LOS DIEZ LEPROSOS Extrait du Parroquia Corazón de María (Vigo) http://www.cormariavigo.es/PARA-COMENTAR-Y-VIVIR-EL-EVANGELIO LOS DIEZ LEPROSOS - Anuncio de la Palabra - La Palabra del Domingo - Día del Señor - Date de mise en ligne : Miércoles 5 de octubre de 2016 Parroquia Corazón de María (Vigo) Copyright © Parroquia Corazón de María (Vigo) Page 1/4 LOS DIEZ LEPROSOS PARA COMENTAR Y VIVIR EL EVANGELIO EN FAMILIA Lucas 17, 11-19 Recordamos una vez más que Lucas era médico. Es el único evangelista que recoge esta curación. No nos quedemos con el envoltorio del relato; no lo dirige a la comunidad científico-médica, para probar cómo se curó la lepra, sino que es una catequesis para la primitiva comunidad creyente y para nosotros. Vamos a verlo. Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. El relato nos sitúa de entrada en una zona muy conflictiva. No había fronteras físicas entre estas dos regiones, pero las fronteras mentales, religiosas y sociales eran brutales. Si una persona judía tocaba o rozaba a una samaritana quedaba impura. El relato empieza con dramatismo, avisándonos de que puede ocurrir algo, porque las relaciones entre judíos y samaritanos eran conflictivas desde siglos antes. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.» (para leer más pinchar aquí...) PARA COMENTAR Y VIVIR EL EVANGELIO EN FAMILIA Lucas 17, 11-19 Recordamos una vez más que Lucas era médico. Es el único evangelista que recoge esta curación. No nos quedemos con el envoltorio del relato; no lo dirige a la comunidad científico-médica, para probar cómo se curó la lepra, sino que es una catequesis para la primitiva comunidad creyente y para nosotros. Vamos a verlo. Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. El relato nos sitúa de entrada en una zona muy conflictiva. No había fronteras físicas entre estas dos regiones, pero las fronteras mentales, religiosas y sociales eran brutales. Si una persona judía tocaba o rozaba a una samaritana quedaba impura. Copyright © Parroquia Corazón de María (Vigo) Page 2/4 LOS DIEZ LEPROSOS El relato empieza con dramatismo, avisándonos de que puede ocurrir algo, porque las relaciones entre judíos y samaritanos eran conflictivas desde siglos antes. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.» Si los leprosos se hubieran acercado a Jesús y lo hubieran tocado podían haber sido condenados a muerte. Estaban obligados a quedarse lejos de la población, incluso a anunciar su presencia con algún sonido para evitar el roce y el contagio. El acceso a la medicina sólo estaba al alcance de la gente pudiente, los leprosos pobres solían vivir en los cementerios, de la caridad de la gente que le llevaba ropa y alimentos. Eran proscritos y marginados desde el momento mismo en el que se manifestaba su enfermedad, que se consideraba un castigo de Dios. No merecía la pena intentar curarles porque era como querer enmendar la plana Dios. Sólo la compasión de alguien que pasa por allí y tiene fama de realizar curaciones puede darles esperanza. Por eso apelan a la compasión de Jesús. Al verlos, les dijo: «ld a presentaros a los sacerdotes.» Tiene su sentido este mandato de Jesús porque cuando la lepra comenzaba a manifestarse podía confundirse con otras enfermedades de la piel. Además, el contagio de la lepra se veía favorecido por la mala alimentación y la falta de higiene. Es normal que la ley y sus representantes hicieran lo posible por contener su contagio y procurara cierta seguridad a la población sana. Los sacerdotes daban un veredicto inapelable, aunque no siempre era acertado. Así no quedaba al arbitrio de la familia, ni de los vecinos o de los enemigos el juicio sobre la posible enfermedad. Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Aquí el relato nos mete de lleno en el ámbito de la fe. La confianza ciega en algo que parece imposible mueve y despierta la sanación. El domingo pasado el Evangelio nos hablaba del dinamismo de la fe, semejante al que se contiene en un pequeño grano de mostaza. Hoy se nos presenta cómo actúa la fe. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Junto a la fe, Lucas nos presenta el agradecimiento encarnado en una persona, para que se entendiera mejor que en teoría. Es como si nos dijera: "Así se comporta una persona agradecida. Vete, y haz tú lo mismo" Éste era un samaritano. Era muy grave que Jesús pusiera el ejemplo de un samaritano. Actualmente el lugar de nacimiento de este buen hombre nos deja indiferentes, pero entre sus oyentes seguro que hubo indignación y rechinar de dientes al oír este ejemplo. ¿Nos atreveríamos hoy a hablar del "buen terrorista"? ¿O del "mafioso agradecido"? ¿Qué sentimientos despertaríamos en los oyentes? Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?» Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado.» Los oyentes judíos iban al Templo de Jerusalén a dar gloria a Dios ¿Cómo puede Jesús atreverse a poner el ejemplo de un extranjero que da gloria a Dios, en medio del camino? Más aún, fuera del pueblo judío se creía que no había salvación ¿cómo podía este extranjero acoger esa salvación, al margen de las condiciones establecidas para el judaísmo? Este atrevimiento de Jesús, este mensaje rompedor sobre la salvación, sin duda tuvo más impacto en las primeras comunidades cristianas que lo que ocurrió con la piel del leproso. Al poner Jesús la actitud de este hombre como ejemplo, denunció muchos prejuicios y comportamientos de judíos y cristianos. Actualmente la lepra tiene cura con medicinas y una alimentación adecuada. ¿Tienen cura nuestros prejuicios contra los hombres y mujeres "samaritanos de hoy"? ¿A quiénes creemos o suponemos que están fuera de la salvación? Copyright © Parroquia Corazón de María (Vigo) Page 3/4 LOS DIEZ LEPROSOS Pistas para acoger la Palabra en la familia Después de leer el texto y sus comentarios podemos dialogar sobre lo que más nos ha sorprendido, lo que no entendemos, lo que más nos ha gustado... Hoy podemos pararnos en esa imagen de los leprosos, en la actitud de Jesús con ellos y plantearnos: *¿A quiénes consideramos "leprosos" nosotros hoy? ¿De quienes hablamos así en nuestra casa? ¿Cómo obramos con ellos? *Quizá una actitud más familiar y cercana es la de ser o no agradecidos. En la familia hay muchas ocasiones de valorar y agradecer los gestos, los trabajos y las palabras de cada uno de sus miembros. *¿Cómo lo hacemos? ¿Expresamos agradecimiento a nuestros hijos cuando llega el momento? *¿Reconocen ellos y nos agradecen lo que, como padres, hacemos por ellos? *¿Expresamos juntos nuestra acción de gracias a Dios? *¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a ser agradecidos? Terminamos con una oración de acción de gracias, de las que solemos usar en nuestras familias. Copyright © Parroquia Corazón de María (Vigo) Page 4/4