16 GIZARTEA Lunes, 13 de junio de 2011 Deia Freno a la leucemia mieloide crónica Los medicamentos de nueva generación están logrando paralizar el avance de este cáncer de sangre bién que actualmente dasatinib es un buen medicamento en segunda línea, como terapia para salvar a pacientes que no han tenido éxito con imatinib, pero es aun mejor en primera línea. “Tenemos un buen buen fármaco de salvamento, no para el 100% de los pacientes, pero sí para muchos de ellos”, sentencia. El objetivo que se marcan los investigadores es ampliar la categoría de pacientes que presentan respuesta molecular completa para que tengan la posibilidad de que se les retire el tratamiento y que, definitivamente, se les pueda considerar como “curados”. Esto significaría que estarían libres de leucemia sin tener que tomar de por vida la medicación. “Soy optimista en cuanto a la solución de la enfermedad; no puedo decir una fecha concreta, pero creo que podremos llegar a curarla”, apunta Saglio. NEKANE LAUZIRIKA BILBAO E N el Congreso Anual de la Sociedad Europea de Hematologia (EHA) que ha tenido lugar este fin de semana en Londres, expertos de todos los países han debatido sobre las enfermedades que atañen a la sangre, entre ellas, la leucemia mieloide crónica (LMC) sobre cuyo tratamiento han centrado su debate. Cinco años después de la aprobación de la nueva generación de inhibidores de la tirosincinasa, los estudios en pacientes reportan una tasa de supervivencia a esta enfermedad crónica del 78%, que es del 57% si se habla de supervivencia libre de progresión de la enfermedad; los datos son esperanzadores aun más si se tiene en cuenta que tras el tratamiento adecuado con estos inhibidores tan sólo el 5% de los pacientes no respondieron positivamente y progresaron a fases aceleradas o de crisis blástica. El avance en la lucha contra los cánceres es una constante en progresión casi geométrica, con la vista puesta en la terapia génica como solución definitiva. Pero mientras ésta llega se están recorriendo otros caminos contra cánceres concretos con soluciones más que satisfactorias. En este camino se encuentran los nuevos tratamientos contra la leucemia mieloide crónica-LMC, un tipo de cáncer de sangre de lenta progresión que aparece en uno o dos casos nuevos cada cien mil habitantes y que consiste en un crecimiento incontrolado del leucocitos inmaduros en la médula ósea roja de los huesos, lo que interfiere en el correcto funcionamiento de las plaquetas y glóbulos rojos. Desde 1960 es conocido que este tipo de leucemia aparece como consecuencia de la unión de fragmentos de dos cromosomas diferentes que forman uno común denominado cromosoma Filadelfia en el que se halla un gen anómalo, BCR-ABL, que induce a las células madre de la médula ósea a producir un exceso de leucocitos inmaduros. Como aun es desconocida la causa que produce esa modificación genética las soluciones contra este cáncer pasan por un tratamiento que impida el avance de la leucemia. PERSPECTIVAS Desde hacía bastan- te tiempo era conocido que este cáncer se podía detener de alguna manera con inhibidores de la tirocinsinasa potentes, uno de cuyos preparados, el imatinib, se desarrolló hace bastante tiempo. Ante las resistencias e intolerancias que este medicamento provocaba, en el 2006 se aprobó de manera acelerada en EE.UU. un nuevo medicamento, el dasatinib, que había sido descubierto y desarrollado por Bristol-Myers Squibb y que al parecer podía presentar gran eficacia incluso en los pacientes en los que aparecía intolerancia al imatinib. En el 2009 se produjo la aparición definitiva del nuevo fármaco que en estos momentos está aceptado en más de sesenta países de todo el mundo. “La terapia génica está todavía muy lejos de nuestro campo; lo que sí sabemos es que podemos inducir respuestas moleculares completas con inhibidores de la tirosincinasa ALTERNATIVA AL TRASPLANTE