Política exterior japonesa: 2006-2013. Una respuesta al ascenso de China Ken Jimbo Profesor Asociado, Universidad de Keio Tendencias en el discurso de la política exterior: 2006-2012 Desde que el primer ministro Junichiro Koizumi (abril 2001-septiembre 2006) dejó el cargo, la política japonesa ha experimentado un fuerte malestar. Desde septiembre de 2006 hasta diciembre de 2012 (seis años y cuatro meses) Japón tuvo siete primeros ministros, 12 ministros de Asuntos Exteriores y 14 ministros de Defensa. Algunos analistas calificaron irónicamente esa tendencia como “el sistema japonés de la puerta giratoria”, dado que durante aquel período el tiempo medio de permanencia en el cargo de primer ministro fue de menos de un año.1 Cuando Shinzo Abe asumió la dirección del Partido Liberal Democrático (PLD) en 2006, el PLD dominaba la cámara baja gracias a los 296 escaños heredados de la milagrosa victoria de Koizumi en las elecciones generales de septiembre de 2005. La caída del PLD empezó durante la primera Administración Abe cuando, junto con los partidos con los que formaba coalición, perdió la mayoría en la Cámara de Concejales (la cámara alta) tras las elecciones de julio del 2007. Desde entonces la “Dieta torcida”, como se califica en Japón a la Asamblea deliberante en la que el partido gobernante no tiene la mayoría en la cámara alta, ha complicado constantemente el proceso legislativo japonés, provocando muchos problemas y llegando casi a paralizar el proceso de toma de decisiones clave. Los primeros ministros subsiguientes, Yasuo Fukuda y Taro Aso, fueron incapaces de encontrar una solución a este problema, lo que les llevó a una derrota de dimensiones históricas en las elecciones generales de septiembre de 2009. La victoria del Partido Democrático del Japón (PDJ) marcó el final del más de medio siglo de dominio casi ininterrumpido del PLD.2 Pese al alto grado de apoyo popular que consiguió, el PDJ fue incapaz de capitalizar la sostenibilidad política. El primer ministro Yukio Hatoyama se vio obligado a dimitir tan solo ocho meses después de su investidura debido a que no supo gestionar correctamente la cuestión de las relaciones de seguridad norteamericano-japonesas suscitada por el traslado de las bases americanas de Okinawa. Su sucesor Naoto Kan aguantó dieciséis meses en el cargo, pero el apoyo público y la confianza popular hacia la administración del PDJ se fue deteriorando poco a poco, especialmente después del gran terremoto y el consiguiente tsunami de marzo de 2011. La decisión de disolver la cámara baja que tomó su sucesor, Yoshihiko Noda, en diciembre de 2012, llevó a la aplastante victoria del PLD en las elecciones generales y a la consiguiente recuperación del poder. Con una tasa tan baja de permanencia en el poder de los principales líderes políticos durante los últimos seis años, es muy difícil establecer cuál ha sido el discurso general del gobierno japonés en política exterior. Efectivamente, los conceptos y los lemas de la diplomacia japonesa propuestos por los primeros ministros y por los ministros de Asuntos Exteriores han ido surgiendo solo para ser reemplazados inmediatamente por los propuestos por sus sucesores. Entre las principales iniciativas de política exterior surgidas durante estos años se cuentan: la Diplomacia de Valores/Arco de la Libertad y la Prosperidad (del ministro de Asuntos Exteriores Taro Aso, octubre 2005-agosto 2007); la Diplomacia Resonante (del primer ministro Yasuo Fukuda, septiembre 2007septiembre 2008); la promoción de la Comunidad del Este de Asia (del primer ministro Yukio Hatoyama, septiembre de 2009-mayo de 2010); la Diplomacia Económica (del ministro de Asuntos Exteriores Seiji Maehara, septiembre de 2010-marzo de 2013); la Diplomacia en Red (del ministro de Exteriores Koichiro Genba, septiembre de 2011-diciembre de 2012), y el Diamante de la Seguridad Asiática (del primer ministro Shinzo Abe, diciembre de 2012 hasta el presente). ¿Cabe deducir de este discurso de política exterior aparentemente caótico que la diplomacia japonesa se caracteriza por una profunda confusión e inconsistencia? Antes de contestar esta pregunta es necesario encontrar una variable explicativa de la fluctuación de los conceptos diplomáticos que vaya más allá de la inestabilidad política doméstica del Japón. De hecho, ha sido la infundada política china del Japón lo que ha puesto de manifiesto la escasa consistencia de su discurso de política exterior. La situación se clarifica mucho si representamos en un sistema de coordenadas el énfasis puesto por la política exterior japonesa durante los últimos seis años respecto a China y a EEUU. El eje horizontal representa la política del “China-in” (es decir, la diplomacia japonesa que considera a China como un socio estratégico en pie de igualdad), y del “China-out” (en la que Japón 349 Perfil de País: Japón FIGURA 1. FLUJO DE LOS CONCEPTOS DIPLOMÁTICOS DEL JAPÓN DURANTE EL PERÍODO (2006-2012) Compromiso sólido de EEUU Diplomacia Resonante (2007) Declaración conjunta chino-japonesa (mayo de 2008) China-in Arco de la Libertad y la Prosperidad (2006) Diamante de la Seguridad Asiática (2012) Diplomacia en Red (2011) China-out Incidente de la colisión en Senkaku (septiembre de 2010) Hatoyama (PDJ) (septiembre de 2009) Comunidad del Este de Asia de Hatoyama (2009) Gran terremoto y tsunami/ Operación Tomodachi (marzo de 2011) Compromiso débil de EEUU Anuario Internacional CIDOB 2013 “Las considera la configuración del orden agendas de regional sin introducir a China en política exterior de la ecuación o introduciéndolo como actor secundario), y los tres años de oro que el eje vertical representa la tiene Abe por delante dualidad ”compromiso sólido son ciertamente de EEUU” y “compromiso débil de EEUU”. Representando en este sistema complicadas” 350 de coordenadas los hitos conceptuales de la política exterior japonesa se obtiene una figura oscilante, en forma de U, como la que se muestra en la Figura 1. En particular, hay una profunda grieta, no se sabe si consciente o inconsciente, en la comunidad diplomática japonesa respecto a si hay que considerar a China como un outsider o un insider, como un actor secundario o como uno de los protagonistas del orden regional en el este de Asia o en la zona de Asia-Pacífico. Durante la primera administración de Shinzo Abe, el concepto de Diplomacia de Valores declaraba explícitamente la preferencia por la coalición entre democracias como perfil diplomático, y China era meramente mencionada en este concepto. La siguiente administración, la de Yasuo Fukuda, evitó heredar el concepto de Diplomacia de Valores y conceptualizó su política como la Diplomacia Resonante, que implicaba que el Japón prefiere la coexistencia de relaciones estratégicas con Estados Unidos y con China, que no deben ser consideradas como mutuamente exclusivas. De este modo se asentaron los cimientos para la visita al Japón del presidente Hu Jintao y para la Declaración Conjunta Chino-Japonesa sobre “una relación mutuamente beneficiosa basada en unos intereses estratégicos comunes”. Después de la histórica victoria del Partido Democrático Japonés (PDJ) en las elecciones generales de septiembre de 2009, el primer ministro Yukio Hatoyama accedió al cargo con su propio concepto diplomático: el de la Comunidad del Este de Asia. Incluso mencionaba que Japón tenía que guardar las distancias respecto a Estados Unidos y decantarse más hacia Asia. Sin embargo, el incidente de la colisión de un barco pesquero chino con dos barcospatrulla de la Guardia Costera japonesa en aguas en disputa frente a la costa de las islas Senkaku en septiembre de 2010 cambió drásticamente la percepción que se tenía de China en Japón, lo que llevó a las dos administraciones siguientes a desarrollar el concepto de la Democracia en Red en Asia, que ponía un énfasis mayor en el establecimiento de un equilibrio colectivo blando con respecto a China. Desde el regreso del PLD al poder en las elecciones generales de diciembre de 2012, la segunda administración de Shinzo Abe empezó a reanudar su Diplomacia de valores poniendo un énfasis mayor en la coalición de la democracia marítima. Fase 1 (China out) 2006-2007. Diplomacia de Valores / Arco de la Libertad y la Prosperidad El 30 de noviembre de 2006, el entonces ministro de Asuntos Exteriores Taro Aso lanzó dos nuevos conceptos de política exterior en una alocución pública, concretamente el de Diplomacia de valores y el de Arco de la Libertad y la Prosperidad.3 De acuerdo con sus palabras, la Diplomacia de valores “implica poner el énfasis en ‘valores universales’ como la democracia, la libertad, los derechos humanos, el imperio de la ley y la economía de mercado en la implementación de nuestros esfuerzos diplomáticos”.4 Este lema lo asociaba con el concepto geográfico del Arco de la Libertad y la Prosperidad. El objetivo principal de esta política era mejorar la cooperación con los otros estados que practican la democracia y la economía de mercado en el arco que se extiende desde el Este de Europa y que pasa por Oriente Medio, el sur de Asia y el Sudeste Asiático, hasta el Extremo Oriente ruso. Al mismo tiempo que Aso declaraba que estos dos conceptos constituían el nuevo pilar diplomático del Japón, el Ministerio de Asuntos Exteriores japonés también hacia campaña desde la primera plana del Libro Azul Diplomático del 2007.5 La diplomacia proactiva de Abe-Aso inspirada en estos dos nuevos conceptos mejoró efectivamente la cooperación y la asociación.6 Japón se embarcó en la búsqueda de nuevas relaciones estratégicas con Europa mediante la iniciativa de asociación global de la OTAN, así como mediante diversos compromisos en la Europa del Este. Japón también puso de manifiesto la importancia que daba a Australia consolidando su asociación por la seguridad con este país Fase II (China in) 2008-2010. Una relación mutuamente beneficiosa / La comunidad del Este de Asia Tras la renuncia de Abe al cargo en septiembre de 2007 alegando razones de salud, la administración de su sucesor, Yasuo Fukuda, suprimió esta política de un modo discreto pero con decisión, tras llegar a la conclusión de que la promoción de la democracia y de una diplomacia de los valores no iba a producir el efecto deseado. En el PDL Fukuda es considerado como un personaje blando o moderado de tendencia pro-china, y