Las configuraciones narcisistas en el proceso psicoanalítico

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Las configuraciones narcisistas
en el proceso psicoanalítico
o
María Cristina Melgar
El psicoanálisis del narcisismo ha producido una importante pero también compleja literatura sobre un tema que admite apreciaciones y significaciones diversas y que ha traído dificultades a las
teorías estructural, instintiva y objetal cuando se intenta incluirlo
de una manera coherente.
Desde su aparición, el narcisismo siempre tuvo un carácter dialéctico, siempre mostró más de un perfil y siempre requirió, para
hacerse asequible, de otras conceptualizaciones. Esto es igualmente
válido para los aspectos teóricos, clínicos o técnicos.
Son ejemplos que incluyen estos tres conceptos y que tomaré en
cuenta en el desarrollo de este trabajo:
1
El narcisismo en sentido estricto requiere de la constitución de
un Yo. El Yo necesita de la catectización libidinal narcisista para construirse. Relación narcisismo-Yo.
2
El narcisismo primario entendido como mito de retorno al seno
materno, como "recuerdo" de una plenitud perdida o como placer ligado a la omnipotencia, a la autonomía y a la completud,
es, a la vez, una construcción del narcisismo secundario que inviste narcisistamente el deseo edípíco de fusión con la madre.
Relación narcisismo-Edipo.
* Dirección: Mansilla 2730, (1425) Capital Federal, R. Argentina.
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María Cristina Melgar
El registro narcisista se articula con la relación de objeto y con
las corrientes pulsionales de manera que la relación narcisista
requiere, para existir, de un marco de intersubjetividad y el placer narcisista, para experienciarse, de la satisfacción pulsional
en un objeto. Relación narcisismo-mundo objetal. Relación placer narcisista-placer pulsional.
Este carácter dialéctico, este doble perfil y esta articulación con
otros puntos de vista de la teoría psicoanalítica son maneras en que
se presenta el narcisismo para ser estudiado, pero, en la práctica clínica, son formas de funcionamiento de la estructura narcisista. Cuando, durante el proceso psicoanalítico, se evidencian configuraciones
narcisistas, estos funcionamientos también se hacen presentes, y tenerlos en cuenta puede ser importante ya que intervienen, según mi
apreciación, en experiencias vividas en la situación psicoanalítica que
deberán ser resignificadas.
Los psicodinamismos que se ponen en marcha por acción del
análisis repercuten en la estructura narcisista e instan a que se operen en ella transformaciones que faciliten cambios en otros niveles
psíquicos.
El psicoanálisis no ha dejado de incluir el narcisismo en sus desarrollos técnicos, pero diferentes modalidades de profundizar en su
estudio conducen a criterios diferentes y aun opuestos.
El narcisismo ha sido considerado un fantasma amenazador para el tratamiento. Se mantuvo así insondable, a la vez fascinante y
rechazante. Como sucede con el Edipo en las psicosis, el narcisismo
de las patologías narcisistas, tan evidente y tan manifiesto, mantiene,
sin embargo, hermético el acceso a la significación profunda que le
otorga a los procesos psíquicos inconscientes. Doble mensaje, si se
quiere, de este "mírame pero no me veas", que forma parte de su
misma naturaleza.
Los tratamientos de pacientes con patología narcisista manifiesta pusieron énfasis en las caracterizaciones clínicas, transferenciales
y técnicas del narcisismo patológico. Pero ya Freud, en varios momentos de su obra, había mostrado que, junto con la dirección que
estos cuadros proponen y que se refieren a la enfermedad ("Introducción al narcisismo", caso Schreber, "Duelo y melancolía", los trabajos sobre psicosis), hay otros caminos para profundizar en el estudio del narcisismo ("Los dos principios del suceder psíquico", "Los
instintos y sus vicisitudes", "Tótem y tabú", Leonardo da Vinci, "Lo
siniestro"), que privilegian su intervención en la organización del Yo,
y la importancia que tienen la especularidad y las identificaciones
narcisistas en la estructuración del amor a sí mismo.
