VIDA SEXUAL ACTIVA A TEMPRANA EDAD La sexualidad y

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VIDA SEXUAL ACTIVA A TEMPRANA EDAD
La sexualidad y los adolescentes: riesgos
Algunos padres no salen de su asombro cuando se enteran de que las leyes
recogen en España y en otros muchos países que la edad de consentimiento
(edad a partir de la cual no hay acción penal por tener relaciones sexuales) se
establece a partir de los ¡13 años!.¿Están preparados nuestros hijos? Algunos
chicos de 18, 19 y 20 años van a los institutos en sus coches o motos
dispuestos a recoger a "su novia" de 13, 14 y 15 cuya madurez sexual brilla
totalmente por su ausencia. Claro, que probablemente los padres tenemos la
tendencia a ver a nuestros hijos de 17 años, a un paso de la mayoría de legal
de edad, como unos auténticos niños y eso tampoco es muy inteligente por
nuestra parte. Lo cierto es que, pese a los esfuerzos de los centros educativos
de enseñar la biología y naturaleza de las relaciones humanas, los
adolescentes tienen un alto desconocimiento de los riesgos a los que se
enfrentan cuando se inician en sus primeras relaciones sexuales. Los padres
adoptan una posición pasiva, tardía o torpe y los hijos se suelen cerrar hacia
cualquier observación, indicación o consejo de los padres... Lo cierto es que
nuestros hijos generalmente no suelen estar preparados cuando afrontan su
primera relación sexual. Los riegos de la sexualidad en adolescentes. Las
estadísticas muestran que los riesgos son altos y confirman que nuestros hijos
no suelen ir bien preparados. Entre los riesgos más destacados:
Embarazo.
Enfermedades de transmisión sexual (SIDA, etc.).
Experiencias adversas que conllevan actitudes negativas hacia su autoestima,
seguridad, confianza, e incluso, hacia su futura vida sexual. Algunas de estas
experiencias se realizan sin preparación alguna, bajo los efectos del alcohol,
drogas, etc. acentuando los efectos negativos.
Consejos para prevenir los riesgos.
Los padres y educadores deben potenciar la formación y toma de conciencia
de los adolescentes en relación con los riesgos que llevan consigo sus
relaciones sexuales. Hay que insistirles en que el sexo no es un juego y que
comportarse como adultos exige sentido de la responsabilidad. He aquí
algunas cosas que hemos elaborado para tratar de ayudarles en estas tareas:
¿Estás preparada /o?. Diez preguntas que debe hacerse todo adolescente
antes de dar el paso de su primera experiencia.
Saber decir no. Algunos jóvenes adolescentes tratan de presionar a otros para
que se inicien en sus primeras relaciones sin estar preparados; para evitar
estas presiones hay que aprender a decir "no".
Consejos primera relación. Un resumen de temas importantes que hay que
tener presentes de cara a las relaciones sexuales.
RIESGOS DE LA SEXUALIDAD A TEMPRANA EDAD
Los adolescentes inician su vida sexual activa antes de cumplir los 15 años de
edad. Según los datos de la “Encuesta Nacional de Juventud”, del proyecto
Sembrando Futuro, los jóvenes habrían tenido relaciones sexuales entre las
edades de 13 a 15 años. Los resultados indican que el 11.9% de jóvenes que
fueron encuestados respondieron que se habían casado o acompañado
cuando contaban con edades entre los 13 y los 15 años; el 46.3% entre las
edades de 16 a los 18 años; el 29.3% entre los 19 y 21 años y solo uno de
cada diez jóvenes se casó o acompañó después de cumplir la mayoría de
edad. El 1.6% no respondió a la pregunta, según indica el documento realizado
por la casa encuestadora del Instituto Universitario de Opinión Pública
(IUDOP), de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA).Al
margen de su situación familiar o estado civil, se les consultó si habían tenido
alguna experiencia sexual: más de la mitad (53.4%) contestó de manera
afirmativa. En el caso de los hombres, esta proporción asciende al 59.1%,
mientras que en las mujeres es del 47.5%. Por su parte, el 31.4% de jóvenes
entre los 15 y 19 años ya había tenido alguna experiencia sexual, una
proporción que asciende al 77.4% en la grupo entre los 20 y 24 años. La
encuesta, que se realizó hace algunos meses, según el Proyecto Sembrador,
