BUSCANDO el MILAGRO PERFECTO Los milagros de Lourdes reinterpretados en el S. XXI © Louise McGrath Helena R. Olmo © Lawrence OP La visita de los penitentes al santuario de Lourdes. Nunca es fácil tratar de milagros desde una perspectiva crítica. El riesgo latente es que antes o después perturbas la sensibilidad de los creyentes. La Virgen de Lourdes tiene en su haber un impresionante capital de curaciones milagrosas e imposibles reconocidas por la Iglesia. Inspirados por la ciencia y la razón siglo XXI, reputados científicos han aunado sus conocimientos para involucrarse de manera objetiva en la revisión minuciosa de algunos de estos casos, estudiando la documentación oficial de 15 milagros famosos. Sus conclusiones resultan del pensamiento libre de prejuicios a favor o en contra de la fe. ¿Habrán encontrado respuestas? ¿Intercesión divina o remisión espontánea? ¿A qué podemos llamar milagro? 4 www.eloctavosabio.com ¿¿ Conoce a alguien con una pierna o un brazo amputado a quien le haya crecido súbitamente el miembro? Yo tampoco… Ni siquiera en el Santuario de Lourdes, donde contabilizan más de 7.000 casos de curaciones milagrosas, tienen constancia de un prodigio de semejante magnitud. ¿Acaso los milagros tienen tamaño? Yo diría que no, un hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino, por pura definición ha roto todos los moldes racionales y cuantificables. Por tanto, un milagro no es grande ni pequeño: un milagro es un milagro. Claro que… si viéramos crecer la pierna del cojo… ese milagro habría que calificarlo de manera especial, pues sería único en su especie. Sería un milagro incuestionable. Al no conocer ninguno con estas características, entonces la lógica nos lleva a cuestionarlos todos. Y digo «lógica» porque es competencia única de la razón excluir falsos fenómenos paranormales o religiosos; apenas dejamos que se filtre la fe, aparecen dogmas que admitimos sin reservas. La propia Iglesia expresa cautela y recomienda precaución ante los milagros. Saben perfectamente que entre la medicina y el milagro existe una inmensa tipología de curaciones, la mayoría de índole mundano. Pero podría ser que en ambos extremos se encuentren dos verdades absolutas aunque antagónicas. Sin duda, la ciencia cada vez dispone de más recursos y conocimientos que explican curaciones que en el pasado fueron automáticamente atribuidas a la intercesión divina. Pero, a su vez, la ciencia aún se reconoce incapaz de comprender algunos fenómenos. Son las dos caras de una misma moneda valorada en más de 30 millones de euros al año. Y es que ¿Por qué Lourdes intercede para sanar algunas enfermedades pero no resucita un cuerpo decapitado? Luigi Garlaschelli. Sor Luigina. el turismo religioso es el único que escapa a la crisis, y eso sí es un milagro. El 68 milagro de Lourdes «Tenemos el gran placer de anunciar el reconocimiento del 68º milagro atribuido a la intercesión de Nuestra Señora de Lourdes». El comunicado llegaba no hace demasiado, el pasado mes de octubre de 2012. La Iglesia reconocía científicamente inexplicable la curación de sor Luigina Traverso, que se recuperó de una lumbociática paralizante en meningocele, una La mayoría de los milagros se remontan a una época en la que ni siquiera existían las radiografías. El número de casos inexplicables disminuye exponencialmente con el aumento de los conocimientos médicos ¿Por qué Lourdes intercede para sanar algunas enfermedades pero no resucita un cuerpo decapitado? "EL AGUA PODRÍA SER LA CLAVE" Es la conclusión del primer seminario científico internacional celebrado en Lourdes > patología dolorosísima que le había provocado una parálisis en la pierna y pie izquierdos. Cuando era solo una joven de treinta años, la salesiana de la diócesis de Casale Monferrato (Italia) vivía encamada. Tras cuatro operaciones y todo tipo de tratamientos, los médicos se reconocieron incapaces de ayudarla y decidió peregrinar a Lourdes. El 23 de julio de 