Narcisismo

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Trastorno de la personalidad narcisista
Narciso era un joven de gran belleza a quien todos admiraban. Pero él, lleno de vanidad y orgullo
despreciaba y rechazaba a todos sus amantes, tanto mujeres como hombres. La ninfa Echo estaba
perdidamente enamorada de él, y cuando Narciso la rechazó ella se consumió en su dolor hasta quedar
transformada en una simple voz. Un muchacho a quien Narciso había despreciado del mismo modo, rezó a los
dioses para pedirles que se amara a sí mismo sin descanso. La diosa Némesis escuchó sus ruegos e hizo que
Narciso se parase a beber en un manantial en la cima del monte Helicon. Cuando vio su propia imagen
reflejada en el agua se enamoró al instante de ella, pero no podía abrazarla porque cada vez que lo intentaba la
imagen se desvanecía con el movimiento ondulante de las aguas. Incapaz de dejar de contemplarse, se quedó
allí hasta que murió de hambre. Pero no fue su cuerpo lo que permaneció, ya que en su lugar apareció una flor.
El mito de Narciso se convirtió en una metáfora del amor desmesurado hacia uno mismo a partir de los
escritos de Havelock Ellis, en 1898.
¿Cuáles son las características del narcisismo?
Grandiosidad.
El narcisista se cree enormemente importante, considerándose por encima de cualquier persona, incluida su
pareja o amistades.
Necesidad de aprobación.
Tienen una gran necesidad de sentirse aprobados y admirados por los demás, quienes, sin duda, tienen que
saber lo maravillosos que son. Sienten que merecen una gran admiración y respeto por parte de los demás, de
quienes esperan que deseen de buena gana satisfacer todos sus deseos y darles un trato especial (como
perdonar sus deudas). Les gusta ser el centro de atención y conversación.
Falta de empatía.
No es capaz de ponerse en el lugar del otro y compartir sus sentimientos. Puede sentirse ofendido si un amigo
le dice que no puede ir a su fiesta porque acaban de ingresar a su madre en un hospital. Se muestran
insensibles y desconfían de los motivos de los demás.
Muestran desdén hacia sus parejas.
Piensan que deben sentirse queridos por ellas sin necesidad de corresponderles. Muchos ven a los demás de
forma negativa y pesimista. Quiere ser el centro de la vida de su pareja, quien debe estar deseosa de satisfacer
todas sus necesidades o, de lo contrario, le retirará su amor.
Negación.
Niegan quienes realmente son y adoran a la imagen sobrevalorada que tienen de sí mismos. Niegan sus
sentimientos de depresión y cualquier trauma que hayan podido sufrir. Durante una psicoterapia suelen negar
también cualquier tipo de problema.
Envidia.
Envidian a los demás y creen que los otros son envidiosos también. Aunque prefieren la lógica a los
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sentimientos, al mismo tiempo envidian a las personas que tienen capacidad de empatía y son emocionalmente
accesibles.
Arrogancia e intolerancia a las críticas.
Se siente ofendido con facilidad, reacciona con rabia cuando lo critican, tratando de destruir o infravalorar a
esa persona o bien arma tal jaleo que al final los demás tienen que darle la razón.
Manipulación
Dado que consideran que los demás están ahí para satisfacer sus necesidades no dudan en manipularlos y en
tratarlos como objetos que le sirven para lograr sus objetivos.
Fantasías
Fantasea con lograr éxito, admiración, belleza, poder en cantidades ilimitadas y con encontrar el amor ideal y
perfecto.
Se consideran los mejores en su trabajo
Incluso por encima de sus superiores o de sus profesores en el caso de estudiantes. Irradian una imagen de
gran seguridad en sí mismos y pueden ser capaces de convencer a otros de que no hay nadie mejor que ellos.
Suelen hacer grandes logros en su trabajo, aunque a veces su narcisismo puede perjudicarles debido a que no
toleran que sus propuestas sean rechazadas y a que es posible que no se molesten en mejorar y aprender cosas
nuevas porque piensan que ya lo saben todo. Buscan el triunfo por el triunfo mismo. No toleran el fracaso y
esto puede llevarlos a veces a no arriesgarse.