con el fin de conocer aspectos importantes del comportamiento de la juventud
salvadoreña, indica que los adolescentes no sólo inician a temprana edad las
actividades sexuales, sino que tienen varias parejas. Se consultó el número de
parejas sexuales que los y las jóvenes habían tenido en los 12 meses previos a
la consulta. El 61% dijo que había tenido relaciones sexuales con una persona;
el 17.5% dijo haber tenido relaciones sexuales con 2, 3, 4 individuos. Edith
Barrera, psicóloga del Centro de Atención Integral a la Salud de Adolescentes
(CAISA) explicó que la decisión de los jóvenes de iniciar a temprana edad su
vida sexual está relacionado a los problemas afectivos. Barrera, indicó que los
jóvenes sufren de problemas afectivos de inseguridad, ansiedad, depresión,
riesgos suicidas por la falta de comunicación con los padres y de que no se les
habla claro sobre los riesgos que se puede tener al iniciar una vida sexual tan
temprano. Estos problemas llevan a los jóvenes al “inicio de relaciones
sexuales a temprana edad, a la promiscuidad, a los embarazos precoces, los
embarazos múltiples y al contagio del VIH/SIDA”, interpreta.“Nosotros
trabajamos con muchos jóvenes y les explicamos que si tienen un hijo ya no se
van a poder comprar los zapatos Nike, van a tener que usar Bracos. Entonces,
es hablarles con seriedad y hacer ver la realidad de las consecuencias de
enfermedades y los embarazos”, aseveró la psicóloga.La psicóloga indica que
muchas veces los jóvenes tienden a “confundir” el amor con la sexualidad,
producto del poco afecto que los padres demuestran o el interés para conocer
sus problemas. Según los datos estadísticos del hospital de Maternidad, la
edad promedio de embarazos se registra de los 12 a los 14 años. El 31.4%
representa los partos atendidos en adolescentes durante este año. Las cifras
que maneja Maternidad son alarmantes, sin embargo, la unidad integral no
maneja datos exactos. “No hay muchas investigaciones que arrojan estos datos
porque al Estado no le conviene ni a la iglesia conocerlos”, advierte. La
psicóloga indica que también existen otros factores para el inicio de las
relaciones sexuales a temprana edad como las presiones de grupo, las
programaciones en los medios de comunicación y lo “pecaminoso” de la iglesia.
Hasta este 2008, el Estado salvadoreño avaló una guía de educación sexual
que se impartirá en los Centros Educativos, con la que se pretende reducir los
índices de embarazos en las adolescentes.
P UBLI C ADO P O R AN G E L E N 1 7 : 34
La prevención no consiste únicamente en asumir protecciones para que otra
persona no adquiera el VIH; involucra también el protegerse a sí mismo de
otras infecciones nocivas. Existen numerosas infecciones comunes y graves
contra las cuales se pueden tomar algunas medidas. Los riesgos de practicar el
sexo no seguro son numerosos debido a que muchas STDs pueden causar
perjuicios graves en las personas con VIH.
Una de estas complicaciones es el Citomegalovirus (CMV). Si bien la mayoría
de los adultos presentan una infección de CMV, esa condición no llega a ser
una enfermedad entre las personas sanas, seronegativas. Por consiguiente, la
mayoría de las personas son portadoras del virus pero no presentan de manera
activa la enfermedad del CMV. Sin embargo, una vez que el CMV se convierte
en una infección activa, pasa a ser la causa principal de ceguera entre las
personas con SIDA, así como una de las causas más frecuentes de mortalidad.
Entre las medidas para prevenir la infección del CMV se incluye la práctica de
relaciones sexuales más seguras. La prevención del CMV es probablemente
mucho más relevante para los hombres que para las mujeres, de manera
particular para los hombres homosexuales adultos.
La tasa de infección del CMV entre las mujeres generalmente es más baja
(40% entre las mujeres con VIH) que la que prevalece entre los hombres
homosexuales adultos (entre el 80 y el 90% de ellos ya están infectados con
CMV, independientemente de sus niveles de VIH.) El punto fundamental es que
si la persona no está infectada con CMV, la práctica de relaciones sexuales
más seguras sigue siendo un instrumento potente para ayudar a prevenir la
enfermedad del CMV.
