La punta del peñasco: La pirámide diagnóstica del hueso temporal

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La punta del peñasco: La pirámide diagnóstica del hueso
temporal
Poster no.:
S-0196
Congreso:
SERAM 2014
Tipo del póster: Presentación Electrónica Educativa
Autores:
J. M. díaz castella, C. Corbella Sala, J. L. Dolz Jordi, L. Goiburu
Gonzalez, J. A. A. De Marcos Izquierdo; Terrassa/ES
Palabras clave:
TC, RM, Neurorradiología cerebro, Cabeza y cuello
DOI:
10.1594/seram2014/S-0196
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Objetivo docente
Comprender la anatomía del ápex Petroso y sus relaciones con las estructuras de la
base del cráneo y en las fosas craneales media y posterior. Mostrar el comportamiento
de las lesiones radiológicas que se originan en el vértice y/o la afectan por contigüidad.
Revisión del tema
La punta del peñasco es la parte más anterior y medial de la pirámide del temporal.
Constituye la única intersección entre el cuello suprahioideo y el endocraneo. Dada su
localización compleja y la relación con el resto de estructuras de la base del cráneo ,
las lesiones que en él se asientan se comportan clínicamente de una forma similar. La
punta del peñasco presenta una forma principal de variación anatómica que es el grado
de neumatitzación. (Fig. 1 on page 9 Fig. 2 on page 10 Fig. 3 on page 11 Fig.
4 on page 12)
Está situada anteromedial al oído interno y lateral a la fisura petro-occipital. El meato
auditivo interno lo divide en una porción anterior mayor (principalmente formada por
médula ósea o de céldas aireadas) y una posterior más pequeña que deriva del hueso
denso de la cápsula ótica . En aproximadamente un tercio de los casos, la punta del
peñasco está aireada. El compartimento anterior contiene la porción horizontal del canal
de la arteria carótida interna petrosa y el agujero "lacerum " (Fig. 5 on page 13 Fig. 6
on page 14). El VI p.c. o motor ocular externo, pasa a lo largo de la superficie medial ,
y el V pc o nervio trigémino pasa inmediatamente superomedial en la punta del peñasco.
Pero, lo que hace anatómicamente compleja la punta del peñasco es su ubicación medial
en la base del cráneo y su íntima relación con otras estructuras clínicamente importantes,
como son, el seno cavernoso, el canal de Dorello y el cavum de Meckel.
El canal de Dorello contiene el VI pc , junto con porciones de la plexo basilar y seno
petroso inferior. Las lesiones de la punta del peñasco son conocidas por invadir o
comprimir el canal de Dorello causando parálisis del sexto par craneal y la consecuente
diplopía.
La superficie inferior exocranial de la punta del peñasco está íntimamente relacionada
con la nasofaringe. La punta del peñasco está en íntima relación con el clivus. Neoplasias
invasoras de la nasofaringe, por tanto, pueden fácilmente acceder a la base del cráneo
afectando la punta del peñasco.
Para su estudio es de gran importancia el papel diagnóstico del TC y la RM, ayudándonos
a realizar un diagnóstico diferencial preoperatorio, que permita un abordaje terapéutico
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adecuado. La TC es la prueba de elección inicial, permitiendo detectar erosiones y el
grado de neumatitzación ósea. Permitiendo la RM caracterizar la lesión.
HALLAZGOS RADIOLÓGICOS
Las lesiones que asientan en punta del peñasco pueden ser clasificadas según su
etiología en: lesiones del desarrollo, displasias óseas, lesiones inflamatorias y procesos
tumorales benignos y malignos.
LESIONES DEL DESARROLLO :
Dentro de lesiones del desarrollo cabe destacar el cefalocele, el mucocele , colesteatoma
congénito y el granuloma de colesterol.
Cefalocele:
Representa un invaginación de la aracnoides hacia el cavum de Meckel . El cefalocele
puede ser un hallazgo incidental y como tal forma parte del grupo de lesiones
denominadas "no-touch lesiones". Pero a veces puede erosionar la cápsula ótica o las
celdas neumatizadas, dando lugar a cefalea, pérdida de audición, o otorrea .
El TC muestra una erosión de márgenes bien definidos, poco específica (Fig. 7 on page
15). El diagnóstico definitivo se hace por RM , sobre todo con la secuencia T2 coronal ,
para demostrar la comunicación de la lesión con el cavum de Meckel (Fig. 8 on page
16, Fig. 9 on page 17).
