Educación Creativa 2012. Vol. 3, 334-340 N º 3, Publicado en línea 06 2012 en SciRes (http://www.SciRP.org/journal/ce) DOI: 10.4236/ce.2012.33053 Pasión por la belleza: un modelo de aprendizaje Conrado Hughes Escuela Internacional de Ginebra, Ginebra, Suiza Correo electrónico: @ conrad.hughes ecolint.ch Recibido el 02 de mayo De 2012, revisado 30 de mayo De 2012, aceptado el 14 de junio, 2012 Este ensayo investiga la idea de que la enseñanza efectiva implica una pasión por la belleza de la asignatura que se enseña. La primera parte ofrece una visión acumulativa de los últimos 72 años del constructivismo con la bibliografía de la investigación educativa y la discusión sobre el contenido, la cognición y las actitudes. Esta visión general se establece contra el problema de la creciente presión sobre los estudiantes y profesores en una época donde las universidades son lugares difíciles de asegurar y los estudiantes no siempre están motivados. La segunda parte del ensayo investiga el tema de la motivación de estudiante. El aprendizaje forzoso será discutido, los problemas de tratar de atender la motivación de los estudiantes a través de la pedagogía y el currículo, y, finalmente, la idea de la musa, el argumento de que el aprendizaje más efectivo debe implicar un cierto grado de pasión por el tema desde el profesor que el estudiante integra y apropia. La conclusión del ensayo considera la pasión por la belleza como el elemento central de un buen aprendizaje y cómo ésta debe ser valorada de manera abierta y que no se vea como opuesta a la pedagogía constructivista. Palabras clave: constructivismo, el entendimiento, la pasión, aprendizaje, motivación Introducción Este ensayo pretende hacer tres cosas. En primer lugar, se esbozará una significativa parte de la idea central de la práctica educativa y la filosofía en los últimos 70 años para mostrar cómo la pedagogía constructivista ha sido influenciada por la neurociencia cognitiva, el pragmatismo y la ética. Este paradigma nos ha dejado con los modelos que se basan principalmente en la importancia del conocimiento del contenido por parte de los estudiantes y su capacidad para aprovechar las habilidades que los ponen a ellos en el centro de la experiencia de aprendizaje. En segundo lugar, el ensayo se identifica un problema significativo en la educación secundaria donde y cuando hay poca motivación de los estudiantes para aprender en primer lugar. Las presiones externas, tales como las políticas de admisión de la universidad tienden a ser rígidas, no permitiendo que para el tipo de teórica la práctica indica que el constructivismo y puede, por el contrario conducir fácilmente a un refuerzo negativo que hace poco para poner al estudiante en el centro del proceso de aprendizaje. Además, el ensayo discutirá algunos de los peligros potenciales de tratar de crear un currículo amigable para los estudiantes en este contexto, y cómo este nos deja con una estructura bastante superficial en el que inevitablemente el contenido del aprendizaje está subordinado a la captura y la inanidad. La segunda mitad del ensayo argumentará el punto tercero, que la motivación es uno de los elementos más importantes del aprendizaje: por eso, los maestros necesitan enseñar con valentía y con la pasión y la agudeza suficientes para despertar a los estudiantes. Ejemplos de simples anécdotas serán utilizados para sugerir que el profesor tiene un papel y la responsabilidad en el proceso, no sólo para facilitar y desarrollar el aprendizaje a través de técnicas, sino como alguien cautivado por la belleza de la materia a la que los estudiantes ven con inspiración y la pasión, con el deseo de emular e incluso de superar. La conclusión del ensayo es que el viejo modelo de la musa necesita ser recordado y utilizado, si el punto de partida de aprendizaje es tener éxito, porque es de esto que todo lo demás se produce. El contenido, la cognición, las actitudes y el vínculo perdido La educación en el siglo 20 y a principios del 21 no es una discusión fácil. Los debates se disponen sobre el tipo de educación que preparará a los estudiantes para el futuro (Robinson, 2008:. p 6), de tal manera que ellos sean equipados para funcionar con eficacia en el mundo profesional, dar ejemplo de las actitudes y posiciones éticas que ayudarán a "hacer un mundo mejor y más pacífico" (IB, 2002), mientras que llevar los conocimientos a la próxima generación será relevante para un entorno rápidamente cambiante permitiendo una transferencia de conocimientos a través de diferentes disciplinas (Dewey, 1938, Vygotsky, 1978; Perkins 2010,). Estos asuntos están en contra de la quema histórica filosófica, y las preguntas culturales del contenido: desde que los actores de las diversas tradiciones culturales entran en un mercado global, sin duda un marco cultural único no es suficiente para hacer justicia a la complejidad y multiplicidad de estas relaciones actuales y futuras sobre quién se debe enseñar la historia, qué lenguaje de instrucción debe ser privilegiado, qué canon debe ser transmitido a los estudiantes y por qué? El problema es particularmente matizado en los debates sobre qué es exactamente lo que el canon del conocimiento debe mirar cómo se sostiene en el seno de las culturas mismas (Bloom, 1994; Nussbaum, 1997). En el centro de todo esto una situación cada vez más dramática para los estudiantes mediante el cual la provisión de educación terciaria, aparentemente más inclusiva, se está volviendo cada vez más cara en Europa, mientras que en los Estados Unidos los lugares en las mejores universidades son más difíciles de conseguir, con estudiantes siendo rechazados a pesar deresultados perfectos del SAT (Finder, 2008). La práctica en muchos los países se considera arcaica e ineficaz (Fleck, 2010) ya que los estudiantes abandonan la escuela y la universidad sin garantía real de empleo. Hay una sensación abrumadora de que el tipo de aprendizaje que está ocurriendo en la mayoría de las escuelas está fuera de sintonía con el mundo moderno y los ministerios, organizaciones, educadores e investigadores están buscando nuevos modelos (Robinson, 2008:. p 4), señalando cada vez nuevas direcciones y la búsqueda interna en medio de la plétora de ideas y marcos posibles que se sugieren. Preguntas