es conocido por su posición crítica con respecto a la diplomacia de Abe y Aso. Poco después de asumir el cargo, su equipo de política exterior se abstuvo de proseguir la agenda ideológica de Abe y Aso, y pasó a caracterizar su propia política con el nombre de la Diplomacia Resonante (Kyomei Gaiko).9 Fukuda reiteró la importancia de una “diplomacia japonesa activa respecto a Asia, en consonancia con la alianza EEUU-Japón”. Obviamente, el concepto era una declaración de que Japón estaba dispuesto a efectuar un viraje hacia una diplomacia inclusiva con respecto a China (China-in) compatible con el fortalecimiento de la alianza con Estados Unidos. La llamada de Fukuda en favor de una Diplomacia Resonante cristalizó con la visita del presidente chino Hu Jintao a Tokio los días 6-10 de mayo de 2008. Japón y China presentaron una “Declaración Conjunta sobre la Promoción Integral de una ‘Relación Mutuamente Beneficiosa’ Basada en Intereses Estratégicos Comunes”.10 Esta declaración conjunta instaba a los dos gobiernos a resolver sus litigios bilaterales por medio de consultas y de tratados de cooperación basados en los cinco pilares siguientes: ampliación de la confianza mutua en el área política; fomento de los intercambios culturales entre los pueblos, así como de los sentimientos de amistad; cooperación mutuamente beneficiosa (energía y medio ambiente, comercio e inversiones, cooperación en el Mar de China Oriental); contribución a la región AsiaPacífico; y contribución en cuestiones globales. Después de la arrolladora victoria histórica del Partido Democrático Japonés (PDJ) en las elecciones generales del 3 de agosto de 2009, el primer ministro Yukio Hatoyama intensificó el enfoque diplomático japonés favorable a la inclusión de China con la introducción del concepto de la Comunidad del Este de Asia.11 La concepción de Hatoyama de la Comunidad del Este de Asia, tal como la describió en su discurso, no era más que la continuación del enfoque japonés respecto a la construcción de dicha comunidad en la Cumbre del Este de Asia, ASEAN+3, y en la cooperación trilateral Japón-China-Corea del Sur.12 Sin embargo, el contexto en el que se introdujo este concepto suscitó varias críticas de EEUU y del grupo conservador japonés, pues Hatoyama a menudo se refería a la necesidad de tomar distancias respecto de Washington y decantarse más hacia Asia, y varios dirigentes importantes del PDJ dejaban claro que la Comunidad del Este de Asia no incluiría la participación de Estados Unidos. Política exterior japonesa: 2006-2013. Una respuesta al ascenso de China mediante la firma de la “Declaración Conjunta JapónAustralia sobre Cooperación en Seguridad” el 13 de marzo de 2007.7 Se subrayaba igualmente la implicación diplomática del Japón con respecto a India. El primer ministro Abe y el primer ministro indio Singh firmaron el 15 de diciembre de 2006 la “Declaración Conjunta por una Asociación Estratégica Japón-India”.8 El proactivo esfuerzo diplomático de Japón asociado con los nuevos conceptos de Abe y Aso creó efectivamente una amplia red de socios en cuestiones de seguridad a lo largo de todo el “arco”. Sin embargo, dado el menor énfasis puesto en un acercamiento diplomático directo con respecto a Beijing, la estrategia Abe-Aso provocó una dura reacción negativa por parte de China. Efectivamente, fueron varias las voces que desde Beijing consideraron este concepto estratégico como un “cerco a China”, haciendo hincapié en el hecho de que con él se perdía la oportunidad de una mayor reconciliación entre Japón y China. La diplomacia de valores tampoco supo aprovechar la sinergia con el desarrollo de las relaciones chino-norteamericanas. Durante el período 2005-2007, el Departamento de Estado norteamericano promovió la idea de China como “actor responsable”, creando de este modo los fundamentos de una cooperación económica y estratégica más profunda entre las dos potencias. Mientras Japón aspiraba a desarrollar un concepto diplomático al margen de China (China-out), Estados Unidos, junto con otros muchos estados de la región Asia-Pacífico, buscaban la oportunidad de incluir a China en sus enfoques diplomáticos (China-in). Fase III (China out) 2010-hasta el presente. Senkaku /La Diplomacia en Red / El Diamante de la Seguridad Asiática La búsqueda de Hatoyama de una Comunidad del Este de Asia con su concepción inclusiva de China (Chinain), fue radicalmente modificada por el primer ministro Naoto Kan, que sucedió a Hatoyama tras la dimisión de este en junio de 2010. La profunda desconfianza de Washington respecto a la política exterior de la Administración Hatoyama, especialmente por el tema de la reubicación de la base norteamericana de marines de Futenma en Okinawa, así como el sesgo diplomático a favor de China, deterioró en gran manera la gestión de la alianza EEUU-Japón. Finalmente, Hatoyama renunció a todas sus opciones alternativas para el traslado de los marines norteamericanos y aceptó el plan de reubicación de Henoko originalmente acordado por el PDL antes de la llegada al poder del PDJ. Con una importante pérdida de popularidad, y con la salida del gobierno 351 Perfil de País: Japón Anuario