BUSCANDO EL MILAGRO PERFECTO. Los milagros de Lourdes

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BUSCANDO
el MILAGRO
PERFECTO
Los milagros de Lourdes
reinterpretados en el S. XXI
© Louise McGrath
Helena R. Olmo
© Lawrence OP
La visita de los penitentes al
santuario de Lourdes.
Nunca es fácil tratar de milagros desde una perspectiva
crítica. El riesgo latente es que antes o después
perturbas la sensibilidad de los creyentes. La Virgen
de Lourdes tiene en su haber un impresionante capital
de curaciones milagrosas e imposibles reconocidas por
la Iglesia. Inspirados por la ciencia y la razón siglo XXI,
reputados científicos han aunado sus conocimientos para
involucrarse de manera objetiva en la revisión minuciosa
de algunos de estos casos, estudiando la documentación
oficial de 15 milagros famosos. Sus conclusiones resultan
del pensamiento libre de prejuicios a favor o en contra de
la fe. ¿Habrán encontrado respuestas?
¿Intercesión
divina o
remisión
espontánea?
¿A qué
podemos
llamar
milagro?
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¿¿
Conoce a alguien con una pierna o un
brazo amputado a quien le haya crecido súbitamente el miembro? Yo tampoco… Ni siquiera en el Santuario de
Lourdes, donde contabilizan más de
7.000 casos de curaciones milagrosas, tienen
constancia de un prodigio de semejante magnitud. ¿Acaso los milagros tienen tamaño? Yo
diría que no, un hecho no explicable por las
leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino, por pura
definición ha roto todos los moldes racionales
y cuantificables. Por tanto, un milagro no es
grande ni pequeño: un milagro es un milagro.
Claro que… si viéramos crecer la pierna del
cojo… ese milagro habría que calificarlo de
manera especial, pues sería único en su especie. Sería un milagro incuestionable. Al no
conocer ninguno con estas características,
entonces la lógica nos lleva a cuestionarlos
todos. Y digo «lógica» porque es competencia única de la razón excluir falsos fenómenos
paranormales o religiosos; apenas dejamos
que se filtre la fe, aparecen dogmas que admitimos sin reservas.
La propia Iglesia expresa cautela y recomienda precaución ante los milagros. Saben perfectamente que entre la medicina y el milagro
existe una inmensa tipología de curaciones,
la mayoría de índole mundano. Pero podría
ser que en ambos extremos se encuentren
dos verdades absolutas aunque antagónicas.
Sin duda, la ciencia cada vez dispone de más
recursos y conocimientos que explican curaciones que en el pasado fueron automáticamente atribuidas a la intercesión divina. Pero,
a su vez, la ciencia aún se reconoce incapaz
de comprender algunos fenómenos. Son las
dos caras de una misma moneda valorada en
más de 30 millones de euros al año. Y es que
¿Por qué Lourdes
intercede para sanar
algunas enfermedades
pero no resucita un
cuerpo decapitado?
Luigi Garlaschelli.
Sor Luigina.
el turismo religioso es el único que escapa a
la crisis, y eso sí es un milagro.
El 68 milagro de Lourdes
«Tenemos el gran placer de anunciar el reconocimiento del 68º milagro atribuido a la intercesión de Nuestra Señora de Lourdes». El comunicado llegaba no hace demasiado, el pasado
mes de octubre de 2012. La Iglesia reconocía
científicamente inexplicable la curación de
sor Luigina Traverso, que se recuperó de una
lumbociática paralizante en meningocele, una
La mayoría de los
milagros se remontan
a una época en la que
ni siquiera existían
las radiografías. El
número de casos
inexplicables disminuye
exponencialmente
con el aumento de los
conocimientos médicos
¿Por qué Lourdes
intercede para sanar
algunas enfermedades
pero no resucita un
cuerpo decapitado?
"EL AGUA PODRÍA SER LA CLAVE"
Es la conclusión del primer seminario científico internacional
celebrado en Lourdes
> patología dolorosísima que le había provocado
una parálisis en la pierna y pie izquierdos.