1965, la monja oraba frente a la gruta cuando sintió una fortísima oleada de calor entrando en su cuerpo y le invadió un inexplicable deseo de levantarse. Recuperó la movilidad y desapareció el dolor. De regreso a su habitación, pidió ser bendecida por el delegado obispal monseñor Lorenzo Ferrarazzo, quien la desafió: «Hermana, si quiere recibir la bendición, arrodíllese a orar». Luigina obedeció. Este milagro tiene especial relevancia porque ha sido certificado, por el Comité Médico Internacional de Lourdes. Aunque han pasado 48 años desde que se produjo, este reconocimiento significa que el caso ha sido estudiado a la luz de los conocimientos médicos actuales. El Dr. Franco Balzaretti, miembro de la Comisión, explica que la grabe enfermedad había estado bien diagnosticada y adecuadamente tratada. La curación era inviable y, por tanto, no le queda más remedio que aceptar el prodigio. Esta es una de las caras de la moneda, cuando la medicina parece suscribir el milagro. Frente a esta situación tenemos nada menos que otros 67 milagros reconocidos que merecerían una revisión actualizada y pormenorizada. Hay quien se ha puesto manos a la obra… "El crítico es un hombre que espera milagros" (J. Huneker) «Hablar de milagros es complejo, requiere poner en entredicho la fe de los creyentes», balbuceo en voz alta mientras repaso mis notas sobre el libro «Lourdes, i dossier sconosciuti» («Lourdes, los dosieres desconocidos»). «¿Pero a quienes Luc Montagnier. En junio de 2012, la Oficina de Constataciones Médicas de Lourdes, presidida por Alessandro de Franciscis, quiso convocar a 30 científicos de fama mundial para debatir la idea de que la fe y la oración puedan influenciar en la curación física. Con una ponencia titulada «Ciencia y fe», el presidente del Consejo Pontificio para los Agentes Sanitarios, el arzobispo Zygmunt Zimowski, inauguraba este seminario sobre «Lourdes, la salud y la ciencia: ¿qué significa ‘curarse’ hoy?». Entre los oradores más destacados merece una mención el profesor Luc Montagnier, premio Nobel de Medicina en 2008 por descubrir el virus del sida, que pronunció una arriesgada propuesta sobre «La estructura del agua y su papel en las enfermedades». La oportunidad le llevó a recordar la polémica teoría de la memoria del agua, pero puede que el virólogo no vaya desencaminado, está a punto de demostrar que el ADN puede proyectar copias de sí mismo a través de ondas electromagnéticas que al ser recogidas y almacenadas en agua pura crean una nanoestructura idéntica a la del ADN original. De los 68 milagros reconocidos en Lourdes, 48 están directamente relacionadas con el agua de la gruta. Merece un estudio aparte. En 1858, la Virgen dijo a Bernadette: «Vete a be- www.eloctavosabio.com © Gia Garlaschelli 6 Esther Sternberg. ber y a lavarte en la fuente». La joven narró cómo el agua aliviaba sus crisis asmáticas pero también explicó que para que el agua actúe como un medicamento «Hace falta tener fe, es necesario rezar». ¿Sin fe no hay cura? A la reumatóloga estadounidense Esther Sternberg no le pasa inadvertido. La doctora Sternberg también estuvo invitada al congreso y consideró que un lugar lleno de espiritualidad, oración y cánticos religiosos propicia una atmósfera que probablemente tenga un papel positivo en la salud de los enfermos. «Estar inmerso en un ambiente de compasión puede tener un efecto emocional y, por tanto, en el cerebro, que puede producir cambios que activen el sistema inmunológico del cuerpo». La simple pérdida del estrés cotidiano que experimenta el peregrino ya es un factor altamente beneficioso para su salud. Pero la fe es un sentimiento humano y la oración, una acción que realiza un individuo. Es un círculo que empieza y se cierra en el persona: el peregrino acude movido por sus creencias, reza con amor y esperanza alimentando con ello la atmósfera espiritual, mientras permite y anhela que esa sensibilidad penetre en sus emociones. «El milagro