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El narcisismo, visto como uno de los ejes que organiza el psiquismo no sólo en una etapa específica sino a lo largo de toda la
vida, fue señalado desde hace tiempo por varios analistas (Numberg.
L. Andrea-Salomé). Pero la obra de autores que han mostrado su
aspecto trófico, saludable y normal (Kohut, Rosolato, Grunberger,
Kernberg) rescató un carácter del narcisismo que tiene una importante función en los fenómenos psíquicos que se producen durante
el análisis.
La presencia narcisista se evidencia en las psicosis, en las perversiones, en las personalidades narcisistas, pero también se descubre
en la armonía de un buen desarrollo psíquico, en la sublimación, en
la creatividad, en la evolución de un tratamiento psicoanalítico.
La estructura narcisista, concepto al que me adhiero, está caracterizada: por el rechazo de lo externo, por la retracción libidinal al
Yo, por la idealización, por la omnipotencia y por el desdoblamiento
especular que se establece a partir de una relación intersubjetiva.
Los distintos aspectos de esta estructura se articulan con los
elementos de las corrientes pulsionales, los momentos de organización
de las instancias y el Edipo, proponiendo la modalidad individual
que tendrá el amor a sí mismo. Es a través de esta "encarnadura"
como se despliega la fantasmagoría narcisista y el narcisismo se hace
analizable.
Las configuraciones narcisistas aparecen construidas con técnicas, con fantasías y con experiencias de placer o de sufrimiento que
se relacionan con corrientes pulsionales y objetales. Su aparición en
el tratamiento puede coincidir con movimientos regresivos y reediciones transferenciales o con movimientos progresivos y de cambio
interno.
Cuando existe sufrimiento narcisista estas configuraciones denotan: el fracaso anaclítico, las vicisitudes de la relación objetal, la
frustración pulsional, la amenaza de pérdida o de castración. Siempre están ligadas a una dependencia que es dolorosa, que frustra
excesivamente, que revive la inermidad primitiva y que, en todos
los casos, es inaceptable.
Pero también puede presentarse como una contribución a la
modelación de la estructura psíquica, a la búsqueda de la identidad
y de la autodeterminación
y al descubrimiento del placer en el ejercicio de la fantasía.
Tener en cuenta estas dos facetas, en determinados y especiales
momentos del análisis, permite descubrir y orientar materiales inéditos, distinguir un sentido en las formaciones narcisistas que se evidencian y recuperar un camino para el deseo que pueda influir sobre
la compulsión repetitiva. Esta bipotencialidad del narcisismo puede
ser estudiada durante el proceso psicoanalítico en distintas situacio-
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nes clínicas: algunas tienen que ver con la organización del Yo, con
el empleo de técnicas narcisistas, es decir, con las corrientes del narcisismo que actúan sobre la construcción del Yo, ya sea en lo atinente a sus capacidades y funcionamientos como en lo referente a la
representación
y consciencia de sí mismo; otras situaciones clínicas
tienen más que ver con la estructuración de la psicosexualidad y las
corrientes pulsionales que construyen el deseo.
El narcisismo se evidencia en la trama de las formaciones que
lo integran a la historia psicosexual, pasado actual, revivida en la
situación psicoanalítica o experimentada en forma inédita durante el
tratamiento. La relación entre satisfacción pulsional y gratificación
narcisista fue tratada por Numberg, Grunberger, Abadi, quienes mostraron cómo esta relación se mantiene ya sea por investimiento recíproco de las respectivas experiencias de placer o por tratamiento defensivo si hubo sufrimiento o coartación. De esta manera, el enlace
entre el placer pulsional y el placer narcisista, o sea, entre las modalidades con que se satisfacen el deseo y la fantasía narcisista, queda incorporado a la estructura psíquica.
En cada organización libidinal, la idealización y la omnipotencia narcisistas ligan los funcionamientos yoicos, las pulsiones y los
objetos a las fantasías narcisistas. Se construye así la fantasmagoría
narcisista vinculada a los distintos estadios.
