En defensa de la religión: los artificios del “Colegio de Las Damas

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En defensa de la religión: los artificios del “Colegio de Las Damas”
Mtra. Juana Idalia Garza Cavazos, Facultad de Filosofía y Letras (UANL)
Resumen
La educación socialista que se implementó en 1934 tuvo efectos negativos para las relaciones entre los
líderes políticos federales y locales por considerarla incongruente con los valores establecidos por el
empresariado regiomontano y que compartía el ámbito político.
Estos conflictos de poder se ponen al descubierto por los intentos de clausura federal al “Colegio de Las
Damas del Sagrado Corazón de Jesús” que hoy se conoce como Instituto Mater, A. C., que fueron neutralizados
por los poderes locales que se adelantaban con rapidez a toda reacción procedente del “centro”.
Palabras clave: socialismo, catolicismo, clandestinaje, educación, empresarios
La educación llegó tardíamente a la zona norte de México, pues hasta finales del período colonial hubo
intentos esporádicos y sólo en el área urbana e igual sucedió en la primera mitad del siglo XIX; el repunte de la
economía local implicó la exigencia del conocimiento para promover su desarrollo desde los ámbitos político y
empresarial ─unidos por nexos económicos y familiares─ con la creación de escuelas públicas para los
empleados, obreros y sus familias, así como colegios particulares que educaran a sus propias familias.
Al inicio del siglo XX los regiomontanos tenían instituciones con distintos niveles escolares: primaria
elemental (cuatro años), primaria superior (seis años), técnicas varias: comerciales, telegráficas, de cocina, corte
y confección, etc., que cubrían los requerimientos de la sociedad.
El éxito del avance educativo se observa cuando se comparan la cantidad de escuelas y los porcentajes
de analfabetismo que poseían la ciudad del Distrito Federal y los Estados de Jalisco y Nuevo León en el año
1900:
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Espacios comparados:
Escuelas oficiales y particulares
Analfabetismo
Distrito Federal
Jalisco
Nuevo León
526
352
352
38.55%
20.99%
24.06%
Esta estadística comparativa es reveladora de las ventajas educativas de Nuevo León cuando se
observa el contexto de cada lugar: el Distrito Federal poseía un alto nivel demográfico y unido con Jalisco
obtuvieron un proceso educativo temprano, en contraste con Nuevo León que tenía escasas décadas de haberlo
iniciado.
En los primeros años del siglo XX, los regiomontanos buscaron colegios particulares con las pedagogías
modernas de Europa y el obispo de Linares Leopoldo Ruiz y Flores fue mediador para invitar a las órdenes
religiosas a instalar colegios particulares en Monterrey; la orden francesa de las Hijas de María Inmaculada de
Guadalupe aceptó y además de abrir escuelas en las ciudades de México, Guadalajara y San Luis Potosí, inició
1 Estadísticas sociales del porfiriato 1877-1910 (1956). México: Secretaría de Economía, Dirección General de Estadística, pp. 42-43, 123-126.
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el “Colegio de Las Damas del Sagrado Corazón de Jesús” para niñas, antecedente del actual Instituto Mater, A.
C.
Las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe llegaron a Monterrey en 1908 y bajo la dirección de la
superiora Louise Choron, nueve religiosas acondicionaron una casa en la calle Bolívar 186 (hoy Padre Mier) para
instalar su colegio con enseñanza primaria femenina y otras asignaturas que enriquecían las clases regulares:
inglés, francés, valores, catecismo, filosofía, lógica, etc.
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Esta institución educativa católica trascendió por superar con éxito los conflictos emanados del
gobernador constitucionalista y anticlerical Antonio I. Villarreal en 1914, así como los impedimentos que el
gobierno federal laico impuso a los colegios católicos en distintas épocas: las limitantes que impuso la “Ley
Calles” en 1926 y la transformación pedagógica de la reforma educativa socialista que decretó el presidente
Lázaro Cárdenas en 1934.
El “Colegio de Las Damas” como era llamado familiarmente, inició sus clases en 1908 con seis alumnas
que aumentaron a 48 al terminar el año escolar; la evidente necesidad de ampliarse para aceptar más alumnas e
instalar un internado para las estudiantes foráneas, contó con el respaldo de importantes empresarios locales
como Isaac Garza que donó a esa orden un amplio terreno en la falda del cerro del Obispado ─zona residencial
de industriales y empresarios─ para que tuviera un edificio propio y adecuado para la enseñanza ─amplios
espacios para clases con grandes ventanales y áreas para recreos y un edificio anexo para alumnas internas.
