NOTAs 1 SERVICIOS RELIGIOSOS COMUNES EN LOS ENCUENTROS ECUMENICOS o INTRODUCCION Existe un número creciente de oportunidades que permiten encuentros de cristianos de confesiones diversas. Muchos han sentido la necesidad de establecer algunos principios directivos para saber cómo pudieran celebrarse servicios religiosos durante estos encuentros ecuménicos. El Consejo Mundial de Iglesias tiene cierta experiencia en esta materia, lo que lo ha llevado a adoptar algunas recomendaciones para este tipo de servicios. La Iglesia católica romana ha enunciado varios principios en el decreto De Oecu- menismo, y elabora actualmente directivas más precisas referentes a esta cuestión, que próximamente darán a los católicos precisiones sobre el tema. ¿En qué medida podrá llegarse a un acuerdo sobre la base de estos textos? Para ayudar a responder a esta cuestión, se imponen algunas observaciones generales. 1. Cuando los cristianos se reúnen hacen la experiencia de cierta unidad en su comunión fraterna, y esto a pesar de su separación, que sigue siendo, con todo, muy real. La experiencia de esta comunidad fraternal y del crecimiento dentro de ella, se manifiestan particularmente cuandq oran juntos y alaban a Dios, cuando se arrepienten y piden a Dios la gracia del perdón, cuando juntos escuchan la Palabra de Dios. Lo que no se puede asir y formular con el pensamiento y la palabra se revela como reaLidad en este movimiento común hacia Dios. Por eso es esencial para el movimiento ecuménico que los cristianos se reúnan en la oración común y que comprendan que el diálogo y la colaboración podrán desarrollarse sólo a condición de arraJgarse en este fundamento común. 2. La oración común, sin embargo, no debería dar la impresión de que tal comunidad fraternal existe en donde tal no es el caso. Por eso nada debería emprenderse que fuera contra las convicciones y disciplina de una Iglesia. Toda comunión fraterna en el culto que no se traduee en una eomunidad fraterna en la vida, no eonduce al avance de la causa ecuméniea. 3. Tomando en cuenta estos dos aspectos, es preciso tener conciencia del hecho de que se debe hacer la experiencia de la comunidad fraterna en su propio crecimiento, (.) Texto redactado por una comisión mixta de peritos del CMI y de la Iglesia Católica. El original está en francés; versión hecha sobre el texto publicado por La Doc. CathoUque, NQ 1.467, coIs. 525 ss. (1) Alude al Directorio que ha redactado el Secretariado para la Unidad y cuya publicación se espera próximamente. 158 NOTAS Por eso los principIOS que se pueda establecer no deben ser tan rígidos que exclpyan toda otra iniciativa común y responsable hacia una comunidad fraternal más amplia. 4. La cuesti6n suscitada por el servicio religioso común puede variar según se trate del encuentro de dos Iglesias particulares, o de una reuni6n en que participan al mismo tiempo varias confesiones diferentes. Las directivas establecidas por el Consejo Mundial de Iglesias no se refieren sino al segundo tipo de reuniones. Numerosas Iglesias miembros han establecido reglas particulares por lo que toca a sus relaciones con otra Iglesia. La Iglesia cat6lica romana ha hecho lo propio, como se puede ver por diversos documentos del Vaticano 11 y por el Directorio (l). Sin embargo, reuniones de carácter más amplio plantean problemas particulares y deben ser objeto de mayor atenci6n. 5. Los encuentros ecuménicos son de naturaleza muy diferente y, si en principio no cambia el problema del servicio religioso, los aspectos prácticos nO son los mismos en cada caso. Los encuentros ecuménicos pueden tener carácter oficial y representativo; pueden tener también aspecto más oficioso. Su extensi6n puede ser más o menos larga. Pueden hacerse bajo los auspicios de varias Iglesias o Consejos cristianos; los participantes pueden ser huéspedes de una Iglesia o grupo eclesiástico que observe formas particulares de vida religiosa. El encuentro puede ser organizaqo sobre todo para orar en común, tener una conversaci6n, un encuentro, o por razones prácticas. Debe recordarse todo el conjunto de posibilidades y en cada caso, la naturaleza de la reuni6n influirá ciertamente en la naturaleza particular del servicio religioso que se celebrará en común. Es posible, sin embargo, desarrollar algunos principios igualmente válidos para todas las reuniones. 