Las fantasías narcisistas tienen, sin embargo, sus propios temas
que giran sobre: la vida, la inmortalidad, la resurrección, la autonomía del mundo externo, la fusión mágica, la completud. También el
placer narcisista tiene sus propias técnicas en el retiro libidinal, en
la omnipotencia, en la idealización, en la proyección y en el ejercicio
independiente de la fantasía. Las fantasías y el bienestar o el sufrimiento narcisistas intervienen en el desarrollo psíquico, tanto en lo
referente a la propia estructura narcisista como en lo referente a la
estructura edípica y simbólica de la personalidad.
Cuando Freud encara una teoría sobre la génesis del narcisismo,
establece su conexión con la sexualidad a través del autoerotismo. En
sentido estricto, tal como lo presenta en "Introducción al narcisismo", la instauración de la representación y de la consciencia del Yo,
es el nuevo acto psíquico por el cual las pulsiones autoeróticas toman al Yo como objeto de amor.
La extensión del narcisismo a un narcisismo primitivo cuyo modelo sería la vida intrauterina llevó a su vez a considerar al autoerotismo como la actividad sexual en la que el narcisismo es satisfecho durante todo un ciclo evolutivo coincidente con la formación
del Yo.
Este narcisismo secundario precoz, según la designación de Rosolato, es el narcisismo de un período de la vida durante el cual se
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construye la consciencia del sí mismo y se instauran y desarrollan
los funcionamientos y operaciones yoicas más importantes; tiene una
raíz erógena y se diferencia del instinto de conservación aunque ambos colaboran en la organización del Yo.
El autoerotismo, al satisfacer las pulsiones sexuales en el propio
cuerpo y ea objetos imaginarios, separa la sexualidad del objeto externo natural y la entrega a la fantasía; junto con la psicosexualidad
se establece el modelo narcisista de amor al propio Yo cuya expresión más cabal será lograda junto con la instauración del sí mismo.
El narcisismo y la evolución psicosexual con sus fantasías, afectos y defensas quedan involucrados en la estructura mental. El proceso psicoanalítico, al permitir diferenciar y discriminar experiencias y registros, favorece a su vez nuevas integraciones.
Así, en las primeras actividades creativas del juego o en los productos tempranos de la imaginación, los analistas han mostrado que
las tendencias pulsionales se unen con las narcisistas de fusión, con
la omnipotencia materna y con el placer de dar a luz un producto
valorado.
Más tarde, cuando el ejercicio de la actividad muscular llega a
desplegarse con mayor vigor, en el placer pulsional logrado por la
posesión y el control queda incluida la fantasía épica anal y sus contenidos narcisistas de conquista y poder.
En el placer masturbatorio también se satisfacen los requerimientos narcisistas de desinterés por el afuera, de autonomía omnipotente
y de libertad en la fantasía. Pero ahora, por propia obra de la evolución psíquica, este doble placer, el del deseo y el del narcisismo,
chocará con las distintas posiciones del campo heterosexual y homosexual del Edipo. La inadecuación que se crea entre las aspiraciones
de ambos es el eje de la fractura entre campos pulsional edípico y
narcisismo.
- "JO""W't
Esta fractura no es por cierto novedosa para la dialética entre
narcisismo y deseo; la tendencia narcisista a la retracción y la tendencia pulsional a la descarga evidencian el clivaje producido en el
camino instintivo. Pero de aquí en adelante, el anhelo de coincidencia entre placer narcisista y placer pulsional deberá buscar caminos
y sustituciones complejas. Cuando el placer ligado al deseo satisfecho
y la recuperación del narcisismo gracias a la retracción libidinal al
Yo -que permite el goce ligado, como lo señaló M. Abadi, a los sentimientos de permanencia de la propia identidad frente al flujo pulsional y sus componentes fantasmáticoscoinciden o se interrelacionan en experiencias complejas de satisfacción, el narcisismo recupera para el psiquismo el carácter trófico, saludable y cohesionador
de experiencias internas.