Cuando era solo una joven de treinta años, la
salesiana de la diócesis de Casale Monferrato
(Italia) vivía encamada. Tras cuatro operaciones y todo tipo de tratamientos, los médicos se
reconocieron incapaces de ayudarla y decidió
peregrinar a Lourdes. El 23 de julio de 1965,
la monja oraba frente a la gruta cuando sintió
una fortísima oleada de calor entrando en su
cuerpo y le invadió un inexplicable deseo de
levantarse. Recuperó la movilidad y desapareció el dolor. De regreso a su habitación, pidió
ser bendecida por el delegado obispal monseñor Lorenzo Ferrarazzo, quien la desafió: «Hermana, si quiere recibir la bendición, arrodíllese
a orar». Luigina obedeció.
Este milagro tiene especial relevancia porque ha
sido certificado, por el Comité Médico Internacional de Lourdes. Aunque han pasado 48 años
desde que se produjo, este reconocimiento significa que el caso ha sido estudiado a la luz de
los conocimientos médicos actuales. El Dr. Franco Balzaretti, miembro de la Comisión, explica
que la grabe enfermedad había estado
bien diagnosticada y adecuadamente tratada. La curación era
inviable y, por tanto, no le queda más remedio que aceptar
el prodigio. Esta es una de
las caras de la moneda,
cuando la medicina parece suscribir el milagro.
Frente a esta situación tenemos nada menos que
otros 67 milagros reconocidos que merecerían una revisión actualizada y pormenorizada. Hay quien se ha puesto
manos a la obra…
"El crítico es un hombre que espera milagros" (J. Huneker)
«Hablar de milagros es complejo, requiere poner
en entredicho la fe de los creyentes», balbuceo
en voz alta mientras repaso mis notas sobre el
libro «Lourdes, i dossier sconosciuti» («Lourdes,
los dosieres desconocidos»). «¿Pero a quienes
Luc Montagnier.
En junio de 2012, la Oficina de Constataciones
Médicas de Lourdes, presidida por Alessandro
de Franciscis, quiso convocar a 30 científicos de
fama mundial para debatir la idea de que la fe y
la oración puedan influenciar en la curación física. Con una ponencia titulada «Ciencia
y fe», el presidente del Consejo Pontificio para los Agentes Sanitarios, el
arzobispo Zygmunt Zimowski, inauguraba este seminario sobre
«Lourdes, la salud y la ciencia:
¿qué significa ‘curarse’ hoy?».
Entre los oradores más destacados merece una mención
el profesor Luc Montagnier,
premio Nobel de Medicina
en 2008 por descubrir el virus
del sida, que pronunció una
arriesgada propuesta sobre «La
estructura del agua y su papel en
las enfermedades». La oportunidad
le llevó a recordar la polémica teoría
de la memoria del agua, pero puede que
el virólogo no vaya desencaminado, está a punto
de demostrar que el ADN puede proyectar copias
de sí mismo a través de ondas electromagnéticas
que al ser recogidas y almacenadas en agua pura
crean una nanoestructura idéntica a la del ADN
original. De los 68 milagros reconocidos en Lourdes, 48 están directamente relacionadas con el
agua de la gruta. Merece un estudio aparte.
En 1858, la Virgen dijo a Bernadette: «Vete a be-
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© Gia Garlaschelli
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Esther Sternberg.
ber y a lavarte en la fuente». La joven narró cómo
el agua aliviaba sus crisis asmáticas pero también
explicó que para que el agua actúe como un medicamento «Hace falta tener fe, es necesario rezar».
¿Sin fe no hay cura? A la reumatóloga estadounidense Esther Sternberg no le pasa inadvertido. La doctora Sternberg también estuvo invitada al congreso y
consideró que un lugar lleno de
espiritualidad, oración y cánticos religiosos propicia una atmósfera que probablemente
tenga un papel positivo en la
salud de los enfermos. «Estar
inmerso en un ambiente de
compasión puede tener un
efecto emocional y, por tanto, en el cerebro, que puede
producir cambios que activen
el sistema inmunológico del cuerpo». La simple pérdida del estrés cotidiano que experimenta el peregrino
ya es un factor altamente beneficioso para
su salud. Pero la fe es un sentimiento humano y
la oración, una acción que realiza un individuo.