6. Todo acuerdo sobre un servicio religioso común debe estar fundado en consideraciones teol6gicas y eclesiol6gicas. Debe hacerse a la luz de la situaci6n ecuménica, tal como se presenta en realidad. Lo que es posible en principio puede a veces dificilmente llevarse a la práctica. Es necesario tener en cuenta ciertas circunstancias particulares. Aunque en general se pueda alentar la oraci6n en orden pastoral deben intervenir en donde las Iglesias locales a la comunidad fraternal ecuménica. El servicio religioso es nombre de Dios. Nuestra atenci6n no podrá concentrarse en interior real para celebrarlo en común. común, consideraciones de no están todavía dispuestas celebrado para glorificar el él si no se siente libertad 7. Los acuerdos tomados entre el Consejo Mundial de Iglesias y la Iglesia ca. t6lica romana afectan en primer lugar a sus propias relaciones. Estos acuerdos pueden servir de ayuda o principios directivos a otras organizaciones de carácter más local. Pero es preciso reconocer que Consejos cristianos locales o regionales han tenido tal vez la posibilidad de llegar a arreglos entre sí o con las autoridades cat6licas romanas locales, susceptibles de diferir a veces de lo que se ha realizado en un nivel más general. ORACIONES Y SERVICIOS RELIGIOSOS ECUMENICOS EN LOS ENCUENTROS I. Si nuevos desarrollos deben hacerse presentes en el movimiento ecuménico, es fundamental que durante encuentros ecuménicos la situaci6n actual pueda encontrar NOTAS 159 una expreslOn realista. Los participantes deben estar en situación de expresar a la vez la unidad existente en Cristo y las dificultades que deben ser aún superadas. Deben evitarse soluciones que oculten estas diferencias. En la medida de lo viable, las diversas confesiones representadas en un encuentro deben tener la posibilidad de participar activamente en el culto, aun cuando consideraciones de orden práctico dificulten el asunto. n. Es preciso distinguir varias formas de servicios religiosos: a) Servicios en que participan representantes de diversas confesiones. Es importante que tales servicios sean preparados en común y celebrados con la participación de todos. La celebración de la eucaristía se excluye normalmente en tales ocasiones. b) Servicios celebrados en forma que pueda convenir a miembros de todas las confesiones, es decir, oraciones de adoración, lecturas bíblicas, oraciones de intercesión, etc. e) Servicios celebrados para el conjunto de participantes de una reuni6n por uno o varios miembros de una Iglesia particular según el rito de esta Iglesia. Por cierto, es importante que el mayor número posible de personas de diferentes confesiones pueda tener la oportunidad de dirigir tales oraciones. Para encuentros de corta duraci6n, esto podrá parecer difícil. Sin embargo, si se realiza una breve reuni6n en el marco de una serie de encuentros proyectados, tal vez sería posible para cada una de las confesiones representadas tomar por turno la responsabilidad de los servicios venideros. d) Servicios eucarísticos celebrados por una Iglesia dentro de una reuni6n. No se puede tomar como regla esquivar el problema de la eucaristía en los encuentros ecuménicos, y si se celebran servicios eucarísticos, habría que encontrar soluciones que no hagan resaltar s610 un aspecto del problema. Es evidente que debe hacerse todo para que cada participante pueda seguir su propia conciencia y la disciplina de su Iglesia. Las consideraciones siguientes pueden ser importantes: 1. La reuni6n ecuménica como tal no puede ser responsable de la celebraci6n de un servicio eucarístico. S610 una Iglesia puede invitar a tal servicio. Es normal que una de las Iglesias representadas de la invitaci6n. en el lugar en que se efectúa la reuni6n se encargue 2. Si el problema ecuménico debe aparecer en toda su crudeza, ha de reservarse en la celebraci6n de la eucaristía la posibilidad de entrar en contacto con diferentes confesiones. Mientras algunas Iglesias pueden invitar representantes de otra confesión a participar en la eucaristía, otras no están en condiciones de hacerlo; mientras algunas tienen libertad para aceptar la invitaci6n, otras, por razones teol6gicas y disciplinarias, no pueden comulgar en el altar de otra Iglesia. Por eso, si la reuni6n es bastante larga, sería deseable tener a lo menos dos servicios eucarísticos: uno celebrado por una Iglesia que, según su rito, pueda invitar a otros cristianos a comulgar; otro, celebrado por una Iglesia que, incluso en los encuentros ecuménicos, está obligada a restringir la comuni6n a sus propios miembros. Si es posible, todos los participantes estos diferentes servicios eucarísticos. en la reuni6n deberían estar presentes en NOTAS 100 3. El uso del edificio de la Iglesia merece serio examen, sobre todo en el caso de no disponerse sino de un solo edificio. 