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Voy ahora a referirme a algunas situaciones clínicas en las que
se pueden develar configuraciones narcisistas y en las que puede estudiarse su influencia tanto en el desarrollo de un Yo más fuerte
y mejor integrado y en la resolución de la conflictiva interna, como
en la acción negativa y destructiva del narcisismo patológico.
a] El silencio en sesión:
En pacientes narcisistas el silencio puede ser la expresión de un
fuerte sufrimiento psíquico, puede aludir a situaciones traumáticas
severas, puede estar impregnado de hostilidad y acrecentar la megalomanía. Es sabido que la corriente económica del narcisismo, la
retracción al Yo, juega un primerísimo papel en esta situación clínica. Pero también se sabe que los fenómenos de retracción narcisista y los de reconexión posterior producen modificaciones importantes
y son expresión de un proceso interno del que surgen productos originales y una recuperación activa de las relaciones de objeto. Así,
una reacción paranoide que aparezca en estas condiciones puede llegar a cambiar el sentido que se le atribuye al tratamiento, puede invadirlo o paralizarlo, ya que se trata de transferencias psicóticas y de
fenómenos restitutivos. Esto no le quita, sin embargo, la categoría
de constituir un nuevo ordenamiento, de mostrar una transformación
en el modo en que se entiende y se siente el vínculo con el analista.
A la vez, este sentido encierra y da una respuesta a una realidad histórica pretérita. Sentido positivo y negativo del síntoma que, en estos casos y en estos momentos, es: transacción entre compulsión repetitiva y transformación.
Pero, si la relación analítica ha creado las condiciones adecuadas, también puede ser, como ]0 señaló Winnicott, una manera de
estar solo en compañía de] analista, situación esta en Ia que la retracción narcisista puede favorecer la cohesión del Yo. Adecuadamente sentido, entendido e interpretado, estimula la evolución de una
relación anaclítica que en el pasado fue insatisfactoria. Son fenómenos registrados en el nivel narcisista que estimulan la recreación de
primitivas relaciones de objeto de las aptitudes yoicas para integrarlas.
b] El doble y la especularidad
durante el proceso psicoanalítico:
Los fenómenos de idealización, de desdoblamiento y de proyección intervienen en la creación de esta estructura intrapsíquica que
está en la base de la escena fantasmática narcisista ("Tótem y tabú",
"Lo siniestro").
Si bien, con esta formación enraizada con la constitución del Yo
y con la relación primitiva con la madre, la hostilidad queda diso-
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ciada y la muerte vencida, las formaciones inconscientes generadas
en su torno tienen consecuencias favorables o adversas sobre el psiquismo.
En un trabajo anterior me referí a la aparición en sueños de la
representación del doble ocurrida en momentos cruciales del análisis
y a las integraciones yoicas que pueden ser promovidas por su comprensión, interpretación e insight. En aquellos casos destaqué los
cambios en la estructura narcisista y en el Yo por acción del proceso psicoanalítico que en estos pacientes incluye en forma destacada el nivel anaclítico.
Pero el doble no es sólo un representante de la idealización y
de la omnipotencia primitivas sino que también es pantalla narcisista de las pulsiones agresivas destinadas a la madre. Este aspecto
del doble conserva el "recuerdo" de la carga destructora precoz. Sobre esto dice Rosolato: "El niño, real o imaginario, se convierte entonces en un objeto de proyección narcisista que toma el lugar del
Yo Ideal". El doble se convierte así en sede de las fantasías de muerte del niño hacia la madre y hacia sí mismo.
En el análisis de las personas que han tenido reacción terapéutica negativa me ha interesado la fantasmagoría narcisista inconsciente ligada al doble que puede develarse no solamente en la trama
de las distintas fantasías sino también en la fantasía que está incluida en la actuación de la R.T.N.
El ataque al progreso, al vínculo analítico y al interés por el
conocimiento de la R.T.N. preserva, en cambio, la relación mágica
madre-niño y la fantasía narcisista de inmortalidad que creó el doble. En cambio, el niño que se analiza en el análisis es la pantalla
sobre la que se repite el recuerdo de la dramática primitiva: la identificación con la madre asesina y el homicidio del niño de la escena
narcisista y de sus mecanismos de proyección y disociación. La fantasía de inmortalidad es satisfecha mientras que la escena repite el
sacrificio e impide un matricidio que es impensable.
