puisidn - InterClassica

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1
.-
-
Encuentro ~ t d o c l e s - p o l i
nices .
11.- Creonte rey de Tebas.
~ ~ p u i s i dde
n Edipo.
570
1 · - EH013ENTRO ETEOCLES-POUHICES
El castigo de Capaneo regocija a los dioses del
Olimpo, que felicitaa a Júpiter como si hubiera Tencido
de nuevo a los gigantes de Flegra.
Los argivos emprenden una veloz retirada, ocasio
nada no tanto por la perseoucidn de los tebanos, si bien
es cierto que éstos los acosan, pues una vez caldo Capaneo la tormenta celeste se había retirado j el día había
mostrado de nuevo su claridad, con lo que los cadmeos han
dejado de lamentarse y se sienten felices; su desesperación ha desaparecido y ya están seguros de vencer. Pero
lo que empuja a los argivos es la imagen de las venganzas
celestes, ya que en su terror creen ver que axm armas se
incendian y que el propio Júpiter les persigue oponiendo
sus fuegos a los que huyen ( 2 1 - 2 5 ) :
At uaga pallantes campo fuga uoluit Achivos. .
neo iam hostés turmas aut ferrtm mortale timeturt
omnibus ante oculos irae louis, omnibus ardent
arma metu galeaeque tenant, uisusque pauentes
ipse sequi et profugis opponere luppiter ignee.
Preferimos, con P. Venini^, la lección pallentes
1.- VENXNI, P.- P. Papini Stati Thebaidoa liber H . Firenze 1970, p. 10, n. al verso 21.
571
de loe maniasoritoe Ρ y Q a palantea de ω $ establecida por
Klotz en su edición y admitida por Mozley. En primer lu­
gar porque está en el Puteanus y, en segundo lugar, por­
que la encontramos en el propio Estacio en contextos si­
milares, es decir, cuando nos habla de ejircitos en fuga.
ASÍ en ΣΙΙ, 375­376:
sic exanimis in terga reducit
pallor Agenoridas.
y en Agixileida I, 484­485:
palJ­OPtes Phlegraea in castra ooirent
caelicolae
lo que nos demuestra que Estacio prefiere hablar de "pá­
lidos, aterrorizados" (pálidos a causa del terror) que ­
de "desordenados". ».·^·-ν--^ '^'-
\ ^-^
-' Í "
La distinta reacción de argivos y tábanos está ­
inspirada en Eurípides Fenicias 1187­1192:
*Ως δ'είδ* "Αδραστος ζηνα πολέμιον στρατψ,
εξω τάφρου καθισεν Άργείων στρατόν.
θ£ δ*αί παρ*ήμα)ν δεξιδν
Δίδς τέρας
ίδόντες έξ^ίλαυνον ερμάτων δχους
ίππης οπλΖται, κάς μέσ'Άργείων δπλα
συνίίψεν εγχη*
572
Eetacio invoca a Marte tachándole de inconstante,
pues los argivos, que hace poco escalaban los muros de Tebas, ahora se ven obligados a defender sus propias for
tificaciones (40-41)s
quas uoluis, Gradiue, uices? modo moenia Cadmi
scandebants sua nimc defendunt tecta Pelasgi!
que nos recuerdan de nuevo Fenicias 1192-1199 en que el
mensajero describe a Yocasta la muerte de los hombree,
el encuentro de los carros y los cadáveres amontonados.
Y afirma que los tóbanos han evitado la ruina, pues los
dioses han concedido ese día la salvación a la ciudad,
asi como la felicidad para el futuro:
ndvxa δ'^ν δμοΰ κακά·
εθνρσκον έξέπιπτον άντΰγων απο,
τροχοί τ*1%·^οων αξονές τ'έπ'αξοσι,
νεκροί òt νεκροΓς έξεσωρεύονθ'όμου
Πύργων μέν οίν γης εσχομεν κατασκαφ&ς
ίς τήν παρόυσαν ήμέραν εί δ'εύτυχής
εσται το λοιπόν ηδε γ?5, θεοις μέλει·
καΐ νυν γ&ρ αδτΐιν δαιμόνων εσωσί τις.
Tislfone, que ya tiene en su haber la instigación
de varios crímenes, entre los que destacan el canibalismo
de Tideo y el implo asalto de Capaneo, busca la manera de
terminar la guerra con lan combate fraterno. Piensa que -
573
sizs fiierzas no son suficientes y busca la ayuda de su her
mana Megera ( 5 7 - 6 1 ) :
lamque potens s o e l e r m geminaeque exercita gentis
sanguine Tisiplione fraterna eludere qxmerit
bella tuba: nec se tanta in certamina fidit
sufficore, inferna comitem ni sede Megaeram
et consanguineos in proelia stisoitet angues.
? y Aceptamos la lección tuba de los manuscritos que,
a pesar de estar en todos ellos, no ha sido aceptada por
la mayoría de los críticos. Así Klotz en su edición de ­
la gebaida (Leipzig 1908) ofrece la conjetura acie, que
admite Mozley, recordando el primer rerso de la obra:
"Fraternas acies..,.", Fostgate y Wilkins'^, pyra; Imhof,
2
3
4
manu; SandstrSm , rogo: Miedel , obitu o abitu; Brakman ,
lue. A tenor de los acontecimientos que se desarrollarán
en los libros XI y ΣΙΙ podemos aceptar como posibles cual
quiera de estas soluciones, que han stargido del convenci­
miento de que tuba es una corrupción del texto, reduplica
ción de la que encontramos en el verso 5 6 : "carmen tuba ­
1 . - WILKIRS, A.S.­ Barth^s Mss. of the Thebais of Statius.
"Class. Rev." Σ, I896t Ρ· 14 ss.
2 . - SANDTROM, C. E.­ Studia critica in Papinium Statium.
Upsala, 1878, p. 5^
3 . - MIEDEL, J.­ De anaòhronismo qui est in P. Papinii Sta­
tii Thebaide et Achilleide. "Progr. Gymn. Passau», ­
1891-1892, pp. 31 ss.
4 . - BRAKMAK, 0.­ Ad Statium. "Mnemosyne" 5 7 , 1929, p. 261
574
sola peregit.
Pero, como ya indicábamos, nos inclinamos a seguir
la postxira de Garrod*^, defendida por Dámete y seguida por
P. Yenini, que mantienen la lección de'^los manuscritos,2
aunque sus razones son distintas. Damstá
sos 5 8 - 5 9 con VIII
compara los ver
345-346i
acuitque tubas et sibila miscet
Tisiphone
y explica tiaba como equivalente a arma y bellum. P. Veni
ni^ piensa que, puesto que la tuba servia para dar la se
nal tanto del comienzo como del final de los combates, la expresión "fraterna..tuba" puede ser entendida como
el epilogo de la guerra representado en el combate entre
los dos hermanos.
Como Tislfone en el libro I, cuando Edipo la invoca, Megera se encuentra en el Cdcito, cerca de Plutdn.
Ha sido testigo de la llegada de Capaneo a los infiernos,
donde ha recibido la felicitación de todos los moradores.
Acude a la llamada de Tislfone inmediatamente.
Como hace notar Fiehn^, el encuentro Tislfone-Me
1 . - GARROD, H,W.- The s. John^s College (Cambridge) Ms;
of the Thebaid. " C M S . Rev." XVIII, 1 9 0 4 , pp. 3 8 ss;
y Some Emendations in Statius^Thebaid. ibid. pp. 300 ss.
2 . - DAMSTE, P.M.- Annotationee ad Statu Thebaidem. "Mnemosyne" XXXVII, 1 9 0 9 , p. 1 0 3 .
3.-
P. P. Stat, lib. X I . pp. 2 0 - 2 1 .
^ ^ 4 . - PIEHN, C - Quaestiones Statianae. Diss, Berlin 1 9 1 7 »
p. 3 4 .
575
gera está resuelto mediante un largo monólogo de Tislfone, pero de tal modo qiae las reacciones de Megera ae yen
a travis de las palabras de su hermana.
Tislfone dice a Megera que hasta ese momento ella
ha cumplido las órdenes de Flutón, luchando contra un mim
do hostil, mientras Megera ha gobernado el Elíseo y las
sombras dóciles ( 7 6 - 7 9 ) s
hac, gez^nana, tenus Stygii metuenda parentis
imperia et iussos potui tolerare furores,
sola super térras hostilique obuia mundo,
dum uos Elysium et fáciles compescitis timbras.
Ha cumplido esas órdenes (80):
nec pretium deforme morae cassique labores
En efecto, Plutón, airado contra Júpiter por la
presencia de Ánfiarao todavía vivo y con su carro y armas,
en el Infierno, habla decidido, como venganza, la realización de xmoa actos criminales: el canibalismo de Tideo,
Capaneo fulminado, el duelo Eteocles-Polinices y la decisión de Creonte de no permitir enterrar a los argivos. Ha
bla confiado a Tislfone la responsabilidad de provocarlos
(VIII, 6 5 - 7 4 ) :
i. Tartáreas ulciscere sedes,
Tisiphone; si qtiaado nOTiis asperrima monstris,
triste, insuetm, ingens, quod nondum uiderit aether.
