Las Cuatro Formas de la Presencia de Cristo en la Liturgia

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Las Cuatro Formas de la Presencia de Cristo en la Liturgia
En un artículo anterior de esta serie de artículos
sobre el bautismo, Linda Krehmeier discutía la
centralidad de la eucaristía dominical en nuestras
vidas católicas. Ella escribió: "Nosotros, los fieles,
los bautizados, somos la Iglesia - el Cuerpo de
Cristo y experimentamos esto más plenamente
cada domingo en la Eucaristía... Y, ¿por qué?
Porque nosotros somos ... quienes hemos
compartido en la muerte y la resurrección de Cristo."
¿Qué es esto de morir y resucitar en Cristo? Cada
vez que hacemos a un lado nuestras propias
necesidades, deseos, agenda, o tendencias
pecaminosas, y nos abrimos a la presencia de
Cristo, estamos viviendo el Misterio Pascual. ¡La
muerte a lo viejo trae nueva vida! ¿En dónde nos
encontramos con este Cristo que nos ama
incondicionalmente y nos llama a una más profunda
vida de fe? Sin duda, encontramos a Cristo en
nuestra oración personal, en los tiempos de calma
ante el Santísimo Sacramento, en el regalo de un
niño de un niño recién nacido, o al recibir el amor
desinteresado de otros. Pero para nosotros los
Católicos, la experiencia preeminente de la
presencia de Cristo se encuentra en la celebración
de la Liturgia Eucarística, el santo sacrificio de la
Misa.
En los años antes y después del Segundo Concilio
Vaticano nuestra Iglesia ha enseñado sobre las
múltiples formas de la presencia de Cristo en la
Misa. (1) En el documento de 1967 Instruction on
the Eucharistic Mystery (Instrucción sobre el
Misterio Eucarístico), la Iglesia explicó que “En la
celebración de la Misa, las principales formas
emergen claramente una después de la otra:
primero, él está presente en la asamblea de fieles
congregados en su nombre; luego en su palabra,
con la lectura y la explicación de la Escritura;
también en la persona del ministro; finalmente, en
una forma singular bajo los elementos de la
Eucaristía." Mientras que diferentes, cada una de
estas presencias es muy real.
Basados en esta teología, podemos entender la
importancia de mostrar respeto para los otros
miembros de la asamblea litúrgica llegando a
tiempo, orando y cantando juntos, quedándonos
hasta que la celebración termine, y entonces,
disfrutando de la compañía de nuestros hermanos y
hermanas en Cristo.
Podemos entender la
importancia de escuchar atentamente con un
corazón abierto la Palabra de Dios cuando es
proclamada y a continuación desglosada por quien
ofrece la homilía, al cantar el salmo responsorial, y
al hacer parte de nuestras vidas diarias la Palabra
que hemos escuchado.
Podemos entender la
importancia del papel de sacerdote celebrante
mientras nos reúne a todos como un Cuerpo, da luz
a la sagrada escritura para nosotros, y da voz a
nuestra oración común al Padre. También podemos
entender el gran regalo que tenemos al recibir el
Cuerpo y la Sangre de Cristo, y la importancia de
asistir a Misa predispuestos a recibir la Eucaristía, a
participar en la procesión y a cantar, y a observar un
silencio reverente después de que la procesión de
la comunión ha concluido. Finalmente, podemos
entender la importancia de llevar con nosotros a
este Cristo que hemos recibido mientras somos
enviados al mundo.
Mientras nos preparamos para un encuentro con el
Cristo resucitado en la Liturgia, no podemos dejar
de ser fortalecidos y transformados para nuestra
labor diaria de transformar nuestras relaciones
fracturadas y de nuestro mundo que sufre y tiene
hambre. No vamos a Misa simplemente porque es
una de las reglas, sino porque es la esencia misma
de lo que somos y lo que hacemos como el Cuerpo
de Cristo.
¡Qué maravilloso regalo!
¡Qué
maravillosa responsabilidad!
Nota 1: A continuación se listan algunos de los documentos
en los cuales la Iglesia ha enseñado acerca de las múltiples
formas de la presencia de Cristo en la Liturgia.
1943 Pio XII, Mystici Corporis
1947 Pio XII, Mediator Dei, 11-5-47
1963 Vaticano II, Sacrosanctum Concilium, 12-4-63,
Capítulo I, #7
1965 Pablo VI, Mysterium Fidei, 9-3-65, #35-39
1967 SC Ritos, Eucharisticum Mysterium, 5-25-67, #55
1969 SC Culto Divino, Instrucción General del Misal
Romano, Capítulo II, #7
1973 SC Culto Divino, La Sagrada Comunión y el Culto de la
Eucaristía Fuera de la Misa, 6-21-73, Introducción
General, #6
Ken Griesemer is a liturgical architect and design consultant and a member of the Archdiocese of Santa Fe Liturgical
Commission. Reprinted from People of God. October 2010
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