Interpretación distorsionada de los resultados y recuerdo selectivo.
Exageran sus éxitos y se atribuyen mayores habilidades que los demás al conseguirlos, mientras que atribuyen
los fracasos a circunstancias externas.
Otros sentimientos
Vergüenza, humillación, depresión, manía. Se ha asociado con anorexia nerviosa y abuso de cocaína.
¿Cómo se llega a tener una personalidad narcisista?
1. El narcisismo infantil.
Cierto narcisismo es normal y deseable durante el desarrollo infantil. Los niños pequeños ven cubiertas todas
su necesidades y los demás parecen estar ahí para servirlos de inmediato. Durante el proceso de construcción
de su identidad, necesitan sentirse admirados y reconocidos por sus padres, necesitan sentirse valorados como
seres únicos porque es así como llegan a aprender que son personas diferentes y separadas de sus padres y
que, por este motivo, ellos pueden tener deseos y necesidades diferentes a las suyas. Se sienten amados por ser
quienes son y no por lo que pueden hacer por los demás. Aprenden a reconocer y confiar en sus propios
sentimientos porque sus padres reconocen esos sentimientos y los valoran sin tratar de imponerles los suyos.
Es decir, este deseo de admiración típico de los niños, se debe a una necesidad de ser reconocido como
persona única y separada de otros, sentirse importante y poder construir de este modo una identidad y una
autoestima que no dependan de la aprobación de los demás sino que nazcan dentro de ellos mismos.
2. El niño/a frustrado.
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Cuando esta necesidad de reconocimiento se ve frustrada, el niño o niña no se siente especial, desarrolla una
autoestima baja y puede incluso pensar que esa necesidad de reconocimiento es algo malo o que puede hacer
que los demás sientan envidia. Las reacciones ante esta situación pueden ser diversas. Puede dar lugar a una
personalidad dependiente, centrada en la satisfacción de las necesidades de los demás para conseguir su
aprobación o puede dar lugar a una personalidad narcisista, que infla su propio ego para compensar su falta de
autoestima e inseguridad. Es decir, el narcisista busca la aprobación y admiración que nunca tuvo pero no
quiere reconocer esta debilidad y la niega, construyendo un yo maravilloso y perfecto al que todo el mundo
debería adorar.
3. Egoísmo y altruismo: las dos caras de la misma moneda.
Por tanto, y aunque resulte paradójico, cierto egoísmo, definido como la necesidad de ser comprendido y
admirado sin que nos pidan nada a cambio, constituye la base del altruismo, ya que cuando nos sentimos
queridos y aceptados por ser quienes somos, nos comportamos de igual modo con los demás y somos
generosos. Cuando sólo nos sentimos queridos si damos algo a cambio o mendigamos su amor, aparecen la
frustración, el resentimiento y la sensación de que somos explotados.
Lo que se esconde debajo.
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Como hemos visto, debajo de ese enorme ego se esconde una persona con una autoestima muy baja,
sensación de poca valía personal e inmadurez emocional.
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Esos sentimientos le parecen inaceptables y los oculta.
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En su lugar crea un ego grandioso y superior para compensar.
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Al ser este ego falso, necesita demostrar continuamente dicha superioridad a través de la aprobación y
los elogios de los demás, ya que es el único modo que tiene de verla confirmada. Es como si no llegara a
creerse del todo esa grandiosidad que trata de transmitir.
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Las críticas echan abajo esta frágil construcción. Por eso reaccionan ante ellas con tanta rabia: ven
amenazada su valía personal. El narcisista humillado querrá destruir al causante de dicha humillación para
demostrar así que no es cierto lo que dijo de él y poder recuperar sus sentimientos de valía personal.
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La falta de empatía procede de una preocupación excesiva por sí mismo y de la dificultad para
reconocer a los demás como individuos separados con sus propias necesidades (inmadurez emocional).
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