576
ede nefas, quod mlrer ego inuideantque Sórores,
atque adeo fratres -nostrique haec omina sunto
prima odii-, fratres alterna in uulnera laeto
Marte ruant; sit, qui rabidarum more ferarum
mandat atrox hostile caput, quique igne supremo
arceat exanimes et manibus aethera nudis
commaculet: iuuet ista ferum spoetare Tonantem.
la decisión de la muerte común coincide con el
deseo de Edipo de castigar a siis hijos, para lo que había solicitado, como veníamos en el libro I, la interven
ción de Tisífone.
De las órdenes de Plutón, sólo dos se han llevado a cabo, las referentes a Tideo y Capaneo (85-91):
uidisti -Stygiis certe manifestus in umbrissanguine foedatum rictus atroque madentem
ora ducem tabo: miseri insatiabilis edit
me tradente caput, modo nempe horrendias ab astris
descendit uos usqi^e fragor: ^e sacra premebat
tempestas, ego mixta uiri furialibus armis
bella deum et magnas ridebam fulminis iras.
Ahora es preciso, dice Tisífone, que los dos hermanos se enfrenten. Ellos están dispuestos a hacerlo, su
impiedad no se lo prohibe. Pero les hacen dudar las plegarias de Yocasta y Antígona. Incliaso Edipo, que con tanto afán deseaba su destrucción, ha visto renacer su cari-
577
fio paternal y, lejos de la muchedimbre, vaga solo y llora (102-108)1
sed anceps
uolgus et adfatus matris blandamque preoatu
Antigenen time o, pauliam ne nostra retardent
Consilia, ipse etiam, quis nos lassare precando
suetus el iiltrices ociilorum exposcere Dirás,
iam pater est: coetu fertur iam soliis ab omni
fiere sibi.
Por ello Tisífone, ya debilitada, precisa la ayuda de Megera, pletòrica de fuerzas. Las hermanas se ponen
de acuerdo y Júpiter, que prevé los acontecimientos que
se desarrollarán, oculta sA visión a los dioses del cielo extendiendo un tupido velo de nubes entre el Olimpo y
el campo de batalla.
Como ha obseirvado Schet*er^, hay una estructxara
simétrica en la descripción de los acontecimientos. Cada
Furia marcha a un ejórcito, los hermanos reciben presagios funestos de la inminencia del combate; a ambos tratan de disuadirlos, Tocasta a Etéocles y Adrasto y Antígona a Polinices.
Una de las Eimónides (Estacio no especifica cuál)
marcha al ejórcito tebano y busca a Polinices entre las
filas. Está en el mismo umblral del campo, dudando entre
la huida y la muerte para escapar de tantos males, pues
1 . - SCHETTER, W.- Untersuchungen z\ir epischen Kunst des
Statius. Wiesbaden I960, pp. 1 1 5 ·
578
le habían turbado siniestros presagios.(136-139):
lamque per Argolicas Erebo sata uirgo cohortis
uestigat Folynicis iter portisque sub ipsis
inuenit, inoertum leto tot iniqua figgane
exeat. et dubios turbarant omina sensios:
Los dioses le habían enviado visiones de lo que
efectivamente se realizará, pues Polinices cree ver a au
esposa Argía con tana antorcha fiSnebre y, al preguntarle
ál ci2ál es la causa del dolor y de las señales de luto,
ella solo le contesta con lágrimas al tiempo que aparta
los fuegos (142-146):
coniugis Argiae laceram cum lampade maestà
effigiem -sunt monstra deum, sic ire parabat,
has latura uiro taedas erat!-: ergo roganti,
quae uia qtiisue dolor, cur maestà insignia, t a n t m
fleuerat atque manu tácitos auerterat ignee.
Polinices sabe que no ha visto más que un fanta£
ma, pues le resixlta inconcebible que su esposa haya aban
donado Argos y se presente de improviso en el campo. Pero siente que su muerte se acerca y teme haber comprendi
do demasiado bien el aviso de los dioses.
^
Sin embargo, tan pronto como la Furia golpea tres
veces su pecho con el látigo. Polinices sólo piensa en su
bir al trono, desea crímenes y matanzas y no quiere mas -
579
que morir sobre el sangrante cuerpo de su hermano (150154):
cum uero Acherontis aperti
Dira ter admoto tetigit thoraoa flagello,
ardet inope smimi, nec tam considere regno,
quam scelus et caedem et perfossi in sanguine fratris
ezspirare cupit.
Tersos que nos recuerdan a Esquilo Siete 634-636 donde el mensajero dice a E t e o d e s que Polinices quiere, tras
haber escalado los muros y ser proclamado vencedor, medirse con él j provocar la muerte común:
mópYOLC ¿neupítG HccTtLHTjpux'&elc
X^oví
aX(5aL|i0v •Ratav'lTte^taHXííaac
aol
^U|if¿pea^at
xal HTavibv 0 a v e t v %i\a.c,
mientras que en Eurípides Penicias 622, tanto Ete'ocles co
mo Polinices desean matar al otro, no entre sí:
no.
*AvTi.T<£(^o^at KTEvSv a s .
ET.
K¿n& Touó'lpwc exei
P. Venixii''', que ha mostrado la influencia que la
tragedia Tiestos de Séneca tiene sobre Estacio, pues en
ambas se trata de odios fraternos, considera que en el -
1.- Ancora sulla.»,, p. 424.
580
verso 152 de Estacio hay reminiscencias de los versos I90191 de Séneca:
haec, ipsa pollens incliti Pelopis domiss
rnat uel ini me, diommodo in fratem rxiat,
^
Polinices comunica a Adrasto que, ahora que es
el iSltimo de los caudillos que queda y ha sobrevivido a
la zmcién griega, ha tomado una resolución, ciertamente
tardía piaes debía haber afrontado los combates cuando to
davía no había corrido la sangre argiva (155-158):
sera qtiidem, eztremus socium gentisque superstes
Argolicae, constata, pater, iam rebus in artis
adgredior; time tempus erat, cum sanguis Achiuum
integer, ire ultro prppriamqije capes sere pugnam.
Como ya hemos indicado, Estacio presenta la originalidad, con respecto a las fuentes, de situar el duelo fraterno como el episodio culminante de la guerra, que
se lleva a cabo tras varios días de lucha y cuando ya han
encontrado la muerte los cinco eximios caudillos que, con
Adrasto, se armaron para defender los derechos de Polinices al trono de Tebas.
En Eurípides Fenicias, sólo han precedido al enfrentamiento fraterno las muertes de Partenopeo (1153-1162)
y Capaneo (1172-1186).
Diodoro Siculo IV, 65, 8, aunque habla en primer
lugar de la muerte fratricida, a la que siguen las de los
581
demás caudillos, parece que no ha tratado de ordenarlas
cronológicamente, sino que tan sólo ha querido hablar de
la desaparición de todos los jefes argivos, excepto Adras
to.
En Apolodoro III, 6, 7-8, tan sólo Capaneo ha si
do fulminado por Zeus en las primeros momentos de la batalla. Este hecho provoca la retirada de los griegos per
seguidos por los tebanos. Como murieran muchos guerrerros, los dos ejércitos decidieron qtis Eteocles y Polinices se enfrentaran para decidir quién ocuparía el trono.
Higino, fáb, 68 dice que, antes del encuentro Polinices-Eteocles, Anfiarao ha sido englutido y Capaneo he
rido por el rayo de Zeus.
1
2
Ì
4.
Eissfeldt , Legras , Helm"^ y Yenini coinciden
en considerar que las razones que han empujado a Estacio
a situar en último lugar este duelo se deben, además de
a la influencia de la Eneida (en que el enfrentamiento Txirno-Eneas cierra la obra), a que ha intentado situarlo
en la cúspide de \m climax de efectos dramáticos y, sobre todo, de impiedad y horror. A ello se une, creemos,
un intento de racionalizar el mito: la guerra no ha sido
declarada entre ciudades, sino entre hermanos, una vez -
1.- EISSPELDT, E.- über Quellen und Vorbilder des P. Papini ua Statius. Progr. Helmstedt, 1900, p. 17
2.- LEGRAS, L.- op. cit. p. 129
3.- HELM, R.- art. "Papinius»» en R.E. X7III,3 col. 993
4.- VEHINI, P.- Studi aulla Tebaldo di Stazio. La composizione. Rend. Ist. Lomb., 1961, p. 73; cf. Studi..
L^imitazione. ibidem., p. 395 y Tebaidos... p. 51
582
muertos éstos, la consecuencia inmediata debe ser el alto el fuego. Estacio no podía prescindir de la tradición
mitográfica sobre la muerte de todos los caudillos, la mayoría después del duelo fraterno. Por ello ha hecho
-
transcixrrir tres días de lucha en el campo de batalla, en la que han muerto sus aliados hasta que, con la muerte de Capaneo y el retroceso del ejército argivo, Polini
ees considera que la tínica solución posible es retar a Etéocles.
