Femenino singular, ella. Delicadas facciones, piel blanca y lisa. Labios firmes de tonalidad rosa claro sin rastro de carmín. Finos cabellos formando delicados bucles, mas allá de los hombros. Cejas de delicado trazo como alas de golondrina y ojos despiertos de rizadas pestañas. Alza una mano de dedos largos y manicura perfecta y toca el espejo. Femenino singular, ella. Sus ojos resbalan por la imagen hasta posarse fríamente en el carnet de identidad que descansa sobre el neceser que ha preparado para llevarse al hospital. Antonio Díaz Cuadrado. Femenino singular, ella. Cierra los ojos, mañana, piensa, eso será una realidad.