El Libro de Texto Escolar Didáctico y El Material Literario Auténtico

El Libro de Texto Escolar Didáctico y El Material Literario Auténtico. Una mirada a la cultura material de la escuela
María Laura Moray
El Libro de Texto Escolar Didáctico y El Material
Literario Auténtico. Una mirada a la cultura
material de la escuela
Por María Laura Moray*
Abstract
El presente trabajo tiene como propósito analizar y comparar elementos constitutivos y el carácter
escolar de dos objetos de la cultura material de la escuela: el libro de texto escolar didáctico y el
material literario auténtico, ambos en función de manuales escolares fundamentales en el
aprendizaje de disciplinas escolarizadas.
Introducción
El libro de texto escolar didáctico, dispositivo esencial de la escuela moderna, específicamente
escrito, diseñado y graduado por una editorial para su inclusión y uso dentro del sistema
educativo, se caracteriza por ser un mensaje construido ad hoc -tanto su elaboración como su
posterior empleo solo son comprensibles en el contexto del proceso general de escolarización
(Narodowski, 2008).
En lo que respecta a la definición metodológica de material auténtico, según Arraza (en Cancelas y
Ouviña, 1998) son muestras del lenguaje, orales o escritas, que, en su origen, fueron producidas
para la comunicación entre hablantes nativos en un contexto no docente, y por tanto, no están
graduados de ninguna manera, desde el punto de vista lingüístico, ni organizados para mostrar el
uso de un punto gramatical concreto.
En estrecha relación con la definición de material auténtico, Arraza (Ibíd.) define al material
literario auténtico, al cual nos referiremos en éste trabajo, como toda muestra o producción de
lenguaje en formato escrito, que pertenezca al campo del arte que utiliza la palabra como
instrumento: la literatura.
Gvirzt, Larripa & Oría, analizando lo escolar y las prácticas discursivas que podrían existir en el
campo educativo, ofrecen una caracterización que nos resultará de utilidad. Se hace referencia a la
existencia de tres dominios discursivos autónomos: el pedagógico, el didáctico y el escolar. Por un
lado, definen a las prácticas discursivas pedagógicas al conjunto de enunciados teóricos que se
*
María Laura Moray es Profesora de Inglés egresada de la Universidad Católica Argentina. Desde el año 2002 se ha
desempeñado como docente de inglés en escuelas primarias, secundarias e institutos privados de enseñanza no oficial. Ha
realizado cursos y seminarios de gestión y capacitación docente en el país y en el exterior. En la actualidad se encuentra
cursando la Maestría en Administración de la Educación en la Universidad Di Tella.
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producen sobre la educación. Por otro lado, definen a las prácticas discursivas didácticas como el
conjunto de enunciados producidos por fuera del ámbito escolar, con el propósito de proveer el
mejor modo de regular la práctica escolar. Por último, las prácticas discursivas escolares
constituyen la producción de conocimiento y artefactos orientados a resolver el problema de la
administración y el control de la circulación de saberes en el ámbito educativo; aquello que los
actores escolares generan en el ámbito de la escuela a fin de llevar a cabo la tarea de enseñanza.
El Libro de Texto Escolar Didáctico.
Hay una cosa en extremo importante que, de faltar, puede convertir en
inútil toda la máquina y, por el contrario, facilitará su movimiento, si se
cuenta con ella: me refiero a la provisión suficiente de libros
panmetódicos, esto es, que abarquen todo el método
(Comenio, 1986).
Como se desprende de esta cita, extraída de la Didáctica Magna, considerada práctica discursiva
pedagógica (Gvirtz, Larripa & Oria.) es fundamental el uso de libros que abarquen el método y que
permitan hacer realidad el ideal pansófico Comeniano de enseñar todo, a todos, totalmente. De
esta manera, es el mismo Comenio, quien en el año 1658, publica el libro “Orbis Sensualis Pictus”,
práctica discursiva didáctica, considerado no sólo el primer libro ilustrado para niños de la escuela
moderna, sino también modelo para los posteriores textos escolares. Gracias a éste compromiso
con la educación, Comenio ha sido considerado el precursor de la educación audiovisual.
