El fallo elegido para ser comentado, es el dictado por la Cámara de

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Comentario al fallo “González Alejandro Alberto s/ Sucesión AB-Intestato” Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Trenque Lauquen - 01-06-2011
Martín Patricio Raffo
INTRODUCCIÓN:
El fallo elegido para ser comentado es el dictado por la Cámara
de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Trenque Lauquen en los autos
caratulados “González Alejandro Alberto s/ Sucesión AB-Intestato”, el día 1º de
junio de 2011.
El tema en discusión es el de la posibilidad de tomar intervención
en la sucesión del suegro, por parte del yerno viudo sin hijos. Se perseguía
asimismo la declaración de inconstitucionalidad del artículo 3576 bis del Código
Civil que permitía a la nuera viuda sin hijos hacerse acreedora de la cuarta
parte de los bienes que le hubieren correspondido a su esposo en las
sucesiones de sus padres.
HECHOS:
En este precedente, la acción fue iniciada por el señor Emilio
Justo Abel, viudo de Elida Mabel González (fallecida el 4 de julio de 2009), sin
hijos, que pretendía tomar intervención en la sucesión de su suegro Alejandro
Alberto González (fallecido el 1º de Julio de 2010). Como planteamos en el
párrafo anterior, atacaba la constitucionalidad del artículo 3576 bis del CC, por
ser discriminatorio entre hombre y mujer. Argumenta en su presentación que el
carácter de la norma es asistencialista, tendiente a cubrir las necesidades
básicas de la mujer, cuando hoy por hoy la capacidad de hacerse de esos
recursos es mucho más viable, en clara contraposición con el rol que ocupaba
el sexo femenino en la sociedad en décadas anteriores. Cita como fundamento
jurídico distintos tratados internacionales respaldando el trato igualitario ante
las normas entre el hombre y la mujer.
FALLO:
La sentencia de primera instancia hizo lugar a la acción de Emilio
Justo Abel, la cual fue revocada en Cámara, por voto mayoritario, marcando
claramente que la cuestión está bastante discutida.
La postura mayoritaria del tribunal de alzada –voto de los doctores
Lettieri y Scelzo- sostuvo, en base a la conocida doctrina de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación, que la declaración de inconstitucionalidad es un acto
de suma gravedad dentro de las funciones correspondientes a un órgano
jurisdiccional y que solo debe recurrirse cuando una estricta necesidad lo
requiera. En efecto, rechazó el pedido de inconstitucionalidad de la norma y se
adentró en el abordaje del caso puntual.
Para decidir en forma desfavorable al recurrente, aclaró que el
instituto del artículo en cuestión fue muy discutido al momento de su
incorporación a través de la ley 17.711 del año 1968. Resaltó que en el año
1993 en razón del proyecto de Ley de Unificación de la Legislación Civil y
Comercial aprobada por la Cámara de Diputados, se propuso la extensión al
yerno viudo el derecho acordado a la nuera. También agregó que en el
Anteproyecto del Código Civil unificado de 1998 se proponía suprimir la norma
en cuestión.
Citó las distintas posturas sobre el caso, remarcando la idea del
fin asistencial planteada por Borda en su “Tratado de Sucesiones. Tomo II”.
A mayor abundamiento, trató el agravio sobre la violación de
igualdad jurídica argumentando que “este principio no conduce a que
necesariamente a que hombre y mujer tengan idénticos derechos frente a la
diferencia biológica que los caracteriza, y es en tal virtud que el legislador los
ha concedido de tal manera y extensión”. Añadió que “no todo tratamiento
jurídico diferente es propiamente discriminatorio” y que “existen ciertas
desigualdades de hecho que pueden traducirse en desigualdades justificadas
de tratamiento jurídico, que expresen una proporcionada relación entre las
diferencias objetivas y los fines de la norma”.
Sobre la base de estas ideas, analizó el artículo 16 de la
Constitución Nacional y la interpretación hecha por la CSJN sobre esta norma,
la cual ha sostenido que se requiere que esa igualdad se de, siempre y cuando
se excluyan privilegios a otros individuos que se encuentra en idénticas
circunstancias. En el ámbito internacional –en virtud de los tratados
mencionados por el accionante-, mencionó la Opinión Consultiva 4/84 de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos que hacía alusión a la igualdad y
la discriminación, que concordaba palmariamente con la postura mantenida por
nuestro máximo tribunal federal.