Después afirma que no debía haber expuesto a tan
tos peligros a la jizventud griega para ceñirse una diade
ma
i
ma"^ qque
ha provocado las lágrimas de muchos pueblos (159161):
non plebis Danae florem regumque uerendas
obiectare animas, ut lamentabile tantis
urbibus induerem capiti decus
palabras de cuya sinceridad podemos dudar, pues son simi
lares a las que dirigiera a Tideo al ver las heridas pro
ducidas por la emboscada y, más tarde ante su cadáver, En ambas ocasiones ha querido enfrentarse solo a la muer
te, como recordamos, pero siempre ha retrocedido en el
último momento, convencido por las palabras de sxis amigos,
sobre todo de Adraste, Sin embargo, la decisión es firme,
pues Megera le impedirá cambiarla.
1,- Nuevo anacronismo: la diadema ("capiti decus") se uti
lizaba en Grecia como símbolo de autoridad real sólo
a partir de Alejandro Magno; cf. Miedel, De anachronismo.... p. 5.
583
Alude Polinices a las maldiciones de Edipo, que
están a punto de ctamplirse, y recuerda la desaparición
de todos los caudillos. Se acusa de su cobarde amor a ­
la vida, que cúiora se quitará enfrentándose a su hermano:
"fratri concurro" (185).
En las Fenicias es Eteocles quien propone el due
lo. Muestra, como Polinices en estos versos, preocupación
por la sangre vertida por dáñaos y argivos y, para alejar
el peligro de la muerte, retará a su hermano. Si lo mata,
será el dueño de Tebas; si es al contrario, lo será Poli­
nices. De este modo los argivos volverán a su patria sin
sufrir bajas en sus filas (1226­1234):
Δαναών Ιριστης, οίπερ ηλθετ*ένθ(£δε,
Κίδμου τε λαός, μΐ^τε Πολυνείκους χ<£ριν
φυχδες απεμπολάτε μ^^θ'ήμων υπερ.
Άγίΰ γδίρ αύτδς τόνδε κίνδυνον μεθείς
μόνος συνάψω συγγóνφ τώμφ μάχην·
καν μίν κτ<ίνω τόνδ', οίκον οίκΐίσω μόνος,
ήσσώμενος 6t τ^δε παραδώσω μόνφ»
{ιμεΓς δ'άγ(3ν*αφέντες, Άργειοι, χθόνα
νίσεσθε, βίοτον μί) λιπόντες ένθίίδε.
Polinices se despide, con el pensamiento, de su
esposa y de Micenas. A Adraste le ruega que no le consi­
dere la única causa de tantas desgracias, pues los -^ioses
y las Parcas comparten su culpabilidad (187-189):
584
lamqiae, uale, conltmx, diilcesque m í e t e Mycenae!
at tu, cara socer -nec enim omnls culpa malorum
me penes, et superi mectim Farcaeque nocentes-,
y le ruega que, después del combate, libre su cuerpo de
las aves de presa y de s|i hermano, y deposite las cenizas
en una larna (190-192):
sis lenis cineri, meque haec post proelia raptum
alitibus fratrique tegas umamque reporteshoc tantuM
que nos recuerda la súplica que el tebano hace en Edipo
en Colono (1405-1410) a sus hermanas, pues les pide que,
si se cumplen las maldiciones de Edipo, lo entierren y le lleven ofrendas fúnebres:
"ος τοΰδί'δμαιμοι παίδες, άλλ'ΰμεΓς, έπεί
τ& σκληρά πατρδς κλΰετε τοΰδ'άρωμένου,
μίί τοί με πρδς'θεΰν σφώ γ*, έ&ν αί τουδ'άραΙ
πατρ5ς τελωνται καί τις ΰμίν Ις δόμους
νόστος γένηται, μΐί άτιμάσητέ γε,
άλλ'έν τάψοισι θίσθε κάν κτερίσμασιν.
Adrasto, como hiciera en tantas ocasiones como
Polinices ha mostrado su decisión de ir a la muerte, cal
maba con dulces palabras el furor de su yerno (196-197)
coeperat et leni sénior mulcere furentem
585
adloquio.
Pero Megera impide tède titubeo, pues bajo los
rasgos del argivo Perinto lleva a Polinices su caballo y
sus armas y le hace creer que su hermano avanza contra él
(201-202)1
abrisupe moras, celeremusi et illum
aduentare ferunt portis.
Sin embargo, Etéocles está ofreciendo un sacrifi
CÍO a Júpiter agradeciéndole su ayuda, pues estaba falsa
mente convencido de que los argivos habían depuesto las
armas. Pero ninguno de los dioses está cerca del altar.
Solo está presente Tisífone, en medio de los temblorosos
sacerdotes, y logra desviar las plegarias de EtSócles. para que, en lugar de a Júpiter, se dirijan a Plutén (205209):
Sacra loui merito Tyrius pro fulmine ductor
nequiquam ])anao8 ratias ezarmasse ferebat.
nec pater aetherius diuomque has ullus ad aras,
sed mala Tisiphone trepidis inserta ministris
adstat et inferno praeuertit uota Tonanti.
Tras hacer un breve restamen de la historia de Te
bas en la que Júpiter ha tenido intervencién, ruega al
dios que acepte los honores de las víctimas, perfumes sa
586
grados y mi toro, aunque no puedan ser dignos de él (222224):
accipe nunc pecudes et magni tiLris aceruos
uotiuumque marem; dignas sed pendere grates
haud mortale opus est.
Cuando Etéocles termina de hablar, una llama negra salta a su rostro y mejillas y censiamo la diadema que
sujeta sus cabellos. Al mismo tiempo, el toro se espanta,
cubre el templo con su espiama ensangrentada (la segur que
debía inmolarlo ha errado el golpe) y, escapando de la
muchediambre que trata de sujetarlo, ataca el altar de los
sacrificios (226-230):
dizerat: ast illi niger ignis in ora genasque
prosiluit raptumque comis diadema cremauit.
tune ferus ante ictum spumis delubra cruentat
taurus et obstantum mediis e coetibus exit
turbidus insanoque ferens altarla c o m u ,
Estacio se ha basado en Eneida II. 223-224, en que Virgilio compara los movimientos de Laoconte, atacado por las serpientes, con los de un toro que^i herido
por el golpe no certero de la segur, huye del altar:
qualis mugitus, ¿ugit cum saucius aram
taurus et incertam ezcussit cerxzice securim
-
587
que también encontramos en Silio Itálico XVI, 263-27X,
probablemente a imitacijSn de Estacio:
uictimaque admotae stabat subiecta bipenni,
cum subito abruptis fugiens altarla taurus
exsiluit uinclis mugituque excita late
impleuit tecta et, fremitu suspiria rauco
congeminans, trepida terrorem sparsit in avCLa,
uittaque, maiorum decoramen, fronte sine ullo
delapsa attactu, nudauit tempora regís,
talla caelicolae oasuro tristia regno
signa dabant.
Etéocles ordezm que se biasque una nueva víctima
y se reemprenda el sacrificio, pero uno de los guardianes, Epito, le pide que interrumpa la ceremonia pues su
hermano, que se pasea con fiaror alrededor de las murallas, lo reta a muerte.
El rey se encoleriza. Sus compañeros le aconsejan
que deje a su hermano golpear inútilmente las puertas y
quede él al abrigo del peligro, pues ellos alejarán al
enemigo.
Pero Creonte, que llora sin cesar la muerte de Meneceo, al ver a Eteocles dudoso afirma que por su causa muchos ciudadanos yacen insepultos y otros, las vieti
mas de Hipomedonte, han sido llevados al mar por las aguas
del Ismeno. Pero ellos tienen la gloria de una muerte hon
rosa, mientras Meneceo ha caído sin honor, como los toros
que se inmolan en los altares, condenado a morir como prl
588
micia de la guerra a Marte.
Ahora le pregunta a Etéocles si duda en enfrentarse al combate e intenta q.ue Tiresias ordene que sea
otro quien vaya a luchar, otro que puede ser Hem<5n, ύηΐ
co sostén
de Creonte. Acusa a Eteocles de cobarde, pues
no quiere oir a Poiinices, que le reta (295-296):
in te ardens frater ferrum mortemque minatur
saeuaque portarum conuellit claustra, nec audis?
Etéocles responde a Creonte que no es el recuer­
do de Meneceo el que le hace mostrarse tan conmovido,
­
pues debería estar orgulloso de la acción de su hijo, si
no que trata de obligarlo a combatir para reinar después
de él (300-302):
sed spes sub lacrimis, spes atque occulta cupido
his latet: insano praetendis fuñera uoto,
meque premie frustra uacuae ceu proximus aulae.
palabras que nos recuerdan las que en Edipo Rey de Sófo­
cles 385-386 dice Edipo, pues j)iensa que Creonte trata ­
de derrocarlo, trocando su fidelidad y amistad por el an
sia de poder y riqueza:
Κρέων o πιστός, ούξ άρχης φίλος,
λαθρφ μ*{>πελθδ)ν έκβαλεΐν ιμε'ίρεται
589
idea recogida por Séneca en Edipo 670:
tibique sceptra despondet mea.
Tanto en Sófocles como en Séneca, Edipo acusa a
Creonte de sobornsu' a Tiresias paira conseguir sus propósitos, el trono de Tebas. Estacio ha tomado la idea del
soborno, pero no es a Creonte a quien se culpa, sino él
el acusador de Etéocles.
