28 LATERCERA Lunes 24 de febrero de 2014 Santiago RR Marcia Enríquez trabaja hace un mes en el condominio Los Candiles, Chicureo. FOTO: RICHARD ULLOA [TRABAJADORAS] Cada vez es más común ir a un edificio o condominio y ser recibido por una mujer. Estar a cargo de la seguridad no las complica. Por Catalina May Las mujeres llegan a las conserjerías G LORIA Castañeda (53) sube hasta el piso 18 del edificio en calle Marco Polo 1160, Las Condes, y abre una puerta que dice “Sala de máquinas. Sólo personal autorizado”. Adentro se encuentran los sistemas que hacen funcionar los dos ascensores de la torre. Los dos están quietos y ella espera. De pronto, uno comienza a moverse y ella sonríe. “Dos veces al día vengo a ver que todo esté andando bien. Una vez saqué a una señora que se quedó encerrada entre dos pisos. Tuve que mover el ascensor manualmente. No lo encontré tan pesado, lo importante era hacerlo rápido. Cuando pudo salir la señora estaba feliz”, cuenta. Luego, Gloria baja al piso menos dos e ingresa a una sala en la que están las calderas del agua caliente. La temperatura es insoportable entre los grandes contenedores de fierro y las múltiples cañerías y llaves de paso. Ella tranquilamente mira los marcadores y toma nota en un papelito, que luego transcribe en un libro en el que registra todo lo que pasa durante su turno como conserje en ese edificio que tiene 36 departamento. “Aquí, además de recibir a la gente, el correo, las cuentas, parte del trabajo es la vigilancia y la seguridad. Y eso les choca a los hombres: que una sea autosuficiente y sepa poner los límites”, dice. El administrador del edificio, Manuel Toribio, asegura que contratar a mujeres para este trabajo es muy positivo: “Son capaces de hacer todo lo que hacen los hombres y además, tienen una sensibilidad que les hace entender mejor las inquietudes de los residentes, especialmente las de las mujeres: todo lo relacionado con la decoración, con los detalles”. Una nueva tendencia Históricamente, el trabajo en las conserjerías de torres santiaguinas ha estado a cargo únicamente de hombres. Así lo confirman los números del Sindicato de Trabajadores de Edificios de la Región Metropolitana de Chile (Sitermac): de 76 miembros, sólo tres son mujeres. Pero esa realidad está cambiando. Según datos entregados por el Colegio de Gestión y Administración Inmobiliaria de Chile (CGAI), un estudio LA CIFRA 10% de losconserjes de Santiago son mujeres, según datos de la Asociación de Administradores de Chile. 3 son las miembros femeninas del Sindicato de Trabajadores de Edificios de la Región Metropolitana de Chile. de 2011 estableció que en Stgo. trabajan cerca de 90 mil conserjes, de los cuales menos del 10% son mujeres. “Pero la tendencia nos muestra que hoy son más las que se incorporan a este rubro y esto sucede mayormente en Santiago que en regiones”, dice el gerente general Sebastián Ruiz. “El problema es que, al igual que en otros ámbitos, en esta actividad a ellas les pagan menos que a los hombres, que en promedio reciben 280 mil pesos”, dice el presidente de Sitermac, Gabriel Córdova. Jacqueline Sepúlveda (46) es parte de las primeras generaciones de mujeres conserjes: trabaja hace siete años en un edificio en Bilbao con Lyon. Antes había estado a cargo del aseo de edificios, transición común en esta área laboral. “¡Cómo una mujer, si este es un trabajo de hombres!”, le decían cuando llegó. Pero ella se sentía segura: “Una vez veía a un hombre que se paseaba y se paseaba afuera del edificio. Hasta que de repente lo pillé sacando los sillines de unas bicicletas que estaban estacionadas. Tranquilamente salí y le dije: ‘Antes de que llegue a la esquina van a aparecer los carabineros, porque ya toqué el botón de pánico’. Me tiró unos garabatos y salió corriendo”. También en condominios En el condominio Los Candiles, en el sector de Piedra Roja, en Chicureo, desde mediados de enero trabaja Marcia Enríquez (35), empleada de la empresa Federal Seguridad Móvil. “Tuve que hacer una capacitación en la que me enseñaron desde medidas de seguridad, hasta cómo ingresar al computador los datos de las visitas, porque acá hay 196 casas, entonces circula mucha gente”, dice, mientras mira de reojo las tres pantallas en las que se ven las imágenes proyectadas por las cámaras de seguridad, que cubren el perímetro del condominio. Carola Mantilla vive en Los Candiles y aunque le llamó la atención en un primer momento ver a una mujer en ese puesto de trabajo, hoy lo rescata: “Ellas, como en general están a cargo de sus casas, saben resolver los problemas mucho más rápido y son más atentas y eficientes que los hombres. Lo he comentado con mis vecinos y todos están muy satisfechos”.b