En efecto, concluyó que no lo convencía la invocación de una
discriminación contra los varones, por no estar frente a una norma que
menoscabe los derechos de éstos. Consideró que, en caso de existir algún tipo
de discriminación, se inclinaría porque sería en contra de la mujer, en razón de
ser una norma que adopta un estereotipo sexista que pretende proteger a una
persona que se estima como desamparada –lo cual sería un argumento válido
para proponer la eliminación de este instituto-.
El doctor Sosa se encuentra en la otra postura –voto minoritarioque entiende que no debe darse igual trato a yernos y nueras cuando se
encuentren en idénticas situaciones en orden del parentesco y que la única
diferencia sea en cuanto al sexo. Agregó que no hay justificativo para
considerar peor la situación de una mujer, y que en ese caso, privar al hombre
de ese derecho hereditario no mejora la situación del sexo femenino. Planteó el
caso de un matrimonio de lesbianas –a partir de la sanción de la ley 26.618- en
el cual si una fallece siempre habrá una nuera viuda, de modo tal que el art.
3576 bis beneficiaría a cualquiera de las dos. Distinto el caso del hombre
casado con otro hombre o con una mujer, lo cual sí se estaría en una clara
diferenciación. Concluyó que el artículo no debería existir hoy en día en función
de nuevas realidades, pero que mientras exista, debería permitirse su
aplicación analógica para el yerno viudo.
NORMA EN CUESTIÓN:
El artículo 3576 bis dispone que: “La viuda que permaneciere en
ese estado y no tuviere hijos, o que si los tuvo no sobrevivieren en el momento
en que se abrió la sucesión de los suegros, tendrá derecho a la cuarta parte de
los bienes que le hubieren correspondido a su esposo en dichas sucesiones.
Este derecho no podrá ser invocado por la mujer en los casos de los artículos
3573, 3574 y 3.575”.
Mediante la ley 17.711 se ha introducido este “nuevo heredero”
que es la nuera viuda sin hijos –se tomó como base el artículo 2001 del
Proyecto de de reforma del código de 1936-. Al momento de su incorporación,
si bien hubo debate sobre la incorporación de este instituto, estaba aceptado
por la doctrina pero de a poco fue tomando una mayor relevancia hasta llegar
en numerosos casos a la justicia donde se fue haciendo lugar a los reclamos
de los yernos viudos sin hijos.
DOCTRINA:
Así es como Guillermo Borda sostenía que “la solución es justa,
pues muchas veces la muerte del marido deja en desamparo a la viuda” 1.
Agrega que “el derecho reconocido a la viuda, tiene un fundamento asistencial
y se nutre de la idea de la solidaridad familiar. El carácter asistencial explica
que se lo conceda a la viuda y no al viudo”2. La postura asistencialista la
termina de encuadrar cuando dice que “en nuestra realidad social y
contemporánea es el hombre el principal y, frecuentemente, el único sostén del
hogar. Muerta la mujer, él continúa sin interrupciones sus actividades
económicas; en cambio, muerto el marido, la viuda tiene que lanzarse a esas
actividades, sin hábitos de trabajo profesional, sin experiencia y empezando de
cero”3. En ese mismo pensamiento se enrolaba Arturo Yungano que afirmaba
que “se trata en rigor, de una norma asistencial para proteger a la mujer que ha
quedado viuda sin hijos”4.
En la misma época de estos autores, se encuentra la postura de
Goyena Copello que opinaba: “Por de pronto se hace un distingo, que si bien
pudo tener razón en la época de la sanción del Código, consideramos que no
1
Borda, G.A., Tratado de Derecho Civil – Sucesiones, Tomo II, Ed. Perrot, Buenos Aires, 1987, pág.62.
Borda, G.A., op cit.
3
Borda, G.A., “La reforma de 1968 al Código Civil”, Ed. Perrot, Buenos Aires, 1971, pág. 526.
4
Yungano, A.R., Derecho sucesorio, Ediciones Jurídicas, Buenos Aires, 1992, pág. 276.
2
condice con la época moderna y el equiparamiento legal de ambos cónyuges”5.
En este orden de ideas, Acdeel Salas cuestiona la idea de ser de carácter
asistencial en tanto el articulo no hace referencia a si la viuda es rica o pobre, y
dice “resulta claro entonces que el derecho que se le atribuye no reposa en una
idea de aquel carácter, sino en el vínculo familiar existente”6.