que surgen de esta crisis no son nuevas (¿Para qué es la educación? ¿Cómo podemos mejorar la educación?), Pero el contexto es tal vez más difuso, complejo y enredado que nunca. Si nos fijamos en los avances de la educación a lo largo del siglo pasado podemos establecer tres grandes corrientes. Por un lado está la cuestión de la significación del tipo de conocimiento aprendido en la escuela. Desde John Dewey (1938) de David Perkins (2010), la teoría de la educación en los últimos 72 años ha sido testigo de un creciente énfasis en que vale la pena el conocimiento concretamente relevante. Dewey no mezcló su palabras sobre el tema, afirmando que "[n] o hay tal cosa como valor educativo en abstracto "(Dewey, 1938:. p 46). Perkins sugiere que el aprendizaje efectivo debe contener el "recibir su merecido" (Perkins, 2010) mediante el cual el contenido se alinea con el mundo en que vivimos. A través y más allá de estas ideas pragmáticas, una buena educación es vista como un diálogo transaccional y no un monólogo, colocando a los estudiantes en una relación significativa con el contenido que a través de un currículo diseñado cuidadosamente y evaluaciones que les permitirá ellos tomar parte activa y, en última instancia, apropiarse del proceso de aprendizaje (Wiggins y McTighe, 2005). Además, la pedagogía constructivista ve al alumno, no en el contenido, sino como el agente central del aprendizaje; el conocimiento no es algo que existe el exterior y tiene que ser apropiado por los estudiantes: es algo que es creado por el estudiante que integra y asimila la información, haciéndola aplicable a través de interacción y la reflexión (Dewey, 1938: pp 40-42). Por otro lado, en la estela de Jean Piaget (1953), Jerome Bruner (1960), Burrhus Frederic Skinner (1968) y Lev Vy- gotsky (1978, 1997), la psicología y la neurociencia cognitiva han afectado en gran medida la práctica pedagógica. Los investigadores y los teóricos como Edward de Bono (1985), K. Anders Ericsson (1993) y Howard Gardner (1983) han analizado el aumento de los avances en la investigacióndel cerebro que nos diga cómo el aprendizaje efectivo puede llevarse a cabo. Los diferentes niveles de habilidad motora se han investigado afondo y el aprendizaje se ve cada vez más como algo que debe ejercitar diversas partes del cerebro, brindando a los estudiantes la oportunidad de brillar en diversas áreas. Esto ha traído tremendamente una influencia en la enseñanza en los últimos años como parte de un dominio general del discurso científico. La taxonomía de Gardner de las "inteligencias múltiples "(1983) ha afectado la forma en que muchos profesores evalúan las habilidades de sus estudiantes. Las pruebas psicométricas se han movido considerablemente a ejercicios no-verbales para tratar y evaluar el rendimiento y la capacidad sin los asuntos lingüísticos y culturales, influyendo los resultados de manera injusta. Vygotsky insistió en que las funciones mentales superiores no se podrían entender sin desglosarlas en las funciones mentales inferiores.Por lo tanto, él discriminó entre lo "primitivo [...] las características biológicas de la mente" que responden a los estímulos y lo análitico "formas superiores" del " desarrollo de la cultura" (Vygotsky, 1997:. p 83). La idea es que si el proceso de aprendizaje se debe entender y facilitar, entonces necesitamos atomizar las formas superiores en partes más mesurables que provienen de fundamentos primitivos de la base químico-fisiológica. Por lo tanto el estilo moderno de la enseñanza implica la ruptura del aprendizaje en actividades cortas que permitan el estímulo de respuesta y los planes de clase que se centran en conceptos por separado. Podríamos oponernos a este viejo método, que consta de meses de monótonas conferencias centradas casi exclusivamente en el contenido y esperando que las funciones mentales inferiores cuiden de sí mismas. Por último está la cuestión de las actitudes. El perfil del estudiante del Bachillerato Internacional (BI) articula diez cualidades que se consideran importantes para fomentar en los estudiantes si la experiencia educativa va a ser algo más que simplemente psicométrica (IB, 2002); Howard Gardner, en su libro Cinco Mentes del Futuro (2006) explora,-entre otras cosas- la importancia de la responsabilidad ética; los escritos de George Walker han enfatizado los tipos de actitudes estudiantiles que deben manifestarse (Walker, 2006) y la cadena de escuelas, como la del Mundial de las Universidades da valor a el servicio de aprendizaje como una parte esencial de la educación por muy buenas razones (Peterson, 1987). La influencia de Kurt Hahn en este aspecto de la educación ha sido importante y gran parte de la filosofía detrás del Bachillerato Internacional (BI) aboga por una educación integral que se desarrolle un enfoque de atención a los estudiantes (BI, 2006). El objetivo de este ensayo no es ofrecer una amplia bibliografía y repetir lo que ya se ha dicho, sino más bien decir lo que no está allí y por qué lo que no es así no sólo es una omisión importante sino el núcleo de la crisis y la confusión que está llevando a muchos a buscar aún más taxonomías, cambiando de un énfasis a otro, revisando el currículo en espacios cada vez más cortos de tiempo y mirar tan profundamente, la investigación moderna buscando a tientas la llave mágica que abrirá el nexo y nos dejan con una educación que no sólo es eficaz en el papel o en revistas de investigación, sino una que mantiene a los estudiantes en el borde de sus asientos, gritando por más, con ganas de aprender y ejemplifica el tipo de motivación que hará del aprendizaje un éxito. Las restricciones y el refuerzo negativo Desde que todo lo de esta teoría no es solo sobre el proceso de aprendizaje sino más específicamente sobre el alumno, puede merecer la pena considerar lo que significa el aprendizaje yy qué es probable desde la perspectiva del estudiante en vez de taxonomías, la neurociencia o debates académicos que tienen lugar en la estratosfera del diseño curricular, las políticas ministeriales e investigaciones publicadas. Más concretamente, ¿por qué aprendemos de lo que hacemos en el sentido más amplio? Puesto que nosotros hemos aprendido algo en algún momento de nuestras vidas, cualquiera que lea esto