Mucocele del ápex petroso
El mucocele es causado por la obstrucción postinflamatoria de una célda neumatizada
del apex petroso que contiene epitelio respiratorio y que mantiene su capacidad para
segregar moco. La producción de moco continua y su acumulación dentro de la
celda. Esto junto con la respuesta inflamatoria asociada, puede causar la expansión,
remodelación, y en última instancia la erosión o destrucción de los márgenes óseos
del peñasco del temporal. Erosiona septos óseos y se fusiona con las celdas aéreas
adyacentes.
El TC muestra una opacificación de las celdas aéreas con expansión asociada de los
márgenes corticales. (Fig. 10 on page 18, Fig. 11 on page 19). Los mucoceles
tienen una intensidad de señal baja - intermedia en SE- T1 según su contenido en
proteínas y se muestran hiperintensos en Se- T2. Su visualización no mejora después
de la administración de material de contraste (Fig. 12 on page 20, Fig. 13 on page
21). Los mucoceles sintomáticos suelen ser drenados quirúrgicamente.
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Fluido atrapado en celda aérea
Es una colección de líquido estéril situada en el ápex petroso, procedente de una
otomastoiditis previa. Forma parte del grupo denominado" leave me alone". Al TC se
visualiza como una opacificación unilateral de varias celdas aéreas del ápex petroso que
no presenta ni componente destructivo ni expansivo (Fig. 14 on page 22). En la RM ,
en la secuencia SE-T1 se muestra como una lesión hipointensa y en la secuencia SE-T2
como una imagen hiperintensa (Fig. 15 on page 23). Clinicamente no da síntomas,
por lo que se considera un hallazgo incidental en una prueba realizada por otra causa.
Granuloma del colesterol
Son las lesiones primarias quísticas más comunes que surgen en la punta del peñasco.
Clásicamente, se producen en los pacientes con un ápex neumatizado y una historia de
otitis media. La patogénesis es desconocida, aunque la hipótesis más aceptada indica
que en su origen puede estar en una celda aérea obstruida que desarrolla el fenómeno
de vacío, y los ciclos repetidos de hemorragia y posterior respuesta inflamatoria causan
una expansión gradual de la cavidad y una remodelación ósea con una resorción ósea
asociada. La masa expansiva resultante se puede extender en direcciones múltiples,
más comúnmente posterolateral hacia la mastoides, el canal auditivo interno, o el oído
medio . Las lesiones también pueden afectar al clivus y el ángulo pontocerebeloso.
EL TC muestra una lesión expansiva, bien definida y con frecuencia redonda con
adelgazamiento cortical y trabecular (Fig. 16 on page 24). El aspecto general es
el de un proceso benigno lentamente progresivo, pudiendo acabar por producir una
dehiscencia de la cortical ósea importante. El diagnóstico se puede hacer de forma
fiable con RM. Los granulomas de colesterol son generalmente hiperintensos en las dos
secuencias T1 y T2 (Fig. 17 on page 25, Fig. 18 on page 26). Cuando son lesiones
pequeñas se tratan de forma conservadora, mientras que las lesiones de mayor tamaño,
en los pacientes sintomáticos se tratan con drenaje o resección quirúrgica.
Colesteatoma (también llamado quiste epidermoide)
Esta lesión se considera de origen congénito. Son restos ectópicos de tejido epitelial
embriológico situados en el ápex petroso. Este tejido forma un quiste revestido
por epitelio escamoso estratificado. Cómo se produce descamación interna del
revestimiento, los detritus se acumulan produciéndose una queratinización central.
El colesteatoma crece gradualmente a medida que avanza el epitelio produciendo
a su alrededor una resorción ósea. Los colesteatomas congénitos son lesiones de
crecimiento lento y pueden ser asintomáticos durante años. Los síntomas clínicos son
causados por el efecto masa progresivo que incluye la pérdida de audición, parálisis de
varios pares craneales de acuerdo a su ubicación y cefalea.
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En el TC, hay una lesión expansiva de la punta del peñasco . Las zona central de la
lesión puede mostrar una matriz cartilaginosa o una calcificación (Fig. 19 on page 27).