4. Un servicio preparatorio para todos los que participan en el encuentro, ha sido, en muchas ocasiones, un acto muy significativo. Puede contribuir a profundizar la toma de conciencia del escándalo de nuestras divisiones. Si se celebra este servicio. habrfa que tener en cuenta todos los servicios eucarísticos programados. 5. Si es necesario, los participantes de un encuentro deberían tener la posibilidad de celebrar, fuera del programa, un servicio eucarístico según el rito de su Iglesia, sin violar su conciencia y sin ser infieles a sus obligaciones. III. Es evidente que cuando se trata de una reunión de cierta duración, todas estas diferentes formas de servicio religioso pueden encontrar modo de expresarse durante el encuentro. Las formas mencionadas bajo a) pueden convenir especialmente para los ser· vicios de apertura y clausura; las indicadas bajo b) y e) para los servicios regulares de la mañana y las oraciones de la tarde; las señaladas bajo d), para algún momento del en· cuentro, según el tiempo de que se disponga y a condición de poder cumplir todas las prescripciones. Se reconoce igualmente que el énfasis particular sobre una forma de ser· vicio puede ser muy conveniente para encuentros prolongados, teniendo en cuenta el fin particular que ha motivado la organización de tal reunión. 11 CHILE Y EL ECUMENISMO Hay que felicitar a la Iglesia chilena por haber aprobado su primera Semana Ecuménica. Un tal ejemplo de acogida a la Iglesia post conciliar seguramente será bendecido por Dios. Hay bastante relación entre el desarrollo ecuménico de Chile y el de los Estados Unidos; una es que hay que tomar en consideración que los misioneros católicos y protestantes que trabajan en Latinoamérica han tenido un fondo ecuménico común. La pero sonalidad del Padre Gustavo Weigel, S. J., anteriormente Decano de Teología en la Uni· versidad Católica de Chile, ya fallecido, es una clave de la relación existente entre el Ecumenismo chileno y el norteamericano. El Padre Weigel dedicó más o menos 10 años de su ministerio sacerdotal a Chile, país al que amaba mucho, y su estada aquí dejó en él una marca muy clara. Cuando volvió a los Estados Unidos llegó a ser allá una personalidad nacionalmente respetada en los círculos ecuménicos y esto hizo a su vez que su contribución fuera muy sólida. al avance monumental del ecumenismo en el Concilio Vaticano 11, El Padre Weigel estuvo siempre muy cerca de la Universidad de Notre Dame, y cuando empezamos el Diálogo Ecuménico en Notre Dame, solicitamos su ayuda y su NOTAS 161 consejo. Queremos decir algunas palabras logo. EL DIALOGO ECUMENICO sobre la forma cómo se desarrolló dicho diá·' EN LA UNIVERSIDAD DE NOTRE DAME En Notre Dame ha habido dos diferentes tipos de diálogo ecuménico. Uno de ellos se ha desarrollado entre facultad y facultad en relación con la Universidad de Valparaíso (Indiana, EE. UU.). El otro ha sido de contenido más amplio y ha estado formado por un grupo seleccionado de teólogos de varias iglesias pertenecientes a las más altas facultades nacionales e internacionales. La Universidad de Valparaíso es de creencia luterana. Durante varios años las respectivas facultades de Notre Dame y de Valparaíso se han reunido dos veces al año. Un trabajo teológico, sobre un tema previamente determinado, es preparado por el re· presentante de cada facultad. Los trabajos son enviados a los demás colegios con bastante anterioridad a la reunión. El otro tipo de diálogo ha sido con representantes de varias iglesias. Se titula: "The Notre Dame Colloquium" (Coloquio de Notre Dame). El Dr. Franken Littell hace el siguiente comentario sobre esta Reunión: "En el nivel profesional, los esfuerzos ecuménicos más activos, incluyendo tan. to católicos como protestantes parecen ser el Notre Dame Colloquium, que an~almente reúne diez de los más destacados protestantes y diez de los principales teólogos católicos, para discutir trabajos sobre temas previamente acordados, y los más recientes seminarios interdisciplinarios asociados con el Seminario Teológico de Pittsy la Universidad de Duquesne". (La educaci6n en los seminari08 en una época de cambios), Editores Fides; Notre Dame, Ind., 1965; p. 555. burgh Al abrirse el Segundo Concilio del Vaticano en Roma en 1961, el Notre Dame Colloquium comenzó su discusión sobre el tema, "La Iglesia como