puede considerar la preguntaen un sentido empírico anecdótico, simplemente reflexionando sobre lo que él o ella conoce muy bien y luego preguntarse por qué es que él o ella lo sabe. Consideremos, por ejemplo, ¿por qué un niño aprende el lenguaje, por qué una persona aprende un oficio o por qué aprendemos sobre ciertos temas. Hay, al parecer, sólo dos razones y que de ninguna manera son compatibles. La primera es porque tenemos que, la segunda es porque queremos. En las páginas siguientes se desarrollarán ejemplos de un aprendizaje forzado, explicando por qué es tan problemático; entonces el ensayo brevemente mirará asuntos del currículo centrado en el estudiante como un posible remedio a este antes de que pasemos a la segunda razón aprendizaje a través del deseo. Sobre el tema del aprendizaje forzado, muchos estudiantes están abiertos y son francos sobre el hecho de que ellos aprenden en la escuela, simplemente porque sus padres les dicen, porque ellos son amenazados con la idea de no graduarse de la escuela y por lo tanto no están equipados para sobrevivir en el mundo. Este sentido de la necesitada pragmática forzada puede realmente prevalecer sobre la educación en un sentido conservador e institucional, haciendo que los estudiantes abandonen y aprendan un oficio para ser más competentes y competitivos. Los esfuerzos para hacer que los estudiantes interesados en el modelo académico tradicional, los sujetos están muy lejos de ser simples. Como Gardner señala, "se apasionan” es fácil de decir, difícil de hacer, imposible de obligar" (Gardner, 2010). Cuando los profesores encuentran una falta de motivación en el los estudiantes esto presenta un reto que puede llegar a ser extremadamente desmoralizador, un callejón sin salida en donde la batalla parece perdida antes de que se halla librado. Sin duda, parte de la crisis de la educación moderna se encuentra directamente en este tema: hay una sensación de que los estudiantes no están motivados porque lo que se les pide que aprender no es pertinente o no les interesa (Robinson, 2008:. p 12). El problema es que el contenido no puede ser simplemente inventado y debe ser integrado, y esto deja al maestro(a) en la difícil posición de obligarse a hacer que los estudiantes se interesen en prescribir la materia. Un conmovedor si no una perturbadora ilustración de esto puede verse en 2009 Jean-Paul Lilienfeld de la película "La Journée de la jupe", cuando una profesora de teatro, Sonia Bergerac, enseñando a estudiantes desmotivados en una zona céntricas pobre "banlieue" llega a estar tan desesperada que ella finalmente toma como rehenes a la clase con una pistola y les obliga leer Molière. Así que, ¿por qué los estudiantes no están motivados para aprender ciertos temas? Una vez más, el lector puede hacer esta pregunta para sí mismo (a). ¿En qué materias nunca encontraste la motivación para aprender y por qué? Se podría argumentar que una de las principales razones de la falta de la motivación tiene que ver con el diseño curricular donde la secuencia de habilidades y el contenido consiste en la teoría antes de la aplicación. Sentar a los estudiantes y darles años de teoría de la música y, al final de las agotadoras clases colocar un instrumento en sus manos y esperar que ellos toquen parece extraño o mejor arcaico en términos de la pedagogía moderna. Muchas formas de arte antiguas comienzan con un enfoque riguroso y disciplinado para la teoría y pequeños ejercicios no- gratificantes que se aprenden sin placer, pero con determinación. Este es el mundo del conservatorio y de la danza clásica en la que se da poca atención a la reflexión, relevancia, estímulo-respuesta, las inteligencias múltiples y tratando de encontrar las fortalezas del estudiante, y estamos firmemente en el viejo mundo de la enseñanza, donde la falta de interés en el contenido académico es dado y por ende la instrucción es hecha a través de castigo corporal, la humillación, el dolor y la creación de maratones de resistencia. Este es un universo en el que la materia está en el centro y el estudiante en la periferia. Es evidente que este tipo de instrucción no puede considerado seriamente en la escuela moderna, sobre todo si los bajos niveles de motivación están ahí para empezar. Esto haría del aprendizaje algo no solo ineficaz sino profundamente desagradable, posiblemente dando un giro a los estudiantes fuera del conocimiento y la adquisición de habilidades, incluso con más fuerza. Al mismo tiempo, parece ingenuo pretender que los estudiantes se conviertan en entusiasmados con el contenido por su propia voluntad. Muy a menudo, una de las razones principales de que no aprendemos bien el contenido es que no se enseña bien o no se enseña del todo. Muchos de nosotros miramos hacia atrás y pensamos "yo podría haberme interesado en aquella materia si yo hubiera tenido un profesor diferente ". Otra razón, quizá más superficial tiene que ver con la naturaleza intrínseca de la materia, por lo tanto, nos encontramos con clichés con frases como "Yo nunca fui buena en matemáticas "o" Yo no soy realmente tipo literario de persona". Estos supuestos deterministas pueden o no ser verdad, un problema reside en el hecho de que a menudo no se estudiaron a profundidad, de ahí la cuasi-tautología de desagrado sobre una materia que conocemos muy poco. El problema de la educación escolar es que los planes de estudio se presentan a un grupo de estudiantes que se espera que aprendan sin necesariamente quererlo hacer. En el viejo paradigma el camino alrededor de este problema fue simplemente el obligar a los estudiantes a aprender el contenido prescrito debido a que sus necesidades y deseos no eran factores que debían considerarse (Dewey, 1938:. p 44). Si los métodos educativos progresistas están mirando fuera del esfuerzo negativo y los métodos punitivos, entonces una habilidad enorme es requerida para hacer de alguna manera que los estudiantes quieran aprender lo que no han elegido y no saben todavía. Gardner sugiere que el maestro requiere de la inteligencia interpersonal con el fin de conocer bien a los estudiantes (Gardner, 2006:. p 50) pero, ¿cómo es posible esto cuando las condiciones no son óptimas? El profesor también se enfrenta con la difícil tarea de hacer que los estudiantes "se enganchen" en la historia nacional o internacional, ciencias puras y sociales, matemáticas, lenguas y las artes, y en algunos casos hay más de treinta estudiantes en una clase, de modo realista, la habilidad no siempre pueden residir en un contacto estrecho, pero debe también estar en la capacidad de cautivar a un público amplio y por lo tanto, atraer el interés de la materia misma. A menudo lo que ocurre es que cuando los estudiantes no responden de la manera que a los maestros la manera les gusta, con entusiasmo y apetito de aprender, el tipo de relación estrecha engendrada entre el profesor y el alumno implica que la táctica de refuerzo negativo debe evitarse: los estudiantes se les advierte que si no estudian, ellos fracasarán, no serán capaces de asegurar un lugar en el mercado profesional, dejando la escuela sin diplomas y capacidades. Más primitivo aún, los estudiantes se les priva de tiempo libre y son puestos a trabajar en la detención, y en casos menos afortunados ellos son reprendidos, suspendidos y por último expulsados. Las presiones no sólo provienen de las malas condiciones o de las actitudes poco ceremoniosas de profesores; los lugares en las universidades a menudo poco ofrecen a los estudiantes de acuerdo a sus fortalezas y disposiciones, sino con mayor frecuencia de acuerdo a normas inflexibles, estándares, pruebas, aranceles y entrevistas de admisión. Aquí es en donde la angustia considerable, el miedo, la tensión y la infelicidad entran en el cuadro: los estudiantes tienen que funcionar bien en SATs, ellos tienen que salir de su educación escolar con un cierto grado de promedio o resultado de puntajes, al menos si ellos desean integrarse a instituciones de alto rango. A pesar de los esfuerzos por el contrario, la estructura de muchas admisiones en la universidad corresponden, principalmente, al viejo mundo, apenas un paradigma constructivista, donde el aprendizaje es realzado a través de la búsqueda del instructor sobre los intereses del estudiante y promover su creación, obviamente los intereses del estudiante no siempre caerán perfectamente en las asignaturas que se imparten en la escuela. También podríamos discutir, al igual que Jane Johnston, los sistemas educativos de predilección que tienen por "secuencial" y "preciso" el pensamiento (2009:. p 122) pero esto todavía puede ser considerado como un subconjunto de los dictados por logros que provienen de universidades, así como el tipo de materias que se enseñan en la escuela que será reconocidas (o no) por la mayoría de las universidades europeas. Estos temas son delicados y un que se apropie de ellos o los apruebe podría ser calificado de tradicionalista (un tipo de palabra sucia en la escuela la educación actual), con ganas de traer de vuelta las lecciones del pasado con poca pedagogía, pero poco más arriba de la instrucción vertical con el maestro como la fuente de conocimiento que da clases a los estudiantes que se sientan en las filas, posiblemente ordenadas, tratando de forzar el logro que está asociado con la inmutable de post-realidad de la escuela secundaria. Puede ser que sea fácil de citar a Jean-Jacques Rousseau, quien dijo que el contexto debe adaptarse al niño y no el niño al contexto (Johnston, 2009:. p 123), pero esto no es ciertamente la corriente principal de la educación terciaria en la mayoría de las partes del mundo, ni el mercado de trabajo que ofrece oportunidades a la gente para ser ellos mismos y esperar la infraestructura para darles cabida a ellos. Tal situación no se debe celebrar, pero tenemos que discutir que dentro de los parámetros realistas, si vamos a llegar a una discusión que es útil para los millones de estudiantes en el mundo tratando de ganar un lugar en el mercado global, también sea para que se superen por sí mismos y sean en excelentes en algo que es reconocido y validado. Así que si obligar a los estudiantes a aprender se convierte en una menor satisfacción historia de facto principio de que queremos, pero no podemos necesariamente evitar, entonces los profesores en algún momento tendrá que hacer el contenido interesante para los estudiantes y no será capaz de confiar en métodos pedagógicos por sí solos para esto, porque los estudiantes necesitan convertirse en interesados de la materia para que puedan sobresalir en dominios de pre-requisitos tanto en la escuela y en la posteridad. Los peligros potenciales del percibido Curriculum Centrado en el Estudiante demasiado rápido la educación en lugar de construirla sobre lo que ha pasado antes nos dejará sin timón. Si (y se trata de un gran "si", especialmente en los planes de estudios nacionales que son a menudo dictados por presiones políticas y económicas) a las escuelas se les da la flexibilidad y son capaces de crear sus propias listas de libros, temas y cursos, como es el caso en el Programa de Años Intermedios del BI (PAI), entonces hay otro riesgo, de que al tratar de armar una oferta que está dentro del alcance de los estudiantes, reflejando su entorno, pero por último debido a esto, ya no educando en el sentido etimológico de "criarlos" de un estado hacia el otro, más alto un. La verdadera pregunta es si es mediante la creación de nuevos métodos y rompiendo los procesos de pensamiento que los maestros obtendrán alguna cercanía al núcleo misterioso de la motivación que es tan vital para cualquier tipo de aprendizaje para prosperar y sobrevivir. Donde hay la motivación, incluso los peores tipos de pedagogía puede sobrevivir. Albert Einstein dijo que "esto es, de hecho, nada menos que un milagro que los métodos modernos de instrucción no tienen del todo la sagrada curiosidad de la investigación "(1949) y a lo que él se refería con "moderno" hoy en día sería visto sin duda como arcaico. Uno de los problemas del supuestamente moderno y amigable currículo del estudiante, privilegia las habilidades ostensiblemente modernas sobre el contenido, tira la literatura latina y griega por la ventana y en su lugar enseña trabajos modernos escritos en lenguaje coloquial con referencias a Youtube y es lo que nosotros asumimos que los estudiantes quiere aprender o encontrarán interesante y relevante que lo que ya está alrededor de ellos. ¿Es esto siempre así? ¿Podemos estar seguros de que un estudiante estará