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La estadística educativa del período escolar 1912-1913 puntualizó que había 78 niñas que atendían la
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directora y ocho profesoras. Poco después, las religiosas habilitaron un espacio en otra área del edificio para
impartir clases a niñas de bajos recursos y mantuvieron sus actividades a pesar de los conflictos revolucionarios
en Monterrey (1913-1914), aunque efectuaron una labor discreta pues el gobernador constitucionalista Antonio I
Villarreal ordenó que cerraran los colegios católicos que impartieran doctrinas religiosas.
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La Ley Calles de 1926 que prohibió escuelas con nombres religiosos así como maestros dependientes
de alguna institución religiosa y capillas, materiales u objetos de culto dentro de esas instituciones, obligó al
Colegio de las Damas a cambiar el nombre a Instituto Barat ─en honor a su fundadora─ y las religiosas dejaron
sus hábitos por ropa común ─en público─ para guardar las apariencias, aunque el radicalismo callista no fue
tanto en esta región porque el gobierno estatal se interesó más por estimular la educación, sin cuestionar su
procedencia.
El Instituto Barat funcionó con normalidad durante el período 1926-1934 y las inspecciones de la
autoridad estatal demuestran que se mantuvo el laicismo exterior pues al interior mantuvo inalterable su
2 Orden francesa que fundó la santa Magdalena Sofía Barat en 1800 para la educación femenina.
3 Medellín, María Luisa (2008, 12 de octubre). Un siglo de fe y formación. El Norte, p. 4.
4 El edificio se construyó entre 1911-1913 en la calle Bolívar 1720 (Padre Mier) y permaneció hasta 1964, cuando se cambiaron a instalaciones modernas en la zona
exclusiva de San Pedro Garza García, N.L. Desde 1977 el edificio es utilizado por la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey (ESMDM).
5 Archivo General del Estado de Nuevo León (AGENL). Fondo Educación, Escuelas Particulares, Caja 1 (1894-1912). Oficio de respuesta a la circular 619 del 30 de octubre
de 1912 del Director General de Instrucción Primaria Gaspar Fernández para obtener la estadística escolar.
6 Flores Torres, Oscar (1991). Burguesía, militares y movimiento obrero en Monterrey, 1909-1923. Monterrey, N. L.: Facultad de Filosofía y Letras de la U. A. N. L., pp. 86-91.
El embajador norteamericano Phillip Hanna intercedió infructuosamente ante el gobernador Villarreal para que permitiera a las religiosas la celebración del 24 de diciembre.
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estructura pedagógica religiosa; las expropiaciones a los edificios del clero y de las órdenes religiosas se
solucionaron cuando la orden arrendó su edificio a la Secretaría de Hacienda.
El decreto para reformar la enseñanza en socialista que emitió el presidente Lázaro Cárdenas en
diciembre de 1934 no tuvo eco al inicio, pues los colegios eran apoyados por los políticos locales a cuyos hijos y
familiares educaban y las autoridades educativas que solían dar clases ahí; sin embargo, la orden presidencial
que se expidió en febrero de 1935 para validar los colegios a través de las Direcciones educativas federales,
provocó el cierre de unas y el clandestinaje de otras como el Colegio Barat, donde la ex-alumna y actriz local de
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teatro Elisamaría Ortiz asumió la dirección y cambió de nivel educativo primario en Academia de Artes o
Academia Comercial Femenina.
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La transformación de escuela primaria en “academia de artes” fue observada por los inspectores
federales y la coloraron entre las primeras instituciones que acusaron de estar disfrazadas; durante algunos
meses laboró sin problemas pero el 22 de octubre de 1935 fue visitada por los profesores Elpidio López (Director
de Educación Federal en Nuevo León) y Mauro Berrueto (inspector de la 1ª Zona Escolar Federal) porque la
habían denunciado como escuela clandestina.
Los detalles de la inspección a la Academia de Artes fueron emitidos en oficio del director educativo
federal López al gobernador provisional del Estado Gregorio Morales,
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y denunció las transgresiones de ésta a
la legislación y “Como usted es la primera autoridad en esta entidad, atentamente solicito que se sirva librar
órdenes a quien corresponde para que a la mayor brevedad se proceda a la clausura de la academia citada.”
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El profesor López expresó que la inspección al “antiguo colegio Barat” respondió a la denuncia de que
infringía el Artículo Tercero Constitucional, pero les permitieron entrar hasta 15 minutos después por la secretaria
María Garza ─directora del Instituto Barat hasta 1934─ y descubrió que: la puerta principal tenía “Una estampa
de un cristo”, en un dormitorio había “dos estampas de santos y un crucifijo”, en otros lugares había “señoras con
trajes de monjas” y “grupos de niñas y señoritas, aproximadamente de 12 a 20 años de edad, en clases de
piano, de pintura y de corte”.