Al igual que el CMV, el virus del papiloma humano (HPV por sus siglas en
inglés) es otra enfermedad de transmisión sexual. El HPV es el virus que causa
verrugas genitales en algunas personas. Estas verrugas pueden resultar o no
visibles por medio de un examen externo, pero de todas maneras pueden estar
presentes en el ano o el cuello del útero. Siendo una de las causas principales
del cáncer anal o cervical, el HPV es bastante común y difícil de tratar entre las
personas con VIH. Ciertos tipos de HPV tienen mayor propensión que otros
para desarrollar un cáncer.
Tanto los hombres como las mujeres corren el riesgo de contraer un cáncer
anal asociado con el HPV. Ciertos estudios sugieren que las mujeres con VIH
tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer anal que el que tienen de contraer
cáncer cervical asociado con la infección del HPV. Al contrario de otras
afecciones asociadas con la enfermedad del VIH, la tasa de cáncer anal y
cervical asociadas con la infección del HPV no parecen disminuir de manera
drástica con un mayor uso de una terapia contra el VIH. Desafortunadamente el
uso de un condón o de otras barreras protectoras no necesariamente protegen
a las personas de la infección y la transmisión del HPV, si bien podrían
disminuir el riesgo de la transmisión.
La hepatitis, la criptosporidiasis, los parásitos y otras infecciones también
pueden ser contagiadas durante la actividad sexual. Todas las afecciones
mencionadas pueden resultar mortales para una persona con VIH,
especialmente cuando está debilitado el sistema inmunológico. (Para mayor
información sobre cómo prevenir estas infecciones, ver debajo.)
Es importante que las personas con VIH se protejan de estas infecciones
indeseables y posiblemente peligrosas. Los exámenes de laboratorio pueden
detectar estas infecciones, pero es posible que la cobertura médica de los
pacientes no incluya la realización de estos exámenes. Es aconsejable
consultar con el médico la posibilidad de hacerlos. Una vez que se hagan, se
pueden usar los resultados para construir un plan de protección que contribuya
a evitar la aparición de nuevas infeccionesP UBLI C ADO P O R AN G E L E N 1 8 : 18
CAUSAS DE UNA VIDA SEXUAL SANA O INSANA
Las dificultades sexuales pueden comenzar temprano en la vida sexual de una
persona o pueden desarrollarse después que el individuo ha experimentado el
sexo de manera agradable y satisfactoria. El problema puede desarrollarse de
forma gradual con el tiempo o puede ser repentino y presentarse como una
incapacidad total o parcial de participar en una o más etapas del acto sexual.
La causa de las dificultades sexuales puede ser física, psicológica o ambas.
Los factores emocionales que afectan el sexo incluyen tanto los problemas
interpersonales (como conflictos en la relación marital o falta de confianza y
comunicación abierta en la pareja) y los problemas psicológicos propios del
individuo (depresión, miedos o culpas sexuales, trauma sexual previo, entre
otros).
Entre los factores físicos están las drogas (alcohol, nicotina, narcóticos,
estimulantes, antihipertensivos, antihistaminas y algunos medicamentos
psicoterapéuticos); lesiones de la espalda, problemas con un aumento de
tamaño de la glándula prostática, problemas del flujo de sangre, lesión
neurológica (como en lesiones de la médula espinal), o enfermedades (como
neuropatía diabética, esclerosis múltiple, tumores y, en pocos casos, sífilis
terciaria); insuficiencia de diversos sistemas de órganos (como el corazón y los
pulmones); trastornos endocrinos (problemas de la tiroides, la pituitaria o la
glándula suprarrenal); deficiencias hormonales (baja testosterona, estrógenos o
andrógenos) y algunos defectos congénitos.
Los trastornos de disfunción sexual se clasifican, por lo general, en cuatro
categorías: trastornos del deseo sexual, trastornos de la excitación sexual,
trastorno del orgasmo y trastornos de dolor sexual.
Los trastornos del deseo sexual o disminución de la libido pueden tener una
causa hormonal por una disminución en el nivel normal de estrógenos (en
mujeres) o de testosterona (en hombres y mujeres). Otras causas pueden ser
la edad, la fatiga, un embarazo, medicamentos, es bien conocido que los
antidepresivos ISRS entre los que están fluoxetina (Prozac), sertralina (Zoloft),
y paroxetina (Paxil) reducen el deseo sexual en hombres y mujeres, o
condiciones siquiátricas como depresión y ansiedad.