Internacional CIDOB 2013 de sus socios de coalición del Partido Socialdemócrata, Hatoyama decidió dimitir. La Comunidad del Este de Asia y la noción de la diplomacia inclusiva con China también fueron perdiendo intensidad en el discurso diplomático, en la medida en que la misión inmediata de Kan era recobrar la confianza de Washington. Otro de los elementos que contribuyó al cambio de las reglas del juego fue el incidente de la colisión de un barco pesquero chino con dos barcos-patrulla de la Guardia Costera japonesa en unas aguas en disputa frente a la costa de las islas Senkaku, en septiembre de 2010. El incidente tuvo lugar la mañana del 7 de septiembre cuando el buque chino Minjinyu 5179, que faenaba en unas aguas en disputa, embistió a unos buques-patrulla de la Guardia Costera japonesa cerca del archipiélago. La colisión y la subsiguiente detención del capitán del pesquero provocaron una grave disputa diplomática entre Japón y China. El gobierno chino suspendió varias importantes reuniones oficiales e interrumpió la exportación al Japón de diversos minerales de tierras raras. Tras diez días de tensiones diplomáticas entre ambos países, los miembros de la tripulación china que habían sido detenidos fueron puestos en libertad por la fiscalía local sin incoar formalmente la acusación. “Japón A consecuencia de ello, los medios de comunicación y la opinión pública japonesa y EEUU criticaron duramente al gobierno por están tanteando su actitud pusilánime respecto a nuevas directrices China y exigiendo una actipara la cooperación tud más firme. El sondeo anual entre la opinión defensiva ante el ascenso pública sobre la política extede China y las rior realizada en octubre del 2010 incertidumbres arrojó el peor resultado respecto a la afinidad hacia China. Los datos del sondeo de Corea del pusieron de manifiesto una fuerte caída de la Norte” afinidad desde el 2009 (38,5%) al 2010 (20%) y un incremento igualmente fuerte de la no afinidad entre el 2009 (58,5%) y el 2010 (77,8%).13 En un momento en que el equilibrio de poder en la relación Japón-China se estaba decantando hacia Beijing, la naturaleza autoritaria del poder chino incrementó la corrección política nacional del Japón para contrarrestar la influencia china. Yoshihiko Noda, que heredó el cargo de primer ministro en septiembre de 2011 tras la dimisión de Naoto Kan, promovió la Diplomacia en Red con aquellos estados asiáticos con ideas e intereses afines. Esto incluía la actualización de las asociaciones estratégicas con la ASEAN sobre seguridad marítima, con la intención manifiesta de equilibrar colectivamente la influencia china (que discutimos en la última sección de este artículo). La orientación China-out en política exterior se pone aún más de manifiesto con el resurgimiento del PLD después de las elecciones generales de diciembre de 2012, y con el revival que representa el hecho de que Abe Shinzo se convierta, una vez más, en el primer ministro del país. Poco después de asumir nuevamente 352 el cargo, Abe dio a conocer su estrategia diplomática en un artículo titulado “El diamante de la seguridad democrática de Asia” que colgó en la página web de Project Syndicate.14 En ese artículo, Abe afirmaba: “las actuales disputas en el Mar del Este de China y en el Mar del Sur de China significan que la máxima prioridad en la política exterior del Japón tiene que ser la expansión de los horizontes estratégicos del país”. Según Abe, dichos horizontes había que explorarlos concibiendo “una estrategia en la cual Australia, India, Japón y el estado norteamericano de Hawái formen un diamante para defender los intereses marítimos comunes en la región que abarca desde el océano Índico hasta el Pacífico Occidental”. En la medida en que este concepto tenía similitudes con el Arco de la Libertad y la Prosperidad del 2007, que hacía hincapié en los vínculos existentes entre las democracias de la Eurasia continental, el Diamante de la Seguridad Asiática reiteraba la formación de una coalición entre las democracias marítimas asiáticas. Curiosamente, Abe mencionaba que la relación Japón-China “es vital para el bienestar de muchos japoneses”, pero al expresar las prioridades de la diplomacia japonesa insistía en que “Japón debe reforzar primero los lazos que le unen con el otro lado del Pacífico”. Con la vuelta de Shinzo Abe la dinámica política del enfoque Chinaout parece haberse acelerado aún más. Una oportunidad de oro para la Administración Abe Tras su arrolladora victoria en las elecciones generales de diciembre de 2012 el Partido Liberal Democrático (PLD) y su socio de coalición, el partido Nuevo Komeito, obtuvieron también la mayoría en las elecciones a la cámara alta del 21 de julio. En consecuencia, el gobierno de coalición PLD-Komeito dirigido por el primer ministro Shinzo Abe está capacitado para darle a la política japonesa la estabilidad tanto tiempo anhelada, muy probablemente hasta julio de 2016. Era la primera vez en seis años que los partidos gobernantes conseguían la mayoría tanto en la cámara alta como en la cámara baja, poniendo efectivamente fin a una ”Dieta torcida” en la que los partidos que tenían el poder en las dos