En este hilo conductor, el doctor Antonio Jiménez, hematólogo del Carlos Haya de Málaga, presente también en el evento científico, coincide con las expectativas del profesor. “Cada día tenemos mejores resultados y las perspectivas de obtener drogas son excelentes. Se diseñan nuevos medicamentos que afectan a las rutas que permiten a las células leucémicas permanecer vivas” El profesor Giuseppe Saglio, profesor de Medicina y Hematología de la Universidad de Turín. FOTO: RUBEN MARCOS “Tenemos una buena terapia de salvamento, no para el 100% de los pacientes, pero sí para muchos de ellos” “En pocos años se ha pasado de sentencia de muerte a cronificar la dolencia y, en algunos casos, a curarla” ¿QUE ES LA LMC? ● La LMC. Es un cáncer de la sangre y la médula ósea de lenta progresión. ● Los síntomas. Falta de energía, pérdida de peso sin causa aparente, sudoración nocturna, fiebre, dolor y/o sensación de plenitud en el lado izquierdo del abdomen. ● Factores de riesgo. Se sabe que la edad, el sexo (es ligeramente más común en hombres) y la exposición a radiaciones y a un componente químico llamado benceno son factores de riesgo. ● Aumentan los casos. La LMC representa 15% de todas las leucemias. Debido al envejecimiento de la población, la incidencia de este cáncer está creciendo. ● Tratamiento. Está dirigido a reducir el número de células leucémicas presentes en la célula ósea. El hematólogo Antonio Jiménez, del Carlos Haya de Málaga. FOTO: R. MARCOS potentes. Con las técnicas de evaluación que tenemos ahora, la leucemia aparentemente desaparece de la sangre y de la médula ósea y el paciente sigue tomando el medicamento y manteniendo la respuesta molecular completa. A algunos de estos pacientes les podemos quitar el tratamiento sin que tengan una recaída de la enfermedad”, explica el profesor Giuseppe Saglio, de la Universidad de Turín. Este reconocido hematólogo ita- liano se muestra moderadamente optimista en cuanto a la solución de esta enfermedad. Para corroborarlo se refiere a los resultados del estudio Dasision presentado ayer en el congreso londinense. “Son las conclusiones a dos años de un trabajo que compara a dasatinib e imatinib en primera línea. El estudio deja claro la superioridad del primero sobre el segundo en términos de lo que denominamos objetivos secundarios: respuesta citogénética com- pleta, respuesta molecular mayor y respuesta molecular completa”. ¿Esto en que se traduce? “En ventajas clínicas para el paciente, no tanto en términos de supervivencia, porque el tiempo de seguimiento es muy corto, pero sí en términos de supervivencia libre de progresión del cáncer”, añade el profesor Giuseppe Saglio. Del trabajo presentado en el Congreso anual de la Sociedad Europea de Hematología se desprende tam- Jiménez apunta a las terapias dirigidas contra dianas moleculares, específicamente los inhibidores de la tirosincinasa, que constituyen en la actualidad la principal opción para el tratamiento de la LMC y son una importante alternativa al trasplante. “El descubrimiento en 2001 de estos inhibidores supuso un antes y un después para los pacientes con este tipo de leucemia. Hasta esa fecha, prácticamente la única alternativa era encontrar un donante de médula compatible –un hermano u otro familiar– y proceder al trasplante, un procedimiento agresivo, con bastantes complicaciones y que curaba al 60% de los afectados Algunos evolucionaban bien; otros recaían y luego estaban los que no encontraban un donante compatible, o eran demasiado mayores para someterse a un trasplante de médula ósea, que se sigue utilizando pero para otras leucemia y en excepciones para la LMC”, subraya. La segunda generación de inhibidores, como dasatinib, es un ejemplo de lo que se conoce como medicina personalizada. “En la búsqueda de dianas terapéuticas. Y el resultado es que se ha pasado de sentencia de muerte a cronificar”.