Joan Riviere mostró que en las reacciones terapéuticas negativas
existe un intento de preservar un objeto interno dañado y no reparado. El pensamiento de J. Riviere ha sido un gran aporte a la comprensión de esta situación clínica especialmente en el caso de pacientes con problemáticas tempranas graves. Pero en este trabajo me
interesa referirme a una modalidad más personificada y repetitiva
que tiene lugar dentro de una actuación especular.
J. García Badaracco ha conceptualizado el pensamiento psicótico como una actuación intrapsíquica que contiene la repetición de
una historia de sufrimiento yoico. Me ha parecido valioso tener en
cuenta este hallazgo clínico en la comprensión de las R.T.N. en personas narcisistas, en quienes la especularidad crea la pantalla que va
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a permitir esta actuación negativa, de muerte o de locura, que posee
el narcisismo.
Así, la construcción narcisista del doble puede aparecer en los
tratamientos psicoanalíticos como "representación simbólica" de una
relación anaclítica investida de placer y de idealización narcisista, y
en este sentido alude a una modificación de lo arcaico y a un ingreso
a lo simbólico que permite entender y dar sentido a los procesos
primitivos. O puede aparecer como "instrumento inconsciente de juego especular" que repite de megalomanía y destrucción que impide
el acceso a la simbolización y sirve entonces a la repetición de lo
primitivo y de lo arcaico en la situación analítica.
c] El empleo de la técnica del rechazo:
Freud mostró desde sus primeros trabajos que el rechazo de la
realidad está en la base de la teoría económica del narcisismo y que
forma parte de la génesis de su patología. Sin embargo, el empleo
de la negación a los fines de adquirir una mejor conexión con la
realidad interna y externa y su papel en el desarrollo de las funciones mentales y especialmente del juicio fue descubierto y explicitado
en su trabajo sobre la negación.
En el tratamiento psicoanalítico de personas con problemas narcisistas he observado que superar un repudio o una renegación requiere haber adquirido una disposición interna capaz de algo así como "rechazar el rechazo".
N. Marucco se ocupó del uso de la pulsión muerte que hace el
analizado cuando intenta la anulación dinámica y estructural de organizaciones patológicas narcisistas. El empleo de la agresión puede
producir entonces modificaciones psíquicas y reorganizaciones simbólicas importantes.
En los casos a los que me refiero, la agresión se orienta hacia
el sacrificio de una realidad interna que, en las psicosis y en las
perversiones, se impone como única realidad posible. Claro que descatectizar un objeto investido narcisistamente, negarlo, huir de él, requiere haber tomado primero contacto emocional con él y haber adquirido la capacidad de percibir sus cualidades atemorizantes que
provocan miedo, angustia o dolor. Si en el proceso psicoanalítico
esto pudo lograrse, el empleo del rechazo consiste en instrumentar
una técnica que había dado origen a aquella realidad fantasmática
interna con el fin de lograr ahora el acceso a la significación de una
realidad que no había sido considerada. Por ejemplo: el homosexual
que descubre que, haga lo que haga, nunca va a ser mujer, que nunca
tendrá acceso a experimentar el tipo de placer que experimenta una
mujer, que su sufrimiento y su defraudación están ligados a esta irn-
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posibilidad, que rechaza la imagen omnipotente
como antes rechazó el símbolo de la castración.
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de la madre fálica
El rechazo de lo externo que está en el origen de las construcciones patológicas narcisistas también puede tener la función simbólica
y de ordenamiento de las funciones perceptivas que le adjudicó Freud.