Etéocles afirma que la Fortuna no permitirá que
el cetro pase a manos de Creonte, pero se muestra dispues
to a enfrentarse con su hermano antes de castigar a su tío.
Yocasta, tan pronto oye los rumores de esta reso
lución, se lanasa (como ya hiciera en el libro VII cuando
trataba de conyencer a Polinices de que se retirara), arranca sus cabellos y se muestra con el rostro y el des
nudo pecho ensangrentado (315-317):
At genetrix primam funestae sortis ut amene
expauit famam -nec tarde credidit- ibat
scissa comam uoltusque et pectore nuda cruento,
que nos recuerdan las palabras de Yocasta a Polinices en
Fenicias 322-323 donde dice que ha arrancado sus cabellos
como ofrenda al dolor que le causan las acciones de sus
hijos:
590
έμάν τε λευκόχροα κείρομαι
δακρυόεσσ'άνεισα πέν-θ-ει κ<5μαν,
y βη 1567-1569 Antigone informa a Edipo de cómo Yocasta,
mostrando a todos svis llantos y s\is heridas, corría para
presentar a sus hijos un seno suplicante:
Δάκρυα γοερδ: φανερ& πασι τιθέμενα,
τέκεσι μαστδν
εφερεν εφερεν ίκέτις ίκέτιν ορομένα.
También encontramos este aspecto de Yocasta en
Séneca Fenicias 405:
nudum Ínter enses pectus infestos tene
y 440:
laniata canas mater ostendit comas.
En las Fenicias de Eurípides, después que el men
sajero dice a Yocasta que quizá sea ella la única que
-
pueda evitar la lucha fratricida, la reina llama a Antígona para que la acompañe. Pero llegan demasiado tarde.
En Estacio no ocurre así, pues tanto Yocasta como sus hijastratan de disuadir a los contendientes, si bien es cierto que no lo hacen en el campo de batalla, sino que la madre habla a Eteocles cimndo éste, ya arma-
591
do, busca su caballo. A su vista, el rey y sus seguidores palidecen de miedo y el escudero retira la lanza que
le ofrecía ( 3 2 4 - 3 2 8 ) :
iamque decus galeae, iam spicula saeua ligabat
ductor et ad lituos hilarem intrepidumque tubarum
prospiciebat equum, subito cum apparuit ingens
mater, et ipse metu famiiliamque expallxilt omnis
coetus, et oblatam retro dedit armiger bastam.
Yocasta lamenta que la Furia de la casa de Edipo
se levante con nueva rabia, no dándose por satisfecha
-
tras el enfrentamiento de los dos ejércitos. Pregunta a
dénde regresará el vencedor y si se arrojará en su seno
(332-333):
quo deinde redibit
uictor? in hosne sinxas?
versos de gran fuerza patética, si tenemos en cuenta que
ninguno de los hermanos podrá abrazar a su madre.
Yocasta envidia a Edipo, que no ve la luz y no será testigo de las acciones impías. Reprocha a Etéocles
que no ceda a las súplicas de su familia aduciendo que Polinices le provoca, pues éste sélo cuenta con el conse
jo de Adrasto, que quizá le anime al duelo ( 3 4 8 - 3 5 3 ) :
sed pulsat muros germanus et impla contra
592
bella ciet. non mater enim, non obstat eianti
iilla sóror; te cuneta rogant, ble plangimus omnes.
ast ibi uiz urnas pugnas dissuadet Ádrastus,
aut fortasse iubeti tu limina auita deosque
linqTiis et a nos tris in f rat rem amplexibus exis?
También Antígona quiere intervenir. Seguida tan
sdlo del viejo Actor, que apenas puede mantener su rápido paso, se dirige a la parte más alta de las murallas y
cuando ve a Polinices le ruega por los dioses de Argos,
ya que a los de Tebas no los respeta, que, si hay todavía
en la ciudad lan objeto que le sea querido, calme su furor
(367-369):
Argólleos per te, germane,penatesnam Tyriis iam nullus bono»- per si quid in illa
diilce domo, submitte animes.
Pide a Polinices que levante el casco que cubre
sus rostro, pues quiere verlo, quizá por áltima vez, y
comprobar si sus palabras arrancan lágrimas a su hermano
(372-375):
rogat illa suorum
Antigone deuota malis suspectaque regi,
et tantum tua, dure, sóror, saltem ora trucesque
solue genas; liceat uoltus fortasse supremum
noscere dilectos et ad haec lamenta uidere,
anno fleas.
593
Puesto que ya Etéocles ha calmado su furor con
las plegarias de Yocasta, Antñigona pide a Polinices que
no se muestre inflexible a sus ruegos, pues ella ha lamen
tado noche y día su destierro y ha conseguido apaciguar
a un padre irritado jf375-379)s
illxun gemitu iam supplice mater
frangit et exsertum dimittere dicitur ensem:
tu mihi fortis adhuc? mihi, quae tua nocte dieque
exsilia erroresque fleo, iamiamque tumentem
placauit tibi saepe patrem?
Del estrecho cariño que unía a Antígona y Polini
ees nos habla Myth. gr.(Westermann) p, 3 4 5 , 2 :
φιλάδελφοι,
Αντιγόνη καΐ Πολυνείκης.
Lactancio Plácido en su comentario a Tebaida XI,
371 afilíala que Antígona prefería a Polinices porque:
dicitur enim cum eo concubuisse.
También Polinices está dispuesto a abandonar su
furor y retirarse a las murallas, Pero Tisífone, de súbito, abre la puerta, aparta a Yocasta y empuja a Eteocles
fuera de la ciudad, recrudeciendo con ello el deseo común
de muerte.
Las primeras palabras que en toda la obra de Es-
594
tacio dirige Etéocles a Polinices son para lamentar el
haber llegado con retraso, pero no ha sido por él, sino
porque su madre era obstácixlo a sias armas. Ahora Tebas,
que todavía duda de quién es su rey, se asegurará con la
victoria de lano de ellos /(389-392):
uenio solumque, quod ante uocasti,
inuideo; ne incesse moras, grauis arma t e n e ^ t
mater; lo, patria, o regum incez<tissima tellias,
nunc certe uictoris eris!
Polinices responde que por fin ha llegado, después
de esperarlo mucho tiempo, demostrando así que es su hermano. Sélo el duelo constituye ahora las leyes y los pactos, pues los anteriores los ha violado Etéocles al no de
volverle el trono xma vez cumplido el año jf393-395)í
"tandem" inquit, "seis, saeue fidem et descendis in
aequum?
o mihi nunc primum longo post tempore, frater,
congredere: hac leges, haec fcodera sola supersimt.'
El hecho de que Estacio se aparte de Eurípides y
Séneca al enfrentar por primera vez a los hermanos en el
campo de batalla, mientras sus antecesores hablan de la
tregua conseguida por Yocasta y la reunión de los hijos
antes de empezar a combatir,tiene como fin, en opinión de
P.
venina resaltar
ij- Studi
P. 397
el fatídico duelo.
La composizione, p. 73; cf....L^imitazione
595
Los hermanos se atacan empujados cada uno por una
Furia,
Mientras Eurípides Fenicias 1377-1379 nos habla
del sonido de latrompeta como señal del principio del ataque mutuo:
*Eicel 6*á<jpef^T) nvpab^ (ác, TupaTjvtnfic
oáXttiYYOC ííxt} o?Í{ia cpoLvfou \idxT\Q,
^^av 6p(5ttTi(ia ò e t v ò v àx\fT)Xots ETIL
Estacio menciona la ausencia de señales ( si entendemos
tacent, segán w ) , o bien el temblor de los ejércitos (pauent del Puteanus), Las tubas callan y los cuernos de Marte permanecen en silencio: (4-09-410) :
signa pauent, siluere tubae, stupefactaque Martis
comua.
£1 silencio de las trompetas guerreras puede estar inspirado en Lucano, Farsalia 475-477, que en la de£
cripción de la famosa batalla asegura que las trompas sé
lo se atrevieron a sonar cuando el combate ya se había iniciado:
tune stridulus aer
elisus lituis conceptaque classica c o m u
^tunc ausae dare signa tubae
596
Tan pronto como se entera Adrasto de que los her
manos se lanzan uno contra otro sin que ningún pudor obs
taculice su crimen, se apresura a colocar su carro entre
ellos (424-427):
Illos ut stimulis ire in discrimen apertis
audiit et sceleri nullum iam obstare pudorem,
aduolat et medias immitit Adrastus habenas,
ipse qtiidem et regnis multum et uenerabilis aeuo.
Suplica a los hermanos que depongan las armas, A
Etéocles le dice que, a pesar de ser su enemigo, portene
cen a la misma familia. A Polinices, su yerno, le ordena
desistir de su empeño; si lo que desea es un cetro, tendrá el de Argos (429-435):
spectabimus ergo hoc,
Inachidae Tyriique nefas? ubi iura deique,
bella ubi? ne perstate animis, te deprecor, hostisquamquam, haec ira sinat, nec tu mihi sanguine longe-,
te, gener, et iubeo; sceptri si tanta cupido est,
exuo regales habitus, i, L e m a n et Argos
solus habe!