Es un círculo que empieza y se cierra en el persona: el peregrino acude movido por sus creencias,
reza con amor y esperanza alimentando con ello
la atmósfera espiritual, mientras permite y anhela
que esa sensibilidad penetre en sus emociones. «El
milagro no genera la fe, más bien la fe genera el
milagro», decía el cardenal Gianfranco Ravasi.
Luigi Garlaschelli.
> creen no les gustaría analizar estos fenómenos
y entender su manifestación?, me sobresalta
Luigi Garlaschelli, el mismísimo editor de la obra
que tengo en mis manos, a quien estaba
esperando para entrevistarnos en
su laboratorio de la Universidad
de Pavia (Italia). «Por ejemplo
–continúa mientras abre la
puerta y me invita a sentarme–, puedo aceptar que
creas que las almas de los
muertos sobreviven en un
más allá, pero si te dicen
que se comunican con nosotros moviendo una mesa
de tres patas, tienes el derecho –considero que incluso el deber– de examinar este
fenómeno».
Insisto, en el terreno de los milagros es
fácil herir la sensibilidad de los creyentes.
Pero no hay que tener miedo: un católico solo
debe, por definición, creer en lo que dice el
Credo. Todo lo demás, incluso los milagros
oficiales o los del Evangelio, los puede discutir y cuestionar. De hecho, la propia Iglesia ha
creado comisiones especiales de investigación
Helena R. Olmo
> para determinar si un fenómeno puede ser declarado milagroso o no.
Me abrazo a tu explicación con ambas manos
porque estamos a punto de comentar tu último trabajo y estoy convencida de que vamos
a levantar ampollas.
No tendría nada que objetar ante lo sobrenatural
o milagroso si cada explicación natural hubiera
sido excluida. Aún así… no sé si sería suficiente. Porque no basta examinar lo que Dios está
haciendo, también es necesario atender a lo
que no hace. No entiendo que Dios deba licuar
la sangre de San Genaro dos veces al año y no
derrita el machete del guerrillero que mata a un
centenar de niños. Si Dios nos quiere dar un milagro permanente, ¿por qué no hace aparecer una
catedral de la nada o deja suspendido un crucifijo en el aire? ¿Por qué Lourdes intercede para
sanar enfermedades como el cáncer pero no resucita a un cuerpo decapitado? Si Dios quiere,
Dios puede. Las respuestas tradicionales a estas
preguntas son que Dios no nos quiere forzar a
creer en él. Que Dios se esconde, nos habla con
enigmas, que no podemos osar entender sus razones, que el mal que hay en el mundo deriva de
la Naturaleza o del libre albedrío del hombre…
Y lo dices con conocimiento de causa. Los sumarios de los milagros oficiales de Lourdes han
captado tu interés y te has rodeado de científicos de primera línea para repasar los casos más
notorios. ¿Qué ha estimulado este trabajo?
Desde hace varios años estoy interesado en
los misterios y supuestos fenómenos paranormales. Los milagros caen, técnicamente, entre
los fenómenos paranormales. Quería comprobar su validez, examinar los detalles técnicos.
¿Por qué los milagros de Lourdes y no de otros
lugares similares?
Si realmente queremos investigar los milagros,
tenemos que elegir los mejores. Los de Lourdes
soportan y superan el control de la Oficina Médica de Lourdes, de una Comisión Internacional
de Medicina y una investigación eclesiástica.
Hemos tratado de comprobar ciertos pormenores y han salido a la luz pequeños pero trascendentales detalles de los que nadie sabía nada,
porque lo que generalmente conocemos es la
conclusión última a la que ha llegado la Iglesia.