Los trastornos de la excitación sexual se conocían anteriormente como frigidez
en la mujer e impotencia en el hombre, aunque estos términos han sido
reemplazados actualmente por otros menos punitivos. La impotencia se conoce
actualmente como disfunción eréctil y la frigidez ha sido reemplazada con
varios términos que describen problemas específicos con el deseo o la
excitación, por ejemplo.
Para los hombres y las mujeres, estas condiciones pueden manifestar aversión
y rechazo al contacto sexual con una pareja. En los hombres puede haber
incapacidad total o parcial para lograr o mantener la excitación o una falta de
placer con la actividad sexual.
Pueden existir causas médicas para estos trastornos, como disminución del
flujo sanguíneo o falta de lubricación vaginal. Las enfermedades crónicas
también pueden contribuir, así como la naturaleza de la relación en la pareja.
Como lo confirma el éxito del Viagra, la mayoría de las disfunciones eréctiles
del hombre son condiciones principalmente físicas, no sicológicas.
Los trastornos del orgasmo son retraso o ausencia persistente del orgasmo
luego de una fase de excitación sexual normal. El trastorno puede ocurrir tanto
en mujeres como en hombres. Una vez más, los antidepresivos ISRS son
culpables frecuentes, ya que pueden retardar o eliminar totalmente la obtención
de un orgasmo.
Los trastornos de dolor sexual afectan casi exclusivamente a las mujeres y son
conocidos como dispareunia (relación sexual dolorosa) y vaginismo (espasmo
involuntario de la musculatura de la vagina que interfiere con la relación
sexual). La dispareunia puede ser causada por lubricación insuficiente de la
mujer (resequedad vaginal).
La mala lubricación puede ser el resultado de una excitación y estimulación
insuficientes o de cambios hormonales a causa de la menopausia, embarazo o
lactancia. La irritación por las cremas o espumas anticonceptivas también
puede provocar resequedad vaginal, así como el miedo y ansiedad acerca del
sexo.
No está claro cual es la causa del vaginismo, pero se cree que un trauma
sexual previo (como violación o abuso) puede ser un factor. Otro trastorno de
dolor sexual femenino se denomina vulvodinia o vestibulitis vulvar. En esta
condición, la mujer experimenta dolor y quemazón durante el acto sexual, lo
que parece estar relacionado con problemas cutáneos en las regiones vulvar y
vaginal. Se desconoce la causa.
Las disfunciones sexuales son más comunes en los primeros años de la vida
adulta y la mayoría de las personas se preocupan por dichas condiciones a
finales de sus 20 años hasta principios de los 30. La incidencia aumenta de
nuevo en la población geriátrica, cuando el inicio gradual de los síntomas
tiende a estar asociado, más comúnmente, con las causas orgánicas de la
disfunción sexual.
La disfunción sexual es más común en personas que abusan del alcohol y las
drogas. También tiene más probabilidades de presentarse en personas que
sufren diabetes y trastornos neurológicos degenerativos. Los problemas
sicológicos crónicos, la dificultad para mantener una relación o una falta crónica
de armonía con la pareja sexual actual también pueden interferir con la función
sexual.
PREVENCIÓN
La comunicación abierta, informativa y precisa sobre temas sexuales y la
imagen corporal entre la pareja y sus hijos puede evitar que los niños
desarrollen ansiedad o sentimientos de culpa por el sexo y les ayuda a
desarrollar relaciones sexuales saludables.
Se deben evaluar todos los medicamentos, tanto los de venta libre como los de
prescripción, para conocer los posibles efectos secundarios que se relacionan
con la disfunción sexual. El hecho de evitar el abuso del alcohol y las drogas
también ayuda a prevenir la disfunción sexual.
Las parejas que son honestas y abiertas acerca de sus preferencias y
sensaciones sexuales tienen más posibilidades de evitar algún tipo de
disfunción sexual. Si un compañero no sabe lo que la otra persona quiere, no la
puede complacer.
A las personas que son víctimas de un trauma sexual como abuso o violación a
cualquier edad, se les recomienda buscar asesoría sicológica. La asesoría
individual con un experto en trauma puede ser beneficiosa al permitir a la
persona superar las dificultades sexuales y disfrutar a plenitud de experiencias
sexuales voluntarias con una pareja de su elección.
