LAS BUENAS NUEVAS DE SALVACION Querido amigo, buscas al buen Dios y él te bendice, pues es por ti, por todos aquellos que como tú tienen "hambre y sed de justicia(Mateo 5:6), por quienes Jesús vino al mundo a traer las buenas nuevas de salvación. Si a veces te sientes algo desconcertado o defraudado con las contestaciones que recibes a tus preguntas acerca de la salvación, es porque esas contestaciones no tienen base en la Biblia. ¿No sientes acaso, muy dentro de tu corazón el ardiente deseo de seguir la voluntad del Señor? Dios te bendiga por tu sinceridad fácilmente encontrarás la contestación a tus dudas y a todas tus preguntas en la Biblia, la palabra de Dios. Yendo al libro de Marcos leernos: "Principio del evangelio de Jesucristo, hijo de Dios- (Marcos 1:1); y siguiendo, Jesús ---...vino a Galilea predicando el evangelio" (Marcos 1:14,15); luego el mismo Marcos cierra su libro con el encargo que hace Jesús a sus discípulos de: "predicad el evangelio- (Marcos 16:15,16). ¡Y cómo predicaron ellos su evangelio! Fueron por todo el mundo entonces conocido llenos de valor y amor anunciando las buenas nuevas de salvación (1 Corintios 9:16). DEFINICION ¿Qué me contestarías si te preguntara, "¿qué es el evangelio?- Tal vez me dirías que "es la palabra de Dios", "las enseñanzas de Jesús", 1a Biblia---. Contra tales contestaciones no tendría argumento alguno, sólo que debo añadir que la gran verdad del evangelio es el mensaje de la muerte, sepultura y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, y que tal como estaba escrito, fue cumplido. Volviendo a la Biblia podrás constatarlo fácilmente. ¿No predicaba Pablo a los Corintios (1 Co. 15:1-4), diciéndoles que venía a anunciar las buenas nuevas de la muerte, sepultura y resurrección de Jesús conforme había sido prometido en las sagradas Escrituras? Esos son los elementos eternos y definitivos del mensaje de salvación tal como Jesús y Pablo los anunciaron. ¡Regocijémonos pues es nuestro ese mensaje! ¡El mensaje es sencillo, pero imperativo y nos llama a su obediencia! OBEDIENCIA El obedecer a Jesús es tan importante como el creer en él; asimismo es de importante el obedecer el evangelio como el creerlo. Como lo obedecemos, tiene que ser de todo corazón y con todo nuestro entendimiento, o de lo contrario será en vano (Romanos 6:17; 1 Corintios 15:2). En Romanos 6:1-11, Pablo nos hace ver cómo los cristianos mueren (al pecado) cuando son sepultados (en el bautismo) para ser levantados (no solamente para ser mejores personas sino en novedad de vida. La Biblia me dice a mí lo mismo que a ti en su mensaje de salvación cuando define el evangelio instruyéndonos en obediencia. ¿Crees lo suficiente para poner toda tu Confianza en el mensaje del evangelio? Creer (Juan 3:16) no es más importante que confesar, o confesar más importante que ser bautizado. Todas estas tres cosas se juntan en humilde obediencia cuando respondemos al llamado del evangelio, cuando nos negamos a nosotros mismos así como Jesús se negó a sí mismo por nosotros. El negarse a sí mismo no es cosa fácil, porque significa 'Crucifixión- -muerte- (Juan 3:16: Romanos 6:6; Efesios 5:25). Jesús nos urge a que consideremos lo que cuesta el discipulado (Lucas 14:25-35). ¿Quieres ser su discípulo? La primera letra en confiar es ---C-y bien puedes pensar en la cruz en la cual un alma que confía ha de ser Crucificada al pecado y a sí misma. Tal obediencia te trae al camino de salvación que Dios nos ofrece. CONSECUENCIAS DE LA DESOBEDIENCIA Ahora, consideremos por un momento las consecuencias que les espera a -aquellos que no obedecen el evangelio- (11 Tesalónicas 1:8,9; Marcos 16:16). Es la trágica condena que para nadie queremos y que no debiera esperar a ninguno, pues tenemos el evangelio de Dios que es el instrumento para nuestra salvación (Romanos 1:16). No hay más camino que el de la cruz que nos llama y nos espera, tanto a ti, amigo mío, como a mí. Dios te bendiga. JESUS NOS LLAMA Jesús te llama a recibir la salvación que la abundante gracia de Dios pone a nuestro alcance. Su gran bondad bien vale nuestra sujeción y obediencia. El proceso de obediencia que salva es el que nos hace cristianos y miembros de la iglesia, herederos del reino. Es el único camino, amigo mío.