Martinez Bonafé (2002), señala que el libro de texto escolar es una herramienta de trabajo para el
docente, la principal fuente de conocimientos para los estudiantes en tanto que portador de los
contenidos del curriculum, un recurso didáctico facilitador de la asimilación de los conocimientos,
un recurso material de especificidad formal, una alquimia que transforma un campo del saber en
un contenido de escolarización y también una mercancía.
De acuerdo a esta definición, un libro de texto escolar podría ser considerado un objeto de la vida
escolar con el que padres, alumnos, docentes y directivos están familiarizados. Siguiendo la línea
de pensamiento de Bonafé, son varios los sujetos “beneficiados” por el libro de texto. En efecto,
éste es un facilitador didáctico para los docentes, el compendio de contenidos a enseñar para los
teóricos curriculares y directivos de una escuela, una guía de aprendizaje para los alumnos, y una
garantía para los padres.
No podríamos dejar de lado a otros tres sujetos fundamentales que hacen a la existencia de los
libros de texto escolares: los expertos encargados de recortar la realidad y escolarizarla, las
jurisdicciones que controlan de ésta manera los contenidos a enseñar en el aula y las editoriales
que diseñan e instalan el producto en el mercado.
Hasta aquí, hemos introducido al libro de texto didáctico como práctica discursiva didáctica junto a
consideraciones relacionadas con los actores que giran en torno al libro de texto escolar didáctico.
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Seguidamente, se describirán los elementos que parecerían estandarizar el libro de texto escolar
didáctico.
Elementos que estandarizan el Libro de Texto Escolar Didáctico
Narodoswki (2008) señala que el libro de texto escolar didáctico construye y posee una estética y
una retórica que le es propia. Al intentar desnaturalizar los libros de texto escolares y observarlos
con detenimiento, con el objeto describirlos, podemos enumerar una serie de elementos
constitutivos, que en su conjunto, conforman un denominador común y que aportan al carácter
“didáctico” del libro: Una portada, una anteportada, un título; una carátula alusiva, ya sea a la
disciplina a la que pertenece o una metáfora entre el título, la disciplina y la educación; referencia
al grado, año, nivel, ciclo, jurisdicción para la cual ese libro de texto fue escrito; referencias
editoriales, índice, hojas numeradas, dibujos, consignas, fotos, actividades, títulos, subtítulos,
notas al margen, textos, cuadros, colores, glosarios, apéndices, anexos, solapa, bibliografía, lista
de abreviaturas, etc. No obstante, advertiremos aquí que, si bien los elementos mencionados
conformarían una estética común en los libros de texto escolar, la falta de alguno o algunos de los
elementos, no excluiría a ningún libro de texto escolar didáctico de esta caracterización.
El libro de texto escolar didáctico es un conjunto de enunciados producidos por fuera del ámbito
escolar (Gvirtz, ob. cit.), con el propósito de proveer el mejor modo de regular la práctica escolar
de todos los objetos y artefactos elaborados para la escuela. La sistematización de procedimientos
y técnicas de utilización del lenguaje propio del libro de texto escolar, garantizarían, no sólo su
finalidad comunicativa, sino también la oportunidad de aprendizaje y el control.
A partir de la caracterización elaborada, el libro de texto escolar didáctico, controlado en su
elaboración y controlador en su función, parecería buscar no sólo parámetros que sirvan de guía,
sino también lo óptimo para favorecer la instrucción simultánea y la gradualidad como dispositivos
constitutivos de la escuela moderna. En pos de la regulación, el libro de texto escolar didáctico,
adapta la realidad, la vuelve escolar y transmisible por niveles. Sería posible afirmar entonces, que
el libro de texto escolar didáctico es una construcción generada por la imaginación y la habilidad de
autores y editores en función de un escenario conocido: la escuela. Este recorte parecería requerir
de un lector más pasivo al cual se le presenta una realidad recortada y adaptada, para la cual no
sería necesaria una interpretación y/o reflexión profunda.