Cuerpo de Cristo". En marzo 20 de este año, en vista del término del Concilio, se realizó en Notre Dame la más importante concentración teológica que haya habido en los Estados Unidos hasta ahora. Más o menos doscientos teólogos protestantes y católicos se reunieron para discutir en profundidad el significado de los documentos conciliares, y muchos de los peritos que personalmente habían escrito los documentos, leyeron trabajos sobre los temas teológicos del Vaticano n. El Director General de esta Conferencia fue Su Excelencia, Monseñor McGrath, C.S.C., anteriormente Decano de Teología en la Universidad Católica de Chile, y ahora Obispo de Santiago de Veraguas en la República dé Panamá. La Iglesia chilena fue representada muy inteligentemente en el trabajo leído por Monseñor Jorge Medina Estévez, el actual Decano de Teología de la Universidad Católica. Dentro de los próximos meses los trabajos y discusiones serán publicados por la Editorial de la Uni· versidad de Notre Dame. En contraste con el avance ecuménico europeo, el de Estados Unidos ha tenido, en el diálogo teológico, una serie de implicaciones sociológicas. Esto se debe a la solidez 162 NOTAS de las investigaciones hechas en este campo y a su influencia en las diferentes corrientes de pensamiento. Será interesante observar la forma cómo se desarrollará el progreso ecuménico en Chile, donde hay una sana influencia teológica europea. Al mismo tiempo, aumenta cada vez más la importancia de los religiosos sociológicos. Desde ahora empezarán a salir nuevos moldes para el progreso ecuménico en Chile, los que, sin lugar a dudas, serán sumamente interesantes partes del mundo. y podrán servir de modelo para circunstancias similares en otras Robert S. Pelton, e.s.e. III NOTA BIBLIOGRAFICA SOBRE MORAL FAMILIAR Y DEMOGRAFIA Es indudable que gran parte de la elaboración teológica de nuestros días se encuentra diseminada en una vasta gama de revistas especializadas y en artículos de variada extensión y profundidad que no se encuentran en libros, volúmenes o colecciones. Pareciera que el ritmo vertiginoso con que desarrolla la vida contemporánea dejara su huella en el rico esfuerzo intelectual de hoy y exigiera una constante revisión de sus formulaciones y de la amplitud de su temática. Este esfuerzo se traduce en artículos, en "dossiers" que encuentran acogida en la agilidad de una revista. A este fenómeno no escapa la reflexión doctrinal sobre los problemas de la familia, el matrimonio y la población. Esto supone una búsqueda paciente de esa elaboración. El presente comentario pretende eso: interesar sobre tres artículos que se refieren a nuestro tema, con especial énfasis en la dimensión macro-social: problemas ético-demográficos, colaboración entre católicos y no-católicos en relación a la regulación de los nacimientos. El último artículo comentado analiza la doctrina del matrimonio a la luz del Vaticano n. PAUL ANCIAUX: "Aspects ethiques de la politique demographique", en ]ustice dans le monde, tomo V, septiembre 1963, págs. 5 - 21. Partiendo de un contexto europeo, el autor nos presenta las dimensiones morales que debe tener en cuenta cualquier politica de población. El documento está dividido en tres partes: la primera plantea el problema y en ella, luego de afirmar que toda política en este campo puede ser abordada desde 'varios puntos de vista, estudia el verdadero enfoque moral con que es necesario aproximarse ié3 NOTAS al tema. No se trata de ver simplemente si tales o cuales medidas son lícitas o ilícitas, aceptables o inaceptables sino que es necesario plantearse el verdadero problema moral que comienza a vislumbrarse cuando el hombre sondea el sentido de su vida y desentraña la vocaci6n que debe realizar el conjunto social. En este sentido toda moral es progresiva y dinámica, contribuyendo la perspectiva adecuada para llegar a la temática demográfica. La segunda parte trata de la moral cristiana y la demografía. El autor comienza señalando que una de las características de nuestra época es la creciente conciencia de los hombres como seres solidarios y responsables unos de otros, a nivel individual, nacional e internacional. Esta solidaridad arranca, profundamente, de una visi6n teol6gica del hombre y del mundo que participa del "nosotros" divino. Esta es la base última de todo estudio sobre la población, desde el punto de vista moral. La solidaridad, en un genuino pensamiento cristiano, es el único punto de partida válido para llevar adelante políticas