no genera la fe, más bien la fe genera el milagro», decía el cardenal Gianfranco Ravasi. Luigi Garlaschelli. > creen no les gustaría analizar estos fenómenos y entender su manifestación?, me sobresalta Luigi Garlaschelli, el mismísimo editor de la obra que tengo en mis manos, a quien estaba esperando para entrevistarnos en su laboratorio de la Universidad de Pavia (Italia). «Por ejemplo –continúa mientras abre la puerta y me invita a sentarme–, puedo aceptar que creas que las almas de los muertos sobreviven en un más allá, pero si te dicen que se comunican con nosotros moviendo una mesa de tres patas, tienes el derecho –considero que incluso el deber– de examinar este fenómeno». Insisto, en el terreno de los milagros es fácil herir la sensibilidad de los creyentes. Pero no hay que tener miedo: un católico solo debe, por definición, creer en lo que dice el Credo. Todo lo demás, incluso los milagros oficiales o los del Evangelio, los puede discutir y cuestionar. De hecho, la propia Iglesia ha creado comisiones especiales de investigación Helena R. Olmo > para determinar si un fenómeno puede ser declarado milagroso o no. Me abrazo a tu explicación con ambas manos porque estamos a punto de comentar tu último trabajo y estoy convencida de que vamos a levantar ampollas. No tendría nada que objetar ante lo sobrenatural o milagroso si cada explicación natural hubiera sido excluida. Aún así… no sé si sería suficiente. Porque no basta examinar lo que Dios está haciendo, también es necesario atender a lo que no hace. No entiendo que Dios deba licuar la sangre de San Genaro dos veces al año y no derrita el machete del guerrillero que mata a un centenar de niños. Si Dios nos quiere dar un milagro permanente, ¿por qué no hace aparecer una catedral de la nada o deja suspendido un crucifijo en el aire? ¿Por qué Lourdes intercede para sanar enfermedades como el cáncer pero no resucita a un cuerpo decapitado? Si Dios quiere, Dios puede. Las respuestas tradicionales a estas preguntas son que Dios no nos quiere forzar a creer en él. Que Dios se esconde, nos habla con enigmas, que no podemos osar entender sus razones, que el mal que hay en el mundo deriva de la Naturaleza o del libre albedrío del hombre… Y lo dices con conocimiento de causa. Los sumarios de los milagros oficiales de Lourdes han captado tu interés y te has rodeado de científicos de primera línea para repasar los casos más notorios. ¿Qué ha estimulado este trabajo? Desde hace varios años estoy interesado en los misterios y supuestos fenómenos paranormales. Los milagros caen, técnicamente, entre los fenómenos paranormales. Quería comprobar su validez, examinar los detalles técnicos. ¿Por qué los milagros de Lourdes y no de otros lugares similares? Si realmente queremos investigar los milagros, tenemos que elegir los mejores. Los de Lourdes soportan y superan el control de la Oficina Médica de Lourdes, de una Comisión Internacional de Medicina y una investigación eclesiástica. Hemos tratado de comprobar ciertos pormenores y han salido a la luz pequeños pero trascendentales detalles de los que nadie sabía nada, porque lo que generalmente conocemos es la conclusión última a la que ha llegado la Iglesia. No puedo evitar evocar a Carl Sagan, defensor del método científico que nos dejó con «El mundo y sus demonios» (1995) su particular reflexión sobre lo que acontece en el Santuario de Lourdes. Desde la aparición de la Virgen en la gruta de Masabielle, en 1858, cientos de millones de personas acuden con la esperanza de curarse, «muchas de ellas con enfermedades que la medicina de la época no podía vencer. La Iglesia católica romana rechazó la autenticidad de gran cantidad de las curaciones llamadas milagrosas: solo aceptó sesenta y cinco en casi un siglo y medio (de tumores, tuberculosis, oftalmitis, impétigo, bronquitis, parálisis y otras enfermedades, pero no, por ejemplo, la regeneración de una extremidad o una columna vertebral partida). De