Hasta aquí, hemos analizado en detalle los elementos propios y comunes de los libros de texto
escolares didácticos. Elementos que refuerzan y posibilitan su existencia y permanencia en la
escuela moderna de instrucción simultánea.
A continuación, abordaremos la temática del material literario auténtico en función de manual
escolar fundamental en el aprendizaje de disciplinas escolarizadas.
El Material Literario Auténtico – Obras literarias, poesías, cuentos.
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Con el objeto de abordar la cuestión del material literario auténtico, es necesario, en primera
instancia, introducir dos definiciones constitutivas del material literario auténtico: la obra literaria y
el material auténtico.
En primer lugar, definiremos a una obra literaria como cualquier texto verbal que dentro de los
límites de una cultura dada, sea capaz de cumplir una función estética. Es considerada una
creación artística donde existe un narrador que emite mensajes con la intención de comunicar y
producir goce estético, por lo general narrando una historia y a través de un argumento. La obra
sigue ciertas normas lingüísticas y utiliza recursos literarios. Su propósito original es ser un objeto
de lectura para el hablante nativo del idioma. Su estética y retórica pertenecen al mundo literario.
(Motiva, 1999)
En segundo lugar, definiremos al material auténtico tomando las palabras de Gilmore (2007, citado
en Álvarez Montalbán 2007) que señala que el material auténtico es cualquier texto o material
producido sin una explícita intención didáctica. De aquí derivan los objetos que podemos encontrar
dentro de lo que se ha dado en llamar “material auténtico”- videos, fotos, periódicos, postales,
cartas, revistas, películas, páginas de internet, libros de cuento, poesías y novelas.
De estas proposiciones que sugieren características específicas y diferenciadoras, deriva la
definición de material literario auténtico, mencionada anteriormente. El material literario auténtico
es toda muestra o producción de lenguaje en formato escrito, que pertenezca al campo del arte
que utiliza la palabra como instrumento: la literatura. (Arraza, ob.cit.)
Elementos únicos del material literario auténtico.
Podemos mencionar aquí, características y elementos del material literario auténtico, que lo harían
no sólo único sino que lo alejarían de un libro de texto escolar didáctico.
-Proponer una historia, un diseño y una diagramación distinta cada vez.
-No haber sido escrito con un propósito escolar.
-Ser una realidad completa, una creación original de un autor.
-No estar gradado en términos escolares.
Además de lo anteriormente mencionado, en un sentido más abstracto, lo creativo y desafiante de
la propuesta, se basaría en la idea de tener poder de decisión. Poder de decisión, por el lado de los
alumnos de leer entre líneas, reflexionar y asociar. De la misma manera, parecería ser un “salir”
del control impuesto y resolver una necesidad de los docentes de formar parte de la decisión de
qué, cuándo y cómo se usa. En palabras textuales de Nieves Blanco García:
“Somos las y los enseñantes, individual y colectivamente, quienes debemos decidir cuáles son las
relaciones que deseamos establecer con los libros de texto, teniendo en cuenta nuestras concepciones,
lo que deseamos hacer y lo que nos es posible en las circunstancias particulares que tenemos, lo que
es más adecuado para las chicas y los chicos, etc. Porque sí creo que hay una dirección adecuada en
esa relación: hemos de ser las y los docentes quienes usemos los libros de texto, si esa fuera nuestra
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decisión, en vez de que ellos nos usen a nosotras y a nosotros. Abrir la discusión sin prejuzgar el
resultado, no tener miedo a plantear preguntas, algunas de las cuales pueden y deben cuestionar los
cimientos mismos de nuestras concepciones sobre la escuela, el sentido de la educación, las
tradiciones y las rutinas compartidas, creo que forma parte de nuestra responsabilidad como
enseñantes” (en Parra, [2010]).
Fiel a la heterogeneidad de género y formato, para el alumno, el material literario auténtico sería
una novedad cada vez. Aquello que podemos describir como novedoso despertaría curiosidad e
interés. El material literario autentico requeriría de un lector más activo que asocie, procese y
reflexione. En palabras de Calles (2005) “(…) la literatura permite el desarrollo de la función
imaginativa del lenguaje. Debido a las experiencias de aprendizaje relacionadas con el disfrute y la
recreación, promueve la creatividad y el desarrollo de la fantasía”.
