Moniciones Solemnidad Corpus Christi

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Moniciones Solemnidad Corpus Christi
Domingo 7 de Junio 2015
Monición de entrada
Nos reunimos para celebrar la fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo,
este sacramento por el cual Jesús se nos da en comida y bebida de salvación,
Pan de vida y nuevo maná celestial. Hoy queremos tributar culto de amor y
adoración al Santísimo Sacramento del Altar (al ser llevado en procesión por
nuestras calles y aclamado por nuestros cantos) Esta última frase subrayada en negrita,
solamente se dice si se realiza la procesión con el Santísimo Sacramento en la parroquia o
comunidad. De lo contrario, se suprime.
Iniciemos, pues, la Eucaristía con el canto de entrada.
Monición a la Primera Lectura (Éx 24,3-8)
Escuchemos cómo Moisés ratifica el pacto de Israel con el Señor,
mediante un sacrificio y con la “sangre de la nueva alianza”.
Monición al Salmo Responsorial- 115
Con el salmista, que “brinda” por el Dios que lo salva, alzando la copa
de la acción de gracias, alabémoslo diciendo todos:
Monición a la Segunda Lectura (Heb 9,11-15)
El sacrificio de la antigua alianza, celebrado por el sacerdote Moisés y
presentado en la primera lectura, es anticipo del de Cristo, Sumo y eterno
sacerdote, que, con su propia sangre, nos ha redimido de nuestros pecados.
Monición al Evangelio (Mc 14,12-16.22-26)
Al celebrar su última cena de Pascua, antes de padecer por nosotros,
Jesucristo ha instituido la Eucaristía, la nueva cena pascual, en la cual se nos
da en alimento: su cuerpo y sangre, verdadera comida y bebida. Escuchemos
cómo el Señor instituyó el sacramento de la nueva alianza.
Oración de los fieles
Celebrante: Presentemos a Jesús, que se ha quedado con nosotros en el
sacramento de su Cuerpo y Sangre, nuestras oraciones diciendo: Escúchanos,
Señor.
 Por la Iglesia de Cristo, para que alimente a sus fieles con la doble mesa
de la Palabra y de la Eucaristía. Oremos.
 Para que llegue el día, en que los cristianos de todas las Iglesias
alcancemos la unidad plena y podamos participar todos juntos de la
Eucaristía. Oremos.
 Por los enfermos, los que sufren y los marginados, para que nos les
falte lo necesario, mediante nuestra caridad. Oremos.
 Por quienes dedican su tiempo y esfuerzos a socorrer las necesidades
de sus prójimos, para que Cristo eucarístico sea su alegría y fortaleza.
Oremos.
 Para que Jesús Sacramentado, en el homenaje que hoy le brindamos,
bendiga a nuestras familias y a nuestra comunidad, en este día
solemne en que celebramos la festividad de su Cuerpo y Sangre.
Oremos.
 Por quienes nos hemos reunidos en este domingo, para que
celebremos con fe y devoción la Eucaristía, como el momento central
de nuestra vida cristiana. Oremos.
 Para que el homenaje de adoración y de amor que tributamos hoy a
Señor Sacramento, produzca frutos de amor y de devoción a la
Eucaristía, en especial, con nuestra participación frecuente de la mesa
del Señor. Oremos.
Celebrante: Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta. A ti, que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Monición a la presentación de las ofrendas
Pongamos en el altar, junto a las ofrendas de pan y de vino, el
homenaje de la Iglesia, que se inclina reverente ante Quien se hace comida
de salvación en esta Eucaristía.
Monición a la Comunión
Recibamos con fe viva y esperanza el Pan de la Vida que es Cristo; que
el sacramento que recibimos y compartimos, sea prenda de salvación y
vínculo de unidad y amor entre nosotros.
Monición de despedida (optativa)
En este día hemos celebrado el misterio de la presencia real del Señor,
en los signos sacramentales de la comida y de la bebida, que hemos recibido
y compartido en nuestra Eucaristía.
(Seguidamente tendremos la procesión con el Santísimo Sacramento
por nuestras calles, en nuestro pueblo y comunidad, para que lo adoremos y
demos el homenaje de nuestro amor, que bien merece el Señor) Este párrafo
se dice, si se hace la procesión eucarística. Si no, se omite o se borra.
Que este sacramento de vida nos alimente, nos fortalezca y nos ayude
a formar la Iglesia, como auténtica comunidad de hermanos, que se reúnen
cada domingo a celebrar el banquete de la unidad y de la solidaridad.
Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús
Viernes 12 de Junio 2015
Monición de entrada
Hermanos. Sean bienvenidos a celebrar la solemnidad del Sagrado Corazón de
Jesús. Su imagen, tan querida y venerada por nosotros, nos recuerda fundamentalmente
el amor del Hijo de Dios hacia nosotros, el amor del Verbo encarnado hacia los hijos de
Dios, pues “tanto amó Dios al mundo que dio a su hijo único” (Jn 3,16). Se presenta así
como una parte viva de su divino cuerpo, y es esta y no otra, la que simboliza ese amor,
porque el corazón es el órgano que siempre asociamos a este sentimiento. Iniciemos,
pues, la Eucaristía con el canto de entrada.
Monición a las tres lecturas de hoy (si desean hacer solamente esta monición)
La Palabra de Dios, en esta solemnidad del Sagrado Corazón, nos ayudará a
penetrar en el misterio del amor de Dios, manifestado en su Hijo Jesucristo, herido por
nuestros pecados, pero entregado a la muerte por nuestro amor.
Si no, se hacen las siguientes moniciones:
Monición a la Primera Lectura (Os 11)
Israel es como un niño mimado por Dios, quien como una madre, lo cuida y lo
chinea, como el Señor Jesucristo con los suyos y cuyo símbolo es su corazón traspasado.
Monición al Salmo Responsorial- Is 12
Con el profeta Isaías salmista, aclamemos al Señor, fuente de vida y salud para su
pueblo y Dios de consuelo, diciendo todos:
Monición a la Segunda Lectura (Ef 3,8-12.14-19)
San Pablo, en esta bellísima lectura, nos abre los tesoros del corazón del Redentor
y las riquezas de su bondad por nosotros, para que “experimentemos su amor…que
sobrepasa todo conocimiento humano”.
Monición al Evangelio (Jn 19,31-37)
Del corazón traspasado de Cristo, nace nuestra devoción a su corazón santísimo,
que, desde la cruz, nos ha amado hasta el extremo y ha derramado sobre el mundo su
inmensa misericordia.
Oración de los fieles
Celebrante: Presentemos al Señor Jesús, quien en este día nos presenta su
amor por nosotros, representado en su corazón, nuestras peticiones diciendo
todos juntos: ¡Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío!
 Señor Jesús, que quisiste ser traspasado por la lanza, para que de tu
costado abierto, al brotar el agua y la sangre, naciera tu esposa la
Iglesia, haz que nuestra Iglesia sea siempre santa e inmaculada.
Oremos.
 Señor Jesús, templo santo de Dios, destruido por los hombres y
levantado nuevamente por el Padre, dígnate hacer de la Iglesia morada
digna del Altísimo. Oremos.
 Señor Jesús, rey y centro de todos los corazones, que con amor eterno
nos amas y nos atraes con misericordia, renueva tu alianza con todos
nosotros, que hemos venido a celebrar la inmensidad de tu amor.
Oremos.
 Señor Jesús, paz y reconciliación nuestra, alivio de los que están
cansados y agobiados, descanso y solaz de los que se sienten
abrumados, atrae hacia ti a todos los pecadores. Oremos.
 Señor Jesús, que por tu amor desbordante te rebajaste hasta
someterte incluso a la muerte y una muerte de cruz, llama a los fieles
difuntos a la resurrección.
 Señor Jesús, cuyo corazón fue herido por nuestros pecados, que
nuestra vida cristiana sea una respuesta fiel a tu amor, y te brindemos
una cumplida reparación. Oremos.
Celebrante: Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta. A ti, que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Monición a la presentación de las ofrendas
Presentemos a Dios, junto a las ofrendas eucarísticas, nuestros
esfuerzos y esperanzas, en busca del gran alimento que vamos a recibir y que
es Cristo, Pan de Vida.
Monición a la Comunión
Que la Eucaristía que vamos a comulgar sea signo del amor redentor
del Señor, al que contemplamos en su adorable corazón, que nos invita a
disfrutar de su misericordia.
Monición de despedida (optativa)
Al regresar a nuestras casas y trabajos, y habiendo sido alimentados
con la Palabra y la Eucaristía, pedimos al Señor que podamos corresponderle
a su amor, en especial, viviendo la caridad con los hermanos que más
necesitan de nuestra compasión y cercanía.