En la RM, el colesteatoma típicamente es hipointenos en la secuencia T1 y hiperintenso
en la T2, presentando una señal intermedia en la secuencia FLAIR. La restricción de
la difusión es característica de esta lesión. Tras la administración de contraste, puede
haber un sutil realce periférico (Fig. 20 on page 28, Fig. 21 on page 29).
Si hay síntomas, la extirpación quirúrgica es necesaria y esto debe incluir la pared del
quiste. En algunos casos hay que llegar a realizar una mastoidectomía. A pesar del
tratamiento quirúrgico se han reportado altas tasas de recurrencia.
DISPLASIAS ÓSEAS
En relación a las displasias óseas cabe destacar la displasia fibrosa propiamente dicha
y la enfermedad de Paget.
Displasia fibrosa
La displasia fibrosa es un trastorno mesenquimal en el que hay una interrupción en el
proceso normal de conversión de hueso inmaduro hacia hueso maduro. El resultado es
una disposición desordenada de trabéculas óseas mezclada con tejido fibroso y quistes.
Clásicamente, la displasia fibrosa se caracteriza por ser monostótica o poliostótica. La
forma poliostótica asocia con afectación craneofacial en aproximadamente el 50 % de
los casos y puede cruzar las líneas de sutura. Aunque es raro, la punta del peñasco
puede estar afectada y puede causar un estrechamiento de los forámenes neurales o
vasculares, dando lugar a neuropatías craneales o insuficiencia vascular.
El TC es generalmente diagnóstico. Puede mostrar una expansión benigna de los huesos
afectados con relativa preservación de la integridad cortical y una matriz ósea de aspecto
en vidrio esmerilado. A veces , la displasia fibrosa puede manifestarse como una lesión
ósea radiolúcida que imita un proceso más agresivo (Fig. 22 on page 30). En la RM, la
displasia fibrosa puede demostrar características alarmantes pudiéndose confundir con
un proceso maligno. En general, la displasia fibrosa aparece como una lesión expansiva
con una intensidad de señal variable tanto en T1 como en T2 (Fig. 23 on page 31).
Enfermedad de Paget
La enfermedad de Paget es un trastorno de la remodelación ósea más común en
hombres blancos mayores de 50 años. La enfermedad de Paget se caracteriza
por la producción de hueso denso, frágil, en relación con episodios de excesiva
actividad anormal osteoclástica y osteoblástica. La enfermedad puede ser monostótica
o poliostótica. Al cráneo puede afectar la calota craneal, base de cráneo y los
huesos temporales. En el TC, la fase osteolítica se caracteriza por lisis ósea y la
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desmineralización. En la fase mixta, el TC muestra múltiples áreas de lisis y esclerosis,
que producen una apariencia parcheada. En la fase esclerótica tardía , este aspecto
avanza hacia la presencia de hueso denso con una superficie irregular cortical. La RM
muestra una intensidad de señal heterogénea en T1 y T2 y con el contraste presenta un
realce heterogéneo en el hueso afectado.
LESIONES INFLAMATORIAS
Dentro de las enfermedades inflamatorias, destacamos las complicaciones derivadas de
enfermedades infecciosas fundamentalmente del oído, como son la apicitis petrosa o
petrositis y la granulomatosis de Wegener.
Petrositis del ápex petroso
Es la inflamación del ápex petroso secundaria a un proceso infeccioso que le afecta. Es
una complicación relativamente rara que ocurre cuando una otomastoiditis infecciosa se
extiende medialmente hacia la punta del peñasco a través de las celdas aireadas que
progresivamente se opacifica con contenido purulento. Con la progresión de la infección
se produce una desmineralización y una resorción ósea.
Este proceso también puede afectar a los márgenes corticales del canal carotídeo
y puede desencadenar un vasoespasmo o arteritis de la ACI. El exudado infeccioso
también puede acabar produciendo una tromboflebitis o trombosis de seno venoso,
meningitis, encefalitis y llegar a desarrollar abscesos intracraneales.
Los pacientes pueden presentar la triada clásica de Gradenigo: otomastoiditis, dolor
facial intenso secundario a la neuropatía del V par craneal y parálisis del músculo recto
lateral del ojo con diplopía asociada , secundaria a la parálisis del VI par craneal.