No puedo evitar evocar a Carl Sagan, defensor
del método científico que nos dejó con «El mundo y sus demonios» (1995) su particular reflexión
sobre lo que acontece en el Santuario de Lourdes. Desde la aparición de la Virgen en la gruta
de Masabielle, en 1858, cientos de millones de
personas acuden con la esperanza de curarse,
«muchas de ellas con enfermedades que la medicina de la época no podía vencer. La Iglesia
católica romana rechazó la autenticidad de gran
cantidad de las curaciones llamadas milagrosas:
solo aceptó sesenta y cinco en casi un siglo y
medio (de tumores, tuberculosis, oftalmitis, impétigo, bronquitis, parálisis y otras enfermedades,
pero no, por ejemplo, la regeneración de una extremidad o una columna vertebral partida). De
las sesenta y cinco curaciones, hay diez mujeres por cada hombre. Las posibilidades de una
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>
curación milagrosa en Lourdes, por tanto, son
de una entre un millón; hay tantas posibilidades
aproximadas de curarse después de una visita
a Lourdes como de ganar la lotería, o de morir
en el accidente de un vuelo regular de avión…
incluyendo el que va a Lourdes.
La tasa de remisión espontánea de todos los
cánceres, agrupados, se estima entre uno por
cada diez mil y uno por cada cien mil. Si solo el
cinco por ciento de los que van a Lourdes fueran
a tratarse un cáncer, debería de haber entre cincuenta y quinientas curaciones ‘milagrosas’ solo
de cáncer. Como solo tres de las sesenta y cinco
curaciones atestiguadas son de cáncer, la tasa
de remisión espontánea en Lourdes parece ser
inferior que si las víctimas se hubieran quedado
en casa». Casi veinte años después, estas estimaciones siguen vigentes, ¿has recogido el testigo?
Sagan destacaba en particular el hecho de que
las curaciones parecen responder a causas no
orgánicas sino susceptibles a los efectos psicológicos. También menciona el hecho de que
las recuperaciones no son estadísticamente superiores a las remisiones espontáneas. En este
libro además presentamos los archivos médicos de Lourdes y las páginas de los exámenes
oficiales, hasta el momento desconocidas, que
contienen detalles técnicos de 15 milagros famosos. Ahora cualquiera de nosotros puede juzgar
por sí mismo los méritos o descréditos de estos
eventos.
La fábrica de los milagros a principios del siglo XX
No es la primera vez que Lourdes se convierte en campo de batalla entre fe y racionalismo,
pero esta vez las filas del pensamiento crítico
están capitaneadas por generales como Piergiorgio Odifreddi y Andrea Albini. En «Lourdes, i
dossier sconosciuti», Odifreddi, matemático y ensayista, expone algunas consideraciones sobre
Helena R. Olmo
> la figura de la Virgen, el nacimiento del mito y
el dogma de su virginidad e inmaculada concepción. Albini, consolidado divulgador científico en Italia, concluye la contextualización de
la obra con dos ensayos que nos proporcionan
información sobre los mecanismos y modo de
proceder de la Iglesia Católica para proclamar
una canonización, la cual requiere necesariamente el reconocimiento de al menos un milagro. Esta antesala da finalmente paso a una
serie de capítulos donde se ahonda en el mérito de algunas de las más llamativas y mejor
documentadas curaciones certificadas como
milagrosas.
El investigador Adrien Delcour desmenuza en
una de las partes del libro la curación de Pierre
de Rudder, considerada por algunos «el milagro más extraordinario de los últimos siglos».
En 1867, Pierre sufrió una fractura en la pierna
izquierda al caer de un árbol, dejando expuestos los huesos. Una infección gangrenosa llevó
a los médicos a aconsejar la amputación. Pierre
rechazó la idea y durante ocho años vivió con
la herida abierta y supurante. Los extremos de
los huesos estaba separados por unos 3 cm. y,
al parecer, por ese hueco se podía girar la pierna 180º. El 7 de abril de 1875, Pierre peregrinó a
Oostacker (Gante), donde se encuentra una reproducción de la Gruta de Lourdes. Esa noche
volvió a su casa con la pierna completamente
restaurada. Tras su muerte (22 de marzo de
1898) se exhumaron los huesos de sus piernas,
lo que permitió manifestar la realidad objetiva
de la lesión y de su consolidación…
La fama de esta recuperación se encuentra en
su extraordinario físico, ¿cómo en un instante
pudo crecer el hueso varios centímetros para
soldar los dos extremos rotos?
Delcour ha estudiado el caso eliminando todas las capas de testimonios dudosos hasta
el extremo de privarlo de toda credibilidad.