¡Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío! Que con esta jaculatoria
terminemos nuestra celebración, adorando al Señor Jesucristo, en cuyo
corazón late la llama ardiente de su amor por nosotros, quien es, a la vez,
“manso y humilde de corazón”.
Moniciones Domingo XI del Tiempo Ordinario
14 de Junio 2014
Monición de entrada
Una vez más nos reunimos en esta Eucaristía, para escuchar la Palabra de Dios y
participar del banquete de los hermanos. Hoy el Evangelio nos presenta a Jesús hablando
con las parábolas del Reino de Dios, con la comparación de la semilla que crece por sí
misma y de la semilla de mostaza.
Iniciemos, pues, la Eucaristía con el canto de entrada. Se ponen de pie, por favor.
Monición a las tres lecturas de hoy (si desean hacer solamente esta monición)
Las enseñanzas del profeta Ezequiel, acerca de un cedro magnífico y la de Jesús de
las dos semillas, quieren poner de manifiesto que la acción de Dios y su Reino, es como
semilla plantada en tierra buena y que crece hasta ser un arbusto frondoso. Escuchemos,
pues, con atención, lo que esta palabra hoy nos enseña.
O la siguiente monición a la Primera Lectura (Ez 17,22-24), haciendo además, las
restantes:
La parábola del cedro magnífico, del cual Dios corta una cepa, ilustra al Israel
humillado en el destierro, pero que surge renovado, como árbol frondoso, del cual surgirá
el Mesías.
Monición al Salmo Responsorial 91
El justo crecerá como palmera y se alzará como cedro del Líbano, canta el salmista
y con él aclamamos al Señor, quien dio comienzo a su Reino, que ha de crecer como
árboles lozanos y frondosos.
Monición a la Segunda Lectura (2 Cor 5,6-10)
San Pablo nos presenta una hermosa presentación de lo que nos espera después
de nuestra muerte, pero sabiendo que, vivos o muertos, somos del Señor, pues con él
hemos de encontrarnos al final de nuestra vida.
Monición al Evangelio (Mc 4,26-34)
Con la parábola de las dos semillas en la tierra fértil, Jesús ilustra los comienzos
humildes del Reinado de Dios, llamado a dar fruto abundante, lo mismo la acción de su
Palabra, que fructifica en el campo del mundo y de la Iglesia.
Oración de los fieles
Celebrante: Presentemos a Jesús, el divino Sembrador del Reino de Dios,
nuestras oraciones con toda confianza, diciendo: Escucha, Señor, nuestras
oraciones.
 Por la Iglesia extendida por el universo, para que siga esparciendo la
semilla del Reino de Dios en el mundo. Oremos.
 Por el Papa Francisco, por nuestros evangelizadores, pastores y laicos,
para que con su vida y ejemplo, sigan anunciando el Reino de Dios,
especialmente a los pobres y marginados. Oremos.
 Por los gobernantes, para que trabajen por la promoción humana y la
justicia social en nuestros pueblos. Oremos.
 Por los enfermos, los que sufren y los marginados, para que
experimenten nuestra caridad solícita, siguiendo el ejemplo de Cristo.
Oremos.
 Por todos nosotros, para que seamos tierra buena, como en la
parábola, que la Palabra de Dios germine y florezca en nuestras vidas,
como lluvia abundante y fecunda. Oremos.
 Para que nuestro trabajo por la Iglesia, no quede en saco roto, sino
que, con la ayuda de Dios, dé frutos abundantes de vida eterna.
Oremos
 Por nuestros difuntos, en especial, los que estamos recordando y
encomendando en esta santa misa, para que ya estén disfrutando de
las delicias del Reino de Dios. Oremos.
Celebrante: Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta. A ti, que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Monición a la presentación de las ofrendas
Pongamos en el altar, junto a las ofrendas de pan y de vino, la semilla
de la palabra divina, para que dé frutos en nuestros corazones y se haga
sacramento de salvación en la Eucaristía.
Monición a la Comunión
Recibamos con fe viva el Pan celestial que es Cristo, para que sea
alimento de salvación, en nuestro diario vivir.
Monición de despedida (optativa)
Habiendo participado de la doble mesa de la Palabra y de la Eucaristía,
pidamos a Dios que el Pan de vida nos sostenga en nuestras luchas y que, con
la fuerza del Espíritu, podamos, como Cristo el Sembrador, esparcir la semilla
de su Reino y de su Palabra, en los surcos del mundo.