demográficas. En la última parte se nos habla de la moral cristiana y la misi6n procreadora de la humanidad. Luego de hacer un somero análisis histórico del modo como los hombres han cumplido esta misión, el autor se pregunta cuál es la respuesta que la moral debe dar hoy, atendiendo al progreso de las ciencias que ha permitido un rápido aumento de la poblaci6n. La crisis de crecimiento en la moral que plantean los modernos problemas demográficos es una realidad positiva que exige aceptar una regulaci6n conciente de la natalidad y obliga a repensar lo que significa el compromiso conyugal junto a una paternidad y maternidad responsables que supone controlar la expresi6n sexual del amor auténtico. LOUIS ]ANSSENS: "Regulation des naissances et collaboration des catholiques avec les non.catholiques", en ]ustice dans le monde, tomo V, septiembre 1963, pp. 22 - 42. Dentro de la abundante bibliografía escrita acerca de la regulaci6n de los nacimientos, el artículo que comentamos constituye uno de los pocos que se refiere al delicado problema de la colaboraci6n entre personas con diversas actitudes religiosas o fi. los6ficas ante la vida. El autor afirma que el dominio de la mortalidad, origen de la actual explosión demográfica, exige paralelamente el dominio racional y efectivo de la fecundidad. Esta exigencia nos ubica inmediatamente fren~e a la temática de los medios para esa regu· laci6n. El autor analiza los elementos de convergencia y divergencia entre católicos y no cat6licos y demuestra cómo los puntos de contactos son mayores que los puntos de diferencia, incluso en el ámbito de los medios. La última parte del artículo está consagrada a la colaboración política de los distintos miembros de la comunidad en la problemática que nos interesa. Partiendo de los presupuestos de la moral general sobre la sociedad, el autor va poniendo los ele_ mentos doctrinarios que permiten resolver las dificultades que encerraría una colaboración en esta materia. 164 NOTAS ]ACOB DAVID, S.].: "Neue Aspekte und neue Akzente der Kirchlichen Ehelehre nach dem zweiten Vatikanum", en Orientierung, Zürich, 15 ]anuar 1966. (Aspectos y acentos nuevos de la doctrina eclesiástica sobre el matrimonio, después del Concilio Vaticano II). La revista teológica "Orientierung" (orientación) publica en su ejemplar del 15 de enero de este año el artículo que comentamos, cuyo autor es el teólogo ]acob Da;vid, de conocida versación y autoridad en los tópicos que comprende la moral conyugal y en una perspectiva más amplia, la doctrina del matrimonio. El autor comenta el capítulo referente a "la promoción de la dignidad del matrimonio y de la familia" con el cual se abre la segunda parte de la Constitución Pastoral "Gaudium et Spes", más conocida como "La Iglesia en el mundo contemporáneo". El autor expresa su optimismo por las nuevas perspectivas y acentos que el Concilio ha puesto en juego en esta materia. Si bien reconoce que el capítulo sobre el matrimonio es incompleto "los momentos positivos prevalecen sobre los negativos", los ensayos para avanzar están más acentuados que las tentativas de conservar formulaciones tradicionales. Se destaca el avance en dos direcciones: en primer lugar desde el punto de vista de la extensión de la doctrina del matrimonio por cuanto se hace notar "la intima relación que hay entre el matrimonio y la familia dentro del destino y la tarea de la nación y de toda la Humanidad". Esta perspectiva, latente en la Doctrina de la Iglesia, interesa ponerla de relieve a fin de descubrir la línea de responsabilidad que compete a la familia frente a la sociedad y comunidad en que se desenvuelve. El otro punto de avance es en rprafundidad: el matrimonio se eleva mucho más al plano de la conciencia, en toda la magnitud de su dimensión humana y personal. El autor comenta el sutil cambio que adopta el fines del matrimonio: ya no se habla del fin primario la procreación junto al amor conyugal, todo ello en dignidad. En cuanto a la fecundación, el autor hace Concilio en la problemática de Jos o secundario sino que se destaca una perspectiva de igual valor y notar que el texto conciliar, con acertada matización, no expresa que la tarea de la procreación corresponde a cada uno de los actos individuales sino que compete al matrimonio y al amor conyugal como una realidad global. El artículo termina con una actual y abundante bibliografía alemana y francesa sobre el tema tanto desde el punto de vista católico como protestante. Waldo Romo Lic. en Teología