más motivado a aprender sobre el calentamiento global y cómo crear sitios web en vez de la tasa a la que el metal se expande cuando se ha calentado o cómo Aureliano derrotó a Zenobia? Dewey no considera todos los tipos de experiencia como valiosas en un sentido pedagógico, e incluso va tan lejos como la marca de algunos como "mala educación" (Dewey, 1938:. P 13), va a advertir de esos placeres que dibujan en nosotros sino crear una "actitud floja y descuidada" (14). Existe el peligro de que los estudiantes permitan habitar tanto en el centro del proceso de aprendizaje donde todo es placentero, un reflejo de la era digital y temas de actualidad en los que los estudiantes se les pide que intenten aprender lo que ya saben. Miqueas, un estudiante entrevistado en Fuego en la mente de Kathleen Kushman nos dice que "si vas a encontrar la respuesta sin realmente darse cuenta de por qué es importante, está vacía. Usted no está realmente aprendiendo. Usted se caerá después porque ahora este no tiene importancia en su vida."(Kushner, 2010:. p 11). Este ensayo de reserva sólo se encuentra en el nivel básico de cómo los adolescentes (o cualquier otro) puede saber exactamente qué parte del conocimiento es importante en sus vidas con tal convicción. ¿Puede todo el aprendizaje ser fijado en lo que se considera importante por el alumno? Además, no saber lo que está en el futuro, puede asegurarnos que lo que creemos que es importante o no importante estará aún más adelante? Es difícil saber en qué idioma, habilidad o pieza de información será útil en algún rincón imprevisto. Son las preguntas de contenido y la relevancia en el centro de este o hay algo más que conforma el núcleo del aprendizaje poderoso? Tratar de preparar a alguien para una entidad desconocida no es sólo un poco engañoso, sino que podría crear la práctica tan ineficaz como la que mira hacia atrás en la adquisición de conocimientos sin ideas de interés inmediato. Después de todo, cuanto más se aprenda mayor será el repositorio de información a su disposición para alguna aplicación potencial, por lo que seguramente sería mejor aprender tanto como sea posible (incluso incluyendo lo que evitaría Deweyists como abstracto y sin sentido) en lugar de tratar de cortar las ideas que no se consideran relevantes ya (¿a quién?). Ken Robinson dice que necesitamos una educación que "conecte a las personas con sus verdaderos talentos "(Robinson, 2008:. p 8), pero sin duda el talento viene con y a través de la educación y no antes: ¿cómo puede una oferta educativa cumplir con los talentos antes de que sepamos que talentos son? Y si vamos a establecer estos talentos de antemano aunque pruebas, entonces volvemos al problema de que estas pruebas favorecen un tipo de inteligencia sobre el otro. En el centro de todo esto podría haber confusión, pero más críticamente un vacío distinto, rodeado por remolinos de jerga y teoría reciente no probada. A pesar de los intentos de hacer de esto solo diversión y colores, la situación podría dejar tanto al maestro y al estudiante con una sensación de sospecha de que la erudición y la belleza del aprendizaje se ha perdido en algún punto del camino, que el intento de reformar El deseo de aprender Hasta ahora, este ensayo ha analizado el aprendizaje en términos de refuerzos negativos y algunos de los problemas que se podrían conseguir en el camino de los métodos progresivos, pero tenemos que volver a la pregunta de por qué se aprende. Si la razón primera de la lista es que nosotros aprendemos porque tenemos que, entonces la segunda razón, más cercano al el corazón de la pedagogía constructivista y más lejos de la progresista, es que aprendemos porque queremos. Presiones contextuales nos sitúan en un entorno que se nos presenta con múltiples opciones y nosotros elegimos ciertos por encima de otros: podemos querer aprender a tocar la flauta, pero no el piano, podemos querer aprender física en lugar biología y podemos querer aprender sobre la historia de Guatemala en vez de la de China. Ya sea que la elección es una existencial genuina o un pseudo-deseo que se ancla en factores coadyuvantes menos claros, esto no se discutirá aquí. Por el contrario, el punto de este ensayo pretende dejar claro que el aprendizaje desde la elección es algo a disposición de cada ser humano, independientemente de las predisposiciones cognitivas o genéticas (que, sin embargo, no quiere decir que el factor de elección será siempre utilizado o tolerado) y por lo tanto, aparece un muy valioso punto de discusión. Es difícil imaginar a una persona en cualquier conjunto de circunstancias que, literalmente, quiere aprender nada, o ha aprendido por su elección. Se trata de una idea universal, muy simple, tal vez una verdad de Perogrullo, pero una innegable. Es en esta segunda razón para el aprendizaje que este ensayo mirara partir de ahora con más detalle, para la pedagogía y la teoría, así como el sentido común y la experiencia personal, nos muestran que el mejor tipo de aprendizaje a largo plazo y el más agradable surge del deseo. La idea del aprendizaje centrado en el niño está situado directamente en esta idea: la voluntad de los estudiantes y la motivación se deben fomentar, desarrollar, recompensar, y fortalecer. Por lo tanto, si nos fijamos en los programas educacionales bastante modernos como el PAI vemos la culminación de los cinco años de aprendizaje que vienen a través de la forma de un proyecto personal en donde el aprendizaje basado en la investigación encuentra su punto de partida en el interés del estudiante y no en cualquier influencia externa que se impone en el estudiante (BI, 2009). El ensayo ampliado del BI pide a los estudiantes entre 16 y 19 a elegir un área de especialización en la que se llevará a cabo la investigación (BI, 2007), los estudiantes eligen las actividades para su estudio cocurricular (BI, 2008) y, por supuesto, en el nivel universitario del postgrado los estudiantes tienen que encontrar un tema de investigación que les interese y lograr esto en forma de una disertación o un largo trabajo de investigación. Se observará que, si bien existe un grado de elección del estudiante en estas ofertas, estas todavía están arraigadas en los temas establecidos que no son decididas por los estudiantes pero en