Moniciones Domingo XII del Tiempo Ordinario
21 de Junio 2015
Monición de entrada
Una vez más nos reunimos en esta Eucaristía, para escuchar la Palabra de Dios y
participar del banquete de los hermanos. Hoy el Evangelio nos presenta a Jesús calmando
la tempestad del lago de Galilea, pues es el Señor de la naturaleza y domina sus fuerzas
desatadas. Nos enseña que podemos vivir serenos y tranquilos en los vaivenes de la vida
diaria.
Iniciemos, pues, la Eucaristía con el canto de entrada. Se ponen de pie, por favor.
Monición a las tres lecturas de hoy (si desean hacer solamente esta monición)
La Palabra de Dios es la verdad que nos fortalece y tranquiliza en las tempestades
de la vida. Escuchémosla atentamente.
O la siguiente monición a la Primera Lectura (Job 38), haciendo además, las restantes:
En medio de la tempestad, Dios se le manifiesta Job enseñándole que aún el mar,
con toda su furia, está sometido al Señor y tiene sus límites.
Monición al Salmo Responsorial 106
En este salmo, vamos a proclamar que el Señor acompaña a su pueblo, en las
tempestades y tormentas del mar, símbolo del caos y de lo tenebroso, pero que, con Dios,
estamos seguros. Por eso, decimos todos:
Monición a la Segunda Lectura (2 Cor 5,14-17)
San Pablo nos presenta una hermosa presentación de la redención de Cristo en
favor de la humanidad, haciendo de todos nosotros nuevas creaturas.
Monición al Evangelio (Mc 4,35-41)
En este relato de la tempestad calmada, el Señor nos tranquiliza y nos invita a
todos a tener fe en Él, cuando las tormentas de la vida, quieran hacernos perder la
esperanza.
Oración de los fieles
Celebrante: Presentemos a Jesús, el Señor de la naturaleza, nuestras
oraciones con toda confianza, diciendo: Socórrenos, Señor, en las
tempestades de nuestra vida.
 Por la Iglesia, para que fortalecida con el Pan de la Vida, anuncie con
las Palabras y las obras el Evangelio de la Salvación. Oremos.
 Por nuestros pastores, para que su palabra y ejemplo, animen a todos
aquellos, que se sienten abatidos por las tempestades de la vida.
Oremos.
 Por nuestros gobernantes, para que trabajen por su pueblo y sean los
primeros en brindar ayuda y socorro a quienes los necesitan. Oremos.
 Por aquellos que están cansados y agobiados, para que encuentren en
Jesús el alivio que les da fuerza y consuelo. Oremos.
 Por el tiempo y el clima de nuestro país y del mundo, para que
tengamos días serenos y tranquilos, que la naturaleza y sus fuerzas no
nos hagan perder la paz y la tranquilidad. Oremos
 Por todos nosotros, en el mes del Sagrado Corazón de Jesús, para que
la Eucaristía que celebramos sea encuentro sincero con Jesucristo.
Oremos...
 Para que, en las calamidades y pruebas de cada día, escuchemos la voz
de Jesús, que nos llama a confiar en Él. Oremos.
 Por nuestros difuntos, a quienes encomendamos a Dios y recordamos
con cariño, para que ya estén disfrutando de las alegrías del Reino de
Dios. Oremos.
Celebrante: Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta. A ti, que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Monición a la presentación de las ofrendas
Hermanos: Junto al pan y al vino, entreguemos al Señor nuestros
esfuerzos por asumir siempre el Evangelio con sus exigencias y recompensas.
Los llevamos al altar, cantando todos:
Monición a la Comunión
Recibamos con fe viva el Pan celestial que es Cristo, para que sea
nuestro alimento y nuestra fortaleza, en el camino de la fe.
Monición de despedida (optativa)
Habiendo participado de la doble mesa de la Palabra y de la Eucaristía,
pidamos a Dios que en las dificultades de cada día, nos sintamos protegidos y
amparados por la Palabra de su Hijo, que nos enseña a confiar en Él, aún en
los momentos de tempestad que la vida nos ofrece. Que nuestra fe sea
fuerza y valentía en nuestra vida cristiana.