cámaras estaban constantemente divididos. El resultado de estas dos últimas citas electorales, que consolidaron el capital político de la Administración Abe de un modo mucho más firme que ninguna otra administración durante los seis últimos años, representa una oportunidad de oro para que Japón desarrolle sus objetivos de política exterior. En general, la estabilidad doméstica puede crear las condiciones favorables a un acuerdo global en el plano diplomático. Esto es así no solo porque la estabilidad interior genera un fuerte poder negociador en el exterior, sino también porque crea unas condiciones mejores para El pragmatismo de la diplomacia de Abe para forjar un “equilibrio de poder favorable” ¿Es posible, por tanto, aplicar este tipo de pragmatismo bajo un gobierno como el de Abe? Desde el principio de la nueva administración, el propio primer ministro Abe anunció, en un artículo colgado en la red, el concepto de un Diamante de Seguridad en Asia formado por Japón, Estados Unidos, Australia e India, y en ese mismo artículo manifestaba su compromiso con una diplomacia que haga hincapié en valores como la libertad, la democracia, el respeto por los derechos humanos y el imperio de la ley. En Japón y en otras partes esto produjo la impresión de que la ideología diplomática de los valores simbolizada por el Arco de la Libertad y la Prosperidad del primer gobierno Abe estaba reapareciendo, y esta vez con una determinación mayor de parar los pies a China. A medida que la política diplomática se iba concretando, sin embargo, fue corrigiendo paulatinamente su curso en direcciones más realistas. En enero, el primer ministro Abe, el ministro de Asuntos Exteriores Kishida, y el ministro de Economía Aso visitaron las naciones de la Asociación de Naciones Unidas del Sudeste Asiático (ASEAN) y dieron a conocer los Cinco Principios de la Diplomacia de Japón en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, poniendo el acento en la cooperación en los aspectos económico y de seguridad. Durante su visita a Estados Unidos en febrero, además de confirmar la solidaridad de la alianza Japón-EEUU, el primer ministro Abe dio su apoyo a la publicación de una declaración en el sentido de que las negociaciones sobre el Acuerdo estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP) no se basasen en la eliminación de aranceles de todos los productos. Sobre esta base, anunció la intención del Japón de participar oficialmente en las negociaciones sobre el TPP que se tenían que celebrar en marzo. En abril, el primer ministro dio a conocer la firma de una Declaración Política Conjunta entre Japón y la OTAN que profundizaba la asociación en cuestiones de seguridad con la organización atlántica. Durante la visita del primer ministro a la Federación Rusa, también en abril, estrechó los lazos consultivos en cuestiones tanto económicas como de seguridad y confirmó la aceleración de las negociaciones con vistas a la firma de un tratado de paz. Posteriormente, durante la visita a Europa y en la reunión del G-8 en junio, el primer ministro trató una vez más de reforzar lazos, esta vez con los países del Este de Europa, al tiempo que se esforzaba en conseguir un mayor conocimiento y aceptación de su política económica, la Abenomics. Estos esfuerzos diplomáticos los guía el pragmatismo multifacético del gobierno Abe y constituyen unas áreas potencialmente muy prometedoras para el futuro. La doctrina en política exterior de la Administración Abe ha sido frecuentemente caracterizada como “una doctrina diplomática que adopta una perspectiva panorámica sobre el mapa mundial”, o dicho de otro modo, una perspectiva a vista de pájaro de la situación internacional. En respuesta a los cambios acaecidos en el equilibrio del poder en la región Asia-Pacífico, Tokio reconoce la necesidad de establecer unas relaciones diplomáticas y estratégicas multifacéticas en toda la región y más allá de ella. En este sentido, durante los ocho meses transcurridos desde que asumió el cargo, el primer ministro Abe ha visitado incansablemente veinte países del sudeste de Asia, América, Federación Rusa, Oriente Medio y Europa. Ha convertido la alianza EEUU-Japón en el eje principal de su política diplomática, reforzando al mismo tiempo las relaciones con las economías emergentes y con los países en vías de desarrollo. La orientación que sigue el primer ministro Abe en este sentido está muy clara. El Japón promueve su propia versión del ”equilibrio estratégico favorable” y del ”equilibrio de relaciones favorable” para optimizar su posición estratégica en la región Asia-Pacífico. Política exterior japonesa: 2006-2013. Una respuesta al ascenso de China hacer concesiones domésticas. Si es capaz de gestionarlo inteligentemente, el liderazgo de Abe, que cuenta con un elevado índice de aprobación pública, puede convertirse en un activo fundamental de política exterior para interpretar un importante papel a dos niveles, nacional e internacional. Sin embargo, la Administración Abe debe hacer frente a un entorno geopolítico circundante cada vez más complicado. China ha acentuado su cautela respecto a la supuesta tendencia derechista de la Administración