Lorca y el espectáculo total

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Lorca y el espectáculo total
Influencias
En este cuadro se recogen las
fuentes dramáticas a las que acudió
Lorca y los aspectos de estas que influyeron en sus obras.
Federico García Lorca creó el verdadero teatro poético. En él, además de
la palabra, cobran importancia otros componentes, como la música, la danza
y la escenografía, configurando, así, un espectáculo total.
La producción dramática de Lorca expresa, de manera profunda, los problemas de
la vida y de la historia, a través de un lenguaje cargado de connotaciones.
INFLUENCIAS DRAMÁTICAS
Teatro modernista
Elaboración del drama en estampas.
Detención de la acción por la inclusión de lo lírico
De Eduardo Marquina, el mundo rural
Teatro clásico español
Fusión de teatro, música, danza y artes plásticas,
para crear un espectáculo total.
Shakespeare
El Sueño de una noche de verano influye en El
maleficio de la mariposa, Comedia sin título y El
público.
Romeo y Julieta, en El público.
Valle-lnclán
Construcción de un universo mítico.
Abandono del naturalismo lingüístico y uso del
lenguaje grotesco (en el Retablillo de don
Cristóbal).
6.1. Primeros dramas y farsas
Sus primeros dramas están emparentados con el teatro modernista.
El maleficio de la mariposa (1919) se ajusta a las convenciones y defectos del
teatro en verso y presenta el tema del ideal de perfección alejado de la cotidianidad. Mariana Pineda (1923) conecta con el drama histórico en verso
y plasma de manera idealista y melodramática la vida de la heroína granadina
ajusticiada en el reinado de Fernando VII por bordar una bandera liberal.
Las cuatro farsas de García Lorca desarrollan el conflicto derivado del
matrimonio de conveniencia entre el viejo y la joven. El dramaturgo luchó
contra el teatro comercial sirviéndose de las formas populares del teatro de
títeres por medio de las farsas para guiñol: en la Tragicomedia de don Cristóbal
y la seña Rosita (1923) lo hace por la vía de lo lírico; en el Retablillo de don
Cristóbal (1931), por la de lo grotesco, influido por Valle-Inclán.
Las farsas para personas están constituidas por La zapatera prodigiosa y
Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín (ambas de 1929). En la primera, la
protagonista encarna la ilusión insatisfecha; en la segunda, Perlimplín
pretende imponer su visión sobre la realidad por medio de la imaginación.
Teatro de títeres
P ERLIMPLÍN .—Nunca había visto la salida del sol... Es un espectáculo, que... parece
Adopta su expresividad, descaro e insolencia
verbal.
mentira... ¡me conmueve!.. . ¿A ti no te gusta? (Se dirige hacia el lecho.) Belisa...
¿estás dormida?
BELISA.—(Entre sueños.) Sí.
Representación de Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, de
García Lorca, dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón.
(PERLIMPLÍN, de puntillas, la cubre con el manto rojo.
Una luz intensa, dorada, entra por los balcones.
Bandadas de pájaros de papel los cruzan entre el
sonido de las campanas matinales.)
(PERLIMPLÍN se ha sentado al borde de la cama.)
PERLIMPLÍN.—Amor, amor,
que estoy herido
Herido de amor huido;
herido,
muerto de amor.
Decid a todos que ha sido
el ruiseñor.
Bisturí de cuatro filos, garganta
rota y olvido.
Cógeme la mano, amor,
que vengo muy mal herido, herido
de amor huido, ¡herido!, ¡muerto
de amor!
Federico GARCÍA LORCA en
Teatro, 1, Akal
6.2. Comedias «imposibles»
Sobre la dramaturgia lorquíana
El poeta dramático no debe olvidar, si
quiere salvarse del olvido, los campos de
rocas, mojados por el amanecer, donde
sufren los labradores, y ese palomo,
herido por un cazador misterioso, que
agoniza entre los juncos sin que nadie
escuche su gemido.