las sesenta y cinco curaciones, hay diez mujeres por cada hombre. Las posibilidades de una 7 8 www.eloctavosabio.com > curación milagrosa en Lourdes, por tanto, son de una entre un millón; hay tantas posibilidades aproximadas de curarse después de una visita a Lourdes como de ganar la lotería, o de morir en el accidente de un vuelo regular de avión… incluyendo el que va a Lourdes. La tasa de remisión espontánea de todos los cánceres, agrupados, se estima entre uno por cada diez mil y uno por cada cien mil. Si solo el cinco por ciento de los que van a Lourdes fueran a tratarse un cáncer, debería de haber entre cincuenta y quinientas curaciones ‘milagrosas’ solo de cáncer. Como solo tres de las sesenta y cinco curaciones atestiguadas son de cáncer, la tasa de remisión espontánea en Lourdes parece ser inferior que si las víctimas se hubieran quedado en casa». Casi veinte años después, estas estimaciones siguen vigentes, ¿has recogido el testigo? Sagan destacaba en particular el hecho de que las curaciones parecen responder a causas no orgánicas sino susceptibles a los efectos psicológicos. También menciona el hecho de que las recuperaciones no son estadísticamente superiores a las remisiones espontáneas. En este libro además presentamos los archivos médicos de Lourdes y las páginas de los exámenes oficiales, hasta el momento desconocidas, que contienen detalles técnicos de 15 milagros famosos. Ahora cualquiera de nosotros puede juzgar por sí mismo los méritos o descréditos de estos eventos. La fábrica de los milagros a principios del siglo XX No es la primera vez que Lourdes se convierte en campo de batalla entre fe y racionalismo, pero esta vez las filas del pensamiento crítico están capitaneadas por generales como Piergiorgio Odifreddi y Andrea Albini. En «Lourdes, i dossier sconosciuti», Odifreddi, matemático y ensayista, expone algunas consideraciones sobre Helena R. Olmo > la figura de la Virgen, el nacimiento del mito y el dogma de su virginidad e inmaculada concepción. Albini, consolidado divulgador científico en Italia, concluye la contextualización de la obra con dos ensayos que nos proporcionan información sobre los mecanismos y modo de proceder de la Iglesia Católica para proclamar una canonización, la cual requiere necesariamente el reconocimiento de al menos un milagro. Esta antesala da finalmente paso a una serie de capítulos donde se ahonda en el mérito de algunas de las más llamativas y mejor documentadas curaciones certificadas como milagrosas. El investigador Adrien Delcour desmenuza en una de las partes del libro la curación de Pierre de Rudder, considerada por algunos «el milagro más extraordinario de los últimos siglos». En 1867, Pierre sufrió una fractura en la pierna izquierda al caer de un árbol, dejando expuestos los huesos. Una infección gangrenosa llevó a los médicos a aconsejar la amputación. Pierre rechazó la idea y durante ocho años vivió con la herida abierta y supurante. Los extremos de los huesos estaba separados por unos 3 cm. y, al parecer, por ese hueco se podía girar la pierna 180º. El 7 de abril de 1875, Pierre peregrinó a Oostacker (Gante), donde se encuentra una reproducción de la Gruta de Lourdes. Esa noche volvió a su casa con la pierna completamente restaurada. Tras su muerte (22 de marzo de 1898) se exhumaron los huesos de sus piernas, lo que permitió manifestar la realidad objetiva de la lesión y de su consolidación… La fama de esta recuperación se encuentra en su extraordinario físico, ¿cómo en un instante pudo crecer el hueso varios centímetros para soldar los dos extremos rotos? Delcour ha estudiado el caso eliminando todas las capas de testimonios dudosos hasta el extremo de privarlo de toda credibilidad. De Rudder señaló al Dr. Van Hoestenberghe como testigo cualificado de la mejoría de su pierna. Este médico no le atendió cuando se accidentó, fueron los doctores Buylaert Varsenaere, Affenaer Oudenburg y Verriest; solo ellos