El TC muestra opacificación de celdas aéreas apicales en un paciente con una
otomastoiditis. Aumento de tamaño del ápex petroso y una destrucción permeativa de la
cortical y del hueso adyacente en fases avanzadas. La RM es complementaria a la TC
en el diagnóstico de petrositis apical y proporciona una mejor visualización de los tejidos.
En el T1 muestra una señal hipointensa y en el T2 hiperintensa. Tras la administración de
contraste , las celdas opacificada , pueden mostrar realce heterogéneo relacionado con
flemón o colección irregular de líquido coalescente con realce periférico (Fig. 24 on page
32). La administración de antibiótico endovenoso suele ser suficiente para el control
de la patología , aunque en algunos casos hay que hacer drenaje quirúrgico de la lesión.
Granulomatosis de Wegener
Las lesiones de la granulomatosis de Wegener suelen ser inespecíficas , sin embargo,
la combinación de estas con la enfermedad nasosinusal erosiva y sistémica, sugieren
su diagnóstico. En el TC, los granulomas aparecen como masas de partes blandas que
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destruyen el hueso (Fig. 25 on page 33). En la RM, las lesiones son hipointenses en
T1 y hiperintensas en T2, que se realzan con el contraste paramagnético.
El caso que presentamos debutó con afectación de la punta del peñasco y abcesos
pulmonares. Seguidamente desarrolló enfermedad nasosinusal, meníngea y ocular. (Fig.
26 on page 34).
LESIONES VASCULARES
Incluyen los tumores glómico y el aneurisma de la carótida interna
Tumor glómico yugular y carótideo
Los tumores glómicos o paragangliomas , tanto yugulares como carotídeos pueden
acabar afectando a la punta del peñasco.
El TC permite valorar los márgenes de la lesión y su afectación ósea , que se caracteriza
por una erosión de márgenes lisos y bien definidos. En la RM la secuencia T1 muestra
una señal de baja intensidad y la secuencia T2 una de alta. Con el contraste se realza
de forma intensa. La apariencia en "sal y pimienta" se visualizada en ambas secuencias.
La cirugía y la embolización son los tratamientos de elección.
Aneurisma de la carótida interna
Los aneurismas de la porción petrosa de la arteria carótida son extremadamente raros.
Pueden tener un origen congénito , traumático o infeccioso. En el TC producen una
erosión ósea de contornos lisos y bien definidos. En la RM, se produce un realce
heterogéneo de la luz del aneurisma causado por las turbulencias del flujo o por la
presencia de trombos murales. La angio-RM puede ser útil para delimitar el tamaño,
la permeabilidad, y extensión del aneurisma. La embolización endovascular o los
procedimientos quirúrgicos deben ser considerados como alternativas terapéuticas para
los pacientes sintomáticos (Fig. 27 on page 35).
LESIONES TUMORALES BENIGNAS
De entre las lesiones tumorales benignas, cabe destacar el neurinoma y el meningioma.
Meningioma
Los meningiomas son lesiones de base dural, ligeramente hiperdensa respecto al tejido
cerebral en las imágenes de TC. Iso-hipointensas en T1 y iso-hiperintensas en T2 .
Presentan un importante realce homogéneo con el contraste y cola de base dural en la
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RM (Fig. 28 on page 36). Los meningiomas que llegan a afectar el ápex petroso , son
los que se originan en fosa craneal posterior o fosa craneal media.
Pueden causar hiperostosis ósea o bien destrucción de la punta del peñasco, hallazgos
que generalmente son más evidentes en el TC.
Neurinoma o schwannoma
Los schwanomas que afectan el ápex petroso suelen derivar de los V, VII o VIII pares
craneales. En el TC, las características son fundamentalmente erosiones en la punta del
peñasco, siendo las claves para su diagnóstico la localización del tumor y su extensión
siguiendo el trayecto del nervio afectado y un aumento del calibre foraminal (Fig. 29 on
page 37). En la RM (Fig. 30 on page 38, Fig. 31 on page 39) , en general ,
aparecen como masas bien delimitadas , expansivas que son iso-hipointenses en T1 y
hiperintensas en T2 y que se realzan con el contraste paramagnético.
LESIONES TUMORALES MALIGNAS
De entre las lesiones neoplásicas malignas que afectan a la punta del peñasco del
temporal destacamos el Cordoma, el condrosarcoma , el sarcoma de nasofaringe
infiltrando y las metástasis .