Federico GARCÍA LORCA
Años antes que el teatro del
absurdo, Lorca rompe con todas las
convenciones vigentes en la escena de su
tiempo: el resultado es quizá la pieza
más radicalmente subversiva del siglo.
De lo social a lo metafísico, de la
historia al ser: teatro escénico y teatro
de la vida; el amor en toda su amplitud;
la moral social, el análisis de la identidad
del individuo; en fin, el mundo de los
muertos.
Miguel GARCÍA-POSADA
«Introducción» al Teatro de Lorca, Akal
El simbolismo en Lorca
Al igual que en su poesía, en la
dramaturgia lorquiana es frecuente el
empleo de símbolos que, además de al
lenguaje, afectan a la escenografía.
El agua
Cuando fluye, representa fecundidad,
fuerza y libertad; cuando está
estancada, esterilidad y muerte.
La luna
Puede ser la muerte, pero también la
fecundidad o la esterilidad.
El caballo
Simboliza la vida, la fuerza erótica,
aunque también es portador de
anuncios funestos.
Bajo la denominación «teatro imposible» se reúnen tres comedias —ASÍ' que pasen
cinco años, El público y Comedia sin título— en las que se observa la influencia del
surrealismo. La puesta en escena de estas obras ha tenido que esperar hasta fechas
recientes para poder mostrar todo su valor y belleza.
El «teatro imposible» de Lorca anticipa la ruptura de la lógica espacio-temporal, el
desdoblamiento de la personalidad y la posibilidad de varias interpretaciones.
Así que pasen cinco años
Esta obra de 1931 presenta un complejo simbolismo que ha originado diversas
interpretaciones. Se centra en el drama existencial del Joven que lleva esperando
cinco años para casarse, durante los cuales no atiende al amor de la Mecanógrafa.
Expirado el plazo, la Novia prefiere al Jugador de rugby, y el Joven busca a la
Mecanógrafa, quien le impone otros cinco años de espera.
El público
Esta pieza de 1933 dramatiza el proceso mental del Director de escena, dedicado
al teatro convencional, que ha intentado reprimir su homosexualidad. En la obra,
que sitúa el conflicto en un mundo onírico con múltiples personajes simbólicos, se
desarrollan los temas de la personalidad y del teatro.
PRESTIDIGITADOR.—[...] Pero, ¿qué se puede esperar de una gente que inaugura el teatro bajo la
arena? Si abriera usted esa puerta se llenaría esto de mastines, de locos, de lluvias, de hojas
monstruosas, de ratas de alcantarilla. ¿Quién pensó nunca que se pueden romper todas las
puertas de un drama?
DIRECTOR.—Es rompiendo todas las puertas el único modo
que tiene el drama de justificarse, viendo, por sus propios
ojos, que la ley es un muro que se disuelve en la más
pequeña gota de sangre. Me repugna el moribundo
que dibuja con el dedo una puerta sobre la pared y se
duerme tranquilo. El verdadero drama es un circo de
arcos donde el aire y la luna y las criaturas entran y salen
sin tener un sitio donde descansar. Aquí está usted
pisando un teatro donde se han dado dramas
auténticos y donde se ha sostenido un verdadero combate que ha costado la vida a todos los intérpretes.
(Llora.)
Federico GARCÍA LORCA
El público, Cátedra
Comedia sin título
Esta obra, de la que solo se conoce el primer acto, presenta las relaciones entre
drama y realidad, pero se centra en preocupaciones sociales y políticas.
La sangre
Puede ser vida, pero también alude al
sufrimiento.
----------------------------------------------------------------------------------------------La casa de Bernarda Alba
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Dirigida por José Carlos Plaza
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Temas del teatro de Lorca
Según Francisco Ruiz Ramón, los
temas lorquíanos —la frustración, el
amor, la esterilidad, la muerte, el paso
del tiempo...— se estructuran sobre
una situación básica, resultante de dos
fuerzas opuestas:
■ El principio de autoridad, que re
presenta el orden, la tradición, la reali
dad, la colectividad.