podían dar cuenta del estado real y la evolución que tuvo la pierna en los años previos al supuesto milagro. Sin embargo, Van Hoestenberghe se convertiría en el informador principal, por ser el único médico que firmó una declaración para monseñor Faict, obispo de Bourges. El problema es que este médico en cada ocasión cambiaba el número de veces y las fechas en las que había visitado al paciente, con lapsos de hasta tres años de diferencia. Sus llamativas contradicciones desacreditaban todo el testimonio. No obstante, no faltó quien le justificara alegando que la mentira –dirigida al obispo, recordemos– estaba lícitamente avivada por la ética profesional, dado que Van Hoestenberghe pretendía con ello no ofender a su colega el Dr. Verriest, que podría resentirse por la intrusión en su paciente. Esta piadosa interpretación viene nada menos que de parte del abad De Meester, promotor de la causa milagrosa en el momento de la investigación canónica en 1907-1908. Por otra parte, Faict expuso a Van Hoestenberghe que consideraría su respuesta como confidencial, por tanto no había razón para mentir en un alarde por proteger al Dr. Verriest, que nunca llegaría a enterarse de esas declaraciones. Respecto a la escandalosa torsión que permitía la pierna fracturada, a partir de 1892 Van Hoestenberghe afirmó haberla hecho girar él mismo hasta 12 veces. Sin embargo, en 1957 apareció una vieja carta en la que el médico decía a monseñor Faict que no había ni visto ni practicado tal retorcimiento, sino que simplemente había oído hablar de ello. Nótese que esta carta estuvo perdida en la época de la investigación canónica... Desde el punto de vista médico, ¿habría sido posible la curación espontánea de una fractura abandonada por los médicos de la época? Esto es muy exagerado, basta examinar la literatura médica de entonces, donde abundan ejemplos de heridas de guerra similares que se curan y logran salvar el miembro aunque quede maltrecho. Esto permite pensar en una cura espontánea —que no instantánea—, de la pierna de De Rudder. ¿Fue perfecta la sanación? No, tal y como se comprobó años después de su muerte cuando exhumaron sus huesos. Los fragmentos óseos de la vieja fractura en la pierna izquierda eran angulosos, no estaban bien alineados y habían quedado unidos por un callo óseo saliente. Este es el proceso nor- 9 10 www.eloctavosabio.com mal de consolidación de fracturas supuradas y no debe ser interpretado como prueba de la curación instantánea. Por cierto, Van Hoestenberghe había declarado que se trataba de la pierna derecha, ¡con razón la encontró intacta!, «con la superficie interna de la tibia lisa y sin relieves». ¿SE PUEDE ANULAR UN MILAGRO? Llegados a este punto no podemos dejar de hacernos la pregunta. El ejemplo de Pierre de Rudder al menos justifica la necesidad de confrontar los casos con las nuevas metodologías y avances que perfilan nuestra comprensión de las enfermedades y cómo pueden sanar. Basta tener en cuenta el hecho de que la mayoría de los milagros reconocidos se remontan a una época en la que ni siquiera existían las radiografías y el número de casos inexplicables disminuye exponencialmente con el transcurso del tiempo y el aumento de nuestros conocimientos médicos. Vale la pena recordar las palabras de Patrick Tellier, exdirector de la Oficina Médica de Lourdes: «Un paciente no se puede curar, excepto por una enfermedad susceptible de curación. El milagro no fuerza la naturaleza. Nunca he visto a una persona con síndrome de Down sanar en Lourdes. En última instancia, lo que yo llamo un milagro puede ser calificado en medicina como una remisión espontánea. Por mi parte, creo que el milagro utiliza las formas de la naturaleza, solo son formas aún desconocidas por la medicina». Lo cierto es que el número de milagros sufre una caída libre… Cuando los controles e inspecciones son nulos, la intensidad de los fenómenos asciende al 100%, pero cuando los controles se activan y