Condrosarcoma
Condrosarcoma de la base de cráneo es una lesión que presenta un crecimiento lento.
Se origina generalmente desde la línea media a partir de restos cartilaginosos de la fisura
petrooccipital. Sin embargo, hasta 28 % de los casos, pueden crecer desde el clivus.
Los condrosarcoma son tumores lobulados que invaden localmente afectando el clivus
y involucrando el seno cavernoso. Las manifestaciones clínicas varían desde el dolor de
cabeza y el dolor craneofacial inespecífico hasta determinadas neuropatías craneales ,
especialmente parálisis del sexto par craneal.
El TC muestra una masa expansiva lobulada que se expande y destruye la punta del
peñasco . La zona de transición con el hueso normal adyacente es relativamente fina
pudiendo ser permeable pero típicamente no es esclerosa. La matriz del condrosarcoma
es variable y depende de la cantidad de tejido condroide. Clásicamente , muestra la
imagen en "arcos y espirales". En la RM el condrosarcoma se muestra hipointens o de
intensidad intermedia en la secuencia T1 y hiperintens en la secuencia T2 (Fig. 32 on
page 40, Fig. 33 on page 41)
Cordoma:
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Son tumores raros. Localmente invasivos que surgen de restos embrionarios de
elementos primitivos de la notocorda.
Afectan con mayor frecuencia la sincondrosis esfena-occipital del clivus. Los cordomas
se presentan con dolor inespecífico craneofacial. Se común la diplopía por parálisis del
sexto par craneal.
TC revela una masa expansiva, lítica del clivus que puede invadir la silla turca , el seno
esfenoidal, seno cavernoso y la punta del peñasco (Fig. 34 on page 42).
En la RM los Cordomas pueden tener señal variable en T1 con hiperintensidad causada
por hemorragia o material mucoide. Siendo hiperintensos en secuencia T2. La señal de
T2 puede ser heterogénea también debido a la presencia de hemorragia, calcificación,
fragmentos residuales de hueso, o moco con alto contenido proteico (Fig. 35 on page
43, Fig. 36 on page 44). El realce con el contraste paramagnético es variable.
Carcinoma nasofaríngeo
El carcinoma nasofaringic puede afectar la punta del peñasco por extensión directa a
través de la base de cráneo o por la fosa pterigomaxilar .
El TC nos ayuda para valorar la destrucción ósea de la base del cráneo y la RM para
valorar la extensión de la tumoración a nivel local, como su diseminación perineural y
endocraneal (Fig. 37 on page 45). La secuencia SE-T1 (sin contraste) es muy útil para
valorar la invasión del tuétano por continuidad tumoral y por diseminación perineurales.
(Fig. 38 on page 46)
Metástasis hematógenas
Dentro del hueso temporal, la punta del peñasco es el lugar más comúnmente afectado
por la presencia de metástasis. Las metástasis hematógena más frecuentes son las
procedentes de la mama, riñón y cáncer de pulmón primario, próstata y melanoma. La
enfermedad metastásica en la punta del peñasco menudo pasa desapercibida y se suele
encontrar de forma "incidental" y asintomática si son de pequeño tamaño y no afectan
pares craneales.
Las imágenes de TC en pacientes con metástasis hematógena pueden ser muy
variables: esclerosas, líticas o permeativas, sin o con masa de partes blandas.
Images for this section:
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Fig. 1: 1. Variables anatómicas de la punta del peñasco según TC y RM
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Fig. 2: 2. Puntas de Peñascos simétricos neumatizados. En el TC presentan densidad
aire. En la RM son hipointensos en las secuencias SE- T1 y T2
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Fig. 3: 3. Puntas de peñascos simétricos no neumatitzados. En el TC presentan densidad
ósea . En la RM son hiperintensos en las secuencias SE- T1 y T2 .
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Fig. 4: 4. Peñascos asimétricos (aire-hueso). La punta del peñasco derecha, en el TC
presenta densidad aire y es hipointensa en las secuencias SE- T1 y T2 . La punta
izquierdo , en el TC es de densidad hueso y es hiperintensa en las secuencias SE- T1
y T2 de la RM .
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Fig. 5: 5. Anatomía de la punta del peñasco por TC
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Fig. 6: 6. Esquema de la anatomía de la punta del peñasco .
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Fig. 7: 7. Cefalocele. El TC muestra una erosión de la cortical anterior del ápex petroso
derecho .