Moniciones Domingo XIII del Tiempo Ordinario
28 de Junio 2015 (Por la mañana y hasta las tres de la tarde)
Monición de entrada
Una vez más nos reunimos en esta Eucaristía, para escuchar la Palabra de Dios y
participar del banquete de los hermanos. Hoy el Evangelio nos presenta a Jesús
devolviéndole la vida a la hija de Jairo y sanando a la mujer hemorroísa, sacándolas del
poder de la enfermedad y de la muerte.
Iniciemos, pues, la Eucaristía con el canto de entrada. Se ponen de pie, por favor.
Monición a las tres lecturas de hoy (si desean hacer solamente esta monición)
La Palabra de Dios nos presenta la bondad del Señor y su poder sobre la
enfermedad y la muerte. Escuchémosla atentamente.
O la siguiente monición a la Primera Lectura (Sab 1), haciendo además, las restantes:
Dios no hizo ni quiere la muerte, que ha entrado en el mundo por envidia del
diablo, pero que ha sido vencida por Cristo.
Monición al Salmo Responsorial 29
En este salmo, confesemos que Dios tiene poder sobre el mal y la muerte, Por eso,
decimos todos con alegría:
Monición a la Segunda Lectura (2 Cor 8,7.9.13-15)
San Pablo nos incita a ser generosos en socorrer las necesidades de los hermanos y
en contribuir en el sostenimiento de la Iglesia, a ejemplo de Cristo.
Monición al Evangelio (Mc 5,-21-43)
Jesús, el Señor y vencedor del mal y de la muerte, sana a la mujer hemorroísa y
resucita a l hija de Jairo. Él viene hoy a nuestro encuentro, para hacer otro tanto con
nosotros, que nos sentimos agobiados por el dolor, la enfermedad, los sufrimientos y la
muerte.
Oración de los fieles
Celebrante: Presentemos a Jesús, Vencedor del mal y de la muerte, nuestras
oraciones con toda confianza, diciendo todos: Escucha Señor, nuestra
oración.
 Por la Iglesia, para que sea cada día más comunidad, signo de Cristo,
que se hizo pobre por amor. Oremos.
Por los cristianos perseguidos, por los que sufren en el silencio y la
soledad la incomprensión, para que los acompañemos con nuestra
oración y solidaridad, que experimenten la fuerza de Cristo Resucitado.
Oremos.
 Por nuestros gobernantes y legisladores, para que asistidos por el
Espíritu de sabiduría, busquen caminos de solidaridad y de promoción
humana, respetando la dignidad e integridad del ser humano. Oremos.
 Por los pobres y los enfermos, para que el Señor los levante con su
mano, los fortalezca con su vigor y los defienda con su poder. Oremos.
 Por los que estamos aquí reunidos y por los que han pedido nuestras
oraciones, para que Dios nos guarde en la fe y experimentemos la
alegría de su misericordia. Oremos...
 Por nuestros difuntos, familiares y amigos, para que ya estén
disfrutando de la presencia de Cristo Resucitado en los cielos. Oremos.
Celebrante: Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta. A ti, que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Monición a la presentación de las ofrendas
Hermanos: Junto al pan y al vino, ofrezcamos nuestro compromiso de
una renovada escucha de la Palabra de Dios. Con alegría, presentamos los
dones en el altar, cantando todos:
Monición a la Comunión
Que al recibir con alegría a Cristo Resucitado en esta Eucaristía,
sintamos todos cómo nos fortalece, nos cura y nos alimenta, en nuestro
diario caminar.
Monición de despedida (optativa)
Habiendo participado de la doble mesa de la Palabra y de la Eucaristía,
pidamos al Señor Resucitado, que con su fuerza, sane nuestras
enfermedades, nos levante de nuestras postraciones y nos anime y consuele,
toda vez que experimentamos el dolor y la muerte en todas sus formas.
Solemnidad de los Apóstoles San Pedro y San Pablo
28 de Junio 2015. Misa del domingo por la tarde o primeras vísperas
Monición de entrada
Bienvenidos a la fiesta de la Eucaristía. Hoy celebramos al Señor que guía a su
Iglesia, a través de su Espíritu derramado en nuestros corazones. San Pedro y San Pablo,
las llaves y la palabra, dieron lo mejor de sus vidas al servicio de la causa de Jesús,
fundaron la Iglesia en el mundo, mantuvieron la unidad, y con su sangre en el martirio,
demostraron que eran verdaderos testigos del Evangelio de Jesucristo.
Celebremos las vísperas de la solemnidad de ambos varones de Dios, que sigue
actuando en su Iglesia, en sus pastores y en su comunidad.