En el trabajo clínico con pacientes narcisistas, este cambio en la dirección en que se emplea el rechazo de una realidad externa o de
una interna vivida como externa no puede darse si previamente no
se produjeron transformaciones en la estructura narcisista inconsciente y en las capacidades yoicas.
d] Las identificaciones
narcisistas
y el vínculo con el analista:
Si bien el pensamiento de Freud no fue unívoco con respecto
al narcisismo y a la relación objetal, la relación anaclítica y el objeto anaclítico siempre fueron tomados como puntos de referencia
para las teoría del narcisismo y del autoerotismo. El aporte de pensadores como Klein, Lacan, Kohut, Lichtestein, fue de gran importancia para que se llegara a aceptar sin demasiadas dificultades que
el narcisismo exterioriza y evidencia una relación intersubjetiva. Así,
la catexia libidinal de la madre hacia el hijo, la proyección idealizadora del niño en el otro, la especularidad y la identificación narcisista están en la base del amor a sí mismo narcisista. El apoyo anaclítico y los elementos libidinales y narcisistas aportados por el amor
de los padres, por un lado, y los instintos de conservación y las corrientes libidinales del niño, por otro, participan de la construcción
de la identidad primaria, punto de coincidencia, como en "El aleph"
borgiano, de las distintas corrientes del narcisismo.
El tema de las identificaciones queda ligado al narcisismo. Durante el proceso psicoanálítico pueden producirse operaciones psíquicas indicadoras de que se están logrando transformaciones
importantes en la estructura narcisista con la instauración de identificaciones narcisistas. No me refiero aquí a las identificaciones que
repiten un mecanismo patológico, por ejemplo el melancólico o el
paranoide, que también son narcisistas, sino a aquellas por las cuales el amor a sí mismo aparece como corolario de una relación, la
del analizado con el encuadre, con la persona, con el pensamiento
y con la empatía del analista. Se trata de algo novedoso que alude
a una evolución del funcionamiento yoico y a una transformación en
la estructura narcisista.
Un analizado soñó que estaba en un campo de batalla en Malvinas, con hombres luchando con violencia y cuerpo a cuerpo; ve
a uno de ellos, con ropa y ojos rasgados de asiático, que mata a otro
cortándole la cabeza. Huye y corre hasta encontrar un templete con
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el padre recostado contra una columna y vestido como un sabio griego que asocia con Sócrates. Se acerca, se abraza y se confunde hasta
desaparecer dentro del padre.
El sueño mostraba la elaboración que el analizado había hecho
de ciertos temas básicos como la castración, la heterosexualidad conflictiva y la homosexualidad, mientras que la escena primaria seguía
abrumando al Yo con la violencia de sus contenidos primitivos.
En este sueño la homosexualidad podía seguirse en sus dos versiones edípicas, la positiva y la negativa. De la primera eran: la huida frente a la castración, la unión con una figura femenina-masculina,
la penetración satisfecha de acuerdo a la fusión con el cuerpo materno, la agresión al padre al que le quita la virilidad. Incesto y parricidio se cumplían en un sueño que soslaya la castración y satisface el deseo heterosexual oculto tras la estructura homosexual
manifiesta.
De la versión edípica negativa eran la identificación con la madre castrada y cruel, víctima y victimario de la escena onírica, la
unión con el padre tomando activamente el lugar de la madre y la
evitación del reconocimiento de la diferencia de sexos.
Pero hay otra versión del sueño que llama la atención sobre la
identificación narcisista y las modificaciones en el narcsismo.
El sueño realiza el deseo de entrar en el padre, de confundirse
y hacerse uno con él, de identificarse. La técnica empleada es la proyección, técnica que es usada en la identificación primaria con el
padre idealizado representado aquí por el sabio griego que es penetrado, invadido y tomado por la intensidad de una proyección que
propone, ya no el tener, sino el ser el padre. Cierto es que tal
identificación podría pronosticar un destino ascético o encontrar en
las sublimaciones masoquistas la solución de un problema interno,
tal como Freud mostró en el niño piadoso en que se convirtió el
"Hombre de los lobos" en un período de su vida infantil. Pero también propone la identificación con un padre bondadoso y sabio portador de un narcisismo ya modificado.
y hay algo más, la identificación proyectiva con el padre idealizado realiza un deseo narcisista: ser el niño idealizado y el objeto
de amor de los padres. En este analizado que tenía intensos sentimientos de desvalorización y una patología autorreferencial que eran
manifestación de un narcisismo sufriente, la identificación que muestra en el sueño es orientadora de un fortalecimiento yoico y de las
transformaciones narcisistas que se habían producido en el proceso
terapéutico.
