la siguiente página se observa cómo es la densidad de población en cada provincia: a. Zonas que superan claramente la media nacional (>125 hab./km2): muy avanzadas, urbanizadas y desarrolladas, en las que predomina el sector terciario y el secundario. Destacan Madrid, Barcelona, Bizkaia, Gipuzkoa, Alicante, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas, Valencia, Islas Baleares, Málaga… Pontevedra… b. En torno a la media (entre 60 y 125 hab/km2) están Castellón, Almería, Granada, Córdoba, Valladolid, Zaragoza, Navarra y La Rioja…. c. Por debajo de la media se encuentran otras zonas, generalmente de interior, donde el sector primario continúa siendo muy importante y los sectores secundario y terciario se circunscriben a algunas ciudades concretas: Soria, Teruel, Cuenca, Huesca, Zamora, Cáceres, Guadalajara, Palencia, Ávila, Segovia, Burgos, Ciudad Real, Albacete, Toledo… Distribución en función del hábitat y del poblamiento. Según el Avance estadístico del Padrón Continuo a 1 de enero de 2013: 1. En España predomina la población urbana sobre la rural (20,9 %): a. El 20,9% de la población (uno de cada cinco) vive en municipios menores de 10.000 habitantes. b. El (79,1 %) restante reside en ciudades: El 39,7% reside en municipios mayores de 100.000 habitantes El 39,4 % restante lo hace en municipios entre 10.000 y 100.000 habitantes. 2. Sin embargo, España es un territorio eminentemente rural en cuanto a poblamiento porque de los 8.117 municipios que existen en nuestro país: a. El 90,7% (7.363) son pueblos (<10.000 habitantes). De ellos dos tercios tienen una población menor de 1.000 habitantes, destacando Castilla y León, Castilla-La Mancha y Aragón b. El 9,3% (754) son ciudades (>10.000 habitantes), de los que: La mayoría (691, el 8,5% del total) están entre 10.000 y 100.000 habitantes. Sólo un 0,8% de los municipios españoles (63) superan los 100.000 habitantes. Destacan: Madrid (3.128.600), Barcelona (1.605.602), Valencia (805.304), Sevilla (704.414), Zaragoza (649.181), Málaga (560.631)… Conclusión: Esta heterogeneidad en la distribución de la población plantea enormes desafíos a la hora de planificar las políticas de desarrollo, de gasto social, de inversiones, etc. en las áreas rurales aunque no se está logrando corregir la distancia entre comunidades ricas y comunidades pobres.