se aproximan al 100%, son los fenómenos los se reducen a cero. Veamos cómo se comporta esta relación entre los milagros y la variable tiempo. En el libro de Luigi Garlaschelli se recupera una detallada y extensa investigación realizada en 1957 por el psiquiatra y parapsicólogo Donald James West, el examen de la documentación médica rela- tiva a once curaciones acaecidas en Lourdes entre 1937 y 1950, lo cual nos permite avanzar en el tiempo respecto al caso presentado de De Rudder. West, socio y presidente de la Society for Psychical Research (SPR) de Londres, se entregó al estudio de fenómenos presuntamente paranormales con el ansia de encontrar una evidencia verdadera y demostrable de estas manifestaciones. La investigación realizada sobre los milagros de Lourdes estuvo motivada por el mismo deseo de encontrar algún caso convincente, sin fisuras. West tuvo acceso a todos los expedientes originales y registros médicos, pero su conclusión fue desilusionante: no encontró ninguna prueba que validara un solo milagro. Todo cuanto West halló era sugestión, insuficiencia de diagnósticos, datos incompletos y expedientes «intolerablemente chapuceros». Se resumen brevemente: «La rareza de la curación y la falta de información médica en la mayoría de los casos, hace extremadamente difícil cualquier tipo de evaluación. […] Curaciones claramente imposibles, involucrando algo así como la regeneración de un ojo o una extremidad perdida, no se cuestionan porque nunca han sido reportadas. La mayoría de las sanaciones son de enfermedades potencialmente tratables y son significativas solo por la velocidad y la forma en que se dice tuvieron lugar. En ningún caso hay un cambio repentino en la estructura física confirmado por pruebas objetivas, tales como radiografías tomadas inmediatamente antes y después del hecho. […] El examen cuidadoso de estos once casos de milagros modernos proporciona poca evidencia de alguna curación completamente inexplicable. Algunos, de hecho, son fáciles de explicar en términos comunes». EL MILAGRO PERFECTO La obra compilada por Garlaschelli reúne dos estudios más que nos sitúan en la forma de valorar los milagros en el presente. El neurólogo Francesco D’Alpa –escritor de varios ensayos sobre apariciones marianas– y el médico Maurizio Magnani –autor de numerosas publicaciones médicas y psicológicas– se centran respectiva- Helena R. Olmo mente en el examen de los milagros 65 (reconocido en 1989) y 67 (reconocido en 2005), con la esperanza de encontrar en ellos «el milagro perfecto». Quizá los 32 milagros declarados en los primeros 50 años no se sostienen por falta de documentación, conocimientos y diagnóstico; en tal caso, los estudios modernos deberían ser mucho más incontestables. Delizia Cirolli protagonizó el milagro 65. Fue sorprendida a los 11 años con un cáncer de huesos. Corría el año 1975 y un neuroblastoma metastático en la pierna dejaba pocas opciones salvo la amputación. Pero los padres de la joven se negaron a la intervención y pusieron todas sus esperanzas en la oración. El verano de 1976 viajaron al Santuario de Lourdes, aunque la pequeña siguió empeorando. Hasta que en diciembre Delizia empezó a sentirse mejor y meses más tarde estaba completamente recuperada. Las radiografías mostraban un crecimiento del hueso en la zona afectada por el tumor. Lo primero que apreciamos es que en este caso la remisión del problema no fue ni inmediata ni instantánea (como exige el protocolo para designar una curación milagrosa). Pero además, existe abundante literatura médica que demuestra que tampoco fue una curación extraordinaria ni contradice la experiencia científica, pues está ampliamente documentada la recuperación espontánea y a largo plazo de este tipo de cáncer, incluso en fase de metástasis. El 9 de noviembre de 2005 se certificó la curación obrada en 1952 por la Virgen sobre Anna Santaniello, aquejada de un Síndrome de Bouillaud, un tipo de reumatismo particularmente