Las i)alabras de Adrasto a Etéocles pueden deberse a que mediante el matrimonio de Polinices y Argia se
han acercado las familias de Edipo y Adrasto, O quizá alude a las de Júpiter en I, 224 ss, que se reconocía -
597
fundador de ambas familias, la de Perseo (Argos) y la de
Hércules(Tebas).
Las palabras de Adrasto son inútiles. Horrorizado, Adrasto abandona todo, campo, Tebas, yerno. Excita al profético Arién, cuya rápida huida presagia funestos
destinos (441-443):
fugit omnia linquens,
castra, uiros, generum, Thebas, ac fata monentem
conuersumque lugo propellit Ariona,
La leyenda de que Arién salvé de la muerte a
-
Adrasto alejándolo de Tebas se remonta a la Tebaida cícli'
ca, como nos indica Pausanias en VIII, 25, 8:
έν òt
θηβαίδι ώς "Αδραστος εφευγεν Ικ Θηβών
είματα λυγρο; φέρων σΙ>ν Άρείονι κυανοχαίτ^»
y fue seguida por Antímaco (fr. 33):
*Αδραστον δ^ μόνον διος διέσωσεν Α ρ ί ω ν .
Pindaro alude a ello en ístmicas VII, 1 3 - 1 5 :
^ δτε καρτεράς
"Αδραστον Ιξ δλαλας αμιιεμφας όρφανδν
μυρίων έτάρων ές "Αργός tnuLov;
598
Esquilo on Siete 4 9 - 5 1 , no menciona concretamen­
te a Arión, pero sí la seguridad que tienen los argivos
de la supervivencia de Adrasto, puesto que le han confia
do los recuerdos que entregará a los familiares de los ­
caídos :
μνημεΤά θ'αύτδν τοις τεκοΰσιν ές δόμους
προς αρμ'Άδρ'στου χερσΙν Ιστεφον, δάκρυ
λείΤβοντες·
Tampoco Di odoro Sí etilo, que habla de Adrasto co­
mo tSnico supeir7iviente en IV, 6 5 , 9 , habla de Aridn:
δμοίως òt καΐ τί3ν άλλων ηγεμόνων άπολομένων πλΫ|ν
Αδράστου,
Apolodoro nos dice, como Antímaco, que sólo Adras
to se salvó, sobre Arión, en III, 6 , 8 :
"Αδραστον òt μόνον ίππος διέσωσεν Α ρ ί ω ν .
así como el escoliasta a Eurípides Fenicias 409t
μόνον φυγάδα σωθ?)ναι οπό τοΐ) ίδίου ίππου Άρείονος.
Higino en Fábulas 68 A nos dice que Adrasto huyó
con la ayixda de su caballo;
ibi Adrastus beneficio eqiii profugit
599
que confirma en la fábula 70:
hl omnes duces apud Thebas perierunt praeter Adrastum Talai fillum, is enim equi beneficio ereptiis est;
Estacio presenta una originalidad con respecto a
sus fuentes, a saber, que, mientras en ellas Adrasto huye evitando la muerte, en el poeta romano lo abandona to
do horrorizado por el delito que se va a cometer. En
-
efecto, ya no volvemos a encontrar ninguna mención del rey argivo en lo que resta de Tebaida.
La acción de Adrasto puede estar basada en la de
Latino en Eneida YII, 591 ss., pues también ól abandona
el poder ante la imposibilidad de detener la guerra.
Como último intento divino de evitar el fratrie!
da encuentro, la Fletas/desciende al campo de batalla y
ruega a los dos ejércitos que detengan a los contendientes. Su presencia se hace sentir, pero Tisífone, más rápida que el rayo, la obliga a retirarse del campo de batalla, que no le pertenece a quien está destinada al reposo (484-486):
quid belli obuerteris aiisis,
numen iners pacique datum? cede, improba: noster
hic campus nosterque dies;
./I)
La oposición Fletas-Furia la menciona Séneca en
Tiestos 249-252:
600
excede, Pietas, si modo in nostra domo
lamquam fuisti. dira Puriariam cohors
discorsque Erinys ueniat et geminas faces
Megaera quatiens.
y en Octavia 160-162:
tune sancta Pietas extulit trepides gradus
uacuamque Erinys saeua funesto pede
intrauit aulam;
La Pietas abandona Tebas y el odio de los hermanos reaparece con más ardor. Etéocles lanza el primero la jabalina, pero la detiene el escudo de Polinices. Este suplica a los dioses, a los que Edipo no ha suplicado
en vano, que dirijan sus golpes, pues sus deseos no son
injustos. Está dispuesto a matarse si los dioses permiten que la última mirada de Eteocles recaiga sobre el ce
tro de Tebas en manos de su hermano (504-508):
di, quos effosso non inritus ore rogauit
Oedipodes flammare nefas, non improba poseo
uota: piabo manus et eodem pectora ferro
rescindam, dum me morlens hic sceptra tenentem
linquat et huno secum portet minor umbra dolorem.
En Eurípides Fenicias 1365-1369 Polinices invoca
a Hera, la diosa de Argos, para que le ayude a matar a su hermano. No hay, pues, intención de siiicidarse a cam-
601
bio de ello:
''Q
'n:<5'cv"'Hpa,
abQ ydp zi\i*, incl yd\ioiQ
e^evl"Aàpdaxov' Tiaiòa
ÒÓQ \ioi
HTavELV
na,^a{,\ia'vuaai
aCoxiCTov
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nal
á6eÁ.9(5v,
óe^u&v
vaíw
x^dva,
¿vTi^pii
ò*i\iì\v
vtHticpdpov,
aici^avov,
èjioyevT)
KTaveiv,
La lanza parte veloz de la mano de Polinices y
alcanza al caballo de Etéocles. Pero ambos creen que el
herido es el rey tebano, tanto es su fxaror. Polinices biisca el cuerpo a cuerpo; se confunden las riendas y las
armas de los contendientes. Caen de sus caballos y siguen luchando, pensando tan salo en golpear y matar, al
tiempo que lanzan feroces gritos, semejantes a jabalíes
(530-533):
fulmíneos ueluti praeceps cum comminus egit
ira sues strictisque erexit tergerà saetis:
igne tremunt oculi, lunataque dentibus uncis
ora sonant;
comparacidn que también encontramos en Etirípides Peni olas
I 3 8 O - I 3 8 I :
HCÍTCpoi ó ' S i i w c
•&tÍY0V'cec
CuvT)(|>av,
oiáppoxou
ácpp$
áypíav
y£vvv
yeveidòaQ,
Finalmente, Polinices que, en opinién de Estacio,
602
•tiene más viva su colera y para otuien el delito es más
justo, introduce su espada bajo la coraza de Etéocles,
donde la ingle apenas tiene proteccidn ( 5 4 0 - 5 4 3 ) »
tandem inruit exsxil,
hortatusque manum, cui fortior ira nefasque
ixistiuB, alte ensem germani in corpore pressit,
q\xa male iam plumis imus tegit inguina thorax.
Etéocles no siente el dolor de la herida, pero
sí la penetración del acero. Se cubre con el escudo, pero ya en vano. Respira con dificultad, sus fuerzas disminuyen y vacila ( 5 4 4 - 5 4 7 ) :
ille dolens nondum, sed ferri frigore primo
torritus in clipeum turbatos colligit artus;
mox intellecto magls ac magis aeger anhelat
uolnere.
Polinices se considera ya vencedor e insulta sin
piedad la debilidad de su hermano contrastándola con sus
miembros endurecidos por el exilio y la miseria.
A punto de expirar, Etéocles medita su liltima
-
perfidia. Mientras Polinices agradece a los dioses que hayan escuchado sus súplicas, pues su hermano lo verá
con el cetro y la corona ( 5 5 7 - 5 6 0 ) :
bene habet! non inrita uoui,
cerno graues oculos atque ora natantia leto.
-
603
hue aliquis propere sceptrum atque insigne comarum,
dum uidet,
Etéocles prepara su espada y, cuando Polinices se incli­
na sobre ól, la clava en el corazón de su hermano (567):
iam laetus fati fraterno in corde reliquit
Las últimas palabras de Polinices, sorprendido
por el ataque, son para decir a Eteocles que vaya con ól
a los infiernos, donde le reclamará lo pactado (568­570):
uiuisne an adhuc manet ira superstes,
perfide, nec sedes umquam meritiire quietas?
hue mecum ad manes! illic quoque pacta reposcam.
Las palabras de eterna enemistad de Polinices ­
son muy distintas a las que dice en Fenicias 1444 ss, ­
llenas de afecto y perdón. X
Hay diferencias entre esta descripción del comba
te y muerte de los hermanos y la de Eurípides, Fenicias
1377-1424, pues en el trágico es Etéocles quien, al ver
descubiertos los hombros de su hermano, le introduce vio
lentamente la iajiza en el pecho (1396­1399):
κάν τφδε μόχθφ γυμνον δμον zlaiàtiv
o πρόσθε τρωθείς στέρνα Πολυνείκους píqf
δι,ηκε λόγχην, κάπέδωκεν ήδον&ς
604
Κάδμου πολίται,ς, άπί) δ'εθραυσ'ακρον δ<5ρυ.
