PALABRA QUE DA VIDA ¡NO CONDENEMOS A LOS QUE NO TIENEN CULPA! -Reflexionemos-

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PALABRA QUE DA VIDA
-Reflexionemos-
¡NO CONDENEMOS
A LOS QUE NO TIENEN CULPA!
NADIE SE HACE MÁS BUENO O MÁS MALO POR CUMPLIR O DEJAR DE CUMPLIR CON LAS PRESCRIPCIONES RELIGIOSAS, LA MEDIDA DEL CRISTIANO
ES SU CAPACIDAD DE TENER MISERICORDIA Y DE SER JUSTO CON LOS
DEMÁS.
VIERNES 19 DE JULIO DE 2013
Del Evangelio según san Mateo 12, 1-8
Un sábado de aquellos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que
tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos,
al verlo, le dijeron: «Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no
está permitida en sábado.» Les replicó: «¿No han leído lo que hizo David,
cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni
a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no han leído en la Ley que
los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?
Pues les digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendieran
lo que significa "quiero misericordia y no sacrificio", no condenarían a los que
no tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado.»
LECTURAS COMPLEMENTARIAS:
ÉXODO 11, 10-12, 14 - Y LO COMERÁN ASÍ: LA CINTURA CEÑIDA, LAS SANDALIAS
EN LOS PIES, UN BASTÓN EN LA MANO; Y SE LO COMERÁN A TODA PRISA, PORQUE ES
LA PASCUA, EL PASO DEL SEÑOR.
SALMO 115 - ALZARÉ LA COPA DE LA SALVACIÓN, INVOCANDO EL NOMBRE DEL
SEÑOR
CONTEXTO – Recoger espigas era una de las treinta y nueve
formas (!!) de violar el sábado, según algunas escuelas fariseas. Un
día que Dios había elegido para que todo hombre (esclavo o libre;
incluso los animales) tuviera un espacio libre de obligaciones para
encontrase consigo mismo, con las personas queridas, con la comunidad, y con Dios, pero que fue «debidamente» regulado por los
«sabios y entendidos» hasta convertirlo en ocasión de agobio, exclusión y condena para quienes no se atuvieran a sus criterios. Ya
no era un día para el hombre.
EL MAESTRO NOS INVITA A NO CONDENAR – Es mucho
más fácil seguir normas, leyes y ritos que ejercer misericordia y dar
amor… Es mucho más fácil querer leyes y normas escritas en un
libro (que muchas veces nos ayudan a manipular a otros) que querer a las personas con sus virtudes y defectos. Es mucho más fácil
autodenominarnos buenos y creerlo que reflexionar sobre nuestras
actitudes y a quienes hacemos daño con nuestra manera de ver y
hacer “el bien”. Naturalmente, hay mandamientos. Pero el
Señor nos dice que nunca deben interponerse como obstáculo en el camino de la misericordia y del cariñoso servicios a
los hermanos.
PARA REFLEXIONAR
NOS FALTA MISERICORDIA
Y NOS SOBRAN SACRIFICIOS
«Si comprendiéramos lo que significa "quiero misericordia y no
sacrificio"…»:
 No condenaríamos a los que son distintos de nosotros o a los
que no entendemos porque quieren vivir seriamente su vida
desde otra perspectiva.
 No daríamos más importancia a las cosas que a las personas.
 No perderíamos la esperanza con nadie; tampoco con
nosotros mismos. Como si hubiera algo tan terrible que
no permitiera recomenzar de nuevo.
 No viviríamos agobiados por el peso de culpas, pecados, omisiones, soledades, desafectos, mentiras, envidias, odios, calumnias…
 No nos dejaríamos aplastar por quien nos quiere mal y además intenta sobornarnos con prácticas y rituales que más parecen magia que fe en nuestro Señor Jesucristo.
 No dejaríamos de sentir compasión (en el sentido más entrañable y profético) ante todo lo humano de cada día.
 No nos escandalizaríamos por unas pocas espigas ni tampoco
tendríamos la manga ancha del que poco ama y por eso, poco
discierne y vive.
En definitiva…. Cada uno podemos completar la frase. El lamento de Jesús es el mismo: nos falta misericordia y nos
sobran sacrificios. Parece muy claro, ¿no? Todo cuanto hagamos por disimular este lamento evangélico, estará distorsionando su mensaje. Ayudémonos unos a otros a vivirlo en la práctica, no en la teoría, desde Dios y con los hermanos.
PARA ORAR
Padre bueno y misericordioso,
tu Hijo Jesús nos enseñó que ni el tiempo,
ni los lugares, ni las cosas
se pueden colocar por encima de la vida.
Ablanda nuestros corazones para que entendamos
que ellos existen en función de servir y de mejorar la vida,
nunca para oprimirla o disminuirla.
Graba en nuestras mentes que nadie se hace más bueno
o más malo por cumplir o dejar de cumplir
con las prescripciones religiosas.
Que acabemos por comprender que nuestra medida
es la capacidad de tener misericordia
y de ser justo con los demás. Amén.
PARA ACTUAR – Recordemos: el “cumpli-miento” de la ley
sin sentido humano y social se convierte en un cumplimiento
vano, inútil. Nosotros en la casa, en la calle, en el trabajo, en
la comunidad, en la iglesia, necesitamos afianzar la misericordia como regla de vida.
COMO TÚ, PADRE
Sobre buenos y malos, Padre,
haces salir el sol y mandas la lluvia.
A todos sostienes,
a todos ofreces tu regazo
y susurras palabras de vida y ternura,
independientemente de sus méritos,
de su dignidad,
de su bondad o malicia,
de su credo,
de su autoestima.
Amas a todos,
mas no eres neutral.
Amas al injusto,
pero detestas la injusticia.
Amas al pobre,
pero aborreces la pobreza.
Amas al engreído,
pero te hastía el orgullo.
Amas al pecador,
pero odias toda maldad.
Graba en nosotros
las claves de tu corazón,
y da a nuestras entrañas
los ritmos de tu querer
para respetar a los que son diferentes,
ser tolerantes con los que no coinciden,
dialogar con los disidentes,
acoger al extranjero,
prestar sin esperar recompensa,
defender al débil,
saludar al caminante,
y amar a todos
por encima de nuestros gustos
y preferencias.
Enséñanos, Padre,
a ser como Tú.
Que todos puedan decir:
Son dignos hijos de tal Padre.
«Si comprendieran lo que significa
"quiero misericordia y no sacrificio",
no condenarían a los que no tienen culpa»
Incluso si estás en el camino
correcto, serás atropellado
si te quedas sentado allí.
Will Rogers
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