Las fantasías narcisistas suelen coincidir con hechos psíquicos
vividos como volver a nacer, o renacer, como entrar en una experiencia de unión cósmica o de fusión ideal. En este sueño, la fanta-
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sía de retorno al seno materno y de fusión idealizadora no parece
ser la manifestación de un factor mórbido regresivo que debilita al
Yo, sino uno de los pasos dados para construir un Yo fuerte y una
autoestima valedera.
El placer narcisista que consiste en retener, mantener y cohesionar el propio Yo es el que se satisface en esta identificación. Lograr la fantasía y el placer narcisista que muestra este sueño impresiona como un momento necesario para que el Yo pueda encarar
activamente las distintas problemáticas edípicas que, por otro lado,
ya habían sido incluidas en el trabajo clínico. D. Anzieu se refirió
a la necesidad que tienen ciertos pacientes de recibir un importante aporte narcisista para poder acceder al trabajo analítico. Winnicott y Balint destacaron la influencia de la regresión en el tratamiento de personas con cuadros más graves. Creo que estas nociones
técnicas tan importantes pueden a la vez reconsiderarse desde los
cambios promovidos en las vertientes del narcisismo.
Quizás el problema técnico que plantean al análisis las personas
con serios trastornos narcisistas pueda ser mejor comprendido y
resuelto si se toman en cuenta las operaciones psíquicas que, produciendo transformaciones en la estructura narcisista, posibilitan así
al Yo el penetrar, como lo hizo Edipo frente a la Esfinge, en el "sabio" conocimiento de la vida pulsional y sus ocultos secretos.
Elegí estas situaciones clínicas porque no son ajenas entre sí,
porque tienen influencias recíprocas, porque se despliegan en el curso del psicoanálisis de personas con patología narcisista y porque en
ellas están presentes el doble perfil y la bipotencialidad del narcisismo. He tratado de destacar la dialéctica entre los aspectos tróficos y destructivos que intervienen en la dialéctica entre narcisismo
y Yo y he tratado de mostrar la articulación entre narcisismo y
Edipo y los caminos que para el deseo pueden recuperarse cuando
el narcisismo interviene con su costado benévolo.
Resumen
En este trabajo la autora se ocupa de la bipotencialidad del narcisismo,
de su doble perfil y de la articulación con otros puntos de vista de la teoría
psicoanalítica. Considera que el narcisismo tiene un aspecto destructivo y psicotizan te y un aspecto trófico. Relaciona a ambos con las problemáticas del
Yo, con sus funcionamientos y aptitudes y con la representación de sí mismo.
Articula el narcisismo con la psicosexualídad a partir de la relación con el
autoerotismo. Entiende que las distintas fantasías vinculadas a las organizaciones pulsionales y las fantasías narcisistas de inmortalidad, renacimiento, fusión
mágica, autonomía total y completud se articulan dando origen a las configuraciones narcisistas desplegadas en el proceso psicoanalítico.
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Distingue los registros en que se satisfacen el placer narcisista y el placer
pulsional y considera importante poder diferenciarlos, descubrir las modificaciones operadas en el narcisismo y apreciar las nuevas integraciones que se
estén produciendo. Toma en cuenta la importancia que tiene el narcisismo y
sus modificaciones durante el tratamiento para la resignificación de las distintas corrientes que intervinieron en la construcción de la psicosexualidad.
La autora adhiere a la teoría de una estructura narcisista constituida por:
la retracción libidinal al Yo; el rechazo de lo externo; la idealización, omnipotencia y proyección; el desdoblamiento y la especularidad, y las identificaciones narcisistas. Muestra estas distintas vertientes del narcisismo en situaciones clínicas y su acción en la evolución del trabajo clínico.
Considera que quizás el problema técnico que plantean al psicoanálisis las
personas con serios trastornos narcisistas pueda ser mejor entendido y resuelto si se toman en cuenta las operaciones psíquicas que, produciendo transformaciones en el narcisismo, posibilitan al Yo el penetrar en el conocimiento
de la vida pulsional y sus secretos.