Abe y en este momento no hay tácticas ni excusas para motivar la celebración de una cumbre chino-japonesa. Aparentemente, Corea del Sur se está aproximando rápidamente a China, como demuestra la reciente visita del pasado mes de junio a China del presidente Park Geun-hye, y parece también alejarse del Japón. El fuerte compromiso de Abe para resolver el problema de la abducción15 con Corea del Norte durante la presente administración no es fácil que llegue a buen puerto. Y tampoco las negociaciones con la Federación Rusa sobre los Territorios del Norte permiten mucho optimismo sobre la posibilidad de que se llegue a un acuerdo. También puede anticiparse que la participación en el Acuerdo estratégico TransPacífico de Asociación Económica (TPP) obligará a hacer una serie de reformas domésticas que tendrán una repercusión considerable. Las agendas de política exterior de los tres años de oro que tiene Abe por delante son ciertamente complicadas. La solución de dichas agendas requerirá no solo una diplomacia asertiva por parte de Japón, sino una negociación continua que obligará a hacer compromisos y concesiones dentro de Japón. La cuestión es si Japón será capaz de desarrollar el tipo de entorno político pragmático que haga posible estas ofensivas y compromisos. 353 Perfil de País: Japón Dificultades en la construcción de relaciones con China y Corea del Sur Anuario Internacional CIDOB 2013 La valoración global de estos ocho meses de gobierno Abe, sin embargo, no puede omitir determinadas cuestiones en las que los resultados no han sido necesariamente positivos, como es el caso de las relaciones con China y Corea del Sur. El primer ministro Abe considera la relación Japón-China como “una de las relaciones bilaterales más importantes” y ha expresado que “las puertas del diálogo están siempre abiertas”. Pese a ello, ninguno de los dos lados ha conseguido generar el entorno político necesario para llevar a cabo unas conversaciones Japón-China de alto nivel. La perspectiva de una normalización de las relaciones diplomáticas entre Tokio y Beijing no es muy alentadora. El comportamiento intrusivo chino violando las aguas territoriales en torno a las islas Senkaku con barcos-patrulla y otro tipo de embarcaciones se ha vuelto frecuente y no hay indicios de que vaya a producirse una disminución de dichas actividades. Si China exige al Japón que reconozca la existencia de un problema territorial en sus relaciones bilaterales como condición para celebrar una cumbre, las oportunidades de diálogo se reducirán considerablemente. Dar “La carpetazo al problema territorial remiperspectiva de tiéndose al modelo de los años 1970 una normalización no constituye ningún avance para Tokio, dado que para de las relaciones el gobierno japonés no hay diplomáticas entre Tokio ningún problema territorial al y Beijing no es muy que dar carpetazo. El potencial restante para los dos gobiernos, que necesialentadora” tará de una hábil gestión diplomática, es la de llegar a un acuerdo tácito para mantener el statu quo y no provocar ninguna escalada. Otro problema es la ideología conservadora que adopta el gobierno japonés en sus puntos de vista históricos. Durante la campaña electoral de finales del 2012 Abe manifestó que “lamentaba profundamente no haber podido presentar sus respetos a los caídos japoneses en el santuario Yasukuni” 16 mientras ocupaba el cargo de primer ministro en una legislatura anterior. Respecto a las visitas hechas en abril por varios miembros de su gabinete al santuario, Abe manifestó que “los miembros de mi gabinete no cederán a ninguna intimidación”. En espera de la conmemoración del 70 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial que se celebrará el 2015, el primer ministro Abe ha sugerido que tiene la intención de reconsiderar la declaración hecha en un aniversario anterior por el ex primer ministro Murayama, en la que expresaba el remordimiento del Japón y en la que pedía disculpas por el pasado agresivo del país y por su actitud colonial, y ha dicho que piensa dar a conocer su propia Declaración Abe mirando hacia el futuro y no hacia el pasado. En estas circunstancias, las afirmaciones del primer ministro según las cuales “el gabinete 354 no hace necesariamente suya la Declaración Murayama en su literalidad”, y que en ella “no se concreta una definición de la invasión”, provocaron una reacción muy negativa en China y en Corea del Sur. Hasta ahora, el primer ministro Abe no ha especificado si durante su actual mandato piensa visitar o no el santuario Yasukuni para rendir honores a los caídos. También ha dicho que los debates históricos hay que dejarlos a los historiadores. Y en cuanto al punto de vista de China y Corea del Sur, ha declarado que si dan una importancia excesiva al problema del pasado histórico del Japón correrán el riesgo de dificultar enormemente una posible mejora de relaciones. Japón, China y Corea del Sur tendrán que evitar la politización del problema histórico; sus políticos y altos funcionarios tendrán que procurar no causar fricciones innecesarias dando gratuitamente rienda suelta a sus emociones, y será preciso crear un entorno político que