De Rudder señaló al Dr. Van Hoestenberghe
como testigo cualificado de la mejoría de su
pierna. Este médico no le atendió cuando se
accidentó, fueron los doctores Buylaert Varsenaere, Affenaer Oudenburg y Verriest; solo
ellos podían dar cuenta del estado real y la
evolución que tuvo la pierna en los años previos al supuesto milagro. Sin embargo, Van
Hoestenberghe se convertiría en el informador
principal, por ser el único médico que firmó
una declaración para monseñor Faict, obispo
de Bourges. El problema es que este médico
en cada ocasión cambiaba el número de veces
y las fechas en las que había visitado al paciente, con lapsos de hasta tres años de diferencia.
Sus llamativas contradicciones desacreditaban
todo el testimonio. No obstante, no faltó quien
le justificara alegando que la mentira –dirigida al obispo, recordemos– estaba lícitamente
avivada por la ética profesional, dado que Van
Hoestenberghe pretendía con ello no ofender
a su colega el Dr. Verriest, que podría resentirse por la intrusión en su paciente. Esta piadosa
interpretación viene nada menos que de parte del abad De Meester, promotor de la causa
milagrosa en el momento de la investigación
canónica en 1907-1908. Por otra parte, Faict expuso a Van Hoestenberghe que consideraría
su respuesta como confidencial, por tanto no
había razón para mentir en un alarde por proteger al Dr. Verriest, que nunca llegaría a enterarse de esas declaraciones.
Respecto a la escandalosa torsión que permitía la pierna fracturada, a partir de 1892 Van
Hoestenberghe afirmó haberla hecho girar él
mismo hasta 12 veces. Sin embargo, en 1957
apareció una vieja carta en la que el médico
decía a monseñor Faict que no había ni visto ni
practicado tal retorcimiento, sino que simplemente había oído hablar de ello. Nótese que
esta carta estuvo perdida en la época de la investigación canónica...
Desde el punto de vista médico, ¿habría sido
posible la curación espontánea de una fractura abandonada por los médicos de la época?
Esto es muy exagerado, basta examinar la literatura médica de entonces, donde abundan
ejemplos de heridas de guerra similares que se
curan y logran salvar el miembro aunque quede maltrecho. Esto permite pensar en una cura
espontánea —que no instantánea—, de la pierna de De Rudder. ¿Fue perfecta la sanación?
No, tal y como se comprobó años después
de su muerte cuando exhumaron sus huesos.
Los fragmentos óseos de la vieja fractura en
la pierna izquierda eran angulosos, no estaban
bien alineados y habían quedado unidos por
un callo óseo saliente. Este es el proceso nor-
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mal de consolidación de fracturas supuradas y
no debe ser interpretado como prueba de la
curación instantánea. Por cierto, Van Hoestenberghe había declarado que se trataba de la
pierna derecha, ¡con razón la encontró intacta!,
«con la superficie interna de la tibia lisa y sin
relieves».
¿SE PUEDE ANULAR UN MILAGRO?
Llegados a este punto no podemos dejar de
hacernos la pregunta. El ejemplo de Pierre
de Rudder al menos justifica la necesidad de
confrontar los casos con las nuevas metodologías y avances que perfilan nuestra comprensión de las enfermedades y cómo pueden sanar. Basta tener en cuenta el hecho de
que la mayoría de los milagros reconocidos se
remontan a una época en la que ni siquiera
existían las radiografías y el número de casos
inexplicables disminuye exponencialmente
con el transcurso del tiempo y el aumento de
nuestros conocimientos médicos. Vale la pena
recordar las palabras de Patrick Tellier, exdirector de la Oficina Médica de Lourdes: «Un
paciente no se puede curar, excepto por una
enfermedad susceptible de curación. El milagro no fuerza la naturaleza. Nunca he visto a
una persona con síndrome de Down sanar en
Lourdes. En última instancia, lo que yo llamo
un milagro puede ser calificado en medicina
como una remisión espontánea. Por mi parte, creo que el milagro utiliza las formas de la
naturaleza, solo son formas aún desconocidas
por la medicina».
