95 LATERCERA Sábado 28 de abril de 2012 Cultura&Entretención CRITICA DE TEATRO PREMIO NACIONAL Tres veces Radrigán Teatro social J uan Radrigán, junto a su compañía El Telón, estrenó en 1981 la trilogía Redoble fúnebre para lobos y corderos, amarga y crítica respuesta a las problemáticas sociales y políticas de principios de los 80, desde el punto de vista de los más desposeídos. Son tres textos reunidos bajo un mismo montaje, marcados por la pobreza, la desesperación y el infortunio. Fue acertada la decisión del director Rodrigo Bazaes de invertir el orden de las obras. Isabel desterrada en Isabel, la primera en la versión original, es la más lograda y ahora sirve de imponente final, gracias al oficio de Solange Lackington (en la foto). La actriz impregna de profunda humanidad y dignidad a su entrañable Isabel, una vagabunda que queda solitaria tras denunciar a su pareja, Aliro, un vendedor de aves que ahorcaba a los pájaros antes de venderlos. Así se morían luego y el negocio seguía prosperando. Con sensibilidad y sutileza, Lackington no cae en obviedades ni didactismos. En Sin motivo aparente, Néstor Cantillana encarna con eficiencia a un personaje sumido en la más completa desesperanza, aunque su habla popular se vuelve algo impenetrable. Asimismo, El invitado, a cargo de Mario Soto y Manuela Oyarzún, muestra la lucha diaria de una pareja. El es ex mecánico, hoy cesante. Ella, ex dueña de casa, hoy “dueña de pieza” que vive de los Rodrigo Miranda Periodista Los personajes de Radrigán son seres marginales y desposeídos. premios del Festival de la Una. Un invitado invisible maneja sus vidas mínimas y vulnera su intimidad. En el original era obvio que la presencia aludía a Pinochet. Hoy, esa identidad se diluye dejando una sensación de ambigüedad. Son textos duros, implacables y dolorosos. En ellos reina el pesimismo. Así, Radrigán quiso convertirse en la voz de los silenciados. Sus personajes pueden estar mal vestidos y sucios, pero debajo de sus modales brutos, se adivina un buen corazón, lealtad, nobleza y una profunda conciencia de su marginalidad. El director Rodrigo Bazaes articula un lenguaje visual vigoroso y vibrante. Desde la sobriedad y la abstracción, acompaña la temática social de Radrigán, lejos de caricaturas y excesos dramáticos, pero sin apartarse ni un centímetro de su voz acusadora sobre la inequidad de un sistema compuesto por lobos y corderos. RR Solange Lackington protagoniza el monólogo Isabel desterrada en Isabel. FOTO: TEATRO UC Juan Radrigán es una de las figuras indispensables de la dramaturgia chilena. Otras de sus obras son Las brutas (1980), El loco y la triste (1980) y Hechos consumados (1981). Radrigán dice que hasta hoy escribe todos los días, incluso en Navidad y Año Nuevo. Redoble fúnebre para lobos y corderos se exhibe jueves, viernes y sábado, a las 20.30 horas, en el Teatro UC (Jorge Washington 26).