posibilite un acuerdo diplomático estable en las relaciones Japón-China y Japón-Corea del Sur. Las posibilidades de la diplomacia japonesa Cabe preguntarse, pues, qué objetivos diplomáticos se planteará el gobierno Abe para los próximos tres años y cuáles tratará de realizar. A continuación discutiremos los principales objetivos a proponer y las posibilidades de su realización. El primero de estos objetivos es profundizar la alianza entre Japón y Estados Unidos, y en relación con ello, cambiar la interpretación política del concepto de autodefensa colectiva. Japón y EEUU están tanteando la posibilidad de formular nuevas directrices para la cooperación defensiva entre los dos países teniendo en cuenta el ascenso de China y las incertidumbres planteadas por la situación de Corea del Norte. Con tal de profundizar en la cooperación defensiva entre Japón y EEUU, por consiguiente, el gobierno Abe busca la aceptación del ejercicio del derecho de autodefensa colectiva que incluya la seguridad para los navíos norteamericanos en alta mar y la defensa con misiles del continente y las islas estadounidenses. El Partido Komeito, que es un miembro de la actual coalición gobernante, tiene serias reservas acerca de este cambio de interpretación y es muy probable que busque compromisos para limitar el alcance del ejercicio del derecho a la autodefensa colectiva. Desarrollar los deberes del Japón y la asignación de sus roles con respecto a la defensa también constituirá una importante agenda para la formulación de unas nuevas Directrices para la Planificación de la Defensa Nacional (DPDN). Con el incremento de las tensiones en la parte sudoccidental del Japón, y particularmente en los mares que circundan las islas Senkaku, el papel que Japón tendría que desempeñar en un conflicto de baja intensidad en el mar sería cada vez mayor. Es necesario establecer políticos entre China y Japón no estén bien establecidos puede producir muchos recelos. La cuestión principal a plantear durante los próximos tres años será la de si es posible mantener bajo control la escalada de la tensión entre China y Japón, si será posible construir mecanismos para la gestión de la crisis, y si los dos países podrán avanzar hacia unas relaciones mutuamente beneficiosas que estén en consonancia con la realidad de la relación de interdependencia económica existente entre ellos. Notas 1. Kosuke Takahashi, “Ten Reasons for Japan’s Revolving Door”, Asia Times, 11 de junio de 2011. 2. T.J. Pempel, “Between Pork and Productivity: The Collapse of the Liberal Democratic Party”, The Journal of Japanese Studies, Vol. 36, Nº 2, verano de 2010, pp. 227-254. 3. Para un análisis detallado de la Diplomacia de Valores y del Arco de la Libertad y la Prosperidad, véase Ken Jimbo, “Nihon Gaiko ni Okeru Rinen wo Meguru Tenkai: Kachi no Gaiko, Jiyu to Han-ei no Ko wo Kaiko Shite” (“En busca de valores en la diplomacia japonesa: la Diplomacia de Valores y el Arco de la Libertad y la Prosperidad”), Sekai Heiwa Kenkyujo Chosa Kenkyu Hokokusho (Instituto de Análisis de Política Internacional), marzo de 2009; Yuichi Hosoya, “The Rise and Fall of Japan’s Grand Strategy: the ‘Arc of Freedom and Prosperity’ and the Future Asian Order” Asia-Pacific Review, Vol. 18, nº 1, mayo de 2011, pp. 13-24; Tomohiko Taniguchi, “Beyond ‘The Arc of Freedom and Prosperity’: Debating Universal Values in Japanese Grand Strategy” German Marshall Fund, Asia Paper Series 2010, octubre de 2010. Disponible en: http://www. gmfus.org/galleries/ct_publication_attachments/Taniguchi_AFP_ Oct10_ final.pdf. Política exterior japonesa: 2006-2013. Una respuesta al ascenso de China una coordinación perfecta entre la Guardia Costera japonesa y las Fuerzas de Autodefensa Marítimas mediante las DPDN, que está programado que sean redactadas a finales del año en curso. Sobre esta base, el sistema para la gestión de la escalada de las crisis, incluido el papel de las fuerzas norteamericanas, debe ser reforzado. El segundo objetivo es estrechar las relaciones con India, Australia y la ASEAN. Estos países son los principales objetos de una diplomacia estratégica multifacética, y se están haciendo esfuerzos para encontrar formas de intensificar la colaboración con ellos, especialmente en asuntos de seguridad marítima. La atención, en particular, se centra en la implementación de ejercicios militares conjuntos, en el apoyo a la construcción de un potencial de seguridad marítima (aportando equipos con este objetivo y haciendo uso de las partidas oficiales para ayuda al desarrollo), y en la colaboración para reforzar el imperio de la ley. El tercer objetivo es la diplomacia rusa del Japón. En la cumbre entre Abe y Putin celebrada en abril del año en curso se llegó a un acuerdo sobre la necesidad de profundizar la cooperación Japón-Federación Rusa en materia económica y de seguridad, y sobre acelerar las negociaciones para la firma de un tratado de paz que incluya el tema de los Territorios del Norte. El tema de las relaciones Japón-Federación Rusa parece haber empezado a moverse de repente, si bien no cabe todavía lanzar las campanas al vuelo acerca de las negociaciones sobre un tratado de paz o sobre