Résumé
LES CONFORMATIONS
NARClSSIQUES
DANS LE PROCESSUS
PSYCHANALYTIQUE
L'auteur s'occupe ici de la bipotentialité du narcissisme ainsi que de son
double profil et de l'articulation avec d'autres points de vue de la théorie psychanalytique. Elle considere que le narcissisme possede un aspect destructif et
psychotisant et un aspect trophique. Elle relie les deux aspects aux problérnatiques du Moi, avec ses fonctionnements et ses aptitudes et avec la représentation de soi-mérne.
Le narcissisme est ainsi articulé par l'auteur a la psychosexualité sur la
base de la relation avec l'autoérotisme. Elle soutient que les différents fantaisies liées aux organisations des pulsions et les fantaisies narcissiques d'immortailité, de renaíssance, de fusionnement rnagique, d'autonomie totale et de complétude s'articulent et font naitre les conformations narcissiques qui se déroulent lors du processus psychanalytique.
Elle distingue les différents registres oü, aussi bien le plaisir narcissique
que le plaisir pulsionel sont satisfaits et elle souligne l'importance de les différencier ainsi que de découvrir les modifications qui se sont opérées dans le
narcissisme et d'estimar les nouvelles intégrations qui sont en train de se produire. L'auteur tient compte tout spécialement de I'importance du narcissisme
et de ses modifications tout au long du traítement, pour la résignification des
différents courants qui ont joué un róle dan s la construction de la psychosexualité.
L'auteur se rallie a la théorie d'une structure narcissique constituée par:
la rétraction libidinale au Moi; le rejet de ce qui est externe; I'idéalisation,
l'omnipotence et la proyection; le dédoublement et la spécularité et enfin, les
identifications narcissiques. Ces différents aspects du narcissisme sont montrés
dans des situations cliniques et il en est de méme pour ce qui a trait a son
action sur l'évolution du travail clinique.
Ce travail considere aussí que, a la rígueur, le probleme technique qui est
posé a la psychanalyse par les personnes possédant des troubles narcissiques
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graves, peut étre mieux compris et résolu si l'on tient compte des opérations
psychiques qui par le fait de produire des transformations dans le narcissisme,
permettent au Moi de pénétrer dan s la connaissance de la vie pulsionelle ainsi
que dans ses secrets.
Summary
NARCISSISTIC
CONFIGURATIONS
IN A PSYCHOANALYTIC
PROCESS
In this paper the author deals with the bipotentiality of narcissism in its
duuble profile as well as its articulation with other points of view, within
psychoanalytic theory. She considers that Narcissism has a destructive and
psychotic aspect as well as a trophic aspect.
She establishes a relationship between these elements and the problems of
the Ego with its functions and aptitudes as welI as with the representation of
oneself,
She articulates narcissism with psychosexuality, parting from the relation
with autoerotism. She considers that different fantasies related to instinctual
urganizations and narcissistic fantasies of immortality, rebírth, magic merger,
total autonomy and complementarity are articulated, giving rise to narcissistic
configuration which developes in the psychoanalytic process.
She identifies the registries within which narcissistic pleasure and instintive pleasure are satisfied and considers the importance of differentiating them
as well as of discovering the modifications which take place in Narcissism and
appreciating the new integrations that are produced. She takes into account
the importance of Narcissism and its modifications during treatment, for the
reallocation of meaning to the different mainstreams which intervene in the
constructions of psycho-sexuality,
The author is a partisan of the theory of a narcissistic structure constituted
by: libidinal retraction to the Ego; rejection of the external; idealization, omnipotence and projection; splitting and mirror imaging and narcissistic identifications. She shows these different aspects of narcissism in clinical situations
and in an action on the evolution of clinical works.
She considers that perhaps the technical problem which persons with serious narcissistic disturbances bring up, in psychoanalysis, could be understood
bcttcr and resolved, if account were taken of the psychic operations that produce transformations in Narcissism, making possible for the Ego to penetrate
within thc knuwledge of instinctual life and its secrets.
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