Hasta aquí, aclaramos conceptos pertinentes al material literario auténtico y sus elementos únicos
y característicos. A continuación, focalizaremos el análisis sobre el material literario auténtico y el
proceso de pseudo escolarización que tiene lugar para que pueda incluirse y utilizarse en la
escuela.
Proceso de pseudo escolarización
Si tomamos en cuenta las definiciones ya expuestas sobre el material literario auténtico, es posible
afirmar, que este no ha sido elaborado para ser utilizado dentro del ámbito escolar. Sin embargo,
movimientos como el constructivista, humanista u holístico (en concordancia con ideas
revolucionarias y alternativas en el proceso de enseñanza- aprendizaje) se oponen y desafían al
conductismo (metafóricamente emparentado con ideas tradicionales y ortodoxas en educación),
que promueve al libro de texto escolar didáctico. El constructivismo propone variantes
metodológicas. Es dentro de ésta variante metodológica donde se sitúa el uso del material literario
auténtico como manual fundamental de un curso.
La inclusión y el uso de material literario auténtico como libro de texto base en el ámbito escolar
parece ser posible por dos circunstancias. Primero, por la existencia de dos factores fundamentales
de carácter escolar. Segundo, por una suerte de proceso de pseudo escolarización.
En primer lugar, el carácter escolar del material literario auténtico estaría dado principalmente por
dos factores: Por un lado, el espacio donde dicho material se utiliza (la escuela), y por otro, los
actores que hacen uso del material (los docentes y los alumnos). La escuela moderna responde al
ideal pansófico de Comenio “Enseñar todo, a todos, totalmente”. Éste ideal ha funcionado por más
de 4 siglos bajo el precepto Comeniano de “Uniformidad en todo” (ob.cit. p. 153): mismo método,
mismo orden y procedimiento, igual edición de los libros. Narodowski (1989, citado en Narodowski
2007) ha dado en llamar “simultaneidad sistemática” a un mecanismo de equiparación de la
actividad escolar en lo que respecta a su funcionamiento en un período dado de tiempo y dentro de
una espacio determinado. Estos elementos estandarizadores de la escuela moderna, dejan de lado
toda posibilidad de diversidad, y hacen posible la inclusión solamente de objetos que, de alguna
manera, respondan a la modernidad.
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En segundo lugar, frente a la heterogeneidad que caracteriza al material literario auténtico y la
homogeneidad requerida por la escuela modera, un proceso de pseudo escolarización sería
necesario para amoldar lo disruptivo de la alternativa a un ideal Comeniano. De ésta manera, es
posible decir que las adaptaciones y alteraciones que el material literario auténtico “sufre” en
manos de los docentes y alumnos, con la intención de que cumplan la función requerida en la
escuela, pseudo escolarizan el material literario auténtico, le adjudican una intención didáctica para
la que aparentemente no fue creado. Parecería pertinente sugerir que el proceso que ocurre no es
de escolarización, sino de pseudo escolarización. Esto es, el material literario auténtico parecería
no perder su identidad y/o valor literario autónomo, aún siendo modificado y adaptado para
cumplir una curricula dentro del ámbito escolar.
La pseudo escolarización, considerada intención deliberada de adaptación de un objeto cualquiera a
lo estrictamente escolar, estaría presente como proceso de adaptación y, eventualmente, de
inclusión de muchos de los objetos de la cultura material que en su creación no fueron pensados
para ser utilizados en la escuela. La computadora, la televisión, las sillas, el papel, el lápiz, las
carteleras, etc. son todos considerados objetos de la cultura material de la escuela, que parecerían
haber sido pseudo escolarizados. Es decir, son considerados objetos escolares y utilizados dentro
de la escuela, pero no han perdido su identidad y/o valor autónomo. Por ejemplo, la computadora
sigue siendo una máquina electrónica que recibe y procesa datos creada por Vincent Astanassoff
quien en su intención primera, le interesaba encontrar una alternativa a las máquinas análogas
para realizar cálculos matemáticos. Hoy en día, lejos de la intención original de Astanassoff, la
computadora esta presente en la escuela en laboratorios informáticos, y así se ha convertido en
una de las herramientas fundamentales de las nuevas tecnologías utilizadas en las escuelas.