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El profesor López resumió que el ambiente de la „academia‟ ─con entrecomillas en todo el oficio─, es de
un colegio “sostenido por el clero”, violando el art. 3º constitucional y “el Artículo 22 de la ley del 21 de junio de
1926” y que al finalizar la “visita” llegó la directora Ortiz y cuestionó su presencia y argumentos porque esta
escuela “no estaba incorporada ni al Estado ni a la Federación”.
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El gobernador Morales transcribió el oficio de López al alcalde de Monterrey Heriberto Montemayor
(1935-1936) para que realizara la investigación correspondiente y aplicar la sanción respectiva, en tanto que el
7 AGENL. Fondo Educación, Dirección General de Instrucción Pública, Visitas de Inspección, Caja 1. Inspección de escuelas del 3º Distrito escolar en junio de 1932
8 AGENL, Biblioteca, Biografías de mujeres destacadas del Estado de Nuevo León, Síntesis (1990), Monterrey, Gobierno del Estado de N.L., p. 61.
9 Las escuelas comerciales o de arte no eran inspeccionadas por la federación, por lo que este nivel educativo fue el favorito para disfrazar a los colegios católicos.
10 La situación política local era crítica, de ahí que se nombrara a gobernadores y alcaldes provisionales, sustitutos, etc.
11 Archivo Histórico de la Secretaría de Educación (AHSEP), Dirección de Escuelas Rurales (DER), Delegación Nuevo León, Caja 53. Oficio 3905. Con copia para:
secretarios de la SEP y de Gobernación, agente del Ministerio Público Federal en Monterrey, juez de Distrito en Monterrey, jefe de la Oficina Federal de Hacienda en
Monterrey y presidente del Partido Nacional Revolucionario en México, D. F.
12 Ibidem.
13 Ibidem.
profesor López buscó otros medios para cerrar la escuela clandestina: el edificio que ocupaba la escuela era
propiedad de la federación.
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El 30 de octubre de 1935, López envió un telegrama al Lic. Gonzalo Vázquez Vela, secretario de la
Secretaría de Educación Pública (SEP) para informarle de su oficio al gobernador de Nuevo León y le pidió que
gestionara con urgencia la cancelación del contrato de arrendamiento del colegio ante el jefe federal de
Hacienda y ordenara la clausura del “colegio católico de niñas denominado disfrazado de “Academia de Artes”
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que había sostenido la asociación de “Padres Maristas”.
La investigación municipal al plantel encabezada por el inspector general y el comandante de policía de
Monterrey el 31 de octubre dio como resultado la refutación a la versión del profesor López, pues no encontraron
lo que había descrito en su oficio y la directora les había informado que el director federal se disgustó por el
“olvido involuntario” de una imagen de las religiosas que habían habitado el edificio pero ya se había cubierto.
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Por su parte, la directora del plantel Elisamaría Ortiz dirigió una carta de protesta al gobernador del
Estado ─el 25 de octubre de 1935─ con copia para el secretario de la SEP, la Oficina Federal de Hacienda, el
Partido Nacional Revolucionario en N. L., el presidente municipal y el Director de Instrucción Pública en el Estado
─pero omitió al director y al inspector federal en Nuevo León─ y tachó como falsas las imputaciones de los
directivos federales y les acusó de hacer una visita impropia porque llegaron a las 8:30 y los cursos iniciaban a
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las 9:00 horas pero debieron dejarlo entrar porque estaba “impaciente y de mal humor”.
Ortiz expresó que encontró a los visitantes en el jardín y el profesor López intentó calmar sus reclamos
con el argumento de que “el aspecto del edificio era monjil” lo que consideró “ridículo” porque es el mismo de “la
mayor parte de las oficinas de Gobierno en México” instaladas “en auténticos conventos” y finalmente la
legislación no cuestionaba la vista interior o exterior de los edificios “sino la enseñanza que se imparta en
ellos”.
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Ortiz mencionó que su escuela no estaba incorporada aún porque “El propio señor Ministro de Educación
Pública en México, me expresó verbalmente el mes de agosto último que „estaban apenas reglamentando lo
referente a Academias‟” y tildó como ignorante al profesor López porque el edificio era del gobierno y ella lo tenía
en arriendo con la Oficina Federal de Hacienda “después de recabar todos los datos y hacer las visitas de
inspección” y se burló de él porque “creyó que eran monjas las personas vestidas con colores obscuros” y ella
también podía suponer lo mismo de él porque “algunas de las señoritas educandas, al verlo pasar, ─tal vez por
su traje negro o su aspecto exterior, lo ignoro─ dejaron escapar este comentario: „ya se les metió un curita‟.”