Monición a las tres lecturas de hoy (si desean hacer solamente esta monición)
La Palabra de Dios nos presenta la presencia apostólica y generosa de San Pedro y
San Pablo, en los comienzos de la Iglesia. Escuchémosla atentamente.
O la siguiente monición a la Primera Lectura (Hech 3,1-10), haciendo además, las
restantes:
Monición a la Primera Lectura (Hech 3,1-10)
En esta primera lectura, vemos como Pedro y Juan curan al tullido del templo de
Jerusalén, que les sale al paso, con la fuerza y el nombre de Jesucristo Nazareno.
Monición al Salmo Responsorial 18
Aclamemos al Señor con sentimientos de alegría y gratitud, porque los cielos y la
tierra proclaman su gloria y el firmamento la obra de sus manos, diciendo todos:
Monición a la Segunda Lectura (Gál 1,11-20)
Pablo, recién convertido, comienza a dar sus primeros pasos como apóstol de
Jesucristo, comenzando por Jerusalén, en la que se encuentra con Pedro, columna de la
Iglesia.
Monición al Evangelio (Jn 21,15-29)
Pedro confiesa ante Jesús Resucitado su amor por él tres veces, como tres veces lo
había negado en los días de la Pasión. Por eso, es constituido por Cristo, Pastor de la
Iglesia, el rebaño de su Señor.
Oración de los fieles
Celebrante: Presentemos a Dios nuestro Padre, nuestras oraciones y
plegarias, diciendo todos: Escucha Señor, nuestra oración.
 Oremos por el Papa Francisco, por nuestro Obispo (nombre del obispo de la
diócesis) y todos los Obispos de la Iglesia, sucesores de los apóstoles,
para que pongan sus vidas al servicio del Evangelio y de las
comunidades, a ellos confiadas.
 Oremos por los gobernantes y los responsables de los pueblos, para
que protejan a los más débiles y busquen la paz y la libertad entre las
naciones.
 Oremos por nuestra comunidad, para que se mantenga unida al Señor
y a sus pastores y anuncie a los hermanos el Evangelio de Jesucristo.
 Oremos por todos los enfermos, los que viven privados de libertad, y
los que se sienten solos, para que el Señor y los hermanos les
animemos en sus luchas.
 Por todos nosotros, que hemos venido a celebrar la Eucaristía, para
que el testimonio y ejemplo de los apóstoles y mártires, San Pedro y
San Pablo, nos ayude en nuestro seguimiento fiel de Jesucristo.
 Oremos por todos los difuntos de nuestras familias y de nuestra
comunidad, para que el Señor les abra las puertas de la vida eterna.
Celebrante: Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta. A ti, que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Monición a la presentación de las ofrendas
Presentemos a Dios en el altar, junto a las ofrendas de pan y de vino,
nuestros deseos sinceros de que nuestras vidas den fruto abundante, al
unirnos a la ofrenda de Cristo Eucaristía.
Monición a la Comunión
Acerquémonos con fe y alegría a la mesa de los hijos de Dios, para que
al recibir la Eucaristía, nos unamos cada vez más a Cristo y a los hermanos.
Monición de despedida (optativa)
Estamos contentos de haber celebrado la Eucaristía, en este domingo
en que hemos celebrado el testimonio de los apóstoles Pedro y Pablo,
amigos de Cristo Redentor, vencedor de la muerte y piedra angular de la
Iglesia.
Que en nuestros corazones arda la llama viva de la Palabra de Dios y de
la Eucaristía que hemos recibido y compartido, llevando hoy el mensaje el
Señor a nuestra familia y comunidad.
Solemnidad de los Apóstoles San Pedro y San Pablo
29 de Junio 2014. Misa del día
Monición de entrada
Celebramos hoy la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. Los textos de la
liturgia de hoy recogen los buenos momentos de la actividad de estas dos grandes columnas de la
Iglesia, que se entregaron de manera incondicional para dar a conocer la verdad, incluso hasta
llegar a morir por ella. Son dos gigantes en la fe que se complementan mutuamente y le dan forma
a la misión de la Iglesia.
Comencemos con alegría nuestra celebración
Monición a las tres lecturas de hoy (si desean hacer solamente esta monición)
La Palabra de Dios nos presenta las persecuciones y sufrimientos de Pedro y Pablo, que
tuvieron que enfrentar por amor a Cristo y a su Evangelio. Escuchémosla atentamente.