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Fig. 8: 8. Cefalocele. Los cortes RM muestran una lesión hipointensa en SE- T1 de
márgenes bien definidos situada en la punta del peñasco derecho. La lesión es isointensa
con el líquido cefalorraquídeo .
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Fig. 9: 9. Cefalocele. En las imágenes RM en secuencia SE-T2 muestra una lesión
de márgenes bien definidos situada en la punta del peñasco derecho, hiperintensa
(isointensa con el líquido cefalorraquídeo).
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Fig. 10: 10. Mucocele. En las imágenes de TC, se observa una lesión expansiva situada
en la punta del peñasco izquierdo, que causa una insuflación y solución de continuidad
de la cortical ósea .
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Fig. 11: 11. Mucocele. En las imágenes de TC incluidas en la diapositiva se observa la
presencia de una lesión expansiva situada en la punta del peñasco izquierdo, que causa
una insuflación y solución de continuidad de la cortical ósea.
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Fig. 12: 12. Mucocele. En las imágenes de RM en secuencias SE- T1 y SE -T2 se
observa una lesión que es hipointensa en SE-T1 e hiperintensa en la secuencia SE- T2 .
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Fig. 13: 13. Mucocele. En las imágenes RM se observa la presencia de una lesión
situada en la punta del peñasco izquierdo que afecta el seno esfenoidal. Se muestra
hiperintensa en secuencias gradiente, y Ci3d, que entra en contacto por delante con la
porción cavernosa de la carótida interna izquierda.
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Fig. 14: 14. Fluido atrapado en celda aérea de la punta del peñasco. En el TC se observa
opacificación de celdas aéreas del ápex izquierdo y también de celdas mastoideas.
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Fig. 15: 15. Fluido atrapado en celda aérea del ápex petroso. En las imágenes de RM,
se observa la presencia de una lesión situada en el ápex petroso izquierdo de márgenes
bien definidos, que es hipointensa en la secuencia SE- T1 y hiperintensa en SE- T2 .
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Fig. 16: 16. Granuloma de colesterol. En los cortes de TC se observa la presencia de
una lesión que infiltra y erosiona la punta del peñasco izquierdo causando una solución
de continuidad de la cortical ósea más anterior .
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Fig. 17: 17. Granuloma de colesterol. En la secuencia SE-T1, se visualiza lesión
expansiva y de características hiperintensas en el ápex petroso izquierdo y que no se
realza con la administración de contraste paramagnético
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Fig. 18: 18. Granuloma de colesterol. En la secuencia SE-T2 se visualiza una lesión
hiperintensa de márgenes bien definidos en el ápex petroso izquierdo , que contacta
ampliamente con la región paraselar adyacente.
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Fig. 19: 19. Colesteatoma. En las imágenes de TC , se observa una lesión que erosiona
el ápex petroso izquierdo y que muestra un realce periférico con el contraste.
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Fig. 20: 20. Colesteatoma. En la imagen en secuencia SE- T1 se observa una lesión
expansiva , hipointensa situada en el ápex petroso izquierdo. En la secuencia SE- T2 la
lesión muestra una señal hiperintensa.
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Fig. 21: 21. Colesteatoma. En la punta del peñasco derecho se observa la presencia
de una lesión que presenta una importante restricción de señal. La lesión presenta una
señal intermedia en la secuencia FLAIR .
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Fig. 22: 22. Displasia fibrosa. Se muestran varios cortes de TC en los que se puede
observar la presencia de áreas de afectación ósea de densidad " ground glass " que se
extienden afectando fundamentalmente al clivus , ambos peñascos temporales y hueso
esfenoides.
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Fig. 23: 23. Displasia fibrosa. Tanto en las imágenes en SE- T1 como en la imagen en
secuencia SE- T2 se observa la presencia de una infiltración òsea difusa, hipointensa y
homogénea, que afecta al clivus , al hueso occipital derecho en su parte anterior, la punta
de peñasco derecha y a los procesos pterigo-maxilares . Las áreas afectadas presentan
realce con el contraste.
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Fig. 24: 24. Apicitis petrosa. En el TC se observa la presencia de una lesión expansiva
y destructiva que causa la confluencia de varias celdas aéreas. En la secuencia SE- T1
con contraste paramagnético, la lesión muestra un realce en anillo.