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Ortiz rechazó que López encontrara estampas religiosas pues “la única insignificante estampita en papel
de cinco por ocho centímetros que está detrás de la puerta de entrada al vestíbulo, se había quedado allí
precisamente por su insignificancia, tal vez como resto de un pasado al cual soy ajena” y concluyó que López
desconoce sus “antecedentes ideológicos” pues con frecuencia dio su “colaboración artística y desinteresada” al
14 Ibid. Oficio 8355-35 del 24 de octubre de 1935.
15 Ibidem. Telegramas num. 860 y 861 de fecha 30 de octubre, escrito con mayúsculas.
16 Ibidem. Oficio 8939-35 del 5 de noviembre de 1935.
17 Entrecomillado en el original.
18 AHSEP, DER, Del. N. L., Caja 53,
19 Ibidem.
gobierno y al PNR en viajes de propaganda, veladas literarias y a la memoria del general Obregón, lo que podían
atestiguar varios políticos “y casi todos los miembros directores del Partido” y lamentó que la mala interpretación
de López provocara una situación “que me contraría y causa tantas molestias. Pero SOLICITO JUSTICIA”.
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Aunque la protesta de Ortiz fue reenviada por el subsecretario de la SEP Gabriel Lucio al jefe del
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Departamento de Enseñanza Rural y Primaria Foránea (7 de noviembre de 1935),
Ortiz solicitó al Director de
Educación estatal (8 de noviembre) que incorporara la “Academia de Artes” al Estado porque sus programas “se
ajustan exactamente a los oficiales; y tomando en cuenta el resultado satisfactorio de las visitas efectuadas a la
misma por el C. Inspector de Escuelas Comerciales en el Estado, señor T. Hernández, atentamente solicito la
incorporación de mi plantel”.
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Tanto la carta de protesta como la solicitud de incorporación expedidas por Elisamaría Ortiz muestran su
intención de mantener activa su escuela, haciendo alarde de sus conexiones políticas de alto nivel federal como
del apoyo que podía ser constatado por todas las autoridades locales: gobernador, funcionarios educativos del
estado, alcalde e incluso los policías. Sin embargo, la SEP mantuvo su rechazo hacia esta escuela “clandestina”.
La incorporación fue concedida el 12 de noviembre “en vista de los informes que presenta el Sr. Prof.
Timoteo L. Hernández, Inspector del 3er. Distrito Escolar […] y tendiendo (sic) en cuenta que en dicho
Departamento se está cumpliendo con los programas oficiales, y el personal que presta sus servicios está de
acuerdo con lo prescrito en el Artículo 3º de nuestra Carta Magna”, el mismo día Ortiz informó al Director
educativo que cambiaría el nombre de “Academia de Artes” por “Academia Comercial Femenina”.
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Los movimientos entre el colegio y la oficina educativa estatal fueron seguidos por el director de
Educación Federal local y al día siguiente de solicitarse la incorporación, escribió al Secretario de la SEP que
“Solicita apoyo de la Secretaría de Gobernación para clausurar los colegios católicos de Nuevo León” porque no
había acciones del gobierno local, evidenciando el abismo entre los gobiernos federal y estatal y por lo cual “esta
dirección se encuentra sin apoyo para proceder rápida y enérgicamente contra los colegios católicos existentes
en esta ciudad”; pidió que lo comisionara a otro Estado donde “el Gobierno Local esté dispuesto a prestar apoyo
a la Secretaría de Educación Pública; pues mi ejecutoria de Director precursor en la implantación de la escuela
socialista no es para que yo pueda tolerar que en el Estado donde estoy comisionado se infrinja el Artículo
Tercero Constitucional”.
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Los comentarios del profesor Elpidio López fueron retomados por el subsecretario del Departamento de
Enseñanza Rural y Foránea Gabriel Lucio, quien pidió al secretario de Hacienda y Crédito Público que cancelara
el contrato de arrendamiento con Elisa María Ortiz “por no convenir que un colegio católico continúe funcionando
en un edificio de propiedad federal”.
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Aunque la institución “clandestina” estaba incorporada al Estado, la autoridad federal continuó sus
esfuerzos por contrarrestar el poder regional; el 16 de noviembre de 1935 el jefe del Departamento de
20 Las mayúsculas están en el documento original.
21 AHSEP, DER, Del. N. L., Caja 53. Memorándum 4727 del 7 de noviembre con la palabra “urgente” escrita a mano.
22 Secretaría de Educación Pública Nuevo León (SEPNL), Exp. 123/44/21. Oficio del 8 de noviembre de 1935, con las materias, contenido y horarios de los cursos anexos.