En contraposición al proceso de pseudo escolarización, esta el proceso de escolarización. La
diferencia principal entre pseudo escolarización y escolarización radica en que cuando un objeto de
la cultura material de la escuela ha sido pensado, creado y diseñado exclusivamente para la
escuela, y es utilizado en dicho lugar, los objetos son intencionalmente escolarizados y, por ende,
su identidad y/o valor autónomo en lo que respecta a su elaboración y su función es el mismo. El
libro de texto escolar didáctico parecería ser un claro ejemplo de un objeto escolarizado desde su
elaboración hasta su función.
Hasta aquí, hemos desarrollado los conceptos de escolarización y pseudo escolarización. Por un
lado, hemos, enfatizado la idea de que el material literario auténtico se pseudo escolariza en
función de que se “convierta” en el libro de texto fundamental de un curso. Por otro lado, hemos
recuperado la idea de escolarización del libro de texto escolar didáctico como uno de los
dispositivos fundamentales de la escuela moderna.
Conclusiones
El conjunto de cualidades, circunstancias y condiciones descriptas sobre el libro de texto escolar
didáctico y sobre material literario auténtico, parecería sustentar su existencia. El libro de texto
escolar didáctico y el material literario auténtico serían herramientas útiles que facilitarían el
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proceso de enseñanza- aprendizaje, para que los alumnos se eduquen al mismo tiempo y de una
sola vez.
Entre el libro de texto escolar didáctico y el material literario auténtico, hemos descubierto puntos
de encuentro y divergencia. Por un lado, ambos objetos son utilizados en un ambiente escolar, por
sujetos reconocibles, tienen el fin de transmitir un saber escolar que se encuentra dentro de la
curricula y son creaciones intelectuales hechas por fuera de la escuela. Por otro lado, los formatos,
las realidades representadas, la retórica, el lector, el objetivo de la creación intelectual y la
gradación del material parecerían diferenciarlos categóricamente.
La escolarización y pseudo escolarización han sido ambos planteados como procesos intencionales,
pero diferenciados. Por un lado, un objeto podría ser considerado escolarizado en el caso de haber
sido creado exclusivamente para ser utilizado en la escuela, ya que la intención en su elaboración y
en su función son coincidentes. Aquí ejemplificamos con el libro de texto escolar didáctico. Por otro
lado, un objeto es pseudo escolarizado, en el caso de haber sido creado con una propósito distinto
a la intención que luego se le adjudica por ser utilizado en el ámbito escolar. Aquí ejemplificamos
con el material literario auténtico como libro de texto fundamental de un curso.
Dos ideas han sido iluminadoras en la indagación. Creemos oportuno concluir citándolas. Lucio
Schwarzberg (1997, citado en Campagno, Castillo & Ferrero), pone en cuestión la consideración del
libro de texto en tanto libro, dado que sostiene que es un objeto despreciado, por lo tanto, no
sometido a crítica. “En este sentido, agrega, aún falta en la Argentina que el libro de texto sea
considerado un objeto de estudio de las ciencias sociales”. Narodoswki (2007) en relación al libro
de texto escolar didáctico, afirma que “en la actualidad, ni los más sofisticados sistemas de
comunicación electrónicos, informáticos y telemáticos han llegado a suplir la existencia, en el salón
de clase de este medio en el que imagen texto imagen se suceden acompañando y a la vez
produciendo la cotidianeidad de la transmisión de saberes en la escuela”.
La conclusión del trabajo pretende ser abierta para seguir repensando y reflexionando sobre el libro
de texto escolar didáctico como objeto escolarizado de la cultura material de la escuela y el
material literario auténtico como alternativa pseudo escolarizada.
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