cuanto a los programas de estudio que han sido escogidos por los estudiantes: no se puede pretender que en secundaria y en la educación superior se permita a los estudiantes la elección absoluta, por lo que el problema de hacer que los estudiantes se interesen en algo prescrito permanece firmemente en el centro del dilema. La musa, la mimesis y la pasión por la belleza En los incendios en la mente, Kushman considera la cuestión a través de entrevistas ampliamente documentadas con niños. El libro muestra que los niños eran a menudo buenos en algo que está fuera de la escuela por una variedad de razones, pero en última instancia, el núcleo era que querían saber algo y por lo tanto fueron manejados por este impulso inicial. Esa experiencia personal que está en el centro de aprendizaje es clara y ha formado la base de la teoría educativa progresiva (Dewey, 1938:. p 9). Estos seres humanos aprenden bien cuando están interesados en que lo que se debe aprender no necesita ser investigado ni documentado. A pesar de que esto ha sido hecho afortunadamente por Kushman, parece completamente obvio. Mirandose a sí mismo uno puede ver cómo esto es evidente. Piense en una habilidad que han dominado y tratar de distanciarse de su deseo para aprender la habilidad. ¿Es esto posible? Los estudiantes se sienten atraídos por un tema o habilidad, porque son inspirados por alguna expresión magistral de la que ellos son testigos y desean integrar. Si no es la materia inherente la que está atrayendo o las habilidades implicadas, entonces podemos considerar la pasión que el mentor tiene, que se convierte en la fuerza impulsora. Seguro que si miramos hacia atrás a algunos de los mejores profesores que tuvimos, se recuerda a las personalidades fuertes con una pasión contagiosa que deseamos apropiar tanto para ser de alguna manera como el maestro, la forma en que el aprendiz desea a la altura de, e incluso superar al maestro, no necesariamente en términos de conocimiento y habilidad pero en términos de unidad. Gardner mismo nos dice que era Erik Erikson, quien "probablemente selló [su] ambición de ser un académico "y que Jerome Bruner era" el modelo de carrera perfecta " (Gardner, 2006:. P 8). Para dar un ejemplo, yo toco la guitarra. ¿Por qué me enteré de que instrumento es? creo yo, porque cuando tenía alrededor de cinco años mi madre me llevó a un concierto en los suburbios de Johannesburgo 1970 y yo me quedé con timidez en la parte trasera de un lúgubre bar, mientras el músico apasionado y en trance de Sudáfrica Johnny Clegg tomó intrincadas melodías africanas en su guitarra mientras que el sonido del bajo y la batería retumbaba en mi pequeño marco y envió ondas de choque a mi corazón. "Yo quiero ser capaz de hacer eso" me dije a mí mismo. No mucho tiempo después de que mi padre me comprara una guitarra clásica ya estaba asistiendo a clases. Mi primer profesor era un señor remilgado y apropiado caballero rodeado por diapasones, prístina cuerdas de nylon guitarras dispuestas ordenadamente en filas y jugó con la espalda recta con un pequeño taburete sobre el cual ingeniosamente apoyó la pierna izquierda. Había una pintura de Segovia mirando seriamente hacia abajo a nosotros desde la pared de color beige de su salón de clases. Él se aseguraría de que estuviera sentado en la posición correcta y me hizo aprender a leer negras esparcidas por la clave de sol: hora tras hora, yo escogía a una cadena después de la otra, la emisión de melodías simples de madera hicieron poco para inspirarme. Yo estaba aprendiendo el método clásico y como yo hice esto –o traté de hacerlo- las melodías africanas que había escuchado en la luz tenue del bar desaparecieron para mí y para el conjunto de la empresa porque se convirtió en un asunto rígido, bastante frustrante. Le pregunté a mi maestro, donde iba todo y él me dio la lógica desapasionada de las explicaciones constructivistas, explicando por qué si no sujeto la guitarra de la forma correcta, yo no sería capaz de conseguir el sonido adecuado del instrumento, tendría dificultades para agarrar los trastes correctamente y acabaría dañando mi espalda. Las explicaciones, a pesar de haberme ayudado a entender, no me movieron a esforzarse más, yo no hice bien mi tarea y no estaba preparado para las lecciones. La empresa se convirtió en claramente negativa, un combate para mantenerme interesado y dentro de unos meses le pregunté si podía parar. Mi padre estaba a favor de que continuara así se intentara con otro maestro. A diferencia del anterior, mi nuevo maestro tocaba en una banda, él tenía el pelo largo y vestía pantalones vaqueros, sus dedos eran largos y teñidos con la nicotina y la habitación desde donde él enseñó era un tipo de santuario de las estrellas del rock, con grandes carteles de hombres salvajes que usan aretes tocando solos de guitarra eléctrica en el escenario. La la guitarra no era su oficio, era su vida. En un rincón estaba el famosa fotografía de Jimi Hendrix quemando su guitarra en el festival de Monterey, llamando las llamas como un genio poseído. Mi nuevo maestro tocaba la guitarra por el camino equivocado, con la espalda arqueada y el pulgar colgando del cuello del instrumento con insolencia, pero me encantaba oírle tocar como el lo hizo y como el cerraría los ojos y entraba en un segundo estado misterioso de la pasión y el amor. Yo le pediría al final de cada lección que tocara para mí. Él no parecía interesado en la ruptura del proceso de aprendizaje en unidades más pequeñas, pero quería que entrase en la parte más profunda, para abrazarlo como un todo. Su primera pregunta para mí fue "¿cuál es tu canción favorita?" yo le dije cual, y él me la enseñó, sin molestarse con la postura, con tablatura en lugar de una partitura musical apropiada y dejarme ir sobre ella más o menos como yo quería. Pasé noches quedándome hasta tarde en el aprendizaje de las cuerdas, sintiéndome constantemente devorado por las llamas que me habían lamido cuando yo había visto el concierto. Él había entendido que yo sólo aprendería si yo estaba interesado: era la pasión que él encendió, no el entendimiento. El punto es que, lejos de la teoría constructivista, el método tenía poco que ver con esta. Yo estaba muy motivado por el deseo mimético de convertirme en otra