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Fig. 25: 25. Wegener. En las imágenes de TC , se puede observar la desaparición de la
parte más anterior del tabique nasal y una ocupación de fosas nasal . A nivel pulmonar,
se observa la presencia de numerosos abscesos.
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Fig. 26: 26. Wegener. En las imágenes de RM , la lesión que afecta a la punta
del peñasco izquierdo es hipointensa en la secuencia SE- T1 y hiperintensa en SET2 . Las lesiones presentan un importante realce con la administración del contraste
paramagnético. Los diversos cortes muestran un realce meníngeo en la pared lateral
izquierda del seno cavernoso izquierdo y un engrosamiento y captación meníngea
intensa en la zona del tentorio.
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Fig. 27: 27. Esquema de aneurisma de la arteria carótida interna petrosa horizontal.
(imagen procedente del Libro Diagnóstico - imagen Cabeza y cuello . Harnsberger. Edit.
Marban, 2ª edición)
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Fig. 28: 28. Meningioma. En las imágenes de RM que se presentan en la diapositiva , se
observa una lesión ocupante de espacio que afecta al clivus , al ápex petroso derecho y
al seno cavernoso derecho. La lesión es hipointensa en la secuencia SE- T1 y muestra
un importante realce con el contraste paramagnético.
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Fig. 29: 29. Neurinoma. En las imágenes del TC se observa lesión expansiva ocupante
de espacio que afecta el seno cavernoso izquierdo que erosiona la pared lateral del seno
esfenoidal y causa también erosión de la punta del peñasco izquierdo.
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Fig. 30: 30. Neurinoma. En las imágenes de RM , se observa una lesión ocupante de
espacio de márgenes bien definidos hipointensa en la secuencia SE- T1 y hiperintensa
en SE- T2. Esta lesión presenta un importante realce homogéneo con el contraste. Su
trayecto coincide con el del V p.c. izquierdo . También desplaza y engloba la arteria
carótida interna izquierda .
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Fig. 31: 31. Neurinoma del V p.c. que afecta a la parte izquierda de la región sellar y la
punta del peñasco. Es hipointesa en SE- T1 y se realza de forma intensa y homogénea
con el contraste paramagnético .
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Fig. 32: 32. Condrosarcoma . En los cortes de RM se observa una masa en el lado
derecho del clivus que es hipointensa en la secuencia SE- T1 y que al administrar
contraste presenta un realce periférico irregular. Afecta por extensión a la punta del
peñasco derecho.
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Fig. 33: 33. Condrosarcoma. En la secuencia SE- T2 el condrosarcoma se presenta
como una lesión de intensidad intermedia . En las imágenes se observa que entra en
contacto con la protuberancia, afectando la punta del peñasco derecho, el clivus derecho
y el seno cavernoso también derecho.
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Fig. 34: 34. Cordoma. En el TC se observa una lesión expansiva / destructiva del
clivus con masa de partes blandas que comprime la protuberancia. La lesión se muestra
hipointensa con un realce heterogéneo con el contraste paramagnético en SE- T1 y
hiperintensa y heterogénea en la secuencia SE- T2 .
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Fig. 35: 35. Cordoma. En los cortes se observa una lesión que en la secuencia SET1 se muestra hipointensa mientras que en la secuencia SE- T2 es hiperintensa y
heterogénea. Esta lesión causa una importante compresión y desplazamiento posterior
de la protuberancia y infiltra el clivus .
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Fig. 36: 36. Cordoma. Las imágenes muestran una lesión hiperintensa y heterogénea en
SE- T2 y FLAIR . Esta lesión afecta clivus , sella turca y punta del peñasco del temporal.
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Fig. 37: 37. Carcinoma nasofaringe que infiltra el ápex petroso. En el TC se observa
lesión permeativa de base de cráneo, de predominio derecho, que afecta el ápex petroso,
hueso esfenoides y clivus.
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Fig. 38: 38. Carcinoma nasofaringe que infiltra ápex petroso. En la RM se observa
infiltración tumoral de la nasofaringe derecha hacia tejidos profundos, base de cráneo
y ápex petroso.
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Conclusiones
El TC y la RM son pruebas diagnósticas necesarias para el diagnóstico diferencial y para
el estudio pre- quirúrgico de las lesiones del ápex petroso.
Bibliografía
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