Boceto del decorado para el primer acto de La casa de Bernarda Alba, de Federico García
Lorca, por Gorí Muñoz.
■ El principio de libertad, que encama
el instinto, el deseo, la individualidad, la
imaginación.
6.3. Tragedias y dramas
Según sus propias declaraciones, Lorca pensó escribir una «trilogía
dramática de la tierra española», de la que contamos con Bodas de
sangre (1932) y Yerma (1934). Algunos críticos suponen que la tercera
sería La destrucción de Sodoma o La sangre no tiene voz, de las que solo
se tienen referencias. Otros incluyen La casa de Bernarda Alba (1936)
como la tercera obra de la trilogía.
Las tragedias lorquianas se desarrollan en un ambiente rural en el que las fuerzas
naturales imponen un destino trágico. En estos dramas, el argumento tiene escasa
importancia, hay pocos personajes principales e intervienen coros.
Bodas de sangre
Bodas de sangre dramatiza el poder de la pasión, del sexo, de la tierra.
La obra parte de un suceso real, la huida de una Novia con su antiguo
Novio el día de su boda, y enfatiza la fuerza imparable de los instintos.
Lorca incluye las figuras alegóricas de la Luna y la Muerte, que conducen
al Novio abandonado y al antiguo, Leonardo, hacia un final trágico. Estos
dos personajes alegóricos, el coro de leñadores y el simbolismo de la
escenografía y del lenguaje producen una progresiva desrealización.
Cubierta de la primera edición de Doña Rosita la
soltera, de Federico García Lorca.
Doña Rosita la soltera
Con Doña Rosita la soltera (1935)
—y La casa de Bernarda Alba, según
algunos estudiosos—, Federico García
Lorca volvió al realismo del siglo xix,
con finalidad crítica.
La obra, desarrollada en tres momentos del fin de siglo, aborda el tema del
tiempo, detenido para la protagonista,
que espera inútilmente el regreso de
su novio de América. Rosita, como las
hijas de Bernarda, no es víctima de un
destino trágico, sino de «la línea trágica
de nuestra vida social», como dijo el
propio Lorca. Su dolor no proviene del
engaño del novio; lo que realmente la
molesta son los demás, para quienes
es la «solterona».
Yerma
En esta obra, la esterilidad se presenta como una maldición para la
protagonista. Yerma ve que todo a su alrededor es fecundo; Juan, su
marido, funciona como el transgresor de la norma natural, pues al final
de la obra le revela que, en efecto, no quiere hijos, ante lo cual ella lo
mata y se condena para siempre. La propia Yerma afirma: «Yo misma he
matado a mi hijo».
En Yerma, Lorca elimina lo alegórico de Bodas de sangre en
beneficio de lo ritual. Concede relevancia al coro de las lavanderas, que
comenta la acción, y a las canciones de Yerma, que marcan su recorrido
emocional.
La casa de Bernarda Alba
Inspirada también en un suceso real, La casa de Bernarda Alba
desarrolla la lucha entre el principio de autoridad, encarnado en
Bernarda, quien dicta años de luto y reclusión para sus hijas por la muerte
de su marido, y el principio de libertad, representado por Adela, la menor,
quien mantiene relaciones ocultas con Pepe el Romano, el prometido de
su hermana Angustias. Descubierto el hecho, Bernarda dispara contra
Pepe, y al creerlo muerto, Adela se suicida.
La acción transcurre en un espacio hermético y queda enmarcada
por la primera y última intervención simbólicas de Bernarda: «Silencio».
Ella todo lo impone, su orden es la única verdad y no puede ser discutido.
Al final de la obra, dictaminará: «La hija menor de Bernarda Alba ha
muerto virgen».
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