plena o vida en plenitud. Por otra parte, tanto la corriente ecologista

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plena o vida en plenitud. Por otra parte, tanto la corriente ecologista como la socialista tratan como similares los
términos Buen Vivir y Sumak Kawsay. En contraste, la corriente indigenista prefiere hablar de Sumak Kawsay y considera
que el término Buen Vivir, denominado como Alli Kawsay en kichwa, no considera la dimensión espiritual, muy relevante
en las culturas indígenas ancestrales.
A partir de allí existen diferencias importantes en la conceptualización. En la corriente ecologista el Buen Vivir es un
concepto en construcción y recoge los aportes de distintas fuentes de pensamiento nacional e internacional como la
economía ecológica, la economía feminista, la economía solidaria, entre otras, lo que ha sido denominado como un
“collage posmoderno” (Hidalgo & Cubillo, 2014, pág. 28).
La concepción del Buen Vivir de la corriente socialista al definirlo como la ampliación y florecimiento de las capacidades,
libertades y oportunidades reales muestra una similitud importante con el enfoque de Capacidades de Amartya Sen
y Martha Nussbaum, particularmente con la idea del desarrollo como expansión de libertades de Sen (Sen, 2000), así
como con el enfoque de florecimiento humano de Julio Bolvinik (Boltvinik, 2005).
La idea de la corriente ecologista de que existen varios buenos vivires o buenos convivires pone desafíos a la construcción
de métricas ya sea porque se deben tomar en cuenta los criterios de la gente de distintos territorios y culturas, ya sea
porque se necesitan métricas desagregas que den cuenta de la diversidad cultural y territorial.
Respecto a qué no es el Buen Vivir, se encuentra la oposición al lujo y la opulencia en la corriente indigenista, al
extractivistmo y el autoritarismo en la corriente ecologista, y al productivismo y consumismo en la corriente socialista.
Un aporte importante es la noción de Llaki Kawsay, Mal Vivir o vida desgraciada de la corriente indigenista. El Mal Vivir
se expresaría en la falta de armonía en los ámbitos personal o doméstico, comunitario, territorial y global. Un aspecto a
indagar a futuro es si la noción de Mal Vivir tiene relación con las nociones de pobreza comúnmente conocidas.
Respecto a cuáles son los principios del Buen Vivir, se observa que hay una conceptualización distinta entre las
tres corrientes de pensamiento. Se destacan los principios de la chakana o cruz andina formulados por la corriente
indigenista: reciprocidad, integralidad, complementariedad y relacionalidad. Las corrientes ecologista y socialista
comparten los siguientes principios: equidad social, igualdad, redistribución, reciprocidad, sostenibilidad, libertad,
democracia y participación.
Respecto a cuáles son los valores del Buen Vivir, se encuentra también una conceptualización diferente entre las
corrientes. Resaltan los valores propuestos por la corriente indigenista: armonía doméstica que se concreta en comer,
beber y hace el amor; la solidaridad y compasión (llakina); la ayuda (yanapana); generosidad (kuna); obligación de
recibir (japina); consejo (kamachi); escucha (uyana); y la trilogía andina no seas perezoso, no seas mentiroso, no seas
ladrón.
Las tres corrientes parecen compartir una crítica al principio de más es mejor de las sociedades capitalistas, asociado
a la acumulación perpetua y el crecimiento ilimitado. En el caso de la corriente indigenista esta crítica se concreta en
la importancia que da al principio de suficiencia según el cual solo se debe tomar de la naturaleza lo suficiente para
la subsistencia. Este principio junto con la crítica al lujo y la opulencia parece estar relacionado con la doctrina del
“limitarianismo” según la cual todos tenemos el deber de no enriquecernos.
En consecuencia, se requiere un mayor estudio de la relación entre el principio de suficiencia, el “limitarianismo” y
la crítica al principio de más es mejor, la acumulación capitalista incesante, el crecimiento económico sin límites, la
opulencia y el enriquecimiento excesivo. También es necesario pensar en una nueva métrica que considere líneas de
riqueza y no solo líneas de pobreza.
Las corrientes ecologista y socialista comparten la crítica al productivismo y al consumismo como valores de la sociedad
capitalista. La corriente ecologista enfatiza también la crítica a la acumulación ilimitada o perpetua. Tanto la corriente
ecologista como la indigenista comparten el cuestionamiento al extractivismo. En cambio, la corriente socialista no ve al
extractivismo como un fin en sí mismo, sino como un medio para alcanzar una sociedad postextractivista y postcapitalista.
Una debilidad de este estudio es no haber realizado y explicitado una definición precisa de lo que se entiende por
principios y valores. Su tipificación se realizó mediante la identificación explícita como tales en la literatura revisada o
mediante el buen juicio. A futuro se requiere formular definiciones precisas de las categorías principios y valores de tal
forma que se puedan identificar sin ambigüedad las propuestas de las diferentes corrientes de pensamiento sobre el
Buen Vivir. Esto es algo que también deben emprender los ideólogos de las tres corrientes.
Respecto a las dimensiones del Buen Vivir, parece haber cierto “acuerdo” en identificar tres: la armonía interna o
individual, armonía con la comunidad y entre comunidades, y la armonía con la naturaleza.
La corriente indigenista resalta la dimensión espiritual del Buen Vivir, el respeto a la diversidad cultural y la visibilización
ontológica de los pueblos indígenas.
En la dimensión de la armonía con la naturaleza, la corriente ecologista enfatiza en el biocentrismo, es decir, en la
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