agudo que le impedía levantarse. Ya en 2005 la medicina encuadraba el reumatismo articular agudo entre las enfermedades del campo de la psiconeuroinmunología, que no hace sino considerar el componente psicosomático de la patología, poniendo de manifiesto la influencia de factores psicosociales sobre la respuesta inmunológica. En el capítulo dedicado a Santaniello, Magnani hace un interesantísimo apunte al introducir en escena la campana de Gauss. La campana de Gauss es una representación Bernadette Soubirous (1844-1879) gráfica de la distribución normal de un conjunto de datos. Éstos se reparten en valores bajos, medios y altos, creando un gráfico con forma acampanada respecto a un determinado parámetro de base. El punto más alto de la curva corresponde a la media y en los dos extremos inferiores de la campana se encuentran casos que, aún dentro del arco de la normalidad, son los que más se alejan de la media. Pues bien, explica Magnani que cuando una enfermedad tiene tan alta prevalencia en la población como es el caso del Síndrome de Bouillaud, su representación y distribución en la gráfica de Gauss permite observar numerosos fenómenos en esos extremos 11 EL AGUA CRISTALIZADA El investigador japonés Masaru Emoto nos sorprendió con impresionantes fotografías de cristales de hielo. La peculiaridad de su experimento fue que antes de congelar el agua, la expuso a distintas emociones y estímulos: música clásica vs. ruido, palabras de amor vs. mensajes de odio, luz relajante vs. luz estridente… Al examinar posteriormente las muestras con un microscopio, vio algo sorprendente: cuando el estímulo había sido positivo, la estructura molecular del agua era blanca y con forma estrellada; pero cuando el estímulo había sido negativo, las moléculas se distorsionaba manifestándose con formas hirientes y con colores sucios. Emoto continuó con sus experimentos y recogió agua de la gruta de Lourdes. Los millones de oraciones de los peregrinos, las incontables canciones y música religiosa, debían provocar ¿Por qué Lourdes una respuesta del agua intercede para sanar de Massabielle. algunas enfermedades Presentamos la que —sepero no resucita un gún Emoto— es la fabulocuerpo decapitado? sa fotografía que obtuvo del agua cristalizada que al parecer obra milagros. de la base de la curva que están increíblemente alejados del comportamiento promedio: «por un lado un número de curaciones inesperadas, consideradas extraordinarias (¡los milagros!), y por el otro un número de muertes tempranas (de las cuales no habla ni utiliza la Iglesia para hacer comparaciones estadísticas…, son los denominados antimilagros o ¡milagros perdidos!)». Aunque la evidencia disponible hasta el momento no es del todo clara, esto tampoco sentencia que los milagros no puedan ocurrir tras la visita a Lourdes. Parece que en Sor Luigina –recordemos, el milagro 68– sí se produjeron rápidos y profundos cambios fisiológicos para quien nadie ha aportado aún una explicación racional de fenómeno. Sobre el 68º milagro, como siempre, no hay nada definido, salvo la descripción dada por la Comisión eclesiástica en su declaración final, que no aporta más que los síntomas pero sin datos médicos objetivos. Es uno de los problemas que destacamos en el libro, la dificultad de acceder a los archivos originales. También quiero recordar que, como sucede a menudo, este es el milagro número 68 en orden cronológico para el reconocimiento oficial de Iglesia, pero en realidad sucedió hace casi medio siglo. Además, si uno de los requisitos para conceder el prodigio era que no existiera tratamiento o cuidado médico, tampoco es este el caso. De hecho, la monja llegó a recibir incluso radioterapia. Se han cumplido más de 150 años de la aparición de la Virgen a Bernardette. Desde entonces miles y miles de curaciones extraordinarias se atribuyen a la intercesión divina pero cuando las sometemos al análisis crítico, en todas ellas encontramos un «pero». ¢