Polinices cae sobre un charco de sangre y Ete^^cles
se considera vencedor (1414-1416)!
Ό μ ο υ òt κάμψας πλευρά καΐ νηδΙ)ν τάλας
obv αίματηραις σταγόσι Πολυνείκης πίτνει·
"Ο δ*, ώς κρατών 6t) καΐ νενικηκδΰς μάχι^,
Etáocles deja su espada y, sin preocuparse de la
giaardia, intenta despojar a su hermano, Pero Polinices,
q.ue al caer había guardad la espada, haciendo un tiltimo
esfuerzo, la clava en Eteocles (1417-1422):
ξίφος δικδ)ν ές γαΓαν έσκύλείίέ vtv
τον νουν βρ5ς αυτόν οδκ εχων, έκεΓσε οέ·
"Ό καί νιν εσφηλ*· ετι, γ&ρ εμπνέων βραχύ,
σ^ζων σίδηρον έν λυγρφ πεσ^ίματι,
μόλις μέν, έξέτεινε δ'είς ίπαρ ξίφος
Έτεοκλέους ο ©ρόσθε Πολυνείκης πεσών.
Hasta aq.\ií las descripciones de Estacio y Eurípides en Fenicias.
Veamos otras fuentes en que se menciona la muerte común de Eteocles y Polinices.
En Esquilo Siete 804-813 el mensajero, dialogando con el coro, afirma que Tebas está salvada, pero que
los hijos de Edipo yacen sin vida:
605
ΑΓ. Πόλις σέσωσται· βασιλέες δ'ομόσποροι
ΧΟ. τίνες* τί δ'είπας; παραφρονώ φόβψ λόγου,
ΑΓ. Φρονοχ5σ(ί νυν άκουσον* οίδίπου τόκοςΧΟ. οε*^& τάλαι,να, μάντις είμΙ των κακών.
ΑΓ. ούδ'^μφιλέκτως μί|ν κατεσποδημένοιΧΟ. έκεΤθι κεΤσθον; βαρέα δ*οΖν δμως φράσον
ΑΓ. Ούτως άδέλφαΤς χερσΙν ^ναίροντ'αγαν*
ΧΟ. Οΰτως ο δαίμων κοινδς ?ίν άμφοΓν αμα.
Sófocles alude a ella en las palabras de Ismena
en Antígona, 13-14:
δυοΐν άδελφοΐν εστερ^θημεν δύο
μí^ θανόντων ημέρ<? διπλ^ χερί
y vuelve a hablar de ella la misma Ismena en 55-58 ciban­
do le da argumentos para hacerla desis-tir de SUB propó­
sitos de honrar a Polinices:
τρίτον δ'άδελφδ) δ·6ο μίαν καθ'ήμέραν
αΰτοκτονουντε τδ) ταλαιπωρώ μόρον
κοινδν κατειργάσαντ'έπαλλί^λοιν χεροιν
Εη 144-147 el coro habla de los guerreros que de
positaron trofeos a Zeus derrotador, salvo los dos que,
hermanos, se odiaban y blandiendo sus lanzas obtuvieron
su parte de una muerte común:
606
πλίιν τοιν στυγεροΐν, ω πατρδς ένδς
μητρός τε μιας φΰντε καθ'αύτοΤν
δικρα^τεις λόγχας στ·<ίσαντ*εχετον
κοι.νοί3 θανάτου μέρος αμφω
ETirípides en Suplicantes 401-402 nos habla de Etéocles, que ha muerto a manos de Polinices a las puer
tas de Tebas:
Έτεοκλέους θανόντος άμψ'έπταστόμους
πύλας αδελφού χειρί Πολυνείκους ΰπο.
Diodoro S ículo IV, 65, 8 afirma que Etéocles y Polinices murieron a consecuencia de las mutuas heridas:
μετά 6t ταΐ5τα Ετεοκλής μέν καΐ Πολυνείκης άλλ^ίλους άνεΐλον.
Ya veíamos que, segiSn Apolodoro III, 6, 8, los dos ejércitos hablan decidido que se enfrentaran los her
manos para decidir quién de ellos tenia derecho al trono,
enfrentamiento en el que, como sabemos, ambos murieron:
δόξαν έκατέροις τοις στρατεύμασιν, *Ετεοκλϊ5ς καΐ
Πολυνείκης περί ττίς βασιλείας μονομαχοΰσι, καΐ ν.τε£
νουσιν άλλ^ίλους.
Pausanias, al describir el arca de Cipselo en V,
19, 6 nos habla de un relieve en el que está representa-
607
de Polinices, caído sobre sus rodillas, sobre el que se
lanza Etéocles, Detrás de Polinices hay ima figxira femé
nina con dientes tan crueles como lös de una fiera sal­
vaje que, segán una inscripción que hay junto a ella, ­
es el Destino indicando que Polinices ha sido ya alcan­
zado por el hado y que Eteocles merece plenamente su fin:
τ£3ν 6t Οιδίποδος παίδων Πολυνείκει πεπτωκότι ές
γόνυ επεί,σιν *Ετεοκλτ|ς. του Πολυνείκους δΐ όπισθεν
γυνί) εστηκεν βδόντας τε έχουσα ούδ^ν ήμερωτέρους θηρ'ίου καί των χειρί5ν είσΐν έπικαμπείς οί όνυχες·
επίγραμμα δΐ έπ*αύτ^| εΓναι φησι Κηρα, ώς τον μ^ν ύπδ το13 πεπρωμένου τον Πολυνείκην άπαχθέντα, 'Ετεο
κλει δt γενομένης καΐ obv τφ δικαίψ της τελευτης.
Εη IX, 25, 2 afirma que miay cerca de la t m b a de
Meneceo está el liagar donde se dice que se enfrentaron ­
los hermanos, escena que está representada en una colum­
na sobre la que hay un escudo de piedra:
του δέ Μενοικέως ού πόρρω τάφου τobς παΤδας λέ
γουσιν οΙδίποδος μονομαχί^σαντας αποθάνει ν ύπδ άλλ^ίλ ω ν σημειον δt της μάχης αύτων κίων, καΐ άσπίς επεστιν έπ'αύτ^ λίθου.
muerte a la que también se refiere Higino en su fábula 68!
Eteocles et Polynices inter se piagnantes alius alium
608
interfecerunt.
En los versos 580-647 Estacio, basándose fundamentalmente en las geniolas de Eurípides, va a relatarnos los hechos que siguen inmediatamente a esta muerte.
Como en el pasaje anterior, hay un paralelismo entre el
dolor de Edipo y el de Yocasta, que terminan con el intento de suicidio por parte de Edipo y la muerte de Yocasta, teniendo ambos a una de sus hijas como testigos.
En efecto, cuando Edipo comprende tue el crimen
se ha consumado, sale del palacio abandonando su retiro
subterráneo. Su aspecto es el de un cadáver viviente: la caiiellera y la barba están cubiertas de negra sangre
ya putrefacta, los cabellos cubren su rostro y las árbi
tas de sus ojos arrancados han dejado horribles huellas
(580-585):
At genitor scéleris comperto fine profundis
erupit tenebrie, saeuoque in limine profert
mortem imperfectam: ueteri stat sordida taìaro
utraque canities, et dur^a8 sanguine crinis
obnubit furiale caput; procul era genaeque
intus et effossae squalent uestigia lucis.
Con su mano izquierda se apoya en Antígona, mien
tras en la derecha lleva un bastdn ( 5 8 6 - 5 8 7 ) :
uirgo autem impositae sustentât pondera laeuae^
dextra sedet báculo.
609
También en Fenicias Edipo sale del palacio, pero
no lo hace per propia iniciativa, sino empujado por Antí
gona, como el mismo Edipo dice a su hija cuando le pregun
ta por qué ha arrancado de su oscura mansién, con lágri­
mas, a un anciano que ya sdlo es un fantasma (1539­1545)
TÍ μ*, ω παρθένε, βάκτρεύμασι τυφλού
ποόδς έξάγαγες Ις φως
λεχ'ήρχ) σκοτίων έκ θαλάμων οίκτροτάτοισιν δακρύοισυν,
πολιον αίθεροφαν&ς εϊδωλον η νέκυν ?νερθεν
η πτανδν δνειρον;
Edipo ruega a su hija que lo gvde hasta el liagar
dènde yacen sus hijos, Antígona duda, pues no sabe qué pensamientos agitan al anciano, que avanza tropezando
-
con cadáveres y carros que le obstaculizan el paso. De pronto, un grito de la joven lleva a Edipo la seguridad
de q-^ están cerca de los cadáveres, sobre los que se
-
arroja Edipo cubriéndolos con su cuerpo y sus gemidos
-
(594-602):
"due", ait, "ad natos patremqrie recentibxis, oro,
inice funeribus!" cunctatur nescia uirgo,
quid paret; impediunt iter implicitosque morantur
arma, uiri, currus, altaque in strage seniles
deficiimt gressus et dux miseranda laborat,
ut quaesita diu monstrauit corpora clamor
610
uirginis, instemit totos frigentibias artus.
nec uox ulla seni: iacet immugitque cruentis
uulneribujs, nec uerba diu temptata sequuntur.