Lo cierto es que el número de milagros sufre
una caída libre…
Cuando los controles e inspecciones son nulos, la intensidad de los fenómenos asciende
al 100%, pero cuando los controles se activan
y se aproximan al 100%, son los fenómenos los
se reducen a cero.
Veamos cómo se comporta esta relación entre
los milagros y la variable tiempo. En el libro de
Luigi Garlaschelli se recupera una detallada y
extensa investigación realizada en 1957 por el
psiquiatra y parapsicólogo Donald James West,
el examen de la documentación médica rela-
tiva a once curaciones acaecidas en Lourdes
entre 1937 y 1950, lo cual nos permite avanzar
en el tiempo respecto al caso presentado de
De Rudder.
West, socio y presidente de la Society for Psychical Research (SPR) de Londres, se entregó al estudio de fenómenos presuntamente
paranormales con el ansia de encontrar una
evidencia verdadera y demostrable de estas
manifestaciones. La investigación realizada
sobre los milagros de Lourdes estuvo motivada por el mismo deseo de encontrar algún
caso convincente, sin fisuras. West tuvo acceso a todos los expedientes originales y registros médicos, pero su conclusión fue desilusionante: no encontró ninguna prueba que
validara un solo milagro. Todo cuanto West
halló era sugestión, insuficiencia de diagnósticos, datos incompletos y expedientes «intolerablemente chapuceros». Se resumen brevemente: «La rareza de la curación y la falta
de información médica en la mayoría de los
casos, hace extremadamente difícil cualquier
tipo de evaluación. […] Curaciones claramente imposibles, involucrando algo así como
la regeneración de un ojo o una extremidad
perdida, no se cuestionan porque nunca han
sido reportadas. La mayoría de las sanaciones son de enfermedades potencialmente
tratables y son significativas solo por la velocidad y la forma en que se dice tuvieron lugar.
En ningún caso hay un cambio repentino en
la estructura física confirmado por pruebas
objetivas, tales como radiografías tomadas
inmediatamente antes y después del hecho.
[…] El examen cuidadoso de estos once casos de milagros modernos proporciona poca
evidencia de alguna curación completamente
inexplicable. Algunos, de hecho, son fáciles
de explicar en términos comunes».
EL MILAGRO PERFECTO
La obra compilada por Garlaschelli reúne dos
estudios más que nos sitúan en la forma de valorar los milagros en el presente. El neurólogo
Francesco D’Alpa –escritor de varios ensayos
sobre apariciones marianas– y el médico Maurizio Magnani –autor de numerosas publicaciones
médicas y psicológicas– se centran respectiva-
Helena R. Olmo
mente en el examen de los milagros 65 (reconocido en 1989) y 67 (reconocido en 2005), con
la esperanza de encontrar en ellos «el milagro
perfecto». Quizá los 32 milagros declarados en
los primeros 50 años no se sostienen por falta
de documentación, conocimientos y diagnóstico; en tal caso, los estudios modernos deberían
ser mucho más incontestables.
Delizia Cirolli protagonizó el milagro 65. Fue
sorprendida a los 11 años con un cáncer de
huesos. Corría el año 1975 y un neuroblastoma
metastático en la pierna dejaba pocas opciones salvo la amputación. Pero los padres de la
joven se negaron a la intervención y pusieron
todas sus esperanzas en la oración. El verano
de 1976 viajaron al Santuario de Lourdes, aunque la pequeña siguió empeorando. Hasta que
en diciembre Delizia empezó a sentirse mejor
y meses más tarde estaba completamente recuperada. Las radiografías mostraban un crecimiento del hueso en la zona afectada por el
tumor.
Lo primero que apreciamos es que en este caso
la remisión del problema no fue ni inmediata ni
instantánea (como exige el protocolo para designar una curación milagrosa). Pero además, existe abundante literatura médica que demuestra
que tampoco fue una curación extraordinaria ni
contradice la experiencia científica, pues está
ampliamente documentada la recuperación espontánea y a largo plazo de este tipo de cáncer,
incluso en fase de metástasis.