SÍNTOMAS
Hombres o mujeres
falta de interés o deseo en el sexo (pérdida de líbido)
Incapacidad para sentir una excitación
Relación sexual con dolor (menos común en hombres que en mujeres)
Hombres
Incapacidad para lograr la erección
Incapacidad para mantener una erección adecuada para desarrollar la relación
sexual
Retraso o ausencia de eyaculación a pesar de una estimulación adecuada
Incapacidad para controlar el momento de la eyaculación
Mujeres
Incapacidad para relajar los músculos de la vagina lo suficiente como para
permitir la relación sexual
Lubricación vaginal inadecuada antes y durante la relación sexual
incapacidad para lograr un orgasmo
Dolor urente en la vulva o en la vagina al contacto con esas zonas
SIGNOS Y EXÁMENES
Los hallazgos físicos específicos y los procedimientos de los exámenes
dependen de la forma de disfunción sexual que se esté investigando. En
cualquier caso, se debe obtener una historia médica completa y realizar un
examen físico para identificar cualquier posible enfermedad o condiciones
predisponentes; se resaltan los miedos, ansiedades o culpas específicas del
comportamiento o desempeño sexual posibles y se saca a relucir cualquier
antecedente de trauma sexual. El examen físico de la pareja debe incluir todos
los sistemas y no debe limitarse al sistema reproductor.
TRATAMIENTO
Las medidas de tratamiento dependen de la causa de la disfunción sexual. Las
causas orgánicas que son reversibles o tratables, por lo general, son
manejadas con medicamentos o con cirugía. La fisioterapia y las ayudas
mecánicas pueden ayudar a algunas personas que experimentan disfunción
sexual como consecuencia de una enfermedad, condición o discapacidad
física.
Para los hombres que tienen dificultad para lograr una erección, el
medicamento sildenafil (Viagra), que incrementa el flujo de sangre al pene,
puede ser de gran utilidad, sin embargo, debe tomarse entre 1 y 4 horas antes
de la relación sexual.
Los hombres que toman nitratos para enfermedad coronaria del corazón no
deben tomar sildenafil. Las ayudas mecánicas y los implantes de pene también
son una opción para los hombres que no pueden lograr una erección y que no
encuentran de utilidad el sildenafil.
Las mujeres con resequedad vaginal pueden utilizar geles lubricantes y cremas
hormonales y la terapia de sustitución hormonal puede ser de utilidad para las
mujeres premenopáusicas o menopáusicas. En algunos casos, a las mujeres
con deficiencia de andrógenos se les puede ayudar con testosterona.
La vulvodinia se puede tratar con crema de testosterona, con el uso de
biorretroalimentación y con dosis bajas de algunos antidepresivos que también
tratan el dolor nervioso. La cirugía en estos casos no ha sido exitosa.
Los tratamientos de comportamiento consisten en muchas técnicas diferentes
para tratar problemas asociados con el orgasmo y los trastornos de excitación
sexual. La autoestimulación y las estrategias de tratamiento de Masters y
Johnson son sólo dos de las muchas terapias de comportamiento que se
utilizan.
La educación simple, abierta, precisa y de apoyo sobre el sexo y los
comportamientos o respuestas sexuales puede ser todo lo que se necesita en
muchos casos. Algunas parejas pueden requerir de asesoría conjunta para
abordar los problemas interpersonales y los estilos de comunicación. En
algunos casos, se puede recurrir a la sicoterapia para tratar ansiedades,
miedos, inhibiciones o una mala imagen corporal.
PRONÓSTICO Y RESULTADOS
El pronóstico (resultado probable) dependen de la disfunción sexual que se
presente. En términos generales, el pronóstico es bueno en los casos de
disfunciones físicas (causa orgánica) causadas por condiciones tratables o
reversibles. Sin embargo, se debe anotar que muchas causas orgánicas no
responden a los tratamientos médicos o quirúrgicos.
En los problemas sexuales funcionales, producto de problemas en la relación o
de factores sicológicos, el pronóstico puede ser bueno para una disfunción
temporal o leve asociada con factores estresantes situacionales o falta de
información precisa. No obstante, los casos asociados con relaciones que
experimentan un mal funcionamiento crónico o problemas siquiátricos
profundos, no suelen tener resultados positivos.
COMPLICACIONES
Ciertos tipos de disfunción sexual pueden causar infertilidad.
La disfunción sexual persistente puede producir depresión en algunos
individuos. Es necesario determinar la importancia que tiene el trastorno para el
individuo (o pareja, según el caso). La disfunción sexual que no se atacada
correctamente puede llevar a conflictos o rupturas potenciales de la pareja.
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