En la actualidad podemos encontrar la opinión de Azpiri, que
estima que “tal como se encuentra redactado el art. 3576 bis, constituye un
tratamiento desigual frente a una situación de hecho idéntica e implica una
discriminación por razón de sexo”7. En concordancia con esta postura, la Fiscal
Civil y Comercial del Poder Judicial de la Provincia de Córdoba –Alicia García
de Solavagione- sostuvo que “El art. 3576 bis, por donde se lo mire es
arbitrario, lo que se sustenta en la irrazonable desigualdad entre hombre y
mujer (…) por atentar contra lo prescripto en los arts. 16 y 18 de la C.N; los
tratados
internacionales
sobre
derechos
humanos
incorporados
a
la
Constitución Nacional a través del art. 75 y contra toda forma de
discriminación”8.
JURIDPRUDENCIA:
Con las posiciones de la doctrina tan enfrentadas, es lógico que
los propios jueces tomen decisiones distintas, dependiendo del lugar en el que
se encuentran ante tamaña controversia jurídica.
Sin embargo, en los últimos años, la jurisprudencia tiende a
aceptar al yerno viudo sin hijos como heredero. No es así en el caso que
tomamos de referencia pero en algunos antecedentes que citaremos se ha
hecho lugar a la acción.
Tal es así en la causa "Moralez o Morales, Agustina-Declaratoria
de Herederos", Expte. Nº 1261142/36, del Juzgado de Primera Instancia en lo
Civil y Comercial 27º Nominación de Córdoba por sentencia dictada el
5
Goyena Copello, Héctor R., “Acerca del derecho conferido a la nuera viuda, sin hijos y de buena
conducta por el art. 3576 del Código Civil”. L.L, 1969, Tº 135, pág. 1434.
6
Salas, Acdeel E., “La sucesión de la nuera (artículo 3576 bis del Código Civil)”, J.A. 1968, Tº IV, pág 831.
7
Azpiri, Jorge O., Derecho sucesorio, 4ª ed. Actualizada y ampliada, Hammurabi, Buenos Aires, 2006,
pág. 559.
8
García de Solavagione, Alicia, El derecho del yerno viudo en la sucesión de sus suegros, Advocatus,
Córdoba, 2009, pág 49.
30/04/09, donde se declaró la inconstitucionalidad del 3576 bis, por excluir al
hombre sin razón alguna de un derecho que la legislación sí reconoce a la
mujer “constituyendo una clara discriminación que ha hecho el legislador entre
el hombre y la mujer fundada sólo en motivos de "sexo", lo cual resulta
intolerable e inadmisible desde la reforma constitucional de 1994”.
Igual posición adoptó el Juzgado Civil y Comercial de 1a
Nominación San José de Metán de 1ª Nominación el 8/04/2010 en los autos
caratulados “G.A.” en cuanto deniega derechos sucesorios al yerno que se
encuentra en iguales condiciones que la nuera, por lo que “la citada norma
plasma una discriminación fundada en razones de sexo, que vulnera la
igualdad ante la ley consagrada en el art. 16 de la Constitución Nacional”.
A igual conclusión arribó la Sala B de la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil, en los autos “S., A. /suc. ab intestato” el día 8/11/2010.
El tribunal de alzada revocó lo resuelto por el juez de primera instancia –
remarco que el instituto todavía sigue generando controversias entre los
propios jueces-, declarando la inconstitucionalidad del artículo 3576 bis
agregando que el mismo no solo discrimina al hombre excluyéndolo de la
sucesión de los padres de su esposa prefallecida, sino que también discrimina
a la mujer al mantenerla en el histórico y superado rol de parte débil de la
relación matrimonial.
Otra de las salas de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Civil –Sala A-, en el fallo “Nazar Anchorena, José Agustín s/sucesión ab
intestato” del 9/03/2012, también confirmó este pensamiento y estableció la
interpretación amplia del artículo en cuestión. Propuso un análisis bajo la luz de
la ley 26.618 –de matrimonio igualitario- que en su artículo 42 disponía que
“Todas las referencias a la institución del matrimonio que contiene nuestro
ordenamiento jurídico se entenderán aplicables tanto al matrimonio constituido
por DOS (2) personas del mismo sexo como al constituido por DOS (2)
personas de distinto sexo. Los integrantes de las familias cuyo origen sea un
matrimonio constituido por DOS (2) personas del mismo sexo, así como un
matrimonio constituido por personas de distinto sexo, tendrán los mismos
derechos y obligaciones. Ninguna norma del ordenamiento jurídico argentino
podrá ser interpretada ni aplicada en el sentido de limitar, restringir, excluir o
suprimir el ejercicio o goce de los mismos derechos y obligaciones, tanto al
matrimonio constituido por personas del mismo sexo como al formado por DOS
(2) personas de distinto sexo”. Añade el tribunal que debe proceder la
interpretación amplia ya que “al no existir estrictamente "yerno" ni "nuera" en el
matrimonio homosexual, no existirían derechos sucesorios para ninguno de los
sobrevivientes en la sucesión de los suegros”.