23 SEPNL, Exp. 123/44/21. Oficios del 12 y 15 de noviembre de 1935.
24 AHSEP, DER, Del. N. L., Caja 53, Oficio 4283 del 9 de noviembre de 1935.
25 Ibidem, Oficio 3007 del 25 de octubre.
Enseñanza Rural y Primaria Foránea Celso Flores Zamora transcribió al profesor López la carta de protesta de
Ortiz y en memorándum adjunto le explicó que informaría al secretario de la SEP la decisión del gobernador de
Nuevo León “en el sentido de que el Colegio „BARAT‟ quede incorporado al Estado” y de un “Acuerdo” dirigido al
secretario de Hacienda por el presidente Lázaro Cárdenas para rescindir el “contrato que la Federación tiene con
el Colegio „BARAT‟” y que desde la Secretaría de la SEP se ordene al gobernador que entregue el edificio al
director de educación federal para abrir un “Centro de Obreros que supervisará la Secretaría de Educación”.
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Las intenciones federales sólo quedaron en eso, porque Flores Zamora fue informado por el inspector
Federal de N. L., Mauro Berrueto que la solicitud de cancelación había llegado tarde al jefe de la Secretaría de
Hacienda en Monterrey porque el colegio ya estaba incorporado al Estado “lo que obligó a la misma Oficina de
Hacienda a reanudar el contrato de arrendamiento” y al avisarle al Secretario de Educación, expresó su
desagrado por la decisión local que transgredía “el espíritu del Art, 3º Constitucional y el control de las Escuelas
Particulares” al autorizarse “el funcionamiento de un plantel que, según informes de la supervisión realizada por
el C. Director de Educación Federal, es un centro de enseñanza religiosa clandestino y al margen de la Ley” y le
pidió que informara de ello al presidente Cárdenas.
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Los oficios y las quejas sólo se amontonaron pues el colegio “clandestino” triunfó sobre la pretensión
federal de cerrarlo y además de permanecer en el mismo edificio, siguió funcionando como escuela comercial
hasta el 3 de junio de 1942 cuando se incorporó como colegio “que impartirá exclusivamente enseñanza primaria
y que llevará por nombre „Escuela Mater para Niñas‟” aunque el formato de incorporación contenía en el párrafo
siguiente: “He de recordar a usted que la educación que se imparta en ese Colegio habrá de ser Socialista y,
además de excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, creando en la juventud un
concepto racional y exacto del Universo y de la vida social….”.
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Cuando se dieron por terminados los problemas locales debido a la reforma educativa socialista, el
colegio religioso reabrió en 1942 con el nombre de "Escuela Mater para Niñas" e impartió del 3° al 6° año de
primaria en la parte norte del edificio (Padre Mier 1720), con 61 alumnas y tres maestras;
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en 1949 se ofreció la
primaria completa en un mayor espacio del edificio que daba frente a la calle de Capitán Aguilar 750 sur.
30
26 Ibidem. Oficio 50915 del 16 de noviembre de 1935.
27 Ibidem.
28 SEPNL. Exp. 123/44/21. Oficio 614-42 del 3 de junio de 1942.
29 SEPNL. Paquete 105. Visita de inspección en octubre de 1942.
30 El Instituto Mater es una asociación civil por las propuestas del Concilio Vaticano II y las Religiosas del SCJ dejaron los "Colegios Pensionados" en manos de los padres
de familia.
Fuentes consultadas.
Libros
Biografías de mujeres destacadas del Estado de Nuevo León, Síntesis (1990), Monterrey: Gobierno del
Estado de N.L.
Estadísticas sociales del porfiriato 1877-1910 (1956). México: Secretaría de Economía, Dirección
General de Estadística.
Flores Torres, Oscar (1991). Burguesía, militares y movimiento obrero en Monterrey, 1909-1923.
Monterrey, N. L.: Facultad de Filosofía y Letras de la U. A. N. L.
Periódicos
Medellín, María Luisa (2008, 12 de octubre). Un siglo de fe y formación. El Norte, p. 4.
Archivos
Archivo General del Estado de Nuevo León (AGENL), Fondo Educación.
Escuelas Particulares, Caja 1 (1894-1912).
Dirección General de Instrucción Pública.
Archivo Histórico de la Secretaría de Educación (AHSEP), Dirección de Escuelas
Delegación Nuevo León, Caja 53.
Secretaría de Educación Pública Nuevo León (SEPNL),
Exp. 123/44/21.
Paquete 105.
Rurales (DER),
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