Pueden haber influido en estos últimos versos los
de Eneida II, 149-151 en que también Evandro cubre el cadáver de Palante con su cuerpo y encuentra dificultad en
hablar:
feretro Pallante reposto
procubuit super atque haeret lacrimansque gemensque
et uia uix tandem ucci laxata dolore.
En Eurípides Fenicias 1697-1701 Edipo ruega a An
tígona que guíe su mano, una vez encontrados los cadáveres, para que pueda tocar sus frentes, petición a la que
accede la hija:
01.
Έτεοκλέους δε πτώμα Πολυνείκους τε που;
ΑΝ. Τώδ'έκτάδην σοι κεΐσθον άλλ^ίλοιν πέλας.
0 1 . Πρόσθες τυφλί)ν χειρ'έπΙ πρόσωπα δυστυχτ).
ΑΝ. Ι δ ο ύ , θανίντων σδν τέκνων δπτου χερί.
0 1 . 'Ώ φίλα πεσιίματ'αθλι'δθλίου πατρός.
Por necesidades dramáticas, en la tragedia los cadáveres están en la puerta del palacio, para así mostrarlos en escena, mientras que Estacio hace que Edipo se lance al campo de batalla.
611
Edipo se lamenta de que la Piedad llegue tan tar
de a conmoverlo. La naturaleza ha vencido al odio y sus
hijos reciben como tributo fúnebre las lágrimas y el arre
pentimiento de su padre que, si no lo hiabiera hecho ya,
ahora se arrancaría los ojos. Jura que ha sido la loc\xra
y Erinis las que han dictado sus deseos (617-622):
quisnam fuit ille deorum,
qui stetit orantem iuxta praereptaque uerba
dictauit Patis? fiiror illa et mouit Erinys
et pater et genetrix et regna oculique cadentes;
nil ego: per Ditem iuro dulcesque tenebras
immeritamque ducem
También Agamenón en Iliada XIX 86-87 dice que el
no es responsable de las desgracias ocurridas a los Dáñaos
a caiisa de la negativa de Aquiles a luchar por haberle si
do arrebatada Briseida, sino Zeus, el destino y Erinis:
lyíü 6*o{>H aixióc, eí[ii
aKKii Zebe n a l Motpa n a l ^epo^oLTts
*EpLvbc,
En el cambio de actitud de Edipo que, animado por
una insaciable sed de venganza y odio feroz (I, 24 ss.; VII, 468 ss,; VIII, 240 ss) nota los sentimientos paternos (XI, 105) y^inalmente se arrepiente y sufre, considera P, Venini*^-^ue Estacio ha delineado un personaje hu
Puror e p s i c o l o g í a . . p , 204
612
manamente verdadero.
Edipo quiere suicMarse, pero Antigone, que ha
previsto su intención, ha apartado todas las armas del
alcance de su mano.
Sin embargo, Ismena no ha podido impedir que Yocasta, con los primeros gritos del comhate fatal, haya ido a buscar la espada de Laye/ y, tras maldecir a los
-
dioses (que han permitido el enfrentamiento de sus hijos),
su matrimonio (del que han nacido Eteocles y Polinices),
los furores de sus hijos y a Layo (que no obedecid el ora
culo que le prohibía tener descendencia) la ha clavado en
su pecho (634-641):
Olim autem inceptae clamore exterrita pugnae
regina extulerat notum penetralibus ensem,
ensem sceptriferi spolium lacrimabile Lai.
multaque ctirn superis et diro questa cubili
et nati furile et primi coniugis umbrie,
luotata est dextra, et prono uix pectore ferrimi
intrauit tandem: uenas perrumpit añiles
uolnus et infelix lustratur sanguine lectus.
Estas lamentaciohes de Yocasta están sin duda ba
sadas en las que profiere en Edipo Rey tras la άναγνώρισις
(1245-1250):
Κάλει τον ηδη kdXov πάλαι νεκρών,
μνι^μην παλαιΰίν σπερμάτων εχουσ', ύφ'δν
613
θ(£νοι μέν αύτ<5ς, τήν òt τίκτουσαν λίΤποι
τοΓς οίσιν αυτού δύστεκον παιδουργίαν·
γοατο δ*εον(£ς, ενθα δΰστηνος διπλο\3ς
έξ ανδρός ανδρεα καΐ τέκν'έκ τέκν'έκ τέκνων τέκοι
Estacio ha imitado a Etirípides, cuya mayor origi
nalidad, según Meridier­Chapouthier"^ ha sido identificar
a Yocasta, la madre y esposa de Edipo que, desde H omero
(aunque él la llama Epicaste) se suicida al conocer los
lazos que la unen a Edipo, con Epiganía que, según el ­
testimonio de Pausanias IX,5,5 sobre la Edipodla, es la
madre de Eteocles y Polinices, que se suicida tras la ­
muerte de sus hijos. Eurípides hace vivir a Yocasta has
ta después de la muerte recíproca.
El relato de Eurípides es más extenso. Yocasta y
Antígona llegan junto a Eteocles y Polinices cuando és­
tos ya estaban heridos de muerte, pero pueden recibir ­
las últimas palabras de Polinices. Yocasta se mata con
la espada de uno de los cadáveres y sobre sus hijos
­
(1455­1459):
Μι^τηρ δ', δπως έσεισε τΐ^νδε συμφορών,
ύπερπαθί^σασ*, ηρπασ'έκ νεκρδίν ξίφος
καπραξε δεινά» δι& μέσου γάρ αύχένος
ώθει σίδηρον, έν òt τοΐσι φιλτάτοις
θανούσα κείται περιβαλοι5σ*άμφοΐν χέρας.
1,- En su ed. de Eiiripides, Hélène. Les Phéniciennes. Paris, Belles Lettres, 1961, p. 137.
614
l^^p^l hablar
de la espada de Layo Estacio podría es
tar pensando en el Edipo de Séneca pues en esta tragedia
Yocasta se suicida (si bien lo liace tras el reconocimien
to) con; la espada de Edipo, espada con la q.ue había sido
muerto Layo y que le había pertenecido, pues Edipo rf&tó
a su padre con su propia espada y , tras su muerte, se la había arrebatado (1034-1039):
hoc iacet ferro meus
coniunx -quid illum nomine haud uero uocas?
socer est. utrumne pectori infigam meo
telum an patenti conditum iugulo $mprimam?
eligere nescis uulnus: huno, dextra, hunc pete
uterum capacem, qui uirum et natos tulit.
Ismena, con una desesperación que recuerda la de
Lavinia por el suicidio de Amata en Eneida XII, 505 ss.,
se arroja al lacerado seno de su madre y la cubre de lágrimas. En las Fenicias de Eurípides no es Ismena la que
acomx>aña a Yocasta, como ya hemos visto, sino Antígona,
que transporta el cadáver de su madre (no olvidemos que
se ha suicidado en el campo sobre los cuerpos de los hl
jos) a la ciudad y pronimcia la lamentación.
615
II.­ CREONTE REY BE TEBAS. EXPULSION DE EDIPO
La Fortuna, que ha engañado las esperanzas de los
dos hermanos, ha entregado a otro, a Creonte, el poder y
el oetro (648­651):
Et iam laeta ducum apes elusisse duortan
res Amphionlas alio sceptrumque maligna
transtulerat Fortuna manu, Cadmique tenebat
lura Creon.
Para él han luchado los hermanos y para su bene­
ficio han encontrado la muerte (651­652):
miser heu bellorum terminus! lili
piagnarant fratres. hunc et Mauortla clamant
versos en los que Estacio capta la afirmación del coro de
los Siete de Esquilo, versos 902­906, de que los hermanos
han dejado para las generaciones siguientee las riquezas
por las que ellos lucharon y murieron:
μένει
κτε^να δ'έπιγόνοις,
δι'ών αΐνομόροις»
òi*àv νεικος εβα
καΐ θανάτου τ£λος
616
Esquilo no dice que Creonte asuma el poder, sino
que lo hace un coz^ejo de anciano. Sí lo afirma Eurípides,
al que sigue Estacio. En Fenicias 1586-1587 Creonte dice
a Edipo que Etéocles le ha confiado el poder:
^ΡΧάς τησδε γης έδωκε μοι
Έτέοκλέης παις σ<5ς
y en Suplicantes 400-402 se habla de Creonte como rey de
Tebas desde la muerte común:
δς κρατεί Κάδμου χθον^ς,
Έτεοκλέους θανόντος άμφ'έπταστόμους
πΰλας άδελφοΰ χειρί Πολυνείκους δπο.
ΕΙ recuerdo de Meneceo, que tanto había pesado
en su ánimo, desaparece y Creonte ya adquiere la soberbia que da la posesidn de la realeza. Su primera orden
consiste en que los dáñaos queden sin sepiiltura, expue£
tos a las miradas, para que vaguen como tristes sombras
(661-664):
primum adeo saeuis imbutus moribus aulae
indicium specimenque sui iubet igne supremo
arceri Dañaos, nudoque sub axe relinqui
infelix bellum et triste sine sedibus umbras
Sobre las consecuencias de esta prohibicidn habla
617
remos al estudiar la intervención de Teseo, en el libro
ΓΕΙ.