persona, alguien totalmente absorbido por una pasión. Debido a esto, el aprendizaje fue bastante indoloro. Esto no quiere decir que se trataba de la mejor manera en términos de técnica para mi idiosincrasia se convirtió, desde una perspectiva purista, en errores fosilizados. Mucho más tarde estudié la armonía de manera más formal fui capaz de poner ese conocimiento en práctica, mientras yo tocaba con los demás yo recordaba mi postura estaba mal, por qué yo tenía que mantener el pulgar firmemente en el centro de la parte posterior del cuello de la guitarra y así sucesivamente. Finalmente, al tratar de mover mis dedos rápidamente entre los más sofisticados acordes puenteados, estaba bajo y asimilando el hecho de que tendría que cambiar un poco mi método.Las habilidades y hasta el contenido vinieron después del principio de placer aunque, después del deseo de hacerse absortos. Quise ponerme con el rigor porque el gancho emocional había sido tomado muchos años antes y yo había integrado un deseo interminable de hacerlo mejor. En ningún momento “cualquier capacidad para formar un modelo preciso, verídica de [mi] " (Gardner, 2006:. P 50) parece hasta remotamente relevante ya que yo fui absorbido y había perdido mi propio sentido de mí, capacidad o entendimiento y fui hipnotizado por la belleza de la música y la incineración va para ser capaz de tocar con la misma energía onírica de las musas que me persiguieron. Tampoco las preguntas de cualquier tipo de relevancia parecen importantes. El ex maestro miró a la guitarra de una manera cerebral, cognitiva y metodológica y para mí no fue suficiente para seguir adelante: había algo fundamental que faltaba, el alma y el color que vienen con el segundo. En este modesto ejemplo estamos tocando el antiguo marco de la motivación en donde el primer paso es una iniciación mística que ha sido provocada por una presencia sublime de la forma en que Gibbon se inspiró para escribir su monumental de la decadencia y Caída del Imperio Romano se sienta "en medio de las ruinas de la Capitol, mientras que los frailes descalzos cantaban vísperas en el templo de Júpiter "(Gibbon, 1970:. p 7) o cómo la misteriosa chica que vio Joseph Conrad, mientras que se sienta en la Plaza de la Comédie de Montpellier que le llevó a escribir una de sus mejores novelas, Lord Jim. Es la idea central detrás de Oda a una urna griega, de John Keats, la idea de la inspiración que viene de una musa. Platón, fue que sólo se podía acceder profundamente a través de amor y pasión. Belleza y Trascendencia La cuestión no es sólo una de las pasiones, sino también la belleza. Nosotros no debemos olvidar que los estudiantes todavía buscan la erudición, el conocimiento académico que se puede emular en vez de buscar en sí mismos como la base de conocimientos de sus compañeros quienes resolverán los problemas en un grupo mientras el maestro se mueve hacia ellos, facilitando, suprimiendo su presencia y minimizando sus convicciones, el conocimiento y la pasión. Esto es debido a que el dominio es bello y la belleza está más allá de la fría razón. Hay algo arquetípico que nos atrae no a lo que podemos hacer, sino a lo que está fuera de alcance, lo que nos supera, el modo que una obra de arte potente mueve a alguien sin la persona que necesariamente entiende, o el modo que una potente pieza de arte se desplaza a alguien sin que la persona necesariamente la entienda, o la forma en que una mente brillante discutiendo astrofísica esta siempre justo fuera del alcance de alcanzarlo, pero seductoramente cerca. Hasta cierto punto esto va ser la premisa central de Gardner, que "la misión central de la educación debe ser la inteligencia "(Palmer, 2001:. p 11). A diferencia de la inteligencia, que está relacionada con la cognición, la belleza y la pasión están más ligadas al deseo. El deseo de los estudiantes puede ser alentado por el deseo del maestro. En la escuela donde trabajo hemos creado una serie de conferencias sobre la historia del pensamiento: la proyecto fue muy simple para un pequeño grupo de profesores para dar una conferencia de la mejor de sus habilidades a un grupo grande de estudiantes en la principales ideas que han configurado la historia de los presocráticos, Sócrates y Platón a través de Aristóteles, los filósofos romanos, Averroes, Avicena, San Agustín y Tomás de Aquino St, el Renacimiento, la Ilustración, los pensadores de los siglos 19 y 20 hasta el postcolonialismo, feminismo y postmodernismo. Una vez nos dijimos humorísticamente que hacíamos las conferencias para nosotros y no para los estudiantes y aunque aquellos comentarios anticonstructivistas de la lengua en la mejilla fueron hechos fatuamente, mientras el curso se desplegó las conferencias resueltamente se hicieron cada vez más de alta potencia y los conferencistas cavarían más profundo en ideas muy complejas como la Monadología de Leibniz, la teoría de relatividad de Einstein, la teoría de Foucault en el poder, teoría psicoanalítica pos freudiana de Lacan y tesis de Baudrillard a simulacros. El peligro, por supuesto, era que íbamos a dejar a los estudiantes atrás, y algunos observadores comentaron que el curso parecía pretencioso, demasiado difícil y que los estudiantes entenderían. Peor aún, ¿qué tan claros fueron los maestros para que entendieran lo que se estaba haciendo en la conferencia? Sin embargo, como los conferencistas llegaron a ser más pasionales en sus conferencias, los estudiantes parecían aceptar el reto aún más. Al final de la última conferencia un grupo de estudiantes se acercó a nosotros y nos dijo que esta fue la mejor parte de su escolaridad completa y la razón de esta era simplemente por la pasión de los profesores, y también la sensación tentadora de avanzar hacia algo difícil de alcanzar, pero hermoso. Les estábamos dando todo lo que sabíamos y teníamos a los estudiantes, empujándonos a nosotros mismos para aprender y conocer más a medida que avanzábamos, fuertes en nuestra convicción de que estábamos transmitiendo nuestra pasión por la belleza de las ideas, y esto parecía bueno. Nosotros podríamos recurrir a las palabras de Sócrates en Fedro de Platón: "Los hombres llevan los animales hambrientos, agitando una rama o algún vegetal antes de sus narices, y parece como si usted me llevará toda