O la siguiente monición a la Primera Lectura, haciendo además, las restantes:
Monición a la Primera Lectura (Hech 12,1-11)
El texto que a continuación escucharemos nos sitúa al comienzo de la persecución del rey
Agripa primero contra la comunidad cristiana. Pedro ha sido liberado de las maquinaciones del
rey, gracias a una intervención directa de Dios a favor del apóstol. Pedro se deja conducir por el
ángel de Dios, que siempre lleva la iniciativa. Escuchemos atentos este interesante relato.
Monición al Salmo Responsorial 33
Aclamemos al Señor con sentimientos de alegría y gratitud, porque Él nos libra de nuestras
tribulaciones y de nuestras situaciones de muerte, diciendo todos:
Monición a la Segunda Lectura (2 Tim 4,6-8.17-18)
Escucharemos un párrafo de la segunda carta de San Pablo a Timoteo. El apóstol repasa
su vida y nos deja su testimonio: el esfuerzo y entrega de alguien apasionado que se ha entregado
sin reserva a la causa del Evangelio. Las imágenes deportivas que usa (combates, carrera), nos
ayudan a acentuar el gozo por la cercanía de la meta final, pero el premio o la corona los da el
Señor, fiel a su palabra y a los dones que ha querido dar a sus criaturas.
Monición al Evangelio (Mt 16,13-19)
En el Evangelio de hoy se le da a Pedro “oficialmente” el título de piedra, roca en la que
Jesús va a edificar su Iglesia, aunque ésta tiene un cimiento frágil no se hundirá. El misterio de la
Iglesia, con Pedro a la cabeza, es un misterio de fragilidad sostenido por la mano de Jesús, que la
cuida y la mantiene en pie. A su vez, Pedro recibe el poder de atar y desatar. “Tú eres Pedro y yo
te daré las llaves del reino de los cielos”.
Oración de los fieles
Celebrante: Presentemos a Jesús, el Señor, nuestras oraciones y plegarias en
este día de la solemnidad de San Pedro y San Pablo, diciendo: Escucha Señor,
nuestra oración
 Tú que rogaste por Pedro para que no se apagara su fe, da firmeza a la
fe de tu Iglesia, roguemos al Señor.
 Tú que, después de la resurrección, te apareciste a Simón Pedro y te
revelaste a Saulo, ilumina nuestras mentes para que confesemos tu
resurrección, roguemos al Señor.
 Tú que elegiste al apóstol Pablo para que anunciara tu nombre a los
paganos, haz de nosotros verdaderos apóstoles de tu Evangelio,
roguemos al Señor.
 Tú que misericordiosamente perdonaste las negaciones de Pedro,
perdónanos también nuestras culpas y pecados, roguemos al Señor.
Celebrante: Oración conclusiva, tomada de B. Caballero: La Palabra cada domingo)
Bendito sea, Dios, Padre nuestro, Dios de los apóstoles,
por habernos llamado a la fe de tu pueblo la Iglesia,
que has cimentado sobre Cristo y sobre la palabra y el testimonio
de los apóstoles, a quienes él eligió como sucesores suyos.
Te alabamos hoy con estos testigos cualificados del evangelio
y columnas de la Iglesia, que fueron los apóstoles Pedro y Pablo.
Concédenos, Señor, responder a tu elección de amor
para colmar las esperanzas depositadas en esta hora del mundo,
para mostrar tu rostro auténtico a nuestros hermanos los hombres,
Para irradiar la luz del evangelio de Cristo en torno nuestro.
Para presentar ante el mundo el rostro joven de tu Iglesia. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén
Monición a la presentación de las ofrendas
Presentemos a Dios en el altar, junto a las ofrendas de pan y de vino,
como signos de nuestra entrega al Padre.
Monición a la Comunión
Acerquémonos con fe y alegría a la mesa de los hijos de Dios, para ser
alimentados por Cristo, con su Pana de Vida.
Monición de despedida (optativa)
Estamos contentos de haber celebrado la Eucaristía, en este día en que
hemos celebrado el testimonio de los apóstoles Pedro y Pablo, amigos de
Cristo Redentor, vencedor de la muerte y piedra angular de la Iglesia.
Que el ejemplo de estos grandes hombres de Dios, nos ayuden a
evangelizar y llevar a todos la palabra de Cristo, como ellos lo hicieron en los
comienzos de la Iglesia, siendo cimientos de la comunidad.
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