¿Qué son los medicamentos? Los medicamentos son sustancias químicas que se utilizan para aliviar síntomas o curar enfermedades. Funcionan alterando la forma en que tu cuerpo trabaja; por ende a todos los medicamentos se los considera un tipo de droga. A pesar de que el objetivo de los medicamentos es curarte o aliviarte existen muchos peligros al utilizarlos sin supervisión médica adecuada. ¿Por qué hay que tener cuidado al utilizar medicamentos? Todo medicamento actúa de forma diferente en cada persona. La forma en que estos se comportan en el cuerpo dependerá de muchos factores como el peso, la estatura, el metabolismo, las alergias, otros medicamentos que se utilizan, la alimentación, etc. De ahí que es indispensable consultar a un médico que tomará en cuenta todos estos factores para determinar qué medicamento es mejor para ti, cuánto debes utilizar (dosis) y por cuánto tiempo, con el fin de aliviar una enfermedad específica. El problema es que en la actualidad entre el 10 y 30% de la población se automedica. Esto significa que van a la farmacia y compran medicamentos siguiendo el consejo o recomendación de algún conocido pero sin consultar a un médico. Es común que nuestros familiares y amigos/as nos recomienden medicamentos que a ellos les han funcionado muy bien, sin embargo, es muy buena idea anotar los nombres de dichas medicinas y consultar a un doctor si son las más recomendables para nuestro cuerpo y nuestra dolencia específica. ¿Cuál es el problema con la automedicación? Las personas que se automedican (toman medicamentos sin consultar a un médico) ignoran si estos son los adecuados para sanarlos, no saben qué cantidad exacta necesitan, ni por cuánto tiempo deben administrársela. Este uso descontrolado de los medicamentos agrava los peligros de los efectos secundarios; pues el 70% de la gente que se automedica sufren de reacciones no deseadas. Estas reacciones no deseadas pueden ser muy peligrosas y llegar a dañar diversos órganos del cuerpo como el hígado y los riñones, agravando así la enfermedad o generando nuevas. Los efectos secundarios pueden ser tan graves e irreversibles como la misma muerte. Algunos medicamentos sólo sirven para aliviar síntomas de una enfermedad y no la enfermedad en sí. Esto hace que se corra el riesgo de abusar o volverse adicto a este tipo de medicamentos. Veamos un ejemplo: Imaginémonos que te fracturaste el tobillo, se hincha y te duele. Decides tomar un analgésico que disminuye el dolor, pero no desinflama o cura la fractura. Puedes tomar también un desinflamatorio que te ayudará un poco con el dolor, sin embargo este tampoco cura la fractura. La única forma de curar la fractura es yendo al doctor para que este evalúe la mejor forma, ya sea inmovilizar, enyesar, operar, recibir terapia, etc. El doctor a su vez puede complementar el tratamiento con un desinflamatorio o analgésico para que estés más cómodo (a) mientras sana la fractura. Quienes en lugar de ir a la consulta médica y toman analgésicos para sentirse mejor, al experimentar menos dolor no guardan el reposo ni hacen lo necesario para que la fractura sane correctamente, lo cual muy probablemente hará que el dolor de la fractura se vuelva crónico y continuarán tomando analgésicos indefinidamente, corriendo el riesgo de volverse adictos a ellos, necesitando cada vez una dosis mayor para obtener el efecto deseado. Sin saberlo, también pueden estar dañando otros órganos de su cuerpo como los riñones o el hígado, por exponerlos demasiado a estas sustancias externas no naturales. Otra práctica muy grave provocada por la automedicación es el uso inadecuado de los antibióticos. Los antibióticos tienen la función de eliminar las bacterias que causan las infecciones, pero cada tipo de bacteria tiene un tipo de antibiótico que lo combate. Se necesita saber qué tipo de bacteria te causa la infección para recetarte el antibiótico adecuado. Por otro lado, para que los antibióticos funcionen estos deben ser administrados en dosis específicas por tiempos determinados por un médico. Un problema muy grave que sucede al usar antibióticos sin la dosis o duración adecuada es que las bacterias se hagan más fuertes y por ende inmunes al antibiótico provocando que la infección sea mucho más difícil de curar. Por todas estas razones, es importante ser responsables por nuestro cuerpo y nuestra salud. Si tienes alguna dolencia, asiste a una consulta médica y hazte examinar antes de empezar a tomar cualquier medicamento. Referencia: http://www.pfizer.es/salud/salud_sociedad/uso_racional_medicamentos/peligros_automedicacion.html http://www.teens.com.pe/2009/04/16/cuales-son-los-peligros-de-la-automedicacion/. http://www.solonosotras.com/archivo/06/sal-art-141100.htm