la resolución del problema de los Territorios del Norte. De todos modos, la Federación Rusa está llevando a cabo de forma activa una política respecto al Japón en materias como el desarrollo de la parte oriental y extremo-oriental de Siberia, y en la cuestión de la exportación de energía. Asimismo, la Federación Rusa está también dando más peso a su deriva diplomática hacia Asia, incluido Japón, como cobertura o salvaguarda de su política respecto a China. Estas iniciativas ofrecen una gran oportunidad para una mejora espectacular de las relaciones ruso-japonesas. Finalmente, el cuarto y más importante objetivo es el de las relaciones entre China y Japón. El primer ministro Abe lleva tiempo defendiendo la necesidad de una mejora en las relaciones estratégicas mutuamente beneficiosas con China. Pese a llevar ya ocho meses en el cargo todavía no se ha convocado ni una cumbre bilateral Japón-China ni una cumbre Japón-Corea del Sur, ni una conferencia de ministros de Asuntos Exteriores. El problema de las islas Senkaku y el de la interpretación de la historia se interponen entre Japón y China, y lo que están debatiendo actualmente los dos países son las precondiciones para la celebración de una cumbre. Para la seguridad de la región es de la mayor importancia que tanto China como el Japón establezcan las condiciones que consideren aceptables para el restablecimiento de la actividad diplomática al máximo nivel. En unas circunstancias en las que se están acelerando las iniciativas en las reuniones a alto nivel entre China y Estados Unidos y las conversaciones sobre estrategia económica entre estos dos países, el hecho de que los canales 4. Taro Aso, “Arc of Freedom and Prosperity: Japan’s Expanding Diplomatic Horizons”, 30 de noviembre de 2006. Disponible en: <http://www.mofa.go.jp/announce/fm/aso/ speech0611.html> 5. Japan Ministry of Foreign Affairs, Diplomatic Blue Book 2007, marzo de 2007. Puede leerse una versión inglesa (resumida) en: <http://www.mofa.go.jp/policy/ other/bluebook/2007/html/index.html> 6. Véase el discurso del primer ministro Shinzo Abe en la OTAN, “Japan and NATO: Toward Further Collaboration”, 12 de enero de 2007. Disponible en: <http:// www.mofa.go.jp/region/Europe/ pmv0701/nato.html> 7. Japan Ministry of Foreign Affairs, Text of JapanAustralia Joint Declaration on Security Cooperation (13 de marzo de 2007). Disponible en: <http://www.mofa. go.jp/region/asia-paci/ australia/joint0703.html> 355 Perfil de País: Japón 8. Japan Ministry of Foreign Affairs, Text of Joint Statement Towards Japan-India Strategic Partnership. Disponible en: http://www.mofa.go.jp/region/asia-paci/ india/pdfs/joint0612.pdf 9. Discurso del primer ministro Yasuo Fukuda, “When the Pacific Ocean Becomes ‘Inland Sea’: Five Pledges to a Future of Asia that ‘Act Together’ (22 de mayo de 2008). Disponible en: http://www.mofa.go.jp/region/ asia-paci/speech0805-2.html 10. Japan Ministry of Foreign Affairs. Text of Joint Statement between the Government of Japan and the Government of the People’s Republic of China on Comprehensive Promotion of a “Mutually Beneficial Relationship Based on Common Strategic Interests” (8 de mayo de 2008). Disponible en: http://www.mofa.go.jp/ region/asia-paci/china/joint0805.html 11. Respecto a la concepción de Hatoyama de una Comunidad del Este de Asia, véase Ryo Sahashi, “Hatoyama Yukio Seiken Ni Okeru Ajia Gaikou: Higashi Ajia Kyodo-tai Koso noHenyo wo Tegakari Ni” (Japan’s Asia Policy During the Yukio Hatoyama Administration: a Study of the ‘East Asian Community’ Proposal and its Transformation) Mondai to Kenkyu (Issues and Research) Vol. 40, No.2 (abril de 2011) pp.93-131. 12. Discurso del primer ministro Yukio Hatoyama, “Japan’s New Commitment to Asia: Toward a Realization of East Asia Community”, (15 de noviembre de 2009). Disponible en: http://www.kantei.go.jp/foreign/ hatoyama/statement/200911/15singapore_e.html Anuario Internacional CIDOB 2013 13. Gabinete Ministerial del Japón, Gaiko ni Kansuru Yoron Chosa (Sondeo de la Opinión Pública sobre Política Exterior) realizado en octubre de 2012 y publicado el 26 de noviembre de 2012. El texto (en japonés) está disponible en: http://www8.cao.go.jp/survey/h24/h24gaiko/index.html 356 14. Shinzo Abe, “Asia’s Democratic Security Diamond”, 27 de diciembre de 2012. Disponible en: http:// www.project-syndicate.org/commentary/a-strategicalliance-for-japan-and-india-by-shinzo-abe 15. Japón sostiene que entre 1977 y 1983 al menos 17 japoneses fueron secuestrados por Corea del Norte para impartir lecciones de cultura e idioma en sus programas de adiestramiento de espías, a pesar de que el gobierno de Pyongyang lo considera un caso cerrado. 16. El Santuario de Yasukuni es un santuario sintoísta situado en Tokio donde se rinde tributo a los soldados japoneses fallecidos en los conflictos bélicos que se ha visto involucrado el archipiélago, entre los que destacan 14 criminales de guerra. China, Corea del Norte y Corea del Sur, entre otros países, consideran el santuario como un símbolo del militarismo japonés de la Segunda Guerra Mundial y una muestra de la falta de arrepentimiento de Japón respecto a su papel en el conflicto.