Attica a cualquier otro lugar usted desee, de la misma manera, agitando las hojas de un discurso delante de mí "(Platón, 1973:. p 26). Como hemos mencionado el Fedro, entonces vamos a recordar que la posición de Sócrates en el conocimiento verdadero, a diferencia de Mirando la investigación moderna, como respuesta a los problemas significativos de la educación, ha permitido que la escolarización sea mucho más agradable y centrada en el estudiante de lo que era hace unos 100 años. Sin embargo, debemos recordar que no es un crimen mirar atrás y considerar no sólo lo que ha sido dicho en los últimos 70 y tantos años, sino lo que se ha dicho en los 5000 años pasados ya que aquel depósito significativo de pensamiento y experiencia podrían ser soluciones que olvidamos, si se tambalean por delante con demasiada ansiedad. El libro más reciente de Gardner, la Verdad, la Belleza y Bondad reformulada (2012) trabajando en la tríada famosa de Platón, busca tres cosas en el conocimiento: lo bueno, lo verdadero y lo hermoso. Gran parte del trabajo que se ha hecho en la comunicación de la verdad (Las reglas de la ciencia y axiomas de las matemáticas, integrados y puntos de vista de la historia y la pedagogía que ha sido re-investigados), existe un movimiento cada vez más fuerte hacia lo bueno, tratando de educar a la ética y la moral en las lecciones a fin de no dejar a los estudiantes con el conocimiento, pero sin el sentido de la responsabilidad humana y los valores los derechos, pero ¿qué hay de lo bello? ¿Si la musa es antes que nada hermosa y si la belleza viene cerca de una experiencia espiritual al modelo transcendental que nos presenta, entonces cómo consideramos la estética en la educación secundaria? ¿Cómo estudiamos los fractales, la geometría euclidiana, la pintura impresionista y la Resurrección de de la sinfonía de Mahler? Con demasiada frecuencia, es a través de un tipo de materialistas, las habilidades basadas en la objetividad científica que piden a los estudiantes a evaluar, juzgar, comprender y decorticar. Cuando los estudiantes se colocan antes de una pintura, rápidamente se espera analizar el uso de los medios de comunicación, el contenido histórico, el significado (hay siempre significado?) en lugar de apreciar el enorme poder inefable de la misma. Esta manera infeliz de despojar toda una forma comprensible a menudo puede quitar lo que es sagrado en el conocimiento: su constante búsqueda de la verdad metafísica. Podemos rastrear atrás este enfoque a figuras como Platón, con su casi absurda confianza en la razón sobre la pasión (pasión por Platón vista como algo poco fiable y peligroso), los británicos empiristas como David Hume, quien explicaría que todo en la conciencia humana no es más que un espejo de lo que ya hemos percibido, las "impresiones" que están aumentados por una mente emocionada, los pensadores como Darwin, Freud y Marx, quienes acabaron con la trascendencia y trataron de explicar la condición del ser humano a través de los métodos materialistas, biológicos y empíricos, los filósofos existencialistas que insistían en que los seres humanos no tienen una esencia sublime, sino simplemente existe como uno de los hombres de palo de Giacometti que andan con dificultad a pesar de un torbellino oscuro y sin sentido.Después de la 2 ª Guerra Mundial lejos de sublimación es comprensible, ya que la figura de Adolf Hitler nos dio un ejemplo de el peligro de la pasión desenfrenada inspirada en las ideas descomunales que se encontraban en las expresiones de odio. Sin embargo, no debemos permitir que la pasión cruda muera en la educación porque de esta parte el énfasis en la ética, la responsabilidad, el servicio, y la reflexión que los cursos, tales como los del Bachillerato Internacional nos da, consideren esto cuidadosamente y muevan (o al menos traten de moverse) al estudiante lejos de la pasión destructiva hacia los dominios del conocimiento y la virtud en lugar de odio. Conclusión Si el aprendizaje ha de ser apasionado y permanente, entonces debe haber algo para estimular al estudiante, un poderoso catalizador. Pocas, si alguna, de las teorías esbozadas en la primera parte de este ensayo toman esto en cuenta, a cambio de todo sobre abstracciones, destrezas, contenidos y valores. Lo que propone este ensayo es que la buena enseñanza y el buen aprendizaje van mucho más allá de algo simple: pasión por la belleza del conocimiento. Este ensayo no puede concluir sin la celebrar los esfuerzos de innumerables docentes en todo el mundo. Muchos de ellos trabajan en las condiciones más deplorables y sin ninguna otra herramienta pedagógica que la de su propia pasión y sed de transmisión del conocimiento. Desconcierta sus estudiantes con el amor que tienen por las materias en vez de tratar de protegerlos del rigor que viene con el crecimiento intelectual, maestros dotados hacen una diferencia en sus todos los días y manejan la búsqueda de dar la dimensión espiritual de la educación. La colaboración de aprendiz y maestro representada en este ensayo no insiste en profesores para ser los únicos actores en su aula. Podemos ver a educadores no sólo como facilitadores de aula, pero como encendedores del valor y la ambición en su propio sujeto. Los profesores buenos pueden o no estar familiarizados con la última investigación en la educación, ellos pueden o p no hacer uso de las últimas tecnologías pero todos ellos sienten la necesidad de hacer que estudiantes se superen a sí mismos y en el proceso ellos encuentran su camino hacia el aprendizaje para toda la vida. Como insistimos en condiciones de enseñanza y pedagogía para evolucionar positivamente alrededor del globo, algunos valores principales deben permanecer inalienables, entre los cuales está la necesidad de autorizar a profesores permitiéndoles expresar su sed infecciosa del conocimiento. Bibliografía Bloom, B., Englehart, M. Furst, E., Hill, W., & Krathwohl, D. (1956). Taxonomy of educational objectives: The classification of educatio- nal goals. Handbook I: Cognitive domain. New York and Toronto: Longmans, Green. Bloom, H. (1994). The western canon. New York: River Head Books. Bruner, J. (1960). The process of education. Cambridge, MA: Harvard University Press. 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