De los precedentes enumerados todos coinciden en declarar la
inconstitucionalidad de la norma, por lo que el fallo elegido para esta
investigación se encuentra en la vereda opuesta, con la idea de mantener la
disposición hecha por el código de manera estricta, sin hacerla extensiva al
yerno viudo sin hijos. Sin embargo, la postura mantenida por el tribunal de
Trenque Lauquen es acogida por muchos colegas.
DESARROLLO HISTÓRICO:
También considero necesario destacar que a lo largo de los
últimos tiempos se ha intentado modificar este instituto. Como lo expuso en el
fallo tratado la Cámara de Trenque Lauquen, se quiso extender al yerno el
derecho sucesorio del 3576 bis en el año 1993 –confr. Proyecto de Ley de
Unificación de la Legislación Civil y Comercial-. En el año 1998 se proponía
suprimir el artículo –confr. Proyecto Código Civil unificado-. Y finalmente, en el
año 2009 se presentó un proyecto en la Cámara de Diputados de la Nación
proponiendo la incorporación del yerno, modificando el artículo 3576 bis, el
cual, en caso de que se apruebe el proyecto que se encuentra en trámite ante
el órgano legislativo, quedaría redactado de la siguiente forma: “La viuda o
viudo que permaneciere en ese estado y no tuviere hijos, o que si los tuvo no
sobrevivieren en el momento en que se abrió la sucesión de los suegros,
tendrá derecho a la cuarta parte de los bienes que le hubieren correspondido a
su cónyuge en dichas sucesiones. Este derecho no podrá ser invocado en los
casos de los artículos 3573, 3574 y 3575”. El fundamento de esta reforma se
basa en garantizar la igualdad entre hombres y mujeres.
Más cerca en el tiempo, el Proyecto de Código Civil y Comercial
de la Nación de este año elimina el instituto del artículo 3576 bis. De este
forma, sigue la línea de igualdad entre ambos cónyuges, idea que refuerza con
la redacción del artículo 402: “Ninguna norma puede ser interpretada ni
aplicada en el sentido de limitar, restringir, excluir o suprimir la igualdad de
derechos y obligaciones de los integrantes del matrimonio, y los efectos que
éste produce, sea constituido por dos personas de distinto o igual sexo”.
CONCLUSIÓN:
De todo lo expuesto se puede dilucidar que de a poco se está
acogiendo cada vez más a incluir al yerno viudo sin hijos como heredero,
ubicándolo en la misma situación que a la nuera. La sociedad actual, en
contraposición con la de la década del 60 –cuando se incorporó el 3576 bis-,
tiene roles distintos tanto de las mujeres como de los hombres. Las mujeres
antiguamente eran en un alto porcentaje amas de casa, que se ocupaban de la
crianza de los hijos y del mantenimiento del hogar, y los hombres eran quienes
sostenían económicamente a la familia. Actualmente se equipararon esas
actividades para ambos sexos, al punto tal de encontrar una gran cantidad de
mujeres insertadas en el mercado laboral. De esta forma, la tesis de la
naturaleza asistencial del 3576 bis deviene inadecuada, por no condecir con la
realidad de la sociedad actual.
Por eso, considero que el artículo debe ser modificado, por
atentar contra la igualdad jurídica de hombres y mujeres, desde la base de que
se están cercenando derechos sucesorios en detrimento de los hombres.
Resalto la problemática que genera el caso con el dictado de la ley de
matrimonio igualitario donde la unión de 2 hombres le limita la posibilidad al
supérstite –sea cual fuere- de heredar a sus suegros.
Sin duda, es un tema controvertido y que debe ser discutido en
sesiones parlamentarias para unificar los criterios, porque –según lo estudiadola justicia falla últimamente declarando la inconstitucionalidad de la norma, lo
que exige una revisión por parte del órgano legislador.
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