Tanto en Eurípides como en Estacio, Creonte ex­
pulsa a Edipo de Tebas tan pronto como lo ve, Pero hay
diferencias entre ellos, pues si bien en Eiirípides Peni­
cias 1589 Creonte le dice tajantemente que no le permití
rá permanecer en Tebas:
ούκ o?;v σ*έ<£σω τΐίνδε γην οίκεΓν ετι
la razón es porque Tiresias ha prediche que, si se queda,
la ciíadad no prosperará. La expulsión no se debe a inso­
lencia o enemistad (1590-1593):
σαφ23ς γ&ρ είπε Τειρεσίας ού μή πότε
σου τν^νδε γ?5ν οίκοΰντος εΖ πράζειν πόλιν·
ΆλλΊκκομίςου. ΚαΙ τάδ'οδχ υβρει λέγω
οδδ'έχθρος ω σίς,
Εη Estacio las palabras de Creonte no llevan nin
gima amistad, pues dice a Edipo que aleje sus siniestros
presagios, odiosos para los vencedores, de Tebas (669-671)
"procul", inquit, "abi, uictoribus omen
inuisum, et Furias auerte ac moenia lustra
discessu Thebana tuo!
que nos recuerdan los enfrentamientes dialécticos entre
618
Creonte y Edipo en las obras de Sófocles y Séneca.
También la respuesta de Edipo es distinta en Euri
pides y Estacio. En el trágico, Edipo se lamenta de su ­
desgraciado pasado así como de la existencia futura, pues
no sabe a dónde irá, ciego y sin guía. Su antigua sober­
bia aparece sólo al final del monólogo, cuando afirma que
no se le verá suplicar abrazando las rodillas de Creonte,
pues ni siquiera en la miseria abandonará su fiereza (16221624):
0Ò μ^ν έλίξας γ'άμφΐ σδν χείρας γόνυ
κακδς φάνουμαι· τδ γ&ρ έμδν ποτ'αύγεν^ς
οίη αν προδοίην, Ohòi περ' πράασων κακώς
Edipo, en la Tebaida, replica con la fiereza que
le caracteriza. Se lamenta de que Creonte piense en ex­
pulsarlo y cometa tan pronto impiedades arrebatando a los vencidos una tumba y a un aliado (...socios) los mu
ros de la patria. Considera pequeño el castigo para un
rey y pregunta a Creonte por qué no ordena que una espada homicida se tina con su sangre ( 6 8 4 ' - 6 8 3 ) :
timida inclementia regum
ista! foros auidus quin protinus imbuís enses?
Recordando a Eurípides, Edipo pregunta a Creonte
si espera que se abrace a sxis rodillas suplicante ( 6 8 8 689):
619
an ezspectas, ut pronue supplice dextra
sternar et iauaitis domini uestigia quaeram?
ContiniSa diciendo que no es necesaria la expulsión pues ya a huir, por propia iniciativa, de su abominable mansión, sin que Importe el lugar a que llegará ni
las tinieblas de sus ojos, aunque ningdn lugar le ofi>ezca el espacio de tierra que ocupa en su patria (695-698)
fxigio excedoque nefandis
sedibus; an refert, quo fimera longa measque
transportera tenebras? ne non gens cuneta precanti
concédât, patriae quantum miser incubo terrae?
versos que nos dan la seguridad de que Estacio ha tenido
en cuenta el Edipo Rey de Sófocles y Edipo de Séneca, en
que, tras cegarse, Edipo se destierra voluntariamente de
Tebas y convence al remiso Creonte de que lo expulse.
Edipo reconoce que para Ó1 siempre Tebas será dui
ce, pues en ella quedan los cuerpos de su esposa e hijos
(699-701):
sed dulces Thebae. niminan hlc olarior ortus,
et meliora meos permulcent sidera uoltus,
hic genetrix natique.
Después de desear a Creonte que gobierne Tebas
con la misma fortuna y bajo los axispicios de Cadmo, Layo
620
7 él mismo, y que sea tan feliz en su matrimonio y en sus
hijos como ha sido ál, Edipo ruega a Antígona que lo guíe
fuera de Tebas, pero no quiere asociarla a su desgracia y
ruega a Creonte que le asigne un guía (701-707):
babeas Thebaña regasque
moenia, que Cadmus, que Laius omine rexit
queque ego; sic thalamos, sic pignora fida capessas,
nec tibi etìLt Tiirtus fortunam euadere dextra,
sed lucem deprensus ames, satis omina sanxi,
due, age, nata procul. quid te autem luctibus addo?
da, rex magne, ducem.
Antigone, quo teme quedar abandonada, se dirige
a Creonte con palabras pacificadoras y de reconciliacidn.
Sorprende osta actitud de Antigone, tan distinta de la que adopta en Sófocles y en los últimos versos de las Fenicias de Eurípides, en que se dirige a Creonte enfrentan
dosele con palabras tan llenas de soberbia que en nada en
vidian a las de su padre. La razón de su mansedumbre en
Estacio puede deberse a que todavía no se ha mencionado que Polinices quedará sin sepultura, pues aunque se ha
-
hecho una ligera alusión a ello, sobre Polinices en concreto no hay ninguna orden. A Antígona le preocupa en ese
momento que su padre tenga que ir muy lejos de Tebas; de
ahí su actitud.
Así pues, pide a Creonte que olvide las soberbias
palabras de Edipo, consecuencia de su largo encierro, pues
incluso a ella le ha hablado a menudo con crudeza (710-
621
714):
da ueniam adflieto distlsque ignosce superbie
huno morem fandi longae fecere querellae;
nec soli ferus iste tibi: sic fata deosque
adloquitur, durus luotu, facilisque nec ipsi
saepe mihi;
Le pregtmta si la causa de desterrarlo se debe
al temor de que a± se queda lo importune con plegarias.
Antígona dice a Creonte que no tema, pues ella enseñará
a Edipo a deponer su cólera y obedecer a su rey; le ale
jará de la muchedumbre y lo ocultará en un lugar solita
rio, para que Edipo sufra como si realmente estuviera exiliado (727-730):
pone metum, procul usque tua submotós ab aula
flebit; ego erectum subigam et seruire docebo,
coetibus abducam solaque in sede recondam.
exsxa erit,
Dea-pkés habla de la imposibilidad de Edipo de
-
ser recibido en ninguna tierra, sobre todo en Argos, la
tierra de sus enemigos; finalmente pide a Creonte que
consienta que Edipo permanezca en Tebas (737-739)
miserere senls, maestoe[(|Qe parentis
hic, precor, hic manes indulge poneré: certe
Thebsinos sepeliré licet".
-
622
En ©Inverso 739 Ρ. Venini''' encuentra una mordaz
alusión de Antígona a la obligación de enterrar a los ­
muertos. Ella, que con su docilidad nos ha hecho pensar
que no conocía la orden de Creonte, lo que realmente ha
hecho ha sido fingir que aceptaba sus determinaciones,
pues en este momento estaba interesada en impedir el
­
exilio de Edipo, Pero con sus últimas palabras ya nos ­
indica su actuación posterior.
Las súplicas de Antígona conmueven a Oréente, que
acepta ima solución intermediat no lo expulsará lejos de
las murallas de Tebas, Mientras no mancille con su presen
eia los templos y las casas de Tebas, se le permite que
el Citerón, que ya fue su primera morada al ser expuesto,
vuelva a serlo ahora (750­752):
"haud," inquit, "patriis prohibebere longe
finibus, occursu diam non pia templa domosque
commacules, habeant te Itistra tuusqtie eithaeron^j
Estacio recoge, pues, las palabras de Ismena a
su padre en Edipo en Colono 399­400 sobre las intencio­
nes de Creonte ^de establecerlo cerca de Tebas para dispo
ner de él (recordemos el augurio de que vencería el ban­
do que contara con la presencia de Edipo) sin que el an­
ciano ponga el pie en la ciudad:
"Ως α'αγχι γ?ίς στί^σωσι Καδμείας, δπως
1,- Thebaidos 1, ΣΙ,...ρ, 182
623
κρατίΰσι, μίν σου, γτ^ς 6t μ!) *μβαίνΐ}ς δρων*
Por su parte el ejército griego, de cuyo desastre
nos habla Homero en Ilíada IV, 409:
κείνοι bt σφετέρ'ρσιν έτασθαλίι^σιν δλοντο
así como las fuentes que hemos mencionado al hablar de
Adraste como tínico superviviente de los caudillos, aban
dona el liigar de la batalla en secreto. Marchan en desor
den y silenciosos, pues no han conseguido la victoria es
perada, sino un vergonzoso regreso*
La noche favorece su huida y les cubre con una sombra protectora (761):
Nox fauet et grata prófugos amplectitur umbra
Yernos de nuevo que, como en la mayoría de los libros de la Tebaida, la terminación de este libro H
cide con la llegada de la noche.
coin-
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