El 9 de noviembre de 2005 se certificó la curación obrada en 1952 por la Virgen sobre Anna
Santaniello, aquejada de un Síndrome de Bouillaud, un tipo de reumatismo particularmente
agudo que le impedía levantarse. Ya en 2005
la medicina encuadraba el reumatismo articular
agudo entre las enfermedades del campo de la
psiconeuroinmunología, que no hace sino considerar el componente psicosomático de la patología, poniendo de manifiesto la influencia de
factores psicosociales sobre la respuesta inmunológica.
En el capítulo dedicado a Santaniello, Magnani hace un interesantísimo apunte al introducir en escena la campana de Gauss. La
campana de Gauss es una representación
Bernadette Soubirous (1844-1879)
gráfica de la distribución normal de un conjunto de datos. Éstos se reparten en valores
bajos, medios y altos, creando un gráfico con
forma acampanada respecto a un determinado parámetro de base. El punto más alto
de la curva corresponde a la media y en los
dos extremos inferiores de la campana se encuentran casos que, aún dentro del arco de la
normalidad, son los que más se alejan de la
media. Pues bien, explica Magnani que cuando una enfermedad tiene tan alta prevalencia
en la población como es el caso del Síndrome de Bouillaud, su representación y distribución en la gráfica de Gauss permite observar numerosos fenómenos en esos extremos
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EL AGUA
CRISTALIZADA
El investigador japonés
Masaru Emoto
nos sorprendió con impresionantes
fotografías
de cristales
de hielo.
La peculiaridad
de su
experimento
fue que antes de congelar el agua, la expuso
a distintas emociones y
estímulos: música clásica
vs. ruido, palabras de
amor vs. mensajes de
odio, luz relajante vs. luz
estridente…
Al examinar posteriormente las muestras con
un microscopio, vio algo
sorprendente: cuando el
estímulo había sido positivo, la estructura molecular del agua era blanca
y con forma estrellada;
pero cuando el estímulo
había sido negativo, las
moléculas se distorsionaba manifestándose con
formas hirientes y con
colores sucios.
Emoto continuó con sus
experimentos y recogió
agua de la gruta de
Lourdes. Los millones de
oraciones de los peregrinos, las incontables
canciones y música religiosa, debían provocar
¿Por qué Lourdes
una respuesta del agua
intercede para sanar
de Massabielle.
algunas enfermedades
Presentamos la que —sepero no resucita un
gún Emoto— es la fabulocuerpo decapitado?
sa fotografía que obtuvo
del agua cristalizada
que al parecer obra
milagros.
de la base de la curva que están increíblemente alejados del
comportamiento promedio: «por
un lado un número de curaciones
inesperadas, consideradas extraordinarias (¡los milagros!), y por el otro
un número de muertes tempranas (de
las cuales no habla ni utiliza la Iglesia
para hacer comparaciones estadísticas…, son los denominados antimilagros
o ¡milagros perdidos!)».
Aunque la evidencia disponible hasta el
momento no es del todo clara, esto tampoco
sentencia que los milagros no puedan ocurrir
tras la visita a Lourdes. Parece que en Sor Luigina –recordemos, el milagro 68– sí se produjeron rápidos y profundos cambios fisiológicos
para quien nadie ha aportado aún una explicación racional de fenómeno.
Sobre el 68º milagro, como siempre, no hay
nada definido, salvo la descripción dada por la
Comisión eclesiástica en su declaración final,
que no aporta más que los síntomas pero sin
datos médicos objetivos. Es uno de los problemas que destacamos en el libro, la dificultad de
acceder a los archivos originales.
También quiero recordar que, como sucede a
menudo, este es el milagro número 68 en orden cronológico para el reconocimiento oficial
de Iglesia, pero en realidad sucedió hace casi
medio siglo. Además, si uno de los requisitos
para conceder el prodigio era que no existiera tratamiento o cuidado médico, tampoco es
este el caso. De hecho, la monja llegó a recibir
incluso radioterapia.
Se han cumplido más de 150 años de la aparición de la Virgen a Bernardette. Desde entonces miles y miles de curaciones extraordinarias se atribuyen a la intercesión divina pero
cuando las sometemos al análisis crítico, en
todas ellas encontramos un «pero». ¢
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